Fecha: 12 de Octubre de 1543
"Amor mio te he amado desde el primer segundo en el que te vi y te amaré después de mi muerte"
— Príncipe, usted es el heredero al trono. — Ahmed Paşa conversaba con Mehmed en el campamento. — No puede ser tímido, debe aceptarlo, yo lo guiaré hasta conseguir el trono.
Selim miraba al Gran Visir molesto, si tan solo la sultana Fatma escuchara lo que profesaba su esposo, se moriría de rabia.
— No es timidez y no quiero que se me vuelva a llamar de esa forma. — negó Mehmed, aun sin percatarse de que el Sultán escuchaba su conversación. — Mi unico propósito es no decepcionar a su majestad, lo único que deseo es ser un hijo digno para el.
— Mehmed. — el sultán lo llamó, haciendo que el color desapareciera del rostro de Ahmed al sentirse descubierto.
— Su majestad. — el joven se acercó a el, haciéndole una reverencia.
— Mi amado hijo, me gustaría conversar un momento contigo. — susurró el hombre mirándolo con culpa. — Tengo que hablarte de algo.
Mehmed lo miró con duda, pues no sabia si debía confiar en su padre, toda esta situación le parecía irónica, ¿como podía desconfiar de su propio padre? ¿como podía temer estar a solas con el? Su padre no lo mataria, el no podría hacerlo ¿o si?
Las preguntas llenaban la mente de Mehmed en ese momento, mientras que el Sultán solo pensaba y repetía las lineas escritas en la carta de Raziye.
"Padre, hemos encontrado una carta del príncipe Mehmed al Sah de Persia, se ha autoproclamado el próximo sultán del mundo".
Su conversación se vio interrumpida por Selim, pues el no estaba dispuesto a volver a dejar a su hermano mayor solo con su padre, ahora mismo desconfiaba de cualquier persona que pudiera dañar a su hermano.
Fue entonces cuando el sultán lo supo, dañar a Mehmed seria despertar al dragon de fuego que existía en los ojos de Selim, pues no había nadie tan dispuesto como el a matar al propio sultán del mundo de ser necesario por salvar la vida de su tan amado hermano.
Fecha: 16 de Octubre de 1543
La mañana y las malas noticias habían llegado al palacio de Topkapi, pues Şah, preocupada por su hermano, había enviado una carta al príncipe Abdullah y este le había respondido diciendo que estaba en perfectas condiciones.
— Abran la puerta ahora. — gritó la pelinegra a los aghas, quienes se miraron entre ellos antes de obedecer.
— Şahihuban, ¿que ocurre? ¿porque entras así? — Mustafá observó a su hermana confundido.
— Su alteza. — ella reverenció, mirándolo con preocupación.
— ¿Que ocurre Şah? — el dejó su libro a un lado, acercándose a ella.
— He recibido esta carta de Bursa hermano. — se la entregó. — Es de Abdullah, dice que está en perfecto estado de salud.
— ¿Como dices? — el la miró confundido.
— Abdullah dice que nunca estuvo enfermo hermano.
— No comprendo Şah.
— Mustafá, mi madre nunca debio viajar a Bursa, creo que todo esto fue una trampa. — ella miró preocupada a su hermano. — Abdullah ni siquiera sabe que ella iría.
— ¿Como pudo haber sucedido algo así? — preguntó el preocupado.
— Mustafá, ¿donde está mi madre? — ella lo miró exigiéndole una explicacion, pues no entendia todo ese enredo.
— Mandaré ahora mismo a Taslicali a buscarla Şah. — el la miró a los ojos. — Tu madre aparecerá, te lo prometo y si alguien se atrevió a hacerle daño, tendrá que lidiar con las consecuencias.
— ¿Sin importar quien sea?
— Sin importar quien sea el culpable Şah.
Unos toques en la puerta los interrumpieron y la sultana Mahidevran apareció tras la puerta.
— Mustafá, ¿que sucede? ¿Ha pasado algo? — la Kadın Sultán preguntó confundida.
