Hasret ||•Şehzade Mehmed•||

Capitulo 21

— Yo conozco mi lugar sultana. — sonrió con ironía. — ¿El principe de la corona? Mehmed lo es, el es quien gobierna Manisa, o ¿acaso lo han olvidado? Ustedes son quienes olvidan su lugar, la sultana Hürrem es la Haseki del Sultán, está por encima de todas ustedes, ya es hora de que la respeten como merece.

— Hasret querida, no es necesario. — la Sultana la miró con una pequeña sonrisa.

Hasret observó a las hijas de la sultana sonreír en apoyo, mientras Abdullah también le daba una pequeña sonrisa.

— No sultana, ellas deben aprender a respetarla. — respondió.

— Estas acabando con mi paciencia Hasret. — Mustafá la miró con furia, apretando con fuerza su antebrazo. — Conoce tus limites.

Abdullah iba a intervenir nuevamente, pero Hasret lo detuvo con la mano.

— Conozca sus limites usted príncipe. — respondió ella, soltándose bruscamente de su agarre. — No puede agredirme ni tocarme de esa forma, yo no soy una esclava.

Le dio una mirada gelida, no iba a dejarse intimidar por nadie, ella no era débil y si tenia que hacer uso de su poder lo haría.

— ¿Acaso usted no nota su posicion? Dejeme recordarsela, Mehmed es quien gobierna la provincia mas importante del imperio, el es quien está ahora mismo en la campaña, usted puede ser el hijo mayor del sultán, pero no tiene alianzas mas allá de 4 sultanas que pasaran al olvido, Mehmed es el hijo mayor de la Haseki y el sultán del mundo, el pueblo lo ama, los jenízaros también, tiene el apoyo de una nación entera, tiene mi apoyo, yo soy la esposa del verdadero príncipe de la corona. — sonrió con arrogancia, mirando los rostros de todos, incluido el de Mustafá descomponerse. — Yo soy una princesa, soy la futura reina de Francia y si vuelves a tocarme un solo cabello, te destrozaré.

Todos la miraron sorprendidos, no habia rastro de la dulce Hasret en ella, los miró a todos por encima del hombro y sonrió.

Se acercó nuevamente a la sultana Hürrem, haciendole una reverencia.

— Mi Sultana, debo ir con mis hijos. — sonrió ante el asentimiento de ella.

— Ve Hasret. — le susurró con una sonrisa orgullosa, al fin había entendido que tenia una aliada mas dentro del palacio, una que nadie podría tocar, una que quemaría el mundo por Mehmed.

— Sultanas, príncipes. — inclinó levemente su cabeza hacia todos, saliendo por completo de ahí.

La sultana con cabellos de oro había despertado, imponiéndose al fin sobre el resto.

— ¡Atención la Şehaseki Hasret Sultán! — anunció un agha al verla llegar al harén.

— Sultana. — Afife reverenció.

— Señorita Afife, ¿mis hijos? — preguntó con una sonrisa.

— En sus aposentos sultana. — la rubia asintió, dándole una ultima mirada a las mujeres del harén.

Fue directo a sus aposentos después de eso, necesitaba ver a sus hijos, sonrió al ver al pequeño Osman gatear por la alfombra, mientras Ayşe solo lo miraba negando.

— Mamá. — gritó la pequeña sultana.

— Hola amor mio. — sonrió emocionada.

Los mellizos ya habían cumplido su primer año y eso parecia haber sido su boleto para todo, pues ambos hablaban y balbuceaban sin parar, mientras intentaban ponerse en pie.

Un llanto la sacó de su burbuja, la pequeña Hümaşah lloraba a todo pulmón.

— Clara, ¿que le pasa a nuestra sultana? — preguntó preocupada.