Serotonina [Wilkercest]

By Lemon_blood

54.7K 5.7K 3.9K

El amor es química cerebral, intrínseco a la biología y los factores ambientales, pero ¿qué tan biológicament... More

Advertencias
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
33
34
35
36
37
38
39
40
Serotonina

32

862 103 51
By Lemon_blood

.

No otra vez

.

—Reese... por favor.

—No.

Malcolm lo veía desde donde estaba, parado frente a la imagen del televisor, con ojos enormes y las palmas de sus manos juntas en una notable posición de súplica.

—Sólo será un rato...

—Malcolm-

Vamos —insistió, empezando a andar hacia él—, no van a comerte. Les agradas.

Reese hizo una mueca, dejándose caer hacia atrás y apoyando la espalda completamente en el respaldo del sofá.

—Eso es lo que me preocupa —bufó con los ojos cerrados—. Además, creía que tú eras el razonable entre nosotros dos. ¿Qué crees que va a pasar si me dejas solo con dos-

La frase se atascó junto a su respiración por un instante en su garganta, justo en el momento en que sintió un familiar y confortante peso extra sobre sus piernas desconectando sus ideas.

—...niños? —Terminó un segundo más tarde, abriendo los ojos sorprendido sólo para ver los amplios iris azul bebé que tanto le gustaban mirándolo con fijeza entre lentos aleteos de pestañas.

Reese tragó en seco cuando la puntita de la curiosa nariz de botón tocó delicadamente la suya y el suave calor irradiando como un aura del cuerpo sobre él comenzó a mezclarse con el propio.

Sus manos viajaron autómatas, tomando la parte superior de los muslos cubiertos de estorbosa mezclilla a cada costado de los suyos, notando su ritmo cardíaco y flujo sanguíneo aumentar considerablemente dentro de su pecho y hacia todo lo demás, al tiempo que sentía manos tomando sus hombros, arrastrándose a su cuello como plumas por encima de su ropa, y luego..., dedos suaves y delgados tocando su cabello con tacto casi demasiado tierno.

Labios cálidos tocaron apenas su mandíbula, su mejilla, y la esquina de su boca; tan apenas que era como un suspiro al aire deslizándose en su piel, vaho invernal..., un contacto que no acababa aún de serlo, y,

Por favor.

«Joder»

Reese se lanzó hacia adelante, tomando por fin con hambre ansiosa la boca del pequeño provocador que no dejaba de volverlo loco, deleitándose en la esponjosa y tierna textura acariciándole la lengua, amoldándose a sus labios y estimulando sus sentidos..., y entonces lo sintió temblar; lo hizo cuando pasó una de sus manos a su espalda, colándola bajo la holgada camisa que llevaba, delineando con las puntas de sus dedos la columna vertebral, trazando centímetro a centímetro, aferrando la cadera con el resto de sus dedos, empujándole hacia el frente, más cerca, más profundo, más intenso, y-

El contacto de labios acabó.

Malcolm se echó hacia atrás con ambas manos presionadas en su pecho antes de que pudiera hacer algo más, mordiéndose los labios y mirándolo con los grandes ojos de celofán tinturado y una diminuta sonrisa decorándole la enrojecida boca que ahora le estaba impidiendo besar.

—¿Entonces...?

Reese puso los ojos en blanco.

«Será listo...»

—De acuerdo —suspiró resignado aflojando el agarre—. Tú ganas, pero me debes más de esos, pequeño tramposo-

Y casi como si estuvieran a la espera de una señal, múltiples golpeteos insistentes hicieron vibrar la puerta desde el otro lado.

Malcolm lo besó de lleno en los labios, pero fue tan breve que no le dio tiempo a reaccionar. Y,

—Yo siempre gano —sonrió, guiñándole un ojo antes de bajar de donde estaba y caminar hacia la entrada.

Reese se cubrió los ojos con el antebrazo, dejando caer la cabeza al respaldo otra vez y pensando en el enorme infierno en el que seguro acababa de meterse.

Porque se suponía que Malcolm debía cuidar al par de demonios de apariencia angelical que vivía a unos metros de ellos..., pero ese no era el problema.

No, a Reese no le importaba que su hermano pensara que el ser niñera de vez en cuando fuera una buena alternativa de empleo, en verdad él no tenía ningún inconveniente con ello.

El problema en realidad era que, esta vez, Malcolm había aceptado cuidarlos aun teniendo el compromiso previo de sus clases particulares... a las que obviamente no podía faltar porque, pues, él era el tutor. Así que, de algún modo, Reese había sido envuelto y completamente sobornado para entrar en todo ese desastre como cuidador sustituto.

—¡Hola, Reese!

«Dios... Había olvidado que hablan al mismo tiempo»

.

.

.

—Te diría que los sacaras un rato, pero no estoy seguro de que vayas a mantenerles un ojo encima todo el tiempo...

—Sí..., yo tampoco.

Malcolm suspiró.

—Bien, no importa, volveré en unas horas, pueden entretenerse aquí un par.

—No entiendo cómo es que te gusta esto.

Dejando por un momento de arreglar las cosas en su mochila sobre la barra, Malcolm lo miró sin entender.

—¿Qué cosa?

—Tú sabes, esto..., cuidarlos —aclaró, señalando con un ligero movimiento de cabeza hacia la sala, desde donde se podía oír el sonido de una caricatura que no reconocía—. Me refiero a que, más que jugar o mantenerlos entretenidos, en verdad parece gustarte la parte de cuidarlos...

—No es que me guste. Es... sencillo. Y me dan dinero por ello.

—¿Sencillo? Creo que no me he sentido tan agotado en mi vida como cada vez que se quedan aquí...

—Son niños, Reese —bufó burlón—. No algo del otro mundo.

—Eh, está bien que te guste —devolvió—. Tiene sentido para mí. Todos los niños te prefieren.

—¿Ahora de qué estás hablando?

Reese se encogió de hombros.

—Dewey siempre pedía dormir contigo aun cuando podía dormir solo si salíamos de vacaciones —declaró—. Y Jamie no parecía darte verdaderos problemas... Eso sin contar que ya habías tenido una etapa de niñera mucho antes en la que te iba bien.

Por un par de segundos, Malcolm no hizo otra cosa que verlo con una mirada entre el asombro y la indecisión sin decir absolutamente nada, pero entonces comenzó a reír, negando ligeramente con la cabeza y provocándole a él arquear una ceja.

—Oye, se supone que yo soy el que les da demasiadas vueltas a las cosas —dijo—. Mejor deja eso y dime si tienes alguna pregunta antes de que me vaya.

Reese largó una pesada exhalación, porque por supuesto que tenía preguntas.

—Tengo muchas preguntas —respondió, cruzándose de brazos—. Para empezar... ¿Qué sugieres que haga?

Malcolm puso los ojos en blanco, pero igualmente sonrió.

—Reese, fuiste un niño hace no mucho tiempo, piensa qué te gustaba- Oh, espera, espera, no. No hagas nada de lo que a ti te gustaba hacer.

Eh —protestó, dándole un pequeño apretón en el costado que le hizo soltar un quejido y le ganó a él un inofensivo golpe por reflejo en el hombro.

Malcolm suspiró luego de recuperarse.

—Estarás bien. Sólo- —dijo, acabando de cerrar la mochila para colgársela al hombro— Mira, ya hablé con ellos, se portarán bien... Noah es fácil, no te dará problemas si hay algo que ver en la televisión, y Evie-

—Sí, ella es la que me pone de nervios.

—¿Evie? ¿Por qué? Es la más tranquila de los dos.

—Hace demasiadas preguntas —resopló, mirando momentáneamente hacia otro lado—. Es como tú, pero más intimidante y con coletas.

—No seas absurdo.

—Malcolm, lo juro —insistió—, esa niña es como una trampa viviente.

—Okey, es lista y preguntona, pero tampoco es una pesadilla...

—Sí, claro, como a ti no te envolvió aquella vez...

—¿Qué?

—¿Qué de qué?

—¿A qué te refieres con eso?

«Carajo»

—Oh..., uh..., bueno, tal vez, no sé..., podría ser que-

—Reese.

—Carajo, bien, bien, te lo diré, ¡pero ya no puedes enojarte conmigo, ¿de acuerdo?! —advirtió, elevando ambas manos en una señal que parecía más acusadora que defensiva. Y, casi como si se tratara de un interruptor, Malcolm se cruzó de brazos mirándolo con ojos entrecerrados de sospecha— Técnicamente ahora ya no es una mentira...

—¿Mentira? ¿De qué-? Oh, Dios, habla. ¿Qué hiciste?

—De acuerdo, de acuerdo, uh... —«Dios...», ¿desde cuándo alguien con su tamaño podía parecerle amenazante? Reese se reiría de sí mismo si no estuviera repentinamente tan nervioso— ¿Recuerdas aquella vez en el parque, cuando me dejaste solo con ella unos minutos?

Malcolm asintió sin relajar ni un poco su postura, y Reese pasó los dedos por la parte trasera de su cabeza en un gesto ansioso, echando fugazmente un vistazo hacia atrás antes de volver a enfocarse en su inflexible novio.

—Bueno, pues empezó a hacer preguntas raras, y me puso nervioso porque al parecer creía que eras mi novio, pero entonces dijo que iba a preguntártelo a ti, y yo no quería que lo hiciera porque me parecía que apenas estabas dejando de sentirte incómodo conmigo estando aquí y- Ah, al diablo —resopló, harto de trastabillar—. La dejé pensar lo que quisiera sólo para que no abriera la boca. Listo. Ya lo dije.

Fue un poco gracioso, el ver el rostro de Malcolm pasar de la confusión a la realización, y más tarde un poco al horror...

Pero Reese no se atrevió a reír.

—Ay, por Dios... ¡Por eso nos veía así a cada rato!

—Supongo-

—Ay, Dios, ay, Dios —Malcolm se cubrió la cara con las manos, entorpeciendo sus gruñidos— ¿Tienes idea de lo que habría pasado si supiera lo que éramos- uh, lo que somos?

—Bueno, fue exactamente por eso por lo que decidí seguirle la corriente —respondió, sintiéndose irónicamente tan acorralado y nervioso como en aquella tarde—. ¿Cómo iba a explicarle la verdad en ese momento? Además, si lo supiera, todo sería más complicado ahora, ¿no?

Luego de casi medio minuto de no decir nada, Malcolm inspiró hondo, soltando el aire en una sonora exhalación mientras negaba con la cabeza.

—Tú y yo, vamos a hablar de esto después —sentenció, mirándolo con ligeramente llameantes ojos azules antes de pasar por su lado en dirección a la puerta—. Tienes suerte de que tenga que irme ya.

Reese lo siguió.

—Oye —llamó antes de que pudiera salir por completo, haciéndole voltear sobre su hombro—, ¿no vas a darme un beso de despedida?

—Tendrás suerte si te doy uno al volver.

Cuando la puerta se cerró, Reese en verdad no sabía si la risa que quería salir de su pecho era una de incredulidad, una de nervios, o simplemente una de preocupación..., porque, en realidad, Malcolm no había sonado tan genuinamente enfadado como pensó que lo haría.

Y,

—¡Oye, Reese...!

Diablos, apenas y había aprendido a no meterse en problemas él solo cada diez minutos. ¿Cómo iba a encargarse de otras dos personas miniatura mientras Malcolm regresaba?

«Más te vale volver pronto, Botón»

.

.

.

Contrario a lo que pensaba, no habían sido realmente tan malos.

O tal vez no era tan difícil porque Reese honestamente seguía disfrutando algunas de las cosas que le gustaban a un par de niños de siete años.

Había decidido que en verdad lo mejor era no salir del departamento por lo menos hasta que Malcolm llegara, y las cosas parecían ir bien, al menos sin preguntas raras ni conversaciones incómodas como la última vez que había permanecido a solas con alguno de ellos.

Sin embargo...,

—¿Dónde están tus padres?

...era obvio que esa pequeña muestra de paz iba a acabar en algún momento.

—Bastante lejos de aquí —respondió, mirando a la niña que lo veía atenta y devorando su galleta, con los mismos redondos ojos curiosos y las mejillas abultadas como un pequeño hámster.

