Capitulo 61

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Fecha: 22 de febrero de 1547


La capital se estremecía en el absoluto silencio, todos conocían ya el destino tan cruel que habia firmado el sultan para sus hijos y el que Bayaceto se encontrara ahora mismo frente a las puertas del palacio, se los recordaba a todos.

— ¡Abdullah! — Bayaceto gritó. — Sabes a que he venido, abre las puertas.

— Retirate Bayaceto y no lo tomaremos como una traición, seras perdonado. — Abdullah le respondió.

— Entregame a Hasret y a sus hijos, junto a las hijas de Mustafá y no mataré a nadie mas. — Bayaceto siguió. — Es una orden del sultan Suleyman.

— Lo siento hermano, no puedo hacer eso.

— Tu elegiste tu destino Abdullah. — gritó Bayaceto, ordenando a sus hombres destruir las puertas de ser necesario.

— Resistan lo mas que puedan, sacaré a las sultanas de aquí. — Abdullah ordenó a los guardias, quienes asintieron, en el palacio solo quedaban personas fieles a Mehmed.

— Pelearemos por usted majestad. — dijo uno de los guardias. — Será un honor morir por la justicia del príncipe Mehmed.

Abdullah los miró orgulloso, sabia que las personas amaban a su hermano, pero no esperaba que fuese tanto como para arriesgarse a morir.

Caminó por los largos pasillos, llegando hasta los aposentos de su madre, en donde todas las mujeres se encontraban.

— Está aquí. — avisó a las sultanas. — Bayaceto llegó y viene con la orden de llevarse a Hasret, a sus hijos y a las hijas de Mustafá.

Mihrunnisa dirigio su mirada hasta la rubia, quien negaba, aun sin mirarla, la mujer estaba totalmente asustada, ya no contaba con el apoyo de nadie, estaba sola y no era lo suficientemente fuerte para proteger a sus hijas.

Fue entonces que una idea le cruzó por la mente y tomó un cuchillo que se encontraba en una de las mesas.

— Sultana, debe ayudarme por favor. — Mihrunnisa miró a Hasret desesperada. — No quiero vivir en un mundo donde Mustafá no esté.

Hasret entonces la miró, la mujer tenia un cuchillo bastante afilado en su mano derecha, sabia lo que iba a hacer y en el fondo la comprendia, pues estaba viviendo esa misma agonía ahora mismo, necesitaba ir con Mehmed, necesitaba saber que el estaba bien, tampoco querría vivir en un mundo donde su principe no estuviera.

— Mihrunnisa, debes tener calma, tienes tres hijas que dependen de ti. — la miró. — Debes ser fuerte por ellas.

— Ellas estarán bien. — ella puso el cuchillo sobre su cuello.

— Mihrunnisa, detente por favor. — Mahidevran la miró con preocupación.

— Hasret, promete cuidar de mis hijas, yo no podré hacerlo. — la mirada de la rubia se entristecio por completo al ver la determinacion de la mujer, estaba decidida, nadie podría hacerla cambiar de opinion.

— Mihrunnisa, debemos vengar la muerte del príncipe. — Hasret sabia que no había nada mas poderoso que el deseo de venganza. — No le des la satisfacción de destrozarte.

— Ya lo hizo sultana, el sultan me destruyó al matar a Mustafá, el me mató. — la mujer entonces apretó el cuchillo con mas fuerza, cortando así su cuello.

— No, no. — gritó Mahidevran, corriendo hasta ella.

Abdullah corrió, atrapandola antes de que cayera al suelo, pero era tarde, ella ya estaba muerta.

Hasret ||•Şehzade Mehmed•||Where stories live. Discover now