— La sultana Hürrem ha desaparecido, no fue a Bursa como creíamos. — respondió el, aun mirando a Şah.
— ¿Que estas diciendo? ¿Que sucedió Şah?
— Eso nos preguntamos sultana. — ella la miró. — Mustafá averiguara todo y castigara a quien resulte culpable, me lo ha prometido.
La Baş Kadın intercaló su mirada entre ambos, ella conocía el poder que Şahihuban tenia sobre Mustafá, ella era su hermana favorita, la amaba mas de lo que amaba a Raziye, la amaba mas que a cualquiera de sus hermanas y sabia que el cumpliría su promesa, sin importar quien resultara culpable.
— Şah, ve a tus aposentos, avisa a tus hermanas de las noticias. — Mustafá acarició su mejilla, dándole una sonrisa de apoyo.
Ella solo asintió, marchándose de los aposentos y yendo hasta los de su madre, en donde ya se encontraban todas sus hermanas y cuñada.
— Şah, ¿como es posible? — Mihrimah la interrogó.
— Mandé una carta a Abdullah y el me respondió que nunca estuvo enfermo. — la pelinegra observó a todas sus hermanas y a su cuñada.
— Fue una trampa. — susurró Hasret preocupada. — Sabian que no podrían hacerle daño a la sultana dentro del palacio, así que la sacaron de aquí.
— Oh por Allah, ¿donde puede estar nuestra sultana? — Sumbul dijo con preocupación.
— No es normal que desaparezca así. — Fakria negó.
— Hasret, ¿tu crees que? — Hafsa dejó la pregunta al aire.
— Por supuesto que es así, ellas lo hicieron. — Mihrimah respondió, refiriéndose a las hermanas del sultán. — Tal vez Mustafá también que ver con esto.
— No es así Mihrimah. — Şah respondió a la defensiva, su hermana estaba delirando ya. — Mustafá no tiene nada que ver con esto, estoy segura de ello.
— ¿Como puedes estarlo Şah? — ella la miró furiosa. — Mehmed es la competencia mas grande que tiene Mustafá, con mi madre fuera, el tiene una oportunidad.
— ¿Te estas escuchando Mihrimah? — ella la miró molesta.
— Şah tiene razón, no creo que el príncipe esté enredado en esto. — Hasret opinó, mientras todas la miraban con sorpresa. — Esperemos a que Taslicali traiga noticias, no nos adelantemos, tal vez la sultana tuvo un contratiempo en el camino.
— Sultana. — Afife entró en los aposentos, trayendo con ella a la pequeña Hümaşah. — Estaba llorando desconsolada sultana.
— Mi amada Hümaşah, ¿que pasa amor mio? — Hasret cargó a la pequeña, mientras las demás sultanas cambiaban sus rostros de preocupacion por una pequeña sonrisa.
La pequeña solo rio ante los mimos de la rubia, quien le hacia cosquillas, llenando a todos de ternura, pues Hasret trataba a la pequeña como si fuera su hija.
— ¿Quien cumple su primer año hoy amor? — la rubia sonrió. — Si, tu mi vida, tu amor mio
La situación se había aligerado por un momento, en el que todos dejaron la locura a un lado, para estar con la pequeña y celebrar su primer año de vida.
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Imperio Otomano
Desapareció en 1543, no se tiene con certeza absoluta la verdad de lo que sucedió, simplemente se sabe que el imperio francés lo invadió, convirtiendolo en parte de su extensión territorial.
~~"Las preguntas de lo que le sucedió al imperio quedan como dudas sin resolver, pues historias ruedan de boca en boca, diciendo que un dragón de cabellos dorados y ojos de luna los devoró con la muerte de su amado"~~
¡Gracias por leer!❤
Una vez mas las busquedas han cambiado...
¿Que creen que pueda suceder en el siguiente capitulo?
¿Confian en Mustafá? ¿Creen que cumplirá su palabra?
¿Quien será del dragón de cabellos dorados?
Y lo mas importante, ¿que creen que pase con nuestros principes y sultanas? Han sido borrados de la historia.
Capitulo dedicado a: