(Advertencia: Tal vez después de este capítulo pierda lectores pero me arriesgaré.).
- S E H U N -
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Doce días. Doce infernales días y YiXing no se cansa de buscar a Luhan, no se cansa de enviarle flores y pararse frente a su puerta tratando de conseguir una cita cualquier día de la semana. No se rinde por más que le diga que Luhan es mío. Él me pertenece, ha sido así desde que tengo memoria. YiXing buscará su muerte si continúa con esto. Lo juro.
Luhan siempre le pide de forma amable o brusca que deje de buscarlo pero el chico no entiende. Si un día llega con flores y Luhan las arroja a la basura al día siguiente viene con una canasta llena de fruta y si Luhan las regala a los pobres de la calle al siguiente día YiXing se aparece con chocolates o cualquier porquería de regalo que Luhan no acepta, tira o regala.
A veces me gustaría sentir lastima por YiXing pero aunque trato de sentir nunca pasa. Tal vez es porque YiXing es demasiado persistente que me llena las venas de ira y en vez de sentir lastima me dan ganas de matarlo con mis propias manos. Pero le he prometido a Luhan no pelear nunca más, ni con YiXing ni con nadie, amo tanto a Luhan que tengo que hacerlo, cumpliré mi promesa sólo por él. Aunque tenga que reprimir mis ganas de irme encima de YiXing cada vez que lo escuchó tocar la puerta de Luhan y después murmurar; “Hola Luhan. Te traje…” alguna nueva porquería que es seguro no le servirá de nada a mi novio.
Luhan es perfecto. Luhan es más que perfecto. Luhan es mío. Luhan es hermoso.
Mi cabeza no deja de repetir esas palabras mientras veo a Luhan dormir sobre el sofá de su sala de estar, me inclinó sobre su rostro y le besó la mejilla derecha, lo veo removerse y sonreír dormido, vuelvo a besarle la mejilla y vuelve a sonreír aun con los ojos cerrados. Le quitó algunos mechones de pelo de la frente y me alejó, caminó hasta llegar a la cocina y entró, allí sobre la mesa encuentro una nota de letra pequeña y legible;
Cariño, te quedaste dormido mientras esperabas el almuerzo.
He dejado la comida lista. Saldré un par de horas; Tú tío me llamó.
Dejaré una llave con Sehunie, él irá a verte. Coman y pórtense bien. (;
Vuelvo a dejar la nota en la mesa, examinó la cocina y encuentro algunas cacerolas con comida. Hace un par de minutos que la tía Han fue a buscarme a mi casa para darme las llaves de la casa de Luhan, ella se veía un poco inquieta por dejar a Luhan dormido y solo. Apenas ella mencionó la palabra ‘solo’ tomé las llaves y salí de casa.
Me acercó a la estufa y husmeó que es lo que hay de comer; pollo con verduras. Sonrió porque justamente esa es una de las comidas preferidas de Luhan. Regresó a la sala, veo a Luhan dormir de nuevo, sonrió mientras lo hago y me pongo en cuclillas justo frente a su rostro dormido. Acercó mi rostro y depositó un beso en su frente. Algunas veces también creo que soy muy tierno cuando de amor se trata o más bien cuando de Luhan se trata. Si soy realmente limpio me gusta sólo sacar está faceta de mí cuando estoy junto a él. No podría ser así con nadie más que no sea Luhan. Ni con ZiTao ni con Minseok ni siquiera con KyungSoo o JongIn que son mis mejores amigos de infancia. Luhan es único y especial.
Recargó mi frente en su mejilla y cierro los ojos. Justo ahora lo único que quiero es sentir la caliente y suave piel de Luhan bajo la mía, escuchar su acompasada respiración y saber que ahora solo estamos él y yo. Sin nadie más. Sólo yo y sólo Luhan.
Si Kris estuviera aquí me diría lo torpemente enamorado que me veo. Tal vez comenzaría a reír sin parar y murmuraría ‘pasivo’ de forma maliciosa. Pero no me importa.
Siento a Luhan removerse y levantó el rostro, él me sonríe aun con los ojos entrecerrados, no le sonrió en vez de eso le doy un sutil beso en los labios y le tomó de la nuca con una mano. Luhan pasa sus brazos por mis hombros y de alguna forma comienza a intensificar el beso metiendo su lengua dentro de mi boca, jugando y haciendo lo que quiere dentro de mi cavidad bucal.
Tal vez debería pedirle que pare pero no quiero hacerlo. No hoy.
Me levantó del suelo sin ser capaz de separar nuestros labios, Luhan se cuelga a mi cintura como un koala y siento como sus labios forman una pequeña sonrisa, le tomó ahora por debajo de los muslos y él se aparta abruptamente, me mira confundido y en sus ojos descubro que espera algún otro movimiento de mi parte.
— ¿Qué haces? —Pregunta pasando una de sus manos por mi nuca, le dedico una sonrisa y comienzo a caminar con él envuelto en mi cintura, llegó a las escaleras y lo veo dudar de nuevo—. Enserio Sehun, qué haces.
—Nada —respondo y con algo de esfuerzo subo el primer escalón, subo el segundo y es así hasta que llegó al pasillo, del pasillo caminó hasta la habitación de Luhan y es en ese momento en el que Luhan desenreda sus piernas de mi cintura y se baja haciéndome parar en seco frente a la puerta.
—Esto es algo más que nada Sehun.
—Y qué es… —preguntó pasando la punta de mi nariz por su cuello, lo siento estremecerse ante el contacto e inútilmente trata de separarme poniendo las palmas de sus manos en mi pecho.
—Lo… sabes… muy bien.
Empujó su cuerpo contra la puerta y meto una de mis rodillas entre sus piernas, sus labios emiten un pequeño jadeo y empujó mi rodilla una vez más sintiendo el motivo de aquel delicioso sonido emanado por los bellos labios de Luhan.
—Tú también lo sabes —le digo depositando un beso en su mentón—. Podrás seguir queriendo empujarme pero sabes que lo quieres aún más que apartarme.
—Cállate —exclama con mejillas rojas. Adoro ese color en su blanca piel, realmente y algo que nunca diré abiertamente es que agradezco que Luhan me haya visto desnudo aquel día hace un tiempo porque después de eso suele sonrojarse más seguido y por pequeños roces.
—Entonces… ¿debería parar? —le digo mirándolo fijamente, pasando uno de mis brazos por detrás de su cintura, atrayendo su cuerpo al mío, pegando su ingle contra mi muslo.
—N-No…
Lo oigo jadear y después junta nuestros labios en un beso necesitado, lleno de respiraciones pesadas y lenguas presionadas entre sí. Sus delgados dedos se pasean por mi cabello jalando y enredando mechones.
Separo nuestros labios apenas unos centímetros y le quito la playera, haciendo que Luhan suba las manos, lo admiró apenas unos segundos y siento el instinto de posesión colarse en mis venas, como siempre lo hace cada vez que mis ojos miran el hermoso y perfecto rostro de Luhan. Tomó bruscamente ambas muñecas de Luhan y las sostengo por encima de su cabeza.
—Mío —digo recargando mi frente en la suya. Esperó a que sus labios digan aquella frase que tanto amo escuchar, aquella frase que no sólo amo sino que también espero poder escuchar por el resto de mi vida. Tengo que morderme la lengua cuando mis pensamientos absurdamente románticos tratan de emerger.
—Sólo tuyo… Hunie.
Y con esa sola y justa oración vuelvo a tomarlo entre mis brazos, apartó su cuerpo de la puerta y jaló la manija, nos meto a ambos en la habitación y cierro la puerta con mi pie, al llegar a la cama arrojó a Luhan sobre ella y lo veo retroceder hasta que su cabeza llega a la cabecera. Sonrió al verlo retroceder como gatito asustado. Trepó a la cama y gateó hasta estar entre las piernas de Luhan mis muslos exteriores rozando los interiores de él, mirándolo siempre como a una presa.
— ¿Asustado? —él mueve la cabeza de un lado y otro.
—No… sí seré el de arriba.
—No en esta vida.
Murmuró, tomó los pantalones de Luhan por los costados y los bajó en un movimiento casi rápido haciendo que le queden a medio muslo. Me sorprendo al ver la creciente erección de Luhan cubierta por la tela de sus bóxers. Luhan se cubre el rostro con las palmas de las manos y ahoga un chillido de vergüenza.
—N-No… no me mires.
—Ahora eres tímido —le digo incorporándome para poder quitarle bien el pantalón, lo arrojó al suelo y me quito la camiseta botándola por algún lugar de la habitación. Luhan no se descubre el rostro y aprovechó esa oportunidad para presionar mis palmas sobre su erección. Lo veo retorcerse y arquear la espalda por tal mínimo roce. Presionó una vez más y alejó mi mano sabiendo que así no debe ser la situación, sus labios dejan escapar un gruñido y aparta las manos de su rostro de forma lenta, me mira con los labios entreabiertos y la respiración irregular, con su pecho subiendo y bajando expectante, con ojos brillosos y cabello revuelto.
— ¿P-Por qué… paras? —me pregunta. Le dedicó una débil sonrisa y me inclinó sobre su rostro, sosteniéndome de su abdomen, acercó mis labios a los suyos y lo beso suavemente.
—Lo siento… —murmuró contra sus labios—. Hoy no pasará.
