𝐏𝐫𝐨𝐭𝐞𝐜𝐭 𝐌𝐞 [𝐊𝐨𝐨𝐤...

Av alfombra_escarlata

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Los mil y un demonios de Taehyung lo orillan a terminar en una inmensa red de prostitución sospechosamente fu... Mer

NOTA DE LA AUTORA
PRÓLOGO
CUESTIÓN DE NEGOCIOS
MENTE SANGRANTE
NOTICIAS
IRRACIONALMENTE DESTROZADO
ESTÚPIDO
CURIOSIDAD
ESA PEQUEÑA CINTURA
NUEVOS AMIGOS
SESIÓN DE FOTOS
NO SEAS TONTO COMO YO LO FUI
ESA NOCHE EN EL ESPEJO
UNA NOCHE CALIENTE MUY FRÍA
MÁS QUE UN MALDITO DESEO
PRT 1: DOS NECIOS Y VAPOR
PRT 2: REPLANTEARSE VERDADES
COSAS DE FAMILIA
TAN CRUDO COMO SUAVE
PRT 1: EL PLACER DE COMPRENDERSE
PRT 2: DOS CHICOS Y UNA HABITACIÓN
JUNTOS
HASTA EL FRÍO SUDA
TODO TIENE UN LÍMITE
DOSCIENTAS GRABACIONES, MIL HISTORIAS
MIEL Y AZÚCAR, UN SIEMPRE Y UN JAMÁS
LA ÚLTIMA NOCHE
PRT 1: AGRIO SABOR
PRT 2: EL PORQUÉ DE LAS COSAS
JUSTICIA TARDÍA
SIN SALIDA
ESE JAMÁS
DESDE OTRO ÁNGULO
EL DON DEL ARREPENTIMIENTO
LA PRIMERA NOCHE
TE AMO
PRT 1: EL MEJOR REGALO DE TODOS
PRT 2: NO, YO TE AMO MÁS
EPÍLOGO
AGRADECIMIENTOS

LA NORMALIDAD DE LAS COSAS

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Lo que siguió a partir de una semana después de la audiencia fue un remolino de cosas aterradoras que Jungkook jamás había vivido.

Mientras que por el otro lado Taehyung también tenía sus propias luchas a la par. Trataba conscientemente de dejar atrás los últimos rastros de su personalidad dependiente. Está plenamente consiente y mentalizado de que Jungkook la tiene peor por antigüedad, cuatro años contra uno hacen una gran diferencia y él necesitaba dedicar más tiempo a sí mismo que a su novio para procesar todo esto por su propio bien aunque no quiera, por eso Taehyung debía dejar de esperar que tanto Jungkook como Jimin resuelvan sus problemas por él, también recordar que está bien quedarse solo de vez en cuando para variar.

Se metió ahí huyendo de Jimin y salió pegado a Jungkook como una sanguijuela, no está seguro de si eso lo hace un hipócrita o sólo imperfecto. Es por eso que debía empezar a despegarse sutilmente sin dejar la piel irritada debajo.

Es gracioso que en realidad al final terminara teniendo un poco de lo mismo, ¿es eso realmente incorrecto?

Por ejemplo, Taehyung todavía necesitaba acostumbrarse de nuevo a tener a Jimin revoloteando a su alrededor cuidando de él y ser paciente como para no fastidiarse tan fácil, Jimin ha cambiado mucho en realidad, ya no es el mismo empalagoso atacador de antes y eso lo hace más fácil, ahora el rubio tiene un novio con miras a algo más, un trabajo y una casa que mantener después de dejar su apartamento, Taehyung ya no es su niño en guardería. Agregado a su hermano de otra madre también estaba el necio de Jungkook que en vez de pasar tiempo consigo mismo, últimamente se había mantenido en un estado basal de preocupación constante, siempre cerca velando por él y le halaga, por Dios, se siente increíble y se sonroja cada vez que Jungkook lo mira así pero debía mantener el equilibrio, no es sano estar pegados todo el tiempo tampoco. Comienza a entender dónde está esa fina línea del límite.

Por un lado, Taehyung trataba de recordar que pertenece a su naturaleza innata la necesidad latente de depender de otros y tener su aprobación a mayor grado que el ser humano promedio y hasta cierto grado saludable le guste o no, pero que no puede volver a dejar que su vida se determine por los demás como lo hacía antes. Por el otro extremo, aunque ya no es el mismo chico tonto e ingenuo ni el mismo cachorrito asustadizo, también debe aprender a ver esos gestos de cariño de parte de quienes ama como positivos, una muestra de amor, agradecer que las personas se interesen por él. No va a cometer el mismo error.

Además, iba a necesitar de ese apoyo y cuidado que le brindan ambos para lo que venía.

El juzgado se tuvo que aplazar una vez más, probablemente un mes. Jungkook no sabía lo desesperante que sería esperar, mucho menos lo lúgubre que está siendo tratar de adaptarse a una nueva vida. Jungkook no estaba preparado por más que se mentalizó, Jungkook aún tenía miedo pero lo ocultó muy bien.

Poco a poco el refugio se fue vaciando, uno a uno encontraron un buen lugar para quedarse y cada chico se despidió para siempre de sus compañeros, de verdad que deseaban no volver a verse porque eso significaría dejar toda esta sucia y triste vida atrás con éxito y superar. En algún momento que estaba implícito que eventualmente llegaría, la pareja tuvo que despedirse de Layla y Jenni pues después de un par de semanas la chica logró contactar a alguien en América y se llevaría a Jenni con ella.

—Cuida de él Jungkook —le pidió Layla tomándolo de los antebrazos con una serena sonrisa. —Cuida de él como me cuidaste a mi. —Poniendo una mano en su mejilla, lo tomó por la cabeza y lo hizo inclinarse para dejarle un beso en su cabello como una señora mayor, como si Jungkook no fuera más que su nieto hiperactivo. —Siempre había querido hacer eso —rio Lala sacándole una sonrisa nostálgica a Jungkook.

—Y tú también. Cuídense una a la otra, es lo único que tendrán por un buen tiempo.

Extrañará a su mejor amiga. Nunca hablaron realmente de los problemas que tuvieron, en ese momento era más importante cuidar de sus seres queridos que sus dramas. Se convirtió en algo que simplemente ambos decidieron olvidar y pasar por alto como si nunca hubiera pasado pero lo que Jungkook no pudo dejar a la ligera fue lo estúpido que fue.

