๐๐ซ๐จ๐ญ๐ž๐œ๐ญ ๐Œ๐ž [๐Š๐จ๐จ๐ค...

By alfombra_escarlata

6.4K 731 196

Los mil y un demonios de Taehyung lo orillan a terminar en una inmensa red de prostituciรณn sospechosamente fu... More

NOTA DE LA AUTORA
PRร“LOGO
CUESTIร“N DE NEGOCIOS
MENTE SANGRANTE
NOTICIAS
IRRACIONALMENTE DESTROZADO
ESTรšPIDO
CURIOSIDAD
ESA PEQUEร‘A CINTURA
NUEVOS AMIGOS
SESIร“N DE FOTOS
NO SEAS TONTO COMO YO LO FUI
ESA NOCHE EN EL ESPEJO
UNA NOCHE CALIENTE MUY FRรA
MรS QUE UN MALDITO DESEO
PRT 1: DOS NECIOS Y VAPOR
PRT 2: REPLANTEARSE VERDADES
COSAS DE FAMILIA
TAN CRUDO COMO SUAVE
PRT 2: DOS CHICOS Y UNA HABITACIร“N
JUNTOS
HASTA EL FRรO SUDA
TODO TIENE UN LรMITE
DOSCIENTAS GRABACIONES, MIL HISTORIAS
MIEL Y AZรšCAR, UN SIEMPRE Y UN JAMรS
LA รšLTIMA NOCHE
PRT 1: AGRIO SABOR
PRT 2: EL PORQUร‰ DE LAS COSAS
JUSTICIA TARDรA
LA NORMALIDAD DE LAS COSAS
SIN SALIDA
ESE JAMรS
DESDE OTRO รNGULO
EL DON DEL ARREPENTIMIENTO
LA PRIMERA NOCHE
TE AMO
PRT 1: EL MEJOR REGALO DE TODOS
PRT 2: NO, YO TE AMO MรS
EPรLOGO
AGRADECIMIENTOS

PRT 1: EL PLACER DE COMPRENDERSE

160 17 3
By alfombra_escarlata

La semana siguiente fue la definición pura de: Extraño. Jungkook no sabía que sus días podían ser tan agradables y Taehyung vuelve a sentir lo mismo que sintió la noche siguiente después de que compartieron cama: su mirada y nada más que su mirada.

Pero esta vez no se reduce a sólo mirarlo, cada vez que Jungkook se le acerca casual, se toma el tiempo de darle las buenas noches e incluso a quedarse a hablar unos segundos antes de entrar a su habitación que es casi irreal, como si no pudiera creer que realmente le está hablando a él.

Lo que más le revuelve el estómago y hace mirar dos veces son esas sonrisas que le dedica en el pasillo cuando se topan, en los análisis cuando coinciden o esa vez en esteticismo cuando Tae cambió su cabello a azul esta semana porque Jin se lo había pedido. Es demasiado para su cordura. A estas alturas, sus propios ojos son un imán atraídos a los suyos. Le gusta que lo mire.

Para Jungkook es nuevo que Taehyung no le esté gruñendo siempre que puede como antes y que esa cajita que le devuelve como sonrisa en respuesta sea tan adorable. Volvieron a la etapa en la que Taehyung se ve pequeño y agacha la cabeza pero ya no es inseguridad, es algo más.

En más de una ocasión se encontraron hablando casualmente de trivialidades vanas por ahí como si fueran los grandes amigos, ¿ahora lo eran?

Taehyung le acompañó varias veces a visitar a Bianca y esta parecía tener una mirada muy particular y alegre al verlos juntos.

Las cosas han dado un giro de trecientos sesenta grados que mareó a ambos, no es que no sepan cómo actuar a su alrededor, es más bien que actúan demasiado normal que hasta es sospechoso. Un mes se estaban maldiciendo e ignorando y al otro buscándose con prisa cada que podían.

Taehyung incluso comenzó a moverse más humilde a su alrededor, para Jungkook era un alivio que no lo tratara con lastima, hubiera odiado que empezara a hablarle así de pronto sólo por compadecerse dado lo último que hablaron. Eran más bien un par de chicos normales dirigiéndose la palabra sin gritos ni ironía sólo porque pueden y quieren.

Después de todo lo que ahora sabe, Taehyung siente un pequeño lazo que lo une a él de una forma agradable, nada fuera de lo normal, tal vez, eso cree él. Congenió con Garrett casi al instante también pero con Jungkook está siendo muy diferente, como si sintiera que pudiera entenderlo, que esas miradas en el pasillo le regalan una complicidad mutua muy intrigante y que ambos pueden llegar a ser más parecidos de lo que creen.

Es como haber estado solo toda tu vida y descubrir que quien menos pensabas puede acompañarte en esta lucha y que de pronto ya no estás solo. No calificaría a Jungkook como un amigo o eso sí sería un tanto patético pero hay cierto compañerismo y alianza que de alguna manera que ninguno de los dos quiere cuestionar, los une.

Varias veces Jungkook se sorprendió a sí mismo buscándolo con la mirada como si necesitara verlo un poco y odió a sus propios pies por no poder detenerlos de caminar hacia él cada que lo sentía cerca de su radar, un radar muy sensible.

Es confuso, es contradictorio y talvez hasta abrumador pero que esa sonrisa sea lo primero que ven en la puesta del sol y al amanecer antes de dormir se ha hecho su nueva normalidad, casi un hábito del que dependen ambos como perdido a agua en desierto.

La siguiente semana no fue un paso sino todo un salto de panzazo en su progreso como personas civilizadas que se hablan sin odiarse ni ignorarse. Terminaba con un cliente, Taehyung iba con Jungkook, salían sus análisis, Jungkook era el primero en enterarse, Jin lo felicitaba por lo bien que iba y Jungkook recibía la noticia como mensajero automático.

Eventualmente Jungkook tuvo que volver al escenario, cuando recordaba que era él o Taehyung no dudaba en subirse de nuevo pero al menos tenía la tranquilidad de que al bajar Taehyung sería el primero que lo estaría esperando detrás de ese telón para equilibrarlo de nuevo y que jamás lo juzgaría por tener que volver a hacer algo tan cuestionable.

Para fin de mes, se acostumbró tanto a tenerlo alrededor que se volvió una necesidad verlo después de tener algún tipo de contacto con un cliente y para Taehyung fue exactamente igual. Sentir que habrá alguien que le estará esperando después de lo que tuvo que hacer allá afuera para conseguir dinero o que al final de la noche es seguro que se verán antes de dormir para contarse cómo les había ido hoy, fue esperanzador.

A Taehyung le hubiera gustado decir que de un momento a otro las cosas se pusieron feas porque no todo es color de rosa, pero fue todo lo contrario, se hizo mucho mejor con el tiempo.

Confía en él y no sabe exactamente por qué. Más de una vez le contó seriamente alguna experiencia desagradable que tuvo con alguien o confesó lo que sentía al respecto y Jungkook lo trató como ese chico intrigante y considerado que le susurró al oído frente a un espejo alguna vez, incluso sus manos volvieron a tocarse sin querer. El contacto es lo único que no ha evolucionado, aún se sentía tan inapropiado como bueno, una barrera entre ambos que ninguno estaba seguro de cruzar, pero latente, apabullantemente perceptible como un campo de fuerza a su alrededor.

Paciente, agradable, pacífico, esta faceta de Jungkook no es nueva pero le alegra poder tenerla de nuevo.

Las discusiones se redujeron a ser amistosas bromas para molestarse entre ambos como un par de niños inocentes ajenos al dolor que les rodea.

Jungkook es en realidad una gran persona a la que ha aprendido a admirar.

Y Taehyung puede ser un muñequito tierno y divertido que inconscientemente atrae cautivando a todo quien le rodea, V se ha esfumado dejando solamente los rastros valiosos.

Ambos se convirtieron en esa distracción del mundo real que estaban buscando.

[…]

—¿Abstracto o desastre?

—Doloroso, no soy un crítico de arte pero creo que el autor refleja una especie de miedo y algo así como una negatividad un tanto sombría.

Los meses aquí empezaron a hacerse aburridos, por eso Taehyung no tuvo otra cosa con qué entretenerse y por primera vez se tomó el tiempo de observar las psicodélicas pinturas que ve todos los días al salir de su habitación. Las analizaba con atención tratando de descifrarlas por simple hobby hasta que Jungkook lo vio al salir de su habitación y se acercó a preguntar.

—Puede ser, tal vez la hizo sin pensar —comentó Jungkook colocándose a su lado con las manos en los bolsillos levantando la vista para observar la pintura que tanto conoce.

—Los giros del pincel aquí son rápidos, acá se nota que golpeó el lienzo salpicando la pintura. —Taehyung iba señalando los detalles para explicar su punto con interés pero Jungkook ya había dejado de mirar la pintura para mirarlo a él sin que se diera cuenta. —No sé, es como si estuviera desesperado intentando sacar una frustración de muy adentro.

—¿Fuiste crítico de arte en otra vida o qué?

Taehyung carraspeó con una pequeña sonrisa modesta.

—Al menos así lo veo yo —se encogió de hombros.

Jungkook volvió a mirar a la pintura.

—Creo que el autor estaría de acuerdo y muy enojado contigo por descubrirlo —Taehyung sonrió junto con él de la forma que tanto acostumbran.

—¿Ah sí y quién es? —preguntó con inocente curiosidad.

—Nadie importante. —Se sacó las manos de los bolsillos y se puso a caminar por el perímetro de la sala de dormitorios valorando los demás cuadros con Taehyung detrás. —No sabía que tenías sensibilidad para estas cosas.

—No la tengo, sólo soy chismoso —resumió Taehyung haciendo reír a Jungkook. —Me gusta la fotografía, eso hacía en mi tiempo libre —comentó mientras daba pasos exageradamente grandes por toda la alfombra con lentitud. —Me gustaba imitar las fotos de pinturas que encontraba en Internet.

—Y dices que no tienes buen ojo —señaló Jungkook dándole la espalda mirando otra de las pinturas.

Taehyung se acercó a tocar las ramas de plástico plateado que sobresalían del jarrón en el centro arrancando pedazos tiesos con la lengua de fuera como un niño entretenido y muy travieso. Nuevamente Jungkook se giró en silencio a mirarlo con detenimiento sin que se diera cuenta.

—¿Tienes algún hobby? —preguntó Taehyung de pronto sin despegar su atención del jarrón y lo que tenía entre las manos tomando a Jungkook desprevenido.

Jungkook hizo amago de recordar. Hace mucho no los tenía, llegó Taehyung y su cabeza se llenó de pensamientos demasiado acaparadores como para practicarlos de nuevo pero ahora que las cosas estaban más tranquilas, es culpable de haber vuelto a meter las manos entre los colores.

—¿Quieres que te enseñe?

Esta vez Taehyung sí levantó la vista.

—¿Enseñarme qué?

—Lo que hago cuando no estoy allá afuera, tonto —dijo obvio.

—¿Dónde? —sus dedos se detuvieron, ojos grandes y atentos.

—En mi habitación, claro.

¿Volver ahí adentro? Que el cielo le ayude y se rece en favor de su fuerza de voluntad para no ir a hacer algo de lo que se arrepienta de nuevo. ¿Aún se arrepiente de haberse metido con él?

Tuvo que esconder su nerviosismo, porque Jungkook ya estaba caminando despreocupado hacia su puerta pidiéndole que entrara y este tuvo que hacerlo poniéndole fin a todas esas vueltas en su cabeza.

Apenas adentro, su curiosidad le jaló, esta vez sí que se puso a husmear y observar la habitación sin nada de discreción. Es increíble que no haya notado todo esto antes desde la primera vez que estuvo aquí, supuso que estaba muy ocupado en ese momento.

—Esta vez eres decentemente bienvenido —presentó Jungkook solemnemente extendiendo ambos brazos en torno a sus humildes aposentos.

Taehyung no le prestó atención, discurría sin cuidado por el lugar como un cachorrito olfateando lo interesante.

—No bromeabas con que eres chismoso. —Jungkook observaba relajado cómo metía las manitas entre sus cosas.

Taehyung es todo un hombre, y vaya espécimen de hombre, ¿cómo es posible que se vea así de entrañable y de bolsillo?

Taehyung miraba las repisas hasta arriba, una de ellas caída apenas colgando de su última escuadra. Tenían escasos libros unos sobre otros, papeles desordenados y botes además de infinidad de baratijas indefinibles. Más que repisas para ordenar, eran espacios para apilar y arrecholar cosas.

—No me digas que eres del tipo que lee —insinuó Taehyung, escéptico.

—Na, me aburro, Yoongi me los regaló en un intento por evangelizarme pero ya soy muy viejo para eso.

Cuando Taehyung volvió la vista hacia los libros se dio cuenta de que no eran las típicas novelas en la habitación de un adolescente sino libros de texto, matemáticas, física incluso inglés. Ese estaba particularmente arrumbado y maltratado con odio sobre todos los demás fuera de su lugar. Hasta ese momento no había pensado en algo tan importante.

—Jungkook, ¿fuiste a la escuela?

Este agachó la cabeza.

—Mi madre nunca me llevó.

Taehyung la maldijo contenidamente molesto por lo bajo y se tensó con molestia por la mujer pero ya no preguntó más. Si tan sólo supiera que Jungkook no sabía leer y que lo poco que distinguía entre letras se lo enseñó Yoongi probablemente lloraría de tristeza. Por eso Jungkook quiere tanto al pálido chico.

