La noche de ese viernes, toda la ciudad de Managua dormía en un profundo silencio, excepto la casa de Kevin en Las Colinas que tuvo prohibido descansar durante toda la noche donde casi todo el grupo de sexto año del liceo junto con los de 5to año, más otros invitados del anfitrión se reunieron para celebrar...nada, tal vez solo festejaban el inicio de dos semanas de vacaciones. Entre ellos figuraba: Tony, quien parecía "bailar" con Marcela en la pista, una de las mejores canciones del momento "Safe and Sound" de Capital Cities, y esperando que la fiesta llegara a su mejor momento.
Joeman al contrario sentado en una esquina de la piscina vacilaba entre irse o quedarse, su mente le suplicaba paz, tranquilidad y silencio, quería alejarse de todos, quería estar solo, necesitaba procesar con calma lo ocurrido pocas horas antes que Laura y Alicia pasaran buscándolo en el IND, pero su cuerpo lo contradecía, estaba ansioso por arrojarse en la piscina y saborear el agua fría de la noche que envejecía minuto por minuto, su estómago necesitaba arrasar con los snack que yacían en el minibar, pero más que eso, quería sentir el Black Label, que se encontraba a unos cuantos pasos a su lado, arder en su garganta y hervir en su sangre. La luna brillaba en lo alto del cielo, escondida a medias tras nubes pasajeras, su tenue y brillante reflejo blanco podía contemplarse en la superficie del agua cristalina, en la cual Joeman trato de ver su propio reflejo pero aquello no era más que una borrosa sombra oscura contrastante con la luz blanca de la luna. Pronto pensó que el reflejo blanco no era nada más que una ilusión, y se dijo a sí mismo : "tal vez la luz, sea una simple apariencia, una mentira de la naturaleza, tal vez lo único verdadero sea mí reflejo, mi oscuridad, aquello que nadie sabe de mi, las sombras siempre son oscuras, tal vez sea algo que todas las personas tratan de esconder por miedo a la luz". Pero esa oscuridad a veces podía ser luz en un lugar tan inseguro como la Tierra, el alcohol transmutaba esa oscuridad en luz y alegría, era una reacción química que a pesar que no durase mucho, alumbraba más que un rayo en medio de la oscura tormenta, haciendo sentir a la víctima como un cierto dios del Olimpo. Tales pensamientos divagaban en la mente de Joeman mientras inconscientemente con su mano trazaba arabescos y líneas en el agua.
Al despertar de su absorto pensamiento, se le hizo imposible ignorar lo que había estado dibujando con sus dedos, asumió que esos caminos enredados debían tener algún significado, pero su mente aún trataba de llevarlo a algún lugar solo en el que podía estar en relativa paz, el más propicio habría sido su casa donde podría meditar en un silencio total sin una sola alma que lo interrumpiera, además irse sin avisarle a alguien era lo de menos, pero necesitaba disfrutar la noche y viajar a Marte, tal vez allí encontraría una solución a sus problemas. Su derecha lo obligaba a quedarse, su izquierda le suplicaba irse aún mejor lugar. Sin embargo, en la balanza del poder, una orden pesa diez veces más que una súplica.
Tomada la decisión, liberó su insaciable sed y desató su inagotable energía entre pasos improvisados y muy bien trabajados que lograron ganar el centro de atención en la pista. Con botella en mano y la música en su cuerpo, se junto con los demás a bailar, después de unos minutos cuando el alcohol ya había hecho efecto en todos los invitados todos se juntaron al igual que una banda de músicos expertos, y con sus voces más desafinadas que las de un cadáver hecho polvo, comenzaron a cantar "No lie". Entonces absolutamente todos subieron a la pista para cantar a todo pecho.
- "No lie (ay ay ay)(Gyal we never miss) feel your eyes, they're all over me. Don't be shy, take control of me. Get the vibe, it's gonna be lit tonight.
No lie (ay ay ay). Hypnotized, pull another one. It's alright, I know what you want. Get the vibe, it's gonna be lit tonight".
Todos relucían sus cuerpos moviéndose de tal forma que se acoplaban perfectamente al ritmo de la música, la sensación de una euforia descontrolada inundaba el ambiente alegre y les motivaba a seguir cantando y bailando por largas horas. Al llegar el rap de Sean Paul, todos con los brazos en alto, saltaban y a la misma vez anhelaban que el momento fuese eterno, las luces de los estroboscopios parecían detener el tiempo emitiendo destellos de luz en ciertos intervalos de tiempo, Todos estaban agitados y empapados en sudor, incluso parecía que ninguno de ellos conocía lo que era el cansancio, y sin embargo estaban todos plenamente satisfechos disfrutando lo que tanto deseaban. Luego la voz de Dua Lipa llegó nuevamente a sus oídos. Un largo camino que recorría el alcohol dentro de sus cuerpos hasta llenar sus venas haciéndolos volver a cantar como si no hubiese un mañana.
- "No lie (a a ay)(Gyal we never miss) feel your eyes, they're all over me. Don't be shy, take control of me. Get the vibe, it's gonna be lit tonight.
No lie (a a ay). Hypnotized, pull another one. It's alright, I know what you want. Get the vibe, it's gonna be lit tonight".
No lie (a a ay) move that body. No lie (a a ay) feel how we do it, no lie (a a ay) feel how we do it...
Después de la canción; Kevin, Tony, Joeman y Raúl tomaron la iniciativa de tirar a las mujeres a la piscina tal y como estaban, en algún momento de la fiesta tenían que hacerlo y a las diez de la noche era el momento adecuado, sus vestidos ya no relucían igual que unos minutos antes, el pelo no fue un problema ya que estaba más que desarreglado después de tan intenso momento. Luego ellos se quitaron los zapatos y las camisas y tirándose al agua hicieron una ola que acabó mojando todo lo que rodeaba la piscina y arruinando por completo el maquillaje de las chicas. El agua estaba helada y la noche fría, pero eso no fue impedimento para saborear el agua en sus cuerpos y jugar como niños en un mar. Unos perseguían a otros, otros atrapaban a unos y así el gato terminaba de rodillas ante los bigotes del ratón.
Entre risas, tragos, música, baile y comida se pasaba la noche, algunos ni siquiera pudieron esperar la medianoche para levitar en un espacio perdido entre la tierra y el cielo. Eran como astronautas que viajaban a Saturno, Plutón o a alguna otra galaxia aún más lejana en la cual sus mentes podrían divagar algunos minutos. Sentían que el tiempo se hacía su mejor amigo y que los acompañaba en tan fantasioso viaje, se sentían asombrosos, ligeros, eternos. No necesitaban nada más que una esnifada o un trago para encontrar un efímero oasis perdido en un punto exacto del desierto entre el cielo y la Tierra.
La madrugada se asomaba por la ventana sin saber si acompañarlos en sus estrepitosos karaokes o arruinarles la diversión y hacer su trabajo como de costumbre. Pero al final el sol decidió levantarse poco a poco. Acabando así con las dichosas horas que los jóvenes tanto planearon y anhelaron. Esta vez no hubo vómitos en la piscina o en la acera, solo quedaban los aventados en los patios de sus casas contemplando la inmensidad del espacio en el que levitaban unas horas antes, algunos incluso inconscientemente acabaron en estado de aletargamiento .
Durante toda la noche, Joeman evitó pensar en el pasado y en el futuro, lo único que le importó fue el presente. Sin embargo, en toda la noche no logró borrar de su mente la imagen de su rostro, sus ojos, su pelo, la buscaba en el fondo de las botellas tratando de encontrarla, pero resultaba que siempre estaban vacías. No quiso acercarse a ninguna otra mujer, o más bien no pudo. La mente le hacía malas jugadas que no le daban más opción que aceptar ser un perdedor. Pero ellas lo buscaban para jugar y bailar un rato, aún así el las evitaba, no quería nadie más que la chica de ojos negros claros a su lado. El problema era que ninguna de las mujeres presentes en la fiesta conocían los laberintos de su mente. Les daba igual, solo les interesaba jugar.
- Joe, ¿Por qué tan solo? Te podemos acompañar? - preguntaron Laura y Ana, acompañadas por Roselle, Luisa y Cassandra.
No, gracias, estoy bien así, ya tengo mucha compañía – les dijo mostrándoles el Red Label y los nachos que tenía a su lado.
-¿Estás seguro? - Está haciendo algo de frío, nuestro calor no te iría mal!
- Prefiero un abrigo, eso calienta más.
- ¿Qué? ¿Nos estás diciendo que nos vayamos? Está bien, amargado de mierda! - intervino Roselle tratando de levantarse mientras sus piernas tambalean de un lado a otro.
- Si eso entendiste, pues que te vaya bien! Aquí mi amiga no me va a dejar solo... - contestó Joeman en un tono de indiferencia, refiriéndose a la botella de whisky.
Si había algo que las mujeres detestaban de los hombres es que se hicieran los rogados. Así que sin insistir más, todas se fueron a buscar otro velero que impulsado por el viento las llevará hasta Venecia, todas menos Casandra. Ambos se habían conocido seis años atrás, su amistad no era la mejor del planeta pero se entendían bien. Ella no era de las que les interesaba los encuentros obscenos, prefería comer y bailar con los demás antes que se emborracharan, les vomitaran encima y no pudieran ni mantenerse en pie. Algo en Joeman le intrigó esa noche, minutos antes parecía que estaba celebrando la mejor noticia de su vida, bailando y tomando descontroladamente. Pero en ese momento Cassandra notó que estaba más controlado, como si el efecto del alcohol ya había cesado a pesar de llevar en el estómago más de medio litro de whisky. Nunca lo había visto así desde que comenzó a aparecer en las fiestas. Él siempre era de los que terminaban en el patio de su casa acostado sobre la grama después de una noche intensa. Pero esa vez no fue así. Joeman estaba sentado en el sofá plegable que encontró cerca de la piscina, estaba frente a un paisaje perfecto para grabar en su mente por si en los siguientes días le entrasen las ganas de pintar para recordar esa noche. Una noche oscura, estrellas claras, luna llena, y un par de borrachos en la piscina arruinando el impecable reflejo de la luna en el agua.
Casandra no tenía nada que hacer, y ya que era la única que no estaba tomada, no quería que la pusieran a cuidar a los niños. Así que se quedó con él para tratar de descifrar su cara de misterio, única en esa noche.
- Buenas, ¿Te incomoda si me quedo un rato?
- Si – dijo Joeman en seco, como de costumbre Cassandra entendió que en realidad no le importaba.
– Y eso que estás tranquilo?, parece que no has probado una sola gota de alcohol. - comentó ella sentándose a su lado en el sofá.
– No sé, debería ir a reclamar a la Johnnie Walker, y decirles que su whisky no sirve.
– Qué chistoso - comentó Cassandra irónicamente - ¿por qué no vas allá con los demás?
– Tal vez porque los tragos me quitaron las ganas de ir – dijo Joeman con una mirada perdida en la nada.
– O tal vez por que hay algo que no te deja disfrutar la noche.
- Y que podría ser?, ¡la vita e bella cosí com'è! – contestó Joeman levantando las manos en el aire. Sucedía que el alcohol a veces no le permitía completar sus frases en un mismo idioma, por lo que terminaba hablando en italiano, francés, portugués...o con señales de humo
- El que debería saber sos vos, no yo.
- Pues no, no pasa nada – contestó Joeman con una media sonrisa fingiendo que todo estaba bien.
- ...Y yo soy la presidenta de Rusia. No seas estúpido Joe! Te conozco desde niño, en serio. ¿Qué pasó? – le volvió a preguntar.
- Que te importa – dijo Joeman tomando un trago más del alcohol que tenía en su mano.
- ¡Payaso! – le dijo Cassandra fulminandolo con la mirada
- Aja.
- Ya en serio, que te pasó? Por qué tan filosófico?
- Apenas me acuerdo como me llamo, y ahora me voy a acordar de lo que pasó – contestó Joeman en modo burlesco mirando fijamente a la nada.
- Está bien, cuando se te pase lo estúpido...
- Entonces no regreses – dijo Joeman alzando los hombros.
- Bueno, como vos digas, voy a buscar algo mejor que hacer...
– Bueno – le dijo Joeman. Casandra le respondió con unas muecas mientras se levantaba dandole la espalda – Casy! - la llamo Joeman antes de que se fuera – Qué día es hoy? – preguntó.
- Si no mal recuerdo 26 de Marzo 2021. ¿Por qué?
- No, por nada, curiosidad. Gracias.
No habría sido uno de los días más cargados del año, de no ser por Tony. Después de las clases, Joeman, convencido por su mejor amigo, decidió ir al entrenamiento de voleibol en la tarde. Las horas en el instituto pasaron como de costumbre, dos horas sin interrupciones. Calentamiento, ejercicios de técnica y luego un partido de tres sets. Y como de costumbre su equipo ganó, no por mucha diferencia. Pero el hecho era que habían ganado una vez más. Se entrenaban para las eliminatorias del campeonato nacional que comenzarían un mes después, si lograban ganar, participarian en el campeonato centroamericano de voleibol representando la República de Nicaragua. A Joeman no le interesaba ganar o perder, no le interesaba la fama, solo jugaba por una promesa que le había hecho a su hermana menor, que jugaria voleibol como una forma de recordarla para siempre.
Siempre intentaba pasar desapercibido en el IND, a pesar de que fuera uno de los tres mejores jugadores del equipo nacional se mantenía alejado de todos, prefiriendo hacer sus cosas solo y a su manera. Procuraba no llamar la atención, procuraba ser invisible pero eso era casi misión imposible, todos los del equipo simplemente lo respetaban, incluso el entrenador le tenía mucha estima y lo consideraba como el mejor jugador del equipo, lo que obviamente despertó la envidia de otros jugadores del instituto. Pero él no le daba importancia, no le importaba nadie, solo estaba ahí para jugar por una promesa. Apenas se tomaba la molestia de estudiar las jugadas de sus colegas para poder acoplarse a ellos, esa era su forma de socializar. Esa era su forma hasta ese viernes en el que la vida le abrió las puertas a lo que menos se esperaba.
Ese viernes sería uno de los día que Joeman jamás olvidaría. Las vacaciones, la fiesta, la piscina, el alcohol, su pelo, sus labios, su mirada.