—Lo siento, Layla, por todo. Si pudiera regresar el tiempo y hacer todo de nuevo con tal de no haberme separado de ti y no haberte herido lo hubiera hecho. Fui una mierda de amigo.

Layla le dio compasión y se acercó de nueva cuenta a poner una mano en su pecho cerca de su hombro.

—No se me hace difícil perdonar a las personas, te perdono Jungkook. Lo somos, amigos, no importa lo que pasó. Tengo una novia a la que amo y con la que quiero empezar una vida nueva, no puedo arrastrar rencor ni llevarme en el avión la sensación de que tú y yo quedamos mal. —Los verdes ojos de Layla le hicieron pensar en un fresco bosque tranquilo, de descanso. —Todos hicimos cosas de las que nos arrepentimos pero no me arrepiento de haberte conocido y confiado en ti, ni tampoco de haberte dado tu espacio para conocer a alguien que amas igual que yo. —Con la mano en su pecho, fue casi como si pudiera tocar su corazón con la voz de sus palabras y lo sanara desde dentro cerrando un capítulo más con delicado listón de oro. —De todo lo que pasamos ahí adentro, tú fuiste de las pocas mejores partes.

Jungkook tomó su mano y mirándola a los ojos besó su dorso.

—Siempre había querido hacer eso —le sonrió con cariño. —Gracias Layla. Y de verdad me alegro mucho por ti. Jenni es increíble… y te necesita.

Layla miró un poco hacia abajo y acarició el dorso de Jungkook con el pulgar antes de deslizarla fuera para girarse a mirar a su novia quien estaba siendo apresada por el abrazo de oso que le daba Tae a unos metros.

—Lo sé.

Jungkook no quería que se fuera pero estaba feliz por ella, por descubrir algo nuevo gracias a Jenni, por darle una oportunidad a su propia felicidad después de todo lo que ha pasado, a pesar de sus cicatrices.

Hasta que se vuelvan a encontrar…

Taehyung tomó su mano cuando las observaron irse en el auto hacia el aeropuerto con los boletos que se les habían dado y finalmente se despidieron con la esperanza de volver a verse algún día en circunstancias muy diferentes, talvez en un bonito restaurante, ellos con un bolita de niños y ellas con una en camino platicando sobre sus más recientes éxitos y actualizándose con las buenas noticias mientras beben y comen postre; como dos pares de amigos sin problemas.

No lo saben, talvez algún día pueda ser realidad.

[…]

Sin el apoyo del gobierno todavía, muchos seguían quedándose rezagados pero sólo era cuestión de tiempo, debían ser pacientes y esperar.

Junhae seguía investigando, tratando de encontrar pruebas para su “as bajo la manga “. La evidencia que le dio a la juez estaba siendo analizada pero no quería ser agarrado por sorpresa de nuevo por los sucios juegos de ese incompetente inhumano que se hace llamar abogado, no tiene idea de la exuberante cantidad que Sihyoon le está pagando para comprar su altanería.

Jungkook se mantenía cerca y aunque trataban de hablar como dos personas decentes haciendo un esfuerzo por conocerse después de tantos años, Junhae aún no estaba seguro de cuándo le diría que quería que se mudara con él y su familia, que podía cuidarlo hasta que encontrara un trabajo y un casa.

Dormir en el refugio era duro para Taehyung, siempre acostumbrado a tener tanto… Trató de borrar esos requisios de materialismo y egoísmo. No puede seguir pensando así. Ha cambiado, pero eso no significa que ya no cometa errores o no tenga pensamientos incorrectos.

Se aseguró de preocuparse por otros, ser de ayuda, mantener su mente ocupada. Jungkook tratando de apagar sus propios demonios y Tae tratando de encontrar algo que hacer afuera en el mundo real para sentirse parte de algo.

También había cierta espina sobrevolando la conciencia de Jungkook, no ha podido hablar con Hoseok desde la emboscada. En el momento en que se acerca, Hobi se aleja y se niega a dirigirle la palabra. Con el único que habla es con Taehyung y este le repite una y otra vez que le diga a Jungkook la verdad pero no podrá hacerlo hasta que esté listo.

Hoseok no está enojado con Jungkook, para nada, es sólo que aún no sabe cómo sentirse en torno a él, tiene un gran conflicto en su cabeza. Cada vez que ve a Jungkook recuerda la noche en que se ofreció por él y se siente culpable de que lo primero que piensa es que desearía no haberlo hecho porque sino lo hubiera hecho no estaría sufriendo, simple supervivencia humana. Todavía debe decidir si cree que lo que hizo valió la pena, pero a veces la idea de que no debió meterse es más fuerte. No puede seguir así.

Es por eso que una noche ya había tenido suficiente.

—Me voy hyung. —Hoseok estaba resuelto. —Si quiero olvidar que estoy muriendo, debo alejarme de todo lo que me lo recuerde.

Aunado a sus inseguridades y culpa estaba lo que le había dicho Kyungmin, tiene razón. Debe hallar la forma de vivir y no la encontrará aquí.

Taehyung lo tomó de la mano con dos de las suyas sentados en la roída cama y quiso decirle un montón de cosas para convencerlo de que no los dejara pero a juzgar por su rostro inflexible, Taehyung se dio cuenta de que Hoseok no le estaba pidiendo su opinión. Ya estaba decidido.

—Es lo mejor —respondió en su lugar con pesar, lo era, de verdad es lo mejor, debía serlo. Después de tanto tiempo de intentar hablar con él y verlo retorcerse en esa cama con remordimiento todos los días hundiéndose en su propia miseria… —Me alegra que estés dispuesto a hacer algo para sentirte mejor. —Tanto tiempo intentando motivarlo y levantarlo estas semanas.

Ambos se sonrieron con el sentimiento a flor de piel, por supuesto que Taehyung no quería despedirse pero ver a su amigo salir adelante y no derrumbarse le dio cierta valentía así mismo de intentarlo también.

Hobi se disculpó por lo que le gritó antes del caos y jamás volvieron a mencionarlo entre ellos. Le agradeció su interés y le dejó claro que en parte sin él y esa ayuda que le ha dado estas últimas semanas, jamás habría podido levantarse de esa cama.

Entendió que mejorar o empeorar no está en sus manos pero serle indiferente a las manchas negras que hay en su vida puede hacerle ver la pureza de su vaso medio lleno.

—Me iré a Incheon después de la audiencia, pase lo que pase, supongo que si perdemos no podré pero confío en el hermano de Jungkook, de cierta manera es igual de intenso y apasionado que él —bufó con un poquito de aire en broma y Taehyung pudo ver asomarse una pequeña chispa ahí, la esperanza de que Hoseok talvez sí puede volver a sonreír.

—No tienes idea —Taehyung le dio una mirada juguetona también.

—Junhae me está ayudando con el papeleo, dicen que allá hay mejores oportunidades para chicos rotos como yo. —Hobi se removió las uñas sobre el regazó con la mirada gacha, después de unos segundos alzó la cabeza. —Talvez lejos de aquí pueda ser arreglado, ¿no cree, hyung?

Tae le concedió otra sonrisa pero esta fue irremediablemente enternecida y apretó su mano un poco más fuerte.

—Hobi, en el momento en que te des cuenta de que no estás roto estarás curado.

Sintió un gran orgullo verlo haciendo todo su esfuerzo por recomponerse. Hasta hace apenas cinco días fue viendo un cambio significativo en él, como si lo que sea que haya estado dando vueltas en su cabeza al fin embonara en su lugar de origen. Y debía empezar a prepararse también para otra despedida porque sí, Hoseok está dispuesto a luchar.

Se le consiguió la medicina adecuada para su tratamiento durante ese mes que estuvieron esperando a la audiencia y se lo tomó bien, coopera y empieza a sonreír como antes. Ver los ojos ligeramente iluminados de Hobi cada mañana le hace recuperar a ambos la esperanza de que todo va a empezar a mejorar dentro de poco, sólo deben aguantar.

[…]

Fue un reto para Tae volver a poner sus propias piezas en su lugar al tener que cambiar tanto su forma de pensar. Alguna vez llegó a sentirse como un jarrón roto en mil pedazos, jamás volverá a quedar igual pero Jungkook fue el pegamento que lo fue uniendo con paciencia en su momento.

Jimin aprendió a darle su espacio después de que le contara todo lo que había pasado ese año, por qué se había ido y lo que vivió al lado de su ahora novio.

Jimin tuvo momentos pacíficos de temporal calma para conocer a Jungkook como debía y en una señalada ocasión le dejó claro muy en serio que no se atreviera a herirlo, que no diga que no se le advirtió. En el fondo estaba muy feliz de que Taehyung pudiera encontrar a alguien que irónicamente le diera estabilidad en un lugar como ese durante esa etapa, aunque no fuera él.

Le ofreció vivir juntos temporalmente en la nueva casa que había comprado con Yoongi pero Taehyung se negó a dejar a Jungkook, este también rechazó la oferta de su hermano por ahora cuando eventualmente le ofreció algo muy parecido. Este mes más que nunca se necesitaban, cada vez que Taehyung tenía inquietudes sobre Sihyoon o decía que todo esto había sido su culpa por lo que dijo Woo, cada vez que Jungkook no sabía qué pensar sobre Jin o lo último que escuchó de él… Estaba sacando lo mejor de ambos. Los dos querían respuestas de ellos pero no querían ver sus caras.

Con los días, esta nueva vida recordando lo que era estar afuera igual que antes de la muerte de su abuela fue para Taehyung como volver a ese estado limpio después de haberse revolcado en el lodo, pero Jungkook aún sentía tener manchas.

Un mes se convirtió en dos antes del nuevo juicio y todo esto seguía sintiéndose como un sueño de película que ya se habían cansado de tratar de declarar como buena o como mala. Había días tristes, días en que se daban cuenta de lo difícil que sería volver a la sociedad, tener que vivir en el refugio había aplazado su proceso de adaptación. Jungkook era más consciente de sus faltas e imperfecciones porque aquí sí necesitaba ser mejor y debía hacerlas a un lado para poder sobrevivir; como su temperamento de mecha corta con todos excepto Taehyung, su falta de experiencia o conocimientos laborales y hasta su incapacidad para leer.

El día que junto con otros chicos acompañaron a Jimin y a Yoongi a comprar víveres casi se derrumba.

El rubio estaba tratando de irlos introduciendo poco a poco a la vida casera y común, los llevó a un simple supermercado para que empezaran a desenvolverse y dieran el primer paso. Algunos chicos nunca se le separaron, otros se animaron a seguir a Yoongi por su lado y le ayudaron a escoger comida, algo tan simple como ir por la despensa pero no ser capaz de leer los míseros letreros, precios ni etiquetas siquiera le hizo tocar fondo detrás de un pasillo cubriendo su cara de impotencia y sintiendo el abrazo de Taehyung a su tembloroso cuerpo.

La gente los miró extraño, Jungkook se sintió como un extraño. Fue como viajar a otro continente, en todo momento sin excepción te sientes diferente, Jungkook se sentía observado, como si no hablara el idioma, como si fuera de otro planeta. Todavía se sentía como un intruso no merecedor, una amenaza incompetente para los niños que lo miran y le preguntan a su mamá porqué ese chico estaba llorando. Recordó las veces que tuvo que entrar incontables veces a lugares como estos a robar…

Todo simplemente le perturbaba, no había más que letras difíciles de leer que le mareaban y confundían haciendo desesperar hasta el punto de frustrarse y así era con todo. No sabía mantener una conversación normal con alguien más que con quien ya conoce, tiene problemas de desconfianza, aunque hablar sea lo más normal del mundo y lo ha hecho —no está enfermo de la cabeza— debe aprender a hacerlo sin sentir ese pánico y paranoia de que alguien descubra que no pertenece aquí. Puede ser limpiado, ya lo sabe pero le ha costado horrores. No sabe conducir, no sabe usar el trasporte público, no sabe pagar los servicios públicos, no sabe pagar, punto, porque nunca lo ha hecho, siempre robando o consiguiendo de la basura. Sus problemas se han vuelto reales y aterradores.

