Tentando al pecado [Yizhan +1...

By ant1fr4gil

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«¿Y qué pasó? Volviste luego de diez años para hacer lo que quieras conmigo y dejar a mi amigos como unos idi... More

Prólogo
Capítulo uno
Capítulo dos
Capítulo tres
Capítulo cuatro 🔞
Capítulo cinco
Capítulo seis
Capítulo siete 🔞
Capítulo ocho
Capítulo nueve
Capítulo diez [+16]
Capítulo once (1/2)
Capítulo once (2/2)
Capítulo doce
Capítulo trece (1/?)
Capítulo trece (2/?)
Capítulo trece (3/3)
Capítulo catorce
Capítulo quince
Capítulo dieciséis
Capítulo dieciocho (1/2)
Capítulo dieciocho (2/2)
Capítulo diecinueve
Capítulo veinte

Capítulo diecisiete

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By ant1fr4gil

Las clases ese viernes pasaron normalmente. Los seis chicos se encontraban sentados en el patio de comidas del centro comercial al que frecuentaban, tomando té de burbujas. Muy a parte de la conversación que todos tenían entre ellos, se sentía la horrible tensión que había entre Yibo y Jiyang.

—Disculpenme un momento, quiero ir al baño —Jiyang se había levantado con su característica sonrisa delicada—. Zhan, ¿me acompañas? Es que no me gusta caminar solo.

Pero antes de que siquiera Zhan formulara palabra, el sonido arrastrado de otra silla se escuchó muy cerca. —Yo voy contigo, también me entraron ganas de ir —fue Yibo quien se levantó de su silla y caminó hasta queda a menos de un metro de Jiyang.

—Oh... ¿Enserio? Digo... Debes querer seguir conversando...

—Ni hablar. Vamos de una vez antes de que ambos nos hagamos aquí mismo —sonrió inocentemente y luego miró a los demás—. No tardamos.

Tres de los chicos sentados en la mesa solamente asintieron. Jiyang sentía como lo empujaba suavemente mientras él trataba de mirar a Zhan para que le ayude a salir de esta situación, pero fue en vano. Optó solamente por tener la cabeza agacha y ceder a sus intentos de zafarse.

Poco a poco se iban alejando y con eso Zhan aún estaba batallando entre su razón y si duda. Una le decía que vaya a impedir cualquier cosa que Yibo podría hacer, pero otra le decía que el nombrado no era tan psicópata como para dañarlo en un lugar público. Solo dejó su mirada en aquellos dos chicos que se dirigían al baño y los perdió de vista cuando estos entraron en el pequeño pasadizo que daba a este.

Aunque, Yibo tenía otros planes. Una vez se aseguró de que estaban fuera de la vista de los otros chicos y que nadie iba al baño em ese momento, tomó a Jiyang de la muñeca fuertemente y lo jaló hasta la puerta del almacén de los conserjes, ya que antes había visto que uno salir sin cerrar con llave.

—¡Ah! ¿Qué estás haciendo? Me lastimas. ¡Suéltame!

—Cállate si no quieres que esa bonita sonrisa quede torcida de por vida —Jiyang palideció y solo se dejó guiar a la fuerza por Yibo.

Abrió la puerta y estampó a Jiyang contra los estantes de frascos con jabón, limpiador de piso, papel higiénico, etc. Unos cuantos se había caído. Entró y cerró la puerta detrás suyo con seguro. Prendió la luz que había subestimado en su mente, pues a pesar de ser una sola bombilla, su luz era muy fuerte que alumbraba completamente la pequeña habitación.

—¿Qué es lo que quieres? ¡Déjame salir!

—No hasta que sepa que mierda estás tramando.

—¿Ah? Estás completamente loco.

—Ajá. Déjame decirte que no me interesa. Ahora habla o jamás saldremos de aquí.

—¡¿Pero qué es lo que quieres que te diga?! ¡Solamente tú estás haciéndote ideas! Desde la primera vez que me viste esa vez en clase, me odiaste.

—¿Ahora te haces el payaso? Pero qué hijo de puta.

—¿Por qué dices eso?

—Pequeña mierda, a mí no me engañas. Te haces el inocente frente a todos, pero yo sé realmente cómo eres y desde hace mucho tiempo.

—¿Mucho tiempo? Pero si yo jamás te había visto en mi vida —Jiyang estaba tan asustado que hasta sus dientes temblaban y sus delicadas manos se marcaban por la fuerza con la que sujetaba el estante de metal detrás suyo.

A Yibo se le acababa la paciencia. Apretando los dientes se acercó más a Jiyang hasta quedar a menos de treinta centímetros de él. —¿Enserio no me recuerdas?

—No... N-no jamás te...

—Mírame bien, pequeña mierda. Si yo te reconocí después de ocho años, tú también puedes —Yibo lo miraba con ojos tan fríos e intensos que Jiyang sintió encogerse.

Dudó por un momento y volvió en sus recuerdos por unos segundos. Sabía que ese rostro le recordaba a alguien, pero solo creyó que era su mente creando locuras. Se fijó bien en aquellos ojos hermosos pero fríos que había visto alguna vez. Entonces lo recordó.

—¿Yi-Yibo? ¿Ese Yibo de... Nueva York?

Yibo suspiró sarcástico y se alejó un poco, posando una mano en su cintura y levantado un brazo para pasar la mano perteneciente a este por sus cabellos castaños. —Parece que no eres tan idiota como recordé que eras.

—¿Qué es lo que... Haces aquí? Si cuando yo me fuí...

—Bla, bla, bla. Escúchame bien, no estoy de humor para tus jueguitos.

—No estoy jugando —fue como si una ola de valor entrara en Jiyang y miró fijamente a Yibo, tal y como este último lo hacía o al menos trataba—. ¿Cómo olvidar al tóxico hermano de mi ex novio?

—Ah... Así que ahora lo recuerdas. Felicidades —Yibo rió sarcástico.

—¿Cómo está...

—¿Qué? ¿Hai-kuan? Te superó, me alegra decir. Justo por eso estamos aquí. No creas que yo puedo caer ante tu personalidad inocente y de 'yo no rompo un plato', obviamente fingida, me engañe. Sé que tienes algo en mente, tal y como lo hiciste con mi hermano.

—¿Qué tiene que ver tu hermano en todo esto?

—Que él tampoco vió la pequeña mierda que eras y se dejó engañar por tus supuestos encantos. ¿Cómo crees que quedó después de que lo dejaras porque debías regresarte a China sin siquiera decirle el por qué?

—Para que lo sepas, Hai-kuan y yo terminamos en buenos términos. Además el tenía que quedarse por su trabajo.

—¿Y ni siquiera te molestaste en decirle por qué? Te fuiste y se quedó creyendo que dejaste de amarlo o que ya no te interesaba por tres meses.

—¡Yo amaba a tu hermano! y la razón por la que me fuí no era de su incumbencia.

—¿Por eso te regresaste aquí y te fuiste a vivir con dos hombres?

Jiyang palideció nuevamente. —¿Cómo es qué...

—Ahora es mi turno de decir que eso tampoco es de tu incumbencia saber cómo lo descubrí. ¿Cómo crees que se sintió al saber eso? ¿Ah? ¡Habla, maldición!

—P-pero tengo una razón.

—Entonces dímela...

Jiyang lo miraba realmente apenado y muy asustado. —No te inporta.

—Perfecto. Eso creí.

—Yo... —Jiyang trataba de contener sus lágrimas— Enserio lo siento... Jamás quise que...

—Tus disculpas y lamentos no sirven ahora. Escúchame bien, aléjate de Zhan o haré lo que tuve que hacer cuando supe lo que le hiciste a mi hermano.

Dicho eso, Yibo se arregló sus ropas y se dió la vuelta para quitarle es seguro a la puerta y abrirla, pero no salió de aquella pequeña habitación.

—¡Ah! Y lávate el rostro. Que por más que quieras esconder tus hipócritas lágrimas, puedo escuchar tus sollozos. No tardes.

Entonces salió, dejando a Jiyang completamente solo, llorando por la impotencia que sentía. Se estaba llenando de nervios. Su respiración se estaba acelerando considerablemente y pasó la mano por sus cabellos, jalándolos otra vez fuertemente. Sus ataques. Quería correr de ese lugar sin percatarse de los peligros e ir a algún lugar, cualquiera que no sea ese. No podía. No debía hacer eso. Había logrado tanto como para tirarlo por la borda otra vez.

Ahí, solo, trató de calmarse lo más que pudo. Funcionaba, pues su respiración se estaba normalizando lentamente. Dejó sus cabellos libres de sus manos y su calma volvió poco a poco. Luego de que logró calmarse, se levantó apoyándose de el estante de metal que había detrás suyo y limpió las pocas lágrimas que habían salido. Caminó lentamente a la puerta y la abrió, pero antes de salir apagó la luz y una vez dejada la habitación a oscuras, salió de ella.

Esta vez sí fue al baño para hacer lo que Yibo le dijo. Lavó su rostro rápidamente, se secó con su propia ropa antes de salir y poner su mejor cara para que no se note que estuvo llorando. Sacudió su cabeza dos veces y caminó hasta donde se encontraban los demás.

—Lamento la demora. Un hombre estaba haciendo problema y no dejaba entrar a los demás —dijo sentándose en su silla.

—¿No que habías ido con Yibo? No ví que haya habido problema, pues él salió antes —Zhuocheng miraba algo en su celular a la vez que dijo eso.

—Yo... Es que el entró antes y el hombre empezó a hacer problema justo después de que entrara.

—Ah... Está bien —sonrió sin ver a Jiyang, aunque sabía que no fue tan convincente su respuesta.

—Bien chicos, la película empieza en diez minutos y aún tenemos que recoger los refrescos y las palomitas de maíz—Lu miró su reloj de muñeca y avisó a todos, haciendo que se levantaran.

Fueron donde debía recogerse la comida y una vez hecho eso mostraron las entradas a un agradable joven que trabajaba ahí. Sin más, caminaron hasta la sala que les tocaba y miraron sus asientos para acomodarse y finalmente mirar la película.
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—Pero qué perdida de nuestro tiempo. Si me hubieran dicho que la película era así de mala hubiera ido a un parque de diversiones y saben muy bien que no me gustan mucho la verdad —Zhuocheng estaba fastidiado y al parecer todos estaban de acuerdo con él.

—Ay, vamos Zhuocheng—Lu cruzó su brazo derecho con el derecho del contrario mientras caminaban a la salida del centro comercial—. Nosotros tampoco sabíamos, es la primera vez que la vemos. Aunque realmente era mala.

—Lo peor de todo fue que nos quedamos como tontos esperando a que hasta el final se pusiera buena —comentó Zhan. Todos asintieron.

Una vez afuera del centro comercial, se quedaron hablando por unos minutos sobre cosas sin importancia. Hasta que Zhuocheng vió la hora en su reloj y bufó de la molestia.

—Bueno chicos, ocho y media. Debo llegar antes de que mi mamá lo haga o me esperará un interrogatorio muy pesado. L y L, ¿vienen conmigo?

—De hecho sí, mi papá también debe estar esperándome en casa. ¿Vamos Ji Li?

—Sip, vamos.

—Bien, hasta luego chicos —Zhuocheng se despidió de los otros tres chicos mientras Lu y Ji Li se iban detrás de él hacia la parada de autobuses.

Los tres en discordia se habían quedado solos, a las puertas de ese lugar público y a la vista de varias personas que pasaban de ellos. Aunque Zhan y Jiyang se había quedado frente a frente y Yibo estaba detrás de Zhan, mirando fijamente a Jiyang, haciéndolo sentir nervioso.

—Oye Jiyang, si quieres puedo... Acompañarte a tu casa...

—Oh, no te preocupes Zhan-Zhan. Haoxuan está esperándome en la otra salida —mentira—. Debo ir allá, su humor no tan agradable cuando demoro.

—Entonces, te acompañamos hasta allá —las sugerencias de Zhan estaban afectando a su novio, que ya no sabía qué hacer para evitarlo. Solamente miró detrás de el hombro de Zhan. Yibo seguía con la misma mirada que había visto hace ya mucho tiempo en clases.

—N-no, yo puedo solo desde aquí. Gracias —trató de sonreír a pesar de los nervios—. Nos vemos el lunes.

Zhan asintió, se acercó a él y besó su pómulo derecho, cosa que hizo a Jiyang estremecerse. Por un lado por miedo a que Yibo hiciera algo tras ese acto y otro porque no se esperaba tan bonito acto. Cuando Zhan se alejó, se sonrieron. Jiyang agachó la cabeza y entró nuevamente en el centro comercial. Yibo caminó hasta quedar frente a Zhan con una sonrisa coqueta.

—Parece que solo quedamos tu y yo —Yibo se acercaba de forma sugerente a Zhan. Este solo lo veía desinteresado.

—Déjame en paz, quiero irme —Zhan caminó esquivando a Yibo, aunque no se dió cuenta de que el nombrado lo seguía por detrás.

—Oye, no seas aburrido. Anda, yo te llevo. Habré venido solo, pero traje mi auto. Está en uno de los estacionamientos exteriores.

—No te molestes, tomaré un autobús o el tren.

—Ya son las nueve, el último bus ya salió y conseguir un taxi cuando todas las personas que no tomaron su último autobús o tren va a ser muy difícil —a Zhan no se ocurrió otra excusa para zafarse de Yibo, por lo que se detuvo y volteó a verlo.

—No intentes algo en el trayecto ni una vez que lleguemos y me dejas frente a mi casa. ¿Quedó claro?

—Como el agua —Yibo sonrió y caminó hasta quedar a la par con Zhan y tomarlo de la muñeca para jalarlo hasta el estacionamiento.
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Faltaban unas cuantas cuadras para llegar a la casa de Zhan. Yibo no había intentado algo hasta ahora. Una vez llegaron a la casa de Zhan, Yibo estacionó su auto frente a esta. Zhan no lo pensó dos veces y abrió rápidamente la puerta del lado del copiloto para, una vez estando fuera, cerrarla de un portazo. Caminó hasta la puerta mientras sacaba las llaves de su bolsillo, pero en cuanto sintió que alguien se acerba detrás suyo. En un instinto de autodefensa, volteó apuntando el lado alargado de la llave hacia su posible agresor, tal vez podría clavársela fuertemente. Era la única arma ridícula que tenía. Aunque se vio en necesidad de no hacerlo, pues era el chico que lo había traído hace unos segundos.

El rostro de Yibo estaba a muy pocos centímetros del rostro contrario. Zhan lo miraba directamente con ojos nerviosos, los ojos ajenos eran todo lo contrario: estaban entrecerrados, derramaban deseo y frialdad a montones.

—Abre la puerta.

—T-tú prometiste que...

—Abre. La. Puerta.

La voz era tan profunda y grave que  Zhan solamente pudo obedecer. Girando un poco su cabeza, sujetó la llave con la mano derecha y la insertó en el cerrojo. Desasegurada la puerta, tomó la perrilla y la giró, abriendo la puerta.

Lo siguiente que pasó fue que Zhan sintió que algo suave y un poco húmedo de posó salvajemente en sus labios, tan fuerte que le hizo cerrar los ojos. Lo empujaron aun de espaldas a la puerta, caminaba torpemente de espaldas mientras esa suavidad ahora se movía en sus labios. Sintió que entraba en su casa y que puerta era cerrada y asegurada por dentro con el botón de la perilla. Aunque no vio algo de esto, pues su mente solo se concentraba en los que serían los labios de una persona. Se sintió caer en algo suave que sería el sofá de su cama y sus manos frente a él sostenían el peso del cuerpo contrajo, posándolas en el pecho del mismo.

Yibo lo estaba besando otra vez.

Era una sensación que quería odiar. Quería sentirse asqueado de tan placenteros y suaves labios que lo besaban con pasión. La lengua de Yibo se abrió paso en la boca de Zhan y exploró nuevamente cada rincón de esta. Zhan movió sus manos hacia el cabello castaño de Yibo y enterró sus dedos en él. Los labios se separaron de los suyos y trazaron un camino de besos que pasaban por su mejilla, su mandíbula y terminaba en su cuello. Zhan jadeaba y las manos contrarias se sumergieron debajo de su camiseta, sintiendo calor en cada lugar que acariciaban.

Quería odiarlo. Despreciarlo hasta tal punto que se olvidaría de él y todas las sensaciones que el maldito le hacía sentir. Pero, por más que quisiera, algo dentro de él le decía que lo retuviera. Que por más mierda que había sido, había algo que le decía «No lo detengas», «Te arrepentirás si lo haces», «Ni se te ocurra soltarlo».

Aunque no duraría mucho. El recuerdo de Jiyang sonriendo minutos antes le cayó como un balde de agua fría. Abrió los ojos completamente y trató de empujar a Yibo, poniendo sus manos de nuevo en su pecho.

—B-basta... Por favor...

—Deja de jadear y me detendré —Yibo no dejaba su cuello. Lamía y besaba como si no pudiera respirar después. Sabía que Zhan no podría resistirse. Estaba siendo tan horriblemente egoísta, pero Zhan dejó de escuchar a esa voz en ese momento y le hizo caso a la razón. No supo de dónde sacó la fuerza para empujar a Yibo a tal punto de hacerlo caer al suelo alfombrado.

Una expresión de dolor se formó en el rostro de Yibo, seguido de un quejido provocado del mismo. Zhan se asustó mucho y se acercó a él, apoyando una rodilla en el suelo, sin saber que hacer.

—Yo... Yo... Es que no te detenías y... Yo solo... Ahg, lo siento. ¿Estás...

—¿Así va a ser ahora? —pareciera que el dolor pasó a segundo plano, pues Yibo se levantó del suelo y miró seriamente a Zhan.

—¿Qué- de qué hablas? —Zhan también se levantó.

—No te entiendo. Hace unos días me repudiabas diciendo que solo te estoy usando y ahora en vez de empujarme lejos cuando pudiste, me besaste de vuelta y te aferraste a mí. Dime de una vez si así es como va a ser ahora.

—¿Qué? Yo no... —la expresión confusa en el rostro de Zhan era muy notoria, pero tomó valor y la cambió a una fastidiada— Escúchame, no tengo idea de lo qué pasó o por qué. Pero si de alguna forma te empujé después fue porque yo sí acepto mi vida tal y como es. Ya no cederé a tí otra vez. Jiyang es lo que me importa ahora.

—¿Ese mocoso idiota? Por favor, ni siquiera es tan bueno.

—Si tan solo vieras que yo no me fijo en el físico sino en los sentimientos de la persona, entenderías todo el afecto que tengo por él.

—¿Afecto? Así que solo es eso, ¿eh?

—No... ¡No me confundas! Lo amo, quiero que te metas eso bien en la cabeza. Solo déjame en paz y sal de... —Zhan calló antes de decir algo que seguramente lo delataría de inmediato.

—¿Salir de dónde?

—Sal... ¡Sal de mi casa ahora! Vete.

Escuchó la risa nasal sarcástica de Yibo, seguido de unos pasos y el sonido de la puerta siendo desasegurada, luego el sonido de ser abierta y ser cerrada de un portazo.

No entendía por qué. Su cabeza era un mar de pensamientos y emociones, tanto correctos como incorrectos. Sabía que no amaba a Jiyang, pero aún así era dependiente de tener a alguien queriéndolo de una forma linda. También sabía que estaba mal querer el tan fogoso deseo de Yibo hacia él. Tan mal que le carcomía el corazón.

Se tumbó en el sofá nuevamente, con su cabeza en dirección al techo y su mando izquierda cubriendo sus ojos. No sabía que haría ni que sería de él a partir de ahora. Solo sabía que debía hacer algo, aunque tampoco sabía qué era.

—Solo sal... Sal de mi cabeza.
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Estoy vivaaaaaaaaaa *inserte Mushu levantándose como zombie*. Ah... Ya basta. Bueh ¿cómo estuvieron preciosuras? ¿Me extrañaron? Lamento mucho no haber atualizado en tanto tiempo. El cole y mi blockart fueron un gran problema. Pero ya volví, renovada y con la vista al frente zyqzy 😎🤙🏻. Solo hay una cosita que quiero decirles... Vayan a seguirme ;-; hay muchas tortuguitas hermosas que votan en mi fic y y comentan, pero no me siguen unu. Les toma menos de cinco segundos, es para que no se pierdan de los próximos proyectos que tengo pensado publicar después de «Tentando al pecado» y están muy buenos. Con una amiga estuvimos hablando, es como mi editora 😅💗 la amo mil, también me dijo que están buenos los proyectos.

Por esa razón, vayan a seguirme hermosuras, para que se enteren de todo y cuídense mucho mucho porque Lady N los quiere sanitos.

Bueno, sin más que decir, no leemos luego ❤️ son la una de la mañana en Perú y ya hace sueñito uwu. Bais bbs.

Lady N, fuera.

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