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Salí de mi habitación y mientras caminaba por el pasillo para ir a las escaleras, me encontré con Cinco.
Lo miré y estaba lista para hablarle y preguntarle sobre esa noche en la azotea.
- ¡Oye!
Me detuve frente a él y Cinco me miró desconcertado.
- ¿Qué pasa?
- Sobre lo de la azotea...
- ¿De qué hablas? Yo nunca e subido a la azotea contigo - soltó risueño.
- Recuerdo estar hablando contigo la otra noche - expliqué.
- Lo soñaste entonces. Porque yo jamás e ido ahí contigo.
Su mirada era de enojo, ¿se habia enojado?
- Solo quería estar segura de si había sido un sueño - aclaré algo decepcionada.
- Ahora tengo que ir a ver a Dalia.
Me pasó de largo y solo miré como se iba alejando de mi.
Se sintió tan real, cómo si verdaderamente hubiéramos estado los dos juntos, platicando uno frente al otro. Yo tocando su rostro y mirando esa intensidad en sus ojos.
Ahora no veía nada de eso.
Todo se había ido en cuestión de horas.
Pero sus palabras seguían resonando en mi mente.
«Liberame, liberame»
¿A qué te refieres Cinco?
<...>
Hojee el libro y leí lo que decía en la parte inferior de la hoja.
«Los poderes pueden descontrolarse cuando nos desmayamos. En varias ocasiones pueden ser liberados con energías fuertes...»
Esto no me ayudaba en nada a estar aún que sea un paso más cerca. Necesitaba más pistas para saber esas dos habilidades de Dalia.
Tal vez era la manipulación, por eso podía controlar las mentes, incluyendo sus recuerdos.
Era lo más lógico para mí.
El día anterior habían actuado mis hermanos diferentes a como la primera vez. Ese dolor de cabeza que les dió a todos no era normal, esas palabras que cada uno me había dicho hacían que mi cabeza se revolviera sola.
Si el libro decía que los poderes aún seguían en función aún estando inconscientes, ¿por qué todos actuaron de esa manera?
Necesitaba alguien más adentrado al tema de los poderes, de las habilidades sobre naturales, alguien que a pasado la mayoría de su vida en esto.
Papá.
Ese viejo sabe todo hacerca de esto, si tenía dudas él me las resolvería. Pero tendría que ser discreta para que no sospechara.
Porque de ser lo contrario, los poderes de Dalia ya volvieron a funcionar esta mañana que despertó y si mi teoría es real, papá también estaría manipulado por ella.
<...>
- Papá.
- Número nueve, ¿qué necesitas? - habló sin despegar la vista de su libreta.
- Venía a qué me aclararás unas dudas, es todo - tomé asiento en la silla delante de su escritorio y lo encaré.
Papá alzó la vista y me miró por fin.
- ¿Sobre qué?
- Mis poderes - me encogí de hombros.
Me miró con los ojos entrecerrados, conciderandolo. Después simplemente cerró el libro y posó sus antebrazos encima de él.
- ¿Qué dudas tienes?
- En la mañana leí un libro que decía que nuestros poderes se pueden descontrolar cuando estamos inconsciente - comencé a explicar -. Y quería saber si era cierto o no. Y si yo causé algún daño mientras estaba en coma.
- Porsupuesto que no. Los poderes se deshabilitan en cuanto nos dormimos o quedamos inconscientes, ya que no hay nadie que los controle, ni siquiera nuestro subconsciente - comentó con sabiduría -. Y no, no causante ningún daño, número Nueve.
- ¿Entonces si Allison hace un rumor a alguien, cuando ella esté inconsciente el poder desaparecerá de la persona? - pregunté para estar más segura.
- Solo si el rumor es algo "permanente" el poder desaparecerá.
¿Y si eso había pasado con los chicos?
Si mis sospechas de que Dalia tiene un poder más son ciertas, su poder se pudo haber desactivado cuando Diego y yo la dormimos. Por eso todos me recibían alegres y decían que solo habían pasado 2 meses.
Pero necesitaba algo mas para comprobar mi teoría.
- Papá, ¿no has tenido dolor de cabeza estos días?
Dejó de mirarme para pensar.
- No - volvió la mirada a mi -. Mentira, si, hace un día estaba en mi habitación y un fuerte dolor llegó a mi cabeza.
- No eres el único, mis hermanos igual lo tuvieron - dije.
- ¿Por qué haces estás preguntas, número Nueve?
- Quería aclarar mis dudas. Y para decirte que mis poderes ya casi vuelven por completo - mentí.
- No necesito un "casi", número Nueve. Necesito un si definitivo.
- Solo era eso - solté seca y me puse en pie para salir de esa oficina.
Llegué a mi habitación y miré los dibujos, en especial ese retrato que me ha atormentado por semanas.
Entonces recordé el rostro de Dalia ese día que estaba inconsciente. Su frente estaba arrugada y su nariz estaba algo diferente.
Y miré el dibujo.
Conecté la imagen de Dalia junto al dibujo y daba a alguien casi igual. Solo "casi".
Y como había dicho papá.
Yo no quería un casi. Quería un si definitivo.
Entonces una nueva teoría volvió a mi mente. Ya tenía en claro cuáles eran dos posibles habilidades de ella. Solo faltaba la última y creo que la más importante.
Primer habilidad: Control de la electricidad.
Segunda habilidad: Control de la mente.
Y tercera habilidad: Cambio de forma.
Ahora sí estaba un paso más cerca.
- ¿Quien eres en realidad, Dalia? - musité.
<...>
Volvíííí.
Di presente si llegaste al final.
Perdón por tardar. Pero e estado trabajando en los capítulos de "Juntos en esta realidad" pero ya volvimos.
¿Me extrañaron?
¿Cómo le pareció?
Nos vemos en el siguiente y espero que sea mañana o el lunes.
Los amo.
Con amor, Esme.