Jeremy
—Eres un idiota —Jodie golpeó mi brazo.
—Lo sé —me tumbé en la cama con cuidado de topar mi ya morado ojo.
—¡La hiciste llorar! ¿Cómo es que dices que te importa tanto? —me levanté y le tapé la boca, ella la mordió.
—Agh —quité la mano y revisé el daño.
—¿No quieres admitir que Olivia te importa? —sonrió maliciosa.
Volteé los ojos —No me importa, solo me agrada, creo —soltó una risita.
—Claro que te importa, te conozco Jeremy, te agrada y te gusta —bufé cansado y me volví a tirar en la cama.
—Apenas la conozco, Jodie. No pongas sentimientos en donde no los hay —cerré los ojos y mi mente volvió a reproducir el momento en el que veía a Olivia limpiarse las lágrimas.
Mierda. ¡Estaba llorando! Y por mi culpa. ¿Por qué me hacía sentir tan culpable?
¿Será verdad que siento algo por ella? Espero que no.
Ella es novia de Christian, y aunque lo odie, no quiero que vuelva a suceder lo mismo que con Brittany.
—¿Me estás escuchando? —miré a Jodie.
—No, perdona.
—Pídele disculpas —la miré incrédulo.
—¿Hablas en serio? —asintió sin mirarme.
—Me cae bien y no quiero que arruines tu única oportunidad de estar con ella —volteé los ojos.
—Jamás dejará a Christian —le recordé. Y no me emocionaba la idea de empezar una relación con alguien.
—Le quitaste a Brittany —suspiré.
—Eso fue cuando tenía diez años Jodie —le recordé —En ese entonces era más carismático que él, ahora estoy molesto con el mundo y a la única que soporto, es a ti.
—Y ahora aprenderás a soportar a Olivia, cueste lo que cueste —la miré divertido.
—Me gustaba más cuando no hablabas —me miró mal y se acostó a mi lado.
—Debes aprender a controlar tus emociones Jeremy, no puedes enojarte con todo el mundo, en especial Olivia, ella te quiere ayudar —me sonrió y pasó una mano por mi cabello.
—No quiero que me tengan lástima —me dio un golpe en la sien.
—Nadie te tiene lástima —bufó y volvió a verme —Solo te quiere ayudar, permíteselo —hice una mueca pensando en si debía esforzarme con ella.
—Trataré —susurré, ella sonrió y me dio un beso en la mejilla.
—Discúlpate con ella antes de que te pase algo —entrecerré los ojos y ella me sonrió —Solo hazlo.
Asentí rendido, ¿Merecía la pena que cambie solo por Olivia?. De el poco tiempo que llevo conociéndola, sé que no es cualquier chica, pero no sé si estaba listo para algo más. He estado tanto tiempo solo.
El momento en que supe que regresaría a Londres por el supuesto ataque de las criaturas oscuras, sabía que de algún modo me encontraría con el idiota de Christian.
Me puse como un loco, no quería volver a ese sitio, me traía demasiado recuerdos, pero no pude hacer nada, llegamos a la academia y me sorprendí al saber que él ya se había convertido en guardián y pues bueno, me sentía más relajado que antes ya que no lo volvería a ver.
Cuando conocí a Olivia, la odié los primeros entrenamientos que tuvimos juntos, la quería asesinar literalmente, pero luego la fui conociendo y en mi interior agradecí la paciencia que tenía conmigo, poca, pero la tenía.
Y realmente no sé si sienta algo por ella, llevo sintiendo tanto rencor que es extraño sentir algo diferente, sobretodo cuando la encontré en la cafetería y supe que era su novia, algo nuevo se empezó a apoderar de mí y solo supe reaccionar de una manera, haciéndole daño a Murray.
—¡Ya duérmete! —Jodie me lanzó un cojín.
—¿Qué haces tú aquí? ¡Tienes tú habitación! —le tiré el cojín de antes.
—¡Ash! Tarado —se levantó de la cama y cerró la puerta de un golpe.
Cerré los ojos y toqué la herida que me habían dejado los colmillos de Olivia.
Fue tan amable conmigo y hasta me la vendó y yo lo único que hice fue gritarle que se aleje de mí, cuando lo que quiero es exactamente lo contrario.
Pero, trataré de que sea diferente, mañana a primera hora iré a pedirle disculpas y realmente espero que no se me salga alguna grosería.
Olivia
Rasqué mi oreja por milésima vez. Llevaba horas picándome y no me dejaba dormir.
¿Quién es que habla tanto de mí? Me levanté frustrada y me dirigí al baño, necesitaba una ducha fresca.
¡Estoy bien así!
Suficiente tengo con que casi muera desangrado por tu culpa.
Las palabras de Jeremy resonaron en mi cabeza otra vez, sigo enfada con él, solo quería ayudarlo después de que me ofreció su sangre y lo único que obtengo son gritos de su parte. Quién le manda a emborracharse y ofrecer sus sangre como que si fuera droga.
Unos golpecitos en la puerta me distrajeron.
—Olivia! ¡Se hace tarde para la primera prueba! —avisó Arianna, mi compañera de cuarto, desde afuera del baño.
—¡Gracias, ahora salgo! —respondí.
Salí de la ducha y me vestí con el uniforme de entrenamiento.
Abrí la puerta del baño y casi me resbalo del susto al ver a Jeremy sentado en mi cama.
—Hola —soltó mirándome.
Bajé la vista al suelo —Hola.
—Vine a disculparme por lo que te dije ayer —puse mis cosas de aseo en el buró y cogí mis botas.
—Te dije que estoy bien —dije sin mirarlo y me senté a su lado tratando de ponerme una de las botas.
—Sé que no es así —susurró poniendo una mano encima de mi cabello.
Lo miré extrañada como por diez segundos, Jeremy Collins, hablamos del chico problemas, ¿Me está sobando el cabello?.
—Prefiero que no hagas eso —alejé un poco mi cabeza de su mano —Es raro.
Él abrió los ojos y me dejó de ver.
—Lo siento, ya me voy —terminé de ponerme mi bota y comencé con la otra.
—Gracias por venir y disculparte, estoy bien de todas formas —le sonreí cuando volteó a verme.
—Sí... —se revolvió el cabello —No te demores, es tarde —asentí y me puse bien la bota, él salió del cuarto y cerró la puerta.
¡Gulliver! Eso si que fue raro.
~<~
—¿Te encuentras bien? —le pregunté a mi hermano al topármelo en el pasillo caminando hacia el lugar de la prueba.
—Ligera resaca, pero Dereck me ayudó con una bebida que sabía a mierda —me reí —Y heme aquí, en perfectas condiciones para morir —entramos a la sala y observé el lugar. Era enorme. Se dividía en dos, en una parte estaban todos los estudiantes, supuse que era en donde esperabas tu turno de la prueba. Y la otra era un bosque que casi no dejaba ver nada. Una pared de vidrio con dos puertas nos separaban.
—¿Hay criaturas oscuras aquí? —Thomas asintió mientras mirábamos el bosque a través de una pantalla gigante de vidrio.
—Dereck me dijo que la prueba consistía en ver que tan bueno somos cazándolas dentro del bosque —abrí la boca sorprendida.
—¿Y si nos hacen daño? —pregunté, se encogió de hombros.
—Supongo que no servimos para cazadores, por algo te dije que he venido a morir —respondió, le di un codazo y al segundo di un respingo cuando un chico fue lanzado al aire y chocó contra la pared de vidrio cayendo al suelo.
—Auch —me alejé de ahí y me senté en un asiento vacío esperando mi turno.
Resulta que todo el tiempo que he estado aquí, había vivido engañada.
O más bien, confundida, pensaba que los zadkons eran las criaturas oscuras en general, pero ellos son solo una clase de ellas, los cuales ya no existen por cierto, pero hay muchas criaturas oscuras de las cuales yo no tenía ni idea.
Arianna Carter y Jeremy Collins, a sus posiciones.
Alguien dijo por altavoz, observé a Jeremy caminar sin mirar a nadie como de costumbre, llevaba dos armas, cada una en una pierna, alguien soltó un gritito de emoción y supe de quién era al instante, Deborah.
Él rodó los ojos y se puso de frente en una de las entrada de la prueba, Arianna se puso en la otra esperando a la luz verde.
Esta no tardó en prenderse y ambas puertas se alzaron, Jeremy entró sin dudar y se adentró en el bosque en un segundo.
Arianna estuvo un poco dudosa al principio, pero terminó adentrándose en el.
Luego de varios minutos, dos tipos entraron con una camilla y enseguida volvieron a salir con Arianna inconsciente.
Jeremy volvió cansado, lo observé bien, tenía un raspón en la mano y en su mejilla, su ojo ya se encontraba morado y la herida de su labio ya se estaba cicatrizando.
Entró en la sala de preparación y lo perdí de vista, llamaron a Jodie por altavoz y ella fue acompañada por otro chico que no conocía.
Y así fueron pasando todos, observé que Deborah terminó igual de Arianna, algunos salieron victoriosos sin ningún rasguño y varios volvieron muy lastimados.
Un tipo nos indicó a mí y a mi hermano que dentro de poco sería nuestro turno, mi nerviosismo aumentó, nos llevaron a la sala de preparación y nos pidieron que eligiéramos un arma.
Había de todo lo que uno se podía imaginar, desde cuchillos hasta arcos.
Cogí un arco y varias flechas, desde pequeña, mi falso padre, Charles, me había metido en cursos de tiro al blanco y siempre me había fascinado y no podemos dejar aparte que tengo una excelente puntería. Me coloqué el guante y traté de practicar un poco antes de que sea nuestro turno.
—Escuchen —el tipo de antes nos habló —Tendrán un manual de las criaturas oscuras que se encuentran en el bosque y cómo deberán matarlas, solo alcen la mano a la altura de su pecho y la deslizan hacia abajo —nos informó mientras él lo explicaba con su mano —Aparecerá esta pantalla en frente de ustedes —nos señaló la pequeña pantalla que estaba en frente de él.
Hice lo que nos dijo, alcé la mano y la deslicé y me apareció.
—Cuando ya no la necesiten, solo deslicen su mano a cualquier lado —asentimos y deslicé la mano cerrándola.
Olivia BlackWhistle y Thomas BlackWhistle, a sus posiciones.
Miré a Thomas nerviosa, él llevaba una pistola en su cadera, me sonrió al ver el arco en mi mano.
Salimos de la sala de preparación y caminamos hasta nuestros puestos, Jeremy me observaba desde lejos sin mostrar ninguna expresión.
No voy a mentir, estaba muerta del miedo.
No sabía lo que me iba a encontrar en ese bosque y tampoco me llamaba la atención.
La luz verde se encendió y cuando las puertas se alzaron, no pude evitar dar un respingo.
Escuché unas risitas por atrás, volteé los ojos y entré al lugar.
Estaba oscuro, realmente oscuro, agité mi mano en frente de mi cara y ni siquiera la pude ver.
Levanté la vista cuando escuché un ruido extraño, cogí una flecha y apunté hacia el ruido, seguí caminando sigilosamente apuntando a cualquier lado.
—Tars —alguien susurró atrás mío, me volteé y apunté a lo que sea que haya dicho eso.
Golpearon mi mejilla y caí al suelo haciendo una mueca, ¡Auch!, ¿Cómo rayos se supone que vea en esta oscuridad? ¡Mi arco!.
Me arrastré por el piso en busca del arco y cuando sentí el metal frío, lo agarré.
Recordé el manual de todas las criaturas, enseguida apareció la pantalla en frente mío con el nombre de todas las especies.
Tarses y Amo.
Esa cosa había susurrado algo parecido, así que de seguro era eso.
Ya parezco maestro pokémon intentando capturar uno.
La foto de ese pokémon, ve, ya estoy hablando tonteras, la foto de esa criatura era realmente asquerosa, parecía algo como un perro mutado junto con alguien encapuchado.
Comencé a leer la descripción.
El amo de tarses noquea a la víctima con un golpe casi mortal, luego desaparece para que sus tarses la devoren.
'Atacar directo a la cabeza'
Voy a morir, estoy chillando. Que ataque a la cabeza con tremenda oscuridad.
¿¡A quién se le ocurre!?.
Vi que en la pantalla había una sección de herramientas, toqué esa parte y salieron varias de ellas.
¿Acaso iban a aparecer si las tocaba?
Busqué una linterna y la encontré, la toqué con la esperanza de que apareciera y así fue.
¡Nadie me habló de esto!.
La linterna apareció en mis manos, la encendí y créanme que prefería no haberlo hecho.
Dos tarses estaban en frente de mí, solté la linterna y cogí una flecha apuntando a uno de ellos, si le disparo a uno, tendré que salir corriendo para que el otro no me ataque.
¿Por qué no cogí una pistola?.
—¡Tars! -gritó uno, genial, pensé que ladraría o algo, pero no, ¡Dicen tars!.
Uno, conté en mi mente y di un paso hacia atrás.
Dos, volví a retroceder rogando que mi plan funcionara.
¡Tres! Solté la flecha directo en la cabeza de uno de ellos y salí corriendo sin perder el tiempo.
Agarré otra flecha y a lo que volteé para apuntarle al que me seguía, ni siquiera pude verlo cuando se me tiró encima.
Sentí sus colmillos rasgar mi mejilla, grité del intenso dolor y no se de donde encontré fuerzas, pero lo saqué de encima mío y me levanté.
Estaba furiosa, el dolor de mi mejilla era demasiado y me había comenzado a doler la cabeza.
Encendí mis ojos.
A la hora que me acuerdo que puedo ver en la oscuridad con ellos.
Cogí otra flecha y apunté al tars que se estaba levantando.
Se la tiré y le di justo en la cabeza, bueno, si a eso se le puede decir cabeza.
La pantalla se abrió en frente mío con la frase:
Terminó la prueba.
Suspiré aliviada y volví a la entrada gracias al mapa que habían incluido.
Mi mejilla ardía mucho y podía sentir lo profunda que era, de seguro necesitaba puntos.
Llegué a la entrada, vi a Jeremy sorprenderse de mi estado, se quiso acercar pero lo detuve, le sonreí y entré a la sala de antes muy cansada.
Jeremy andaba muy raro últimamente.
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Pregunta random del capítulo:
-¿Cuál es su película favorita?.