"LA VENGANZA DE LAS ROSAS" Se...

By RottenDoll

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"Cuando tenga permitido tomar su alma será parte de mi para toda la eternidad, esa es la manera en que los de... More

Melodía Cruel.
Y él dijo: "Yes, my lady"
El cuervo "Hace cuanto que te conozco?"
"Me pertenece"
"Gallinas"
Queen's teather
El jardín.
"Heroísmo"
"Hey"
"Humanos''
Londres
Egoísmo
Invierno
"Hada verde"
"Quizá"
Despistada
Juguemos
miau
Rompamos
Te tengo.
Adiós
"Idiota"
El trino del diablo
Subasta
Puertos

Deseo

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By RottenDoll

-Sebastian- Le llamas sin apartar la vista de la chimenea apagada- dirige al invitado a su habitación, dile a la muchacha que cuide de él, los heridos deben permanecer quietos.
-_________ por favor...- ruega Gideon ante tu negativa a mirarlo.
-Entendido- responde Sebastian con una ligera reverencia, después de todo el continuaba siendo un simple mayordomo.
Después de unas cuantas protestas por parte de Gideon puedes estar segura de que salieron de la sala.
Te levantas del sillón rojo sintiendo la frustración en el ambiente, miras el respaldo de madera tallada a mano, una enredadera que terminaban en una rosa justo en el centro, después de todo ese era el asiento del líder de la familia cuando aún ostentaba un título, colocando la punta de los dedos sobre el terciopelo rojo un pequeño impulso es suficiente para que cayera al piso escandalosamente.
La tentadora idea de hacerlo con cada mueble en la sala desaparece cuando te encuentras con la mirada de Sebastian que te observa desde la entrada de la sala.
-Ups- sale de tu boca con algo de cinismo antes de acercarte para salir de la sala.
Caminas por el largo pasillo que dirigía hacia tu oficina, él te seguía de cerca como siempre, pero parecía estar a miles a de kilómetros de ahí.
-Debería interpretar eso como una rabieta?- pregunta Sebastian al llegar al despacho- o acaso desea cambiar la decoración?
-Dejalo donde esta- respondes al tomar unas cuantas hojas del escritorio sin prestarle atención- ahora, podrías traer café?
Casi puedes escucharlo cuestionar tu bebida, pero asiente obedientemente saliendo en su búsqueda.
Al poco tiempo Ann toca la puerta llevando aquel lindo carrito con tu pedido, algo en eso te molestaba.
-Desea azúcar?- pregunta la chica interrogandote con sus grades ojos avellana.
-No recibí correspondencia hoy- respondes al indicar 2 con la mano- estoy esperando algo importante, pide a Sebastian que revise, si es necesario que valla a la oficina en Londres.
Ann sirve la taza de café con cuidado, estaba seria como nunca antes. Así se parecía más a la chica del cartel.
-En serio se casará con el joven que trajo?

Escupes el líquido sintiendo que se te cerraba la garganta ante la pregunta, Annie intenta ayudarte golpeando ligeramente tu espalda mientras comenzabas a ahogarte.
-Ah! Ese...- detienes la mala palabra dirigida a Gideon antes alejarla indicándole que estabas bien- ese chico... Solo habla de almas gemelas y... bueno, aún no entiendo nada de esto así que esto es complicado.
- Pero, quien me lo dijo fue el señor Sebastian... - miras a Annie con pánico a sus palabras- dijo que debía servirle al joven Gideon ya que ustedes... Bueno...
-Esto es el colmo- te quejas regresando la vista a tus documentos mientras la cabeza comenzaba a dolerte- esos dos me matarán.
-Es tan afortunada y aún así se ve terriblemente desdichada- suelta Ann con ligera lástima.
Sueltas un respiro arrojando las hojas al escritorio recargandote en el respaldo del sillón.
-Tú también lo estarías si tu único deseo estuviera tan lejos de cumplirse- suspiras sin fuerza- llevate a Sebastian a Londres, necesito... Ah ni siquiera se que haré, solo alejalo de mi unas cuantas horas.
-Entendido- Annie sale empujando su lindo carrito- ammm... Señorita?- miras delante tuya a la chica que había regresado- tal vez no le interese mi opinión, pero cuando estuve viajando conocí a una chica indu que me dijo que un alma gemela, es una persona que tiene en su esencia algo similar a tu propia alma, pero que no solo tenemos un alma gemela- Annie parecía tener esperanza en sus palabras- dijo que cuando encontramos a una de esas almas sentimos de inmediato una atracción y confundimos ese deseo con un gran sentimiento de amor... Pero no es más que deseo por estar completos.
-Entonces...- te enderezas en el sofá prestando más atención a sus palabras- como sabes cuál es la correcta?
-Ella dijo que aquella persona que hacia latir tu corazón rápidamente y aceleraba tu respiración era un error, solo quien lleva paz a su mundo es quien merecería su corazón- Annie baja la vista sin dejar de sonreír- pero yo no creó que eso último sea verdad, ya que si no sientes nada al estar con la persona que quieres, no tendría sentido. ¿No lo creé?

Ann sale de la oficina con singular alegría en el rostro, esa chica era mucho más increíble de lo que podías imaginar.

~•~

Caminas por el largo pasillo un rato después de que Ann metiera por la fuerza a Sebastian en el carruaje que los llevaría a Londres, tenias al menos dos horas.

Tocas la puerta de la habitación del ala oeste de la mansión, Sebastian le había colocado del otro lado de la casa, la más alejada y pequeña dentro de la mansión.
Gideon te mira sorprendido en cuanto abres la puerta, el verde esmeralda brilla de nuevo en sus ojos mientras sonríe.

-Entonces, como salvaré mi vida?- preguntas sin mucho interés.- dijeron algo de solax, que es eso?