Las paredes no eran blancas sino medio grises por la suciedad o marcas de manos, una esta completamente pintada de negro. La alfombra es lo único nuevo, el lugar no está sucio, ni huele mal, huele a Jungkook y eso automáticamente lo hace exquisito, es decir, soportable. Sólo está un poco más oscura que la habitación de Hobi, la de Layla a la que alguna vez entró y la propia. Es todo un sistema bien organizado de desorden total entre sus cosas que es hasta cómico. Es viejo, eso es todo, ¿un poco lúgubre talvez?

Sus pies tienen que maniobrar de puntillas entre toda la ropa tirada en el piso pero termina perdiendo el equilibrio y cayendo de sentón en el borde de la cama acabando sin aire.

Jungkook se tira despatarrado a su lado con los brazos detrás de la cabeza.

—Tu cama, la cambiaste de lugar —observó Taehyung nada más como un comentario al azar.

No está pegada a la pared principal justo frente a la puerta, lo primero que vez al entrar en su horrible armario, a la derecha está su cama y esta se pega a la pared en la esquina por la cabecera y un costado. Sólo puedes ponerte de pie por un lado y eso es curioso al estilo Jungkook.

—Así es más práctico —mintió con simpleza.

Taehyung le daba la espalda sentado así, no vio su expresión dudosa pero encontró su mentira.

—Claro que no —dijo obvio. —¿No te has golpeado dormido contra la pared alguna vez? —bufó repiqueteando ambos pies contra la alfombra. —¿Por qué te gusta así?

Es demasiada curiosidad la que se carga este chico.

Jungkook se levantó de la cama quedando sentado a su lado.

—En la antigua habitación de mi adolescencia, la cama estaba justo como la tuya, —su propio suspiro lo interrumpió, —cuando ella traía hombres a la casa y entraban a golpearme siempre me tomaban por sorpresa y en una posición vulnerable. —Su tono bajó un decibel. —No me gusta darle la espalda a la puerta, eso es todo.

Taehyung se regañó a sí mismo, «¿por qué hace preguntas tan tontas?».

No iba a dejar que el ambiente se tornara triste, palmeó su muslo con rapidez hasta quemar y hacerlo quejarse de que ardía y le señaló a otra pared a su derecha.

—¿Qué escondes ahí? —preguntó con ojos pícaros para cambiar de tema.

La pared con la puerta del baño en el centro tenía uno de sus costados cubiertos por una sábana grande azul marino clavada de las esquinas con desaliño desmantelado y demasiado improvisado.

—¿Zanahorias? —La forma en como Jungkook abrió sus grandes ojos oscuros de ciervo le hizo saber que estaba mintiendo completamente.

Se puso de pie y Jungkook rápido se apresuró a detenerlo halándolo de un brazo.

—Está bien, esta bien —rio levantando las manos en alto. —¿Por qué tienes que ser tan curioso? —quejó en broma.

—Ya te dije que soy metiche. —Decidido se soltó de su mano y fue a acercarse a la sábana. —Y tú eres demasiado misterioso, ¿te lo han dicho?

—Sí, y nadie los ha vuelto a ver desde que me lo dijeron —murmuró con voz teatralmente sombría y diabólica, Taehyung simplemente resopló ignorándolo.

—Ajá sí. —Tomando la tela entre las manos, miró a Jungkook en una última confirmación para jalarla.

—Pues ya qué.

Ejerció fuerza hacia abajo y los clavos salieron volando al despegarse de la pared, la sábana cayó en el suelo descubriendo un tesoro detrás. 

Toda una pared llena de hojas de diferentes tamaños, cada una con una ilustración hecha finamente a mano. Eran dibujos a lápiz, a color, con pintura escurrida hasta la alfombra…

Taehyung ya no se movió de su lugar, sus ojos comenzaron a brillar, él boqueó sorprendido.

—Tú pintaste los cuadros de afuera —declaró sin dar pie a que lo negara, dándose cuenta de tantas cosas. Esto es talento puro. Jungkook se encogió de hombros, tomándose la nuca con el brazo por detrás de la cabeza, inquieto. —Vamos, no seas tan modesto. Por algo querías enseñarme tu “hobby” ¿no es así Señor Presumido? —No podía dejar de admirar cada detalle.

—Me refería a mi colección de CDs —gritó susurrando. —Eres desesperante, ¿te lo han dicho?

—Oh. —Ahora él tendrá que clavar la sabana otra vez. —Creí que…

—No se suponía que los vieras pero no te ibas a estar en paz. —Jungkook se cruzó de brazos en un gesto bastante berrinchudo.

—¡Esto es mil veces mejor que discos! —lo empujó infantilmente por los hombros con las dos manos para hacerlo a un lado y Jungkook fue a dar por allá. —¿Por qué no me lo habías enseñado antes? ¡Son increíbles! ¿Todos los hiciste tú?

Sus ojos centellaron pasándose por cada uno y Jungkook lo notó sintiéndose un poco cohibido, jamás se los había enseñado a nadie.

—Eh… sí. Me gusta dibujar de vez en cuando, los de afuera son propiedad del establecimiento. Nadie sabe que yo los pinté.

—¿Y cómo es que los colgaron en un lugar como este? —Las yemas de sus dedos pican, quiere tocar, quiere tocar. —¿Puedo? —Jungkook le hizo un gesto dándole permiso, algunos tenían un suave relieve sobre el lienzo. A partir de ahí, Taehyung ya no volvió mirarlo por estar tan entretenido palpando semejante arte con ambas manos como si leyera braille. Esto es… imposible.

—Me metí al almacén y los dejé ahí entre las demás decoraciones y mientras nadie miraba colgué uno de ellos afuera. A todos les gustó y quisieron que se pusieran más. Supongo que les hacía sentir que quien quiera que los pintó los entiende. —Se sintió alagado por sí mismo de decirlo en voz alta por primera vez, él mismo había estado seguro de que no eran la gran cosa. —No todos los hago de negro.

—Ya veo, este me gusta —dejó escapar una risita. Taehyung señaló un dibujo muy pequeño hecho de colores particularmente chillantes y hasta graciosos, era un perrito con su lengua alegre de fuera y un alrededor amarillo con azul y tonos morados. —Es lindo. —miró el dibujo y luego a Jungkook como analizándolo. —Pero no sé, no es tan tú.

—¿Qué no me parezco al perro dices? —bromeó haciéndole torcer los ojos.

—Quiero decir que no es tu estilo.

—Ahora resulta que sí eres crítico de arte —meneó la cabeza. —¿Cuál es mi estilo según tú? —En el fondo le daba curiosidad saber en qué concepto lo tenía Taehyung ahora.

—Shh calla. —Cruzando un brazo por su pecho, puso otra en su mentón y continuó en su papel de analizador experto. —Entiendo que el de afuera sólo fue una fase oscura tuya, quiero creer. Estos son muy diferentes, objetivos. ¿Te gusta dibujar cosas de afuera? Afuera de las instalaciones, me refiero.

—Sí, supongo, no pienso dibujar nada de lo que esté aquí adentro —respondió nervioso, a la espera de su veredicto intercalándose entre el rostro de Taehyung y sus propios dibujos.

