"Ataque de ansiedad"
9/julio/2022 Austria
Día de clasificación en Austria, hogar de una de mis pistas favoritas.
La carrera número once en el calendario, mi situación es de 215 puntos, en el tercer lugar en el campeonato.
Por debajo de Lewis y Max, quien era el líder actual.
La clasificación comenzaría en unas cuentas horas.
Debo decir que después del incidente con Max en Barcelona, las cosas han estado tranquilas, han sido buenas carreras, pero hasta ahora ninguna ha sido una victoria, y eso me sacaba de quicio, porque aún sentía que tenía algo que demostrar y no podía hacerlo.
El día de clasificación me levanté temprano, tomé una ducha, me puse un vestido blanco, amarré mi cabello, me maquillé un poco y por ultimo me puse mis lentes de sol.
Connduciría uno de los autos que me presta el equipo hasta el circuito y después tendría una reunión.
Al llegar al paddock, varios fans me felicitan, muchos me desean éxito y otros me piden fotos.
Camino con una botella de agua en mano, mientras voy pensando en cosas sin sentido, por ejemplo, Max Verstappen.
Ayer mientras veía las noticias, salió una nota que me había llamado la atención, en la cual se contaba cómo su padre lo había abandonado en una gasolinera después de una carrera.
Sabía que Max tenía problemas con su padre, pero no me imaginaba que fueran tan grandes.
Iba tan enfocada en eso que no me di cuenta cuando choqué con alguien, haciendo que derramara parte del agua de mi botella.
—Lo siento tanto—dije agachándome para tomar la botella que yacía en el piso.
Al levantar la mirada me encontré con la persona a quien le pertenecían mis pensamientos, Max Emilian.
Sus ojos azules me veían de manera penetrante, sus labios rosas, su barba apenas de unos días.
Claro que era jodidamente guapo, tenía que admitirlo.
Él solo me dedicó una última mirada y sin decir nada caminó en dirección contraria a la mía.
Dejándome muy contrariada seguí caminado hasta llegar al Motor Home de Mercedes, me pongo los audífonos y escucho lo que tiene por decir el equipo.
—Lewis y Cam, les agradezco por haber llegado temprano—habló Toto primero.
Lewis y yo sonreímos en su dirección.
—Ahora, lo importante—dijo mientras revisaba unos papeles—Cam necesitamos que te muestres más agresiva en pista, hasta ahora lo estás haciendo de maravilla pero creo que le falta agresividad a tu técnica.
Asentí, sabía que Toto no haría ningún comentario para hacerme sentir mal ni mucho menos, todo es para poder mejorar y darle un buen resultado al equipo.
El resto de la reunión me la pase divagando, perdida en mis pensamientos, pensamientos que solo estaban enfrascados en Verstappen, tantas cosas que le había pasado, tal vez era una razón por la cual se comportaba como un idiota todo el tiempo.
—¿Cam, estás con nosotros?—la voz de Lewis me sacó de mis pensamientos.
La verdad es que no, no había escuchado nada de lo que dijeron en los últimos minutos, pero no podía decirles eso.
—Sí, todo en orden—sonreí.
Al salir de la junta no me quedaba más que prepararme para la clasificación.
....
Era momento de la Q1 y todo iba de maravilla, hasta que el ruido de la radio me sacó de mi trance.
—Cam, hay bandera amarilla en el segundo sector, ten cuidado.
—¿Qué ha pasado?—pregunté preocupada.
—El auto de Max perdió potencia, así que lo sacarán de la clasificación, correrá mañana en la posición 20.
—Copiado.
Me quedé pensando, me había pasado al menos tres veces en mi carrera y es la peor sensación que te puede pasar como piloto.
Después de que despejaran la pista, me concentré en la clasificación, pasando de Q2 a Q3, hasta ahora con la vuelta más rápida.
Pasaron los últimos minutos y aún no me decían nada por radio.
—Camille Watson, felicidades, primera posición—habló mi ingeniero.
¿Qué?
Jamás había quedado en pole position, esta sería la primera de mi carrera.
Mi primera pole position.
Así que lo único que pude hacer fue gritar, gritar con mucha emoción, mientras pequeñas lágrimas caían por mi rostro mojando la balaclava.
—Muchas gracias chicos, todo esto es por el trabajo en equipo—apenas y pude pronunciar esas palabras.
—Cam estamos muy orgullosos de ti, eso es todo—habló Toto.
Fui a estacionar el auto en frente del cartel de la primera posición, al bajarme abracé a Lewis quien había quedado en tercer lugar.
—Sabía que llegaría tu momento pequeña—susurró cuando me abrazó.
—Gracias Lew—lo abracé con más fuerza.
Después abracé a Charles que había quedado en segundo.
—No sabes lo mucho que me llenas de orgullo, preciosa.
