Prometo Destruirte. [Nueva ve...

By elaineluart

31M 1.2M 331K

[Nueva versión, 03 - 2023]. Astrid Grayson y sus tres mejores amigas tienen una tradición: cada año, el 18 de... More

PREFACIO.
PERSONAJES.
00 ┋Prólogo
01┋PD
02┋PD
03┋PD
04┋PD
05┋PD
06┋PD
07┋PD
08┋PD
09┋PD
10┋PD
11┋PD
12┋PD
13┋PD
14┋PD
15┋PD
17┋PD
18┋PD
19┋PD
20┋PD
21┋PD
22┋PD
23┋PD
24┋PD
25┋PD
26┋PD
EPÍLOGO
DE INICIO A FIN; SEMPITERNO. ┋01┋
DE INICIO A FIN; SEMPITERNO. ┋02┋
DE INICIO A FIN; SEMPITERNO. ┋03┋
DE INICIO A FIN; SEMPITERNO. ┋04┋
DE INICIO A FIN; SEMPITERNO. ┋05┋
DE INICIO A FIN; SEMPITERNO. ┋06┋
DE INICIO A FIN; SEMPITERNO. ┋07┋
DE INICIO A FIN; SEMPITERNO. ┋08┋
DE INICIO A FIN; SEMPITERNO. ┋09┋
DE INICIO A FIN; SEMPITERNO. ┋10┋
DE INICIO A FIN; SEMPITERNO. ┋11┋
Spin-Off

16┋PD

522K 27.4K 9K
By elaineluart

D I E C I S É I S


Desperté con un sobresalto.

Un nauseabundo dolor de cabeza me hizo correr al baño. Pocas veces me excedía a la hora de beber, y esa mañana lo recordé de la peor manera. Estar inclinada en el retrete, sin poder detener el vómito, se asemejó a una tortura.

Busqué en las repisas cepillos nuevos, destapé uno e ingerí más pasta dental y enjuague bucal de lo que alguna vez lo hice en la vida. Sentía que el olor no se marchaba de mi aliento, y lo peor es que mi cuerpo parecía desprender un olor desagradable de alcohol.

Luego de lavarme el rostro, regresé a la cama, con la esperanza de descansar, aunque tan pronto como mis ojos registraron el dormitorio, el sonido de varias voces retumbaron en mis oídos.

—¡Al fin saliste! —exclamó Blair. La miré, tratando de decidir si debía quedarme o irme a otro lugar—. Estábamos comenzado a creer que estabas muerta —finalizó, riendo.

—¿Estás bien?

—No, ni un poco —le respondí a Hailee —. Tengo una resaca horrible.

—¿Por qué no tomas una ducha? —preguntó Carter.

Suspiré ante la idea. Una ducha fría sería como cumplir un sueño en ese momento.

—No traje ropa, creí que regresaría a mi casa

—Yo tengo en el auto de Ethan, puedes quedarte con un cambio —ofreció Carter con una sonrisa, pero Hailee hizo que se esfumara cuando ella desvió la vista, riendo—. Está limpia, no vayan a pensar mal. Íbamos a ir a acampar el otro día, pero no se pudo.

—Tranquila, nosotras no nos atreveríamos a pensar mal. Recuerda que tú eres la seriecita del grupo que carece inocencia, ese es tu papel, no el nuestro —bromeó Hailee, aunque en parte tenía razón.

Carter podía tener un aspecto muy serio e íntegro, pero cuando entraba en confianza, nos preguntábamos si en verdad hablaba más de lo que sentía. Nunca la juzgamos, al contrario, nos hacía sentir bien saber que ella podía revelar cada una de sus ideas en nuestra presencia sin temor al prejuicio. Pero, de cualquier formaba, deseábamos que ella pudiera abrirse con todo el mundo como lo hacía con nosotras.

—Gracias, gracias, gracias —la abracé cuando ella regresó con una maleta deportiva.

Sin más que esperar, fui a tomar esa ducha fría. Fue breve, solo quería quitarme la sensación de pesadez y el olor a alcohol. Aparte sabía que, si me quedaba un segundo más, Blair me regañaría por el desperdicio de agua.

Mientras sujetaba mi cabello en una coleta, me dirigí al pasillo, donde me encontré con Aiden. Él estaba a un paso de salir de un dormitorio y, al igual que yo, se acababa de bañar. Su cabello húmedo dejó un rastro de gotas rodar por su cuello, y salpicar su camisa. Lo contemplé con curiosidad, pese a mis pronósticos nocturnos, parecía que pudo descansar. Tal vez demasiado por lo radiante que era su semblante.

Lo saludé con un diminuto gesto de mano.

—Tengo una pregunta para ti —dijo al acercarse a mí.

—No ahora, por favor —lo rechacé al instante—. Son las diez de la mañana, tengo una terrible resaca, y mi cerebro está apagado hasta nuevo aviso.

Aiden se echó a reír, con ligereza y diversión. Sentí una punzada de envidia. ¿Cómo podía verse tan fresco? Lo había visto beber casi lo mismo que yo. ¿Acaso era por qué era irlandés?

—¿Hasta nuevo aviso?

Asentí.

—¿Y a qué hora será ese «nuevo aviso»? —Alzó una ceja, divertido.

—No lo sé... —murmuré. Si fuera por mí, nunca lo sería, el estridente dolor no dejaba mi cabeza. Palpitaba ante cada palabra y sonido que mis oídos percibían.

—Es una breve pregunta de un sí o un no —instó Aiden —. Te prometo que luego de ella te dejaré en paz e incluso te conseguiré una pastilla para que te sientas mejor.

Me tallé los ojos al mismo tiempo que asentía.

—¿Recuerdas lo que sucedió anoche luego de que abandonaras la fiesta?

—Sí, eso creo...

—¿Eso crees?

Los recuerdos de la fiesta eran borrosos. La única certeza que tenía era que bebí hasta perder el conocimiento porque no recordaba como llegué a la cama.

—Es que tengo dos teorías, la primera es que me desmayé, y la segunda es que alguien me llevó a la habitación porque estaba muy borracha —contesté, sin mucha convicción.

— ¿Teorías? —dudó—. Astrid, te pregunté si lo recordabas, no si...

—¡Lo ves! Te dije que mi cerebro funcionaba hasta nuevo aviso. Y no, no lo recuerdo.

Los ojos de Aiden se estrecharon con un sentimiento que me fue difícil catalogar, y su sonrisa entusiasta se esfumó en menos de un segundo, lo cual hizo que la incertidumbre despertara mis sentidos. No obtenía esa reacción de él ni cuando lo insultaba.

—Espera. ¿Qué sucedió anoche? —Me tapé mi rostro con horror, sintiendo a la vergüenza plasmarse en cada una de mis facciones—. Por favor, dime que no hice el ridículo.

Aiden tomó mis manos, y las apartó de mi rostro.

—No, no hiciste el ridículo. Puedes estar tranquila —aclaró, pero la forma en la que me miraba seguía siendo desconcertante para mí.

Retrocedí.

Era la primera vez que veía esa mirada en él.

—¿Seguro? —insistí—. Porque la última vez que sucedió terminé imitando una escena de una de mis películas favoritas. Fue tan vergonzoso. Colton me grabó, y no dudó en enseñármelo cada vez que quería molestarlo.

—¿Qué película imitaste? —quiso saber.

—No te diré el nombre.

—¿Por qué no?

—Porque se trata de una película infantil. —En cuanto las palabras salieron de mi boca, el tranquilo silencio fue reemplazado por risas—. ¡Oh, por favor, la segunda película de Shrek es una joya! —Me defendí, sin darme cuenta de mi gran error.

Su sonrisa se expandió a lo largo de su rostro.

Shrek 2, ¿eh?

—Sí, Shrek 2 —reafirmé con orgullo, y levanté el mentón—. Da igual, es una grandiosa película. No me importa que te burles.

Aiden negó con la cabeza.

—No lo hago, pero me es gracioso imaginarte en ese escenario.

Estreché los ojos hacia él, pero al escuchar a Blair llamarme, regresé al tema central. Todavía apreciaba la incertidumbre en sus expresiones a pesar de lo mucho que él quería hacer ver que no le afectó mi respuesta.

—Entonces... ¿No hice nada fuera de lo normal? —volví a interrogarlo antes de que fuéramos con los demás, pero esta vez no me refería a una acción ridícula, y él lo sabía.

—Me dijiste algo...

—¿Qué fue lo que te dije? —Reduje la distancia entre nosotros.

Aiden me miró con atención, hice lo mismo, y su mirada bajó a mis labios, pero al instante fuimos interrumpidos por un Colton somnoliento que se abrió paso en medio de los dos.

—¿Se te ofrece algo? —le dije a mi amigo con el propósito de que se fuera.

—En realidad, sí —se dirigió a mí Colton, pero mantuvo su vista en Aiden—. ¿Vas a llevar a Brent a mi fiesta de despedida?

—Te dije ayer que si —le recordé.

Colton sonrió.

—Oye, Aiden, tú también estás invitado por si quieres ir. Será hoy en la noche. Te paso la dirección por mensaje.

—Gracias —murmuró Aiden con un tono distante, ajeno a él.

Colton nos dejó solos, pero a pesar de que hace unos minutos estábamos disfrutando la presencia del otro, la atmósfera dio un giro inesperado. Aiden no me miraba, mantenía la vista en otra parte, y las sonrisas ocultas.

—¿Vas a ir con Brent? —me preguntó con voz rasposa.

—Sí —confirmé—, te dije que estaba saliendo con él, ¿no?

Lo vi tensar la mandíbula.

—No, no lo hiciste.

—Claro que sí. Te dije que podía recuperar su atención cuando quisiera y, al igual que recuperarla, podía hacer lo que deseara con ella. ¿No era evidente que terminaríamos saliendo?

Aiden se echó hacia atrás.

Estábamos a cinco pasos del otro, pero fue como si de repente un corredor de metros nos distanciara.

¿Por qué tanto drama? Él me vio asistir a todos sus partidos con Brent. Y debió intuirlo en el último, cuando Brent estaba más cariñoso de lo normal, tal vez mi vista solo se enfocó en Aiden e incluso traía su camisa puesta, pero quien estaba a mi lado era Brent, no él.

—En fin... ¿Qué me ibas a decir?

—Nada. Estaba jugando, no me dijiste nada importante.

—¿Seguro? —insistí.

—Sí —aseguró—. Tengo que irme. Te veo en la despedida.

—Claro —balbuceé. ¿Acaso él no me iba a llevar a mi casa? Al parecer no, porque comenzó a caminar al corredor que daba a la salida. Y no sé por qué, pero sentí la necesidad de detenerlo—. Espera, antes de que te vayas, quiero darte las gracias por la fiesta. No sé si lo hice estando borracha, pero me gustaría asegurarme. Convertiste algo horrible en algo especial. Y no sabes lo mucho que agradezco que lo hayas hecho. Gracias, Aiden.

Él negó con la cabeza.

—Te lo merecías. No me agradezcas.


La despedida de Colton se celebró del mismo modo que mi fiesta de cumpleaños, en una terraza de un edificio a las afueras de la ciudad, solo que la suya era mucho más grande, debido a que él se aseguró de invitar a todo aquel con quien se cruzó por los pasillos de Sheridan. Y a los de su tienda favorita de películas, también.

Su motivo fue, y cito: «Es mi última oportunidad de ser adolescente. Y la voy a aprovechar como si el mundo se fuera a acabar mañana».

El viaje que él iba a emprender no contaba con una fecha de regreso. Luego de que su padre celebrara su cuarto matrimonio a principios de año, decidió hacer un plan de jubilación, uno que incluía a Colton. Él no quería que el trabajo afectara su nueva relación como lo hizo con las demás, por lo que no dudó en involucrar a su único hijo para que asumiera el mando de su empresa, sin importar que fuera en contra de sus deseos o que le faltaran seis meses para terminar el instituto. Lo iba a preparar para librarse de sus responsabilidades.

Él vio por su propio bien, como en el pasado, cuando lo dejó a cargo de su hermana, la madre de Blair.

Recuerdo la noche en la que nos enteramos e intentamos consolarlo, pero Colton se negó, dijo que era algo que esperaba, y lo aceptó como si careciera de importancia. Aunque, cuando lo ponía en análisis, sentía que una parte de él deseaba reunirse con su padre, y por eso mismo no trató de desistir.

Lo entendía.

A veces no importaba el daño que la familia nos pudiera hacer, una parte de nosotros siempre iba a desear alcanzar sus expectativas para obtener su cariño, aunque fuera tóxico, aunque fuera malo, lo haríamos, porque era algo que se nos había arrebatado sin la oportunidad de sentirlo.

Yo misma hacía eso con mi madre, por eso no la quería ver. Estaba segura de que iba a ceder.

Brent pasó por mí a las siete de la tarde, pero llegamos alrededor de las nueve porque quería hablar conmigo en privado. No fue nada importante, solo me habló de sus sentimientos y lo feliz que le hacía mi presencia en su vida.

Al llegar, fui a saludar a mis amigas, y dejé a Brent charlar con los suyos mientras iba a buscar una bebida.

—¿Necesitas ayuda? —La voz de un chico sonó detrás de mí cuando se percató de mi fallido intento por abrir una botella.

Me puse rígida al instante.

Reconocía al dueño de la voz.

—No. Gracias —respondí entre murmullos.

—De verdad. Por mí no hay problema. —Él se acercó—. Deja que te ayude.

Me giré a verlo, el cabello que antes cubría mi identidad se deslizó por mi hombro, y la sorpresa en sus ojos fue más impactante de lo que podía describir.

El chico que se encontraba frente a mí fue el último chico al que le prometí ser amado, pero solo dejé caer, su nombre era Blake. Terminé con él el catorce de febrero, y después de las vacaciones trimestrales ya no lo vi en Sheridan. Supuse que se cambió a otro instituto como deseó hacerlo antes de conocerme.

—Yo puedo sola —dije.

Me serví un vaso hasta que la superficie reventó, al igual que su silencio.

—¿En serio me vas a evadir?

—No te estoy evadiendo.

—Claro que sí, desde que terminamos lo haces —replicó, en medio de una tortuosa respiración.

Levanté mi rostro, y me obligué a mirarlo. El enfrentamiento era la parte que menos toleraba de la tradición.

—Sí, porque creí que ya no querías tener ningún tipo de contacto conmigo después de nuestra ruptura. Me gritaste sobre lo horrible ser humano que era y lo mucho que me odiabas cuando te dejé —le recordé—. Disculpa por no haberlo interpretado como un: «seguimos en contacto».

—Rompiste mi corazón, Astrid.

Patético.

A él no le importó destruirles el corazón a las chicas con las que salió, al contrario, lo hizo sentir poderoso. Entonces ¿por qué debería de importarme a mí alguien así? Además, lo suyo no era un dolor real, solo era parte de la humillación. No le rompí el corazón, le rompí el ego, y eso le afectó.

—Ya ha pasado casi un año, Blake. Tienes que superarlo.

Por la forma en la que su mirada se oscureció, asumí que no era lo que quería oír. Sus expresiones agudizaron su miseria, al igual que su voz. Sin embargo, él se acercó a mí con suma delicadeza, y tomó mi mano.

—Es muy poco tiempo para olvidar a la persona que amas.

—Somos adolescentes, Blake. En un momento puede gustarnos algo, y en otro lo podemos odiar —dije, apartando mi mano de la suya—. Quizá el amor adolescente solo es una bella ilusión que nos aferramos a creer que es real por las grandes expectativas que nos muestra la cinematografía y la literatura.

Blake me observó con incredulidad, y chasqueó sus labios con desaprobación.

—Los adultos nos subestiman demasiado como para hacerlo nosotros también, ¿no lo crees? El ser adolescente, adulto o anciano no cambia lo que sientes. Todos tenemos sentimientos, Astrid. Cualquiera puede enamorarse, sufrir de una traición y obtener un corazón roto. Ninguna persona está libre de ello.

Parecía irreal. Un chico que utilizó a chicas para su propia satisfacción, sin preocuparse en lo que ellas podían sentir cuando las desechaba como si fuesen un objeto inservible, ahora preocupándose por los sentimientos de los demás.

Las personas tenían razón, solo cuando alguien sufría de una injusticia, adquiría una preocupación entorno a ella.

—Antes no pensabas eso.

—Tal vez yo ya no soy el mismo idiota que conociste o, quien sabe, puede que siga enamorado de ti —dijo con un hilo de voz—. Aunque, bueno, creo una parte de mí siempre lo estará. ¿No es eso lo que todos dicen cuando te enamoras?

Me mordí el interior de mi mejilla, al sentir las palabras de arrebato y maldad escaldar mi paladar. ¿Por qué actuaba como si tuviera roto el corazón?

—Las personas dice muchas mentiras, Blake —respondí—. Algún día ni siquiera recordaras mi nombre. Te lo prometo.

—No quiero olvidarte, Astrid. Quiero superarte.

—Y lo harás, pero...

—¿Aun sigues sin entenderlo, Astrid? —me interrumpió—. No puedes recuperarte de un corazón roto, por más que lo intentes. Después de que algo se rompe en ti, no hay forma de repararlo, siempre habrá una abertura donde el dolor pueda filtrarse.

Blake se marchó, pero me dejó un nudo en la garganta que no se me borró ni tomándome la bebida de un solo trago.


Regresé con Brent. Necesitaba distraerme. Fingir ser alguien más.

—Te traje una bebida —le dije, con una sonrisa falsa.

Brent ignoró mis palabras, me sujetó del cuello, y depositó un beso en mis labios, aunque el contacto entre nuestras bocas duró menos de un minuto, debido a que él retrocedió, y enfocó su mirada hacia alguna parte detrás de mí.

Quise voltearme, pero él me lo impidió.

—No me gusta la forma en la que te mira Aiden —de repente dijo—. Y mucho menos me gusta la forma en la que te mira estando conmigo.

—¿La forma en la que me mira? —me burlé—. ¿Como si estuviera ideando de qué manera fastidiarme?

—No, te mira como si quisiera arrancarte de mis brazos, y llevarte con él.

Mi corazón sintió una punzada que se expandió a lo largo de mi pecho, aunque mi lógica hizo que pronto se perdiera en la nada. Aiden no tenía ese tipo de sentimientos por mí. Brent solo era un idiota celoso.

—Claro que no.

—Claro que sí —reafirmó Brent —. Y cuando te besé juro que murmuró un «patético» luego de echarse a reír.

Estuve tentada a llevarle la contraria.

No quería defender a Aiden, pero yo también sentí ese rechazo cuando me explicó la causa de su beso. Los celos de ese estilo me parecían ridículos. Besarme para marcar territorio... ¿Qué era yo, un objeto?

—No deberías tomarle importancia —mentí para tranquilizarlo—. Él sabe que, molestándote a ti, me molestará a mí.

—¿Y por qué si tanto te molesta no dejas de hablarle? —preguntó.

Me quedé callada, no podía decirle que acordamos ser amigos, y que esa era la primera vez en mucho tiempo en la que volvía a molestarme.

—No creo que sea tan difícil dejarle de hablar a alguien que te cae mal, ¿no lo crees? —persistió en su punto. Estaba segura de que intentaba manipularme—. Piénsalo, estarías más tranquila si él desapareciera de tu vida.

Presioné los labios en una tensa línea.

—Ya te lo dije, no puedo hacer eso —le recordé.

Era cierto que Claire y Rowan se pondrían mal si ignoraba a su sobrino, pero esa presión ya no me guiaba, de verdad no quería distanciarme. Aiden se estaba comportando amable conmigo, y había derrumbado su fachada de ególatra egoísta, se merecía que yo lo considerara.

—Entonces... ¿No lo harás?

—No, pero no hay nada de lo que tengas que preocuparte. Rumsfeld no siente nada por mí.

—¿Y tú? —preguntó, dubitativo—. ¿No sientes nada por él?

—No, nada —mentí.

Tal vez no sentía amor por él o una fantasiosa atracción como Brent proclamaba, pero si estaba comenzando a sentir un cariño por su persona. Era pequeño, casi diminuto, pero estaba ahí.

—Está bien, supongo que es lo que importa. —Sus hombros por fin se relajaron—. Iré por otra bebida. ¿Quieres una?

—No. Estoy bien.

—De acuerdo, trataré de no demorar.

Asentí, y una falsa sonrisa con claros destellos de exasperación se formó en mi rostro cuando Brent me besó otra vez sin dejar de mirar a Aiden.

Patético.

No me atreví a mirar a nuestro espectador, en su lugar, le hablé a Colton, quien estaba en medio de un grupo que lo alentaba a acabarse el resto de una botella.

—¿Ya viste con quién está Aiden? —Fue lo primero que me preguntó al rodear mis hombros para hacerme girar.

Aiden y yo quedamos de frente, pero apartados por una considerable distancia, y el vaivén de las personas irrumpieron el contacto visual que ambos estábamos buscábamos establecer.

—¿Qué tiene? —quise saber, al no encontrar algo malo en la chica que estaba a su lado.

La conocía.

Ella era amiga de Blair, y una de mis compañeras favoritas a la hora de formar equipos. Poseía un cerebro brillante, y un envidiable sentido de responsabilidad que a mí me faltaba, por lo que me ayudaba a concentrarme. No tenía mucha comunicación con ella fuera de Sheridan, pero podía decir que me agradaba. Y también que era muy hermosa.

—¿No te molesta? —Colton sujetó mi mentón con su mano libre, y movió de un lado a otro mi rostro en busca de algo que desconocí.

Lo aparté de mí al notar que Aiden seguía siendo nuestro espectador.

—¿Por qué lo haría?

—Por los audios que me enviaste ayer.

¿Audios?

—¿De qué hablas? —Coloqué mi mano en su pecho, y observé su rostro con atención. No podía creer que ya estuviera borracho—. ¿Te sientes bien?

Colton sujetó mi mano.

—Estoy bien, no soy débil como tú, todavía me queda aguante para toda la noche —aclaró, riendo—. Hablo de los audios que me enviaste en la madrugada, cuando te fuiste de la fiesta.

Lo solté, y me pellizqué el puente de la nariz, avergonzada. No los recordaba porque fueron producto del alcohol.

—Bórralos de tu mente, Colton —le pedí. Seguro no se entendían, y cada palabra que pronuncié debía ser una barbaridad. Astrid borracha decía lo que me daba miedo expresar estando sobria—. Sea lo que haya dicho, bórralo de tu mente, por favor.

Él se rio de forma divertida y alta.

—Será mejor que los escuches —sugirió.

Cubrí mi rostro con horror. Ni en mil años iba a someterme a tal tortura. Por desgracia, Colton tenía otros planes, sacó su celular, y comenzó a buscar nuestra conversación. Me separé de inmediato de él para refugiarme en Aiden.

La chica que lo acompañaba se había ido, y sabía que Colton lo que quería era que estuviera cerca de Aiden para seguir haciendo bromas a mi costa.

—Es de mala educación mirar a otras personas cuando estás con alguien más, Rumsfeld —le hice saber al momento de tenerlo de frente.

—No si le estás hablando sobre la persona que miras, Grayson —agregó.

Parpadeé, sorprendida.

—¿Le estabas hablando a esa chica de mí?

—Sí —respondió, con el atisbo de una sonrisa incendiaria—. Ambos nos pusimos a discutir el por qué los chicos más idiotas salen con las mejores chicas. Y tú fuiste nuestro mayor ejemplo.

—¿Podrías dejar de insultar a Brent?

—Lo haría si no fuera por las cosas que he escuchado de él —replicó, molesto, aunque no fue el tono de desagrado en su voz lo que me alarmó, sino que su irritación parecía ser genuina.

Aiden Rumsfeld lo detestaba.

—Será mejor que me vaya —dije.

No me gustaba hacía donde se estaba dirigiendo la conversación, mucho menos la idea de que Brent me viera a su lado.

—Claro, no querrás que el cavernícola te de otro beso. —Aiden sonrió con falsedad, mientras tomaba un profundo trago de su bebida.

Lo dejé hablando solo, y me acerqué al mini bar. Brent todavía se encontraba ahí. Él estaba conversando con uno de sus amigos, lo cual explicaba su tardanza, por lo que mantuve mi distancia, aunque lo saludé a lo lejos por lo ansioso que se veía por querer despedirse.

Observé a mi alrededor. La mayoría estaba consumiendo alcohol como si fuera agua, incluso mis amigas que no solían tomar con frecuencia. Menos mal que Ethan las estaba cuidando, y que Colton mantenía una imperdible atención en ellas. Aunque pronto haría que Brent me acompañara a hacerlo yo también.

Tomé una foto con el celular para mantener el recuerdo, y guardarla en el baúl.

La imagen terminó siendo una foto panorámica que abarcó gran parte de la terraza. Mis ojos brillaron al imaginar lo increíble que se vería impresa, aunque al observarla de cerca, fue ese mismo detalle el que logró hacer que mi mundo dejara de girar cuando mis ojos se posaron en una silueta.

Blake se encontraba recargado en uno de los rincones de la terraza, y en la foto se podía apreciar el dolor que le causaba el verme.

Alcé la mirada para comprobar que no fuera una ilusión o un efecto tardío de la única bebida que ingerí. Habían pasado meses desde que terminamos, no se supone que él estaría así. Mucho menos que el intercambio de palabras que tuvo conmigo fuera sincero.

Como dije, no creí que les rompíamos el corazón a los chicos de la tradición, pensé que se trataba de una destrucción al ego, y que la ruina de las posibilidades los hacía creer que era así. Jamás imaginé que ellos sentían amor por nosotras considerando sus antecedentes.

Aun así, ahí estaba él, mostrándome cuanto me equivoqué en creerlo.

Me vi reflejada en su dolor.

Recordé la forma en la que se sentía tener el corazón roto. Recordé el sentimiento de impotencia que me envolvió durante tanto tiempo al no poder hacer nada contra los sentimientos que tenía por el chico que me rompió. Recordé el dolor. Recordé la impotencia. Recordé todo. Fue inevitable que una parte de mí no se rompiera al ver que me convertí en lo que más odiaba.

Me había convertido en una de ellos.


ミ☆ 

Uno de los momentos tan esperados ha llegado. Yo sé que muchos ansiaban que Astrid cambiara su percepción, pero tenía que haber un desarrollo para que eso sucediera. Espero les haya gustado el capítulo. 🦖 

bonito anochecer, y gracias por estar aquí. <3

si necesitan contactarme o quieren hablar del capítulo recuerden que en todas mis redes estoy como @elaineluart 

Continue Reading

You'll Also Like

1.2K 272 2
━❪ I will follow you way down ㅤ Wherever you may go ㅤ I'll follow you way down to ㅤ your deepest low ㅤ I'll always be around ㅤ wherever life ta...
16.1K 1.2K 27
El pobre King Dice esta desesperado, va perdiendo las esperanzas mientras pasa el tiempo y no logra volver a su hogar. Al parecer el juego de dados...
105K 7.3K 20
Emma siente que su vida se convierte en un desastre cuando su padre la abandona y forma otra familia en California. Su madre, consigue un trabajo en...
210K 18.3K 73
#1 parte de la trilogía Sin Suerte! ------- "Hay veces que sin querer, te caes, y sin notarlo... Pierdes tu suerte" Emily Vescovi intenta sobrevivir...