— ¿Q-Qué…? —responde dedicándome una mirada de indignación.
—Hoy sólo podré explorar como un niño pequeño, te diré todo lo que siento y bajaremos a comer.
—No entiendo, Sehun, maldita sea explícate bien —dice con frustración.
—Cuando nos conocimos tenía tres años —digo y le besó el cuello, abriendo los labios para lamer su suave piel—. Pero aún con tres años sabía que tú serías mío —arrastró mis labios hasta su pecho y le besó las clavículas—. Tomándote de la mano cada vez que alguien estaba cerca de ti, porque tú eras mío y nadie nunca iba a cambiar eso pero más bien era que tenía miedo que alguien cambiara eso —levantó el rostro y lo miró, Luhan tiene los ojos cerrados y sé que he hecho bien en detener el momento erótico. Luhan merece algo mejor que tener su primera vez en su habitación con el tiempo encima y las palabras borrosas—. En aquel entonces era un niño, no entendía del todo bien mis sentimientos por ti —desciendo mis labios hasta su ombligo, sus manos han ido a parar a mi cabello donde se sostienen con fuerza—. La verdad es que siempre creí normal lo que sentía por ti, siempre pensé que tener ganar de abrazarte mientras dormías junto a mí en las pillamadas hechas por mi madre era normal, siempre creí que tomar tu mano frente a todo el mundo era normal —besó su cadera izquierda y paso lentamente a la derecha, deslizando mis labios por la caliente piel—. Siempre pensé que el miedo que sentía de verte sonriendo a alguien más era normal —suspiró—. Pero nada era normal dentro de mi corazón. Mis sentimientos por ti nunca fueron normales, nunca se trataba de dos amigos pequeños o adolescentes. Sólo había un sentimiento extrañamente romántico rodeándonos.
— ¿Por qué me dices esto?
Murmura y soy capaz de sentir su voz quebrada y el tono bajo, sus manos suben hasta tapar su rostro de nuevo y suprimo las ganas de pedirle que me mire a la cara, que observe mis acciones y se dé cuenta de todo lo que realmente siento por él pero que por miedo a quedar en ridículo tengo que resumir a la absurda y poco detallada palabra ‘Mío’ que siempre usó.
—Porque nunca te lo he dicho.
—No lo hagas…
Me incorporó y le besó el interior de su muslo izquierdo.
—Recuerdas cuando tenías ocho años y te caíste por correr, yo con mis torpes movimientos corrí hacia ti y te ayude a levantar, en ese momento pensé que llorarías pero me sonreíste y tus labios murmuraron un débil “gracias”, —depositó otro beso y desciendo dejando besos hasta su rodilla—, en ese momento pensé que eras demasiado fuerte y me sentí molesto, sentí enojo porque tenía la pequeña ilusión de ayudarte si llorabas y consolarte como a ti siempre te tocaba hacer conmigo —alzo la cabeza y pasó al siguiente muslo—. Pero no dije nada porque era un deseo que me apenaba confesar —me detengo y le sostengo por las caderas, levanto su cuerpo con cuidado y le miró a los ojos cuando estamos frente a frente—. Y podría seguir diciendo lo que en este tiempo no dije, podría decirte que cuando no te vi por veinticinco días me sentí vacío, no quise salir con nadie y solo esperaba por ti, podría decir que cuando se trata de ti no soy lo suficientemente fuerte o valiente pero trató solo porque tengo miedo de que un día te hartes de cuidar siempre a un niño que nunca tiene la iniciativa, podría decir que me encantas aun cuando te volviste un chico grosero y malhablado, podría decir que odio no ser tan egoísta como para encerrarte en una habitación bajo llave. Y seguir, y seguir hasta que estés cansado de escuchar mis palabras.
—N-No podría hartarme de esto.
Murmura pasando de forma tímida sus brazos por mi cuello desnudo, sin mirarme directo a los ojos.
—Puede que sí… y para evitar eso sólo quiero decir lo que he sentido en mi corazón por tanto tiempo, lo que tal vez te asuste y te aleje de mi pero… por dios, sólo quiero decirlo porque lo siento de verdad —mi ritmo cardiaco se acelera, sé que sólo debería decir lo que quiero y ya, pero tengo miedo porque es una palabra que jamás he dicho, tengo miedo porque Luhan tampoco me lo ha dicho nunca, tengo miedo porque en los malos doramas de televisión esta palabra suele terminar una bonita relación. Levantó el rostro de Luhan con mis manos y lo obligo a mirarme—. Te amo.
Él me dedica una sonrisa brillante y sus ojos forman dos pequeñas medias lunas, me da un beso fugaz y vuelve a mirarme, lagrimas queriendo formarse en sus hermosos ojos color avellana.