Taehyung quiere bajarle la luna, el cielo y los satélites con tal de ayudarlo a sincronizarse con su alrededor lo suficiente y dejar de verlo encogerse, titubear o retroceder cada vez que salen a un lugar público. Le duele, duele mucho ver que alguien a quien ama está sufriendo. Y ha tenido que aprender cómo ayudarlo a calmarse y respirar hondo cada vez, como esa ocasión en que sobó sus hombros y acarició su espalda esa noche tratando de parar sus lágrimas de lastima por sí mismo susurrándose que no era suficiente, Taehyung logró que se quedara en paz y dormido hasta después de masajear su cuerpo y besar donde pudo.

Pero seguía siendo trabajo de Jungkook, él era el único que podía acabar con sus inseguridades de una vez por todas.

Taehyung no tuvo mucha dificultad en volver a saber cómo moverse entre gente normal, era él quien le pagaba a la señorita de la caja y respondía cuando le preguntaban si su novio se sentía bien. Era él quien lo tomaba de la mano y lo conducía por las calles junto a sus amigos, era él quien lo estabilizaba ahora.

La última semana fue más soportable, fue impresionante lograr encontrar una forma modesta y no muy llamativa de funcionar juntos, algo que simplemente se desarrolló con el tiempo y la necesidad. Taehyung aprendió a leer el lenguaje corporal de Jungkook y hasta anticiparlo porque cuando entraba en pánico en público no había forma de que alguien le sacara las palabras durante el shock, es por eso que siempre debía saber exactamente lo que necesitaba para actuar y ayudarlo sin que se lo pida.

Poco a poco con exhaustivos esfuerzos, Jungkook fue abriéndose a cosas nuevas, como un cachorrito abriendo los ojos por primera vez. Jimin lo sacaba en auto a dar la vuelta de vez en cuando, hasta eso era todo un reto, no puede evitar pensar que en autos como estos era donde era abusado de niño, pero todo está en su cabeza. Yoongi se pasaba horas con él en el refugio tratando de enseñarle a leer, claro que esta vez fue más difícil porque era como aprender a hablar un idioma y tener la urgencia de hablarlo fluido mañana, tratar de leer cosas en la calle era el doble de estresante y difícil que leer cosas en un libro.

De cierta manera los hizo sentir orgullosos de sí mismos que Jungkook estaba ocupado en sus propios asuntos y que ambos ya no estén tan destructivamente pegados como velcro, debían tener equilibrio y buscar sanar por su cuenta para empezar a cultivarse; no que sea un gran problema pero así es como lo pide la sociedad y debían acostumbrarse.

Por su lado, Taehyung pasó tiempo con Jimin para reponer el año perdido. Jimin le contó cómo fue que de una noche que un bar tender le tiró alcohol encima terminó planeado toda una vida con él.

—¿Así que van en serio?

—Estoy planeando decirle que me gustaría tener un hijo suyo —contestó Jimin sorbiendo de su taza de café en la solitaria cafetería. No puede mentir, a Taehyung tampoco le encanta estar rodeado de tanta gente como antes pero al menos puede empezar por tomarse un café como una persona normal.

Taehyung abrió los ojos sorprendido.

—¿Tú, con hijos?

—Lo amo, creo que es una buena señal.

—¿De qué me perdí?

Jimin bufó a su incredulidad.

—¡Es broma! Por supuesto que no. Me gustaría decir que cambié mucho mientras no estabas pero resulta que no tanto, sigo siendo el mismo Jimin interesado en mi trabajo de siempre y la verdad no tendría tiempo para una familia…  

Bebiendo de su café también, Taehyung le estrechó los ojos.

—No, es cierto, quieres un bebé con Min.

Jimin desvío la mirada a los autos de la calle.

—Supongo que también sigo siendo el mismo Jimin con una fijación por cuidar cosas.

Taehyung le sonrió con ternura.

—Pero esta vez estarás en todo tu derecho de cuidar a tu bebé. Cuidaste de mi desde que tenía, no sé, ¿cinco?

—Cuatro.

—Me alegro mucho por ti Jimin, díselo —animó. Estaba escrito en toda su cara que Jimin tenía miedo a asustar a Yoongi con esa petición. Le dio tranquilidad saber que aún después de tanto tiempo aún tienen esa conexión como para casi leer sus pensamientos. —No tienes idea de todos los corazoncitos que flotaban sobre la cabeza de Min de unos meses para acá, ahora que me das fechas entiendo que fue para el mes en que se mudaron juntos y las cosas se volvieron serias. Él también va en serio contigo.

Jimin le sonrió a su taza con serenidad. Sí, también hay corazoncitos flotando en la cabeza de Jimin. Este Jimin sí que es diferente, más recatado, menos impulsivo; con nuevos proyectos de vida y metas pero sigue siendo su mejor amigo, su hermano, su Jimin. Está muy feliz por ambos.

—Encontraré la manera de decirle después de que todo este alboroto pase. Yoongi aún sigue tratando de encontrar un empleo, obviamente no tiene muy buenas referencias después del último y yo estoy muy ocupado con las sesiones de fotos y demandas. Talvez no es el momento todavía pero me encantaría que eventualmente llegáramos a ese punto.

—Viendo cómo cuida de Jungkook y de los chicos, yo creo que a él también —aseguró Taehyung con rostro solemnemente confiado.

Esto es tan loco, jamás creyó que su mejor amigo sería del tipo de tener bebitos corriendo por ahí, mucho menos del tipo casero y familiar, supone que las cosas sí cambian después de un año, maduran, crecen.

Jimin arrugó las comisuras de sus rasgados ojos con delineador y felices escuchando algunas graciosas anécdotas que le contaba Taehyung sobre Yoongi durante el tiempo que pasó dentro, hacen una bonita pareja y pronto serán un divertido trío.

—Imagínate yo siendo tío, eso sí está de locos —rio a la par de Jimin.

—Serías uno muy loco más bien.

—No debería llamarme tío sino lo fuera —respondió con orgullo.

Ese día después de tanto tiempo podía empezar a sentirse normal, civilizado. Hablar de trivialidades como si no cargara todo un pasado hostil y oscuro se hacía cada vez más fácil. Con el tiempo lo sería.

Taehyung se recargó con libertad en el respaldo en tono analizador.

—Y hablando de tus nuevas sesiones de fotos y que alcanzaras tu sueño y todo eso, ¡¿podrías explicarme porqué desnudo en el celular de Min?! ¡Me siguen ardiendo los ojos! …

Sí, podía sanar.