-No lo hagas! Encontraré otra forma!- exclama Gideon poniendo toda su fe en esas palabras- te juro que podremos estar juntos...
Tomas la silla del rincón sin prisa colocándola junto a la cama, jalas un poco tu vestido hacia abajo mostrando la marca de la maldición que se extendía.
-Acortaste mi vida a sólo unas cuantas semanas- dices tranquilamente- ni siquiera podrá tomar mi alma y por lo que acepte tal cosa se esfumó de mis manos por que decidiste "salvarme"... Me estas diciendo que lo único que importa es que estemos juntos y todo será maravilloso?- miras directamente a sus ojos que buscaban un poco de indulgencia en tu expresión- esto no funciona así, yo ni siquiera debí haberte conocido y ni siquiera puedo decir que te conozco!
-Pero lo hiciste- responde con firmeza- sé que no estaba en nuestro destino, tú debiste morir hace tiempo y yo hubiese encontrado a otra persona. Mi madre me lo dijo, pensé en olvidarte y dejarlo, pero no pude- Gideon regresa la vista al ventanal- dices que no me conoces, dime, lo conoces a él? Sabes lo peligroso que es?
"De sobra" piensas mientras el silencio se instala en la habitación, Gideon continuaba mirando al vacío, aquella charla llevaría hacia una gran herida para él.
-Es el único que escuchó mi deseo- respondes por lo bajo- es quien salvo a tu familia.
El moreno te mira sorprendido, tal vez aquello no había pasado por su mente, pero era la única realidad.
-Te esta engañado, es peligroso y tú caíste en su juego- Gideon parecía a la defensiva ahora.
-Él me ofreció lo que quería, nunca me obligo a nada- mantienes la firmeza en tu voz- ahora dime como me deshago de esto.
- Si no admites lo que sientes por mi, no funcionará- Gideon se levanta para acercarse a ti con un poco de trabajo- Si lo admites y es verdad ningún demonio podría tocarte, estarías a salvo al ser mi mujer - el joven sonríe con un poco de sarcasmo- al menos eso creía hasta que ella me hizo esto.
-Ella no es un demonio- sale de tu boca sin intención- es lo que dice Sebastian.
- Claro, él nunca miente- "De hecho nunca lo hace" pasa por tu mente ante sus palabras- ahora ya no sé que es lo que puedo hacer, si te mantengo a salvo de él, es como si te entregara a ella en bandeja de plata.
Gideon agacha la mirada ocultando sus ojos con su cabello ligeramente largo, era una situación difícil y en ningún escenario él podría quedarse contigo.
-Descansa, Ann cree que tienes una fractura, mañana hablaremos de esto- dices al levantarte para salir de la habitación.
Gideon te sujeta la mano rápidamente, te sostiene con fuerza mientras puedes sentir su mirada rogando que lo miraras. Das la vuelta sin poder evitarlo, de nuevo aquel sentimiento te obligaba a mirarlo.
-Hablame de esto- dices al regresar para sentarte en el borde de la cama mientras él continuaba sostenido tu mano- también tu vida esta en peligro?
-Si, es la maldición de los amantes- responde con una sonrisa como si hablara del clima- como la sangre de mi pueblo no corre por tus venas era la única manera de... Bueno, protegerte.
-Algo que me mata me protege?
-Bueno, si hablaras y juraras amarme, entonces estarías bajo la protección de nuestro pueblo...-Gideon suelta un suspiro recargándo la cabeza en tu hombro, definitivamente el sentimiento era distinto, cálido y calmado contra el frío pecho de Sebastian que hacia tu corazón golpear tan fuerte. Incluso el aroma de limpio invierno era contrarrestado por el aroma a maderas que tenia el chico en tu hombro- ... Me estas escuchando?
-No- respondes intentando acomodar tus ideas- podrías repetirlo?
-Todo!?
Los ojos esmeralda te examinan en un claro berrinche del que no puedes evitar reír.
-Bueno, pon atención por que no lo dire de nuevo- te reprende rodando los ojos- entonces... Podemos salir de aquí?
Das un vistazo a la escena donde básicamente estaban sólos dentro de una habitación y sobre la misma cama, él parecía haberlo notado y parecía bastante incómodo.

Una vez en el salón principal Gideon observaba los animales disecado con fascinación.
-Todos son de tu padre?- pregunta al tocar un zorro gris- era muy aficionado a esto eh?
-No todos- respondes al mirar el animal rojo que se exhibía sobre la chimenea bajo la horrenda pintura- ese es mi gran vergüenza y era su gran orgullo.

Te detienes un segundo al recordar ese día, antes de que vacío se extendiera Gideon rodea tus hombros ofreciéndote una sonrisa de complicidad que aleja el pensamiento de inmediato.
-Ven tenemos demasiado de que hablar- sonríe él confiado dirigiendote hacia el sofá largo después de mirar el que continuaba en el piso- primero si cumples con el soláx...
-Soláx... Qué es eso?- interrumpes
-Realmente no escuchaste nada, cierto?- te encoges de hombros provocando su risa- entonces, es el juramento que se usa en el que prometes decir la verdad y nada más que la verdad "Te marela man o del te chi motava me o chachimos"- miras a Gideon intentando desenredar lo que había dicho- eso es "Que Dios me mate si no digo la verdad", también puedes usar "Te merava me te xoxavava" o sea "Que me muera si miento".
-No es un poco... Excesivo?- respondes ante las traducciones.
-Vendiste tu alma al diablo y eso te parece excesivo?
-Eso rompería mi contrato?- desvías el tema.
-Y te dejaría indefensa ante ella- responde con pesar- si hubiese sabido la historia completa, tal vez no me hubiese engañado tan fácilmente.
Sueltas un suspiro hondo recargandote en el respaldo, Gideon se deja caer usando tus piernas como almohada.
-Que siempre haces lo que te viene en gana?-preguntas al verlo cerrar los ojos, su proximidad era tan común que realmente no te molestaba.
-Tú también lo haces- responde él sin moverse, tenia razón, le hiciste lo mismo a Sebastian hace tan solo unas semanas- o al menos eso creó.

-Por qué hiciste un trato con ella?- preguntas después de un rato en silencio- digo, creías que era un demonio y si tanto les odias...
-Por que venimos del más poderoso- responde un poco serio- antes de Eva, de donde vienes tú, existió otra mujer llamada Lilith, ella dio a luz a mi pueblo pero se negó a ser sumisa y desafío a Adán. Por eso Dios la envió al infierno y se convirtió en un demonio, pero una madre jamás olvida a sus hijos... - Gideon se acomoda de nuevo mientras su voz se vuelve más baja- Por eso podemos tratar con ellos tan fácilmente, si se atrevieran a dañarnos pues...
-Sufrirían su ira- completas la frase y él asiente ligeramente- pero si ella no es un demonio, entonces, esta fuera de su alcance?
-No lo sé- responde antes de levantarse- tal vez Sebastian te pueda ayudar con eso.

Él se despide con una sonrisa regresando a su habitación, tomas uno de los cojines abrazándolo para contener un grito, Myra realmente había jugado con todos.

~•~

El carruaje regresa a la mansión media hora después de que regresarás a tu despacho para trabajar.
Aunque la ubicación no te permitía ver la entrada principal ellos usaban la puerta de servicio, mueves tu silla para ver mejor, el viejo cochero sale de la casa para recibirlos, después de todo no estaban sólos.
Sebastian te mira directamente totalmente serio hasta que Ann le llama para que le ayudara con algunas cajas que él carga con facilidad.

Unos minutos después el golpe en la puerta de la oficina te hace dar otra vuelta a la silla, Sebastian te entrega la carta que esperabas de Veracini, evitas su mirada helada y asesina.
-Realmente nos la a jugado- comienzas al firmar una entrega en Escocia- a sido mejor que tú, te a sacado del juego sin mucho esfuerzo.
-Debe recordar, señorita, qué yo no soy más que una simple herramienta en sus manos- responde secamente- a quien a vencido y desarmado es a usted, no a mi.
-Y qué paso con "dejemelo a mi"?- preguntas al levantarte para ir delante del escritorio para encararlo.
-Cuando me encargaba de eso, usted me detuvo- responde casi como un reclamo- acaso lo olvidó?
-No puedo permitirte ese tipo de desplantes delante de tantas personas- te defiendes con un poco de ira.
-El miedo hace débiles a los humanos- continúa Sebastian mirando a la nada- si me teme de esa manera entonces mi presencia aquí esta de sobra.
-Idiota vanidoso, quién te a dicho que te temo?

De pronto eres empujada contra el librero causando un sonido hueco de la madera y los libros cayendo, Sebastian te acorrala golpeando el anaquel de manera intimidante, ni siquiera habías logrado ver su movimiento.
Los ojos carmesí se tornan mas oscuros mientras te mantienes inmóvil.
-Esta tan indefensa que bien podría tomarla ahora mismo- dice por lo bajo acercándose a tu boca para entregar un beso que te obliga a abrir la boca ante su rudeza.
Sus manos se apresuran a quitar tu abrigo deteniéndose al notar la falta de resistencia por tu parte.
-Qué? no puedes con una dama indefensa?-Sebastian suelta un gran respiro en señal de frustración- realmente quieres hacerme daño? no puedo remediar mis palabras, así que adelante, tomame como mas te plasca y muestrame en qué me equivoqué, por que yo no tengo ni idea.
-Debería estar asustada- responde él recargándo la frente en tu hombro- qué clase de persona es usted?
Pasas la mano por entre su cabello, cosa que él parece agradecer acercándose un poco más. El silencio se apodera del estudio, en realidad podrías decir la verdad pero aquello seria malinterpretado en ese momento, el silencio era la única opción.
-Eres el único que lo sabe- sueltas esperando romper el sentimiento en el ambiente.

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