—Me gusta pensar que tu estilo es más del tipo idealista.

Jungkook no tuvo idea de a qué se refería pero se lo tomó como un cumplido. Es curioso que alguien esté valorando algo suyo.

—Me gusta combinar la realidad con cómo me gustaría que fuera. —Sus manos se metieron de nuevo en su pantalón sin saber dónde ponerlas y se tuvo que recorrer un paso a un lado porque Taehyung se acercó a señalar uno de los dibujos frente a él.

—Este. Este eres tú —afirmó después de verlos todos.

Era toda una obra digna de admirar, incluso en tamaño carta logró capturar una noche estrellada en su máximo esplendor. Es una baranda negra y la silueta oscura de un chico recargado de espaldas en ella mirando el cielo al horizonte, es de hecho muy parecida a la vista que se puede obtener desde la gran terraza. Pero no es un cielo cualquiera, es un firmamento de estrellas extendidas en la galaxia como una gasa fina. Lo que más llama al alma sensible de Taehyung es que no dibujara el cielo nocturno de un negro profundo como cualquiera, sino de un rojo oscuro, casi café mezclado como un mar color sangre que rodea la silueta del chico junto con finas casi perfectas salpicaduras bien formadas de estrellas blancas, azules y amarillas con destellos tan profundos como elegantes.

Esto era más que un dibujo.

Refleja tanto…

La romántica idea de que Jungkook hizo algo como esto con sus propias manos es linda. Tiene tanto talento y parece que no lo sabe, lo siguió minimizando o negando todo el rato que continuaron mirándolos. Sus pinturas de asombrosas puestas de sol son esperanzadoras, rescata lo realista y lo fantástico de cada concepto que cree que Jungkook ha nacido para esto. Algún día debe discutir seriamente con él qué puede hacer con esta habilidad tan especial que derrocha.

Sentirse alagado por Taehyung es otro mundo aunque no lo crea. Dibuja por simple hobby, hasta pensó que estaba exagerando cuando Taehyung usó palabras como “increíbles”, “asombrosos” y “hermosos” en la misma oración. La mayoría de estos dibujos son un reflejo de su subconsciente, todos esos miedos, lágrimas e inseguridades que derramó alguna vez pero otros son simplemente sobre eso que desearía tener y tanto añora.

Nadie lo sabe, ni siquiera Jungkook pero ese dibujo no está inspirado a partir de una bella vista desde una terraza, va mucho más allá. Sin saberlo, Jungkook desea y espera poder tener algún día la oportunidad de observar un cielo así desde un lugar lo más lejos posible de aquí, un lugar diferente. Simboliza contemplación, meditación, espacio…

Libertad.

No cualquiera plasma eso en un simple papel.

Entró en pánico cuando se sintió “sonrojar” por todo lo que Taehyung le halagaba y mejor desvío la atención a su baúl de CDs frente a la cama que fue a abrir.

—¿Desde qué año empezaste a coleccionarlos? —preguntó Taehyung pasando un dedo por el borde de plástico de todos los discos verticalmente bien acomodados uno tras otro, los que ahora Jungkook le estaba presumiendo. Si se toma el tiempo de ordenarlos así, significa que los quiere mucho, pensó con gracia.

—Desde que llegué aquí —respondió emocionado y distraído con sacar algunos para que los tomara entre sus manos con cuidado.

A Taehyung no le encantan los CDs pero ver cómo a él le brillan los ojos cada que explica de qué año y de quién son cada uno vale la pena. Algo le dice que él también tendrá que familiarizarse muy bien con ellos.

—Te gusta la música, ¿eh? —Taehyung se giró a ver la guitarra en el suelo justo como Yoongi le dijo que no la dejara.

—En realidad no, a veces me estresa —respondió Jungkook con simpleza. Se veía como un pequeño muy entretenido con sus juguetes cuando se supone que Taehyung es quien debe verlos.

—Tienes más de mil CDs aquí ¿y no te gusta la música?

—No los colecciono por eso, aquí no tengo dónde escucharlos, serían un desperdicio, pero sus portadas no. Me encantan los diseños. —Con una gran cantidad de discos apretada en un brazo apunto de caer, le enseñó uno con la otra. —¿Lindo no?

—¿Quieres decir que jamás has escuchado estos discos? —preguntó Taehyung tomándolo.

—Mmm, no. No necesito escucharlos en realidad.

Un pensamiento fugaz y raro le vino a la cabeza, Taehyung haría lo que fuera para que Jungkook pueda escucharlos algún día.

El disco tenía una portada de tamaño cuadrado estándar con un impreso nítido de un pacífico campo de flores y una cabaña surrealistamente de cabeza con montañas a lo lejos, las letras de “Sunday Morning in Black” y el nombre de una banda loca de rock brillaban en el centro con tipografía escurrida de color oscuro.

—Las de Rock son las de mejor imaginación. Algunos son fotografías reales, otras son de tipo cómic, impresiones de dibujos a mano… —Es lindo ver la fascinación con la que le explica y le va tendiendo las caratulas de plástico para que se las cuide mientras saca más. —Como no puedo salir, de aquí saco mi inspiración para mis dibujos.

Su comentario le desconcertó un poco.

—Sabes que Jin sí nos deja salir, ¿no? —Jungkook evadió la pregunta por completo haciendo como que acomodaba los discos por lo que Taehyung tuvo que volver a preguntar. —Jungkook, además de lo de tu madre, ¿por qué no te has ido aún?

—No sabes qué hay allá afuera, ¿verdad? —Sus manos se detuvieron.

—Si me lo contaras…

Jungkook sonrió un poquito, es sorprendente la facilidad con la que cede y siempre le responde cualquier cosa que Taehyung pregunta.

—Un prostituto no deja de serlo sólo por salir de aquí, estás fichado desde el primer momento en que entras. No creerás que cualquiera puede irse a su casa y volver con su familia —dijo obvio y explicando con detenimiento volviendo a meter los discos en su lugar. —Sí escuchaste lo que le pasó a ese chico que salió por una ETS, ¿no?

—Que lo mataron, sí, pero eso suena demasiado a película. —V no fue tan crédulo al respecto en ese entonces.

—Claro que nadie lo vio pero nos han advertido que han estado entrando mafiosos al DeLuna para secuestrar a quien puedan. Sabotaje. ¿Por qué crees que hay guardias?

—¿Quieres decir que si sales te cazan? —Taehyung aún no lo creía del todo pero no le consta, más vale bueno por conocido que malo por conocer o como sea que se diga.

—Sip, por eso usamos antifaces. Esos hombres nos vigilan para cuando el primer conejo salga del hoyo. —Ya casi metía todos los discos. —Una vez enlodado, no hay cómo limpiarse. Al menos no todavía —concluyó, le es indiferente al tema en realidad. Es el pan de cada día.

—¿Y la policía no hace nada?

—¿Crees que hagan algo por nosotros que para empezar estamos haciendo algo ilegal?

—Si todos aquí firmamos para declarar que lo consentimos, no cuenta como prostitución ilegalmente hablando, al menos eso me explicó Yoongi una vez. Se supone que por eso las autoridades no vienen a molestar a Hyun Su.

—Talvez nosotros no estemos haciendo nada ilegal en el sentido estricto de la palabra pero es imposible que al final del día no se cometan delitos aquí abajo. Sabes que hay drogas rondando por ahí cada noche, incluso seguramente el último que te tocó atender tenía un arma y no te diste cuenta. —Jungkook se sentó en el suelo después de acarrear los discos que le faltaban por acomodar dentro, el emocionado los había sacado casi todos. —Puede ser que incluso alguien muera cada hora y no nos demos cuenta.

A Taehyung le dio un escalofrío, inevitablemente es más realista pensar que es cierto pero eso no le quita que sea tenebroso.

¿Eso significa que definitivamente no pueden salir de aquí? No quiere pensar en eso en este momento, en que están encerrados…

—Entre más le das vueltas, más jodido te sientes ¿no es así? —Taehyung asintió con la cabeza ligeramente baja. —Así es esto, por eso yo dejé de pensar hace mucho.

¿Es por eso que ni siquiera a intentado salir o encontrar una solución?

—Cambiemos de tema, ¿quieres? —opinó Taehyung, hoy no está para ponerse de malas. —¿Sabes? Sentado así te vez muy tierno.

Taehyung inclinó su cabeza hacia un costado sonriéndole con diversión. Jungkook se miró a sí mismo en el suelo y en esa posición sentado sobre sus piernas forradas de un chándal verde militar dos tallas más grande, se enfurruñó porque tenía razón.

—A ver si sigues pensando que soy tierno cuando ponga mi gigante zapatilla deportiva edición limitada en tu lindo trasero. —Con un cómico enojo Jungkook miró a Taehyung hacia arriba a su posición sentado sobre la cama. Taehyung soltó la carcajada y Jungkook tampoco se pudo aguantar después de unos segundos.

—Ah sí, claro. “Señor Presumido”. —Y continuó riendo.

Jungkook se puso de pie y de pronto le quedó demasiado alto, se acercó peligrosamente a él jugando a ver quién se ve más tierno ahora encogido sobre la cama así.

—¿Decías? —susurró Jungkook fastidiosamente sobre su rostro con las manos recargadas sobre propias sus rodillas.

Taehyung no contestó, estaba demasiado cerca. Entonces Jungkook lo tumbó por lo hombros a la cama y comenzó a reírse alejándose de él a la mitad de la gran habitación.

—¡Ey! —se quejó reincorporándose de nuevo pero Jungkook lo ignoró dándole una mirada de superioridad recargándose sobre una pierna con las manos en los bolsillos.

¿Cómo es que primero se ve como una pequeña bolita suave y al minuto esa postura con esa ropa deportiva le hace ver tan sexy y masculino que es demasiado para sus mejillas?

Prefiere evitar su mirada.

—Y… de todas las portadas ¿cuál es tu favorita?

—Ooh, créeme no quieres verla.

—Pruébame —tentó Taehyung recargando un brazo hacia atrás para sostener su torso sobre la cama.

—Como quieras —canturreó Jungkook girándose sobre sus talones. Fue extraño que fuera al baño por ella. Volvió con un cuadro entre las manos. —Tengo la foto de la portada, el disco está en el baúl.

—¿Y la tienes enmarcada? —Tae le arqueó un ceja mirándolo como si estuviera loco.

—Tú preguntaste por mi favorita —se excusó. Se la extendió pero antes de que la tomara y la viera, se la volvió a quitar. —No me salgas con tus comentarios. Uno puede soñar.

Cuando Taehyung pudo tomarla, casi la avienta en el aire como si quemara.

¡Es él! ¡Es él mismo! ¡JODIDA MIERDA!

Es la foto que le tomaron a Taehyung hace unos años cuando acompañó a Jimin a una sesión de fotos precisamente para un disco que estaba apunto de ser lanzado.

Jungkook tiene una foto de Taehyung completamente desnudo y nadie quiere saber por qué la tiene en su baño.

Jungkook nota el silencio de Taehyung y que de pronto se ha quedado alarmantemente sin palabras.

—Ey, llámame depravado y lo que tú quieras pero es lindo —volvió a excusarse, de la forma más casual que pudo, en el fondo tenía miedo de que Taehyung lo tomara por pervertido por tener una foto de alguien desnudo en un establecimiento donde es lo que ve todos los días.

Taehyung ya estaba tartamudeando tratando de ocultar por qué se había congelado. ¡Esto es una locura!

—¿Lo conoces? —preguntó en voz baja pero sin rodeos para saber lo que realmente quería.

—Mmm, no… —Le extrañó su pregunta. —Ni idea sé quién es pero definitivamente es mi tipo.

Bueno, eso le tranquilizó un poco, podría mantener el secreto. No puede ni imaginarse lo incómodo que sería si se enterara.

La foto fue tomada completamente de espaldas, se ve desde su cabello antes castaño bajando por su espalda de músculos delicadamente definidos y figura delgada y fina hasta pasar por sus redondas mejillas acaneladas descubiertas sin ningún tipo de censura bajando por sus estilizadas piernas enroscadas sinuosamente juntas, un brazo hacia atrás tocando su nuca en una pose elegantemente erótica para un disco de música.

Recuerda perfectamente esa sesión de fotos, le dio un ataque de pánico pero al final lograron que saliera bien.

Con que este es su tipo…

Él es su tipo.

Jungkook ahora parece un adolescente hormonal admirando un póster de su artista preferido. No sabe si eso es buena o mala noticia.

Talvez podría jugar un poco con él. ¿Qué daño puede hacer?

—¿Puedo preguntar por qué más desnudos? Tú no tienes fondo —le bromeó con picardía para hacerlo abochornarse.

Jungkook rápido empezó a justificarse otra vez.

—No te atrevas a mírame así, no es lo que crees. —Taehyung rio dejando claro que no le estaba creyendo nada. —Ah, vamos. No me digas que jamás has tenido un tipo ideal. Hasta nosotros podemos tenerlo.

—Sí pero yo no me la jalo viendo su foto en el baño —continuó burlándose para molestarlo.

—Sólo es mi tipo, ya te lo dije. Nada que un hombre con necesidades fuera del trabajo no tenga.

—Esta bien, está bien —concedió pero aún con diversión. —Siempre has tenido que fingir y estar con quien te obligan pero tú escogiste a ese chico, entiendo el punto. —Nuevamente le sorprendió lo mucho que Taehyung lo entendía. Cerrando los ojos, un parpadeo con una sonrisa le dio tregua a dejarlo por la paz, no sin antes molestarlo un último poco. —¿Qué te gusta de él? —Tae tuvo que aguantarse la risa para no delatarse.

—¿En serio quieres saber? —bufó Jungkook con incredulidad.

