No se que hora es y tampoco me importa mucho. Me acabo de confesar a mi mejor amigo, le acabo de decir lo enamorada que estoy de él, y aunque él no ha dicho nada, me ha dejado muy en claro sus sentimientos por mí. Supongo que un poco de romance no está mal entre nosotros.
— Así que estás loca por mí ¿eh? — rompe el silencio, con ese tono engreído y coqueto tan característico de él. Es tan molesto que sea tan seductor y presumido, en el buen sentido. Me gusta su lado juguetón.
— ¿Quién fue el primero que se confesó? — le saco la lengua, aunque todo esté oscuro y probablemente no lo note.
— No es mi culpa que me vuelvas loco también.
Cada vez que me dice algo así siento que se me va el aire por unos segundos.
No tendría problema con escucharlo decirme esas cosas todo el tiempo.
Siento un beso en mi mejilla de repente y no puedo evitar sonreír ante la forma tan delicada e inocente que posa sus labios sobre mi piel. Siempre es así de tierno y ni siquiera tiene que intentarlo. Joshua hace que mi corazón se acelere con actos tan dulces y aunque para muchos parecerían simples, para mí son pequeños tesoros que siempre guardo en mi mente.
Cuando empezó esta noche tenía la esperanza de que las cosas salieran de esta forma entre nosotros, aunque una parte de mí estaba celosa y molesta al pensar en él gustando de otra persona, tenía toda la valentía para hablarle y decirle lo que tenía muy guardado en mi corazón. Luego las cosas se salieron un poco de control y no me animé a hacerlo, pero saber que él se había fijado en mí, cuando yo creía que no, hizo que mi corazón brincara emocionado.
Estoy tan loca y perdidamente enamorada de este chico.
— ¿Sabes? Es gracioso que pensaras que entre Jo y yo había algo. — suelta una ligera carcajada.
— No te burles. — hago un mohín con mis labios.
— Deja que le cuente, va a morir de risa.
— Ni se te ocurra. — amenazo, golpeándole el brazo.
¡Que vergüenza sería!
Estuve tan celosa de esa chica que ahora que lo pienso no quiero ni recordar eso. Dejé que mis inseguridades tomaran el control de mí y empecé a sentirme inferior. No la conozco bien pero quiero darme la oportunidad de hacerlo. Joshua le tiene mucho cariño por lo que no dudo que sea alguien excepcional, aunque nos haya escuchado teniendo sexo.
Dios, no puedo creer que nos escucharon en pleno acto. Nunca voy a superarlo.
Bien que decías que te excitaba eso.
Si, después de la calentura viene la vergüenza.
Quiero preguntarle a Joshua en que situación quedamos nosotros ahora, pero no quiero apresurar las cosas. Siento que es mejor dejar que todo fluya, ya luego hablaremos de lo que somos.
Joshua, mi novio.
Me gusta como suena eso.
Espero poder decirlo pronto.
— Es tarde, princesa. — me dice Joshua, ayudándome a bajar. — Deberías seguir durmiendo.
No se si lo he dicho mucho pero me encanta cuando me dice princesa.
Es tan lindo.
— ¿Vendrás a dormir conmigo? — pregunto coqueta.
— Lo haría si una pelirroja no estuviera babeando tus almohadas.
Por poco me olvido que Nat estaba durmiendo conmigo.
No quiero parecer una sucia pero esperaba dormir con él esta noche y terminar lo que ya habíamos empezado, si me entienden. Me quedé un poco caliente luego de todo lo que hicimos, no me culpen a mí, son las hormonas. Más bien la culpa es de Joshua que las enloquece. Es que, ¿Cómo tener un chico como él y no querer que te bese de la cabeza a los pies? Es un pecado no probar de semejante manjar cada vez que lo ves y yo soy toda una santa.
— ¿Vas a estar aquí cuando despierte?
— No lo dudes. — me da un beso inocente en los labios.
¿Y si le digo que vayamos al baño?
A dormir, Rosie.
Eso me pasa por leer libros donde se comen hasta el alma.
Subimos las escaleras cuidando de no hacer mucho ruido.
No he dejado de pensar en que hubiese pasado si mi madre nos encontraba en lugar de Jo. Las mil charlas que hubiese tenido que escuchar todos los días. Lo típico de ellas, queriendo saber absolutamente todo y preguntando si estás usando protección porque no quieren ser abuelas aún. Me hubiese tenido que ir de la casa, de la ciudad, más bien del país, por la vergüenza que sentiría.
Llegamos a la puerta de mi habitación, Joshua de pie frente a mí. Parecemos dos chiquillos nerviosos que no sabemos ni como dar un simple beso. Pero lo disfruto, él es tan adorable en momentos. Y en otros tan caliente y dominante. Concéntrate.
— Buenas noches. — le digo.
Muerdo mi labio, queriendo besarlo.
Y así lo hace él.
Amo esos besos, no puedo negarlo.
— Buenas noches, florecita. — da un beso en mi frente y empieza a ir a la sala.
Suspiro.
¡Pero que noche!
{ ... }
Despierto al sentir unos besos ser repartidos por todo mi rostro.
¿Acaso Nat me está besando?
Es lo primero que pienso, pero unas imágenes de todo lo que sucedió anoche pasan por mi cabeza y de inmediato abro mis ojos. Y lo veo ahí, su negro cabello ligeramente despeinado, sus ojos viéndome como si fuera la octava maravilla del mundo y sus labios curvados en una hermosa sonrisa. Que lindo ser despertada de esta forma, aunque imagino las caras que tuvo que ver mientras yo dormía. Seguro estaba con la boca abierta babeándome encima.
— Buenos días, florecita.
— Yoshi.
¿Se imaginan lo lindo que debe ser despertar todos los días con la persona que te gusta? Y más si te despiertan tan dulcemente. Uno de los grandes placeres de la vida.
— ¿Dónde está Nat? — pregunto después de haber mirado a cada lado y no ver a nadie acostada a mi lado, o prácticamente sobre mí.
— Todos están abajo viendo una película. — me siento en la cama y él hace lo mismo. — Son casi las once.
Si que desperté tarde hoy.
Me debato entre si darle un beso en los labios o primero irme a lavar los dientes.
— Nat me comentó lo que quieres hacer para tu cumpleaños.
Estamos frente a frente, por un momento sus ojos bajan hacía mis pechos pero sube la mirada enseguida. Claro que me di cuenta, guapo.
— ¿Vas a venir con nosotros?
— No me lo perdería. — me mira fijamente.
Estamos tan cerca que se que nos vamos a dar un beso por la forma en que empieza a inclinar su cabeza.
— Arriba, tortolitos. — abre la puerta gritando mi molesta mejor amiga interrumpe besos. — Tu madre que bajen a desayunar.
Joshua se levanta, guiñándome un ojo y diciendo un te espero abajo.
Nat me da una mirada cómplice, cargada de curiosidad y se lo que está pensando. Quiere que le de todos y cada uno de los detalles de anoche. De sólo pensarlo me da un poco de calor y emoción.
¡Qué no pasó!
Iba a actualizar hasta mañana pero me mandan mensajes muuuy lindos y me alegro. LOS QUIERO ❤️
nos vemos por insta <3