Llueve el cielo en agosto ( B...

By josetellez0

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"Su corazón palpitaba cada vez más rápido, el aire le faltaba nuevamente, levantó sus manos y vio la sangre q... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9: Gritos en la oscuridad
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22

Capítulo 15

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By josetellez0

Noche del Jueves 27– Mañana del Viernes 28

    Desde el cuarto Joeman observaba cautelosamente todos los movimientos de la mujer que se hacía llamar su "tía" y de los demás policías.

– Miura, conecta el audio.

– Necesitaré un momento señor... las cámaras no tienen micrófonos, estoy buscando una fuente de audio.

– Bien – dice Joeman abriendo la ventana. Luego tomó uno de los drones más pequeños, le aplica la capa invisible y le agrega siete proyectiles guiados junto con una bengala de humo

– Controla el dron y dirígelo lo más rápido posible hacía la casa de Kevin. Hay cinco objetivos, la señora de negro y los cuatro policías que estén más cerca de Kevin... no los mates, solo debilítalos. No dispares en puntos mortales – insiste Joeman.

– Los proyectiles serán disparados a una distancia de seis metros de distancia.

– Y quítale las esposas a Kevin antes de disparar, el dron tiene un laser, úsalo de cerca.

– Como ordene. Los proyectiles ya están por llegar – informa Miura.

– Desconecta el alumbrado eléctrico de toda esa zona – ordena Joeman. – Será mejor que Kevin desparezca en lo oscuro – pensó rascándose la barbilla.

– Listo señor. El dron ya está en posición, procederé a disparar los proyectiles – informa Miura desde la computadora.

– Espera...dejáme escuchar – la detiene el joven quien sentado frente a la pantalla le sube el volumen al reproductor.

"– Voy a preguntar por última vez. ¿Dónde está Joeman? – insiste la mujer de negro apuntando hacía la cabeza de Kevin, su agarre del arma es firme y seguro mostrando su temperamento frío e insensible.

No sé – contesta Kevin tajante, sin pensar dos veces y mirando fijamente el cañón del arma que sostiene la tía de Joeman.

No me dejas opción, niño – suspira la señora girando levemente la cabeza hacia un lado."

– Apaga todas las luminarias – ordena Joeman logrando que justo en ese momento las luces se apagaron súbitamente y todo quedó en oscuridad – Dispara ya.

Súbitamente se escucharon siete disparos provenientes de diferentes posiciones logrando confundir a los agentes y a la señora quien inconscientemente bajo el arma tratando de identificar de donde provenían los disparos, pero ya era demasiado tarde. Una bala penetró en su pierna izquierda y otra perforo su clavícula derecha desatando una hemorragia instantánea. Al instante los policías tirados en el piso comenzaron a quejarse del dolor apretándose sus piernas o brazos para tratar de retener el dolor y el sangrado.

– Dispara el laser – Kevin aún seguía de pie con una sonrisa de satisfacción en su rostro al observar como los polícias y la señora se revolcaban del dolor tirados en la calle o sobre los carros. De repente sintió que sus manos ya no estaban bajo la presión de las esposas y sin pensar dos veces se giró para golpear en el abdomen al policía que tenía detrás y quitarle su pistola en un santiamén aprovechando que no tenía fuerzas para levantarse por la bala que tenía incrustada en la pierna – Hijo de tu madre – dijo Kevin en tono irónico mirando hacía una de las cámaras de vigilancia.

– Listo – pensó Joeman al ver que Kevin estaba fuera de peligro – Dispara las bengalas ahora – ordeno dirigiéndose a Miura.

En ese momento todo quedo en neblinas y oscuridad, ningún policía podía ver lo que pasaba a su alrededor. Kevin aprovechó para regresar a la casa corriendo y tomar su billetera, su teléfono y las llaves del Mustang. En un abrir y cerrar de ojos Kevin salió de su casa no sin antes activar la alarma de bloqueo que reforzaba el cierre de todas las puertas y ventanas de la casa, de forma que nadie podía entrar ni salir.

– Bien, ahora trae de vuelta al dron – ordena Joeman.

Diez minutos después las luminarias volvieron a encenderse iluminando la calle y el humo se disipó completamente. Unos minutos después llegaron las ambulancias y otras patrullas, pero Kevin ya había desaparecido sin dejar rastro alguno.

En el cuarto Joeman comenzó a cuestionarse que tanto dilataría el gobierno en encontrarlo a él y al resto de sus amigos, que tanto dilatarían en secuestrarlos y matarlos. Muchas preguntas volaban en su mente haciendo que el sueño desapareciera por completo... No logró quedarse quieto en la cama, se movía de un lado a otro desesperado por salir de esa situación.

Aún le quedaba una semana antes de que regresaran a clases, luego le faltaban seis meses para terminar las clases y para desaparecer de Nicaragua e irse a otro país a estudiar la universidad. Pero calculó que seis meses era demasiado tiempo para esconderse del señor Leid y del Estado y que la Universidad y un trabajo formal sería imposible para él. Se dio cuenta que nunca tendría la vida de un estudiante común y corriente que tanto había anhelado desde pequeño.

Sentado en el escritorio, Joeman siguió desarrollando sus algoritmos de defensa y ataque para tratar de despejar su mente y hacer algo mientras llegaba la madrugada.

El día siguiente por la mañana Joeman volvió a contactar a Kevin y a Tony. En una llamada rápida los citó a ambos en el mirador detrás de la gasolinera de Xiloá alrededor de las 9:00 am. Después trató de volver a contactar repetidas veces a Ámber pero esta no contestó. No había tenido ninguna llamada perdida de ella, ni de otro número desconocido y le resultó demasiado extraño que un día, ella lo llamara varias veces y luego desapareciera por completo.

Durante la madrugada Joeman preparó sus cosas en una mochila grande y las subió al carro para así estar listo cuando llegara la hora de salir.

Llegaron las ocho de la mañana y aún nadie había llegado a la casa. Por ende desayunó solo junto con Wolff en el sofa de la terraza. El husky siberiano a pesar de tener una apariencia y una mirada intimidante, por dentro era un ser dócil, tranquilo y era ademas un buen compañero. Joeman sintió una oleada de tranquilidad al sentirlo reposar sobre sobre sus piernas, después de terminar su comida le acarició el pelaje y se quedó un tiempo con él disfrutando de una serenidad incomparable pero efímera. Los minutos pasaron y Joeman vio que ya era hora de irse. Antes de salir se aseguro de dejar todo cerrado y con llave. Subió a Wolff al asiento del copiloto y ambos dejaron la casa sin voltear a ver atrás ya que no era de ellos.

A los diez minutos de estar en el mirador, Wolff disfrutaba del paisaje y del aire fresco mientras que Joeman con una gorra y unos lentes de sol esperaba impacientemente hasta que identificó el Mustang azul de Kevin, seguido de la camioneta negra Nissan Frontier de los padres de Tony.

Joeman se sorprendió al ver que los dos no habían llegado solos, del carro bajaron Casandra y Alícia con ropa deportiva y de la camioneta bajaron Roselle y Laura. Ambas parecían recién salidas de un salón de belleza. "Ya veo por qué dilataron tanto" pensó Joeman para sí mismo.

– ¡Ayer tu tía casi me mató preguntando donde estabas! – exclama Kevin acercándose hacía la banca donde descansaba Wolff y Joeman.

– Ya sé... ¿Y? – contesta Joeman indiferente mirando el paisaje.

– Gracias – dice Kevin entre dientes – Pero la próxima vez que alguien me amenace con una pistola para saber donde te escondes... te voy a partir la cara – agrega señalando a Joeman

– La próxima vez, él que va a partir caras voy a ser yo... y las primeras van a ser las suyas, les dije que el gobierno no les interesa si ustedes están vivos o no...

– Bueno, bueno ya. Primero se saluda Kevin – interviene Laura acercándose hacía Joeman al cual intenta darle un abrazo de saludo pero este da un paso hacía atrás y le tiende la mano.

– No quiero oler a loción de vainilla – dice Joeman mirándola fijamente a los ojos.

– Uy...se me olvidó que tu perfume es de fresa – se burla Laura dándole la mano – La próxima vez te voy a hacer lo mismo – añade dándole la espalda

– No me importa – contesta Joeman con suma indiferencia.

Las demás al ver la frialdad de Joeman ni se acercan a saludarlo, solo se limitan a saludarse entre ellos. Al ver a Wolff sentado en la banca, Alícia y Laura se sientan a su lado para acariciar su pelaje y hablarle como si fuera un bebé.

– Y bueno... ¿Por qué estamos aquí ? – pregunta Roselle mirando a los demás.

– A ustedes no las llame – recalca Joeman mirando de mala gana a Kevin y Tony.

– Ellas nos obligaron a traerlas – se defiende Tony levantando las manos en el aire.

– Joe..no sé cuantas veces voy a tener que decírtelo, todos aquí somos una familia – Laura se levanta dejando a Wolff descansar tranquilamente.

– No, no lo somos, maldita sea... ustedes no son mi familia – Joeman eleva la voz caminando desesperadamente de un lado a otro – ¿Qué mierda no entienden?

– Somos los más cercanos a lo que pude ser tu familia, nos podemos proteger entre todos. – insiste Alícia

– Ah sí... y cómo? Ayer casi mataron a Kevin... y quien de ustedes lo protegió...mierda ¿Quién? Dejen esas estupideces – cuestiona Joeman frunciendo el ceño apunto de explotar. Todos se quedan callados y en silencio ante tal pregunta, sin saber que responder. – MI familia... – exclama señalándose a sí mismo – ...está enterrada a diez metros bajo tierra...Ahí esta mi familia por que no los pude proteger... – continua Joeman dándole la espalda a todos los demás.

– Ayer... nosotras te llamamos para avisarte que habían emboscado a Kevin... pero no contestaste – reclama Casandra.

– No me importa. Si llame a Kevin y Tony fue para decirles que yo voy a seguir por mi cuenta... no quiero que alguien más le pase lo mismo que a Kevin y que los terminen matando por mi culpa.

– No... pero... es que no se puede – interviene Alícia.

– Es que así va a ser. Yo voy a arreglar esto por mi cuenta... ustedes escóndanse en el culo del mundo si es necesario.

– No somos cobardes Joeman – interviene Kevin cruzado de brazos con una mirada seria.

– A veces huir es lo más sensato – concluye Joeman yendo a tomar a Wolff y regresándose al carro.

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