No podía más, tantas emociones, me sentía tan feliz pero al mismo tiempo añoraba que mi padre estuviera ahí conmigo, viéndome triunfar al igual que él.
Me tomé la foto firmando el neumático de Pirelli, y después tomaron una foto de Lewis, Charles y yo juntos, todos sonreíamos enormemente.
Cuando todos se había ido de la zona de podio, tuve que regresar al Motor Home, grabar unas cosas para campañas de Marketing, hacer videos con Lewis y terminar unas últimas juntas.
Para cuando todo acabó eran al menos las ocho de la noche.
Salí caminando hasta el estacionamiento del paddock, estaba a punto de llegar a mi auto cuando escuché una suaves sollozos detrás de unos coches.
Me acerqué para ver de quién se trataba, una figura de un hombre, tenía el rostro entre sus manos, se veía que su respiración era agitada.
Cuando estuve más cerca, en mi cabeza se produjo un click.
Había estado tan inmersa en todo lo relacionado a la pole position, que me había olvidado por completo de la desgracia que le había ocurrido a Max.
Cuando se percató que estaba ahí, levantó la vista, sus ojos conectaron con los míos, estaban llenos de lágrimas, levemente enrojecidos, sus manos temblaban.
—Oh Max...
Me senté a su lado.
Realmente no sabía que hacer, me desagradaba mucho Max, pero no le deseaba que le pasara algo malo, mucho menos un ataque de ansiedad.
—¿Puedo acercarme?
El asintió, me senté más cerca de él, pasando uno de mis brazos por sus hombros.
Ante esta acción, Max se acercó más a mi, poniendo su cabeza en mi pecho, derramando más lágrimas, su respiración estaba demasiado agitada y los sollozos ya no eran suaves, era un fuerte llanto.
Pase una mano por su cabello, tratando de brindarle un poco de paz, mientras con la otra acariciaba su mano.
—Max, por favor ayúdame.
No veía reacción alguna, así que con delicadeza tomé su rostro entre mis manos, viéndolo directamente a los ojos.
—Vamos a respirar, ¿De acuerdo?, solo haz lo mismo que yo—asintió lentamente, así que comencé a inhalar y exhalar aire, para que él repitiera la acción.
Pasaron algunos minutos, su respiración había vuelto a la normalidad, sus manos ya no estaban tan temblorosas.
Volví a abrazarlo, no me podía imaginar lo vulnerable que se sentía en este momento.
Nos quedamos otros minutos abrazados, sentía la playera negra de Mercedes empapada de sus lágrimas, y eso hizo que me cuestionara todo lo relacionado con Max Verstappen.
¿Realmente me desagradaba o solo era una simple rivalidad?
—¿Gustas hablarlo?—dije tratando de romper el silencio.
Max se tomó unos segundos, pero después negó con la cabeza.
Asentí levemente, me separé de él, le di una última sonrisa, me levanté y le tendí mi mano para ayudarlo a levantarse.
—Lo entiendo, pero, si algún día lo deseas, puedes hablar conmigo—después de decir eso me encamine de nuevo hacía mi auto—Nos vemos mañana Max—dije antes de entrar al auto.
Pero al instante sentí su suave agarre en mi muñeca, haciéndome voltear a verlo.
—Yo...
Me quedé un segundo viéndolo en lo que formulaba una oración, sus facciones, sus ojos, su cabello rubio despeinado.
—¿Gustarías ir a cenar?, yo invito—dijo.
—Max, yo...
—Por favor, no sabes lo mucho que me acabas de ayudar, realmente lo necesitaba—hizo una pausa—Además, te lo mereces después de la increíble clasificación que hiciste hoy—sonrió.
Dios su sonrisa, tan bonita y contagiosa que yo también sonreí.
—Bien, acepto.
Max seguía sonriendo, sus ojos seguían cristalinos por las lágrimas, pero su sonrisa se veía genuina.
Decidimos que dejaría mi auto en el estacionamiento, Max nos conduciría al restaurante y después me iría a dejar a mi hotel.
Ya en el auto, el silencio era bastante incomodo. Jamás me imaginé en esta situación, menos después de todo lo que habíamos pasado cuando éramos niños.
—¿Qué sentiste?—preguntó mientras tenía los ojos pegados en la carretera.
Voltee a verlo, no comprendía lo que quería decir.
—¿A qué te refieres?—pregunté.
Max me miró, soltando una leve risita.
—Sobre tu pole position, ¿Qué sentiste cuando te dijeron que ibas a ser la primera mañana?
Ah eso, por un momento había empezado a divagar sobre otras cosas, por ejemplo, sobre como permanecimos abrazados o verlo sufriendo.
—La felicidad no cabe en mí, realmente me siento muy feliz—hice una pausa—pero al mismo tiempo me sentí nostálgica y triste.
—¿Y eso?—preguntó Max con genuina duda.
—Por mi padre, realmente me hubiera gustado que estuviera ahí para verlo—sonreí triste.
—Te está viendo, solo que no en el paddock, si no que en el cielo—me regaló otra sonrisa.
Sonreí.
No me imaginaba que fuera tan fácil hablar con Max, nuestra conversación estaba fluyendo, parecíamos amigos.
Al llegar al restaurante, nos fijamos que no hubiera muchas personas pasando cerca, Max se quitó su gorra y yo me puse unos lentes.
Si la gente se enterara que salimos a cenar, comenzarían a hacer conjeturas, y era lo que menos necesitaba en este momento.
—Los acompaño hasta su mesa—sonrió una chica llevándonos hasta una mesa hasta atrás de todas los demás.
Max se adelantó, arrimando la silla hacia mi, haciéndome una seña para que me sentara.
Y después el sentó en la silla de en frente.
—He venido varías veces a este restaurante, es de la familia de uno de mis mecánicos, tiene la mejor comida del país—sonrió mientras me pasaba la carta.
—En ese caso, ¿Qué me recomiendas?
—La crema de champiñones es muy rica, y el pollo a la naranja también.
—¿Qué me dices de la ensalada de pera?
—Oh es muy buena, pero es mejor la de arándano—respondió mientras señalaba el menú.
—Bien, confiaré en ti.
Ordenamos minutos después.
Realmente no había imaginado que estar hablando así con Max sería algo tan fácil.
Supongo que mi cabeza lo había pintado como el tipo malo después de lo qué pasó hace tantos años cuando yo había quedado DNF de la carrera y él la había ganado, diciéndole a su padre "Esa niña no merecía ganar"
Después de todo las personas cambian, ¿No?
Estuvimos hablando de cosas fuera de la pista, de lo que más nos gustaba de ser pilotos, nuestra música favorita y muchísimas cosas más.
—No sabía que tocabas el piano—dijo llevándose una cucharada de sopa a la boca.
—Me gusta bastante, de hecho yo fui quien le enseñó a Charles.
—Que increíble—sonrió, pero en el momento en que mencioné a Charles, se tensó.
Después de eso no dijo nada más, y yo no encontraba mucho de que contarle, así que la cena transcurrió siendo un poco incómoda.
De pronto su celular comenzó a sonar, el lo levantó, y cuando vio el nombre en la pantalla su expresión cambió.
—Dame un segundo—dijo mientras se levantaba de la mesa.
Asentí, mientras Max salía del restaurante me puse a ver redes sociales.
La cuenta de Mercedes había subido muchos videos de la clasificación, uno que particularmente llamó mi atención fue uno donde salía del monoplaza y celebraba con Lewis, de fondo se veía a Max hablando con Sergio.
En una de esas tomas se veía como Sergio me señalaba y se burlaba de mi celebración de pole position, me fue imposible no bailar en el momento, y Max le seguía la corriente, riéndose de igual manera.
Ese idiota.
Sabía que Max no cambiaría, había sido una estupida al aceptar esa cena con él.
Cuando lo vi regresar, se veía sonriente, pero su semblante cambió al verme enojada.
—¿Todo bien?—preguntó.
—Creí que habías cambiado Max, que no serías el mismo idiota.
Su cara ahora mostraba confusión y un poco de dolor por haberlo llamado idiota.
—¿Qué quieres decir?
—¿Acaso no te estabas burlando de mi después de mi celebración de la pole position?
Sus ojos se perdieron en quien sabe dónde, y no dijo nada.
—Gracias por la cena—dije tomando mis cosas, saliendo de ahí.
Afuera empezaba a hacer frío, recordé que había dejado mi hoodie en el auto.
Maldita sea, el auto.
Tomé mi celular y marqué el número de Charles, pequeñas lágrimas salían de mis ojos.
—Hey Charles, ¿Podrías venir por mi?
—¿Cam, todo bien?, ¿Donde estás linda?—su voz mostraba preocupación.
—Te enviaré mi ubicación.
—Estoy a un minuto de ti, espérame ahí, no te muevas—colgó el celular.
El aire comenzaba a golpear fuertemente.
Escuché la voz de Max gritando mi nombre.
Cuando vi cerca el auto de Charles, no dude ni dos segundos en correr hasta el otro lado de la calle.
—Cam, por favor regresa, déjame explicarte—gritó Max desde el otro lado de la calle.
Lo ignoré y me subí al auto de Charles.
—Bueno eso es una sorpresa—dijo pasándome una sudadera que estaba en los asientos de atrás del auto.
—Cállate y conduce—reí levemente.
—Bien, pero tienes que contarme todo.
*****
Por fin llegamos a lo interesante, pero Max la cagó JAJAJAJA
¿Que creen que pase después? Los estaré leyendo.
Les dejo una foto de Cam y Lewis celebrando la primera pole position de Cam.