Capítulo dedicado a Hope_422 por el apoyo a la historia.
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No eres tú, sino yo.
No eres tú, sino yo.
No eres tú....
¿Por qué pasarnos la vida pidiendo perdón?
¿Por qué atacarnos sin razón?
Si en los caudales de tus ríos
Se confunden los míos.
No me digas que me vas a abandonar;
No me dejes al azar.
Acobíjame en los lazos de tus brazos.
Tu corazón tiene tantas penas
Como granos tiene la arena.
Eres un fruto, sin embargo,
Mucho más dulce que amargo.
Tenme paciencia si te hago enfurecer,
No me dejes caer.
Y ahora mi pecho late fuertemente;
Si pones la mano lo sientes.
Toda una vida errante y en un instante Tú...
La alarma anuncia que es un nuevo día.
Abro los ojos poco a poco para dejar que se adapten a luz que entra por las persianas de mi cuarto. Tomo el teléfono, apago la alarma y veo que tengo un nuevo mensaje de Andrea; llegó hace diez minutos.
Andrea B.
Miércoles, 28 de oct. 2020, 06:48 a.m.
Hola, chama. ¿Ya estás despierta?
Marisol R.
Miércoles, 28 de oct. 2020, 06:51 a.m.
Acabo de despertar. ¿Cómo estás? ¿Pudiste descansar después de lo de ayer?
Andrea B.
Miércoles, 28 de oct. 2020, 06:53 a.m.
Sí, algo. De eso quería hablarte, me voy a tomar lo que queda de semana. ¿Crees que puedas arreglarte estos días sin mí en la tienda? Lo de ayer fue bastante traumático, sabes que no me gusta estar en la calle cuando se va la luz, quedarme encerrada en un ascensor solo empeoró el asunto. Quiero quedarme en casa y descansar bien. Mi mamá va a estar conmigo.
Marisol R.
Miércoles, 28 de oct. 2020, 06:56 a.m.
Te entiendo. Yo estaría igual. No te preocupes, ahí veo como resuelvo en la floristería. ¿Quieres que pase en la tarde por allá?
Andrea B.
Miércoles 28 de oct. 2020, 06:57 a.m.
No, tranquila. Mamá va a estar conmigo :P. Eso sí, me cuentas TODO lo que pase en estos días.
Marisol R.
Miércoles 28 de oct. 2020, 06:58 a.m.
¿Todo? ¿Todo, todito, todo? ¿Hasta cuántas veces voy al baño?
Andrea B.
Miércoles 28 de oct. 2020, 06:59 a.m.
Sí, y también cuantos vasos de agua tomas antes de orinar. (>.<)
No, tonta, hablo de si llegas a saber algo más del chico olivo.
Marisol R.
Miércoles 28 de oct. 2020, 07:01 a.m.
Bueno, lo obvio: Manuel no es.
Andrea B.
Miércoles 28 de oct. 2020, 07:02 a.m.
…
Marisol R.
Miércoles 28 de oct. 2020, 07:02 a.m.
Andrea…
Andrea B.
Miércoles 28 de oct. 2020, 07:03 a.m.
Marisol…
Marisol R.
Miércoles 28 de oct. 2020, 07:04 a.m.
¡Qué bien! Te sabes mi nombre. Ahora, ¿me vas a contar?
Andrea B.
Miércoles 28 de oct. 2020, 07:06 a.m.
…
Marisol R.
Miércoles 28 de oct. 2020, 07:06 a.m.
Código Civil de La Amistad, Capítulo III, «De relaciones y amoríos», Artículo 8: "Es deber de la mejor amiga informar a su contraparte cualquier cambio referente al ámbito amoroso. La negativa al cumplimiento de este Artículo concede la autorización a la parte afectada para interrogar masivamente a quien es considerada su mejor amiga, hasta obtener respuesta".
Andrea B.
Miércoles 28 de oct. 2020, 07:08 a.m.
Jajjajajjaja. 1) Ese código penal no existe,2) ¿"Interrogar masivamente"? (0.0), y 3) Aún no me siento lista para hablar de eso. Ni yo misma sé lo que pasó. Entré al ascensor sin darme cuenta de que él estaba allí. Cuando todo se quedó a oscuras, comencé a gritar asustada, y él, de alguna manera, logró calmarme. No sé en qué momento terminé en sus brazos, y, la verdad, no estoy segura de querer averiguarlo. ¿Estás cien por ciento segura de que no es él el chico olivo?
Marisol R.
Miércoles 28 de oct. 2020, 07:10 a.m.
*Le da a su amiga una mirada de incredulidad (Y le lanza un cojín)*.
Obvio que no es él, Andrea.
Recibí un mensaje del chico olivo justo cuando ustedes estaban juntos, y por lo que vi, él te estaba prestando bastante atención. (*O*).
Y bueno, cuando quieras averiguar qué pasó y cómo es que terminaron los dos a punto de declararse amor eterno el uno al otro, estaré aquí para hablar, tu sabes que siempre, siempre, puedes contar conmigo. :D #BFF
Andrea B.
Miércoles 28 de oct. 2020, 07:12 a.m.
¿No me vas a dejar en paz, verdad?
Marisol R.
Miércoles 28 de oct. 2020, 07:12 a.m.
Claro que sí… cuando me cuentes :-)
Andrea B.
Miércoles 28 de oct. 2020, 07:13 a.m.
…
Marisol R.
Miércoles 28 de oct. 2020, 07:13 a.m.
Ya, ya… No te enojes. Estoy jugando. Sabes que no tienes que decirme algo si no quieres :-*
Andrea B.
Miércoles 28 de oct. 2020, 07:15 a.m.
Esa es la cosa. Sí quiero hablarlo, pero no quiero sobreanalizar todo. Y tampoco quiero saber qué piensa él… O tal vez, ¿sí?
Ay… No sé. ¿Ves porque tengo que
quedarme a invernar en mi cama?
Marisol R.
Miércoles 28 de oct. 2020, 07:17 a.m.
Sí, ya veo. El asunto es más grave de lo que pensaba.
Andrea B.
Miércoles 28 de oct. 2020, 07:18 a.m.
¿No estás enojada por eso? ¿Por lo que pasó? ¿Por que no sea él?
Marisol R.
Miércoles 28 de oct. 2020, 07:19 a.m.
Para ser sincera, me siento aliviada. Él es guapo, hasta la más ciega lo vería, pero no es mi tipo. Siento que es una persona muy complicada, de esas que funcionan mejor como amigo. ¿Tú cómo te sientes con lo que pasó?
Andrea B.
Miércoles 28 de oct. 2020, 07:21 a.m.
No sobreanalizar, Marisol, no sobreanalizar. Por lo menos hoy no. En unos diez años, lo haré. Por cierto, ¿no se te está haciendo tarde?
Marisol R.
Miércoles 28 de oct. 2020, 07:23 a.m.
Me encanta cuando cambias de tema y crees que no me doy cuenta.
PD: Sí, ya tengo que levantarme, mi mamá ya anda haciendo ruido en la cocina, si no la ayudo empezará a hacer bulla con la cacerola.
Andrea B.
Miércoles 28 de oct. 2020, 07:25 a.m.
Me encanta cuando finges no darte cuenta de mis cambios de tema. :-*
PD: ¡Apúrele, pues! Que se le hace tarde.
Gracias por entender. Te quiero :-*
Marisol R.
Miércoles 28 de oct. 2020, 07:26 a.m.
Yo también me quiero. ¿No es increíble? Algo más que tenemos en común xD
Andrea B.
Miércoles 28 de oct. 2020, 07:26 a.m.
Si eres tonta.
Marisol R.
Miércoles 28 de oct. 2020, 07:28 a.m.
Así me quieres, acabas de decirlo.
PD: también te quiero. Descansa hoy, come mucho helado, pero NADA de chocolate. Aún no termino de torturarte y no quiero que mueras antes de tiempo. Escríbeme si me necesitas, estaré pendiente.
Respondo con rapidez y comienzo a alistarme para ir a trabajar.
El frío decembrino ya puede sentirse en el ambiente, así que, después de una ducha rápida, desempolvo del armario mi gorro tejido favorito y me lo pongo.
Me doy una última ojeada en el espejo y me gusta lo que veo, tontamente me pregunto si al chico olivo también le gustará.
Traigo puesto un jean oscuro que se ajusta a mis caderas. El suéter blanco tejido me mantendrá abrigada todo el día, además, hace que resalte el collar en forma de girasol. Completo el look con una botas marrones de cuero, a la altura de las rodillas.
Mi maquillaje es bastante básico y al natural, un brillo en los labios, algo de rubor en las mejillas y máscara de pestañas.
Giro frente al espejo para asegurarme de que todo esté en su lugar, tomo mi celular y mi mochila y salgo con premura de mi habitación.
—…Sí, me encanta trabajar allí, Corina. Mi papá aún me fastidia con que debo estudiar, o por lo menos hacer algo más, pero ya tengo casi dos meses allí y no pienso renunciar. Ya he hecho todo lo que él quería, así que no le quedará de otra que hacerse a la idea de que esto es lo que yo quiero, y no voy a cambiar de decisión.
Una sonrisa brota naturalmente de mis labios al escuchar la voz de Marco, que se filtra a través del pasillo que da de la cocina a las habitaciones. Me pregunto qué hace en casa tan temprano.
—En esta vida los padres debemos entender una sola cosa —responde mi mamá. Aunque no la veo, puedo imaginarla con la espátula levantada, señalando a Marco—: los hijos no son nuestros, y sus vidas no nos pertenecen. Ustedes llegan a nosotros para que los cuidemos y los guiemos, pero, a fin de cuentas, son ustedes quienes deben decidir qué harán con sus vidas. Nosotros ya vivimos la nuestra y eso no va a cambiar por mucho que lo intentemos.
«Los hijos son prestados. Nos los ha dado Dios para cuidarlos como herencia».
Eso es algo que mi mamá dice siempre. Ojalá otros padres entendieran eso, ojalá entendieran que las relaciones entre padres e hijos se trata de fomentar una amistad y no una dictadura.
Avanzo hasta la cocina y me acerco a mi mamá para abrazarla por la espalda y darle los buenos días. El aire está impregnado del aroma a café recién colado, mantequilla derretida, arepitas calientes y huevos revueltos. Mi estómago gruñe al instante.
—Hasta que te despertaste, ¿no me ibas a ayudar? —interroga aún correspondiendo a mi abrazo.
—Sí, lo siento. Es que se me hizo tarde. Estaba hablando con Andrea. No va a trabajar el resto de la semana. ¿Papá ya se fue? —pregunto al notar su ausencia.
—Se fue con tu hermano hace rato. Julián tiene que entregar un trabajo en el liceo temprano y aún le faltaba imprimirlo. Creo que lo iba a hacer antes de entrar a clases. Tu almuerzo está casi listo. ¿Vas a llevar jugo o lo compras allá?
—Lo compro allá —Me acerco hasta su mejilla para darle un sonoro beso antes de continuar—: Gracias por todo, se ve muy rico.
—Claro, lo cociné yo —responde levantando un hombro.
Por lo visto, el sarcasmo y la humildad es algo hereditario en esta familia.
Aunque lo he ignorado, puedo sentir la mirada de Marco en mi espalda. Me separo de mi mamá y me acerco a él para saludarlo.
Abrazo a Marco y él me da un beso en la mejilla antes de ponerse a jugar con el pompón que adorna mi gorro.
—Buenos días —saluda—. Pensé que no me habías visto.
—Marco, te escuché llegar hacer rato. ¿Qué haces aquí? ¿No vas a trabajar?
Suelta mi gorro y levanta una ceja en mi dirección.
—¿Porqué? ¿Te molesto? Ayer no parecía molestarte mientras te morías del frío —Una sonrisa traviesa se dibuja en su rostro.
Ruedo mis ojos antes de responder:
—Sabes que no, nunca me molestas. Solo tengo curiosidad de saber que haces aquí a esta hora.
Saco de la encimera un par de platos llanos y un par de tazas para servir el desayuno. Marco me ayuda a llevarlo hasta el comedor y se sienta a mi lado.
—Sí, voy a trabajar —responde Marco—. Pero vine a entregarle una comida que le mandó mi abuela a tu mamá. Escuché que Andrea no va a trabajar, ¿nos vamos juntos tú y yo?
—Claro. Dime, ¿cómo te ha ido en el trabajo?
Agarro una cucharada pequeña de mantequilla y la coloco en el café. Me encanta inventar con las combinaciones del café. A veces lo hago con chocolate y canela, otras con vainilla, y, en ocasiones, solo con leche. Marco me mira extrañado, pero no dice nada al respecto; ya conoce mis gustos peculiares.
—Me encanta trabajar con el público. Siempre hay alguna historia divertida para salvar el día.
—¿En serio? A ver, cuéntame una.
Marco se lo piensa antes de responder y aprovecha para untarle mantequilla a su arepa.
—Bueno, hace una semana llegó al restaurante un señor como de sesenta años. Aunque, por lo general, los clientes se sientan afuera, en la feria, este señor insistió en sentarse adentro. Ninguno de los otros mesoneros quisieron atenderlo, yo no entendí por qué, pero no tardé en descubrirlo.
—¿Por qué? ¿Muy fastidioso? —pregunto antes de beber un sorbo de café.
«Mmm...».
Puedo sentir mi cuerpo calentarse por el líquido.
—Fastidioso es poco. Fatidiosísimo. Primero, me pidió que le dijera todo el menú porque no podía leer bien, aunque tenía sus lentes en el bolsillo de la camisa. Luego, cuando ya le había leído todo, me preguntó por cosas que obviamente no están en el menú de un restaurante de comida china. Después de dos minutos en completo silencio se decidió a ordenar.
Sonrío al imaginar la escena. Los viejitos pueden ser muy quisquillosos a veces.
Marco continúa:
—Cuando tenía apenas cinco minutos comiendo, me llamó para pedirme que bajara la temperatura del aire acondicionado porque estaba sintiendo mucho calor. Yo le dije que hablaría con el encargado u el señor se quedó tranquilo por un rato.
—¿Y eso fue todo?
Marco resopla.
—Ojalá. No, cinco minutos después se quejó porque ahora estaba haciendo mucho frío y eso le provocaba dolor en sus manos. Yo le dije que me encargaría. Pero no tardó en decirme que ahora el calor era insoportable.
—Tuviste que tener mucha paciencia, ¿no?
—La verdad, tuve que hacer un esfuerzo por no reírme cada vez que se quejaba de la temperatura —se burla Marco.
—¿Por qué?
—Porque en esa área del restaurante no tenemos aire acondicionado.
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Chico Olivo
Miércoles 28 de oct. 2020, 09:36 a.m.
Buenos días, princesa. Espero que tu día sea perfecto, tal como lo eres tú.
¿Te digo un secreto?
Sé que el amor no se debe basar solo en el exterior de una persona, que lo más importante es lo que está en nuestro interior, y sé que tú eres maravillosa en todo sentido, pero es imposible ignorar lo hermosa que te ves el día de hoy.
PD: Amo ese gorro.
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¡Capítulo sorpresa!
Gracias por siempre estar aquí, hace casi un año comencé esta loca historia sin tener idea de cuánto llegaría a amarla.
Gracias por su apoyo ❤️❤️
¿Opiniones 👀?
Nos vemos pronto 😘