DINASTÍA

By Elyn_Blais

1.7M 81.5K 11.6K

«SEGUNDO LIBRO DE LA SAGA TORMENTA Y OSCURIDAD» Máximo Kuznetsov el rey de la mafia Rusa y Rafaella Riccardi... More

SINOPSIS
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
EXTRA: Memorias
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
EXTRA: El día llegó.
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48 - Rey de Reyes
EXTRA: Golpe de realidad
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo Final
EXTRA: Cadenas invisibles

EXTRA: Una ragazza e un ragazzo

20.4K 1K 50
By Elyn_Blais

EXTRA: Una ragazza e un ragazzo

Máximo.

Hoy Rafaella cumple ocho meses de embarazo y es el primer mes que disfruto de su embarazo avanzado desde que desperté. No he tenido tiempo de ponerme al corriente con todo lo que tengo que hacer, por el momento mi única prioridad es mantener a la pelinegra alimentada, estable y cuerda.

Cada día está más loca que una cabra, es una tormenta hecha mujer.

Ahora que no la dejo ir a trabajar, se la pasa gritando que la tengo secuestrada.

Nos mudamos hace algunos días porque el pent-house empezó a asfixiarla, por ello decidí regalarle una mansión, donde justo ahora nos encontramos viviendo.

-¡No puedo caminar!-grita enrojecida por la rabia.

Está sentada en el filo de nuestra cama.

-¿Quieres que te cargue?-propongo, aclarándole que no me daré por vencido con lo que ya le he dicho que haremos.

Me arrodillo para hablarle directo a la cara.

-¡¿He dicho que estoy coja?!-niego.-¡¿Crees que estoy coja?!

-No he dicho eso, preciosa...

-¿Es por mis pies?-sus ojos grises dejan caer un par de lágrimas.-Están muy gordos e hinchados, ¿Es por eso, verdad? Parecen tamales...

Solloza sin quitar la vista de sus pies.

La verdad es que los pies hinchados pueden ser producto del embarazo, pero me inclino más que es por las esas hamburguesas que se traga cada fin de semana.

-Tus pies están preciosos.

-Mentiroso.-respira hondo.

Besos su labios y uno su frente a la mía.

-¿Qué pasa?-pregunto cuando intuyó de qué va esto.

Guarda silencio pero al final termina hablando.

-Que no es cuando tú quieras.-susurra sobre mis labios.-Te pedí que me lo dijeras ayer y no quisiste.

-Ahora te lo voy a decir.

-Ahora no quiero.-sus orbes grises vuelven a humedecerse.-Además, me da miedo saber que serán...

De forma involuntaria llevo mi mano hacia su enorme abdomen, acariciándolo, como lo he hecho en interminables ocasiones.

Mi memoria viaja al día en el que llegó lo que nunca creí que necesitaría, pero estaban allí y me tomaron por sorpresa una noche cualquiera, cuando decidí persistir en mi toque sobre el abdomen de mi mujer y dedicarles largos minutos de charla, contándoles lo bella que se veía su madre embarazada y lo bien que le había asentado tenerlos de compañía. La palma de mi mano pico cuando percibió las patadas que soltaron. Llevaban siete meses creciendo silenciosamente, sin dar señales de algún tipo de movimiento, pero ahí estaban esos dos niños, pateando desmedidos y hasta con fuerza dándose a notar, impetuosos, dejando claro que se movían porque yo los estaba tocando.

Eligieron el momento perfecto para clavarse dentro de mi pecho, para aruñar dentro de mi corazón y perpetuarse dentro de mi alma, dejando claro que a partir de ese momento tenía otras prioridades, ya no solo éramos: Rafaella y yo. Ahora éramos cuatro. Ellos y nosotros.

Al sentir el contacto se me paralizo el cuerpo por completo, la punzada que atravesó mi columna vertebral me hizo ser consciente del hecho. Que mi mujer se removiera entre mis brazos me devolvió de golpe a la realidad, que parecía ser fantasiosa, irreal, aun así no despegue la mano del abdomen de la pelinegra.

Vuelvo a mirar los ojos cristalinos color acero que me miran temerosos.

-Si no quieres saber que son, no lo hagas.-arruga la nariz mostrando un gesto de desaprobación.

A ella hay que jugarle en contra, es la única manera de hacerla entrar en razón.

-Si quiero saber.

-¡¿Entonces, Rafaella?! ¡Si no quieres mando a devolver toda la pendejada que he hecho!-me levanto de golpe.

Gregori y yo llevamos toda la puta mañana armando y perfeccionando cada detalle para develar el sexo de nuestros hijos de una forma especial y resulta que ahora ella no quiere verlo.

Me agarra de la muñeca para detenerme.

-¿A dónde vas?

-A trabajar.-la miró con dureza.

Niega.

-Deja la pendejada, idiota.-pasa por mi lado, sujetando su vientre con ambas manos.

Una sonrisa involuntaria tira de la comisura de mis labios cuando logro mi cometido.

Camino detrás de ella siguiéndole los pasos, voy mirando su precioso culo que se contornea a medida que avanza.

Le han crecido las nalgas, las tetas y se le han anchado las caderas. Esta verdaderamente apetecible, un postre listo para degustar. Me apresuro a palmearle el culo antes de que empiece a bajar las escaleras que nos llevan al primer piso.

-¡Deja mi culo tranquilo!-se enfada girándose.

-Deja mi polla tranquila.

Otro punto a mi favor, el embarazo la ha vuelto adicta al sexo, todo el tiempo está caliente y a cada nada se quiere empalar en mi miembro.

-¡No puedo!-se gira enfadada.-¡Solo tienes que decirme si no quieres que te toque!

-¡Eres tú la que quieres que deje de palmear el culo que me pertenece!-la tomo con fuerza de la cara.-Eso no sucederá ni en tus mejores sueños, Rafaella Riccardi.

La suelto, con algo de desdén.

-¡Bésame!-me pide cuando empiezo a bajar las escaleras pero lo le hago caso.-¡Máximo, te estoy hablando!

-¡Ya te oí!-le contesto.

-¡¿Y porque no me besas?! ¡Regresa aquí!

-¡Baja!-le ordeno cuando llego al primer nivel.

-¡Ven tú!-sentencia.

¡Joder! Esta mujer me volverá loco.

Vuelvo a subir las escaleras y la atraigo tomándola de la nuca. Beso sus apetecibles labios, su lengua se entrelaza con la mia moviéndose con habilidad, hasta que se separa buscando aire.

-Andando.-la tomo de la mano para arrastrarla conmigo escalera abajo.

Nos desplazamos rápido, yo algo impaciente por que vea lo que he hecho y ella algo temerosa.

Ayer le hice una ecografía para ver el sexo de los niños. En el monitor aparecieron las dos figuras que tanto deseaba ver.

Rafaella se puso a llorar cuando los vio en la pantalla, tenía una de esas miradas inconfundibles, esas que te aceleran el corazón, esas miradas que entregas cuando deslumbras algo con tanto amor que te quieren brotar brillos por los ojos. Los iris grises de la pelinegra destilan amor e ilusión por todos lados.

En medio de la revisión mis ojos se toparon con algo que me paralizo de inmediato. No lo podía creer, así que tuve que inspeccionar otra vez. Eso debía ser un puto error. Estaba jodido.

-Espera.-la detengo y me observa levantando las cejas.-Cierra los ojos.

-Me voy a ir de cara.-me coloco a su espalda para cubrir con mi mano sus ojos.

-Camina.-le ordeno.

-¿Has traído la maquina a tu oficina? ¿Me dirás que son o estas jugando?

No le respondo, caminamos así hasta llegar al estudio, pateo la puerta para que se abre y podamos entrar tranquilos.

Los dos globos enormes están sobre la mesa de mi escritorio. Cada uno tiene en su interior un conjunto de ropa de diferente color y llevan el nombre que hemos elegido para ellos.

Nos posiciono justo enfrente.

-A la cuenta de tres abres los ojos.-le susurro en el oído.

-Se me va a salir el corazón.-se lleva la mano al pecho.

Empiezo con la cuenta:

-Uno.

-Dos.-me sigue.

-Y...Tres.-mis manos abandonan su rostro para que pueda apreciar lo que he preparado para debelar lo que desde ayer me viene exigiendo.

Se lleva ambas manos a la boca tratando de procesar la sorpresa.

-Dios mío...

-Avremo una ragazza e un ragazzo.-le suelto de golpe en Italiano haciendo que separe los labios de la impresión.

«Tendremos una niña y un niño»

Adentro de la enorme panza de mi mujer crece una niña regordeta. Una jodida mocosa.

Sobre la mesa descansa la ecografía acompañada de un ramo de tulipanes blancos, toma la imagen a blanco y negro que refleja lo que hemos creado.

-¿Una ragazza?-pregunta consternada.

-Regordeta.

-¿Cómo yo?

-No eres regordeta.-rueda los ojos apenas me escucha.

-Me refiero a que es niña, idiota.

-Ah, sí.

-Y un ragazzo ... ¿Cómo tú?

-Sí, como yo.-me burlo.

Su mirada se empaña con las lágrimas que se le acumulan.

-Perdón por lo de ayer.-hace un puchero con los labios.-No quería golpearte, mi amor.-entrelaza sus brazos detrás de mi nuca.

-Estas un poco loca.

-Es el embarazo.

-No te justifiques, preciosa.

Ayer se le cruzaron todos los cables, me agarro del cabello cuando no le quise decir el sexo de los bebes, por un momento creí que me dejaría calvo, remecía mi cabeza de un lado para otro, por más que le decía que me suelte, no lo hacía, estaba realmente furiosa. Incluso amenazo con desfigurarme la cara de un solo puñete.

-¿Entonces, si te sonaba bien Bianca?-sus ojos me miran con ilusión esperando algún gesto de aprobación de mi parte.

Ella tenía la ilusión de tener una niña y me ha traído loco con ese nombre, le dije que no era necesario que se esforzara pensando en nombres de mujer, pero seguía con lo mismo y a decir verdad me gusto desde el primer momento que lo propuso, además, se escucha perfecto acompañado de mi apellido. «Bianca Kuznetsova».

-Es bonito...

-El tuyo es perfecto.

El nombre que yo he elegido, lo he pensado desde el primer momento que supe que estaba embarazada, pensé en dos, creyendo que tendría dos hombres, pero siempre estuve convencido solo por uno y es el que he elegido. Además, ella iba a terminar escogiendo el segundo.

-Damiano y Bianca Kuznetsov Riccardi.-suelto besándola.

-Damiano...-acaricia el nombre con sus labios.

-¿Te gusta?-pregunto y ella asiente emocionada.

-Me encanta.-se voltea pegando su espalda a mi pecho.-Son perfectos.

Contempla los trajes rosado y azul que están metidos dentro de los dos globos transparentes.

-Si me joden se irán a dormir con los leones.-suelto mi primera advertencia par ano tener problemas luego.

-Me iré a dormir con ellos, entonces.

-Ni siquiera lo pienses. Yo te necesito siempre a mi lado, preciosa. Metida bajo mi piel.

Nos besamos moviéndonos hasta el sillón que tengo en mi lugar de trabajo, le arrebato el vestido que lleva puesto y le hago el amor durante toda la noche, bajo su atenta mirada que me pone a arder como nadie, comprobando una vez más que nunca habrá vida para mi después de ella.

Moriré rindiéndome homenaje, pero antes le rendiré homenaje a mi mujer, mi preciosa Malen'kiy.











Tormentas! Esto es un punto y aparte en la historia. Admito que ame escribir este extra y mas el jalón de pelo que le metio mi reina a Máximo, esta un poco loca.

Ahora si, continua lo bueno (1/2).

Besos🖤 

-Elyn.







Continue Reading

You'll Also Like

68.2K 5.5K 22
Yo amo cada parte de ella. Ella sólo juzga mi exterior.
3.3M 187K 105
Libro uno de la Duología [Dominantes] Damon. Un hombre frío, amante de los retos, calculador... decidido. Se adentra en un mundo desconocido, donde l...
850K 51.5K 43
Paris Smith siempre ha sido una chica soñadora, talentosa, amante de todo lo que tuviera que ver con la astronomía: las estrellas, los planetas, las...
151K 5.6K 23
❀Un primer encuentro aparentamente inocente se transforma en un giro inesperado que los cambiará para siempre, luego de que un mafioso que entra a la...