Oh no, Yoshua.

By valimeye

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Él estaba desanimado porque no lograba encontrar a una buena chica. Ella estaba ocupada y cómoda con su vida... More

Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23
Capítulo 24.
Aviso.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Capítulo 46.
Capítulo 47.
Capítulo 48.
Capítulo 49.
Capítulo 50.
Capítulo 51.
Capítulo 52.
Epílogo.
Capítulo Extra.

Capítulo 32.

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By valimeye


Yoshua.

El ambiente se sentía demasiado tenso y apresurado porque hoy finalmente era la boda de Belinda y Jed. 

Los cuatro nos apresuramos a desayunar rápido con él mientras la gente lo bombardeaba de preguntas acerca del día de hoy y el chico se ponía bastante nervioso porque no tenía idea de qué decir. 

Le faltaba Belinda para calmarlo. 

Todas las preguntas eran tan absurdas porque se le acercaban a preguntarle como a qué hora sería bueno llegar a la capilla para no perderse ningún detalle importante de la boda y si habría buen estacionamiento o algo por el estilo. 

Hasta yo me ponía nervioso y no era el novio. 

Sin embargo, no habíamos visto a Belinda ni a las chicas en toda la mañana y le repetimos varias veces a Jed que no se había escapado y que estaría presente en el altar.

Esto era más complicado de lo que pensé y ya no me daban tantas ganas de casarme. 

Hasta Alex estaba algo sorprendido e incómodo.

-Para allá vas, cabrón.- le dijo Kyle mientras se reía con su típica actitud de no importarle nada y el rubio lo miró mal. 

Jed ya se había ido con su madre a revisar que los últimos detalles de la boda estuvieran en orden para después subirse a arreglar con su traje y todo.

Nosotros estábamos perdiendo el tiempo en las tiendas del hotel y teníamos que subir pronto a hacer lo mismo. 

-No me voy a casar en Las Vegas. Será diferente.- respondió negando con la cabeza y siguieron en su propia conversación mientras yo volteaba disimuladamente a todos lados por si aparecía Nadia o alguna de sus hermanas. 

Pero no estaban por ninguna parte. 

La había cagado enorme y no me sentía muy bien por eso. 

Me iba a disculpar con ella. 

Pero no me iba a disculpar por mi comentario porque estaba claro que jamás podríamos tener algo.

Simplemente no. 

Solo que no fue la forma correcta para decirlo. 

-¿Y tú qué? ¿Ya la cagaste?-me preguntó Alex al verme tan callado mientras veía algunas camisas de la tienda en la que estábamos. 

Se me puso la piel de gallina y solté un suspiro para no comenzar una pelea verbal con él.

-Piensa lo que quieras.- le respondí rodando los ojos porque no estaba dispuesto a contarles lo que pasó.

Ya sabía que era un idiota y no necesitaba que me lo recordaran.

Los tres se miraron al mismo tiempo y decidieron quedarse callados para mi buena suerte, pero Kyle se rió como siempre.

-No puedo esperar por ver el espectáculo que vas a hacer por esa chica hoy.- habló detrás de mí y yo me reí.

Maldito cabrón. 

-Así como tú lo hiciste al aparecer en la corte de sentencia del hermano de Alisson cuando la destrozaste por completo.- le recordé de mala gana, pero no pareció afectarlo.

Al menos él sí fue valiente al final y luchó por lo que quería. 

-¿Entonces sí lo hiciste?-preguntó en conclusión a mis palabras y yo no le respondí nada. 

-Es tu última oportunidad de hacer las cosas bien, Yoshua. De verdad, no lo arruines y arregla todo con Nadia. Todavía puedes hacer de este viaje algo memorable.- me recomendó André al soltar un suspiro porque estaba preocupado por mí y yo negué de nuevo. 

-Agradezco la preocupación, pero no hay nada que arreglar. Nadia y yo estamos bien.- mentí con toda la seguridad del mundo, justo como ellos aseguraban tener las cosas bajo control cuando yo les preguntaba qué pasaba hace unos años y mentían hasta que no podían más. 

Estaba asustado, pero trataba de pensar que era lo correcto. 

Era lo correcto para ambos. 

Sí. 

-Y yo que creía que serías más listo.- me reprochó Alex al negar con la cabeza y André habló antes de que yo le contestara.

-Yoshua ya es mayor y sabe lo que hace. Él estuvo para nosotros cada vez que la cagamos mientras nos advertía que no era lo correcto, y si no aprendió nada de eso, entonces simplemente tenemos que acompañarlo y dejarlo cometer errores.- habló como si yo no estuviese ahí presente y eso me puso más nervioso que nada.

Kyle rió.

-Parece que tenemos una maldición y siempre tenemos que cagarla para poder encontrar el amor.- comentó de manera divertida, a lo que ellos soltaron una carcajada y yo me quedé callado.- Nos gusta sufrir cuando las cosas podrían ser más fáciles, eso sí. 

-Yo sólo estoy esperando a ver quién de los cuatro se va a llevar el premio de la peor cagada.-le respondió Alex mientras se reía y yo me alejaba para ya no escucharlos más- 

Al cabo de un rato, nos vimos obligados a subir hacia el cuarto que estaba destinado a nosotros cuatro para cambiarnos, teníamos dos horas e hicimos todo un desmadre al tener botellas de champagne en todas partes junto con una televisión enorme en la que pusimos música al azar sin dejar de bailar, cantar y divertirnos un rato. 

-Parecemos pingüinos.- se quejó Kyle mientras se acomodaba la corbata y Alex trataba desesperadamente de ponérsela, hasta que André se rió por sus fallidos intentos y se la colocaba con cuidado.

-Que no se te olvide que está comprometido.- le dije en broma al ver la escena y Alex me sacó el dedo de en medio mientras se reían. 

Yo había permanecido más callado de lo habitual mientras pensaba bien las cosas y en cómo se supone que voy a actuar hoy con la rubia en un vestido que probablemente me volverá loco.

Bueno, toda ella me vuelve loco. 

Pero insisto en que no podemos ser. 

Yo soy tan extrovertido, arriesgado, fiestero y libre de compromisos, pero ella es todo lo contrario a mí y es obvio que quiere el paquete completo en una relación.

Algo que sin duda yo no puedo darle. 

A lo mejor sí, pero me asustaba mucho salir de mi zona de confort otra vez en este tema tan peligroso como lo es el amor. 

Había aprendido a cuidar mi corazón y era la única cosa en la que decidía no arriesgar nada. 

Ya lo había hecho durante años y nunca era suficiente. 

-¿Estás bien?-me preguntó André al verme tan pensativo mientras arreglaba mi corbata junto con el saco hasta estar los cuatro vestidos adecuadamente. 

Era gracioso vernos así y tendríamos que acostumbrarnos porque se viene la boda de Alex. 

-No, pero lo estaré.- respondí después de un momento y el chico no alcanzó a responderme porque una de las organizadoras de la boda tocó la puerta para entrar y se quedó algo embobada en los cuatro al vernos vestidos así. 

Pero se aclaró la garganta para hablar. 

Nos veíamos encantadores, eso sí. 

Los trajes nos quedaban justo a la medida. 

-Buenas tardes, la limusina está afuera del hotel para llevarlos a la capilla junto con el novio.- nos avisó con toda la formalidad del mundo, a pesar de que claramente estaba de nuestra edad o unos años más grande. 

-Claro, ya bajamos.- le respondió André al apagar la televisión y noté cómo la chica le miró el trasero antes de retirarse por la puerta.

-Ya eres André Kardashian.- me burlé al ver que los chicos también lo habían notado, y el castaño se confundió, pero no le dije lo que pasó porque el ego se le subiría. 

Ya teníamos suficiente con Kyle Byrne.

Después de unos minutos, salimos de la habitación encontrándonos con Jed en el pasillo mientras su madre le colocaba una flor en la pequeña apertura que se encontraba en su pecho del lado izquierdo y nos quedamos observando la escena sin decir nada porque era un momento muy íntimo entre ambos.

-Estoy orgullosa de ti.- le dijo la señora con una pequeña sonrisa y se limpió las lagrimas al darle un pequeño beso en la mejilla mientras su padre aguardaba detrás de ella. 

Jed la miró sin saber qué decir y después a su padre, ya que ambos lo habían presionado demasiado para ser el hijo perfecto hace unos años y ahora había encontrado la felicidad a su manera. 

-Yo los quiero a los dos, gracias por todo.- habló al deshacer el pequeño nudo de su garganta y su padre soltó un suspiro mientras se acercaba a él para darle un abrazo y un par de palmadas en su hombro. 

-¿Qué hacemos?-preguntó Kyle en un susurro y André lo miró mal.

-Cállate y espera.- respondió de manera obvia en lo que les tomaban fotos al novio junto con sus padres, ya que básicamente sería la última antes de convertirse en familia con Belinda. 

Joder, enserio estaba pasando. 

Les deseaba lo mejor a ambos. 

Se lo merecían. 

Los cuatro nos quedamos callados en lo que ellos compartían su momento hasta que Jed volteó su mirada a nosotros y sonrió de manera alegre, antes de decirle al fotógrafo que nos tomara una foto también. 

-Bonitos y gorditos, muchachos.- habló haciéndonos reír al imitar la típica frase de Madagascar 

Sin embargo, los cuatro nos aseguramos de posar lo mejor posible para la cámara y después bajamos por el ascensor hacia la salida del hotel. 

-La próxima vez que regreses aquí, serás hombre casado.- le dije con una pequeña sonrisa para calmarlo y el chico soltó un suspiro mientras la gente alrededor lo miraba con una sonrisa porque era obvio que se iba a casar.

-Gracias por estar aquí, lo valoro demasiado.- me dijo de la misma forma antes de subirse a la limusina con los cuatro y al estar adentro, nos miramos entre todos.

¿Quién iba a decir a que terminaríamos así?

-Por el novio.- brindó André al alzar su copa y los cuatro le seguimos el rollo para romper el silencio tenso. 

-¡Salud!- brindamos juntos y chocamos nuestras copas para beber del contenido. 

-Dios, me duele el estómago de los nervios.- se sinceró Jed al soltar un suspiro cuando Kyle se aseguró de poner música que ambientara el coche hasta que nos cerraron la puerta para dirigirnos al lugar. 

Yo estaba más nervioso por hablar con Nadia. 

Tenía pensando pedirle perdón antes de entrar juntos a la capilla como habíamos ensayado ayer. 



Nadia.

Mi maquillaje ya se había estropeado dos veces y estaba haciendo lo imposible por no ponerme a llorar otra vez.

Belinda se veía preciosa. 

Tenía el cabello suelto, pero perfectamente peinado junto su vestido largo y blanco de novia con algunos detalles plateados sobre la tela y un escote en forma de v. 

Era precioso. 

Desde que se había visto al espejo al estar lista con nosotras detrás, me fue inevitable no ponerme a llorar mientras las chicas se aseguraban de ordenar los últimos detalles. 

Su abuela se acercó a ella cuando todo estuvo listo y le dio un beso en la frente para colocarle el velo mientras Belinda hacía todo por no ponerse a llorar.

-¡El maquillaje, linda! ¡El maquillaje!- le recordó el chico que se lo hizo con los nervios en su voz mientras ella sonreía y su abuela evitaba decir algo respecto a su madre para no hacerla llorar.

No teníamos que decirle que su madre estaría muy orgullosa de ella porque ella lo sabía perfecto. 

Todos lo estábamos.

Encontró al amor de su vida en el viaje improvisado que hizo a París justo después de que su madre falleciera y se quedara sin trabajo.

Era una mujer de admirar. 

-Las quiero demasiado a todas, de verdad.- nos dijo al darse la vuelta con una sonrisa cuando estuvo lista y yo no pude evitar caminar hacia ella para abrazarla con fuerza. 

-Te amo.- le susurré al oído mientras ella correspondía a mi abrazo y nos miramos por un momento sin dejar de sonreír.- Estoy orgullosa de ti.

-Créeme que yo lo estoy más de ti, Nadia. Espero algún día ser yo la que esté vestida de dama y tú tomes mi lugar, eso me haría muy feliz.- aseguró antes de darme un último abrazo en lo que nos tomaban fotos de todos los ángulos y nos hicieron una última sesión a todas para irnos hacia la limusina que nos llevaría a la capilla. 

Sentía un nudo en la garganta mientras levantaba la cola del vestido detrás de ella para que no se ensuciara y pudiera caminar sin problemas hasta que salimos del hotel con los ojos de todas las personas en nosotros. 

No se los reprochaba, Belinda se robaba toda la atención por lo increíblemente bella que se veía. 

Ni tiempo me había dado de pensar en Yoshua por las mil emociones que había sentido durante el día al acompañar a Belinda durante todo el proceso de arreglo y retoques.

Fue abrumador, pero hermoso al mismo tiempo y no paraba de sonreír. 

Sin embargo, mi corazón casi estalla cuando llegamos después de media hora a la capilla y lo primero que vi fue a Yoshua platicando con uno de sus amigos de manera alegre.

Dios. 

Se veía increíblemente guapo. 

-Déjalo que sufra, tú te ves guapísima.- me dijo mi mejor amiga en susurro mientras las demás chicas hablaban sin parar y festejaban la boda con la música de ambiente. 

-Estoy ansiosa por ver cómo superas esta boda, Andrea.- le dijo Valerie con una gran sonrisa mientras se divertía con su copa de champagne en la mano y la castaña se rió. 

-Ya le dije a Alex que quiero un velo incluso más grande que el de Priyanka Chopra. Lo quiero todo, si no, lo voy a dejar plantado en el altar.- respondió bromeando y yo sonreí un poco al escucharla. 

-Todo estará bien.- le prometí a Belinda cuando la limusina se estacionó por completo y solté un suspiro. 

-Belinda será la última bajar.- nos recordó la organizadora de bodas cuando nos abrió la puerta y Alisson fue la primera en hacerlo mientras la gente entraba a la capilla con sus vestidos y trajes formales. 

Dios, enserio estaba pasando.

-Te vas a casar.- le dije a Belinda al observar todo con admiración mientras las chicas se bajaban y mi mejor amiga apretó mi mano.

Todos voltearon y esperaron ver a Belinda bajar de una vez, pero no lo haría hasta que estén dentro y se abran las puertas para dar inicio a la ceremonia. 

-Ella se queda conmigo hasta que entren todos.- le dijo Belinda al ver que la chica organizadora me esperaba para bajar y asintió cerrando la puerta de nuevo.-

-¿Estás nerviosa?-le pregunté riéndome mientras ella asentía y recostaba su espalda contra el asiento.

-Como no tienes una idea.- respondió con una media sonrisa y le dio otro sorbo a su copa.

Pero no pude decir nada porque vi a su primo caminar al lado de la limusina mientras sostenía el brazo de una mujer mayor para llevarla al interior de la capilla.

-Vas a entrar con él, pero qué mono se ve.- habló al ver que Sean había ocupado mi atención y yo me reí sin darle tanta importancia.

-Acuérdate que tú eres la novia.- le dije volteando a verla ahora a ella y se rió.

-Si no fuera mi primo, te aseguro que sí lo pensaba.- bromeó en respuesta y las dos nos reímos sin poder evitarlo hasta que la puerta se abrió de nuevo después de unos minutos.

-Perdone, necesito que Nadia baje ya, la mayoría de los invitados están dentro y debe de ocupar su posición en la fila. - habló mirándome y Belinda asintió soltando otro suspiro, pero yo la abracé con fuerza de nuevo.

No llores, Nadia.

No lo hagas.

-Te ves increíble, todo saldrá perfecto.- le aseguré para calmarla antes de estrechar su mano y me sonrió un poco más aliviada.

-Gracias por todo, Nadia. Te quiero.- me dijo de la manera más honesta mientras yo bajaba de la limusina y le dediqué una última pequeña sonrisa antes de entrar con las últimas personas a la capilla. 

Sentía mi corazón latir a mil por hora e hice lo que pude para concentrarme mientras la chica me guiaba hacia el interior.

Vi que los amigos de Jed estaban platicando y riéndose con sus parejas al estar ya formados en la fila y mi mirada quiso buscar a Yoshua, pero lo encontré con el ceño claramente confundido y molesto al lado de una de las primas de Belinda. 

-Parece que los planes cambiaron.- escuché la voz de Sean frente a mí y me le quedé viendo como piedra.

Mierda.

Sus ojos verdes me hicieron temblar y tragué saliva al colocarme a su lado mientras la gente entraba a la capilla y aguardábamos a que abrieran las puertas para entrar.

Después vi al imitador de Elvis Presley aparecer y los chicos lo saludaron con felicidad mientras él les hacía señas divertidas hasta que se perdió entre los invitados y se colocó justo en frente de la capilla para tomar el micrófono, por lo que todos se volvieron locos. 

Faltaban tan solo minutos, podría empezar en cualquier momento. 

-Parece que sí.- le respondí al primo de Belinda mientras observaba todo de forma maravillada. 

-Ahora sí que tiraron la casa por la ventana, qué bueno que no me lo perdí.- respondió en un intento de crear un tema de conversación y yo asentí.

¡Maldita sea, Nadia!

¡Tienes a este bombón de chico queriendo hablar contigo! ¡Suéltate!

-Ya somos dos, yo tampoco pensaba venir.- contesté soltando una pequeña risa y él se sorprendió al escucharme. 

-¿Pero qué no son mejores amigas tú y Belinda?-preguntó confundido.

-Sí, pero no me gustan estos lugares tan extravagantes.- dije encogiéndome de hombros y ahora él asintió sin dejar de sonreír. 

-Ya veo, a mí tampoco me gusta mucho venir aquí, pero es la boda de Belinda, no me lo podía perder.- respondió de igual forma y yo me reí.

-Estaremos juntos en esta tortura.- dije en broma mientras miraba el suelo ahora porque parecía que nos conocíamos de toda la vida, cuando en realidad nos conocimos ayer en la noche.

-Será un placer.- contestó de la misma forma en el momento en el que me tendió su brazo para entrar junto a él en unos minutos. 

Entrelacé mi brazo junto al suyo sin dudarlo, pero no sentí gran cosa. 

Tampoco quería voltear a ver a Yoshua al estar dos parejas atrás de nosotros, a lo mejor y ya se estaba besando con la chica.

No quería ni pensarlo.

Solté un suspiro mirando a otra parte mientras trataba de no ahogarme con mis propios pensamientos hasta que las dos organizadoras de la boda le indicaron a Elvis que ya podía comenzar el show. 

Jed estaba a su lado y aguardaba con una sonrisa nerviosa. 

-¡Buenas tardes, señoras y señores! ¡Mi nombre es Elvis Presley y estoy aquí para ser parte de la ceremonias de bodas de Jed Forshell y Belinda Grant!- habló con una voz demasiado alegre mientras la gente se entusiasmaba al tomar asiento y grabarlo con sus cámaras. 

Aunque el evento estaba siendo grabado y transmitido en Facebook Live como parte del paquete de bodas. 

-Enserio que se parece a él.- comentó Sean entre risas mientras escuchaba sus chistes y yo lo observaba de igual forma hasta que comenzó a cantar algunas de sus más famosas canciones. 

Belinda iba bajando de la limusina con la ayuda de su padre y nosotras volteamos a verla con admiración mientras los invitados ponían toda su atención en Elvis. 

Sin embargo, mi mirada se tropezó con Yoshua al momento de voltear y no me tomó nada de tiempo ver que estaba molesto al no dejar de mirarme al lado de Sean. 

Me voltee rápidamente y traté de concentrarme en la voz de Elvis cantando sus mayores éxitos hasta que volteó a ver hacia donde estaba Belinda y sonrió. 

Ya era hora.

-Señoras y señores, démosle la bienvenida a la novia.- habló con la misma sonrisa encantadora en su rostro y la gente rápidamente se levantó de sus lugares para recibirnos mientras las organizadoras nos avisaban que ya era hora de entrar.

-Aquí vamos.- me dijo Sean sin estar nada preocupado o nervioso mientras ponía su mejor sonrisa y yo noté cómo muchas de las chicas se le quedaban viendo sin disimulo alguno por lo increíblemente guapo que era. 

-Me levantas si tropiezo o algo.- le dije tragando saliva mientras me agarraba con más fuerza a su brazo y deseaba por un momento que fuese Yoshua. 

El ruloso ya me estaría diciendo bromas o cualquier cosa para calmarme, pero tuvo que arruinarlo todo con sus palabras ayer.

Hoy iba a tratar de fingir que Yoshua no existía. 

Era la boda soñada de mi mejor amiga y ese chico no lo iba a arruinar. 

Can't help falling in love, la canción más romántica de Elvis comenzó a ser cantada por el imitador y debido a su ritmo lento, era la canción perfecta para hacer la entrada de la novia, por lo que comencé a caminar a paso lento junto con Sean mientras toda la gente nos observaba al ser los primeros en entrar. 

Yo puse mi mejor sonrisa mientras Jed me observaba y sonrió desde su lugar de igual forma.

Cuídala mucho, pensé. 

Pero no necesitaba si quiera pedirlo.

Jed la había estado cuidando y amando como se merecía desde el primer momento.

Parecía un momento sacado de película mientras abríamos la entrada con Elvis cantando esa canción y después de llegar al punto máximo, me separé de Sean para colocarme en la respectiva fila de damas de honor del lado de donde estaría parada Belinda en el altar. 

Después de nosotros entró Alex con Andrea, y después Yoshua con una de las primas de Belinda. 

El ruloso sonreía de igual forma, pero se notaba que estaba tenso y yo hice lo posible por no mirarlo, pero me atrapó haciéndolo y no me quitó la vista de encima mientras se colocaba al lado de Alex en su fila. 

 Kyle entró después con Alisson, luego André y Valerie, seguidos de las primas de la novia con sus respectivas parejas. 

Y ahora fue el momento en el que entró Belinda del brazo de su padre con una sonrisa enorme y la gente se admiró por completo debido a lo preciosa que se veía y avanzó a paso lento hacia el altar mientras Jed no dejaba de observarla y se llevó una mano a sus ojos para limpiarse las lagrimas. 

Dios, eso fue tan hermoso. 

El padre de Belinda le dio un pequeño beso en la frente a su hija antes de entregarla en el altar con Jed y en los últimos acordes de la canción, los novios tomaron lugar frente a Elvis mientras terminaba de cantar de una forma tan romántica. 

Ya no me importaba si estropeaba el maquillaje, claro que iba a llorar en cualquier momento. 

Y así fue mientras observé a Belinda dar el "sí" junto con sus votos cuando Elvis le preguntó si aceptaba casarse con Jed y viceversa, después de decir algunas palabras sobre lo que es el verdadero amor junto con sus chistes que hacían reír a todos.

Mi mirada a veces se dirigía a Yoshua y este tampoco dejaba de mirarme, pero su expresión no me decía mucho y yo traté de ignorarlo. 

No le iba a dar el gusto de verme mal. 

Que se vaya al carajo. 

-Te amo con todo mi corazón, Jed. Yo te acepto como mi esposo y como el amor de mi vida desde el primer momento en el que te vi. Gracias por ser un ángel para mí y por llenar cada vacío que tenía con tu amor. Eres mi ángel, jamás me voy a cansar de decirlo. Te amo.- le dijo mi mejor amiga con la voz temblorosa porque estaba a punto de ponerse a llorar mientras Jed la escuchaba y observaba con ternura al poner su anillo entre su dedo.

-Eres mi mundo, Belinda. Ha sido todo un honor recorrer este viaje contigo y no puedo esperar por ver lo que tiene la vida para nosotros. Con este anillo te doy mi corazón entero y todo de mí. Te amo.- respondió de igual forma al colocarle el anillo a la rubia con una sonrisa mientras todos nos conmovíamos por sus palabras. 

El amor entre ambos se sentía de una forma impresionante. 

Las personas encargadas de lo legal, comenzaron a llenar los certificados de matrimonio junto con los papeles necesarios y el permiso que necesitaban para que la boda fuera válida ante la ley, por lo que los novios los firmaron un momento después junto con los testigos y así Elvis los volvió a juntar frente a él.

-Por lo que la ley me confiere, los declaro marido y mujer, puede besar a la novia.- finalizó con su típica sonrisa y todos aplaudimos con alegría cuando Jed tomó a Belinda por la cintura y la volteó para recargarla un poco sobre sus brazos y besarla con intensidad, creando una escena memorable que todos se encargaron de fotografiar. 

Estaba hecho. 

Belinda era oficialmente la señora Forshell a partir de ahora. 






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