The Trip Of My Life /Tom Holl...

By Evaastem

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Judith Gil, una chica de 18 años con grandes planes para el futuro, en el que claramente, Tom Holland está. T... More

Capítulo 1
Prólogo
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16 (Part 1)
Capítulo 16 (Part 2) ¿Un sueño o una pesadilla?
Capítulo 17
Capítulo 18 La chica de pelo rosa...
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 41. Someone Like You.
Capítulo 42. Corro mientras gritan "corten".
Capítulo 43. Brayden, Brayden Jones.
Capítulo 44 .La publicación y las sábanas.
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Epílogo.

Capítulo 40

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By Evaastem

-No puedo creer que besaras a Tom Holland- dice Diana dando un pequeño sorbo a su copa -ni que te pidiera salir-  añade Clara, se llevaron al menos tres cuartos de horas gritando sobre eso, varios presenten nos dedicaban malas miradas, pero la alegría de mis amigas era demasiada grande para que se esfumara por cualquier tontería. No tengo conocimiento sobre la hora en este instante, pero calculo que al menos habrán pasado unas tres horas desde mi llegada a Santander. Abril nos llevó a su casa y me obligó a ponerme algo decente para una fiesta después de ducharme. Estoy cansada pero no pienso discutir con ellas nada más llegar. Bostezo por séptima vez en toda la noche. Nos encontramos en un local donde solía ir con mis amigas hace unos años, antes de comenzar a ahorrar, no podíamos entrar por nuestra edad, pero el hermano de Clara trabajaba allí, así que siempre nos colábamos gratis, desgraciadamente al hermano de Clara lo metieron en la cárcel por tráfico de drogas, pero fué antes de acabar bachillerato, por lo que ya no se siente tan mal, la familia de Clara no tenían ni idea de lo que Hugo, unos cuatro años mayor que nosotras, tramaba. Cuando entramos le duró unos segundos la tristeza, pero con unas cuantas de copas, se le pasó.

-Jud, haremos lo que sea, repito, lo que sea para que no sientas tristeza por no estar en Londres- yo le quito importancia con la mano -estoy contenta de estar aquí con vosotras, añoraba mi tierra, gracias- me sonríen y alzando sus copas, Rebeca, que apenas había mantenido conversación durante toda la noche, se levanta -por Judith y Tom, que sigan juntos a pesar de la distancia- yo río y con la boca gesticulo un "gracias" asiente y me sonríe triste, todas brindamos por las palabras de Rebeca y nos volvemos a sentar. Sé lo difícil que es esto para ella. Unos años atrás, con dieciséis, Rebeca se hizo novia de un chico llamado Samuel, un buen tipo, se llevaron meses de pareja, hasta que llegaron al año, pasaban tiempo juntos, pero no en exceso, no la habíamos visto tan feliz, hasta que Samuel anunció que su madre había conseguido trabajo y que de inmediato debían mudarse, Rebeca estaba triste, pero no pensaba que el nuevo hogar de su novio iba a ser tan lejos como en Japón, no podrían visitarse y ella estaba triste, estuvieron unos meses saliendo a distancia pero eso les hacía daño, así que tuvieron que romper, Rebeca no salió de su habitación durante semanas.

Mientras bebo, hablo, incluso canto y bailo con mis amigas, no puedo sacarme de la cabeza a Tom con la pancarta en la mano pidiéndome que fuera mi novio. Ahora solo quiero irme a casa y dormir, estoy agotada, pero pronto tengo que comenzar las clases en la universidad y ponerme al día de todo lo que me he estado perdiendo, soy capaz de sacarlo adelante, pero tengo demasiadas cosas en la cabeza como para empezar este lunes, pero no tengo más remedio. Estoy agobiada pensando y organizando mi futuro próximo cuando Diana me hace una pregunta que no deseaba -¿y tu primo?- miro al suelo y me trago las lágrimas -no vino, ha decidido quedarse en Londres y comenzar a trabajar en cualquier lugar- todas me miran atónitas, doy un gran trago a mi copa e intento pensar en otra cosa, pero no me ayudan mucho -¿qué, por qué?- me preguntan Diana y Rebeca al mismo tiempo, veo que aún mi amiga está colada por Gabriel. -Porque es un imbécil, no quiero hablar por ahora del tema- de reojo veo como Abril me mira preocupada -puedes hablar con nosotras, y lo sabes ¿verdad?- asiento. Sin poder resistirlo más, estallo a lágrimas y corriendo se acercan a mí, me abrazan y me consuelan "obligándome" a contarles todo, cuando lo hago, Diana parece decepcionada, y el resto están furiosas -¡tu primo es un imbécil!- me anima Clara -¡¿cómo puede hacerte esto, además de abandonarte los otros días?!- Abril tiene un temperamento poco controlado, pero intenta calmarse por mí, Rebe solo refunfuña jugando con sus zapatos, pensando en una venganza, Diana parece querer decir algo, abre la boca pero la cierra, prefiriendo permanecer en silencio. 

-Creo que es hora de ir a casa- dice Clara salvándome la vida, el resto asiente y como tan rápido llegamos, volvemos a casa, Abril, que conduce, me deja justo enfrente de la puerta de mi casa, con dos besos me despido de ella y entro en ella con mucho cuidado, estoy segura que mi tío debe estar en el sexto sueño. Milagrosamente entro en casa sin hacer ruido y cierro la puerta, me asomo a ver la habitación de mi tío y veo que efectivamente está dormido, voy a mi cuarto y cuando cierro la puerta y enciendo la luz, se me escapan unas lágrimas, llevaba semanas sin estar en casa, en otro país. Después de coger un pijama del armario, deshago la cama y me acuesto en ella acompañada de la música que reproduce mi móvil, me pongo los cascos, apago la luz, y lista para llorar hasta quedarme dormida, ya echo mucho de menos a los chicos y no ha pasado ni un día entero desde que no estoy allí. Cierro mis ojos esperando reconciliar el sueño.

De nuevo mis ganas de ir al servicio hacen que pierda el sueño, cuando me siento en el inodoro maldigo mentalmente, ha llegado Andrés -el periodo- gracias a dios que ha sido cuando he llegado. Miro la hora cuando vuelvo a ir a acostarme, son las seis de la mañana, definitivamente es sábado, debo aprovechar el tiempo para ponerme al día con los estudios, anoche, antes de acostarme estuve pensando y he decidido que cuanto antes empiece, mejor, hoy pediré a mis compañeros si me pueden mandar los apuntes, y que ha cambio les haré a cada uno una "chuleta" como comodín para aquel examen al que teman, así funcionan las cosas. Hacer "chuleta" en secundaria y bachillerato es aparentemente sencillo, pero la cosa cambia definitivamente en la universidad, donde los profesores te observan como halcones, y con cualquier sospecha, estás fuera. Nunca he necesitado hacer chuleta en la universidad, ya sea porque no me atrevo o porque apenas he tenido oportunidades. En secundaria si usé alguna que otra, pero era cuestión de vida o muerte. Vuelvo a acostarme, cierro los ojos y en menos de dos minutos creo dormirme.

-Venga cielo, tienes que comer algo- estamos mi tío y yo sentados como de costumbre en el comedor, es la hora del desayuno, pero mi estómago no quiere ceder -lo siento, no puedo más- como una niña pequeña, deslizo el plato con tortitas sobre la mesa, hacia el lado opuesto a mí      -me preocupas, apenas hablas- es cierto, desde que me levantó, solo lo abracé y le di los buenos días, llevaba tiempo sin verlo, él estaba muy entusiasmado de verme, y aunque yo también, no lo demostraba -perdona, es que... todo esto, estoy nerviosa- tengo miedo de cometer un error y mandar todas las oportunidades al "garete" que no me sirva el esfuerzo tan grande que estoy a punto de hacer, me cuesta concentrarme si no estoy junto a Tom, pero si estoy junto a él lo más probable es que me distrajera igual. Debo hacer caso a lo que Merida me dijo, no puedo dejar que ningún hombre dañe mi futuro. Resoplo -nunca pensé que iba a ser tan difícil mi vuelta, tengo que estudiar mucho y... quiero estar con los chicos- varias lágrimas caen sobre mi pantalón, mi tío trata de limpiarlas pero no paran de salir, hasta que no lo soporto más y me levanto, le pido disculpas a mi tío por mi comportamiento y me dirigo a mi habitación, cerrando la puerta detrás de mí. 

Lloro sin poder parar y sin pensarlo, cojo mi teléfono, marco el número y a los pocos segundos contestan -I miss you baby- lo digo como puedo, estoy tan sofocada que las palabras salen con dificultad y sin mucho volumen, escucho como suspira, quizás estaba dormido, o estaba ocupado, quizás piensa que soy una pesada, pero me siento muy vacía, demasiado, cuando los conocí y estuve con ellos esos días, es como si el hueco que faltaba por rellenar, estuviera a rebosar, y ahora que no, vuelvo a sentirme vacía, los necesito -yo también baby, estoy con los chicos y ni tan siquiera hablamos, Paddy se ha ido a llorar hace un rato, ahora me he alejado un poco, ¿cómo estás?- respiro hondo para poder hablarle -mal, físicamente bien, he llegado bien y tal, pero joder- vuelvo a llorar sin control- os echo mucho de menos- no quiero que me escuche más llorar, así que le cuelgo, tiro el móvil al suelo y por suerte no se rompe, admito que soy muy dramática, pero eso Tom no tiene porqué saberlo. Vuelve a llamarme y pienso si contestar, pero cuando estoy a punto de cogerlo, cuelga. No creo que pueda soportar una relación a distancia. Acerco mi almohada gigante y la abrazo imaginando que es Tom, como tantas y tantas veces he hecho, le doy un leve beso y hundo la cara en ella, aspirando el olor a lavanda. Cuando recuerdo que tengo una maleta que ordenar, me levanto de golpe, provocando un pequeño mareo, no tengo tiempo para dramas, debo hacer muchas cosas antes del lunes. Cambiando el chip, pongo música y la conecto al altavoz, es hora de organizar la maleta, no pongo música que escucho habitualmente porque es la que escuchaba en esos viajes con los chicos, pongo Aitana, no me gusta mucho pero es mi única opción.

Gabriel---

Sentado nuevamente en el sofá, reviso por décima vez mis mensajes, no tengo ni uno de mi prima avisándome de su llegada, me tiene preocupado. Seguro que estará ya de vuelta, de todas formas le mando un mensaje a mi tío para asegurarme, está en línea y cuando ve el mensaje, me contesta con un simple "sí" no hacen falta pruebas para saber que Judith ha contado toda la historia.  Está enfadado y tienen parte de razón de estarlo, me he comportado algo mal, pero no era mi intención, a veces siento que solo me usa, es decir, las veces que hemos salido solo hablaba de Tom, solo le interesaba él. Entiendo que hable de Tom porque lo adora, pero me sentía excluido cuando ni tan siquiera me invitaban a sus planes, salvo una vez, pero coincidía que no podía, a partir de ahí, ni una sola vez, se pasaba el poco tiempo que coincidíamos, en las nubes, pensando nuevamente en él, y yo ya estaba acostumbrado desde antes de ir aquí, pero ya era demasiado. Salía yo solo y me iba haciendo amigos, los cuales Jud piensan que me han influído en algo, pero no es así, he decidido quedarme en Londres para empezar de cero, sin estúpidos padres, sin primas y tíos que solo piensan en ellos... solo yo, quiero empezar una nueva vida, y no pienso cambiar mis planes. Quiero a mi familia, pero siento que no los necesito, puede sonar triste, pero es la cruda realidad. Me levanto del sofá, dispuesto a ir a hablar con Jack sobre los trabajos, es un tipo algo extraño, pero no para mal, se pasa casi todo el tiempo trabajando sin cesar, y admiro eso. Su familia es exáctamente igual, por lo que tienen varios trabajos, hoy Jack me va a aconsejar qué elegir y estoy nervioso, pero confío plenamente en mí, aún tengo suficiente dinero como para estar tranquilo, pero ese dinero se acabará, y tengo que buscar remedios para cuando eso ocurra. Su familia es trabajadora, así que me van a ofrecer varios puestos de trabajos que no necesitan currículum ya que Jack me conoce.

-Vamos, no tengo todo el día- me aligera Jack, acompañado de su hermana menor Leonor, no he tenido apenas ocasión de hablar con ella, por lo mismo que con Jack, mis otros amigos ya me alertaron sobre esto, igualmente ambos son buenos chicos -gracias de nuevo por ofrecerme trabajo- estoy sentado justo detrás de la hermana que va de copiloto -no las dés, caerás bien, créeme- en primer lugar me va a llevar a la panadería de su tío Sebastián, que es reconocida por su canturreo a la hora de hacer pan, según Leonor me cuenta durante el trayecto, estuvo apuntado a clases de canto durante cinco años, pero debía trabajar por el bien de su familia, así que todos los días alegra a sus clientes con sus famosas canciones sobre el pan. Jack aparca y nos bajamos del coche, es una panadería no muy grande, es acogedora y bonita, cuando entramos, saludamos a Sebastián, que está ocupado atendiendo a un par de clientes, una vez que se van, se acerca a nosotros -Queridísimo, ¿tu eres del que me habló mi sobrino favorito?- asiento tímidamente, siento lástima por Leonor -muy bien, te iré explicando como funciona todo esto, queridísimo- el panadero me mostró todo lo que había en esa tienda y me contó todo acerca del dinero. Está bien para sacarme de deudas, pero no me fascina pasarme el resto de mi vida haciendo pan. Salimos de allí hasta el próximo local -es buena persona, tiene algunas costumbres extrañas como decir "queridísimo" todo el tiempo pero hace bien su trabajo- no le falta razón, pero por ahora es un no.

-La próxima parada será una tienda de ropa, quizás no te caiga muy bien el encargado, pero ganarías un precio razonable- me preocupa -quien lleva el negocio es nuestro tío abuelo Adam, es serio e hipócrita, pero como mi hermana ha dicho, te llevas una buena cantidad-. Me presento ante el señor que lleva todo aquello y apruebo la observación de los hermanos, no me agrada mucho el ambiente de trabajo, por lo tanto, de nuevo es un no. Agradezco la ayuda de Leonor y Jack, pero no me está sirviendo mucho. Después de eso, me llevaron a otros cinco negocios, pero cuatro de ellos se llevaron otro no bastante grande, hay una posibilidad en uno de ellos, es el negocio de su madre, es un restaurante en el centro de Londres, el sueldo es justo y el ambiente de trabajo no está nada mal, pero son demasiadas horas de trabajos, Susan me ha propuesto empezar una prueba como camarero este lunes, y he aceptado. Le doy las gracias a los hermanos y me vuelvo a casa, ya son las seis de la tarde y toca salir como prometí a mis amigos.

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