Me siento caer en un mar de preguntas, día a día lidiar con lo mismo.
¿Quién soy?
¿Por qué?
¿Cómo?
Día a día sentir como el nudo en mi mente se ajusta más, como aprieta y tira. Sentir como de a poco voy cayendo en un mar de soledad pero de repente, una mano me sostiene justo a tiempo antes de que toque fondo.
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Narra Rubén:
Me siento destrozado. Creo que en cualquier momento me voy a caer y pegar fuerte contra el piso. Desearía despertar de un mal sueño por esa caída. Desearía estar en Noruega de pequeño con mi madre haciendo aquellas galletas que tanto me gustaban. Escuchar a mis primos reír en la nieve y gritar de alegría. Quiero volver el tiempo atrás, muy atrás, y desaparecer.
Mis gatas han estado toda la noche maullando y rasguñándome las piernas. Si no hubiera dormido vestido, ahora dirían que soy emo y me corto las piernas. Ya quisieran. Nuevamente dormí en el sofá, donde me tumbé cuando _____ salió por la puerta y me dormí, allí quedé hasta ahora. Voy a hacer lo que debí hacer hace mucho, antes de haberla cagado. Iré al aeropuerto, compraré un boleto a Noruega y volveré a mi hogar. Pero antes, anunciaré en un vídeo que dejaré Youtube para siempre.
Juro que amo con toda mi alma a mis subscriptores, los quiero demasiado pero en este estado no puedo seguir. No puedo estar con las ojeras en cada vídeo, con la voz ronca y fingiendo una sonrisa. Ya no lo soporto, necesito un cambio. Quiero volver a ser feliz como antes. Dejar de fingir las risas en mis vídeos, dejar de fingir que estoy bien cuando por dentro quiero llorar, desaparecer y seguir llorando. Ver a _____ llorar por mí me destrozó, verla contener las lágrimas hasta ya no poder y soltar una. Morderse el labio y dejar caer otra, voltearse con un rechazo y llevárselo a casa. Me pregunto qué le habrán dicho Willy y Vegetta y si ahora me odiarán más. Recuerdo cuando nos llevábamos de maravilla y nos juntábamos cada que podíamos... esos eran los días más felices que tuve en mi vida. Hasta que me enamoré de _____.
La culpo a ella por ser tan linda, por tener esa maldita personalidad que me vuelve loco. Es tan igual a mí que podría decir que es mi hermana de otra madre. Siempre con una sonrisa aunque todo esté mal, podías contarle todo lo que quisieras, podías confiar en ella con los ojos vendados. Me animaba en los momentos tristes, me animaba cuando estaba enojado con ella y yo flipaba. Me preguntaba, ¿Por qué estoy buscando que me consuele si estoy cabreado con ella? Era extraño pero así eran las cosas con _____. Extrañas, sin sentido, locas, inimaginables, impredecibles. La culpo a ella por enamorarse de mí y hacer que yo me enamore de ella.
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Narra _____:
Me despierto con la luz del sol que pega fuerte en mi cuerpo. Me pregunto quién habrá abierto las cortinas, me pregunto quién habrá inventado la luz radiante en las mañanas. Me revuelvo entre las sábanas sin querer levantarme, no sé qué hora es pero me gustaría cerrar los ojos y no abrirlos nunca más. Tuve una pesadilla. Soñé que estaba en el fondo del mar, luchando por llegar a la superficie, conteniendo la respiración. Veía mi meta a dos centímetros de mi mano aunque nunca llegaba a ella. Había algo que me arrastraba hacia abajo, que tiraba de mis piernas con brutalidad. Entonces una soga aparece a un costado de mi brazo, no sé si ya estaba allí, no me interesa y me aferro a ella. La soga tira hacia arriba luchando por recuperarme pero ya no aguanto más la respiración. Siento como unas manos fuertes me exprimen la garganta y para entonces ya estoy despierta en mi cama.
Es la primera vez que sueño algo que no tenga que ver con mis recuerdos. Siempre veo fracciones de imágenes que no entiendo, ahora es distinto. Me levanto de la cama porque no puedo quedarme todo el día allí y cuando abro la puerta de la habitación me encuentro con Lana. Está hermosa, como siempre. Yo en cambio estoy con un pijama de unicornios morados, creo que me lo regaló Samuel. Ella sonríe y me abraza.
- ¿Estás mejor? - pregunta en mi oído. Yo asiento y se separa. - Ven, vamos a desayunar -
Me lleva de la mano hacia la cocina, como si yo no supiera donde queda. Willy no está pero si Samuel y a diferencia de otras mañanas, hoy no tiene el móvil. Me ve aparecer y esboza una sonrisa. Me pregunto por qué todos me reciben con una sonrisa ¿Por qué tan felices? Agh, odio las preguntas. Se levanta de su silla y me saluda con un abrazo y un beso en los labios. Luego Mariel se acerca a mí con un desayuno completo: barritas de cereal, jugo a un costado, cereales coloridos, tostadas con mermelada.
- Para mi pequeña durmiente - dice y me entrega la bandeja. Todos sonríen, me da miedo. Me siento en la mesa, todos me miran... eso también me da miedo.
- ¿Tengo algo en la cara? - me atrevo a preguntar. Lana se inclina hacia atrás con las manos en la mesa.
- ¡Parece que alguien despertó de mal humor! - pongo los ojos en blanco y me dedico a comer mi cereal.
- Gracias Mariel - le agradezco comiendo ferozmente mi cereal y es que realmente está delicioso. - ¿Por qué? - pregunto. Todos se miran confundidos por mi pregunta.
- ¿Por qué, que? - Mariel se sienta con nosotros en la mesa y ahora ella también me mira aún más fijamente.
- ¿Por qué tan felices todos? -
Para cuando quiero que respondan, Willy aparece en la puerta con tres bolsas en las manos. Todas son rosas. Frunzo el ceño confundida ¿Esas no son de ropa? Él se acerca a mí y besa mi mejilla, saluda a los demás y deja las bolsas en la mesa, frente a mi desayuno. Hoy se ve mucho más alegre, su rostro no es neutro. Sus mejillas están rozadas y está sonriente. ¡Joder! ¿Qué les pasa? ¿Desperté en el mundo donde todo es alegría?
- Creo que volveré a dormirme - digo levantándome de la silla, no sin antes llevar mis cereales. Samuel me detiene.
- ¡Espera! Tenemos algo muy importante que hacer hoy - dice Samuel con la emoción que se le sale por los ojos. - ¡Vamos a probar vestidos! - exclama lo más gay que se puede decir esa frase. Tiro una risa cínica ¿Qué?
- Se nos ha olvidado contarte muchas cosas...
- Ya lo creo - interrumpo en un murmullo. Lana se aclara la garganta y sigue hablando.
- Y yo olvidé decirte sobre la boda, bueno en realidad iba a ser una sorpresa pero nos dimos cuenta de que no reaccionarías igual que si...- hace una pausa tratando de aliviar el peso de lo que dirá pero yo completo la oración.
- Recuperara la memoria -
- Vale... con Luzu nos casaremos y tú serás ¡Nuestra dama de honor! - chilla la última parte y levanta los brazos como si fuera una gran noticia, y la es. Debería dar un grito y saltar junto a ella en un abrazo, felicitarla, darle las gracias. Pero como ella dijo... no reaccionaría igual que si recuperara la memoria. Me limito a sonreír y asentir con la cabeza.
- Felicidades - su rostro alegre ahora es apagado - Y muchas gracias, sería un honor se tu dama de honor- hago una broma que me sale pésima, nadie ríe. - Vale...- musito tratando de pasar el momento incómodo.
