Capítulo 9: Caricias subliminales
RAMSON STONE
Creí que solo necesitaba de unos minutos para calmarme, pero terminó siendo casi una hora entera poder controlar la tembladera de mis manos, el color rojo de mi visión y los distintos pensamientos que venían a mi cabeza aplacándola con la canción de la cucaracha, reproduciéndola una y otra vez en mi mente hasta que por fin pude calmarme.
Ya la maldita canción parecía tener un himno propio en mi mente.
Ahora veía que la cagué hasta el fondo, pero me había quedado sin argumentos y me dolía que desconfiara de mí, la había elegido a ella no a mi ex. Como lo sospechaba ya Paola había visto el mensaje porque cuando tomé mi teléfono, y vi el mensaje previamente abierto, fue como si la presión se me hubiera bajado porque sabía que no iba a gustarle.
Había mantenido una buena relación con mi exnovia y es que ella me ayudó mucho cuando lo necesité, y sé que le dolió mucho cuando la dejé, cayó en depresión, quiso suicidarse, y simplemente no podía dejarla de lado después de que me apoyó durante tantos años estando internado, ella era una gran parte de mi vida.
Pero claro, también entendía que no valía la pena tirar todo por la borda por ella cuando había elegido a Paola. Con Paola lo quería todo, quería que fuera la madre de mis hijos, envejecer juntos.
Joder ¿por qué me puse tan a la defensiva? Lo reconocía, a veces me pasaba de imbécil.
Me coloqué mis deportivos, una franela y salí de la habitación a buscarla.
PAOLA STALONE
Me asfixiaba, gritaba muy fuerte por ayuda, pero aun así sentía que me ahogaba. Luché con todas mis fuerzas intentando soltarme, pero sentía que perdía cada vez más fuerza y sus manos me apretaban cada vez más duro, cuando de repente alcé mi rodilla como ultimo intento de escape dándole una patada en el estómago y me soltó haciendo que me cayera de boca al piso y por fin pude respirar.
Miré hacia arriba dispuesta a seguir luchando, y como si fuera un deja vu, no vi a nadie.
Tragué en seco. ¿Qué mierdas?
Se había esfumado.
Esto me había pasado antes.
Sentí el terror invadirme, recordaba haberlo vivido, recordaba esa droga que me hizo alucinar, y todo fue por un collar, mis manos fueron rápidamente a lo único nuevo que tenía; los zarcillos que me dio la bruja loca.
«Es una adivina, Paola».
Me daba igual, no iba a dejar que esto volviera a ocurrirme, no después de aquella experiencia, me había vuelto supersticiosa de que podía atraer las malas energías después de eso.
Me los quité levantándome aun temblorosa como me encontraba y me acerqué al bote de basura botándolos ahí, aun no podía regularizar mi respiración, estaba jodidamente asustada sin saber lo que había pasado, si fue una alucinación o fue real.
—¿Estás bien?
Grité volteándome hacia la voz y casi llevándome el pote de basura por el medio cuando salté de la impresión.
Ramson.
Bueno, extrañamente, verlo hizo que sintiera un enorme alivio porque él estaba aquí; estaba a salvo, aunque ahora recordaba el por qué estaba molesta con él; su ex.
¿Qué si yo estaba bien?
Considerando que casi me mata algo que ni siquiera vi y que al parecer mi esposo me había sido infiel...
—¿Te importa realmente? —respondí alzando la barbilla en actitud desafiante.
Ramson negó con la cabeza.
—Paola...
No.
Seguía jodidamente enfadada, ni siquiera esto que me había pasado me bajaban las molestias.
—Dejame en paz Ramson. —dije, comencé a caminar hacia cualquier otro sitio donde no estuviera él, cuando de repente, me agarró del brazo deteniéndome.
—Fea —dijo volteándome para hacerme frente y me tomó de la barbilla para fijar sus ojos esmeraldas en los míos—. Perdón ¿bien?, perdón.
«Joder, pero no me mires así que me derrito».
«¡No Paola!, ¡estas molesta!»
«Pero es que ya me pidió perdón».
«¡Un perdón no es suficiente por una infidelidad! Ten dignidad»
—Perdón ¿por qué? —murmuré sintiendo mis ojos cristalizarse— ¿Por engañarme con tu ex?
Aquí estaba, no quería llorar, pero yo era todo sentimientos, y me molestaba conmigo misma por no poder evitar una discusión sin llorar.
Ramson no apartó la mirada de mí cuando dijo:
—No te engañé, nunca engañaría a la mujer perfecta para mí.
«No le creas».
«Pero me dijo perfecta».
«Es labia, ¡recuerda las pruebas!»
Los mensajes, los videos, él molesto ante mi cuestionamiento...
Era muy difícil luchar con mi propia mente cuando estaba dividida en dos, una parte queriendo perdonarlo ciegamente, y otra parte queriendo entregarse a sus brazos.
—¿Entonces por qué te escribes con ella? —refuté— ¿Por qué tenías videos de ustedes follando? Y sobre todo ¿por qué me haces pasar por loca?
Dolía, ardía y me hacía hervir de celos.
Él borró la evidencia de su teléfono y luego me hizo pasar como la loca que inventaba cosas sin sentido para pelear.
Ramson tomó una profunda respiración apartando algunos mechones que estorbaban en mi rostro hasta detrás de mi oreja y acariciando con su otra mano parte de mi mejilla, su simple toque siempre hacia que me volviera diminuta, porque Ramson siempre me hacía sentir segura en sus brazos.
Odiaba que todo de mí lo amara con locura.
—Mantenemos una relación civilizada —comenzó a explicar—, lo de los videos realmente se me habían olvidado que estaban ahí, pero luego vi el historial y supe que alguien los tuvo que haber visto, sé que fingir demencia no fue lo mejor, pero no sabía que más hacer, no quería herirte.
Pues causó el efecto contrario.
Me hirió el corazón.
Me alejé de su toque casi con rabia porque me estaba convenciendo con sus caricias subliminales para que amortiguara mi molestia.
—¿Por qué mantienes una relación civilizada con ella? —cuestioné, eso no me cabía en la cabeza.
Ramson se encogió de hombros como si no le viera el lado malo.
—No terminamos en malos términos —dijo—, y ella aún sigue muy enamorada de mí.
Un momento.
¿Qué ella seguía enamorada de mi hombre?
¡¿QUE ELLA SEGUIA ENAMORADA DE MI HOMBRE?!
—¿Y se supone que eso debe aliviarme? —refuté molestándome otra vez.
Ramson pareció entender que no pareció mejorar la situación con lo que dijo y agregó:
—Escucha, ella cayó en depresión —expuso—, es decir nos conocimos en el CECMO porque ella estaba depresión y ambos nos apoyamos mucho, pero después de que la dejara, recayó en eso y no pude simplemente alejarme, ahora no la amo, pero le sigo teniendo aprecio, no puedes pedirme que la dejé de lado.
Ella cayó en depresión después de que él la dejara por mí.
No lo dijo, pero lo leí entre líneas.
—No me interesa tu historia de amor con ella ni como la conociste. —dije aun molesta.
Él suspiró pareciendo agotado.
—Te lo digo para que la entiendas.
Claro que entendía que le rompió el corazón, así como yo lo hice con mi ex prometido, pero yo no le debía nada, mucho menos la atención de mi marido.
—No pues —me crucé de brazos—, cásate con ella.
Ramson frunció el ceño mirándome como si no me reconociera.
—No seas insensible, Paola.
Para colmo me llamaba por mi nombre y no por mi tan adorado apodo.
—Insensible mi culo. —refuté.
Me di media vuelta y me metí en el ascensor sintiendo un nudo en la garganta y apretando el botón para que se cerrara rápido, pero no contaba con que Ramson fuera detrás de mí y cuando me disponía a salir para alejarme de él, Ramson me agarró de la cintura prácticamente bailando conmigo hasta presionarme contra la pared del ascensor y las puertas se cerraron dejándonos solos.
Estaba tan jodidamente enfadada que me dolía la cabeza de la rabia, Ramson me apretó con su cuerpo y acercó su rostro al mío, como siempre todo mi traicionero cuerpo se calentó en cuestión de segundos y cerré los ojos para no caer en la tentación de su mirada que me dejaba completamente desarmada, causando que algunas lágrimas resbalaran por mis mejillas.
—No llores. —susurró.
—Suéltame. —pedí, pero en realidad no quería que lo hiciera.
—No la amo a ella —dijo, sentí su aliento en mi mejilla haciendo que todas mis hormonas se revolvieran—, te amo a ti, te elegí a ti.
Me atreví a mirarlo, él mantenía la mirada fija en mí.
—¿Como quieres que te crea si me mentiste? —susurré con voz quebrada.
—Ya no voy a mentirte.
Le entrecerré los ojos y luego alcé ambas cejas con real sorpresa observando la punta de su nariz.
—Increíble.
—¿Que paso? —dijo Ramson incrédulo llevando una mano a su nariz.
—Te creció como a pinocho.
En medio de mis ganas de llorar apreté los labios para evitar reírme de mi ocurrencia, Ramson relamió sus labios negando con la cabeza y pegó su nariz a la mía, ante el poco espacio solo hacia que las ganas de odiarlo fueran las mismas que las de follarlo con locura.
—Lo que me creció fue otra cosa —murmuró y noté su erección presionar mi ombligo.
Mi respiración se entrecortó y de repente sentí mi garganta reseca.
—Debes estar demente si pelear conmigo te excita —susurré en sus labios pero como buena contradicción que era yo; comencé a mover la cintura contra él logrando que su respiración se acelerara por el roce de nuestros cuerpos, sus manos bajaron por la silueta de mi cintura hasta mi trasero pegándome más a él.
—Me excita tu cuerpo, tu olor... —su nariz bajó a mi cuello y sus labios rozaron mi piel estremeciéndome.
Sentía que iba a deshacerme ante el juego previo.
—Intentas distraerme —murmuré.
—¿Y está funcionando? —susurró a mi oído antes de morder el lóbulo de mi oreja, gemí aferrándome de sus hombros.
Ya valí.
—Lo tomaré como un sí. —continuó Ramson y sin previo aviso, detuvo el ascensor...
.
.
.
.
*******
Ayyyy que calooooorrrr xD Paolaaaaa Dioj mio, ay Ramson te amo/odio porque no se si creerte, estoy brava pero igual te amo, eh jijiji se viene algo bueno solo eso dire :3
Recuerda votar para mas capitulos :D nos leemos pronto.<3
Instagram, facebook, twitter, tiktok, y todo lo que exista: Ysaris Areinamo xd