Y Jungkook también.

[…]

El Sábado dos días antes de la audiencia fue el mejor día y más normal de todos. Jungkook logró ir al centro junto con Jimin y Yoongi a comprar medicina para Hoseok, este ya se veía un poco más estable, Jungkook supone que lo de la emboscada lo perturbó, desearía poder preguntarle qué pasó con Jin esa noche pero se ve ligeramente más sonriente y no quiere arruinarlo.

Admira su fuerza, aún le cuesta reír a los chistes que sueltan en el refugio cuando todos están en aire relajado y resulta malamente que descubrió cosas como el sarcasmo pero se controla. Todavía es raro oírlo decir malas palabras y verlo hacer muecas cuando algo le desagrada, siempre había sido tan dispuesto a todo, tan tierno y sumiso le guste o no… Al menos las miradas que le da de vez en cuando le hacen pensar que son significativas y no de incomodidad como antes.

Los veinticinco compañeros que quedan también han mejorado mucho, ya se adaptaron a dormir de noche y afrontar el mundo de día, se han recuperado un poco de forma y esperanza. No canta victoria y le asusta adelantarse a decirlo pero todo va apuntando a un buen Norte.

Y aunque no ha visto mucho a Taehyung, puede sentir su aprobación desde lejos, hay días que sólo se ven a la hora de dormir como en los viejos tiempos, no se atreven a dejar de dormir en la misma cama. Conversan, se cuentan su día y bromean, no lo saben pero así es como una pareja normal vive, no se tienen que estar mirando el uno al otro a cada segundo, en ocasiones las parejas tienen sus trabajos y actividades y sólo se dan el beso de buenas noches pero el punto de equilibrio es que ambas partes estén bien con eso y seguros de que todo está bien.

A veces incluso no alcanzaban a hablar pues ambos caían profundamente dormidos después de un largo día con miras hacia una vida normal como dos chicos comunes y corrientes.

A veces los más pequeños detalles son los que lentamente los van encaminando hacia la normalidad.

Ninguno extrañó esas noches de antes en las que se la pasaban uno pegado al otro apretándose con miedo después de atender a algún cliente. Ahora que pasan más tiempo con otras personas o fuera de cuatro paredes, los pequeños momentos que pasan juntos se han hecho mil veces más especiales por una buena razón y los atesoran como nunca antes, se han vuelto como su premio al final del día.

Y se siente bien.

Taehyung recostado sobre su pecho en este momento, en sus brazos, se siente de maravilla. Jungkook le da paz mientras le acaricia su deslavado cabello de raíces castañas a altas horas de la noche. Ya están oficialmente acostumbrados a dormir de día, esto es simple gusto.

Más de la mitad de la habitación llena de camas ya está vacía, tiene a Hoseok roncando al fondo y a otros pocos chicos y chicas a los lados pero los demás se han ido. Extrañar a Layla y a Jenni es un sentimiento agridulce que se ha podido tornar en más dulce que agrio.

No es el momento ideal, la cama tiene resortes que se les encajan en la espalda, hace un poco de frío y sus improvisadas pijamas de ropa ajena no son tan cómodas pero se siente bien, es una forma de esconder entre ellos esa incertidumbre a lo que pasará y aún no termina pero de la que no quieren hablar.

Es completamente extraño que Taehyung haya vuelto a donde empezó, no tiene nada, nada de esto le pertenece, se ha rehusado a volver a la mansión por morbo y recuerdos pero eso también está bien, no va a enloquecer de nuevo. Jungkook se encarga de que no sea así porque la suavidad de sus dedos en sus cabellos le hacen olvidar de todo causándole escalofríos de los buenos. No, no necesita cosas, nada. Sólo a él.

Es tan fácil pensar y relajarse a su lado.

Susurraban apenas, tratando de no despertar a nadie.

Su imaginación es un lugar extraño.

—¿Recuerdas ese disco que me enseñaste una vez? —preguntó Taehyung con la mirada en la cama vacía de enfrente. —El naranja con amarillo. —Aún tiene presente haber dejado su colección de discos y dibujos atrás pero parece que Jungkook no los ha extrañado.

—¿El de Miami Beach Bliss? —Jungkook sintió la cabecita de Taehyung asentir frotando la nuca contra su hombro. —Claro, es la portada de una cabaña en medio de la playa.

Tae giró completamente su cuerpo hacia él quedando más cerca de su rostro haciendo que Jungkook lo imitara y ambos terminaron de costado frente al otro. La cama crujiendo a sus movimientos.

—Cierra los ojos —pidió Tae en un susurro. —Imagínanos diez años después. Tú y yo en esa playa en pleno atardecer de verano muy lejos de aquí. —Habla bajito pero con elocuencia e intención para hacer a su novio meterse en la escena, como si estuviese contando un cuento a un niño para dormir. —Las familias ya se están llevando a sus hijos a casa, las parejas se van a cenar y los turistas ya no están… excepto esa señora gorda que por cierto dejó un hoyo en la arena al levantarse.

Jungkook abrió los ojos de golpe soltando una risita jocosa que Taehyung tuvo que tapar con manos y cuerpo aguantándose de reír también.

—¿Qué con la señora gorda? —bufó Jungkook siguiéndole la corriente pero tapándose la boca intentado no hacer ruido.

—La multaron por alteración al orden público y por hacer llorar a ese pobrecito niño que se cayó en el hoyo.

Otra vez fue muy difícil aguantarse, las risas de Jungkook se colaban entre sus dedos tapando su boca riendo con sólo la expresión. En silencio, se pegaron un poco más para no hacer ruido.

—No sabía que tenías tanta imaginación —susurró Jungkook. —Tampoco que tenías algo por las señoras gordas.

—Claro que no tonto.

—¡¿Quién en su sano juicio le agrega eso a una historia?! —espetó en un gritito.

—Es que era muy gorda, era imposible no notarlo si está ahí nada más sentada. Creo que es una gran señora… —Jungkook no paraba de sonreír como un bobo a la pasión de Tae por fingir que la escena era real. —Debería trabajar en una constructora si hace zanjas así con tanta facilidad.

Jungkook tapó la boca de Taehyung y la propia dejando salir una risa ahogada de su nariz que hizo a uno de los chicos a unas camas de distancia quejarse entre sueños.

—Ya cállate, ¿quieres? Me vas a hacer despertar a todos —imploró Jungkook mostrándole sus blancos dientes apretados en risa haciendo lo imposible por callarse a sí mismo.

Tae dio tregua y hasta que ambos se calmaron un poco, continuó, es decir trató de recordar en qué se quedó.

—Ya se me olvidó cuál era el punto.

Esta vez Jungkook le dio un tope en la frente con la almohadilla de su palma y se pegó más cerca a su rostro oliendo la menta de sus recién lavados dientes blancos fallando en esconder sus risas. Tuvieron que esperar quince minutos entre el silencio de la noche y los pequeños ruiditos de risitas para calmarse.

—Cierra los ojos otra vez entonces. —Jungkook asintió un sí obediente empezando a bostezar. —Bien. Playa, cabaña, atardecer. Tú y yo estamos mirando al sol meterse en el agua desde el pórtico. Tú llevas un sexy bañador azul con patitos y yo…

—Un coqueto traje de baño rojo.

Tae se hubiera sonrojado si no fuera porque ver el capricho en su traviesa sonrisa y ojos cerrados bien apretados era más lindo todavía.

—Me imaginaste, ¿verdad?

—Tú dijiste que imaginara… —Jungkook seguía sonriendo con los ojos cerrados.

—Está bien, como sea. Me tomas la mano y juntos vemos la luna salir desde el oeste.

—La Luna sale por el otro lado.

Ahora Tae fue quien le dio el golpe en la frente.

—Shh, vemos la luna salir dije. Ahora tendré que empezar de nuevo. Playa, cabaña, anochecer, tú azul y yo rojo.

—Y coqueto.

—Y pa-ti-tos. —Tae se inclinó a darle un beso en el párpado del ojo que había echo trampa y espiaba queriendo callarlo de una vez. Con una sonrisa burlona, Jungkook concedió cerrando sus ojos y se dejó llevar para dejar a Tae entrar en papel de nuevo. —Me abrazas por la espalda y yo te digo lo lindo que fue que nos trajeras a la playa en nuestro aniversario de bodas. —Jungkook no dijo nada, ni un comentario. Ninguno había insinuado nunca la posibilidad de que haya un aniversario, una boda, casarse… Pero se estremeció y su tonto corazón le traicionó haciendo su sonrisa más grande sin darse cuenta, por pensar en la idea por primera vez. —Conversamos, te digo que me la he pasado de maravilla y que no quisiera que el día termine, es perfecto. Me aprietas un poco más fuerte y me susurras al oído:

—“¿Quieres hacer el amor conmigo?”

Jungkook había prometido que no hablaría pero…

Le leyó a Taehyung el pensamiento.

—¿Así se llama? —exhaló, pronto Taehyung también tenía los ojos cerrados.

—Llámalo como quieras. —Su novio levantó un dedo que jugó con el cuello de su tierno pijama entre ellos.

—“Por favor”, te respondo. —Jungkook dejó salir un suspiro y se acercó un poco más a él hasta que sus frentes casi se tocaban. Taehyung susurrando lo más bajo que podía, sus respiraciones cálidas entre sus rostros. —Me cargas y me llevas en tus brazos dentro de la cabaña, me dejas sobre la cama y te colocas encima de mi besándome como tanto me gusta. —Un escalofrío les recorre a ambos haciéndoles removerse en la cama de la vida real. —Te separas un poco, me miras con esos ojos oscuros que aún después de diez años me siguen volviendo loco y sin preguntar bajas por mi cuerpo a morder mi cuello, mi pecho y mi abdomen por donde puedes hasta llegar.

Las respiraciones de ambos se aceleran.

—“Hago a un lado tu traje de baño y te pruebo como tanto me gustó la primera vez”

Su miembro palpita bajo sus pantalones de pijama, Tae se calienta de sólo imaginárselo. Toma la mano de Jungkook sobre su propio pecho y la aprieta.

—“No me deja venirme como siempre acostumbra, vuelve a subir y me pregunta:”

—“¿Quieres que vaya por abajo o arriba de ti hoy?”

—“Atrás” —responde Taehyung en un jadeo expulsando el aire.

Jungkook abre los ojos sin poder evitar que su voz salga preocupada, ya totalmente metido en la descripción.

—“¿Estás seguro?”

Tae mueve la cabeza de arriba a abajo.

—“Estoy seguro de que lo quiero especial y lo quiero ahora”

—“Lo que me pidas, bebé”—Jungkook acercó sus labios a dejarle un beso en la nariz, ensimismado por completo con el escenario que habían creado juntos.

—“Me levantas con tus fuertes brazos, —ambos chicos sonríen como un par de soñadores bobos con los ojos cerrados, —y me giras colocándome de espaldas a ti arrodillados en la cama, la luz de la luna entrando por la cortinas translúcidas como en…”

—“Moonlight Window”

Ama que complete sus palabras por él. Le causa un placer y felicidad inexplicables, le hace acelerar su corazón a mil por hora y sentir a su cuerpo calentarse por todos lados y por eso Taehyung ya no puede más, él pierde su papel.

—D-dime qué quieres tú, Kookie. Dímelo y lo haré aquí y en tus sueños —le susurra contra sus labios sin hacer ruido. Pero es su novio quien lo empuja hasta volver a quedar boca arriba.

—Que me dejes narrar a mi ahora. —Jungkook aún de costado se cuelga de su hombro y se acerca a su oído, Taehyung puede sentir el borde de su dentadura en una encantadora sonrisa. —“Te envuelvo entre mis brazos ‘fuertes’ y te abrazo por la espalda, dejas caer tu cabeza en mi hombro y yo beso tu cuello”. ¿Quieres marcas?

—S-sí, sí…

—“Dolerá”

—“Quiero”

—“Toco tu pecho mientras muerdo tu cuello y” —lentamente la mano de Jungkook baja en vivo por su abdomen por encima del pijama descendiendo a tocar sus caderas por debajo de las sábanas. Tae se siente una gelatina bajo el sol derritiéndose en sus manos. Jungkook toma su pierna que está más afuera de la cama y le hace flexionarla desde la curvatura de sus nalgas cruzándola por encima de su izquierda, su rodilla conectando con su entrepierna. Le da un insonoro beso en el cachete para agradecerle el contacto aspirando el olor a jabón de su piel. —“Empiezo a deslizar ese bonito bañador por tus hombros para observarte como quiero”… —Aquí y ahora desabotona un par de ojales y desliza su pijama fuera de su hombro descubriendo sólo un poco su suave piel color miel oscura y dulce a la luz de la luna sobre sus definidas clavículas. Con delicadeza lo toma del cuello para pegar su boca por completo a su oído. —Dios, eres precioso —gruñe. Maldita sea su voz…

Taehyung se estremeció a las palabras, delirando y tan encantado como enamorado. Esto se salió de control muy rápido.

—Basta Kookie. —Su brazo se flexionó hacia arriba tocando su mentón con el dorso de un dedo en un gemidito pequeño a ojos cerrados. —No vamos a poder parar.

Jungkook encontró un nuevo fetiche por ver cómo Tae trata de retener sus gemidos pues cuando salen no son más que ronroneos restregándose contra él.

—Sólo un poco más, muñequito. —Los susurros graves de Jungkook en su oído le están llevando lentamente a un borde demasiado bueno para ser verdad, un vacío al que se arrojaría con los ojos vendados. —“Dime qué quieres que haga”.

—“Lo quiero dentro, te necesito”.

La polla en cuestión se contrajo.

“Jungkook obedeció”.

—Imagínate, —susurró con aliento húmedo y caliente, —moviéndote sobre mi dejando que te llene como quieres, como tanto necesita mi bebé, profundo y lento. —Lo estaba matando. Aventurarse a llevar las palabras y el juego previo a otro nivel fue arriesgarse demasiado, nunca se habían permitido hablarse así. Tae aprieta los ojos descomponiendo su rostro en gestos de placer. Al poner su mano en su pecho, Jungkook siente algo cálido en su propio corazón al sentir el de Tae palpitar contra sus dedos, casi se estaba saliendo de su pecho. La adrenalina y el calor de estar haciendo algo así aquí es inexplicable. —“¿Profundo y lento hasta venirte y sentirme llegar dentro es como lo quieres?”

Tae se tapa la boca agitando su cabeza repetidas veces, rostro rojo y caliente igual que toda la nube a su alrededor. Sin pensarlo, Jungkook coloca sus labios a la altura de su acanelado cuello y empieza por dejar besos que no permite chasqueen en ningún momento, son presiones duras de labios lamiendo y succionando la zona sólo porque es lo único que puede hacer sin ruido. Pronto Taehyung estaba enmarcado por varios bonitos y húmedos botones carmín de amor que se verán hasta mañana.

Pasa los dedos por cada una de las manchas rojas y húmedas manchándose de su propia saliva al acariciarlas en círculos y está caliente, su boca ha calentado su piel, su propia lengua chupó su cuello porque es suyo, una necesidad primitiva por marcarlo a su antojo porque Kim Taehyung le pertenece, este precioso chico es suyo portando con instintos antinaturales sus marcas en su cuello con orgullo como un hermoso cachorrito pegando su cabecita al pecho intentando ver su nuevo collar brillante de perlas cómodamente colocado en su cuello.

Esos dedos sinuosos suben por el perfil de su delgado cuello alargado de cisne elegante jugando con la saliva que recorre la tráquea tragando por dentro pero no presiona, no les van esas mierdas, ya se conocen perfectamente como para saber qué les gusta en la cama. Taehyung gime cuando Jungkook mete un dedo en su boca y ambos maldicen porque lo quiere dentro, profundo expandiendo su anillo y Jungkook quiere ser quien lo inserte en su interior para prepararlo. Las caderas de Taehyung se balancean queriendo, anhelando por migajas de lo que sea que pueda obtener.

Chupa su dedo sin dientes pasando su lengua alrededor, succionándolo con el paladar y ahuecando sus mejillas. Jungkook se iba a desmayar. Sus ojos se entrecierran de placer maldiciendo por lo bajo y jadeando de imaginarse cómo sería esa boca envolviendo y tomando de nuevo su polla ahora que ha descubierto lo jodidamente bien que Taehyung sabe hacerlo.

Jungkook está intentando sacar su dedo pero sus labios lo apresan con fijación y el falange termina brotando fuera en un sonido húmedo con un hilo de saliva que Taehyung persigue con la boca abierta, ojos dilatados y emborrachados en un jadeo alto sin aire apresurándose a cubrirse por lo fuerte y obsceno que había sonado eso.

Sin poder aguantarse y en total silencio, Jungkook se inclinó a morder y succionar con dureza ese labio conectado en saliva a su dedo y tiró de él haciendo que un ido Taehyung lo persiguiera, su cabeza desplomando en la almohada de vuelta al soltarlo, sus suspiros y jadeos muriendo en sus labios cuando Jungkook regresó a reclamarlos. El de cabellos azules moría tratando de acallar sus gemidos con el corazón palpitando en los oídos.

Entonces la mano mojada de Jungkook baja y lentamente se mete de nuevo debajo de las sábanas pero esta vez por debajo de la camisa de su afelpado pijama, toca la piel caliente sin barreras con la palma entera por en medio de la holgada tela entre botón y botón para estimular sus pezones con un dedo que pellizca y juguetea sin darle respiro, descubriendo aún más la manga que ha caído por su hombro a casi medio torso.

—Quiero quitarte la ropa.

Taehyung jadeó.

—Cállate —le imploró en una exhalación sudorosa. —Por favor cállate o juro que te voy a chupar aquí mismo.

El miembro palpitó de ganas, la tentación apasionada a la idea.

Sus labios se sienten húmedos contra su oído en un tono más bajo del que Jungkook usa siempre. Taehyung se retuerce frotándose contra la cama, su propio pijama estorbándole y odiando las sábanas.

Jungkook saca la mano de su torso y sigue bajando consiguiendo colarse en el borde de sus pantalones y ropa interior pero Tae le alcanza a detener la mano con poca fe en su propia resistencia.

—N-no me hagas esto Kookie. —Si pudiera hablar más fuerte le hubiera rogado. Una cosa es imaginarlo y otra hacerlo en la vida real en medio de una habitación no vacía, aún así sus palabras decían una cosa pero sus acciones pedían otra.

—Dime cuando me detenga —susurró, seductor y grave para su cordura palpitante.

—Sabes que no te voy a detener.

—Más te vale.

Estaba jugando con su fuerza de voluntad, ambos jugaban con fuego para ver quién aguanta más sin hacer un escándalo al momento de quemarse.

Comenzó con frotaciones lentas, Tae restregó su pierna con el miembro de su novio nada más por venganza.

—“Esta posición se siente de puta madre mi amor, imagina todas las demás que podemos intentar”. —Ahora jugaba con su imaginación. —“Lo haces muy bien bonito”. —Taehyung se retorcía de placer entre sus brazos haciendo rechinar ligeramente el colchón y tuvo que detenerse, no quería abrir los ojos aunque sentía la pesada mirada de su novio reclamándole por abrirlos, sabe que si lo hace, será su limite y se vendrá a chorros desvergonzados en un pijama prestado en sábanas que no son suyas.

—Kook, mierda, por favor.

Un ruego rezando porque al menos uno de los dos tenga autocontrol y se detenga.

Jungkook siguió masturbando su pene esparciendo el liquido preseminal que mojaba todo el miembro tratando de distraerlo para hacerlo dejar de frotar el propio con su rodilla, despertándolo, mierda, será él quien se vendrá primero pronto. Un perverso juego en hacer caer al otro.

Una vez más pegó sus labios a su oído.

—“Lo quieres adentro o afuera”.

El corazón de Tae palpitó duro, metió la mano al fuego.

—“Dentro, Kookie, dentro. Lléname”

Jodida mierda.

La respiración de Jungkook se aceleró a la par de Tae y sus manos frotándose entre ellos, la del menor ya con toda la palma sobre la ropa y la de Jungkook debajo con libertad. Estaban jugando bien, su imaginación transportándolos a esa playa en una cama donde pueden hacerlo a sus anchas en todas las posiciones posibles.

—“¿Ya casi, bebé?” —pregunta Jungkook con voz encantadora y una sonrisa bien medida refiriéndose tanto a la vida real como a su sueño compartido.

—S-sí, sí…—Los susurros subieron una décima de volumen, debían detenerse. —Ya casi, amor. No podemos.

A Jungkook le importó un carajo, frotó más rápido respirando duro y errático contra su oído para hacerle saber lo cerca que estaba él también, perdiendo el control, acelerándose como nunca, besando y jadeando lo más silencioso que podía en gruñidos bajos.

Quería hacerle tocar las nubes pero no el máximo cielo.

—“Vente para mi”.

Taehyung ya estaba embistiendo contra su palma, necesitado y en desesperación. No podía pararlo de verdad, no tenía las fuerzas para hacerlo.

El sueño acabó, todo se redujo al chico a su lado que se rehusaba a soltar su miembro, Jungkook es el sueño suficiente. La sensación del orgasmo acercándose le calentó el vientre, Jungkook frotando rápido, los escalofríos le retuercen en espasmos y el clímax roza la base de su pene escalando hasta la punta de su cordura, ya casi, sólo un poco más. Su novio le está lamiendo un oído y el lóbulo tratando de aferrarse a algo, llevándolo al límite.

Jungkook lo toma por su mejilla más lejana para acercar su rostro y pega sus labios mordiendo la carne de sus mejillas como un vil caníbal hambriento y en los huesos.

—V-vamos mi amor, eso es.

Jungkook se está volviendo loco escuchándolo jadear por él.

Las cosquillas intensifican la sensación caliente y nebulosa. Su aliento y voz melodiosamente gruesa colma los sentidos de Taehyung. No puede más, ha dejado de masturbar a Jungkook y sube su mano a empuñar su playera con fuerza, su cabeza apretada contra la almohada extendiendo su cuello. ¡M-más, más!

—E-estoy cerca…

—¿S-sí, bonito?...

La encantadora risa que Jungkook exhala sólo para él en la intimidad de su oído escondido contra la almohada le jode los sesos a la par de sus aspiraciones y gruñidos jalando aire, haciéndole virar los ojos a la parte posterior de su cabeza, usando una mano para alcanzar su fuerte mandíbula y cuello y sostenerse de ahí. Se muerde los labios para intentar callarse, respiración anormal y pequeños gimoteos primitivamente necesitados esperando el último segundo.

—K-kookie…

El orgasmo golpeó el pináculo muy cerca. Muy cerca.

Taehyung se sentía venir pero.

No lo hizo.

Jungkook suelta su miembro a tiempo y Tae se ahoga en sus propias respiraciones y saliva con el orgasmo cortado de tajo.

Jala a Jungkook con fuerza y lo besa duro, castigador y vengativo lleno de rabia contenida mordiendo sus labios hasta oírle protestar por el dolor, reclamándole ese orgasmo que nunca llegó. El azabache tuvo que apretar sus ojos cerrados aguantando pero amó sentirlo quemándose en su boca por todo lo que logró causar en él. Usando ese último contacto de labios, ambos descendieron el último tramo que faltaba y callarse a sí mismo en sus labios fue lo único que Tae pudo hacer para no gritarle.

Jungkook lo tomó por las mejillas en una presión que no hizo ruido alguno, dejando de respirar por unos segundos apretándose fuerte uno contra el otro hasta que no pudieron más, sus respiraciones fueron soltadas de sus bocas vaciando sus pulmones como una ráfaga de viento caliente acelerado e indetenible que les mareó a ambos, sus corazones en un infarto desacelerándose hasta desfallecer en sus pechos.

—Te odio.

—Te amo.

[…]

Al día siguiente, lo primero que Jimin le dijo al verlo no fue “Buenos días”.

—¿Qué tienes en el cuello?

Taehyung no contestó y rápido se abrochó mejor la sudadera para cubrir sus clavículas y más abajo recordando todo lo que obligó a Jungkook a hacerle después para que no se enojara por dejarlo a medias.

—¿Qué tienes en el cuello?... ¡JESÚS BENDITO! Ese idiota es un salvaje. ¿Intentó comerte o qué? —Taehyung se ha rendido de ser el tipo de persona que no se sonroja. —Ya entendí por qué dicen que ese Jeon es tan apasionado en todo lo que hace… —Obligando a Tae a quitar su mano de en medio para dejarle ver, Jimin hojeó los hematomas rojos con cara muy callada y evaluadora de pronto, sus ojos se estrecharon. —Yoon me los hace más bonitos.

Fortsett å les

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