-- Okey... Trajimos tres vestidos que supuse que te gustarían y combinan con la dinámica de la boda. Serán flores moradas -
- ¡Yay! - suelta un gritito Samuel, nuevamente, muy gay. Lana tira una risa.
- La mayoría de las cosas serán blancas, tendrán pequeños detalles en rojo y pues traté de que el vestido combinara - elige una bolsa y saca el vestido de allí. Si caben en una bolsa simplemente, serán muy livianos y pequeños...
- Genial, combinaré con la iglesia - digo sarcásticamente pero otra vez, nadie ríe. Supongo que serán pequeñas bromas para mí.
El primer vestido es color crema, tiene un lazo morado en la cintura y me llega hasta un poco arriba de las rodillas. Paso de ese y Lana saca otro... Rojo. Es lo único que puedo decir... Rojo. Llega hasta el piso. Y el último es completamente morado de un tono muy claro. Lana chilla al sacar ese y dice que es su favorito aunque seré yo la que elija. Son todos bonitos, son muy delicados, livianos como pensé y de seda. Igualmente tendría que probarme los tres. Me llevo las bolsas a mi habitación y me pruebo el de color crema. Marca mucho mi cintura, demasiado. Salgo de la habitación encontrándome con las cuatro miradas en mí.
- Eres una princesita - comenta Lana con una sonrisa en el rostro.
- Bien - dice Willy levantando el pulgar hacia arriba. Asiento sabiendo que esto no le interesa, obviamente... ¿A qué chico le gustaría ver como su hermana se prueba vestidos y pide su opinión? Pues mi pregunta estaba por ser respondida. Samuel tiene un brillo en los ojos, me mira de pies a cabeza.
- ¡Es que mi novia es tan mona! - chilla casi igual que Lana, solo le falta hacer las mímicas de un conejito. Se acerca a mí y me coge de la cintura - Tal vez... muy apretado aquí-
- Muy corto - interrumpe Willy. Asiento y vuelvo a entrar en la habitación.
Al siguiente vestido, el rojo, todos hicieron mala cara arrugando su nariz y frunciendo el ceño. Yo pienso igual que ellos, parezco una torera sexy o algo de eso. Muy apretado, muy escotado, muy rojo. - No - niega Willy borde.
Y finalmente el último es el elegido. Todos tienen una sonrisa, hasta Willy que niega todo lo que me pongo. Samuel fue el que más se emocionó al verde toda de morado y corrió a verme más de cerca. Solo faltaba mi opinión y era muy obvio... el morado. Esto es aburrido, necesito tomar aire... Necesito ir a casa de... Ah no, ya no puedo ir a su casa. ¡Pero que leches! ¿Quién me lo prohíbe? ¿Él? ¿Quién es el para prohibirme pasar un buen rato? Voy a ir a su casa, aclarar el problema, aclarar las cosas entre nosotros. Pero antes debo terminar de ayudar a Lana a elegir el color de las servilletas. Nos encontrábamos en la cocina, con una libreta de colores claros observándolos fijamente ¿Pero a quién le importa tanto el color de las servilletas? Elige el blanco y ya está. Pero Lana se lo tomaba muy en serio.
-... Tienes que ayudarme a elegir el vestido también - termina lo que estaba diciendo. Yo solo asiento ya que no la estaba escuchando. - Lo siento, sé que esto debe ser una gran responsabilidad para ti pero aunque no lo recuerdes tú eres mi única mejor amiga y es especial que estés en este momento para mí - dice dejando la libreta de lado, marcó el color rojo ya que dijo que los pequeños detalles serían de ese color. - Lo siento - repite.
Ahora coge una revista donde hay manteles de todo tipo. Joder, ¿Qué tiene de importancia un maldito mantel?
- Esto es muy importante para ti ¿Verdad? - pregunto observando como frunce el ceño cuando ve un mantel que no le gusta. Ella levanta su mirada y se queda allí un segundo, pensando.
- Si - sonríe. - Sabes... Antes no me gustaban las bodas ni todo esto, pero amo tanto a Luzu que me dan ganas de hacer todas estas cosas con él. ¡Y no creas que a Luzu le gustaban los casamientos! - Tira una risa - No sé realmente por qué me lo propuso - niega con la cabeza seguidas veces todavía con esa sonrisa en el rostro.
- Luzana - recuerdo la palabra que aparecía en las redes sociales, típicamente en sus perfiles o en alguna foto - ¿Qué piensan tus subscriptores de esto? - ella tira una risa más fuerte, como si lo que hubiera ocurrido fuera lo más emocionante.
- ¡Petaron el Twitter! Así de simple - sonríe más abiertamente. ¿Cómo puede estar siempre tan feliz? Con tanta energía...
- Perdón - musito y me levanto de la mesa- vuelvo en un segundo -
Me da pena por ella, soy tan ignorante y es que realmente no me interesa. Estoy segura de que ella no esperaba esto de mí. Seguro habrá esperado que yo estuviera riendo, eligiendo los colores de las servilletas con entusiasmo, dando mi opinión sobre los manteles. Ella alquiló los tres vestidos para mí y comprará uno de ellos. Es su trabajo, pero se tomó la molestia de elegir el que creyó que me gustaba y que estaría de acuerdo a la dinámica. Y yo rechazándolo... como lo hicieron conmigo. Coño, tengo que arreglar ese tema... Tengo que ir a casa de Rubius ahora.
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Lana ha estado todo el día aquí, yo traté de poner mi mejor sonrisa y darle entusiasmo a los detalles que realmente me parecían absurdos. Finalmente fuimos a cenar con Willy, Samuel, Alex, Frank, Luzu y Lana. Como hoy era el último día antes de que se fueran a L.A estaríamos todos juntos. Yo les dije que durmieran un poco pero ellos lo negaron y dijeron que lo harían en el avión. Llegamos a un lugar muy elegante, para eso me hicieron vestir tan formal. En estos momentos los demás siempre eligen mi apariencia, como si no confiaran en mis gustos... pero tampoco es que sepa combinar bien la ropa.
Me senté junto a Samuel esperando la comida mientras él cogía mi mano y hablaba con Frank. Alex hacía bromas para que yo riera pero mi mente no estaba en ese lugar. Igualmente debía sonreír.
- ¿Recuerdan el viaje a Noruega? - pregunta Lana hacia los que realmente recuerdan. Yo tiro una risita y todos me miran.
- Es gracioso porque... - iba a decir que porque yo he perdido la memoria y ella me pregunta si recuerdo pero me trago el comentario tonto - Nada, olvidadlo -
- Vale... - retoma su conversación - Haremos nuestra luna de miel un tour por todos los países que queramos. Noruega ya hemos ido que queremos retomar la idea de viajar allí, luego cambiaremos de frío al calor de Hawái y para terminar pararemos en Latino América para conocer a nuestros subs -
- ¡Que guay! - Dice Alex terminando de masticar - Os felicito -
- Si, es genial. Me alegro por vosotros - Dice Willy.
Recuerdo que Rubén volverá a Noruega en unas semanas, se acaba el mes ya. No tengo apetito y me dedico a jugar con la comida mientras los demás hablan entre ellos. Pasan de mí... pero tampoco me molesta, mejor así. Samuel nota lo aburrida que estoy y pone su mano en mi espalda desnuda por el vestido. Hace frío y me dan esto, es flipante.
- ¿Estás bien? - pregunta sin que los demás escuchen. Yo asiento.
- Tengo un poco de frío -
Mi abrigo está en el respaldo de la silla y Samuel lo coge y lo deja en mis hombros, sonríe antes de volver a hablar con Frank que ríe como un loco. Finalmente volvemos caminando a casa, pasamos por la avenida principal, la que tiene muchísimos comercios, parques, y bares. Las luces de los autos y la zona iluminaban la noche. Samuel pasa su brazo por mis hombros mientras caminamos detrás de todos.
- Cuando esté en Los Ángeles promete que me llamarás o te mantendrás en contacto de cualquier cosa que te pase - dice mirándome desde arriba. Asiento. Él frunce el ceño - ¿Qué te pasa? Últimamente estás muy borde conmigo -
- Solo tengo un poco de sueño - respondo abrazándome a mí misma, sintiéndome incómoda.
- No, no ahora, últimamente -
- Lo siento - me disculpo y miro sus ojos. - Lo siento, yo... Estoy un poco confundida con todo, solo necesito tiempo -
- ____... Mañana me voy - suspira - Pero yo tengo todo el tiempo del mundo para ti, si quieres no voy a.
- Deja de decir eso - interrumpo observando como ríe Alex con Willy - Ya te dije que no quiero que te detengas por mí. Si quieres viajar hazlo, si quieres bailar hazlo, no quiero estorbarte -
- No me estorbas y lo sabes -
Esto se había convertido en una pequeña discusión y no me gustaba. Sobre que me sentía incómoda ahora estaba peor. Quería llegar a casa y encerrarme en mi habitación pero esta noche dormiría con Samuel. Estaba harta de sentirme así, como si no estuviera en mi cuerpo, como si flotara en otro mundo. Todo es tan serio, tan aburrido, hay tantos problemas que ya no lo aguanto. Tengo ganas de desaparecer, de llorar, de tirar cosas de golpear a alguien, de descargarme. Ya no quiero hablar y bajo mi mirada.
- No olvides que te amo - dice de repente Samuel besándome la coronilla y apretándome contra su cuerpo. - Te amo - repite ahora un poco más despacio.
- ¡Hey vosotros dos, par de tórtolos! - grita Frank haciéndome incorporarme y sonreír instintivamente.
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Ya eran las once de la noche y yo estaba dando vueltas en mi habitación sin poder dormir. Samuel grababa y dijo que también haría streaming, es decir que no podía estar en su habitación hasta las tres. Es decir que tengo tiempo de... ¡Iré ahora, qué leches! Salgo de mi habitación silenciosamente para que Mariel no despierte porque Willy también graba. Camino de puntitas por el pasillo hasta la escalera y bajo con cuidado de no tropezarme o hacerlas crujir. El último escalón y ya estoy en la sala de estar. Está todo oscuro, solo la luz tenue de la luna entra por las ventanas. Camino en dirección a la puerta, pero antes cojo mi abrigo que estaba en el sofá, como si estuviera todo calculado. Cuando doy una vuelta al sofá directo hacia la puerta recuerdo mi móvil, lo necesitaré por cualquier emergencia. Retrocedo la vuelta que di y cojo el móvil en la mesita ratona de la sala de estar. Nuevamente me dirijo hacia la puerta y meto la llave en la cerradura. Una vuelta, dos vueltas y ya estoy fuera. Quiero llegar rápido y entonces cojo la bici de Willy y me lanzo por las calles de la residencia luego de abrir la puerta de rejas. Las ruedas de la bici ruedan en el pavimento de la calle y el viento helado me golpea la cara. Las noches de Madrid en invierno son muy frías. Trato de prenderme los botones del saco que tomé en el sofá y que no era mío, era de Samuel. Sigo pedaleando fuerte, rápido, en diez minutos estoy allí. Necesitaré el móvil para llamarlo y que me habrá, no me puedo colar en su apartamento así por así. Paso la heladería que ya se encuentra cerrada, son las doce; espero que Rubius esté despierto o que se despierte para abrirme, o que me abra. Paso la fábrica, ya me encuentro más cerca, solo faltan tres cuadras y veré el edificio gris en una esquina. Pedaleo los últimos metros, me bajo de la bicicleta y la llevo conmigo hasta subirla a la vereda. Saco mi móvil y busco su nombre en mis contactos.
Rubius<3 Llamando. Después de tres tonos, responde.
- ¿_____? - pregunta con voz adormilada.
- Ábreme por favor - digo directa, sin saludar ni nada. El tartamudea algo pero lo corto - Es de mala educación dejar a las visitas fuera -
Él suspira, pienso que va a colgar y abrirme pero no.
- Te dije que te alejaras -
Mi pecho aprieta, pero lo aguanto. Hoy no voy a llorar, hoy voy a ser fuerte. Resolveré todo y saldré adelante con Rubius, él se la buscó por ser tan sincero conmigo.
- Pero yo estoy loca - respondo recordando su descripción sobre mí.
"Es una persona muy alocada y divertida" Lo recordaba tan bien, que río ante cualquier comentario y si me elogian me sonrojo a más no poder... Me conoce tan bien joder. Y yo sin conocerlo me encuentro a media noche, frente a su edificio pidiéndole que me abra. Es loco, pero así se supone que son las cosas conmigo, así se supone que era yo y así se supone que estoy siendo.
- Escúchame...
- No Rubius, escúchame tú a mí. Quiero que me enseñes a jugar a Mortal Kombat, quiero ganarte. También quiero que me enseñes a ser esa ______ de antes, tal vez así te caiga mejor y ya no me pidas que me aleje porque si es por eso te juro que...
- _____ - musita mi nombre, se escucha muy cerca del móvil.
- ¿Qué pasa? ¿Tienes la play preparada o qué? - pregunto rogando que la respuesta se a positiva - Lo necesito si quiero volver a ser youtuber -
- _____- repite, ahora con una risa entre medio - Corta la llamada por favor -
Abro los ojos sorprendida... ¿No me abrirá? Recorrí las calles oscuras de Madrid con -3 grados de frío a media noche y ¿No abrirá la puta puerta? Alejo el móvil de mi rostro, corto la llamada como él dijo y lo guardo en mi abrigo. Subo una pierna a la bicicleta pero el ruido de la reja del edificio se deja escuchar detrás de mí. Me doy vuelta para encontrarme con Rubius con un pantalón de chándal, una sudadera y una manta en la mano.
- ¿No te quedarás a congelarte allí fuera verdad? - extiende su brazo con la manta, entregándomela. Me retiro de la bicicleta y la cojo poniéndola sobre mis hombros. Mi nariz está helada y mis manos igual... La manta se ocupa de calentarme más que el abrigo, tiene olor a él.
- Gracias - digo dejando la bicicleta en el estacionamiento, dentro del edificio. - Por la manta y por dejarme pasar - agrego ahora caminando hacia el ascensor junto a Rubius.
- No te iba a dejar allí fuera ¿Estás loca? -
Me doy cuenta de que se mantiene dos pasos alejados de mí, manteniendo distancia, tratando de no tocarme. Llegamos al pasillo donde se encuentra su apartamento y entonces me detengo. Él se detiene delante de mí confundido.
- ¿No vas a...
- Solo quiero asegurarme - digo jugando con mis dedos - Quiero asegurarme de que no volverás a echarme -
Él baja la mirada, la vuelve a subir y tarda unos segundos en contestar. Solo quiero que esto salga lo mejor posible.
- No lo aré - responde finalmente, entonces entro en su apartamento.
Esta será una noche larga y necesito volver a las tres.
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Buenas noches-días, ¿Están disfrutando el capítulo? Yo se que si.
Si es así por favor ¡dejen en los comentarios sus opiniones y hagamos un debate! Para mí sería lo más lindo en la vida y si ustedes cumplen las amaré más que a nada <3
Pueden opinar sobre qué pasará, qué pasó, lo que no les gustó, lo que si. Lo que quieran.
Bais<3