—Los papás de Malcolm también están lejos —mencionó después de tragar—, ¿los conoces?

Reese casi se echó a reír, pero se limitó a asentir.

—Los conozco bien.

Y, vaya, Reese no había pensado demasiado en sus padres o el resto de su familia desde que estaba ahí con Malcolm.

Se preguntó por un momento si debería haber tomado eso como una señal de sus prioridades hacía mucho... Porque, contrario a lo que le pasaba actualmente con ellos, estaba seguro de que antes, cuando seguía en California, no había pasado un único día sin pensar en su brillante hermano menor.

Todos sabían que estaba con Malcolm. Por supuesto que lo sabían, le había pedido la dirección del departamento a Dewey, después de todo, y había hablado con él unas cuantas ocasiones, cada que su hermanito llamaba a Malcolm por teléfono dos o tres veces al mes.

También había cruzado un par de palabras con su padre, aunque nada muy estructurado o fuera de lo casual, como siempre. De Francis ni siquiera se extrañaba, tampoco Jamie, y mucho menos el bebé más reciente...

Sin embargo, la única persona con la que no había conversado nada y que de alguna manera resultaba increíblemente raro a pesar de esperárselo, era su madre.

Reese no había escuchado su voz en un largo tiempo, y, por lo que Malcolm había dicho, tampoco él.

No desde unos cuantos días antes de que él llegara, al menos. Lo cual, para el caso, sería probablemente el mismo día en que Reese habló con ella y la vio por última vez, antes de tomar la decisión de viajar en carretera hasta Boston como un idiota impulsivo.

Y ahora que lo pensaba, resultaba algo curioso, porque sabía que Malcolm solía hablar con ella al menos una vez cada pocas semanas previo a todo eso, así que...,

«Huh»

¿Por qué alguien como Lois Wilkerson dejaría prácticamente por completo la comunicación con su hijo estrella?

«Tal vez-»

—Así que se conocen hace mucho...

—Eres muy lista, ¿no? —inquirió, volviendo a prestarle atención y mirándola con una ceja elevada.

Ella sonrió después de que él lo hiciera, pero arrugó el entrecejo inflando los mofletes cuando su hermano habló a medio bocado:

—Y muy molesta...

Evie lo vio enfadada, con los redondos ojitos avellana medianamente entrecerrados y cruzándose de brazos bajo el afelpado dibujo de un malvavisco sonriente sobresaliendo en el pecho de su camiseta rosa.

—Cállate, Noah, sólo te molesta que digan que yo soy la lista y tú no —replicó, sacándole la lengua.

—¡No eres-

—Oigan, oigan —Reese se interpuso entre los dos, comenzando a preocuparse por no saber cómo parar a un par de niñitos sin algo de gritos o cosas que pudieran considerarse por algunos como violencia—, ¿siempre discuten así? ¿No tienen nada en común ahora mismo?

Carajo, ellos nunca se ponían así cuando Malcolm estaba ahí.

«En serio sería bueno que llegaras ahora, Botón»

Evie pareció pensarlo, y Noah se encogió de hombros, antes de que ambos abrieran la boca al mismo tiempo.

—Nos caes bien.

Y- oh, eso era nuevo.

¿Por... qué? —preguntó, genuinamente intrigado.

—Malcolm se ve mejor desde que estás aquí.

—Ah... ¿sí?

—Sí. Siempre ha sido bueno con nosotros, pero ahora parece feliz todo el tiempo y es más divertido. Eso es bueno.

—Sí, lo-

—Evie cree que eres un príncipe.

La niña miró irritada a su hermano.

—¡Cállate, Noah!

—¡¿Por qué no lo haces tú...?!

La pequeña discusión siguió, pero Reese había dejado de prestarles atención desde hacía un rato, pensando en que, realmente, nunca se había cuestionado con seriedad qué era, o cómo había sido, la vida de Malcolm antes de volver a entrometerse en ella.

Al menos hacía unos cuantos años, su hermano menor había sido mejor creando relaciones y lazos que él. Para ejemplo estaba el jodido Stevie Kenarban...

Sin embargo, ahora que Reese lo pensaba un poco con mayor detenimiento, Stevie era, también, el único ejemplo que llegaba a su cabeza de alguien siendo cercano a Malcolm además de su familia misma.

Malcolm no había mencionado a nadie más en todos esos meses. Nadie con los suficientes detalles como para intuir al menos una amistad o un nivel relevante de compañerismo.

Y fue un poco como un golpe en el estómago, imaginarse a su hermano menor, solo, apartado en ese lugar a miles de kilómetros, porque, aun si eran un caos como familia desde mucho antes de separarse, de alguna manera se seguían teniendo entre ellos.

En California Reese había estado sin estar, viendo al menos de vez en cuando al resto de sus hermanos menores y a sus padres, pero Malcolm...

Malcolm realmente no había tenido a nadie.

E incluso si era mucho más autosuficiente y resuelto que él para un montón de cosas, Reese genuinamente pensaba que era quien menos tendría que merecerse estar solo alguna vez.

Porque, para él, Malcolm era increíble y fuerte en maneras que él simplemente no lo era, pero, también, era innegablemente frágil en otros tantos aspectos que odiaba admitir;

Por ejemplo, en su tiempo solos, y sobre todo tras comenzar con su nueva relación, Reese había acabado por aprender y confirmar que Malcolm en verdad era del tipo que necesitaba afecto y contacto genuino y constante, a pesar de lo mucho que él mismo intentara negárselo a modo de supervivencia en su coraza emocional...

Y era por eso, entre otras cosas, que resultaba casi irónicamente perfecto que Reese fuera un tipo tan activamente cariñoso y táctil como sólo él podía.

A su perspectiva, ambos eran lo que llamaría un insuperable complemento, y sólo pensar en todo el tiempo que Malcolm había permanecido básicamente aislado..., en verdad le provocaba una desagradable sensación incómoda en la boca del estómago.

Así que, ahí, con un puñado de migajas de chocolate sobre el suelo, y pequeños quejidos infantiles rodeándolo, Reese lo decidió...;

Que nunca, bajo ninguna circunstancia y sin importar lo que pudiese llegar a pasar, volvería a dejar solo a Malcolm otra vez.

No si él estaba ahí para evitarlo...

.

.

.

.

.

♣32♣

Hola! ♥ ¿Cómo les va?

Capítulo doble, supongo... Porque mi falta de tiempo últimamente no me deja hacer nada, y me tiene nerviosa lo que sigue, así que decidí aprovechar :'D

Aún no termino de prepararme mentalmente. Sí, ya sé, soy una exagerada, pero ni modo, se puede ser así...😅

Y bueno, como ya les dejé una nota bastante larga en el capítulo pasado, no lo haré en este...

Muchas gracias por leer y por todo el apoyo que me dan, los quiero ♥♥♥

Dedicación especial a la gente de la primavera, porque ya estamos iniciando una nueva :D

La verdad mi estación favorita es el otoño, y luego el invierno, peeero, los colores y casi todo lo que implica la primavera me gusta, así que...

En fin, pásenla bien, cuídense, bonito día, tarde, o noche, cuando sea que lean esto. Yo los tqm <333

—Lemon

Continue Reading

You'll Also Like

2.7K 183 6
Cuando en Roma Por: xblackcatwidowX COMPLETO. Cuando Harry y Hermione retroceden medio siglo en el pasado, se encuentran en el mismo año que el noto...
37.2K 3.5K 33
Reto de 31 One-shot's con la lista para el Omegacember con una de mis parejas favoritas más conocidas. Cabe aclarar que son los cubitos de los que es...
Prohibido By DiYan

General Fiction

3.6K 431 13
¿Dónde trazamos la línea entre el amor y el deseo? A Hinata siempre le ha gustado pasar tiempo en la casa de la tía Mei y su esposo durante el verano...
117K 7.1K 22
𝐏𝐄𝐓𝐑𝐎𝐕𝐍𝐀 | ❝No veo a una Petrovna, solo veo a Ana.❞ 「 𝐉𝐨𝐡𝐧 𝐒𝐡𝐞𝐥𝐛𝐲 • 𝐏𝐞𝐚𝐤𝐲 𝐁𝐥𝐢𝐧𝐝𝐞𝐫𝐬 」 john s...