Capítulo 8

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—Estoy harto de que esa loca se haga pasar por mi amiga —golpeó dos veces al saco de boxeo —Ni si quiera sabía que estaba en mi misma clase! —volvió a golpear el saco —¿Qué quiere de mí? —me acerqué un poco a él.

—Ella cree que están destinados a estar juntos, según lo que me dijo —me alcé de hombros y le entregué su poma de agua.

—La he ignorado por dos años —tomó agua —Estoy cansado de ella, disculpa por reaccionar así ayer —me senté ignorando su disculpa.

—Si yo fuera tú, le dejo las cosas bien claras, para que ya no se haga ilusiones, no solucionas nada ignorándola —no me respondió, pero volvió a pegarle al saco.

Habíamos estado entrenando muy duro hoy hasta tarde, Jeremy no estaba cansado, estaba sorprendida y algo asustada, pero de un momento a otro él empezó a hablar de Deborah.

Hasta parecíamos viejos amigos hablando, él diciendo sus problemas y yo dando consejos.

Miré la hora —Muy bien Jeremy, terminamos por hoy —cogí mi bolso.

—Me quedaré un rato más —siguió golpeando el saco. Parece que está de mal humor.

—Como gustes, nos vemos —me despedí. Cerré la puerta.

—¡Estoy harto! —di un respingo. Ni si quiera había dado un paso y la voz de Jeremy resonó por todo el lugar hasta afuera —¡Maldita sea! —abrí la puerta asustada.

Jeremy no se había dado cuenta de que había vuelto, estaba apoyado al saco sollozando. ¿Estaba llorando?

—¿Jeremy? —él me miró y enseguida se volteó para que no lo viera —¿Estás bien? —me acerqué a él.

—Estoy perfectamente bien —me detuve.

—¿Seguro? —se sacó los guantes con coraje y cogió sus cosas.

—¡Estoy bien! —se acercó a mí, tenía los ojos rojos y las mejillas húmedas —Déjame en paz —pasó a mi lado echando chispas y se fue.

Salí de ahí preocupada y traté de buscar a Jeremy, no lo podía dejar en ese estado.

Mientras caminaba, saqué mi celular y marqué el número de Christian.

Fuera de servicio.

¡Genial! No aparecía por la academia y ni si quiera me contestaba ni me mandaba un mensaje ni nada. Estoy muy enojada con él.

Guardé el celular y corrí al divisar a Jeremy en una esquina.

—Déjalo —alguien me puso la mano en mi hombro haciendo que parara —No servirá de nada —miré a la hermana de Jeremy, Jodie, que me veía seria —Puedes irte, va a estar bien —la miré extrañada.

Caminó hasta llegar dónde Jeremy estaba, él la vio y la abrazó, parecía que estaba muy dolido.

Hice una mueca y regresé por donde había venido.

¿Que estará pasando con Jeremy?

~<~

—Han pasado dos miserables semanas desde que iniciamos clases ¿Y ya hay exámenes? —me encogí de hombros mientras me cambiaba.

—Bienvenida a la academia de vampiros —ella sonrió.

—¿Cómo sobreviviste? —habló irónica, le guiñé un ojo —Aw... —asentí risueña.

Mi celular sonó por toda la habitación, corrí como desquiciada hasta cogerlo con la esperanza de que pudiera ser Christian, pero no.

—¿Quién habla? —contesté después de ver un número desconocido.

—¿Olivia? —solté un si —Hola Olivia, espero no haberte despertado, soy Alexa —sonreí.

—Hola Alexa —Lynn me fulminó con la mirada —No tranquila, no lo hiciste —escuché su risa.

—Te llamaba para decirte que —suspiró —Me voy a salir de la academia —abrí los ojos.

—¿Qué?

—Sí, lo siento, pero sinceramente no puedo volver ahí, mis padres me necesitan en casa —hice una mueca —Te llamaba solo para avisarte y también despedirme —suspiré triste.

—Te voy a extrañar —le dije, Lynn me lanzó una almohada.

—Y yo más, espero que estés bien y bueno no te quito más tiempo, ve a dormir que está por amanecer —sonreí y me despedí de ella.

—¿Qué le pasó a la roba amigas? —le pegué con una almohada en la cara.

—Se va de la academia —chilló de la emoción, la miré mal y me acosté.

—Ya, lo siento —se acostó —¿Ya sabes algo de Christian? —negué con la cabeza.

—Estoy muy preocupada y enojada con él —me crucé de brazos —Me dijo hace dos días que venía y nada, ni si quiera me llama —ella se comenzó a reír.

—Algo le habrá pasado, tranquila —decía mientras se acomodaba, le pegué un codazo.

—Solo espero que tengo una buena excusa —susurré somnolienta y me acomodé más en la cama.

Christian

—¿Cómo es posible? —pregunté incrédulo mientras me sentaba en un sillón.

Suspiró —Ya sabes, después de que salieras corriendo tuve la oportunidad de atacarlo —bajé la vista.

Jason Rickford estaba ante mis ojos y seguía siendo igual que antes, él era mi guardián, del cual le había hablado a Olivia.

El que abandoné ese día.

Jamás pensé que lo volvería a ver, y ahora mismo estoy en su casa, por un momento pensé que me habían descubierto escapándome y que me darían un severo castigo, pero no.

—Hablando de eso, en serio lo siento, era un niño y no sabía que hacer —él se comenzó a reír.

—No te preocupes Christian, como tú lo dijiste, eras solo un niño —sonreí apenado —Haz crecido mucho —me reí, era verdad, ahora estaba hasta más alto que él.

—Ha pasado mucho tiempo desde entonces —suspiré —Aún no puedo creer que sigas vivo.

—Te lo hubiera dicho antes, pero luego de lo que pasó me asignaron a otra familia —me tendió un vaso de cerveza — Lamentablemente hace poco falleció el último miembro y por ahora puedo descansar.

Sonreí. Una de las reglas de guardianes era que cuando tu familia asignada dejaba de existir, podías tomar un descanso indefinido de tu deber como guardián. Y el que yo me haya escapado, podría significar que me suspendieran como guardián.

—Mira, no quiero ser maleducado, pero tengo que regresar a la academia —él me miró extrañado.

—Oh claro -rió un poco —Vuelve a la academia, otro día conversaremos —asentí y salí del lugar despidiéndome.

Ahora sí, al fin podré verte.

Night Of Blood © (Un encuentro con el pasado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora