𝐏𝐫𝐨𝐭𝐞𝐜𝐭 𝐌𝐞 [𝐊𝐨𝐨𝐤...

By alfombra_escarlata

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Los mil y un demonios de Taehyung lo orillan a terminar en una inmensa red de prostitución sospechosamente fu... More

NOTA DE LA AUTORA
PRÓLOGO
CUESTIÓN DE NEGOCIOS
MENTE SANGRANTE
NOTICIAS
IRRACIONALMENTE DESTROZADO
ESTÚPIDO
CURIOSIDAD
ESA PEQUEÑA CINTURA
NUEVOS AMIGOS
SESIÓN DE FOTOS
NO SEAS TONTO COMO YO LO FUI
ESA NOCHE EN EL ESPEJO
UNA NOCHE CALIENTE MUY FRÍA
MÁS QUE UN MALDITO DESEO
PRT 1: DOS NECIOS Y VAPOR
PRT 2: REPLANTEARSE VERDADES
COSAS DE FAMILIA
TAN CRUDO COMO SUAVE
PRT 1: EL PLACER DE COMPRENDERSE
PRT 2: DOS CHICOS Y UNA HABITACIÓN
JUNTOS
HASTA EL FRÍO SUDA
TODO TIENE UN LÍMITE
DOSCIENTAS GRABACIONES, MIL HISTORIAS
MIEL Y AZÚCAR, UN SIEMPRE Y UN JAMÁS
LA ÚLTIMA NOCHE
PRT 1: AGRIO SABOR
PRT 2: EL PORQUÉ DE LAS COSAS
JUSTICIA TARDÍA
LA NORMALIDAD DE LAS COSAS
SIN SALIDA
ESE JAMÁS
DESDE OTRO ÁNGULO
EL DON DEL ARREPENTIMIENTO
LA PRIMERA NOCHE
PRT 1: EL MEJOR REGALO DE TODOS
PRT 2: NO, YO TE AMO MÁS
EPÍLOGO
AGRADECIMIENTOS

TE AMO

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By alfombra_escarlata

«Te pareces tanto a tu madre Taehyung. Y aún así no pude reconocerte. Cuando te vi esa noche en el bar y hablamos en la barra, creí que estaba hablando con cualquier chico, uno más del montón, pero me cautivaste, igual que lo hizo tu madre el día que la conocí.

Ambos tienen tanto parecido que cuando te veo, me recuerda tanto a ella… Y duele, talvez no puedo estar cerca por eso, mirarte es mirarla a ella y le debo tanto que simplemente no podía soportar sabiendo todo lo malo que había hecho.

Tengo que enmendar algunos errores, tirar a la basura lo que ya no sirve, afrontar las consecuencias y el castigo por un tiempo hasta que mi sola existencia no sea un peligro para mi querido hijo.

Desearía que pudieras entenderlo. Volveré a ti, pero no ahora, no pronto. Mientras tanto, cuídense unos a otros hijo. Cuentan conmigo para lo que sea.

Lo que sea.

~ La mansión Kim fue vendida a hace tres días a una familia del este, la cuidarán bien. Ve a recoger el dinero con la albacea que ya conoces a esta dirección y por favor no vuelvas a esa casa nunca.

Por otro lado, sé que te mentí una última vez, no rente esta propiedad, es mía. Aquí terminé justo después de enterrar a tu madre sin ningún lugar a donde ir pero me equivoqué al pensar que podría vivir feliz y a salvo una vida sin ambos.

Sólo la usé una semana, es tuya.

~Las escrituras están en trámites para ser cambiadas a tu nombre, sólo llama a este número y diles que vienes de parte de Kim Sihyoon. Ellos sabrán qué hacer.

Te espera una gran vida hijo, eres fuerte, eres valiente, siempre lo has sido, lo supe desde el momento en que vi tus curiosos ojos al nacer, cuando lloraste por primera vez con tanta fuerza, tan alto y con tanto poder que me convenciste. Llorar no es malo, tener razones para llorar no es malo, y sentir que todo se sale de control tampoco lo es, es el mundo, el mundo se sale de control de vez en cuando; e incluso cuando lloras, incluso cuando te derrumbas es señal de que eres humano; pero ser de los pocos que saben el momento exacto en que se deben secar esas lágrimas es lo que te hace mi hijo.

Confío en ti, tengo fe en ti tanto como la tuve en tu madre hasta su muerte, siempre estaré ahí, aunque no lo pidas, aunque no te des cuenta, siempre estaré detrás protegiendo a mi hijo para tratar de compensarte todo el mal que he hecho, que te he hecho, pero lo demás depende de ti.

Vive, ríe, ama como yo amé y nunca olvides a tus seres queridos, nuestra familia, porque eso somos, una familia distinta, separada pero leal, la lealtad y valentía de los Kim es mi herencia para ti, cuídala, úsala. Y sobre todo cuídate a ti mismo y a quien amas, en esta vida proteger es el instinto más puro y noble que nos queda.

Todo lo que hice fue por una razón, porque no me canso de decirte que eres mi hijo, eres mío, fuiste mi bebé y nunca dejarás de serlo, aunque no esté ahí, aunque muera; el producto de algo que no debió ser pero que cuando fue nunca quise soltar y tuve que hacerlo.

Desde la parte más sincera de la que este viejo vivido y de muchos errores puede sacar, te agradezco que me perdones, que lo sigas haciendo y no olvides que lo hiciste porque tu perdón y tu misericordia es lo único que me queda, lo único por lo que vivo.

Te amo hijo. Jamás lo dudes, jamás lo olvides, porque tal vez jamás pueda volver a decírtelo, pero hasta donde mi poder humano me lo permita, siempre estaré ahí para ti.

Siempre.

De un padre a su hijo:

Kim Sihyoon»

Una lágrima cayó por los ojos de Taehyung, luego otra, varias empezaron a derramarse silenciosas sobre el papel de aquella carta que su padre le había dejado. Taehyung apretando los labios con su vista nublada en las letras borrosas.

Jungkook lo abrazaba por detrás consolando escuchando su sentir respecto a su padre. Le llena de plenitud ahora saber que no está solo, después de tanto tiempo, de tantas odiseas, miserias y lágrimas puede estar seguro de que es así y de que estas lágrimas no son de tristeza si no de una especie de felicidad discreta. Lo tiene todo y más. El agradecimiento es la segunda emoción que le recorre, el saber que su padre siempre estará ahí, cuidando de él siendo el padre que nunca tuvo.

Y después de sorber y sentir el abrazo de Jungkook más fuerte se da cuenta de que estas lágrimas son curativas, porque ha sabido perdonar, porque fue lo suficientemente fuerte y valiente como lo elogió su padre, que ahora tiene a Jungkook y lo ama, él lo ama de vuelta, que ambos ahora pueden tener la vida que tanto han deseado, juntos, crecer, equivocarse, vivir y amar.

Que lo logró.

Que Kim Taehyung y Jeon Jungkook lo lograron…

[…]

La casa a las afueras de la cuidad en medio del bosque se convirtió en su propiedad.

Fue difícil y cansada su nueva vida de ciudadanos modelo, Jungkook tuvo que pedirle ayuda a su hermano para que les asistiera con todo el papeleo y en cuestión de unos meses, los trámites, negligencias y asuntos estaban pactados. Después de que Junhae les ayudara a bajar la última caja con sus cosas al final de la mudanza, le palmeó en la espalda y lo abrazó fuerte diciéndole al oído que estaba orgulloso de él.

—Cuida a ese muchacho Jungkook. Los chicos como esos están casi extintos. —El azabache de mechas rojas le sonrió muy de acuerdo. Entonces Junhae tomó su hombro como despedida. —Si tuviera que apostar por alguien mil veces, siempre lo haría por ti.

Junhae confiaba en él para tener éxito en lo que sea que ahora quisiera alcanzar con su vida, con su nueva familia. “Su nueva familia”, Dios, ¿así se siente? ¿Así se siente la punta del éxito, de la plenitud con miras a un desconocido pero emocionante futuro? Ya lo cree que sí.

Por supuesto los Min también fueron, Jimin fue el primero en apuntarse a ayudarlos a redecorar. El dinero recuperado de la mansión había sido como agua caída del cielo. La propiedad tenía buenas hectáreas de terreno, unos increíbles ventanales al exterior, ningún vecino por ningún lado y una hermosa vista húmeda y verde hacia el nublado y frondoso bosque con el sonido del agua del riachuelo por la mañana y los búhos por la noche, lejos de la cuidad, de los autos, bares, personas y el pesado ambiente. Tener esto para ellos solos en la privacidad de la lejanía fue el moñito dorado encima del enorme regalo.

Les tomó tiempo, pero al fin, el último jarrón fue girando ligeramente a la derecha y el último cuadro enderezado correctamente, estaban en casa.

Y estaban juntos.

[…]

Cuando el dinero de la mansión se acabó, Taehyung ya no era “millonario”, ya no tenía la reputación que tenía antes, lo último que se supo de la familia Kim fue el simple titular de un periódico.

«Misterioso desalojo de la mansión Kim, ¿dónde están sus dueños ahora?

Se cree que la repentina venta de la gigantesca propiedad que antes pertenecía a la poderosa y multimillonaria familia Kim tiene algo que ver con la tragedia que ocurrió hace más de dos años con Kim Mildred, pero seguimos sin tener rastro de la familia que alguna vez vivió en ella. Creemos que…»

Taehyung sonrió muy amplio devolviendo el periódico al pedestal del Seven Eleven en el que se habían detenido y continuó esperando a Jungkook quien compraba una Pop-Tard.

La familia Kim que eran antes estaba en el pasado. Kim Mildred fue la mujer más amorosa y cariñosa que jamás ha existido, su madre Kim Mirang la más fuerte, valiente y de tanta fe que jamás conoció y su padre Kim Sihyoon el hombre más astuto, inteligente y leal que podrá haber. Eso era lo único que se debía saber sobre su familia. Ahora Kim Taehyung debía escribir su propia historia, hacerse su propio nombre y continuar con el invisible pero significativo legado de su familia.

Jungkook terminó de pagar en la caja y lo alcanzó en la puerta listo para abrírsela.

—¿Nos vamos a casa?

—Vamos a casa.

[…]

Un mes después

La pareja no eran ricos para nada, su casa es preciosa, con privilegios que al menos Jungkook jamás había tenido y aún se siente como un niño al disfrutarlos pero no es nada comparado a la vida que Taehyung tenía antes por lo que eso lo hace aún mejor.

Ni siquiera cuando lograron asentarse y cada quien consiguió un mejor trabajo es que las cosas cambiaron mucho. Seguían teniendo el mismo auto decente color perla que ambos usaban juntos para ir a sus trabajos todas las mañanas, trataban de ahorrar en gasolina, gastos innecesarios y aprender a administrarse.

Pero sí que volaron la casa por la ventana para comprar el regalo de boda para la recién casada pareja Min, porque cuando hay que gastar el cartucho, hay que gastarlo bien.

Hacía mucho que Taehyung no iba a una boda, y hace nunca que Jungkook había ido a una fiesta, esa mañana que Taehyung le estaba ayudando a acomodar su moñito, Jungkook le confesó que estaba nervioso y que ni siquiera sabía porqué.

—No es difícil —le sonrió Taehyung con ternura.

—¿Qué se hace en una boda?

Taehyung limpiaba los hombros del traje de su novio para quitar cualquier pelusa de la impecable tela negra.

—Cada quien se divierte como quiere. Pero este es el plan: tú y yo vamos a vernos increíbles, vamos a felicitar a la feliz pareja, comeremos, bailaremos y te dejaré tomar una generosa cantidad de alcohol para que regresando tú también me demuestres cuánto me quieres. ¿Te parece?

Jungkook miraba hacia abajo, a su moñito negro terciopelo sin alcanzar a verlo bien pero sonriendo muy muy grande.

—Me gustan las bodas.

—Todavía no has llegado a una amor. —Taehyung se carcajeó por su fugaz aspecto tierno. —Pero verás que sí. Son Park y Min, ¿qué puede pasar?

