Hilos & Agujas [HR #1] | HYUN...

By JessHemmo00

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La industria de la moda suele ser muy estricta pues que tremendo escándalo sería si se enteraran que el famos... More

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Epílogo
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Mi Otra Vida (Minsung) [HR #0]
Hey, Mr. CEO [HR #2]
#PGP2023
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H&A EN FÍSICO
Feria del Libro

11.

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By JessHemmo00

HYUNJIN

El silencio sería total si no fuera por el segundero del reloj en la pared de mi oficina y el chillido de mis zapatos en el piso por el constante movimiento de mi pierna a causa de mi ansia. No podía concentrarme en absolutamente nada de mi trabajo.

Dejé caer todo mi peso sobre mi asiento provocando que se girara un poco, me pasé las manos por la cara en desesperación antes de recargar mi nuca en el cuero de la cabecera.

Varias semanas habían pasado desde aquel inesperado momento frente a casa de Felix.

Durante ese tiempo había aprovechado cada oportunidad de acercarme al chico de las pecas. Salimos en grupo muy seguido, a pesar de no estar a solas yo era feliz con el simple hecho de estar junto a él. Y esto cada vez confirmaba mis sentimientos por él.

Después de meditarlo mucho rato, recordando la larga charla con Kkami la noche anterior, estaba decidido a hacer mi movimiento hoy. Por primera vez le pediría salir en una cita, solos, donde por fin le confesaría mis sentimientos.

No tenía idea si él sentía lo mismo que yo, pero estaba dispuesto a correr ese riesgo.

Me levanté de mi lugar para caminar hacia el escritorio de mi asistente quien estaba concentrado en su computadora hasta que de reojo me notó. Inmediatamente dejó lo que estaba haciendo, girando su mirada para darme su total atención.

─ Jeongin, podrías darme el número personal de Felix por favor ─el chico frunció el ceño con confusión.

─ ¿Para qué lo necesita? Sabe que puedo organizar juntas de trabajo por usted, para eso me paga ─contestó riéndose.

─ Es algo personal.

─ Oh. Entiendo.

El pelinegro abrió la pequeña libreta roja que cargaba a todos lados, dando vuelta a las páginas de una manera agresiva. Tenía miedo de que las llegara a romper.

Al detenerse a mitad del cuaderno, tomó una nota adhesiva escribiendo en ella el número de Felix para luego entregármela. Le agradecí con una sonrisa y sin esperar respuesta regresé a mi escritorio con el papelito en mano.

Tomé mi móvil y registré el contacto. Si todo salía bien, por la mañana ese contacto tendría un corazón junto a su nombre.

Mis manos empezaron a sudar cuando traté de escribirle un mensaje.

Buenos días, Felix. Este es Hyunjin, la razón de este mensaje es que...

No, demasiado formal.

Estimado Felix...

Dios, no, eso es peor.

Pasé mis manos por mi cabello con frustración, no podía creer lo difícil que se estaba volviendo escribir un simple mensaje.

Suspiré tomando nuevamente el móvil.

Hola, Felix. Soy Hyunjin. Mi asistente siempre se contacta con tu agente para asuntos del trabajo, pero estaba vez es algo personal. Probablemente estás muy ocupado, pero si tienes algo de tiempo libre quisiera invitarte a tomar un café esta tarde.

Enviar.

Bloqueé el aparato, dejándolo en mi escritorio casi de inmediato con el propósito de no sobre pensar demasiado. Traté de desviar mi atención a alguno de mis bocetos sin terminar, pero solo retrasó mi ritmo habitual de trabajo.

A los cinco minutos la notificación de mensaje sonó e inmediatamente me dirigí a revisarlo. Felix había contestado.

Hola, sunbae! Me encantaría ir por ese café ^^ Voy a grabar un comercial en Samcheong-dong para un restaurante, a unas cuadras hay una cafetería que dicen es muy buena ¿le parece si nos vemos ahí cuando termine? A las 6 está bien??

Una sonrisa se dibujó en mi rostro cuando leí el mensaje. Le escribí para confirmarle la hora y él respondió con la dirección del lugar donde se encontraba.

El tiempo no hizo más que volverse cada vez más lento cuando en realidad quería era que ya se llegara la hora.

Traté de concentrarme en mi trabajo, pero sentía que cada cinco minutos el reloj de mi computadora era más interesante.

Un poco antes de las cinco salí de mi oficina para decirle a Jeongin que podía irse a casa antes pero solo encontré un escritorio vacío. Al pasar por recepción en camino a mi salida, Chaeryeong dijo que mi asistente salió por una emergencia.

─ Jeongin sunbaenim dijo que estaba demasiado ocupado y no quería molestarlo con asuntos personales pero que tuvo que salir de emergencia. Me dejó esto para usted.

La chica me entregó una carpeta que contenía el horario planeado de la siguiente semana de actividades, la cual guardé en el bolso que fungía como maletín, pues el Grupo Bang no era el único que se preparaba para la navidad.

Al salir del estudio me encontré con el señor Park esperando al lado del auto. Me acerqué para hablar con él y darle el día libre pues quería hacer unas compras antes de llegar a mi destino. Además, si Felix me rechazaba, los únicos que sabrían que me gusta un chico seríamos él y yo.

Cuando el vehículo se alejó del edificio, comencé a caminar con dirección a la florería cercana que había encontrado en internet. Durante el camino contemplé el cielo que cada vez estaba más nublado.

Me adentré en la primera tienda de conveniencia que vi y compré un paraguas, pues no había cargado con uno al salir de casa y las nubes amenazaban con soltar su lluvia en cualquier momento y sin previo aviso. También compré un tapabocas el cual me puse inmediatamente por si me encontraba con alguien que me conociera.

Seguí caminando unas cuantas cuadras más hasta que me encontré con aquella florería, le pedí a la encargada un ramo de iris azules ya que Felix había hablado sobre ellas en aquel artículo de revista, mencionándolas como sus flores favoritas.

─ ¿Son para tu novia? ─preguntó la señora mientras acomodaba las flores entre otras más pequeñas para darle variedad al adorno.

─ Sí ─mentí. La encargada asintió terminando con su trabajo.

Al salir seguí caminando hasta encontrar una parada de autobús que me llevaría a mi destino. Me senté junto a una de las amplias ventanas del transporte para admirar el paisaje de la ciudad.

Pasando por el río Han revisé la hora en mi móvil: 5:10 PM. Si el autobús no se retrasaba, estaría justo a tiempo en el restaurante donde se encontraba Felix.

Y así fue.

Cuarenta minutos después el autobús me dejó justo en la entrada del restaurante. Desde afuera se podía observar cómo había personas moviendo luces y acomodando el mobiliario del lugar. Traté de ubicar su cabellera rubia hasta que lo vi saliendo de un pasillo con su fiel mochila en su espalda.

Vi cómo se despedía del personal con unas reverencias y, al igual que yo, se colocaba el tapabocas antes de salir. Y no lo culpo, desde su desfile debut en el país su fama no había hecho más que subir cual espuma. Una vez algunas de sus fans lo detuvieron en un restaurante para pedirle fotografías.

Apenas pasó por la puerta del lugar se detuvo para mirarme con detenimiento.

─ ¿Sunbae? ─preguntó dudoso, era la primera vez que me veía con mi cara tapada.

─ Él mismo ─contesté y le entregué el ramo de flores las cuales aceptó casi de inmediato. Sus ojos se abrieron un poco y casi podría jurar que vi estrellas en ellos ─. Felicidades por tu comercial.

─ Gracias, son mis favoritas ─olió las flores antes de volver a mirarme─, ¿nos vamos? ─señaló el camino con su cabeza.

─ Te sigo.

Comenzamos a caminar juntos hacia la cafetería mientras escuchaba como Felix me contaba sobre su día y lo agotador que había sido grabar su primer comercial con gente desconocida pues el 99.9% de sus trabajos habían sido con el Grupo Bang.

Nos adentramos en la cafetería de la que me había hablado, el ambiente era algo rústico pero cálido a la vez como si se tratara de una vieja cabaña en el bosque. El lugar estaba casi vacío a excepción de un par de personas en unas mesas al final de la gran habitación.

Pedimos un par de bebidas calientes y unos postres para refugiarnos del frío del exterior, luego nos sentamos en una mesa junto a la ventana que nos dejaba ver la calle por donde anteriormente habíamos caminado.

Dejé el paraguas en una de las sillas extra y me quité la bufanda que me cubría, así como el tapabocas. Felix repitió mi acto para dar un sorbo a la taza de su café.

La mesera llegó con nuestros brownies a los pocos minutos, dejándolos al centro de la mesa. Tomé uno para probarlo.

─ Saben bien, pero no tanto como los tuyos ─mencioné mirando al rubio quien me sonrió.

─ No son la gran cosa ─me devolvió la mirada y pude notar como sus orejas de ponían rojas.

─ ¡¿Qué dices?! Son deliciosos, podría comerlos toda la vida.

Ambos reímos por mi comentario y mi nerviosismo comenzó a crecer conforme me armaba de valor para mi confesión.

Solté un suspiro pesado antes de hablar.

─ Felix... ─lo llamé de nuevo. El chico dejó su taza en la mesa y enfocó su atención a lo que estaba por decir. Mi corazón estaba a mil por hora, pero necesitaba sacarlo de mi sistema. Era ahora o nunca─ La razón por la que te invité aquí hoy es porque ya no puedo ocultarlo más. No puedo concentrarme en mi trabajo y cuando logro avanzar un poco siempre termino en las nubes.

Miré como sus manos descansaban sobre la mesa, decidí tomarlas entre las mías esperando que pudiera unir los puntos y las señales que le estaba dando.

─ Creo que no estoy entendien...

─ Me gustas ─solté sin más, sin darle tantas vueltas al asunto porque sabía que, si lo hacía, me acobardaría─ Desde el primer día que te conocí llamaste mi atención. Tu profesionalismo, tu presencia en la pasarela, en las sesiones fotográficas, tu forma de ser, la forma en que te ríes. Adoro cuando arrugas tu nariz cuando sonríes, me gusta que veas el lado bueno de las cosas y como haces que cada momento sea divertido a tu lado.

Ahí estaba, vomitando palabras. Solo deseaba terminar con esto rápidamente.

─ Por eso, aquí y ahora te entrego mi corazón.

El rubio me miró perplejo, pestañeando un par de veces antes de empezar a hablar y con cada segundo que pasaba mi pulso aumentaba.

Sunbae, yo... ─sentí el agarre de nuestras manos aflojarse causándome preocupación, pero luego vi como intentó ocultar su sonrisa─ Yo siento lo mismo. No quiero sonar como un loco, pero cuando vivía en Australia admiraba muchísimo su trabajo, aún lo hago. Después de un tiempo de ser su fan sentía que mis sentimientos por Hwang Hyunjin eran más que admiración por mi ídolo y fue ahí que me percaté de mi flechazo real por la celebridad de la moda. Jamás creí llegar a conocerlo, pero ahora que pude convivir casi a diario con usted, comprobé que tomé la decisión correcta al enamorarme. Así que cuidaré bien de su corazón a cambio de que haga lo mismo con el mío.

Una sonrisa enorme se dibujó en la cara de ambos que nuestros ojos estuvieron cerca de cerrarse. Entrelacé los dedos de nuestras manos sobre la mesa y pude sentir como una corriente eléctrica recorrió toda mi columna vertebral provocándome escalofrío.

Durante toda la tarde no dejé de sonreír, ninguno de los dos. Conversamos un rato más y le mostré mi agenda para planear nuestra próxima salida, una cita oficial.

Cuando terminamos de comer nos detuvimos en la puerta de salida. Estábamos tan absortos en nosotros mismos que nunca notamos cuando empezó a nevar.

Las calles empezaban a cubrirse de blanco y copos brillaban al pasar sobre las luces de las farolas, miré a Felix quien estaba asombrado con el momento. Me encantaba verlo así, como enamorado del tiempo, viviendo cada segundo al máximo.

La nieve caía a nuestro alrededor como en cámara lenta. Mientras admiraba al rubio junto a mí, este se giró para mirarme con la más amplia sonrisa en su rostro antes de hablar.

─ Hyung ¿Es esta...?

─ La primera nevada del año ─contesté sonriente─, y dime Hyunjin. Después de todo, ya somos pareja.

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