Quisiera decirte y quisiera que supieras.
Pero decir y saber nunca han estado en la misma línea.
Además, está el quisiera.
Existen muchos quisiera.
Quisiera que me vieras así como te veo.
Y que me escucharas así como te escucho.
Quisiera abrazar y ser abrazada,
que con tu mirada despertara mi sol.
Quisiera volar y capturar amaneceres.
Enmarcarlos en mi techo, así tal vez te quedarías.
Quisiera ser menos egoísta,
menos floja,
menos ridícula,
tal vez menos tonta.
Tal vez menos yo.
Si fuera por mí, nadaba a lo profundo,
capturaba lo bello y lo oculto,
y lo ponía en tu pecera.
Así me verías, quizá me amarías.
Pero no sé nadar.
Quisiera decirte lo mucho que pienso.
Creo que has olvidado aquello que siento. Siento que te amo, pero...
ya no siento que me ames.
No te vayas.
No me dejes.
Prometo ser buena,
aunque me cueste.
Quisiera decirte todo lo futuro y todo lo anterior.
En poesías novatas gritarte mi amor.
Quisiera darte comida y helado.
Quisiera tenerte aquí a mi lado.
Quisiera.
Quisiera muchas cosas.
Que no te fueras, que no me dejaras sola.
Quisiera.