Hasret ||•Şehzade Mehmed•||

Capitulo 73

Mehmed despertó justo cuando el amanecer surgía, no estaba recuperado del todo, pero no podia esperar mas, debia ver a su esposa.

Tomó sus ropas y sus armas, observando el anillo y la espada de su padre frente a el, tomó ambas cosas, sintiendo aun ese dolor en el pecho por haber matado a su padre.

— Mi sultan. — Usain abrió los ojos sorprendido al verlo salir de la tienda.

— Usain Kabush, ¿está lista la carroza de mi padre? — preguntó Mehmed.

— Lo está mi sultan, también preparamos la de su alteza el príncipe Mustafá y la de el rey Edmond. — lo miró.

— Bien, debemos regresar a la capital ahora mismo. — ordenó.

— Como ordene su majestad. — asintió el jenízaro.

Un par de horas después, el poderoso ejercito marchaba a la capital, siendo encabezados por Mehmed, su nuevo sultan.

— Su majestad, ¿desea que paremos a descansar? — Usain preguntó al verlo respirar pesadamente.

— No, ya perdí demasiado tiempo, tengo que asegurarme que mi esposa y mis hijos esten bien. — Mehmed negó, apresurando el trote de su caballo.

Cabalgaron por un dia entero, sin descanso alguno, hasta que divisaron al fin la entrada al palacio.

Mehmed avanzó mas rápido al ver todo el desastre que se encontraba, las puertas estaban destruidas y decenas de soldados trabajaban quitando los cuerpos de los soldados caídos, tanto de la guardia del palacio, como del príncipe Bayaceto.

Todos al verlo llegar dejaron lo que estaban haciendo para reverenciar, su nuevo sultan había llegado, por fin tendrían un poco de equilibrio en el imperio después de todo lo que había pasado.

Entró casi corriendo, ignorando todo, mientras sentía su corazón latir desesperado, hasta que se encontró con Selim, quien suspiró al verlo.

— ¿Donde está Hasret hermano? — preguntó Mehmed preocupado.

Selim lo miró, señalando los aposentos de su madre, sin decir nada mas, solo alejándose totalmente desolado.

Antes de siquiera poder entrar por completo, observó a su madre, quien comenzó a llorar en cuanto lo vio, corriendo a abrazarlo.

— Mehmed, hijo mio. — tomó su rostro, acariciando sus mejillas. — Amor mio.

— Madre. — Mehmed besó sus manos, mirando entonces a sus hermanas. — ¿Donde está Abdullah? ¿Y Mihrimah?

Fue entonces que su madre rompió en llanto, haciendo que los sentidos de alerta de Mehmed se activaran, mirando a Şahihuban y Hafsa.

— Rustem, ¿donde estan mis hijos? ¿que ha sucedido? — Mehmed lo miró fijamente.

Todos ahí se negaban a hablar, no podían hacerlo, pues su corazón aun se negaba a aceptar lo que habia sucedido.

— Sultana Mahidevran. — la miró. — ¿Los hijos de Mustafá estan bien?

— Mehmed, mi heroe. — Şahrazad fue la unica capaz de hablar. — Vamos, sientate un momento.

La sultana lo tomó de la mano, llevándolo con ella, mientras les daba una mirada a todos los presentes.

— Sultana, la angustia me está matando, hable por favor. — el la miró. — ¿Que fue lo que sucedió?

— Bayaceto vino aquí con un ejercito, dijo que tenia una orden que cumplir, que el sultan lo había mandado para ejecutar a Hasret y llevarse a los hijos de Mustafá y a los tuyos. — ella hizo una pausa. — Abdullah se negó, no le permitió entrar al palacio y cerró todas las entradas.