"Es solo un helado, no una cita"
19/Julio/2022
En unos cuantos días se celebraría el Gran Premio de Francia.
Toto me pidió asistir a la última carrera y entrega de trofeos de la Liga Europa Infantil de Karting Femenil, y con mucho gusto acepté.
—Tienes que ir a entregar los trofeos, tomar y firmar unas fotos, ¿No hay problema?
—Para nada, sabes que me gusta mucho asistir a este tipo de eventos.
Toto asintió.
—Bien, solo hay una cuestión—Toto estaba revisando unos papeles, dejándolos en el escritorio para ahora fijar su mirada en mí—La premiación es doble.
Lo miré extrañada.
—Se van a entregar los premios de la Liga Europea Infantil de Karting Femenil juntos con los premios de la Liga Europea Infantil de Karting Mixta.
—¿Y eso por qué sería un problema?
—Porque también invitaron a Max Verstappen—dice quitándose los lentes.
Toto no estaba enterado que ya no tenía problemas con Max, que ahora teníamos una rivalidad sana.
—Ah, eso no será un problema—dije regalándole una sonrisa.
—¿Segura?
—Sí, cada quien va a lo suyo.
—Bueno ahí está la otra cuestión, ambos entregarán los premios a las dos Ligas.
—Bien, te prometo que no será un problema.
Toto me miró con cierta duda, pero volví a asegurarle que no habría inconvenientes.
Salí de su oficina, caminando por el Paddock camino al estacionamiento.
La premiación se celebraría al siguiente día, entonces ésta tarde podría visitar algunos lugares cércanos a Le Castellet.
Mi celular comenzó a sonar en mi bolsillo, cuando lo saqué pude ver el nombre de Charles en la pantalla.
—Charlie—dije alargando su nombre mientras reía inocentemente.
Escuché el bufido de Charles en el otro lado de la línea.
Odia que lo llame así, así que me reí fuertemente.
—Tengo la tarde libre, ¿Quieres ir a comer a alguna parte?
—Claro.
—Bien, porque ví un restaurante que creo que podría gustarte.
—Genial, ¿Sigues en el Paddock?, podríamos irnos ahora mismo.
—Okey, te veo en el estacionamiento—dijo antes de colgar.
Me recargué en el auto, esperando a Charles.
A lo lejos ví a Max con Christian.
Iban hablando, así que decidí no interferir y mejor esperar por Charles.
Pasaban por detrás de los autos, sin prestar mucha atención.
Pero se estaban acercando y no pude evitar escuchar su conversación.
—¿Estas seguro de mañana?—preguntó Christian.
—Ya te dije que no hay problema.
—Bueno, pero sabes que podemos cancelar de último momento, al fin y al cabo eres el campeón mundial actual, lo entenderían.
Rodeé los ojos al escuchar esa frase salir de la boca de Christian.
—Todo bien Christian, te aseguro que no voy a cancelar.
Sonreí.
Sus voces se hicieron menos notorias en el ambiente, indicando que ya se había alejado.
—¿Lista?
La voz de Charles me sacó de mis pensamientos.
—Sí.
Charles tomó el volante, al fin y al cabo él era quien sabía donde estaba el restaurante.
Íbamos escuchando música, los dos teníamos gustos muy similares.
Hymn for the Weekend de Coldplay sonaba de fondo.
Realmente no hablábamos, no había necesidad de llenar un silencio incómodo.
Solo tarareábamos la canción.
—¿Tienes rueda de prensa mañana?—preguntó Charles bajando el volumen de la canción.
—No, me invitaron a una premiación de Karting, voy a ir a ver a los niños competir y entregar premios—sonreí volteándolo a ver.
—Suenas emocionada.
—Algo así—respondí.
Sí, estaba emocionada, estar ahí haría que recordaría a mis tiempos de Karting.
Aunque también estaba el hecho de que Max estaría ahí.
No es que me emocionara ver a Max, pero tal vez estar ahí también haría que su memoria se refrescara.
Pasamos la tarde en ese restaurante, la comida era exquisita.
—¿Cam?
Levanté mi vista del plato, Charles me veía seriamente.
—Debemos de hablar.
Esperaba que fuera relacionado a la pelea del otro día, porque aún no habíamos discutido eso.
—¿Sobre qué?—dije mientras me llevaba un trozo de carne a la boca.
—Sobre lo que pasó el otro día en el club.
Dejé mi tenedor en la mesa, y ahora estaba volteándolo a ver, brindándole mi atención completa.
—Estaba muy ebrio, realmente mi intención no era lastimar a Max, no sabes cuanto lo siento.
—No soy yo a la que le debes las disculpas, Charles.
Charles agachó la cabeza.
—Deberías hablar con él—dije pasando mi mano por su brazo.
—No sé, no he encontrado el momento.
—Ya lo harás.
Charles asintió inseguro, mientras continuaba comiendo su pasta.
Nos levantamos de la mesa, pagamos la cuenta y salimos de ahí.
Ambos llevábamos gorra y lentes, tratando de atraer la menor cantidad de gente posible.
—¿Y si lo invito a cenar mas tarde?
—Charles no sé si sea lo correcto invitarlo a cenar.
—¿Entonces que sugieres?
—Llegar al Motor Home de Red Bull y ya.
—¿Y ya?, ¿Qué clase de plan es ese?
Caminábamos por las calles, viendo las pequeñas tiendas.
—Es mejor que no hacer nada—digo secamente.
Vimos a lo lejos muchas personas rodeando en una bola a alguien, así que decidimos alejarnos para no llamar la atención.
Regresé al hotel, sin antes dejar a Charles en el suyo.
Pasaría el resto de la tarde en el gimnasio del hotel.
El siguiente día sería algo ajetreado, así que me iría a dormir temprano.
....
20/Julio/2022
Al llegar a la pequeña pista de Karts, ví a varios niños con sus cascos preparando sus pequeños monoplazas.
Todos eran niños de entre ocho y doce años, pero aún así, ésta era una competencia feroz.
Divisé a Max a lo lejos, traía puesta una playera roja y pantalones negros, venía sonriente.
Al verlo, varios niños corrieron a abrazarlo.
Caminé hasta ellos, también había niños y niñas que se acercaron a mí corriendo emocionados.
Saludé a cada uno de ellos, agachándome a su altura.
La mayoría llevaban fotos para firmarse.
"De grande quiero ser como tú"
"Eres mí inspiración Camille"
"Eres muy bonita y muy talentosa"
Todas esas frases viniendo de los pequeños y pequeñas me hicieron sonreír enormemente.
—¿También me firmas una a mí?—Max se acercó con una sonrisa.
Reí levemente negando con la cabeza.
Ambos estábamos firmando autógrafos, y tomándonos fotos con los niños.
Minutos más tarde, nos indicaron una grada para sentarnos y observar la carrera.
—No sabía que vendrías—fue lo primero que Max dijo.
Lo miré confundida.
Pensé que después de la conversación de ayer, Christian le había hablado completamente de lo de hoy.
—Christian me dijo que vendría un piloto con el cual había tenido problemas, pero nunca me dijo quien, no imaginé que serías tú, pensé que sería Ocon o Russel.
Negué con la cabeza.
Christian no le contaba todo a Max.
—Yo sí sabia que vendrías tu.
—Oh, ya veo porque no actuaste sorprendida—sonrió.
Asentí.
El altavoz anunció que la carrera comenzaría en unos pocos minutos.
No era un secreto, había mucha gente fotografiándonos.
Así que solo nos enfocamos en sonreír.
La carrera fue muy emocionante.
Momentos antes de la premiación, nos indicaron que bajáramos hasta donde está la zona de podio.
Max entregó los premios a la Liga Mixta y yo a la Liga Femenil.
Una niña del podio corrió hasta un hombre que tenían unos pequeños ramos de flores, los tomó y regresó corriendo con ellos en las manos.
—Estos son para ustedes—dijo la pequeña entregándome un ramo a mí y otro a Max.
Max sonrío diciéndole gracias la pequeña, yo le di un abrazo.
Todos nos juntamos para tomar una foto, Max y yo nos posicionamos atrás de los niños que estaban acomodándose.
Max tomó su ramo y con el me dio un suave golpe en el hombro, yo lo volteé a ver con una sonrisa juguetona, regresándole el golpe pero en la cara.
Max se carcajeó fuertemente.
Todos los niños voltearon a vernos.
—¿Por qué se ríen?—preguntó una niña con cabello rizado.
—¿Acaso son novios?—preguntó otro niño de ojos azules.
—Oh no, solo somos amigos—dije.
Max asintió.
De reojo vi como Max se acercó al pequeño de ojos azules y le susurró "Ojalá lo fuéramos"
Sonreí aunque se supone que no debí haber escuchado eso.
¿Espera qué?, ¿Max desearía ser mi novio?
No podía procesar las palabras, en este punto creo que fue un invento de mi cerebro.
Así que decidí creer que no era cierta esa frase.
El flash de la cámara sonó.
Todos salimos sonriendo, Max con esa gran sonrisa que lo caracteriza, y sorpresivamente también yo.
Me despedí de todos los niños y me encaminé a la salida, cuando de pronto escuché a Max gritando desde atrás.
—¡Cam, espera!
Volteé a ver a Max que venía detrás con su ramo de flores y una sonrisa.
—¿Tienes planes?
Lo pensé.
Quería ir al simulador que tengo en mi Motor Home, pero realmente no era una obligación.
—No, nada por hoy.
—¿Te gustaría ir por un helado?
Recordé las palabras de Max al niño.
Dios, ese solo pensamiento me puso muy nerviosa, y creo que Max se dio cuenta.
—Camille, es solo un helado, no una cita—hizo una pausa—Entiendo totalmente si no quieres.
—Sí quiero—Mierda solo había dicho eso por no quedar mal con él, pero la verdad es que su sola presencia me pone nerviosa.
Fuera de pista me pone nerviosa, porque en una carrera solo pienso en algo, ganar, en nada más.
—Bien, vamos, sígueme en tu auto—sonrió.
Me subí al auto aún atónita.
Debía dejar ir ese sentimiento, al fin y al cabo solo me estaba haciendo ideas tontas.
Puse la radio y de fondo se escuchaba Matilda de Harry Styles.
La canté a todo pulmón, aunque no pude evitar relacionar la letra con la vida de Max.
Mierda tenía que dejar de pensar en Max, el solo quería una amistad.
Y yo también.
Cambie la estación, por algo totalmente diferente.
Ahora sonaba alguna canción de Adele.
Vi a Max estacionarse al lado de una heladería bastante bonita.
Mesitas con sombrillas azul con amarillo y un ventanal lleno de plantas.
Me estacioné atrás de su auto, bajando y poniendo la llave.
—¿Tienes un sabor de helado favorito?—preguntó cuando ya estábamos dentro del local, que era igual de colorido que por fuera.
—Chocomenta, ¿Y tú?—respondí.
—Cereza.
Max fue quien ordenó.
Nos sentamos en una de las bancas lejanas a la entrada.
—Cam, debo decir que es muy agradable pasar el tiempo contigo.
Reí levemente.
—Yo lo sé, soy una gran compañía—dije con sarcasmo.
Max rió, contagiándome su risa.
—¿Has hablado con Charles?—pregunté.
La expresión de Max cambió a una seria.
—¿Por qué?
—Dijo que quería disculparse por lo del club.
Max negó con la cabeza.
—Pues aún no hemos hablado, pero si quieres saber, yo no tengo resentimientos—respondió.
—Oh, bien.
Nos quedamos en un silencio un tanto incómodo.
¿Qué podía hacer para romperlo?
Estaba a punto de preguntarle una tontería, algo que cambiaría el rumbo de la conversación pero él habló antes.
—¿Sales con Charles?
Comencé a reírme fuertemente, Max me veía sin entender nada.
—Para nada, solo somos mejores amigos—dije entre ruidosas carcajadas.
Había salido un tiempo con Charles, cuando teníamos dieciséis, pero no funcionó, así que volvimos a ser los mejores amigos de siempre.
Max pareció aliviado.
—Perdón, solo que creía que ustedes tenían algo.
—Nah, para nada—dije restándole importancia.
Max sonrió.
Nos terminamos nuestro helado, el ambiente incómodo se había desvanecido por completo.
Pasó el tiempo, hasta que dieron las seis de la tarde, cuando el sol comenzó a caer.
—Creo que es hora de irnos, mañana es día de prensa—dije cuando ví la hora.
—Diablos no había visto la hora—dice Max levantándose rápidamente.
—¿Todo bien?
—Tenía una cita con Helmut Marko a las 5:30.
—Mierda.
—Lo siento Cami, tengo que irme—dice Max dándome un rápido beso en la mejilla antes de correr hasta su auto y comenzar a conducir.
Dejándome con una sensación de revoltijo en el estómago y totalmente confundida.
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Buenas buenas, espero les haya gustado este capítulo.
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Me encuentran como "montxee_"
~Con amor, la autora.
Max cada que ve a Cam:
Cam al escuchar lo que le dijo Max al niño:
Todos nosotros viendo como Christian no le cuenta la verdad a Max: