Lily había salido hace dos semanas del hospital, pero aún le quedaba un par de días de reposo.
Con June nos turnábamos para estar con ella en su habitación y que no se aburriera de tener que estar en cama a diario. Lo cual era lo más aburrido que a alguien pudiera pasarle.
La novedad era que desde que Potter le salvó la vida a mi amiga, el rechazo y la "alergia" que Lily le tenía, desapareció... y a la vez James dejó de acosarla y calmó las revoluciones... lo de ellos va bien, hasta el punto de que un día cuando iba a dejarle el almuerzo a mi amiga, James ya le había llevado algo y almorzaban juntos. Se veían bastante bien, incluso ya les había inventado un nombre para referirme a ellos: "Jily", asi cada vez que alguien me preguntaba podía responder: "Jily está almorzando en la habitación, no creo que quieran molestarlos".
En fin, toda esta situación me estaba dejando bastante tiempo libre, ya que June y Remus estaban en su época del mes en la cual no había peleas y yo quedaba a la deriva.
Aveces caminaba con Paris, pero su media hermana, Antone, una chica de ojos claros como el mar caribeño y de tes morena, parecía tenerme en la lista negra sin razón aparente y lograba volver desagradable el ambiente con facilidad. Por lo cual, prefería excusarme rápidamente y alejarme a mi destino favorito: la biblioteca.
Lo que lograba de todas maneras era que avanzara bastante en mis ensayos, redacciones y lecturas. Ya llevaba leída casi una fila entera de un estante sobre transfiguración y metamorfomagos. Con los días ya podía cambiar la test de mi piel, el estilo de cabello y la forma de mi nariz, aunque mi favorito seguía siendo poder cambiar mi pelo de color a mi gusto. Mis preferidos eran naranja y azul.
Y ahora estaba como podrán adivinar, para variar, en la biblioteca, buscando constelaciones y estrellas para poder terminar una redacción de astronomía. Me encantan, pero son un poco complicadas. El libro que me había prestado Paris eran más las historias de cada estrella, constelación, cosmos, etc... así que me vi en la obligación de buscar otros libros en la biblioteca que no contaran tanto como Andromeda se enamoró de Alphard sino donde estaba ubicada ésta última.
- Esa estrella es Alphard - Sentí la voz de Sirius tras de mí y giré el rostro mirándolo sobre mi hombro. Estaba parado mirando atento a mi redacción. ¿Cuánto tiempo llevaba ahí? Se inclinó hacia mí, dejando su mejilla a escasos centímetros de la mía y comenzó a indicarme con un dedo sobre las constelaciones - Ésta es Arcturus, y esta Regulus... - Siguió narrando mientras yo me obligué a dejar de mirar sus ojos y miré finalmente el tablero. Digamos que me di cuenta que lo que decían las chicas sobre sus ojos no estaba tan errado ¿Como podían ser tan grises? - Éstas constelaciones son: Cygnus, Andrómeda y Cassiopeia - Lo miré de reojo y él sonrió ampliamente - Y esta es la mejor de todas: Sirio, o Sirius, la más brillante de todas- Su sonrisa se amplió aún más - Tu tarea está completa. -Me miró - por nada.
- Wow - Tomé la pluma y trate de recordar todo lo que me había dicho y escribirlo rápidamente -!¿Cómo...?
- En mi familia todos tenemos nombres de estrellas o constelaciones - Me explicó mientras retiraba la silla junto a mi y se sentaba a mi lado - Ésa está mal - Me corrigió una anotación - esa estrella es Bellatrix. Estoy segura de que el nombre que escribiste ahí lo inventaste.
- Gracias - La corregí y vi mi tarea completada más rápido de lo había calculado. Ahora tendría mas tarde libre que rellenar- ¿Y tú a que viniste a la biblioteca? ¿Te extraviaste? - Bromeé.
- Estaba tratando de despejarme y... te vi algo complicada con tu trabajo así que vine a ayudar.
Miré alrededor.
- ¿Y tus sombras? - Nada más raro que ver a un Merodeador solo. Incluso cuando estaban de ligue, los demas estaban cerca.
Por toda respuesta Sirius se encogió de hombros.
- ¿Estás bien? - Lo miré con atención, notando la ausencia de cierto...algo - Te ves... apagado.- No supe como definirlo.
- Estoy bien - Respondió fríamente desviando la mirada y me quedó claro que no quería hablar.
Me mordí un labio, aguatandome las ganas de seguirle preguntando y enrollé mi pergamino. Guardé mis cosas y me puse de pie.
- Pues... gracias por la ayuda - Cerré la tapa del libro y fui a dejarlo a un estante.
- Justo quería ese - Snape apareció de la nada y tomó el libro antes de que lo dejara en su lugar, arrebatándomelo con brusquedad - Lo necesito para la redacción.
- Todo tuyo - Le sonreí por pura cortesía y caminé unos pasos antes de que me sujetara bruscamente de un hombro para detenerme.
- ¿Cómo está ella?
- Si por ella, te refieres a Lily... Pues está mucho mejor – Me solté de él incómoda.
Jamás me agradó mucho Snape, y aunque fue muy buen amigo de Lily en un pasado, yo sentía un rechazo extraño hacia él... algo parecido a lo que me pasa con Peter Pettegrew.
- No he podido verla en persona. ¿Sigue con descanso?
Asentí.
-Le daré tus saludos, Snape - Fingí una sonrisa de amabilidad y volví a alejarme. Le había cortado la conversación bruscamente, pero en realidad no quería hablar con él.
- Lily debería buscarse otras amigas – Murmuró por lo bajo antes de que yo me alejara lo suficiente como para no oírlo.
Por eso no me agradaba, no podía decir las cosas de frente, siempre a balbuceos.
- ¿Disculpa? - Me giré enojada caminando hacia él. Íbamos a llenar esta tarde de soledad, discutiendo con Snape.
- ¿Qué? - me miró a la defensiva.
- Dime a la cara lo que dijiste - Lo enfrenté - Sinceramente, Severus, no sé como puedes preguntarte por qué Lily y tu ya no son amigos. Con tus actitudes y tu personalidad... tiendes a ser ofensivo y despreciable con cada uno de los que se acerca a ti ¡Y yo en lo personal jamás te he hecho nada! Tal vez tendrías más amigos si cambiaras de actitud.
- ¿Más amigos? - Rió falsamente - ¿Como ustedes? ¿Cómo Potter y Black? ¿Crees que no he notado como poco a poco se van acercando? Prefiero no tener amigos antes que a esos imbéciles. Desearía haber estado en el lugar del hermano de Black y haber sido yo quien casi le voló el brazo.
¿El hermano de Sirius? ¿Qué estaba hablando?
- Repite eso - Sentí la voz de Sirius y lo busqué con la mirada, estaba a dos pasos tras de mi - Repite eso, Quejicus y vamos a ver si vas a poder detener las babosas con sangre que saldrán de tu gigante nariz.
Sirius tenía los puños apretados y en uno de ellos llevaba la varita. Las venas de su muñeca se marcaba amenazadoramente.
- Black no... - Me acerqué a él y puse mi mano sobre su brazo - No necesitamos más castigos.
- Eso Black, hazle caso a la chica y vete a esconder - lo provocó Snape. Rata cobarde. Sin tus guardaespaldas no eres tan valiente.
Maldita serpiente.
- ¿Crees que soy un cobarde como tú, Quejicus?
Los demás alumnos que estaban en la biblioteca nos miraban. En cuanto se diera cuenta Madame Pince, estaríamos perdidos.
- Tú y todos tus amigos lo son, todos estúpidos imbéciles que saldrán expulsados de Hogwarts en cuanto yo descubra que hacen todos los meses al escaparse del castillo por la noche... se lo diré a Dumbledore, a todos los profesores y estarán perdidos. No podrán terminar este año aquí. Los desenmascararé antes que tarde.
¿De qué hablaba? Cada vez escupía más y más palabras sin sentido.
Miré a Sirius sin entender y éste avanzó hacia Snape, guardando la varita y cerrando el puño,
- ¡Sirius, no!
Me puse de frente a él para impedir que golpeara a Snape, pero no fui lo bastante rápida y el golpe me llegò a mí. Como yo era mucho más baja que Snape, en vez de la cara, me golpeó en la frente.
Tambaleé y me apoyé en un estante de libros, cayendo con todos al piso y formando un estruendo. La bibliotecaria no pasaría tal alboroto por alto.
Mareada pude ver como Sirius se arrodillaba junto a mí y me pedía disculpa cada un segundo.
- ¡Por las barbas de Merlín! ¿Qué está pasando aquí? - La voz de Madame Pince se escuchó como en alto parlante - ¿Qué significa esto, Black? ¡Le dije hace mucho que no quería verlo en mi biblioteca! ¡Ni a usted ni a ninguno de sus amigos!
- Madame Pince... - Comenzó a hablar Sirius.. -Yo...
- Fue mi culpa - Hablé, tratando de sentarme bien - Intenté de sacar un libro de muy arriba y... se me cayeron todos encima de la cabeza, sé que pude haber usado la varita pero... no lo pensé.
La bibliotecaria me miró con severidad. Claramente sin creerme media palabra pero seguramente ella también quería ahorrarse problemas.
- Señor Black - Habló duramente - Lleve a la señorita Sparks a la enfermería... mientras yo arreglo este desastre.
Sirius me miró incrédulo mientras me ayudò a ponerme de pié, y salimos caminando de la biblioteca.
- ¡Ah y Señor Black! – Alzó la voz cuando casi nos habíamos alejado suficiente – ¡ No olvide que no lo quiero ver por aquí!
Sirius alzó un pulgar en su dirección y luego seguimos caminando.
- Gracias... pero no debiste - Me habló luego de unos segundos, realmente sonaba muy arrepentido - Ayra, lo siento mucho yo... jamás pensé que te cruzarías así... cuando traté de frenar el golpe ya era tarde.
- Descuida - Le sonreí levemente mientras sentía un gran dolor en mi frente crecer más y más– Me ayudaste con Astronomía, estamos a mano.
- Realmente no puedes comparar las cosas, Sparks - Miró preocupado mi frente.
- Tal vez debí dejar que golpearas a Snape - Reí despacio - Se lo merecía.
- Pero tú tenías razón, ya no podemos meternos en más problemas... por lo menos públicos.
- Estoy pensando seriamente que si seguimos teniendo contacto muy directo con ustedes, merodeadores, vamos a terminar todos expulsados.
- Bueno querida Sparks... bienvenida al mundo de los merodeadores.
Le sonreí levemente mientras seguíamos caminando en silencio hasta que mi curiosidad me hizo hablar.
-¿Seguro que no quieres hablar lo que te sucede? - Lo miré de reojo y noté como su expresión cambió a más pensativo.
- Trato de quitarlo de mi cabeza lo más que puedo. Si lo hablo, lo tendré más presente.
- A veces conversar las cosas te alivia un poco, dicen - Llegamos a la puerta de la enfermería y nos detuvimos.
- Tal vez - Me examinó con la mirada - Pero tampoco tenemos tanta confianza ¿no?
Negué con la cabeza, dándole la razón.
-Entra pronto - me tomó de los hombros y me hizo entrar a la enfermería - Quiero saber si tengo que sentirme culpable por algo.
- Descuida. soy una chica fuerte - Le hice unguiño con un ojo y reí - Nos vemos, Black.
- Cuidate, Sparks. Y procura no cruzarte en más golpes.
- Gracias por el consejo, lo considerare.
Me sonrió y haciendo un gesto de paz con los dedos de su mano derecha, se alejó.