Con los primeros rayos de la mañana, el bosque pareció dejar la oscuridad de la noche para llenarse de vida y color.
Las aves de colores volvían a desplegar sus alas, volando y cantando las melodías que parecían saberse de memoria.
Las abejas se levantaban adormecidas, junto a las mariposas, que alzaban vuelo con sus delicadas alas de seda, yendo de flor en flor, como si estuvieran compitiendo para ver quien lograba encontrar la más bella.
El río cobraba energía, pasando de un simple murmullo a un sonoro rugir.
Y entre las plantas, hierbajos, arbustos, árboles y flores, abrazado a sí mismo, tratando de protegerse del frío, dormía un ninfo.
Uno de piel celestina y partes de gato, el ninfo de agua, Argentina.
Argentina no había vuelto a la cueva aquella noche ¿Cómo podría?
No era como si estuviera todavía molesto... pero quizá sí había estado un poquito bastante herido como para pasar la noche con ellos:
Esa noche sí volvería, sí, pero la anterior había necesitado un poco de tiempo a solas para despejar su mente...
Bueno... "A solas" siendo sinónimo de "Con Canadá"
Hablaron por horas hasta cansarse, cuando el sueño los invadió y se dieron cuenta de que debían volver a separarse y descansar.
Así la noche siguiente podrían verse otra vez con toda su energía.
Pero finalmente había encontrado una zona cómoda en el bosque donde dormir y ahí había dormido.
No por muchas horas, pero algo era algo.
Ahora despertaba con un escalofrío, cubierto en el rocío de la mañana y de manera brusca.
Se sentó bien mientras se abrazaba a sí mismo, temblando por el frío, no estaba acostumbrado a dormir sin ser abrazado, mucho menos en el exterior.
Se levantó con esfuerzo, temblando y moqueando, sacudiéndose para deshacerse del rocío, esperaba que as gotas no se hicieran daño al caer, pero no tenía energía para depositarlas de manera tranquila en el suelo.
Dio unos pasos a través del bosque, lentos y cansados, sintiéndose algo débil.
- ¡ARGENTINA! -
Levantó sus orejas con atención al escuchar un grito a la distancia, aunque no estaba seguro de si había sido uno en el mundo, o alguna de las gotas que seguían en su cuerpo.
La respuesta llegó en forma de golpe.
Literalmente.
Alguien se abalanzó sobre él, tirándolo al suelo de manera dolorosa y haciendo que soltara un quejido.
Rápidamente reconoció la piel tricolor y las grandes alas de plumas marrones claras del ninfo de fauna.
- Mex... - Habló sin aire y con la garganta algo dañada por el frío - No hacía falta que seas tan violento... -
- Chinga a tu madre, reverendo hijo de la chingada. - Habló el mexicano, separándose de su compañero para mirarlo a los ojos, estos cristalizados, con algunas lagrimas amenazando caer
Estuvieron en silencio un rato, mirándose a los ojos, México de una manera más acusatoria.
Finalmente, el ninfo de fauna soltó un suspiro y se concentró en una mariposa cercana, una azul como el cielo. Levantó su mano, indicándole a esta que se acerque, cuando la mariposa se posó en su dedo, la acercó un poco más.
- Dile a Chile que lo encontré - Susurró de manera suave y delicada
Después, la mariposa alzó vuelo, dando una vuelta alrededor del mexicano antes de salir volando lejos.
- Nos preocupamos cuando no volviste a la cueva anoche - Empezó a explicar al bicolor - Pero creímos que quizá querrías un tiempo a solas y volverías más tarde... Cuando despertamos y todavía no habías vuelto... ahí fue cuando realmente nos asustamos... Así que nos separamos y fuimos a buscarte -
Argentina bajó sus orejas, apenado por haber hecho a sus amigos pasar un mal rato.
Pero un nuevo escalofrío interrumpió sus pensamientos.
Preocupado, México rodeó el delicado y frío cuerpo del argentino con sus grandes alas para brindarle calor.
- Debes estar congelado... - Dijo en voz baja, tomando al más joven por los brazos y ayudándolo a levantarse - Te llevaré a la cueva ¿Tienes la fuerza para agarrarte - Preguntó
- Quizá... - Respondió el contrario en voz temblorosa
Argentina rodeó el cuello del mayor con sus brazos, sosteniéndose con fuerza. Mientras tanto, México lo sostuvo con fuerza, extendiendo sus alas antes de alzar el vuelo con gran velocidad.
El argentino apretaba cada vez más el agarre, podía sentir el aire que creaban las alas de México al aletear, con lentitud abrió los ojos, observando el bosque bajo ellos... hacía tiempo que no volaban así.
El tiempo fue corto antes de que empezaran a descender hasta que sus pies lograron tocar el suelo.
Argentina se separó del cuerpo del mayor, mas aún sosteniéndose a él para no caer.
A poca distancia estaba Chile, la misma mariposa azul de antes estaba posada en su hombro, aunque salió volando con una seña de mano del mexicano, y el chileno corrió a abrazar al bicolor.
- Arge... nos teniai' preocupados - Dijo en su usual voz tranquila, mas con una anormalmente preocupada expresión - Estai' congelado... - Agregó
- No estoy acostumbrado a dormir afuera... - Respondió el argentino de manera cansada
- Entonces deberías descansar un poco - Habló el chileno, caminando hacia el interior de la cueva
El de sangre azteca ayudó al del sol a entrar en su refugio, donde este ya se sintió aunque sea un poco mejor.
Los otros dos ninfos lo acomodaron en una especie de cama hecha de musgo, para que este pudiera secarse del todo y descansar un rato, además eso podría mantenerlo un poco más cálido.
México empezó a dar pasos hasta la entrada de la cueva, listo para dejar al argentino descansar a solas, mas se detuvo apenas notó que el chileno no lo seguía.
- ¿No vienes? - Cuestionó, mirándolo por sobre su hombro
- ... Voy a quedarme con él - Respondió con tranquilidad, sin mirar al mayor, mientras se sentaba en sus propias piernas, siempre prestando atención al bicolor
- Bien - El mexicano asintió con comprensión - Los veré más tarde entonces -
Apenas dio un paso más antes de detenerse nuevamente y darse media vuelta de manera brusca, sus ojos irradiando miedo.
- Si algo llega a pasar... -
- Te enterarás al instante - Interrumpió Chile con una risa
El ninfo de fauna suspiró.
- Gracias... - Dijo en voz baja - Le diré a Alitas, la mariposa azul de antes, que se quede dando vueltas por aquí, si me necesitas dile que me busque - Indicó
- ¿"Alitas"? - Repitió divertido el chileno, mirando por primera vez hacia el mayor de los tres
- Ey, tú le pones nombre a las plantas - Se justificó para después salir
El ninfo de flora soltó una risa antes de volver a su seriedad cuando sus ojos se volvieron a encontrar con el argentino, posó una de sus manos en el brazo del celestino, acariciándolo un poco.
Suspiró con pesadez.
- 'Morning (Buenos días) - Canadá saludó adormilado mientras se sentaba en la mesa, junto a su familia
Ya era de mañana, por lo que estaban desayunando juntos, como normalmente hacían, en una pequeña mesa circular en la cocina.
USA, con su normal cara de pocos amigos, apoyando su cabeza en su mano mientras comía cereales.
UK tan solo sentado en su silla, ocupado en sus propios asuntos.
Y Francia, por último, ella seguía acomodando cosas, curiosamente nunca parecía sentarse con ellos, siempre demasiado animada por lo que ella sola estaba haciendo.
- Hey... - Respondió UK al saludo en su manera fría y desinteresada
Su hermano tan solo le dio un movimiento de cabeza como saludo.
- Bonjour chéri (Buenos días, cariño) - Francia le pasó un plato de cereales
- Thanks (Gracias) - Este agradeció, con el mismo sueño de antes
Ese tono cansado y pesado llamó la atención de los mayores, normalmente Canadá mostraba una energía tal que parecía como si estuviera en una dieta a base de café.
- Are you okay? (¿Estás bien?) - Curioso preguntó su padre
- Yeah, I just... Had a hard time sleeping... (Sí, solo... me costó dormir) - Mintió, con la cara pegada a la mesa
USA le dio una mirada curiosa, mas no dijo nada, nadie le prestó especial importancia.
Lo que siguieron fueron unos largos segundos de silencio, solo rotos cuando el canadiense miró a su madre y una duda llegó a su mente.
- Maman... - La llamó con cierta dubitación
- Oui chéri? (¿Sí, cariño?) - Preguntó la francesa, en ese conocido tono juguetón que siempre solía usar
- How... How did you know about the nymphus? (¿Cómo... Cómo sabías sobre los ninfos?) - Preguntó en un murmullo
Ambos padres prestaron atención a las palabras de su hijo, casi alerta.
- Oh... Parce que vous voulez savoir? (¿Por qué quieres saber?) - La francesa apoyó sus codos en la mesa, mirando a su hijo con atención, había un brillo extraño en sus ojos
- i'm just curious (Solo tengo curiosidad) - Justificó
- Eh bien... j'en ai vu un (Bueno... es que vi uno) - Respondió la mujer en un tono juguetón
Canadá abrió los ojos con sorpresa.
- You did? (¿De verdad?) - Se irguió
- France. - Su esposo la cortó de manera brusca
- Quel est le problème, mon amour? (¿Cual es el problema, amor?) - Francia pegó los ojos en él con diversión - Je réponds juste à la question de notre fils (Solo estoy respondiendo la pregunta de nuestro hijo) -
- I don't want him believing in bloody fairy tales (No quiero que crea en malditos cuentos de hadas.) - Gruñó el inglés, volviendo a lo que hacía
- "Fairy tales"? - Repitió Francia, aparentemente ofendida
Después se volvió hacia su hijo, su mirar era misterioso.
Aunque, a decir verdad, así solía ser ella, una mujer misteriosa, que normalmente genera más preguntas que respuestas al hablar, y siempre parecía saber más de lo que decía.
- Il est juste jaloux de ne pas en avoir vu (Tan solo está celoso de que no vio uno) - Susurró con una sonrisa, guiñandole un ojo al bicolor
Reino Unido se limitó a mirarla de mala manera y poner los ojos en blanco.
Canadá pensó por unos momentos, era verdad, su madre podría estar mintiendo... pero había algo en su tono de voz y su forma de ser que no dejaba al canadiense quedarse con esa respuesta... nuevamente, Francia sabía más de lo que decía... Y Canadá no sabía que pensar sobre eso.
BuenasBuenas ✨
No pasó mucho en este capítulo, perdom, jdkjasd
Qué tal se encuentran?
Bien? uu
Espero que bien
Yo estoy piola :D
Perdón por el capítulo relleno
Iba a poner más, pero me di cuenta de que quedaba mejor para un capitulo nuevo
Ah-
Anyway
Ojalá nos leamos pronto
ChauChau nn