27 de septiembre, 1993
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CHAPTER EIGHT
"Jumped in feet first and I landed too hard
A broken ankle, karma rules."
Augustine dejó la invitación sobre la mesa de noche lanzándose boca arriba sobre su cama; un maldito baile de bienvenida estaba por suceder, y la mujer solo tenía como excusa: la muerte.
Quizás en su juventud hubiera tomado la noticia con más entusiasmo, pero en esos momentos...
— ¿Augustine? —La voz de Remus la hizo abrir los ojos.
— Está abierto—expresó, sin moverse de su posición inicial. El crujido de la madera inundó el silencioso lugar, acompañado por las pisadas duras del licántropo. — No quiero pelear, Lunático.
— ¿Harry sabe? —preguntó, ignorando su petición inicial.
— ¿Qué cosa? —Se incorpora en la cama.
— Sirius—murmuró casi inaudible. Como si la mera acción de pronunciar su nombre le estuviera por traer años de mala suerte.
— ¿Sabe quién fue Sirius en tu vida? ¿En nuestra vida? —El silencio de Augustine lo hizo respirar hondo. — ¿No te cansas de mentirle a la gente?
Evans se puso de pie con fastidio. — Te dije que no quería pelear.
— ¿Qué piensas hacer cuándo Sirius aparezca? ¿Eres consciente de que ocurrirá en cualquier momento?
— ¿Qué quieres que le diga? ¿Huh? —La Slytherin se colocó frente al león, mirándolo a los ojos. — Harry, el prófugo del que todos intentan protegerte... en realidad, es tu padrino.
— Ese no es mi problema. — La mujer quiso rodar los ojos. — Como sea, solo quería saberlo ya que comenzó a hacer muchas preguntas. —Carraspeó. — No quería decir algo que no debía.
— Está bien. Gracias por decirme, de todas formas. —Ambos se mantuvieron en silencio por unos segundos, sin saber realmente qué hacer a continuación. — ¿Irás al baile? —preguntó. Deseando con todas sus fuerzas pasar más tiempo con él.
— Si. Betty vendrá como mi acompañante—respondió mirando por la ventana de aquella Torre. — ¿Y tú?
Una risita irónica brotó de sus labios. — ¿Tengo otra opción?
— Podrías borrarnos la memoria a todos, y desaparecer. —La miró por unos segundos.
Augustine frunció los labios, emergiendo de la utopía que se había creado en la que Remus, y ella, continuaban teniendo una buena relación. — Debo ir a clases—respondió.
El licántropo asintió, dando una última mirada por la ventana. — Habla con Harry, antes de que sea demasiado tarde.
— No me digas como debo criar a mi hij-- sobrino.
— Tómalo como un consejo. —Encogió sus hombros. — No cometas el mismo error dos veces. Ya me perdiste a mí, no necesitas perderlo a él.
Augustine soltó una risita amargada. — Eres realmente insoportable. ¿Lo sabes? —Remus la miró sin ninguna expresión. — Cometí un maldito error y no pierdes oportunidad para restregármelo en la cara. ¿Recuerdas la cantidad de cosas que yo perdone cuando éramos adolescentes? ¿O eso no importa?
— Mi mundo hubiera sido mejor... si no regresabas. — Remus pronunció aquello y Augustine lo sintió como una daga enterrándose en su corazón. — Por primera vez en años-- estaba comenzando a ser feliz, pero tuviste que aparecer.
— Tú y yo nos amábamos—murmuró la mujer. — Y si no volví a buscarte antes fue porque Dumbledore no me lo permitió, y esperé-- esperé muchos años para tener la fuerza suficiente para pararme frente a tu puerta y explicarte quién era y qué había ocurrido. —Remus amagó hablar, sin embargo, la mujer lo interrumpió. — No, déjame terminar. ¿Quieres saber qué vi? El día que Dumbledore me permitió regresar y me indicó dónde estabas viviendo-- aparecí en tu casa. —Augustine respiró hondo intentando calmar el temblor de su cuerpo. — Estabas con Betty bailando en el medio de la sala, con una hermosa chimenea y velas en la mesa. Había un ramo de rosas blancas en el sofá, y no pude, realmente, no pude quitarte eso. Puedes llamarme mentirosa, puedes llamarme asesina, puedes insultarme hasta el cansancio, pero no voy a permitir que digas que jamás me preocupo por ti. —Los ojos de Remus estaban comenzando a picar. — No golpee la puerta porque te mereces algo mejor que yo. Te mereces algo mejor que este lugar.
— Augustine, tú eres lo mejor que me pasó en la vida. Pero, en estos momentos solo deseo no haberte conocido nunca.
El hombre abandonó la habitación de la profesora dejándola con aquella daga enterrada en su corazón. Un sollozo escapó de sus labios, permitiendo que sus rodillas se rindieran y la arrastraron hacia el suelo frío de aquella torre.
* * *
— ¿Estás bien? —Harry tomó asiento a su lado.
— Solo me duele un poco el estómago, pero nada de qué preocuparse—confesó. Su mano derecha se posó sobre el cabello del adolescente acomodando algunos mechones. — Sabes cuánto te amo, ¿verdad?
— Hasta la Luna, y Saturno—murmuró. Augustine asintió.
— ¿Qué te dijo Arthur... acerca de Sirius?
El moreno encogió sus hombros. — Que era un secuaz de Voldemort, y que fue él quien... traicionó a mis padres.
— Era mi mejor amigo, ¿lo sabías? —Harry asintió en silencio. — Llegamos al mismo tiempo... aquella noche.
— ¿Fue él? —preguntó, volteando a mirarla.
— No lo sé—declaró. — Sirius amaba a tus padres demasiado como para traicionarlos. Me hubiese gustado haber llegado cinco minutos antes, y descubrir realmente qué ocurrió.
— El profesor Lupin lo odia—susurró. — Ni siquiera menciona su nombre.
— Éramos una familia, Harry. Lo que ocurrió fue una tragedia. Perdimos tres amigos esa noche, y enterarte que... el único sospechoso es uno de tus mejores amigos.
— Sin embargo, tú no crees que fue él. —Chasqueó la lengua.
— ¿Qué?
El adolescente encogió sus hombros. — No hablas con el mismo rencor del profesor Lupin.
— Era como mi hermano.
— Mi madre era tu hermana, y está muerta por su culpa. —Su voz salió con enojo. — ¿Cómo puedes desconfiar de la justicia? Si está preso es por algo.
— Harry... las cosas eran muy distintas en ese momento—respondió con calma. — No tienes idea por lo que pasamos. Tus padres, Remus, Sirius... todos perdimos algo durante la guerra. La justicia solo quería tener un culpable, no les importaba quién sea.
— De todas formas, los únicos que resultaron muertos fueron ellos. No ustedes. —El joven se puso de pie con molestia. — Arthur tenía razón... —August lo miró sin entender. — Lo amas demasiado como para ver la realidad.
— Harry. —Intentó acercarse, pero el nombrado se retiró a pasos rápidos.