El Secreto mal Guardado De La...

De _imsander

16.7K 2.2K 228

La corona guardaba un pequeño secreto que acabó enlazando la vida de Cirene y Jungkook. -Jeon Cirene, hija de... Mais

Prólogo
1
2.
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
27
28
29
30
31
32
33
34.
35
36
37
38
39
40
41
42
43
Epílogo

26

319 49 6
De _imsander

1/2

Último día de descanso, Jungkook salió a cazar por su cuenta porque su orgullo de Rey no le permitía que lo acompañara. Sorprendentemente trajo un par de conejos, de lo más complicado de cazar, en mi opinión. Comimos olvidándonos completamente del hecho de que habría que volver al castillo al día siguiente a una hora temprana. En general nos olvidamos de quienes éramos, en esos momentos éramos dos idiotas nadando en un lago sin preocupaciones. Era los que ambos necesitábamos, pasar un tiempo relajados sin ese peso de la realeza que nos acechaba. No sabía por qué el estar con él era tan perfecto, una idea maravillosa.

—¡Jungkook!—grité cuando me echó agua a la cara.

Su sonrisa no tardó en aparecer en su rostro, no hacía mucho tiempo sólo era capaz de mostrarme un aspecto arrogante y distante; era curioso como las cosas cambiaban.

—No seas tan quejica, no te favorece.

Siguió nadando lentamente alejándose de la costa, incluso su espalda me parecía hipnótica. Se encontraba boca arriba flotando, con los ojos cerrados y silbando alguna melodía abstracta. Se veía relajado y disfrutando el momento. ¿Qué haría para relajarse antes de conocerme? No me lo imaginaba escapándose, ya me contó que con sus responsabilidades no le sobrada ni un segundo para descansar. Tal vez visitaba los jardines, aunque seguro llevaba las hojas consigo.

Observé el cielo imaginándome qué hubiera ocurrido si no nos hubiéramos conocido. Hacía un día extraño, estaba relativamente soleado, había nubes oscuras pero el sol asomaba dando un calor agradable: rozaba la perfección. El olor a lluvia estaba presente, pero no caía, el sol iluminaba y daba cierto calor, pero no constantemente debido a las nubes: perfecto. Ambos decidimos nadar tranquilamente después de limpiar todo el desastre que hizo Jungkook al tratar de despellejar los conejos, no fue agradable para él y lo comprendía; seguía sin serlo para mí.  A pesar del estropicio, la comida estuvo buena, pero mejor estuvo la conversación sobre qué haríamos al volver al castillo. Él ya tenía pensada su primera reforma y parecía entusiasmado de realizarla. Él era así, pensaba a lo grande.

—A veces eres inaguantable—contesté echando mi cabellera hacia atrás sentada en la orilla.

Me había metido al agua con una camiseta oscura que se me empezaba a hacer incómoda. Se pegaba demasiado, y además de eso me daba frío al estar empapada. Fruncí el ceño  tras tratar que se me despegara un poco.

Escuché su leve risa.

—Quítatela si te molesta.

Jungkook seguía en estado vegetativo sobre el agua mientras yo sentada en la orilla me desesperaba por la tela. Miré un segundo la camiseta antes de elevar la vista algo confusa.

—¿Qué?

—Acabo de decirlo.

Abrió los ojos y se acercó un poco nadando. Su cabellera caía por su rostro, amaba ver como cada gota derramada por su rostro llegaba a su cuello dejándolo brillante.

—Quítate la camiseta.

Se me subió el calor a la cara. Me imaginé sus ojos posados en mi cuerpo sin la camiseta. No había nada debajo, esa prenda es lo único que me tapaba. Mis pechos estarían a la vista, a su vista. Sus ojos se posaron exactamente en mis pechos, esos que se marcaban expresamente por la camiseta. Incluso mis pezones eran notables.

—¡Pervertido!

Me tapé los pechos con los brazos causándole una pequeña sonrisita. Se apoyó en mis piernas, ciertas ventajas de que aquel lago bajara abruptamente, era como dejar las piernas al borde de la cama sin tocar el suelo.

—No negaré que verte sin ropa me resulta interesante y tentador—besó mi muslo erizando mi piel— pero lo digo por que te incomoda y no debería de darte vergüenza estando conmigo.

Miré horrorizada a Jungkook, seguramente roja de la vergüenza. Estaba algo confundida, el hecho de que quisiera verme sin ella era chocante, como cuando veía un ciervo y al pestañear ya no estaba; pero la frase de después fue...reconfortante, como un buen cuenco de fruta por la mañana.

¿Qué clase de declaración es esa! ¿Para qué quería verme sin ropa exactamente? No se me ocurría ninguna razón, mi padre sólo me enseñó que sin ropa sólo podía verme una persona especial para mí y para mi corazón; no lo entendía del todo, pero estaba claro que sin camiseta no debía ir por ahí. Mi cerebro estaba ardiendo de pensar, si me viera desnuda, ¿Qué pasaría?

—Cirene, no me hagas repetirlo —sonrió travieso acariciando mis muslos entremeciéndome al notar las gotas frías de sus manos bajar por mi piel—¿Cuántos años tienes?

Ya comenté que el lago caía de pronto a la profundidad, no había casi margen entre la orilla y el fondo, tal vez medio metro o así de bajada antes del precipicio; por ellos pudo elevarse en vertical posando sus manos a cada lado de mis piernas. Su rostro estaba a centímetros del mío.

—Te detesto, lobo de mala calaña—murmuré al no poder quitar la vista de sus labios.

Saltó sobre mí tumbándome por completo. Las gotas de su cabellera caían sobre mi rostro, su cuerpo goteaba sobre el mío. Sentí un escalofrío por mi cuerpo, sobre todo en la zona baja de mi estómago.

—¿No era la presa?—giró la cabeza— ¿De pronto soy un cazador?—acercó su rostro al hueco de mi cuello y rozando con su nariz bajó lentamente—¿Ahora eres mi presa?

Esa pregunta calentó de un golpe mi cuerpo completo. Nunca había sentido algo semejante, la curiosidad de saber hasta donde llegaba esa sensación me mataba. Tenía impulsos, unos que nunca había tenido. Mi cuerpo se movía solo. Pasé mis manos por sus brazos, fuertes y marcados,  hasta llegar a su nuca, lugar en donde me detuve para acariciar su cabellera. Con él todo era nuevo, no sabía qué decir o qué hacer; actuaba sin pensar.

—Eres tan inocente que no sabes lo que estás provocando, Cirene.

¿Él lo sabía? ¿Él entendía esa sensación sin nombre?

—No lo sé —admití viendo sus labios acercarse a los míos —Pero quiero saberlo...—murmuré.

—Entonces estamos de acuerdo en que la camiseta sobra y que este no es un buen lugar—susurró.

Y no diré lo bien que sonaba su voz cuando susurraba en ese tono rudo. Gruñí inconscientemente cuando se alejó de mi cuerpo; frustada. Como si tuviera a tiro un ciervo en pleno invierno y fallara porque alguien hubiera hecho ruido.

Se puso de pie y fue directo a la roca a por nuestras cosas. Me quedé en el mismo sitio mirando las nubes pasar mientras trataba de asimilar todo, se movían lentamente. Esa sensación cálida, mi boca salivando como si acabara de ver el filete más apetitoso, una incomodidad desesperante en mi zona baja...incluso notaba mis labios secos.

—¿Cirene?

Me levanté nerviosa, seguro que pensaría que soy una idiota por reaccionar así; me había quedado tiesa. Agarré la toalla que me tiró y me comencé a secar, desgraciadamente el fuego que me estaba quemando no se estaba disipando, todo lo contrario. Mis ojos, hipnotizados, no salían de los brazos de Jungkook, de su pecho descubierto, de su cuello...

¡Joder, ¿Qué es esto!—grité por dentro colocándome la toalla en la cara tratando de evitar que mi mirada siguiera alimentándose de esas vistas.

Estaba acostumbrada a verlo con la ropa real, no marcaba sus músculos como debería. Aún habiéndolo visto nadando, no me había fijado con precisión en lo marcado que estaban y lo bien que se veía.

—¿Estás bien?

Bajé ligeramente la toalla cubriendo aún la mitad de mi rostro, seguro seguía roja.

—Oh, sí...

Mi mirada fue directamente a su pantalón, ese marrón claro que se había pegado a sus piernas; pero siendo sinceros mis ojos más que en sus piernas, estaban algo más arriba y centrado...

¿Dónde estoy mirando?

Aparté la mirada sintiéndome una pervertida completamente.

—Cirene, estás muy rara—susurró colocándose la camiseta.

Gracias por taparte.