—Por supuesto, ¿qué tiene de raro? También soy hombre, además soy activo igual que tú. —En teoría, sólo en teoría porque en la práctica…

—No lo sé, no puedo decir mucho, tiene un lindo cuerpo, supongo, del tipo pequeño, delgado, me gusta su cintura y sus… Soy el tipo de persona a la que le gusta ser mucho más grande que su acompañante para tener pleno control sobre ella. —Jungkook rio de sí mismo. —No me refiero sólo durante el sexo. En los abrazos, para cargarlo, tener que agacharme para besarlo… —La forma tan tímida y reservada como lo dijo para no sonar obsceno hablando de algo tan sugestivo no debería hacerle sentir una melosa sensación de ternura y calor. A ambos.

Taehyung ya no quiso pedir más detalles o se metería en problemas. Con que su miembro se pare, aquí arderá todo y no precisamente de la forma divertida.

—Estoy de acuerdo contigo. —Claro que no, su tipo es completamente opuesto a ese, había estado fingiendo todos esos meses hasta que se dio cuenta de que joder chicos menudos no había sido la gran cosa para su gusto y estaba perdiendo el interés. Él es el tipo de persona que disfruta que alguien tome el control y sepa bien lo que está haciendo. Jamás había pensado en cuál era su tipo antes de entrar aquí, algún día tiene que aceptar que casualmente encontró cuál es su tipo justo cuando conoció a Jungkook.

Otra vez tenían que cambiar de tema. Ya no discutirán como antes pero esto de mantener una conversación decente sigue siendo difícil.

—Gracias por enseñarme —exhaló Taehyung con un aire más serio y Jungkook después de asentir y dejar el marco en la repisa fue a sentarse a su lado. —Sé que era algo íntimo para ti lo de contarme lo de tus dibujos, tu habitación, la cama… No eres tan simplón como creí —bromeó de nuevo. —Sí eres interesante.

Jungkook le dio un codazo duro.

—Pero tú sigues siendo demasiado irritante y curioso, algún día esa curiosidad matará al gatito —sonrió también.

Taehyung le secundó con ojos y dientes alegres por un rato hasta que los ánimos se calmaron.

Después hubo un silencio, pero a diferencia de todos los que han tenido, este se sentía completamente cómodo. Sus suspiros tranquilos y ocasionales fueron lo único que se escuchó durante todo el rato mientras Taehyung observaba la habitación y lo mucho que se veía que todo esto era muy suyo, momento que le dio para pensar.

—¿Guardas algo de tus padres? —rompió el silencio.

—Nop, nunca saqué nada, le dije a mi hermano que se deshiciera de todo.

—Yo sí. —Taehyung sacó el botón rojo de su pantalón holgado y se lo prestó un segundo sin importarle que alguien ajeno a él tocara algo tan personal. —Era de mi abuela, ella me crio cuando mis padres murieron —explicó Taehyung sin dejar de mirar al frente con ojos fijos. —Prácticamente fue como una madre para mi.

Para Jungkook, ese botón no tenía nada de especial pero es bonito y brillante, es interesante por el hecho de que ya varias veces había notado que últimamente Taehyung lo traía entre las manos.

Cuando Jungkook preguntó, Taehyung le explicó lo que según en boca de su abuela les pasó a sus padres y jamás se hubiera imaginado que debería estar agradecido de que al menos él sí había conocido a los suyos.

—Los sueño todas las noches.

A Jungkook le empezó a preocupar, aunque estaba aparentemente tranquilo mirando fijo la moqueta se veía un poco perturbado por todo esto. Puede entenderlo perfectamente, sabe qué se siente despertar sudando y gritando todas las noches.

—Déjame adivinar, los sueños y el no poder dormir comenzó cuando llegaste aquí.

Taehyung se giró a mirarlo por primera vez.

—¿Tú también? —Su semblante cambió.

—Te dije que mi historia no era bonita. —Después Jungkook habló con cuidado. —¿Tu abuela, sigue viva? —El botón seguía rodando en las manos de Jungkook analizándolo con detenimiento.

—Murió unos meses antes de que viniera aquí. Ella… La asesinaron la noche que me viste entrar al bar por primera vez con Jimin, el chico rubio que me acompañaba.

Así que él es el famoso Jimin. Decirle lo siento sería demasiado cliché.

—Lamentablemente puedo decir que sé cómo te sientes y si quieres hablar no dudaré en escuchar como tú me escuchaste a mi.

Su corazón se calentó al instante. Eso era justo lo que Taehyung necesitaba oír.

—Cuando regresé a casa esa noche, la encontré mutilada en su habitación. —Fue algo difícil decirlo en voz alta, no le era para nada indiferente a los sentimientos que volvía a traer a la luz esa oración, pero resistía.

Con un buen auto control y su decisión por no ser tan vulnerable y patético como antes, Taehyung pudo contarle todo lo que pasó con su abuela sin derramar ninguna lágrima. Lo de la mafia, un posible atentado y su estado de “Inconcluso” que ya casi había olvidado pero no importaba ahora si se va enterando que no podrá salir a visitarla y ponerle flores en su tumba.

—… lo robé de su estudio a escondidas ese día en la mansión y sólo porque el padre de Jimin me ayudó, pude conservar algo de ella. Ese botón en tus manos es lo único que me queda de mi vida afuera. — Jungkook tomó su mano y él mismo se lo devolvió poniéndolo en su palma cerrando su puño. —Gracias.

Jungkook quiso ir lento, tendría cuidado de no llenarlo de preguntas pero una de ellas bailaba en su lengua queriendo escapar.

—El otro día en el balcón me dijiste que después de que murió tu abuela, no soportaste el duelo e hiciste algo estúpido. ¿Es por eso que huiste de casa? —Taehyung casi podía sentir que acariciaba su mejilla con su suave voz aún desde esa distancia de seguridad que mantenían.

Jimin vino a su cabeza.

—En parte, pero no fue la principal razón. —Debía armarse de valor para contarle lo de Jimin sin sentirse culpable o extrañarlo. —¿Quieres la historia larga o corta? —resopló Tae con su comisura ligeramente levantada.

—En la que te pueda ayudar mejor —respondió sin dudar. A veces Jungkook puede ser el tipo de persona agradable con la que deseas estar cuando más lo necesitas.

—En resumen, no pude más. Ver la escena del crimen, tener que pensar constantemente en que perdí a toda mi familia y me quedé sin nada era perturbador. Esa noche que la vi, la sangre, sentí algo. Fue extraño —susurró Taehyung, Jungkook por otro lado, recordó el primer día que usaron los cuartos de transmisión forrados de ese nauseabundo color rojo. Por supuesto que notó su tambaleo en cuanto habían entrado, se abrumó demasiado, hasta ahora entiende por qué, su mente era frágil en ese entonces. —Fueron demasiadas imágenes en una, cerraba los ojos y lo único que podía ver era ese color y su cuerpo muerto. Creí que era sólo un reflejo del dolor y un trauma pero continuó por meses.

—¿Estuviste solo todo ese tiempo? —La sola idea le revolvió el estómago.

—Tuve que vivir con Jimin y sus padres por un tiempo, ellos ya me habían acogido de niño cuando murieron mis padres, fueron como mi segunda familia. Ayudaron mucho a mi abuela a cuidar de mi, prácticamente me trataban como su otro hijo y Jimin… —Ese idiota es un gran amigo, o al menos lo era. —Lo conozco desde los cuatro años, viví con ellos hasta la adolescencia y Jimin siempre fue como mi otra mitad. Supongo que sus papás le dijeron que me cuidara por todo lo que había pasado pero algunas veces era demasiado.

—Al menos a ti sí te cuidaron —soltó Jungkook sin pensar. Cuando Taehyung le miró mal por su comentario, levantó las manos rápidamente. —No, no quise decir… Perdona, quise decir que no sabía que a veces eso de “cuidar” podía ser demasiado, si a mi me hubieran cuidado así yo no estaría aquí, recuerda que de los dos yo soy el Kookito huerfanito —se bufó de sí mismo. —Pero siendo alguien que jamás ha tenido amigos supongo que no soy quién para hablar. Lo siento.

Taehyung jamás se había puesto a pensar en ello, dicen que la basura de unos es el tesoro de otros. A veces las injusticias de la vida son muy crueles. Pero aquí estaba su punto:

—Créeme que con Jimin te das cuenta de que hasta la protección tiene límites. En la secundaria nadie se me acercaba porque Jimin siempre estaba en medio. Mis amigos dejaron de invitarme a salir porque Jimin siempre se invitaba solo y hacía las cosas incómodas. En preparatoria, tuve que cortar con varios chicos porque Jimin decía que no eran buenos para mi. Renuncie o me cerré a propuestas de trabajo porque no cumplían con sus expectativas para mi. Para ese entonces ya me estaba haciendo a la idea de que siempre sería así, no me casaría, no tendría hijos o al menos éxito sin antes pedirle permiso o lograr pasar su filtro primero. No siempre era mi amigo o mi hermano, a veces se tomaba el papel de madre y no le iba para nada. Y la lista sigue. —Taehyung se recargó hacia adelante con los antebrazos sobre las rodillas. —Sé que suena poca cosa, sé que para ti hubiera sido genial tener un amigo así, no lo estoy despreciando es sólo que, me acostumbró a cosas… Siempre estaba encima de mi, ordenándome qué hacer y cómo. —Jungkook se dio cuenta de mucho, es por eso que fue rejego a las órdenes cuando llegó y por eso disfrutaba de llevarle la contraria para no sentirse sometido. —Me hizo tímido, inseguro, dependiente, él siempre es quien hacía todo y daba la cara, decidía y hablaba por mi. Traté de entenderlo, él también tiene sus problemas e ideas pero se puso peor cuando me fui a vivir con él después de que mi abuela murió, sus padres se fueron y nos quedamos solos en su apartamento. —Jungkook no supo por qué apretó las sábanas con una mano por detrás de su espalda. —Era controlador, mandón y sobrepasaba los límites cuando no sabía que los hubiera siquiera. Se metió con mis cosas y al final terminamos discutiendo. Me sentía atrapado, congestionado, como si me estuviera presionando hacia abajo y cuando intentaba levantarme y ver por mi mismo el mundo real, Jimin entraba en pánico y me volvía a meter bajo su ala por miedo a que me lastime.

—El mundo real lastima.

Taehyung iba a mirarlo mal de nuevo por no decirle lo que quería escuchar y no darle por su lado pero era cierto. Hasta que se fue de debajo de su ala descubrió por las malas que el mundo real no es tan bonito como creía. Pero en su defensa, habría aprendido a moverse entre él mucho antes si al menos Jimin le hubiera dado un voto de confianza.

Agachó la cabeza.

—En realidad lo extraño, sus métodos son extremistas pero supongo que si lo tuviera de frente me volvería a decir que sólo lo hizo para protegerme.

—No sé lo que es tener un amigo pero sí lo que es arrepentirse, ¿cómo te has sentido desde que ya no está aquí para “protegerte”? Digo, ¿crees que estás mejor ahora o…?

—No lo sé —suspiró Taehyung removiendo los codos. —Al principio se sintió bien poder hacer cosas nuevas que no me dejaba, beber, emborracharme, hacer lo que se me viene en gana, Dios, hasta el simple hecho de usar jeans ajustados sin que me regañe porque son demasiado reveladores se sintió bien.

—Sí, se te ven sexy y entiendo perfectamente lo que es no querer que te miren —soltó Jungkook de nuevo. Otro comentario que dijo sin pensar. Jungkook fingió que no se dio cuenta de lo inapropiado que había sonado eso y Taehyung fingió que no le había distraído en lo absoluto.

—Tengo más seguridad, puedo cuidarme solo ahora. Odio las órdenes y que me limiten, me hace sentir el chico vulnerable y sumiso que lloraba todos los días por su familia muerta. —¿Por eso le gustaba retarlo? ¿Sólo por eso escogió un rol completamente opuesto a su verdadera naturaleza? —Pero en el fondo me sigue gustando la atención, las miradas, sentirme seguro y tener de donde agarrarme. Lo necesito.

Justo en ese momento los recuerdos de esa noche que se besaron vinieron a la mente de ambos.

A Taehyung le trepó por el cuerpo una silenciosa vergüenza que le calentó desde abajo hasta las orejas, por otro lado, a Jungkook además le hizo pensar. Ya sabía que esos gemidos necesitados no eran normales, casi le había gritado por atención, su capricho, esos ojos llorosos y mejillas rosas son de alguien con una necesidad que va más allá de un contacto físico carnal.

Aún no lo entienden pero eso es señal de una clara y abrumadora dependencia emocional a raíz de su pérdida y las condiciones a las que fue expuesto por años con Jimin. Su cuerpo y sus dos volubles personalidades la siguen reclamando como tierra seca a lluvia.

Es por eso que Taehyung tiene tantas personalidades.

Jungkook comprende por fin que no había sido algo que Taehyung pudiera controlar. Sólo era un hombre común con una guerra interna entre el chico rudo e independiente que quiere ser y el chico blandito y dócil que exuda y odia pero no puede negar. El duelo es diferente para cada persona y ve que para él fue un infierno. No necesita conocer los detalles para saber que la pasó duro y lo que sea que afrontó tuvo que ser suficiente para creer que un burdel sería una pizca mejor.

El problema es que nunca debía haber sido suficiente como para terminar aquí pero les costará lágrimas a ambos darse cuenta de eso.

Taehyung tiene sus razones igual que él y Jungkook empieza a comprenderlas una por una con paciencia. Se está tomando el tiempo para entender a este chico por más que le de miedo dar ese paso.

Porque una vez que “entiendes a tu enemigo lo suficiente como para derrotarlo, entonces lo amas”.

Su mano se movió por sí sola y se posó en la espalda de Taehyung acariciando con suavidad y lentitud.

—No te culpes por querer o no muchas cosas. Al menos tú si sabes lo que quieres —animó Jungkook. Taehyung se enderezó en la cama.

—¿Tú no lo sabes? —preguntó con ojos grandes.

No. No hay nada que Jungkook desee más que saber qué es lo que quiere de esta vida realmente.

—Aunque no lo creas, hay gente más jodida que tú Taehyung. —Jungkook rio palmeando su espalda.

—Me gusta creer que sí.

De repente Jungkook se quedó sospechosamente callado.

—¿Y no será que le gustabas al rubito?

—Ay cállate. —Taehyung no se pudo aguantar la risa, hasta creyó que lo preguntaba en serio. 

—No me digas que no lo consideraste —comentó Jungkook con picardía.

—Es mi hermano. —Le golpeó en el muslo. —Además creo que le gustan más los hombres mayores… y Yoongi —se atrevió a revelar.

—No. Te. Creo —boqueó Jungkook como todo un chismoso. —¿Cómo sabes?

—Encontré a Yoongi enviándose mensajes cachondos con Jimin y talvez un par de fotos explícitas. Fue perturbador. —Tae sacó la lengua aún tratando de borrar esas imágenes de su mente sacudiendo la cabeza.

—Con razón el otro día me dejó usar su guitarra, ya se me había hecho raro que ha estado tan campante. Creo que nos tocará ser padrinos de boda, ¿quieres ayudarme a escoger un traje?

Las carcajadas no se hicieron esperar. Ambos chicos siguieron burlándose de la pareja por un buen rato demasiado cómodo para ser cierto pero lo era, les gustó decir que acostumbrarse a esto no era tan malo. Ya después de unos minutos más, las risas se calmaron agradablemente. Encontrar algo en común con Jungkook de lo cuál reírse era más entretenido de lo que pensó.

—¿Ser parecidos en nuestras mierdas y nuestros familiares cachondos es bueno o malo? —preguntó Taehyung fingiendo hablar en serio.

—Sublime Taehyung, sublime, no cualquiera —le siguió la broma con gesto pomposo.

A pesar de que sus ojos se sentían cansados dada la hora, Tae seguía riéndose arrugando sus facciones en una sonrisa muy bonita, pero de un momento a otro sus ojos se abrieron y se toparon de lleno con los de Jungkook. La timidez llegó.

—Me gusta poder hablar de cosas serias y burrada y media contigo —agradeció Taehyung para disimular sus repentinos nervios. Jungkook sólo asintió con la cabeza a ojos cerrados y una sonrisa sin dejar de mirarlo. Sus manos se pasaron por sus propios muslos con un suspiro. —En fin, creo que debería irme.

Jungkook volvió en sí obligándose a dejar de mirar sus brillantes ojos.

—Claro, claro, ya es tarde. —Taehyung fue el único que se puso de pie.

—Lindo cuarto, algún día tendrás que hacerme un dibujo —Era un problema latente para Taehyung no saber dónde poner las manos una vez se iba alejando hacia la puerta tratando de despedirse lo más casual posible.

—¿Quieres un perrito?

—Que sea un gato, odio los gatos. —La sonrisa que Taehyung le dio fue irremediablemente adorable he hizo a Jungkook querer ir a dibujárselo ahora mismo.

Sin muchas palabras pero mucho contacto visual, Taehyung por fin llegó a la puerta y tardó más de lo que un humano normal se toma en abrirla.

Jungkook pellizcaba la manta de la cama con toda su atención en la tela pero una ansiedad por volver a mirarlo. Las palabras salieron por sí solas.

—Tae, quédate. —No pudo controlar que su voz saliera en una petición susurrante y melosa.

El corazón de Taehyung ya estaba en el suelo.

—¿Mmm?

—No querrás que Garrett te cache saliendo de mi habitación otra vez.

Si le pagaran por mentir no tendría que estar diez metros bajo tierra prestando sus servicios en un prostíbulo subterráneo.

Taehyung volvió a cerrar la puerta de inmediato ya caminado hacia él de vuelta.

—Cierto… Pero, ¿estás seguro?

No le tuvieron que rogar. ¿Qué no se supone que no le gusta que la gente decida por él?

—Claro, no hay problema. —Jungkook manoteó con una palma restándole importancia. Se puso de pie y fue a su armario jalando una almohada de la parte más alta. Se acercó a él y se la estrelló en el pecho con fuerza haciendo que Taehyung se tambaleara hacia atrás desconcertado. —Esta es tuya. En la noche puedes irte antes de que se despierten todos —resolvió con extraña simpleza, como si sólo fueran compañeros de cuarto en la universidad, pero Jungkook estaba evitando su mirada a toda costa.

Sin ninguna palabra más, casi corrió al baño diciendo que se daría una ducha y dejándolo a cuadros le indicó que podía tomar algo del armario para ponerse más cómodo.

Cuando salió del baño, Taehyung ya estaba sentado sobre sus propias piernas sobre la cama del lado de la mesa de noche vistiendo una de sus amplias playeras blancas hasta los muslos.

Jodido Dios.

Mala idea, mala idea.

¿Por qué Jungkook es tan idiota? ¡¿Por qué?!

Continue Reading

You'll Also Like

911K 96.3K 139
1era y 2da temporada โ™ฅ๏ธ Sinopsis: En donde Jimin es un Omega mimado y Jungkook un Alfa amargado, los dos se casan por sus propias conveniencias. โš ๏ธ...
5.2K 612 8
โ taehyun estaba convencido de que jugarle una broma a su ex novio serรญa una muy mala idea. โž ใ…คใ…คใ…คใ…คใ…คใ…คใ…คใ…ค ใ…คโœฟ โฃฟใ…คใ…คbeomgyu topใ…คเฅซใ…คtaehyun bottom. ใ…คโœฟ โฃฟใ…คใ…คhis...
1.1K 91 7
๐—˜๐—ก ๐—จ๐—ก ๐— ๐—จ๐—ก๐——๐—ข ๐——๐—ข๐—ก๐——๐—˜ ๐—Ÿ๐—” ๐—ฃ๐—œ๐—ฅ๐—”๐—ง๐—˜๐—ฅ๐—œ๐—” ๐——๐—ข๐— ๐—œ๐—ก๐—ข ๐—˜๐—Ÿ ๐—ฃ๐—Ÿ๐—”๐—ก๐—˜๐—ง๐—” ๐—Ÿ๐—Ÿ๐—˜๐—ก๐—”๐—ก๐——๐—ข๐—Ÿ๐—ข ๐——๐—˜ ๐—•๐—”๐—ฅ๐—–๐—ข๐—ฆ ๐—ฌ ๐—•๐—”๐—ก๐——๐—˜๐—ฅ๐—”๐—ฆ ๏ฟฝ...
17.1K 1K 14
una sangre pura y una sangre sucia Una Slytherin y una Gryffindor Una mujeriega y una virgen Se enamoran ยฟque puede pasar?