.

.

.

Jimin casi se cae de la silla a mitad de la boda. Por no fijarse terminó con media nalga llena de pastel. El padre de Jimin pasó la vergüenza de su vida cuando su loco hijo se puso a bailarle muy sensual a su ahora esposo en medio de la pista. Hubo varios que ni siquiera estaban invitados por lo que faltó comida y sobró pastel de nalga. Y el rubio tuvo un ataque de risa cuando Yoongi terminó de culo en el suelo casi al final del “Balls”.

Cosas de bodas.

Jungkook nunca se imaginó que se la iba a estar pasando tan bien en medio de cosas de bodas; excepto por la parte de bailar…

Es obvio que Jungkook no había bailado en pareja en su vida y Taehyung no era el gran experto, esta no fue una escena dulce donde uno le enseña cariñosamente al otro cómo bailar y ambos terminan siendo los mejores del momento en un compás romántico como de cuento de princesas. Los dos se veían ridículamente horribles en la pista tratando de dar una, incluso Jimin le dio un codazo a Yoongi con el rostro de pena ajena más burlesco que podría haber. Terminaron rindiéndose y tropezando hasta que mejor se fueron a sentar. Ganar juzgados era pan comido pero bailar definitivamente imposible.

Aunque también momentos buenos, Yoongi bailando con su hermana, su única familia fue algo muy tierno de ver, pero verlo bailar con su suegra fue aún más significativo para los pocos que sabían qué había pasado. La madre de Jimin ya había tenido la oportunidad de conocer bien a su nuevo hijo en cierta ocasión y el rubio se sentía orgulloso de que su esposo pudiera disfrutar de haberse ganado por fin a su madre, tener finalmente su aprobación aún se sentía extraño.

Ahora, su padre… Él sonreía, fue el mayor regalo que pudo haberle dado. Cuando Jimin se acercó a hablar con él, Hyun Soo no le hizo alguno de sus comentarios sarcásticos sobre Yoongi, fue respetuoso y educado de acuerdo a lo que el mejor día de la vida de su hijo ameritaba, aún había asuntos pendientes, siempre los hay, pero después de “lo que pasó”, Hyun Soo ha tenido que aceptar que Yoongi es bueno para él, que no va a poder cambiar a su hijo y que quien perderá será él si se mantiene alejado.

Le gustó verlo feliz, era lo único que importaba. Nunca lo había visto mirar a nadie de la forma en la que mira a Yoongi y eso le hizo pensar que tal vez sus prejuicios eran incorrectos. Ambos se aman por algo más que un deseo físico, que puede ser tan puro incluso como lo que él mismo tiene con su esposa. Hyun Soo siempre ha sido y será un hombre conservador de ideales muy marcados ya muy hecho y derecho a ciertas cosas, es demasiado difícil cambiarlo; pero abrazando fuerte a su hijo casi al final de la noche, lo único de lo que estaba seguro es que se sintió más que feliz de verlo irradiar felicidad al lado de alguien que demostró con uñas y dientes que lo merece, que lo ama y que cuidará de él.

¿No será que más bien había pensado que nadie merecía a su Minnie?...

Para colmo llovió. Ya querían casarse, no escogieron una buena fecha, llovió. Los ciento veinte invitados terminaron juntitos como cachorritos mojados y acurrucados debajo de la carpa mientras el jardín era inundado para el final de la fiesta, ciento veinte menos dos.

Jungkook y Taehyung estaban escurriendo debajo de un árbol comiéndose el uno al otro, tocándose por donde podían sobre sus trajes como si mañana no fuera a amanecer. Después de descubrir que eran un fracaso bailando fue aburrido estar sentado observando gente divertirse, se pasaron de copas y helos aquí divirtiéndose también.

Al agua escurría de los mechones rizados de Jungkook cayendo sobre la nariz rosita y fría de Taehyung. Se le acababa el aire, o besaba de maravilla o estaba muy muy borracho.

—¿C-Crees que Jimin se enoje si nos vamos? —jadeó, sin parar de besarlo, luchaba con mantenerse de pie en sus brazos, hacía un frío terrible, estaba mojado hasta la ropa interior y quería muchos muchos besos.

—No creo que pueda detenernos.

Bajó a besarle el cuello. Si Taehyung estuviera sobrio probablemente se reiría de lo torpe que era esto pero como no lo está… Sus besos sabían a alcohol, olía a colonia elegante y sentía como si le hormiguearan los labios. Sus manos colándose dentro de su saco le tenían delirando, literalmente.

—Quiero ir a casa… —puchereó, las mejillas rojas y los ojos dilatados por el licor.

—Yo te llevo mi amor, —ambos muy muy borrachos. —¿Te cargo? ¿Qué tal si vamos a… ?

Jungkook se acercó a susurrarle al oído y cubriendo sus labios con una mano como un niño contándole su travesura a otro, le hizo cosquillas y Taehyung se rio como un tonto.

Demonios, Jungkook no pudo dejar de decirle cosas cursis, descubrió que borracho es insufrible y Taehyung una masita el doble de regordeta y atrevida que de costumbre.

Tuvieron que pedir un Uber de ahí a su casa y Jimin le dejó un millar de mensajes y llamadas a Taehyung cuando encontró su auto siendo el último que quedaba en el estacionamiento con ellos por ningún lado.

Llegaron como siempre que la imprudencia y las ganas eran demasiadas, tropezando, tirando cosas y jalándose entre sí más cerca. Ni siquiera lo desvistió por completo, Taehyung seguía con camisa aunque todo lo demás se había ido, por otro lado Jungkook se había quitado la parte superior pues Taehyung sólo se molestó en desabrochar su bragueta y aventarlo a la cama, su novio cayendo sentado en el borde.

—Vuelve a ponerte el saco —jadeó contra su rostro besando cada facción, desordenado y sin conciencia alguna, sólo queriendo tener todo de él cerca de su boca.

Jungkook rio como un bobo y lo hizo. Era tela negra sobre una perfecta piel pálida y musculosa debajo.

Taehyung dejó caer su cabeza hacia atrás por el placer de la vista y los labios en su cuello, muy complacido a la imagen.

—Dios… Me encanta como se te ve —dijo sentándose a ahorcadas sobre él pasando sus manos por todos sus pectorales como si estos tuvieran aceite.

Taehyung atacó sus labios, sus lenguas ensuciándose juntas al punto de hacer ruidos con su saliva y respiraciones en medio de la habitación. Los besos de Jungkook le estaban calentando desde lo más profundo de su cuerpo, el alcohol en sus venas hirviendo de deseo y descontrol. Taehyung no tardó en tocar su polla y pedirle que se la sacara.

Jungkook sonrió amplio, perdido contra sus labios y su sonrisa brilló blanca a la luz de la luna en el bosque preparando su entrada con dos dedos. Taehyung se retorcía rápido, y gimió al techo cuando Jungkook se alineó y lo penetró de una. No perdieron el tiempo ni tardó mucho en comenzar a saltar sobre su polla agarrándose de sus hombros y gemir de placer.

—Tan bueno…

Fueron un desastre de borrachos jodiendo y gimiendo hasta el cansancio, Jungkook lo tomó por las caderas y le ayudó a impulsarse una y otra vez, luego sosteniéndolo por la espalda para escuchar a Taehyung gemirle más cerca lo maravilloso que era, lo increíble que se lo estaba haciendo y los muchos hijos que quería que le diera.

—Acuéstate, quiero saltar sobre tu polla.

—¿Más?

Taehyung lo empujó por los hombros por completo volviendo a acomodarse y se jodió así mismo justo como le gustaba, Jungkook gruñendo y jalando de la camisa de Taehyung rompiendo dos de los botones para poder ver sus hermosas clavículas y pecho desnudo.

Desordenados, perdidos y sin una pizca de delicadeza se movieron juntos jadeando y exhalando tonterías. Taehyung gimió más alto de lo normal o Jungkook tenía los oídos muy sensibles hoy, y Jeon fue particularmente rápido y desesperado esta noche embistiéndolo con toda la prisa que no se había atrevido a dejar salir estando sobrio. Ninguno de los dos sabía que podría venirse tan rápido.

Ambos se corrieron especialmente ruidoso en esta ocasión, jadeando, exhalando y sin aire pues las sensaciones eran demasiadas, demasiado buenas, demasiado necesitadas como para esperar a los preliminares.

Que si bien ya se acordarían de ellos en la mañana y volverían a ser la pareja dulce de enamorados empedernidos que eran, hoy era lo que más importaba, lo más normal del mundo que el sexo no fuera perfecto siempre, que durara poco, que fuera un desastre pero de ellos.

Al menos ahora eran un desastre juntos.

[…]

Tres meses después.

Jungkook no recuerda la última vez que estuvo así de nervioso. Sus manos sudaban y su corazón saltaba como un patético emocionado con vida propia dentro de su pecho.

Le dolía la fuerza de voluntad y le ardía el valor. Él no es un Kim por lo que la valentía no era una de sus mejores virtudes pero ya había hecho una hazaña una vez y hasta golpeado a un hombre, esto no podía ser peor.

Tenía algo muy importante que decirle a su novio hoy y ya sabía exactamente cómo.

Fueron al museo de arte después de comer y ahí duraron varias horas. Esa tarde Taehyung presenció con sus propios ojos el momento exacto en que el corazón de Jungkook levitó al enamorarse a primera vista de la Pintura.

—Dibujar es diferente, creo que es más fácil. Pero pintar con pintura y pincel es más impredecible, se necesita más control y nada de errores.

Hasta hace no mucho, Jungkook siempre había sido malo en no cometer errores, es por eso que ahora que las cosas han cambiado, tal vez pueda intentarlo.

La forma como este miraba a las pinturas con tanta fascinación le hizo sentir tanta ternura que era Taehyung quien más sonreía.

—Pero ya has hecho cuadros y obras con pincel. ¿A qué te refieres?

—A que nunca he pintado cosas afuera, cosas bonitas y sin mi cerebro limitado por alguna cosa. —Ahora que su subconsciente estaba limpio, podría. —Pintar por pasión y no por tristeza. —Taehyung observó la pintura frente a la que estaban parados. Era un hermoso paisaje de otoño, tan hermoso y tan simple a la vez. Le recordó cuando ellos observaron una pintura juntos por primera vez, de alguna manera eso fue lo que desató lo que después comenzó. —Quiero aprender a pintar cosas así, que no tengan un significado o todo un rollo psicólogo detrás. Pintar por el simple hecho de que soy bueno en ello.

Taehyung a su lado tomó su mano.

—Lo harás. Y lo harás mejor de lo que tú mismo te imaginas.

Una gran idea que pondría en marcha más adelante le pasó por la cabeza y le hizo sonreír a sus espaldas mientras Jungkook caminaba a la siguiente pintura.

Después del museo fueron a cenar. Jungkook andaba de manteles largos porque hasta Taehyung se sorprendió de que pudieran pagar algo así.

—No preguntes —le dijo Jungkook. —Aprovecha que quiero hacer este día especial.

—¿Ah sí? ¿Qué celebramos?

—Que estamos juntos…

Taehyung le sonrió muy sospechoso pero no dijo nada. Se atiborró de comida igual que siempre que Jungkook lo saca a rellenarlo porque según él está muy flaquito y la tarde fue tan agradable que en efecto fue muy especial. Le alegraba estar juntos, ahora que no había mierdas persiguiéndolos, últimamente se daba mucho cuenta de ello. El sabor de la libertad, el bienestar y la privacidad que disfrutaban juntos no tenía precio.

Esa noche volvieron al mismo parque donde estuvieron la última vez, en la misma banca en que Taehyung le dijo que le gustaba mucho ser normal con él, que quería un perrito y mil mierdas juntos y que necesitaba que lo llevara a casa…

Estos últimos meses se había convertido en el lugar más significativo para ellos, su lugar, como cuando las parejas tienen una canción o un momento icónico sólo para ellos.

—¿Sabes que estás actuando muy extraño verdad? —preguntó Taehyung, apoyando la cabeza en su pecho y observando a la gente pasar así como siempre acostumbran.

—Lo sé, es que estoy nervioso.

—¿Por qué?

—Porque te amo mucho.

Taehyung no había podido parar de reír y bufar todo lo que va del día a sus ocurrencias cursis. Cuando salían a pasar el rato como pareja, sus frases eran con las que se divertían más, las que les quitaban el estrés, la molestia y los problemas del trabajo por un buen rato.

—Hablo en serio Kook —rio. —Has estado todo “romántico y maravilloso”.

—Yo siempre soy romántico y maravilloso, ¿qué te pasa?

La sonrisa de Taehyung no paró tampoco al escuchar su dramático tono de indignación.

—Ay sí ya sé —dijo igual de dramáticamente quejumbroso.

Ambos se acurrucaron más cerca y riendo.

—Bueno está bien. Es que me puse sentimental —dijo con expresión teatral haciéndose aire en sus falsas lágrimas de magdalena. —Estos casi tres años que llevamos de conocernos y dos desde que te pedí que fueras mío me han hecho pensar en lo afortunado que soy.

—¿Vas a llorar?

—Shhh, calla, estoy a punto de decir algo asombroso y muy romántico.

Taehyung no podía con él ni con su propia risa. Aún después de esos tres años, Jungkook le seguía intrigando tanto como emocionando.

—Creo que estos últimos meses que aunque han sido los meses más adultos, estresantes y caóticos que he tenido, han sido los mejores. —Por supuesto que ellos habían discutido sobre temas de su hogar, el trabajo, a veces llegaban cansados y no tenían ánimos del otro o la simple y muy castrante vida les recordaba que nada ni nadie es perfecto, pero dicen que las relaciones en medio de la adversidad se hacen más fuertes, y no es la melosa frase de una imagen de Internet, los seres humanos generan sustancias y crean conexiones en sus cerebros durante situaciones estresantes que fortalecen los lazos entre las personas que las viven juntas y las hacen más fuertes, (al menos eso había leído Jungkook en una revista de psicología ahora que el muy listillo sabía leer vocales con todo y consonantes). Meditando sobre los pasados días, se da cuenta de que se siente más fuerte con él, a su lado. —¿Estás de acuerdo?

Después de escucharlo, Taehyung terminó de reír para ponerse un poco más serio.

—Ah claro, ha sido todo un reto pero vamos bien, una mierda a la vez.

Jungkook resopló dándole la razón.

—Al carajo que sí. Me gusta pensar que aunque haya problemas, agradezco que sean contigo o que los supere contigo porque sabes perdonarme, ahora sabes qué hacer cuando las cosas se ponen mal y me has tenido paciencia. Te he visto crecer y superar lo que me contabas que había en tu cabeza, poner en práctica lo que te dijo tu padre.

—Y yo agradezco que tú no siempre me des la razón, que podamos trabajar en equipo aunque hemos tenido que jalarnos los pelos para entenderlo.

Eran dos personas de carácter muy peculiar que últimamente congeniaban, a veces esos imanes chocaban y se repelían de nuevo, sus discusiones nunca eran particularmente suaves, pero más valía que lo dijeran en serio porque lo necesitarían para lo que vendría.

Agradeció que Jungkook le expresó ver su progreso, madurar y actuar nunca había sido fácil pero le anima escucharlo.  

Una de las farolas a lo lejos parpadeaba, el perrito de la pareja que también viene muy seguido, se detuvo a olerles los zapatos y luego siguió caminando muy coqueto jalado por su correa.

—Pensando un poco en el pasado, pensado en qué hubiera pasado si tú y yo no hubiéramos terminando juntos, me doy cuenta de que la serie de cosas que ocurrieron para que saliéramos fue debido a ti.

Taehyung se inclinó hacia atrás hasta apoyar la cabeza en sus piernas completamente acostado en la banca mirándolo desde abajo con atención.

—¿Que si nos hubiéramos conocido pero no terminado juntos?

—Sí, mira piénsalo, si no me hubiera enamorado de ti, no hubiera tenido la motivación ni las razones suficientes como para arriesgarme a hacer algo por salir porque por más triste que suene, yo ya me había dado por perdido a mí mismo, pero conocerte y llegar a amarte me hizo querer no darte por perdido a ti y todo lo demás e intentar hacer algo por cambiar mi situación con tal de sacarte de ahí. ¿Tengo sentido?

Como haber estado varado en una isla por años y encontrar a otro ser humano, es un nuevo estímulo, una motivación para mantenerlo vivo, una razón para mantenerse vivos juntos.

—Sí, sí, porque ya no era tu situación, era de ambos, entiendo —respondió, muy conversacional.

—Tú nos sacaste Taehyung, no yo. —Caía en cuenta. —Yo seré la fuerza bruta pero tú eres la mente maestra. —Taehyung sonrió ya teniendo demasiado de este Jungkook que efectivamente era una maravilla. —Si no hubieras sido tan desesperantemente encantador y un dolor en mi culo, seguiríamos ahí dentro. —Ahora fue Jungkook quien sonrió agachándose para dejarle un beso en la frente. —No pero ya en serio, creo que todo lo que pasa puede ser tanto bueno como malo, pero lo importante es que saquemos algo que a largo plazo nos haga estar mejor que antes. Como Jimin y Yoongi, Layla y Jenni.

—¿Tú crees que todo pase por alguna razón? —preguntó interesado, quería conocer su opinión sobre algo profundo, mientras jugaba con los dedos de una de las manos de Jungkook, claro.

—No, yo… bueno no estoy seguro pero sí creo en los accidentes, que hay cosas que simplemente no debieron haber pasado y uno no puede controlar. —Taehyung podía concordar. —Más bien creo que uno debe aprovechar el encause de esos sucesos para sacar algo bueno. Porque sucesos hay muchos, buenos y malos, uno tras otro y cada uno causa otros más, más caminos. El punto es juntar todos los buenos y todos los malos y ver qué…

—Puedes sacar de ellos, sí. No tomarlos como hechos aislados.

—Exacto. —Les hacía revolotear la cabeza cuando sentían su afinidad intelectual en ciertas cosas, no todas pero el cómo se entendían. —Nos pasaron cosas buenas como malas mientras estábamos juntos ahí dentro pero al menos lo que yo hice ahora que me doy cuenta es que junté todo lo mal que estaba y eso me hizo sentirme harto de estar ahí, con la necesidad de salir cuanto antes.

Y ahora juntando todo lo bueno que le ha pasado con Taehyung, su forma de complementarse y su amor por el otro es lo que le ha llevado a tomar una decisión muy importante, encausar su vida hacia un mejor punto todavía.

Taehyung se levantó de pronto de su regazo, enderezándose en la banca.

—Yo también pienso en todo lo que pasó. Todas las malas decisiones que tomé. —Sólo que a diferencia de Jungkook, Taehyung no había meditado tanto al respecto pues a veces le volvía a causar un no sé qué en la conciencia, o el pensar en el “¿Y sí…? “ le daba un residuo de ansiedad pero claro que también meditaba en dónde estaba parado. —Me gusta pensar que al menos ahora he sabido decidir mejor qué estoy a punto de hacer, no hacerlo por mí mismo sino lo que es mejor para ambos. —Vivir juntos sin duda también había sido un cambio drástico al que su cabeza había tenido que adaptarse, no pensar sólo en él sino en otro ser un humano y ponerlo primero. —Y puedo decir que al final, —sin ser muy estrictos al respecto, —me alegra haber entrado a ese prostíbulo. —Esta vez Taehyung lo miró a los ojos colocando una mano en su muslo para decírselo de frente. —Solamente y nada más por ti, porque si no hubieras estado ahí, no sé que habría hecho.

Ya no se trataba de valorarse por ser la persona que aman, sino porque uno al otro se debían la vida.

—Puedo decir exactamente lo mismo de ti.

Con los meses, con los años, ese deseo carnal se había convertido en necesidad por sobrevivir, esa necesidad en una obsesión, luego en un gusto por el simple hecho de estar juntos y al final ese placer por conocerse en un ambiente natural, normal y sano comparado a lo que dejaron atrás combinó todas sus razones en una sola basada en conocimiento uno por el otro para hacerlos amarse correctamente, madurar y quererse no sólo por todo lo que han pasado juntos sino por todo lo que ahora se conocen y que han llegado a saber del otro, defectos y virtudes, todo el esfuerzo que han hecho porque esto siga funcionando afuera tanto como adentro.

—Quiero seguir aprovechando las cosas buenas en mi vida contigo Jungkook, pasar las malas a tu lado, mirar atrás y decir: fuiste la mejor decisión que he tomado en mi vida.

Jungkook se inclinó hacia él con una gran sonrisa que hacía que lo dolieran los cachetes.

—¿Y ahora quién es el cursi?

Taehyung se abochornó al darse cuenta de la soltura con la que había dicho aquello, tenía toda la maldita razón. Jungkook lo había timado.

—¡No puede ser! ¡¿Qué me hiciste?! Ahora vomito corazones y soy romántico y maravilloso igual que tú.

Taehyung calló su parloteo cuando Jungkook lo alcanzó por las mejillas con una sonrisa enamorada, volviendo a atraerlo más cerca mientras negaba con la cabeza a las locuras de su novio,. Sus narices se unieron a acariciarse entre sí, ambos cerrando sus ojos con el corazón latiendo fuerte contra sus oídos.

—Yo también Taehyung. Yo también te amo.

Darse cuenta del hombre en que cada uno se había convertido, podrían ser y del hombre que ambos tenían a su alcance fue una bendición tanto como su más preciada miseria. Poder tener el verdadero conocimiento convertido en poder para hacer tantas cosas, ahora nada podría detenerlos y no sabían por dónde empezar.

El poder acariciarse, tomarse y besarse fue tan bueno como escucharse, entenderse y amarse.

Un amor que nació en la suciedad, creció entre las espinas y floreció en medio de un limpio y frondoso jardín.

Un amor sólo suyo y sólo el primer comienzo.

[…]

Cuando Taehyung despertó en la mañana frunció sus cejas porque Jungkook no estaba acostado a su lado. Era sábado y estaba seguro de que hoy no había trabajo. Saliendo de echarse agua a la cara del baño fue que hasta entonces vio la nota en su mesa de noche.

La letra de Jungkook le sacó una sonrisa porque no era bonita, pero su corazón escribiendo fue hermoso.

«Buenos días mi vida.

Todos los días son espesiales teniéndote a mi lado, solos tú y yo.

¿Por qué no intentas ponerte más bonito si se puede y me acompañas a desallunar?

Te espero ;) »

Taehyung no pudo contener su sonrisa por las palabras, la tierna falta de ortografía y su masculina voz sonando en su cabeza.

Su corazón latía tan rápido como ayer.

Se dio un baño lo más rápido que pudo y se vistió pero sabía que se le hacía tarde. De repente estaba muy nervioso y muy muy emocionado.

Salió a la sala pero ahí no había nadie, ningún ruido excepto la fuente del patio de afuera y un exquisito olor salado como a…

Kimchi, se le hizo agua la boca. Un bowl de arroz al vapor con tocino y un brillante huevo estrellado arriba con especias le esperaba en la mesa con otra nota al lado.

«Siempre duras mucho cambiándote ¦[

Tendrás que alcanzarme ahora…

Come, llena esas mejillas porque estás muy flaquito y veme afuera en el auto donde te hago el amor siempre que vamos al mirador a media noche»

Taehyung se sonrojó.

¡¿Cómo quiere que coma si trae es estómago todo revuelto de la emoción?!

Tuvo que tragar como un rayo, para luego ir a cepillarse los dientes. Sabía que lo regañaría si no se terminaba todo pero no pudo acabárselo, estaba que saltaba por ir a ver qué había afuera. Trajo la nota consigo con las mejillas aún llenas.