Comencé la vuelta a casa sin siquiera cambiarme, estaba más que sonrojada. Jungkook me seguía apresurado, estaba confundido o eso me pareció al darme la vuelta y ver su ceño fruncido y los labios entre abiertos. Entré a casa y me revolví el cabello desesperada. Tenía la necesidad de quitarle la camiseta que se acababa de poner y joder, ese cuello estaba demasiado blanco...

—¿Puedes decirme qué te pasa, Cirene?

Me abracé a mí misma y desvíe la vista. No sabía qué narices decir, no sabía qué estaba sintiendo.

—Tengo calor—admití.

Jungkook abrió los ojos y dejó la bolsa en un lateral.

—¿Tienes fiebre? Hace algo de fresco—dijo acercándose.

Me alejé un paso y negué. Me abracé a mí misma algo nerviosa.

—Calor corporal—me señalé nerviosa—completo—su cara mostraba la confusión pura y dura—¡no sé!

Jungkook me señaló de arriba abajo y luego se llevó la mano a la boca con una sonrisa.

—No me digas que...

Se acercó riéndose con aún en su boca su mano. Agarró la mía y tiró de mí hacia él. Choqué con su pecho, miré hacia arriba para ver fijamente sus ojos.

—Tienes ganas, te dejé con ganas en el lago.

Me dejó¿Cómo? ¿Ganas?

—¿Ganas de qué?

Sonrió negando.

—Cirene, eres una niña inocente, ¿Sabías?

¡Inocente! ¡Me llamó inocente! ¿Cómo que inocente? ¿Por qué?

Acarició mi cuello hasta llegar a mi mejilla. Estaba temblando por su tacto, quería más. Pude detectar su arrogancia, demasiada.

—¿Sientes esto?—su otra mano me agarró de la cintura pegándome aún más—El calor

Me miró a los ojos fijamente sin dejar de sonreír con ese matiz de superioridad.

Sus labios...joder, ¿Qué es esto?

—Es lo que te provoco— los nervios me atacaron—Una necesidad de besarme los labios—se los relamió— de tocarme—agarró mi mano y la puso en su pecho—de sentirme, ¿Me equivoco?

Miré mi mano en su pecho, notaba sus latidos acelerados, tragué en seco; había acertado.

—No—susurré perdida en las palabras que acababa de decir.

Se inclinó hasta mi oreja. Sentía su respiración contra mi piel.

—Quieres atacarme—subí la mirada cuando se separó para centrarme en sus labios—¿Y a qué esperas?

Subí mis manos a su cuello y lo besé, lo besé como él dijo, con necesidad. Sus manos fueron ambas a mi cintura y me acercaron más a él profundizando si se podía más el beso. Jungkook se echó hacia atrás, lo estuve empujando hasta la puerta. Su espalda estaba contra la misma, sus labios se movían rápidamente sobre los míos mordiendo, lamiendo y besando mi labio inferior. De mis labios salían pequeños gruñidos.

—No tienes ni idea de que es esto, ¿verdad?

Su mano derecha se deslizó bajo la mojada camiseta explorando mi espalda; me arqueé.

—Ni la más mínima —dije cerrando los ojos por su tacto.

Se sentía bien, como si ese sentimiento arrollador anterior solo podía minimizarse con su cercanía. Ahora estaba en una especie de nube, aún tenía calor, aún sentía incomodidad en ciertas partes del cuerpo pero una sensación de relajación me invadía con su tacto.

—¿Sabes cómo se quita este tipo de calor?—se acercó a mi cuello y lo lamió.

La sensación de su lengua fue de lo mejor que había sentido, solté un leve gemido. Sentir la humedad de su lengua en esa zona a pesar del calor me había hecho arquear además de ponerme de puntillas.

—Procreando.

Oh, mierda.

Continue lendo

Você também vai gostar

7.9M 308K 58
Ebony is haunted by the voice of a man who claims she is his long lost bride. ⭐️Number #1 in Vampire⭐️
2.1K 283 6
━━ 👑 ooo. 𝐏𝐀𝐏𝐄𝐑 𝐑𝐈𝐍𝐆𝐒 . . . ! ❥ Charlotte siempre tuvo en mente un solo objetivo, cumplir con su deber y legado, más nunca crey...
102K 4.9K 35
Hi friends new gift for u all this story is collaboration story with my friends Rashi, Noor and Me Hope u all loved it..
1.6M 39.6K 52
all elena needed was just a little bit of money to get through the tough times that college can bring. her friend offers to help her out by taking he...