—Te amo, Sehun.
Responde quitando cualquier peso que se haya instalado sobre mis hombros. Le aprieto contra mí y aunque sé que él está casi desnudo no evito estrujarlo fuerte y hundir mi nariz en su hombro. Sonriendo porque ahora sé que nuestro lazo se ha vuelto más fuerte, sin necesidad de haberlo reforzado con roces de piel, no, ahora las palabras y mis acciones le han demostrado a Luhan, o espero que lo hagan, que lo amo de verdad. Que aunque sea celoso y diría Kris; “Un posesivo de mierda”, lo amo.
—Vístete —le digo antes de separarme, lo veo fruncir el entrecejo pero asiente al verme bajar de la cama—. Calentaré la comida. Te espero abajo —digo buscando en el suelo mi camiseta.
—Tal vez tarde en bajar.
— ¿Por qué? —preguntó pasando mis brazos por el interior de la camiseta negra.
—Tomaré un baño. Gracias a ‘Señor Romántico’ ahora tengo un muy grave problema con mi cuerpo.
—Pero sabes que la espera siempre es recompensada y muy bien.
Le digo guiñándole un ojo a lo que él desvía la mirada y trata inútilmente de cubrir su cuerpo con sus brazos.
— ¡Vete ya a la cocina!
Responde avergonzado y sin mirarme. Dejó que mis labios emitan una leve carcajada antes de salir.
Al bajar las escaleras soy consciente de la enorme sonrisa que adorna mis labios y de la frustración sexual que siente mi cuerpo porque realmente quería hacerlo, el día de hoy de verdad quería hacerlo pero si recapitulo los hechos lo que pasaría hoy con Luhan sería algo más lleno de deseo y pasión, como un encuentro salvaje y no como me gustaría que fuera. Aunque admito que de esa forma hubiera sido tan excitante, ash, la culpa la tiene Tao por haberme metido ideas románticas hace algunos días mientras estábamos en el parque de diversiones.
—El romanticismo se ha perdido —había dicho Tao junto a un profundo suspiro, le miré mientras lamia mi helado y regresé mi vista al frente.
— ¿Por qué lo dices? —murmuré aunque realmente no me importaba saberlo.
—El idiota de Kris me dijo que le gusto justo frente a un camión de basura. No es como que esperara que me lo dijera en la playa junto al mar y las estrellas en el cielo porque sé cómo es él. Pero de mínimo se hubiera esperado a que el camión se fuera, ósea vamos, de mínimo.
—Creo que era de esperarse que Kris hiciera algo como eso.
—Sí, lo sé. Es un cabeza-hueca sin sentimientos.
—De igual forma lo rechazaste, Tao.
—Aun así…
Y después de eso a mi mente vinieron pensamientos sobre que en realidad jamás le había a Luhan lo que siento por él, normalmente el que dice palabras de cariño y me profesa lo que siente es él, yo pocas o nulas veces lo hago.
Sé que Luhan no espera que le diga lo que siento porque él ya lo sabe pero me conozco y sé que a veces soy inseguro si Luhan no me dice lo que siente por mí y es posible que él también tenga unas cuantas dudas si no le digo lo que siento.
Está situación es difícil y vergonzosa, la verdad.
Entró a la cocina y enciendo la estufa. Espero hasta que la comida está totalmente caliente para apagarle al fuego.
Sirvo algo de comida en dos platos y los pongo en la mesa de la cocina, me siento en una silla mientras espero a que Luhan baje y mientras lo hago me doy cuenta que mis hormonas adolescentes se han ido dejando paso a un ligero casi imperceptible cosquilleo en esa parte sur de mi cuerpo.
Luhan no baja hasta después de varios minutos. Trae puesta la misma ropa de hace un momento y el cabello mojado.
—Debiste ponerte una toalla en los hombros —le digo tratando de sonar severo—. Y te tardaste.
—De quien será la culpa.
Responde él en tono irónico y se sienta junto a mí en la mesa.
—Pase por una de las vergüenzas más horribles de mi vida sólo por ti —digo fingiendo estar herido y agacho la mirada hacia la mesa, veo por el rabillo del ojo a Luhan morderse el labio inferior y me contengo de reír.
—L-Lo siento… lo que dijiste fue muy lindo, e-enserio.
Levantó la mirada y acercó mi rostro hasta darle un beso fugaz. Luhan sonríe con mejillas sonrosadas y mi pecho da un vuelco.
—Deja de enamorarme —susurro.
— ¿Qué?
—Nada.
Digo en voz baja y comienzo a comer de mi sopa de pollo.
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Si llegaron aquí quiere decir que tal vez me odien y lo entiendo.
Gracias por leer y darse tiempo a comentar.
Nos leemos y suerte.
(: