Arder | Versión en español

By _taini_

639K 29.3K 9.3K

Sean bienvenidos al limbo entre la vida y la muerte donde las almas de dos reyes pondrán en juego todo su pod... More

Antes de leer
Dedicatoria
Prólogo
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
14
Génesis
Soberbia
15
Lujuria
16
Gula
17
18
19
20
Avaricia
21
22
23
24 (Parte uno)
24 (Parte dos)
24 (Parte tres)
25
26
27
28
Especial 5k
29
30
31
32
33
34 (Parte uno)
34 (Parte dos)
34 (Parte tres)
Especial 30k
35
36
37
38
39
40
41
Ira
Crucifixión (42)
43
44 (Parte uno)
44 (Parte dos)
44 (Parte tres)
Santa Trinidad (45)
46
47
48
49
50
51

13

8K 490 241
By _taini_

Edén.

No te desvíes ni a diestra ni a siniestra; apártate de la maldad.

Proverbios 4:27

ºº

- ¿Capitana Sánchez? – Pregunta con suma confusión Caín cuando nota mi presencia. Grace detiene el abrazo que iba a otorgarle para quedar entre medio de ambos y mirarnos con diversión. ¿Entonces fue él quien le contó sobre mi? No es algo que Caín haría.

- Caín, ella es la mejor amiga del hermano menor de Tiago. – Me señala y vuelve la vista hacia mí. – Edén, él es mi mejor amigo.

Escuchamos atentos las palabras de Grace pero no cortamos el contacto visual. Descaradamente, Caín pone una sonrisa ladeada y hace un lento recorrido de mi cuerpo, haciéndome sentir completamente desnuda y acalorada. Como no pienso dejarlo con el sabor de la victoria repito su accionar, detallando en como ese traje parece haber sido hecho a su medida y como su aire de magnate hijo de puta cambió a uno más relajado.

No lo veía desde hace unos días, cuando llegó a mi departamento completamente drogado y fuera de sí. Parece mentira que el elegante hombre que tengo frente es el mismo que temblaba indefenso cubierto de frio sudor sobre mi cama. Los recuerdos de ese extraño día me golpean y me desestabilizan.

Vuelvo a cruzarme con sus oscuros ojos pero prefiero evitarme el mal trago, por lo que esquivo su mirada y me fijo en Grace, quien no ha quitado la sonrisa burlona de su rostro.

- Dama de horno, en español, hace referencia a una mujer. – Le digo y, aunque su expresión cambia a una de sorpresa, presiento que eso lo sabía.

- Mi error. – Contesta sin una pizca de arrepentimiento.

Chasqueo la lengua quitándole interés, ya que no hay nada que hacer, y me volteo para verificar que Luca siga vivo. Entre el alcohol y la repentina aparición de Caín siento que lo correcto es retirarme.

- Lo mejor es que nosotros nos vayamos. – Anuncio, mientras corro el cabello que cae sobre la frente de Luca. Lo sacudo para ver si reacciona pero al no hacerlo opto por pegarle en la cara. Mi mano hace un sonido seco contra su rostro y este abre los ojos de forma inmediata, sobresaltado.

- ¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? – Se altera.

- Soy yo, pequeño dormilón. Nos vamos a casa.

- Pero yo no quiero irme a casa. – Responde infantil. Se estira abriendo los brazos y se reincorpora. Por la posición yo sigo de espaldas a Grace y Caín, a diferencia de Luca quien puede verlos de frente. Cuando su mirada parece captar la presencia de un tercero, pone una expresión de confusión que automáticamente cambia a una de asombro. – Edén, tu jefe está acá.

Agradezco que lo haya dicho en español ya que su intento de su susurro ha sido un total desastre. Volteo y Caín ha avanzado para quedar junto a Grace quien parece estar diciéndole algo en voz baja, regañándolo. Él pone los ojos en blanco y vuelve a centrarse en nosotros, aunque ahora frunce el ceño al ver a Luca.

- Luca, él es Caín, mi mejor amigo. Caín, él es Luca, hermano menor de Tiago. – Grace intenta romper con la incomodidad de la situación. Luca extiende su mano y Caín la mira receloso, pero el codazo que le pone Grace en el lateral de su cuerpo lo hace reaccionar y aceptar el saludo. Inmaduro. – Ahora entremos a tomar algo antes de que me congele.

- De hecho, nosotros ya nos íbamos.

- No seas amargada, Edén. Mírame, ya estoy como nuevo. – Luca ruega. Cuando estoy por abrir la boca para negarme y decretar que pensaba irme sola, soy interrumpida. Genial, eso sí tenía que decirlo en inglés.

- Exacto. No seas amargada, Edén. – Repite Caín y eso basta para ponerme a arder la sangre. Para ese juego se necesitan dos. Muerdo mis labios para contener la infinitud de cosas que seme pasan por la cabeza y pongo una sonrisa falsa.

- Está bien. Un rato más no le hará mal a nadie. – Eso espero.

ºº

Contra todo pronóstico me la estoy pasando bien. Para mi suerte, Caín ha decidido pasar el rato conversando con Tiago y yo he vuelto a la pista de baile junto a Grace. La forma en cómo la música se escucha y lo lento que parece moverse el mundo me da a entender que me he excedido de copas, pero no me importa en lo absoluto. Tomo otro trago del vaso que sostengo y giro moviendo las caderas al ritmo de Daddy Yankee.

Los latinos sabemos cómo dejar fluir nuestro cuerpo sobre los diferentes géneros de música, a diferencia de los norteamericanos. Grace no solo desconoce cómo se baila el estilo urbano, sino que su carrera como bailarina profesional la hace tener movimientos mucho más delicados de los que se suelen realizar en estas bases. Le he intentado enseñar un par de pasos durante la noche pero aun me sigue causando risa su forma de moverse.

- ¡Voy a ir al baño! – Grito sobre la música. Grace asiente y toma mi vaso, dándose la vuelta e intentando integrarse a la muchedumbre que baila y canta.

Camino para salir de la pista e ir hasta nuestra mesa donde se encuentran los abrigos y bolsos. A lo lejos diviso como la trabajada espalda de Caín es la única presencia masculina en el círculo de madera. Genial.

A simple vista parece un hombre como cualquier otro pero cuando lo detallas parece no encajar. Su actitud fría y varonil acompañada de su físico tentador crea una combinación perfecta de magnate cruel y despiadado que solo conoce diversión a través del sexo, no en una discoteca con un poco de alcohol. Las mujeres que pasan a su alrededor le largan un par de miraditas y ríen de forma escandalosa para poder captar su atención, pero este parece muy centrando en lo que hay en el fondo de su vaso.

Lo rodeo y en una silla, bajo los diferentes tapados, saco mi pequeño bolso. Ninguno ha dicho nada y esto lo tomo como la señal perfecta para ir hacia el baño, pero cuando volteo para seguir mi camino su voz me detiene.

- Ayer no fuiste a trabajar. – No entiendo el punto de la conversación por lo que me giro y me acerco hacia la mesa para entender mejor.

- ¿Y?

- Simplemente pensé que eras de esas adictas al trabajo que no saben divertirse. – Toma otro trajo del pequeño vaso que tiene en frente. Whisky. Hacemos contacto visual y noto la pizca de gracia en sus oscuros ojos, dándome a entender que solo busca molestarme.

- Y yo pensé que las damas de honor eran mujeres. – Alzo los hombros. – Todos nos sorprendimos.

Ahora si volteo y me dirijo al baño. Para mi suerte no hay nadie dentro, por lo que puedo tomarme un momento lejos de tantas personas. Salgo del cubículo y me lavo las manos, mientras también saco un labial del bolso.

Mi imagen no ha cambiado mucho a decir verdad. El vestido sigue intacto y mi cabello un poco mas revuelto, simplemente destaca el brillo de deseo en mis ojos que el alcohol me ha producido. Borro esos pensamientos de mi cabeza y continúo retocando mi maquillaje; El sonido de la puerta siendo abierta y cerrada es la señal que necesito para empezar a guardar todo en mi bolso y salir. Por la posición del baño solo puedo ver quien ha entrando a través del reflejo del espejo, y es eso lo que hago cuando una voz que me eriza la piel capta mi atención.

- ¿Por qué tanto apuro? – Sus ojos negros se cruzan con mi mirada en el espejo. Mi postura continua siendo relajada pero no niego que cada musculo de mi cuerpo se paraliza con su presencia.

- ¿Por qué tanta fijación?

- Me encantan los acertijos, y tú pareces ser uno muy interesante. – El sonido de su voz se hace más intenso con cada paso que hace para acercarse a mí. Tengo deja vú de la noche que apareció en la fiesta de la EOEC por lo que un escalofrío placentero recorre mi cuerpo.

Seguimos en la misma posición. Yo de espaldas a él, mirándolo a través del espejo y Caín avanzando hasta quedar casi atrás de mí.

- Creo que te confundes, no quiero ser develada.

- Nadie habló de develarte. Simplemente de jugar. – La distancia que quedaba entre nosotros termina de existir cuando su aliento roza mi cuello y su cuerpo choca contra el mío. El calor ubicado en la zona más sensible de mi cuerpo se esparce por todo mi ser y por un momento temo que las piernas me fallen. – Ese vestido me está matando.

- Esto no está bien. – Murmuro en un hilo de voz.

- Mucho mejor. – Sus húmedos labios se posan en la piel expuesta de mi cuello y cierro los ojos ante el glorioso contacto. Mi área se ha inundado con su fragancia masculina y mi cuerpo se ha inclinado levemente de forma inconsciente, presionando mi trasero con un punto interesante de él. Sus besos ascienden hasta tomar el lóbulo de mi oreja en un mordisqueo excitante y hacerme apoyar las manos contra el espejo para evitar caer, ya que Caín impone más fuerza con sus caderas. Dios, se siente tan bien. Por un par de segundos, que parecen convertirse en minutos eternos y lagos de tortura, nos mantenemos en este juego tentador pero todo se esfuma cuando el golpeteo contra la puerta llama mi atención.

Caín no se percata y continua presionando y lamiendo, pero la insistencia de estos matan mi éxtasis y me hacen recomponerme. Abro los ojos y la imagen, por mas obscena y tentadora que parezca, hace que me sienta una pecadora. Es mi superior y está mal.

- ¿Edén? ¿Estás ahí? – Reconozco a Tomás por sobre la música. De forma inmediata me despego de Caín, escabulléndome por un costado y volviendo a poner los pies en la tierra. Tomo el bolso y no vuelvo a cruzar la mirada con él, simplemente camino hacia la puerta del baño y la abro para poder salir.

Ilógicamente, el aire del lugar me parece más ligero que el denso ambiente que se había formado dentro del baño, pero evito mostrarme alterada ante la presencia de Tomás.

- ¿Qué ocurre? – Pregunto ante la expresión de preocupación del rubio.

- Es Luca, volvió a desmayarse pero ahora no se despierta.

Pongo los ojos en blanco. No es la primera vez que pasa, y sé que no será la última. Luca es extremista, y normalmente termina así cada vez que salimos a tomar y sumado el hecho de que sus hermanos volvieron, lógicamente todo iba a terminar de este modo.

- Llévame con él. – Le pido a Tomás, quien toma mi mano y me conduce entre la gente. Llegamos a la zona donde hablé hace rato con él, que está compuesta por varios sillones y es mas alejada de la pista. Sentado en uno está Luca, totalmente dormido y fuera de sí.

Me siento junto a él e intento despertarlo, moviéndolo y hasta pegándole en la cara, pero fallo en el intento. No me queda otra opción que irme al departamento con él para que descanse y cuidarlo. Tomás sigue parado frente a nosotros con la expresión de inquietud que suele caracterizarlo, sobre todo cuando algo no sale como lo planea.

- Tranquilízate, que solo está dormido. Voy a llevarlo a casa, déjame que voy por mi abrigo. ¿Trajiste tu coche?

- No, vine junto a Tiago y Grace. Y ni intentes con ellos, están muy entretenidos. – Señala hacia otra zona del lugar donde casi no hay gente, y desde mi punto puedo divisar como están besándose, de forma muy apasionada.

- Esta noche no hace más que mejorar. – Inquiero sarcásticamente. – Cuídalo mentiras llamo a un taxi.

Tomás asiente y toma lugar junto a su hermano menor, quien parece estar disfrutando de su pequeña siesta. Camino hacia la mesa, me coloco mi abrigo y tomo el de Luca, para así salir fuera del establecimiento. Las luces del lugar iluminan la oscura noche y me hacen sentir un poco mas acompañada.

Saco mi teléfono del bolso y marco el número de un taxi que nos trajo hasta aquí al inicio de la noche, pero este tarda en contestar y me manda al buzón. Vuelvo a intentar un par de veces más pero siguen sin tomar mi llamada.

- Mierda. – Susurro mientras pateo una lata que se encuentra en el piso. Podría decirle a Rocky y Lorenzo o Moisés que nos lleven, pero prefiero evitar eso. Primero, porque no confío en mi autocontrol cuando esto ebria, y está más que claro que mis hormonas toman la iniciativa, y lo que pasó con Moisés es demasiado reciente. Segundo, no quiero que Rocky y Lorenzo me vean en este estado.

- Que fina la capitana.

- ¿Por qué me odias, Dios? – Pregunto mirando hacia el cielo cuando reconozco la voz tras mis espaldas. Giro y Caín está apoyado contra una pared fumando, con una mano en el bolsillo y una postura totalmente desinteresada.

- ¿Quieres? – Me ofrece el cigarro. No fumo desde hace años, pero me veo tentada a hacerlo. – Vamos, te relajará.

Me acerco hacia él y copio su posición, apoyándome contra la pared y dejando mi bolso y el abrigo de Luca en el piso. Tomo el cigarro y le doy una calada. Cuando suelto el humo mis hombros se destensan y puedo respirar profundamente. Caín vuelve a poner el pequeño objeto en su boca y me mira de arriba a abajo.

- ¿Por qué estás siempre tan estresada?

- ¿Por qué no puedes callarte por una vez?

- Estás loca. – Dice entredientes mientras tira el cigarro al suelo, pisándolo.

- Y tú medio estúpido.

- Estirada. – Contraataca.

- Amargado.

- Aburrida.

- Pesado. – Cruzo mis brazos y su mirada analiza mi postura.

- Infantil.

- Engreído.

- Excitante. – La palabra saborea sus labios y el grueso tono de voz suyo la intensifica.

- Narcisis... ¿Qué?

- ¿Qué de qué? – Entre el alcohol y las cosas que dice no puedo concentrarme.

- Así no es el juego.

- Pensé que solamente decíamos lo que pensábamos del otro. – Me cuesta seguirle el ritmo, es tan cambiante Caín.

- No te entiendo. – Suspiro y tomo las cosas del suelo para alejarme de él y conseguir que Grace y Tiago se despeguen y me lleven a casa.

- No te estoy pidiendo que lo hagas.

- No pensaba hacerlo. – Le sonrío falsamente. – Ahora si me permites, iré a ver a Luca.

- No tardes.

- ¿Eh? – Freno mi caminata.

- Que no tardes. Y dile a tu amiguito que no me vomite el coche. – Se levanta y se posa frente mío, haciéndome levantar la cabeza para ver su cara. La sonrisa ladeada en ella no me indica nada bueno. - ¿El hermano de tu amiguito no te lo dijo? Me pidió que los llevara a casa porque Lucio está pasado de copas.

- No, no me lo dijo. Y se llama Luca. – Empujo su pecho.

- Como sea. Trae a Larry y vámonos.

Blanqueo los ojos ante su infantil actitud y vuelvo a adentrarme al club para traer a Luca conmigo e intentar regañar a Tomás por tomar esa decisión sin consultarme, aunque no lo encuentro por ningún lado. En fin, no creo que le perdone tan fácilmente haberme empujado a la boca del lobo.

ºº

El viaje se sumió en un denso silencio donde la música de la radio era la única que llenaba el espacio. Luca iba desmayado en la parte de atrás y yo en el asiento del acompañante. La ciudad colombiana es hermosa de noche y pasé gran parte del recorrido mirando por la ventana y solamente hablé con Caín cuando tenía que darle indicaciones para llegar a nuestro edificio.

Cargar a Luca no es tan fácil por lo que él me tuvo que ayudar a hacerlo. Ahora me encuentro acomodando las sábanas que cubren a Luca, quien duerme plácidamente. Sus rizos rubios caen por su frente y su relajada expresión transmite paz, por lo que salgo despacio de su cuarto para evitar romper con esa calma.

Camino por el corto pasillo para ir hacia la sala donde Caín se ha quedado pero detengo mi paso cuando noto que la puerta de mi cuarto está entreabierta. Frunzo el ceño ya que suelo dejarla cerrada y camino lentamente para acercarme a ella, intentando que mis tacones no resuenen contra el suelo de madera. La empujo suavemente y me asomo, pero relajo mi postura cuando distingo quien está dentro.

La luz de la luna se cuela por la ventana e ilumina levemente el espacio dejándome ver a Caín, quien está parado frente a una pared de fotos que he creado, donde suelo colgar diversas fotografías de los momentos que prefiero atesorar. Camino hacia él y parece tan concentrado en la pared que no se alerta de mi presencia.

- Es de mala educación revisar cosas de los demás. – Anuncio y me paro junto a él, quien gira levemente el rostro para mirarme.

- Lo siento, buscaba el baño. – Su mirada se posa en una imagen particular. Por su tono de voz no puedo desconfiar y sinceramente estoy cansada de este tire y afloje que tenemos, por lo que prefiero la paz; Aunque sea por un par de minutos.

- Es mi mamá. – Explicando la foto que mira. Mi madre y yo estamos haciendo unas caras muy graciosas, recuerdo tener 5 años cuando tomamos esa fotografía. Ella era una mujer extremadamente bella, con rasgos tan finos y delicados como los de una muñeca. Su carisma iluminaba el salón cuando entraba y tenía una forma tan peculiar de ver las cosas, aunque la mayoría de recuerdos que tenía los he ido perdiendo con el tiempo. Nana siempre que puede me recuerda cosas sobre ella, y yo vivo con el miedo constante de olvidarla por completo.

- Hay algo en ella que se me hace familiar. – Comenta Caín, captando mi atención.

- Nos parecemos mucho, a decir verdad.

- Sí, pero no es eso. – Frunce el ceño mientras mira la fotografía, intentando descubrir algo. La curiosidad me gana y decido ayudarlo, por lo que me estiro para alcanzar la caja que está sobre la repisa de la pared, pero para agarrarla debo ponerme frente a él. Por un momento parece que voy a lograrlo pero pierdo todo tipo de control sobre mi sistema cuando siento sus manos tomar mi cintura. Sé que su intención es que no caiga pero las hormonas me juegan una mala pasada y termino optando por darme la vuelta y enfrentarlo.

El negror de sus ojos se intensifica con la oscuridad de la habitación pero la luz de la luna me deja divisar sus rasgos a la perfección. La barba en su mandíbula me incita a acariciarla y no puedo evitar hacerlo, a la vez que Caín me lo permite. Sus pulgares presionan mis caderas y mis manos pasan de su rostro a su nuca. Nuestras respiraciones son una sola y todo a nuestro alrededor parece haber desaparecido, pero no me animo a hacer el primer movimiento.

- Creo que debería irme. – Rompe el silencio. Su declaración me desconcierta, pero a su vez me incita. ¿Qué tan lejos llegarás?

- Creo que deberías callarte y besarme.

Sus ojos analizan mi rostro por un par de segundos, intentando descifrar que pasa por mi cabeza; Pobre de él, ya que ni yo puedo decir que me ocurre cuando estoy cerca suyo. Por un momento temo que se ría de mi declaración y se dé la vuelta para irse, pero lo firme que sostienen sus manos mi cadera no me indica exactamente eso.

- Al carajo. – Son las palabras que salen de su boca antes de que esta se estampe contra la mía. Todas mis emociones dan un vuelco cuando mis labios saborean los suyos, en un beso profundo pero lento. Nuestras bocas se mueven a la par y siento como mi sistema comienza a calentarse, queriendo vivir la experiencia al máximo.

Dejo vía libre para que nuestras lenguas se unan y el beso se convierta aun más intenso. Sus manos han abandona mi cintura para poder masajear mi trasero, apretándolo y atrayéndome contra la dureza de su pantalón. Mis manos jalan de su cabello para pegarlo a mí y la sensación de sus dientes atrapando mi labio inferior me hacen soltar un jadeo. Esto no puede ser real.

Está mal, tan mal. Pero me encanta.

El movimiento de nuestros labios crea una perfecta sincronía, como si no fuese la primera vez que nos besamos. Echo la cabeza para atrás y le ofrezco una nueva zona en la que jugar; Su boca se concentra en mi cuello e inicio de mis pechos, contrastando la fría humedad de su lengua contra el ardor de mi piel, mientras muerde, lame y deposita besos por toda la zona. Sus manos levantan mi trasero y me obligan a enlazar mis piernas en su cintura, chocando la dureza de su miembro contra mi húmeda entrada.

- Edén, ¿Estas seg... - Su rasposa voz resuena entre las respiraciones agitadas, pero lo corto inmediatamente.

- No me hagas arrepentirme de esto, Caín.

Su boca vuelve a atacar la mía con vehemencia y me lleva a otro tipo de nivel de calentura. Caín camina conmigo encima y sosteniéndome con una sola mano, tira todo lo que hay sobre mi escritorio y me apoya en él. No me importa que se haya roto algo o el estruendoso sonido, simplemente puedo concentrarme en la infinitud de sensaciones placenteras que estoy descubriendo en este momento.

El vestido se me ha levantado y ha dejado al descubierto la fina tela de encaje negro que llevo como ropa interior, la cual amenaza con gotear por la humedad producida por semejante beso. Con las piernas cruzadas tras él hago presión y lo atraigo hacia mí, logrando que Caín suelte un gruñido animal que me pone al cien. La punzada de excitación que se posa en mi punto débil hace que quiera más y él entiende a perfección. Una de sus manos se posa en mi nuca y la otra juguetea con mi pecho, rozando mi pezón erecto que se marca sobre la tela del vestido. La presión y tensión me dominan y no me siento lejana a la sensación de control.

- Dios mío. – Pronuncio entre jadeos.

El odio que tengo hacia su persona parece haberse convertido en un deseo indomable que crece cada vez más y más, acompañado de sus ansiosos y expertos movimientos sobre mi cuerpo. Sus dedos y manos rozan casi todo mi ser, recorriendo cada zona. Nuestras figuras se unen en una sola y parecen comprenderse a la perfección.

Bajo mi mano en búsqueda de su erección pronunciada. La tomo pero el grosor de esta me sorprende por varios segundos. Mierda, mi mano no puede agarrarla toda. Sigo con mi tarea, aun mas deseosa de saber que esconde ahí dentro, y la presiono en modo de pregunta y el jadeo que sale de su boca parece ser la respuesta. No necesito más para desabrochar su cinturón y desprender el botón de su pantalón, dando así con mi nuevo punto de entretenimiento. Vuelvo a presionarla sobre el bóxer y la calentura que emana me pone a babear.

Bajo la tela que me separa de su miembro y lo tomo. La ardiente piel abrasa con mi mano y la dureza de esta hace que hasta palpite. Nuestras bocas no se despegan y continuamos mordiendo y lamiendo a nuestro antojo, aunque estoy centrada en como su verga es tan gruesa que no puedo terminar de agarrarla toda con mi mano.

- Mierda, Caín. – Pronuncio cuando se me dificulta mover mi mano en todo el largo de esta. Caín se desprende de mi boca para soltar una ronca y penetrante risa, que termina por ponerme los pelos de punta.

Parece que vamos a volver a unir nuestras bocas cuando somos interrumpidos por unos gritos. Luca grita mi nombre desde su habitación y no puedo dejarlo pasar, no teniendo en cuenta el estado en el que llegó. Separo, a duras penas, nuestras bocas y ante su lejanía siento que el frío del ambiente vuelve a existir.

- Esto... Yo... Tengo que ir a verlo. - Caín me dedica una impetuosa mirada que se cuela en mi, llena de deseo y obscenidad.

- Y yo debería irme.

Caín mete su prominente verga en su bóxer, abrochando nuevamente su pantalón y cinturón. Me quedo sobre el escritorio un par de segundos intentando recuperar la compostura y tranquilizar mi errática respiración. Arreglo rápidamente mi cabello y acomodo el vestido para evitar que se siga viendo mi ropa interior y me reincorporo. En el suelo hay lápices, hojas, archivos, fotos, entre demás cosas que había sobre el escritorio, pero acabaron el suelo por nuestro impulso carnal.

Me levanto y paso junto a él para ir hacia donde Luca, pero su mano toma mi brazo y detiene mi caminar. Levanto la mirada para encontrarme con sus indescifrables ojos clavados en mi boca, la cual se seca exigiendo probar nuevamente los suyos.

- Sabes que esto no acaba aquí, al menos que tu lo pidas. – Sentencia.

- Lo sé, y por eso vamos a cortarlo de raíz. Fue un desliz y ya.

Mi declaración parece tocar la más sensible de sus fibras porque por su dura expresión cruza un deje de dolor, aunque no tarda en ocultarlo. Su mano abandona la zona de mi brazo y asiente.

- Nos vemos en la central, capitana. – Dicho eso se gira y sale del cuarto. Sus pasos y el sonido de la puerta se hacen eco en mi interior y empiezo debatir si lo que hice fue lo mejor para los dos.

Abandono el cuarto y me adentro al de Luca, apoyándome contra la puerta de madera cuando entro. No tengo idea de que acaba de ocurrir, ni que vendrá luego de esto; Pero si hay algo de lo que tengo suma certeza, es que ambos acabamos de encender un fuego casi tan enorme y poderoso como el de un incendio, y no creo que haya aguas que puedan extinguirlo. 

ºº

Wow wow wow. ¿Qué acaba de pasar? ¿Y por qué hace tanto calor?

¿Qué piensan ustedes de lo que dijo Edén? ¿Fue solo un desliz?

Los leo <3

Continue Reading

You'll Also Like

60.6K 3.5K 48
Una historia que promete atraparte desde el principio hasta el final. Camila es una chica humilded, Ignacio Besnier es el heredero de un imperio empr...
163K 19K 150
"En todas las realidades, universos, lo que sea, si ella nace es significado que Regulus regresa" ¿Qué pasaría si Regulus Black no estuviera muerto c...
122K 2.9K 5
All along there was some invisible string Tying you to me? Julie y Charlotte no pueden ser mas contrarias lo único que tienen en comun que es la actu...
21.5K 1.1K 37
Eva, una talentosa fotógrafa en ascenso, y Jase, un apuesto modelo, se cruzan en una fiesta caótica donde Jase, tras beber en exceso, cuenta con la i...