Al salir y ver el auto, Taehyung tuvo que dar un paso hacia atrás de la sorpresa. Su Ioniq blanco estaba envuelto en listones rojos y moños de todos los tamaños, serpentinas regadas por toda la grava de su estacionamiento y entre más se acercaba, más se daba cuenta de todo lo que le había pegado, papelitos adhesivos rojos con notas y palabras.

«Valiente»

«Hermoso»

«Increíble en la cama»

«Te amo»

«25 de Mayo»

«3 de Julio»

«14 de Octubre»

«Divertido»

«Adorable»

Las fechas en que se mudaron, le pidió que fuera su novio, en que Taehyung pudo conseguir su nuevo trabajo como fotógrafo, cuando ganaron la audiencia frente al tribunal de Corea además de las cualidades que Jungkook amaba de él.

Eran tantas que no alcanzó a leerlas todas pues asomándose dentro del auto vio que había más. Se metió y sentó en el asiento del piloto, desde ahí se podía ver el enorme corazón rojo pegado en el cofre, los asientos estaban llenos de pétalos de rosa y en el del copiloto había otra nota.

«Te la debía ;)

El lugar que nunca debe estar vacío porque tu lugar es a mi lado…»

Taehyung suspiró de lo sonrojado que estaba, sus mejillas literalmente se sentían calientes y él sufría, amaba.

La nota seguía diciendo.

«Toma la bolsa de debajo del asiento y no espíes, no puedes habrirla hasta que yo te diga»

Hizo lo que dijo, era una bolsa negra envuelta para nada pesada, la tentación de ver lo que tenía dentro fue demasiada pero esta tenia una nota pegada justo donde se desamarraba.

 «No me habras, Jungkook lo sabrá»

Era gracioso porque todas estas notas eran con la misma letra fea de faltas de ortografía tan tiernas de Jungkook.

Taehyung se decepcionó porque el muy listillo puso lo que sea que sea esto en una caja dentro de la bolsa y no podía saber qué es ni siquiera palpándolo. Salió del auto con todas sus notas y la bolsa en una mano sin saber qué seguía, buscó en el suelo y le dio toda la vuelta al auto hasta que del otro lado de puerta trasera vio pegado un papel blanco y no rojo como todos los demás.

«Encuentra el camino como yo encontré el mío gracias a ti.

Coordenadas:

~ Gira 180 grados en donde estás y da diez pasos, (normales, no tus zancadas extrañas)»

Le recordó a la primera vez que hablaron sobre las oscuras pinturas de Jungkook en aquella sala con el jarrón justo en el centro… Taehyung iba leyendo la nota conforme caminaba.

«~Mira por donde vas.»

Lo conocía tan bien, parecía que hasta lo vigilaba de lejos.

«~ Veinte pasos a la derecha. Cruza el camino de grava y entra al bosque.»

Taehyung se paró al borde de donde empezaban los árboles asomándose hacia el espeso bosque, de noche era aterrador pero de día se veía fresco, iluminado y muy hermoso.

«~ Da vuelta en la rotonda y gira a la… No es cierto es broma :v

~ Sigue derecho. Cuando te canses, sigue derecho. Y cuando estés enojado conmigo por no haber hecho esto más cerca, sigue derecho»

Miró al frente y se metió al bosque con una fe ciega y sus notitas bien agarradas. Siguió derecho por un buen tramo y es cierto que quedaba lejos, pero una hermosa flor le hizo detenerse a medio camino, estaba sola y cortada con tijera reposando en la corteza de un árbol.

Su color era de un rojo intenso, con una forma tan peculiar, de pétalos delgados diseñados para entretejerse entre sí formando una esfera pero lo que más llamaba la atención eran los delgados listones enfilados hacia arriba formando una corona carmín a su alrededor con sus puntas amarillas por el polen. Taehyung la desancló del árbol, otra nota.

«Tan especial como la flor más extraña. ¿Sabías esto? Es llamada flor del infierno porque es común que florezca en cementerios. Se ve preciosa incluso rodeada de cosas que no son tan bonitas, floreciendo donde nadie más puede, cuando los sucesos son malos.

Tú eres así cariño…»

Y abajo en muy muy chiquito:

«Además de que eres un infierno cuando te gusta hacerme enojar»

—¡Eso no es cierto! —dijo enfurruñado y en voz alta, claro que nadie lo escuchó.

Lycoris Radiata, la misma especie de flor roja que crece particularmente abundante cerca de las dos tumbas de sus chicas donde seguido va a visitarlas para contarles cómo fue su semana.

Parado desde donde estaba, alcanzó a ver otra flor carmín, había una tras otra colocadas en los árboles para guiarlo y Taehyung fue recolectándolas todas adentrándose más profundo en el bosque. Una de esas flores tuvo otra nota.

«Ya casi llegas mi amor, sigue. Te estoy esperando»

Taehyung apresuró el paso trotando rápido pero con cuidado al tomar cada flor y seguir fascinado el camino.

Las hojas de los árboles enmarcaban los rayos del sol que caía en estelas sobre las raíces de los troncos iluminándole el rostro conforme avanzaba la mañana, mostrándole lugares a donde Taehyung no había llegado jamás. Su sentido del oído se agudizó al empezar a acercarse al burbujeante sonido de borbotones agua corriendo a lo lejos.

Siguió y siguió hasta que sus ojitos se iluminaron y sus pies se detuvieron al alzar la vista. Ahí estaba él, parado en medio de un arco de boda de cuatro puntas adornado de un velo blanco y todo tipo de flores silvestres color rosado, blanco, amarillo. Jungkook sostenía una caja grande con el sonido de una pequeña cascada de agua llenando el riachuelo detrás de él, habiéndolo estado esperado con un elegante y bonito traje azul todo este tiempo.

—Sorpresa… —dijo nervioso.

Taehyung se mordió el labio. No esperó más, corrió hasta él subiéndose a la plataforma de madera y se lanzó a sus brazos para abrazarlo lo más fuerte que pudo, ambos se tambalearon riendo y casi se le cae la caja de las manos pero Taehyung se dio cuenta de que la sostenía con demasiado cuidado.

—¿Qué es todo esto? ¿Qué traes ahí?

Jungkook se inclinó de cuclillas y la puso en el suelo tomando delicadamente de su mano para que bajara también.

—Ábrelo cariño, es tuyo.

Curioso, nervioso, emocionado y todo lo que se puede estar, Taehyung la acercó expectante porque la caja era grande, con un enorme listón blanco arriba. Retiró la tapa y Taehyung gritó como un niño.

—¡Un perrito! ¡Un perrito! ¡Un perritoo! —Siguió gritando y haciendo un escándalo. Jungkook rio de felicidad. —¡Es preciosoo! ¡Qué bonito eres! —Cargó al pequeño perrito entre sus brazos con mucho cuidado, este emitió un tierno sonido de cachorrito sin entender qué carajos estaba pasando. —Ah no, eres niña. Debí correr más rápido, ¿cuánto tiempo estuviste ahí eh?

Se sentó por completo en el suelo enredando sus piernas y cargó a la perrita en su pecho.

Jungkook no podía consigo mismo de la ternura de lo que estaba viendo, Kim Taehyung hablándole con una vocecita boba y juntando narices con una cachorrita bebé descubriendo qué se siente lamer caras. Su novio había pasado a segundo plano porque estaba encantado con la juguetona perrita que aunque seguía sin entender qué pasaba, la cara del chico sabía bien.

—¿Tienes la bolsa que te di?

—Sí, sí, sí, aquí está. —Jamás iba a soltar al pobre animalito, una Border Collie negra con blanco diminuta, de hocico redondo por su corta edad, chato y patitas regordetas.

Jungkook la abrió para él porque Taehyung estaba muy ocupado siendo un niño con su cachorrito nuevo.

—¿Quieres darle de comer?

Resulta que la caja tenía croquetas dentro. Aún muy entretenido, Taehyung metió las manos a las croquetas y le dio de comer a la cachorrita en la boca, su rosadita lengua le hizo cosquillas en los dedos y Taehyung hizo ruidos de ternura porque la pequeña intentaba masticar la croqueta abriendo mucho su hocico pero no podía.

—Basta Kookie, muero, es tan adorable. ¿Cómo puedes ser tan adorable? —le lloró a ella.

—¿Ahora entiendes lo que siento yo cada vez que te veo?

Taehyung rio, siguió alimentando al animalito con tanta ternura y cuidado que Jungkook pudo ver la felicidad en sus ojos, el cómo se iluminaba su rostro y valió cada maldito segundo de todo lo que había planeado.

—¿Ya sabes cómo vas a ponerle? Le compré un collar en blanco para que vayamos a grabarle el nombre que tu quieras. —De la misma caja que traía Taehyung, Jungkook sacó un collar azulado. —¿Quieres ponérselo?

—¡Dios sí! —Bajó a la perrita y tomó el collar de sus manos colocándoselo en el cuello. —¿Espera qué es esto?

Jungkook no pudo aguantarse y sonrió sospechoso. El collar también tenía otra nota y extrañado Taehyung la abrió frente a él.

«¿Quieres casarte conmigo corazón?»  

Taehyung lo miró, la perrita ya se había bajado de su regazo, probablemente se estaba ahogando en croquetas metiendo la cabeza a la caja pero Taehyung ya no procesaba. Volvió a leer.

«¿Quieres casarte conmigo?»

La próxima vez que alzó la cabeza, Jungkook tenía una pequeña cajita entre sus manos teniendo dificultades para colocarse sobre una rodilla pero no paraba de sonreírle, su sonrisa nunca había sido tan grande al ver su cara de sorpresa, esperando su respuesta.

—¿Quieres casarte conmigo Tae?

La viva y masculina voz de Jungkook pidiéndole que uniera su vida a la suya.

—¿Queque, que si yo qué?

Jungkook se carcajeó, muy nervioso y muy feliz porque Taehyung estaba igual pero con unos enormes ojos de inocencia.

—¿Que si quieres casarte conmigo Kim Taehyung?

Taehyung miró a los lados de su propio cuerpo, como si literalmente estuviera buscando las palabras que se le cayeron. Lo miró a los ojos y se trabó ahí.

—Y-Yo, yo… ¡¡SÍ!! ¡SÍ! ¡¡Por supuesto que sí!!

Se lanzó a sus brazos, lo abrazó por el cuello tumbándolo hasta el suelo y lo llenó de besos subiéndose sobre él. Besó su frente, sus mejillas, su nariz y sus ojos cayendo en sus labios, se perdió en ellos a partir de ahí, disminuyendo hasta acabar por besarlo lento, respirando en su rostro el mismo oxígeno con el corazón en la mano y en la garganta.

—Sí, Jungkook. Sí, me encantaría casarme contigo.

Jungkook aulló feliz alzando un puño de victoria arriba y otra sosteniendo a su ahora futuro esposo, Taehyung rio feliz. Ambos trataron de sentarse de nuevo en el suelo, el saco de Jungkook ya todo lleno de polvo por atrás pero no le importó.

—¿Lo oíste animalito? ¡Me dijo que sí! —La perrita estaba muy ocupada comiendo hasta reventar. —¡Me dijo que sí!

Aún en su regazo, Taehyung volvió a abrazarlo.

Jungkook nunca había sido tan feliz en su vida.

Tomó a su futuro esposo de las mejillas y presionó sus labios contra los suyos, el sonido paradisíaco del agua camuflajeando sus murmullos de felicidad.

—¡Nos vamos a casar!

—¡Seremos esposo y esposo!

Volvió a llenarlo de besos de esquimal y piquitos por toda su cara.

—Te amo. Te amo.

—Yo te amo más cariño.

Yo te amo más…

§--------------------§§--------------------§

Luego Jungkook le puso el anillo de compromiso cuando Taehyung dejó de saltar y besarlo, ¿quieres verlo?

Búscame como @scarlet_5502, en el apartado spoiler está la foto del anillo, más adelante subiré otros diseños. Ve a seguir nuestro perfil 😍

Nos acercamos al final de PM! Está previsto un capítulo más y el epílogo 😉

Nos vemos en unas semanas.

 

 

 

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