Llueve el cielo en agosto ( B...

By josetellez0

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"Su corazón palpitaba cada vez más rápido, el aire le faltaba nuevamente, levantó sus manos y vio la sangre q... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9: Gritos en la oscuridad
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22

Capítulo 16

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By josetellez0

Viernes 28 – Sábado 29 de Marzo 

Al ver que Joeman se alejaba apresuradamente sin decir más nada, Tony se apresura a seguirlo al igual que Kevin. Las mujeres se quedan atrás conversando entre ellas

– Joe... ¿A dónde vas? – inquiere Tony alzando la voz y siguiéndolo.

Joeman estaba por llegar al carro cuando Kevin se adelantó y se interpuso en su camino bloqueándole el paso. Wolff al lado de su dueño comenzó a ladrar como si deseara exigirle que los dejaran pasar.

– Te hizo una pregunta... responde – ordena Kevin cruzando los brazos e ignorando completamente al perro.

– No sé – contesta Joeman frunciendo las cejas.

– Esa no es una respuesta.

– Dije que no sé – afirma Joe tratando de adelantar a Kevin para alcanzar la puerta.

– Joe... tenemos que hablar, en serio. – interviene Tony cerrando la puerta que Joeman logro entreabrir.

– Sin duda alguna... por ejemplo... Ayer ¿Por qué se fueron sin avisarme, sin decir nada? – demanda Joeman casi retando a Tony con la mirada.

– Sí, sí yo sé... pero no vamos a hablar aquí

– ¿Entonces donde?

– Ya casi es medio día, así que podemos ir a almorzar a algún lado – sugiere Kevin tocando su reloj en la mano derecha.

– Los veo en media hora en Hard Rock – concluye Joeman abriéndose paso para abrir la puerta y dejando que Wolff entre de primero.

Sin voltear a ver atrás, Joeman encendió el GT-R y en un abrir y cerrar de ojos abandonó el mirador. Algo extraño corría por sus venas, seguramente era una mezcla de molestia, ira, desesperación, estrés, indiferencia entre otras cosas, lo que lo obligó de una cierta forma a encender el estéreo del carro y poner una de sus canciones especiales "Carrie" de Europe. El ambiente se volvió más pasible y menos tenso. Joeman bajó la ventana del copiloto y enseguida Wolff sacó su cabeza y su lengua para sentir el aire fresco recorrer su hocico.

Al llegar a Galerías, Joeman bajó del carro con más calma, junto con Wolff el cual inspiraba miedo a través de su mirada en las personas que lo miraban. Al ver que ninguno de sus amigos habían llegado, se sentó en una banca con su perro esperando que llegaran.

Diez minutos después ambos se presentaron vistiendo una ropa diferente de la que llevaban cuando los vio en el mirador. Ambos vestían chaquetas negras de cuero con unos vaqueros igualmente negros. Al verlos así Joeman movio la cabeza de lado a lado " Idiotas " pensó mientras se acercaban.

Mientras ordenaban el almuerzo, el husky siberiano tuvo que quedarse afuera de las instalaciones ya que adentro no se permitían perros. Por suerte había una terraza en la cual decidieron almorzar para no dejar solo a Wolff.

– ¿Por qué tan frío y distante? – pregunta Kevin tratando de entender la actitud inusual de su amigo.

– Joe siempre ha sido frío y distante – bromea Tony enarcando una sonrisa.

– A partir de ahora, lo que yo haga no quiero que afecte a nadie. Si voy a seguir con mi objetivo de terminar lo que mi padre empezó, lo voy a hacer solo.

– Sí, ya lo dijiste – comenta Kevin – Las que no quieren entender eso son las mujeres...

– Y ustedes – lo interrumpe Joeman – No soy estúpido, sé que también ustedes no quieren aceptarlo. Pero ya es suficiente. La próxima vez no sé si voy a llegar a tiempo para salvarles el trasero. Y si les llega a pasar algo, no quiero ser el culpable

– Lo tuyo es una misión suicida – interviene Tony, tomando un trago de agua – pero será como vos digas.

Estuvieron en esa discusión durante varios minutos, cada uno tratando de argumentar el por qué de sus acciones. Pero ninguno convencía al otro hasta llegar a un punto en él que se cansaron y prefirieron comer.

Después que Kevin salió del restaurante al haber terminado el almuerzo y pagado su parte de la factura, Tony regresó con dos cervezas en la mano por lo que Joeman dedujo que ambos tendrían una larga conversación.

– Nos hacía falta el digestivo – comenta Tony entregándole una botella a Joeman mientras toma asiento frente a él.

– Aja – el muchacho de ojos marrón oscuro observa detenidamente las gotas de agua que resbalan de la botella – Entonces ayer por que se fueron?

– Ah sí, nos tuvimos que ir por unos imprevistos... ayer la hermana de mi padre fue ingresada al hospital – contesta Tony con un tono de preocupación.

– Debe ser grave ¿Que le pasó?

– Sí, de hecho desde hace unas dos semanas creo, comenzó a tener crisis respiratorias y exceso de tos... decía que le dolía el pecho al respirar. También le dio fiebre, le dolía todo el cuerpo. Se miraba muy mal, parecía que sufría demasiado.

– ¿Y le dieron algún tratamiento? – inquiere Joeman sintiendo cierta compasión por el sufrimiento de esa mujer, a pesar que no recuerda si se habían conocido o no.

– En casa le estuvieron poniendo analgésicos antiinflamatorios y otras cosas...pero no mejoraba, se mantenía igual, era cómo si la medicina no estaba haciendo nada en su organismo.

– Me imaginó que ayer estaba más grave ¿no? – pregunta Joeman mirando Tony fijamente.

– Sí... los últimos días sentía un cansancio extremo, y lo más grave es que tenía erupciones rojas en el rostro...eran en forma de mariposa y...

– Es lupus – Joeman lo corta antes que su amigo termine su frase. Años atrás él se había encontrado con una mujer que tenía los mismos síntomas, además había estudiado esa enfermedad en inmunología unos cuantos meses atrás.

Tony asiente con la cabeza luego de tomar un largo trago de su cerveza.

– Eso mismo dijeron los doctores – afirma Tony. – Pero esperamos que se recupere y que pueda volver a su casa, ella es una buena persona, le gusta hacer bromas a todo mundo – al terminar la frase suelta unas risas recordando una de las tantas bromas que ella le había hecho.

– Por que tu tía se mejore – dice Joeman alzando la botella para hacer un brindis al cual Tony corresponde.

– Y vos que vas a hacer ahora? – inquiere Tony cambiando de tema – ¿Conseguiste donde quedarte?

– Me voy...quiero estar solo – una de las meseras les lleva unos bocadillos y discretamente trata de llamar la atención de Joeman, sin embargo este le es completamente indiferente.

– Pero adonde? – pregunta Tony examinando a la muchacha rubia de pie a cabeza la cúal se aleja molesta al ver que el chico que le interesaba ni siquiera la volteo a ver.

– No sé... voy a dar una vuelta... y luego veo donde me quedo.

– Hm ya...y ¿Cómo va todo con Ángela? – pregunta Tony revolviendo las sobras de la comida con el tenedor.

– No sé...y no quiero hablar de eso – contesta Joe llevándose uno de los bocadillos de papa y queso a la boca.

– ¿Seguro?

– Sí.

– Joeman... no sé pero tengo la impresión de que siempre querés evadir ese tema...o ignorarlo. No debe de ser así, por que tarde o temprano eso te va a consumir y después las consecuencias pueden ser malas.

Por un momento él se quedó en silencio observando la calle e inevitablemente un largo suspiro se escapó de su boca. Joeman también sabía que no podía seguir evadiendo ese tema, pero le preocupaba que lo que sentía evolucionara a algo más fuerte que no podría controlar.

– Joeman va a llegar un tiempo en que no vas a poder controlar lo que sentís... el amor es... es algo natural, no hay por qué huir o alejarse. Eso te dañaría más – interviene Tony como si acabara de leer los pensamientos de se mejor amigo.

– Eso es lo que temó – confiesa Joeman todavía observando la calle. – No soy tonto, sé que si me entrego a lo que siento las cosas no van a salir bien. A veces quisiera nunca haber conocido a Ángela, pero luego al verla o pensar en ella sé que es una de las mejores cosas que me han pasado.

– Yo creo que ya no deberías encerrar lo que sentís, dejalo libre pero... también tenes que dejarla a ella...dejarla ir.

– Eso no serviría de nada... sería inútil. Siento que necesito estar a su lado, necesito que se quede... pero no quiero que le pase algo por mi culpa.

– Yo, yo no sé... no sabría que hacer en tu caso. Tal vez vivir lo que tenes hasta que se acabe, vivirlo con todo tu ser y ser feliz en esos momentos... y cuando eso se acabe por lo menos sabrías que ambos fueron felices lado a lado y que no simplemente fue un sueño... y Joeman, yo creo que en serio necesitas a alguien a tu lado, a una mujer a tu lado.

– Pienso que necesito estar solo... por la seguridad de todos pero ya veremos – concluye Joeman levántose de la silla para pagar la cuenta. Tony igualmente se levanta y sale a la acera del restaurante donde se queda con Wolff esperando que su amigo termine de pagar.

– Crees que te podas llevar a Wolf solo por hoy. Mañana lo paso buscando – pregunta Joeman agachándose para acariciar a Wolff, este le lame el brazo como muestra de afecto.

– Ok, no hay problema – el perro lobo mira a Tony tendiéndole una pata.

– Nos vemos Wolff – se despide Joeman del perro y de su amigo.

Joeman y Tony se despiden en el parqueo y cada quien toma un calle diferente, uno al sur y otro al este. Sabían que no era un último adiós, solo era un simple "hasta pronto".

Al entrar en el carro, Joeman vió la hora; eran las 2:37 minutos de la tarde. Recordó que era viernes y que el día siguiente tenía una " salida" con Ángela. En el camino se paró en una gasolinera para rellenar el tanque del GT-R, algo que le resultó muy extraño es que Kevin no le dijó absolutamente nada a propósito del carro, tampoco le había llamado para decirle que se lo devolviera. Pensó que tal vez su amigo había considerado que era mejor que Joeman lo anduviera a que el Estado se lo confiscara.

Esperando que terminaran de rellenar el tanque, Joeman decidió ir al IND pero no por las clases, más bien se dijo a sí mismo que era mejor alejarse de todas las instituciones del Estado por ende tenía que presentar su salida del equipo y de la institución. Después de faltar tres días y llegar el día siguiente a presentar su salida de las clases podría parecer sospechoso pero al mismo tiempo podría parecer una justificación. Así que sin darle más vueltas regresó al IND y esperaba que fuera por última vez en todo el resto de su vida.

Al estacionarse en el parqueo bajo techo notó que el carro de los padres de Ángela no estaba largo, aun adentro los miró bajarse y allí estaba ella. Al verla tan radiante como siempre, recordó los días anteriores cuando ella lo había llamado varias veces e incluso le había escrito un mensaje el cual ni siquiera leyó.

"No me va a reconocer" pensó mientras seguía revisando unas cosas en el auto.

– Hola – saluda Ángela dirigiéndose hacia él.

....Joeman levanta la cabeza y esboza una pequeña sonrisa casi imperceptible.

– Como estás? – pregunta Ángela

– Bien y vos? – La verdad es que Joeman no estaba bien, los lentes de sol simplemente ocultaban unas ojeras, producto de los cuatro días que no pudo dormir bien pero debía fingir que todo estaba bien como de costumbre.

– Ah no sé, mas o menos...yo...te estuve llamando estos días y... – su frase fue interrumpida por el ruido de la puerta delantera al cerrarse bruscamente.

– Lo siento Ángela. Hablamos de eso mañana – contestó Joeman sin darse cuenta que sus palabras eran más frías y afiladas que de costumbre. Después de lo que había pasado los días anteriores, se le hacía difícil fingir que todo estaba bien. Ángela notó que a pesar de verse radiante, parecía distante y cubierto de piedra. Él quiso desaparecer, esfumarse entre la nada y evitar el momento incomodo para ambos.

Joeman aún no terminaba de asimilar lo que debía de hacer con sus sentimientos. Aún no sabía si quemarlos y luego tirar las cenizas al oceano o si protegerlos, aceptarlos y vivir con ellos.

– Ah...ok, pero donde nos veríamos exactamente – pregunta tratando de romper la distancia entre ambos.

– Te llamó mañana, tengo que irme, adiós.

– Bueno, bye... – Al darse la vuelta e irse la cabeza de Ángela había entrado en un estado de confusión total. Joeman de repente quisó detenerla y disculparse por su actitud, pero su orgullo pudo más que sus sentimientos.

Durante las clases, Joeman se reunió con el entrenador y la pasó unos documentos falsos y una justificación de salida que había improvisado después del almuerzo. Pensó que era suficiente para no levantar las sospechas. Al terminar se fue por el pasillo principal que pasaba al lado de la clase de Ángela, pero Joeman no la volvteo a ver a pesar que sintió su mirada en su espalda.

Al salir del Instituto pensó que el martirio había acabado por un momento.

En la noche alquiló un cuarto por una noche en un hotel alejado de la ciudad.

Y encerrado en el cuarto pensó que tenía que remediar las cosas y que le debía una explicación a ella, por ellos tomó su teléfono y marcó su número dos veces pero no tuvo una respuesta. No tuvo mayor opción que escribirle un mensaje de texto. No quería que Ángela se alejara.

" Ya se lo que pensás, no lo hagas. Hablamos mañana. " Al terminar de escribirle esperó que ella entendiera a lo que se refería.

El sabado por la mañana Joeman salió del hotel y fue a buscar a Wolff en la casa de Tony. Luego se estuvo un tiempo en su casa hasta que llegó la hora de encontrarse con Ángela en Galerias.

En la entrada del foodcourt él esperaba de brazos cruzados con una chaqueta café oscuro hecha de cuero, unas gafas oscuras y una gorra negra de los G.S Warrios, a su lado el perro lobo se mantenía quieto. Ángela llevaba una blusa azul, vaqueros y unos deportivos. Ambos se reconocieron inmediatamente y procedieron a elegir lo que iban a almorzar pero entre tantas opciones no se decidian. Hasta que Joeman se le ocurrió llevarla al mirador de Catarina lejos de la ciudad, un lugar tranquilo que ofrecía un paisaje inigualable.

– Voy a preguntarle a mis padres – avisa Ángela sacando su teléfono y marcando el número de sus padres.

– Ok – Joeman mantiene calmó a Wolff al cual no le puso ningun tipo de correa o cadena chica ni grande, por lo que las personas pasaban la más largo posible, ya que este inspiraba miedo e intimidaba tan solo con la mirada.

Al tener el permiso de sus padres ambos salieron del centro comercial junto con Wolff y se adentraron en el Nissan deportivo. Una vez en la carretera, Joeman le subió el volumen al estereo, en el cual sonaba "Dusk till down" inundando el ambiente de un aire levemente romántico y cálido. Joeman entrelazó su mano con la de Ángela apoyándose sobre la palanca de cambios. Los dos juntos daban la imagen de una pareja de enamorados... pero ambos se preguntaban si en realidad lo estaban. Ella cargaba al husky siberiano en sus piernas, el perro dócil también parecía sentir un cierto afecto por ella al dejarse acariciar por ella.

Al llegar al mirador ambos caminaron lado a lado detallando el paisaje y el lugar. El mirador era bastante viejo, tenía un aspecto vintage pero a la misma vez rústico. La mejor vista se tenía desde el puente en forma de arco que unía dos cabañas de madera. Joeman pensó que era el lugar ideal para conversar tranquilamente bajo la sombra de los arboles.

- ¿Queres algo de comer o beber? - pregunta Joeman señalando hacía el mini restaurante que se encontraba a unos metros de donde estaban ellos.

- Un quesillo de trenzas estaría bien - contesta Ángela apreciando el paisaje de la laguna de Apoyo.

– Ok – contesta Joeman comprando dos quesillos y una pechuga de pollo frito para Wolff.

El aire que se respiraba en ese lugar era uno de los más puros de Nicaragua pero a pesar de ellos Joe sentía que le faltaba la respiración, Ángela a su lado siempre le hacía sentir tranquilo, sereno pero a la vez su corazón parecía querer desprenderse de su cuerpo.

- Estos últimos días no te ví en el IND... yo me preocupe un poco... te llamaba y no contestabas. Pensé que te había pasado algo

- Así fue - afirma Joeman recibiendo los dos quesillos y el pedazo de pollo que le entrega a Wolff. Este comienza a devorarlo sin perder un segundo.

clavando su mirada en sus manos, pensó que eran las manos más perfectas que había visto en una mujer. Después de la primera vez que sintió su tacto una semana atrás Joeman había anhelado volver a sentir esa sensación que había inundado su ser. Pero se dijo a sí mismo que lo mejor era no hacer nada y mantener la distancia.

- ¿Y que pasó ? - pregunta Ángela

– Ayer casi mataron a uno de mis amigos de infancia - contesta él desviando su mirada hacía la laguna.

– Eso... se debe de sentir horrible - comenta Ángela bajando la mirada.

– No, no murió gracias a Dios

– Que bueno... y quien era? – inquiera ella llevándose a la boca un bocado del quesillo

– Se llama Kevin, el es inglés – contesta Joeman frunciendo el ceño al recordar lo sucedido. Wolff caminaba a su lado como el amigo fiel que era.

– Ah y ¿Él cómo está?

– Él es como una piedra... si lo ves ahora está como si nada.

– Que bien... – suspira Ángela.

– Y... temo que lo que le pasó a él, le pase a todos los que conozco. Ángela hay algo de lo que tenemos que hablar... algo que debí decirte desde hace tiempo.

– Yo... te escucho – contesta Ángela sonrojándose y esbozando una sonrisa coqueta.

– Es complicado... – dice Joeman acercándose más a la chica que tiene a su lado.

– Sí?

– Dame tu mano – Sugiere Joeman tendiendole la suya, acto seguido Ángela posa su mano izquierda sobre la de Joeman, él cual la toma con suma delicadeza llevándola hacía el lado derecho de su pecho – Lo sentís?

Ángela asiente con la cabeza y lleva su otra mano a su cara tratando de ocultar la inefable emoción que inundó todo su ser al sentir los latidos acelerados provenientes de su corazón.

– Esto – continua Joeman sujetando la mano de Ángela contra su pecho, él cual continua latiendo descontroladamente – Las palabras no son suficientes para describir esto.

Ángela se acercó aún más, de tal modo que sus narices casi rozaban una con la otra, sus respiraciones por poco se confundían en una misma. El cielo a lo lejos les brindaba un atardecer perfectamente colorido y la música de fondo "Said I love you but i lied" le daba un aire algo romántico al ambiente.

Ella alejó lentamente su mano del pecho de Joeman, e hizo el mismo acto tomando la mano derecha del hombre apuesto que tenía a pocos centímetros de distancia, posándola sobre su corazón.

Al sentir la misma frecuencia de latidos, una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios.

– Tampoco esto – retoma Ángela sonriendo de alegría.

Joeman alzó su brazo izquierdo hasta su cintura y luego la rodeo con el resto de su brazo acercándola aún más a él. Poco a poco sus narices se acercaron cada vez más, sus ojos apreciaban las virtudes de sus rostros y se paseaban de sus labios a sus ojos. De pronto sus ojos se cerraron y confundieron sus alientos al rozar sus labios delicadamente entre ligeras sonrisas de parte de Ángela. Hasta que ambos sellaron un beso pasional que desencadenaron sus lágrimas, lagrimás que resbalaban entre la mejilla de ambos. Segundos después sus labios se separaron mientras suspiros de emoción se escapaban de sus bocas, quedándose frente con frente por unos segundos mas, disfrutando de dicha sensación.

– Quisiera que todos los días fueran así.

– Podrían serlo más adelante.

– Yo, yo no podría.

– Entonces vivamos este momento – sugiere Ángela con los ojos cerrados acariciando la mejilla del hombre que recién besó.

– Las cosas no son así – dice Jomean negando con la cabeza a la misma vez que se separa de ella – Es aún más complicado y no es por lo que acabo de mostrate.

– Entonces... ¿que és? – inquiera Ángela mirándolo con preocupación.

– Yo... no sé, como decirtelo – Joeman se apoya sobre la baranda – Es algo que tiene que ver con el gobierno.

– ¿Por qué el gobierno? ¿Qué pasó? –

– Desde hace dos años el gobierno me persigue y persigue a mis conocidos. El presidente quiere algo que yo tengo, algo que no pienso darle.

– Yo... no, no entiendo.

– No puedo decirte que és exactamente pero es peligroso y arriesgado

– ¿Por qué? – inquiere Ángela posando su mano sobre la de Joeman quien la tiene sobre la baranda del puente

– Ángela quisiera obligarte a que te vayas y me dejes solo, pero no sería capaz de hacerlo, no puedo y tampoco quiero. Solo quiero que sepas que las personas que conozco y que quiero pueden salir heridas o incluso muertas, solo por el hecho de conocerme.

– ¿Es por que estás metidos en cosas ilicitas?

– No, no es por eso. Solo quiero hacer lo correcto y tener justicia por lo que el Estado me ha hecho a mí y a mi familia. El presidente quiere impedirmelo, tomar lo que es suyo y luego matarme, pero no solo a mí, también mataría a todos los que podrían revelarse en su contra o a los que estaban de mi lado y me apoyaban – dice él mirando hacía la nada a la vez que quita su mano de la baranda.

– ¿Por eso querés que ahora me aleje de vós? – pregunta Ángela clavando su mirada en el horizonte

– Solo quiero que estés a salvo. No quiero que te pase algo. Yo no sé si podría lidiar con el peso de la culpa si algo te llegara a pasar. Ya he lidiado demasiado con la culpa y el remordimiento. Tengo que hablar con tus padres y decirles lo que pasa...ellos tambien tienen que saberlo.

– Joe... – susurra Ángela acercándose a él – No me voy a ir... no me voy a alejar de vós, no mientras esté en este país, sé que todavía no soy mayor, pero y también puedo tomar decisiones por mi cuenta.

– ¿Por qué? ¿ Por qué queres quedarte?

– Por esto... – contesta Ángela alzando el mentón para alcanzar los labios de Joeman y sellar un largo beso como respuesta final.

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