Una flor sin pétalos

By G-Kuin

227K 18.2K 2.5K

Todos en algún momento de la vida, nos encontramos con alguien en nuestro camino. Una persona a quien no pued... More

Llegó el día. (Capítulo 1)
Idiota. (Capítulo 2)
Preparándome. (Capítulo 3)
Me llamo Jimin. (Capítulo 4)
¿Qué le pasa? (Capítulo 5)
Bajo el mismo techo. (Capítulo 6)
No soy su criada. (Capítulo 7)
La primera noche juntos. (Capítulo 8)
Págamelo después. (Capítulo 9)
Una confesión de Jimin. (Capítulo 10)
¿Interrumpo algo? (Capítulo 11)
Ahora lo sé. (Capítulo 12)
Él no es mío. (Capítulo 13)
Sólo una amiga. (Capítulo 14)
¿Verdad, o mentira? (Capítulo 15)
Házmelo saber. (Capítulo 16)
Miedo. (Capítulo 17)
¿Qué pasó aquí? (Capítulo 18)
¿Qué me está pasando? (Capítulo 19)
Las cosas van en serio. (Capítulo 20)
¿Café? no lo creo. (Capítulo 21)
¿Es una cita? (Capítulo 22)
Sé que está mal. (Capítulo 23)
Del odio al amor. (Capítulo 24)
Cúrame. (Capítulo 25)
Regreso a casa. (Capítulo 26)
Lo prometo. (Capítulo 28)
Así te quiero. (Capítulo 29)
Sin límites. (Capítulo 30)
Te amo. (Capítulo 31)
Juntos. (Capítulo 32)
Incapaz. (Capítulo 33)
Amor antibalas. (Capítulo 34)
Margaritas (Capítulo 35)
El momento en que te perdí. (Capítulo 36)
Por favor... (Capítulo 37)
Plumas. (Capítulo 38)
Morir de amor. (Capítulo 39)
¡PREGUNTA!
Amor de papel. (Capítulo 40)
Dejarlo ir. (Capítulo 41)
Nuevo camino. (Capítulo 42)
Realmente. (Capítulo 43)
Un hecho irremediable. (Capítulo 44)
Feliz cumpleaños. (Capítulo 45)
Esa mujer. (Capítulo 46)
Tú. (Capítulo 47)
Esperanza. (Capítulo 48)
Conflicto. (Capítulo 49)
Comercial ╮(─▽─)╭
Enferma. (Capítulo 50)
¡AVISO!
5 minutos. (Capítulo 51)
Mil por hora. (Capítulo 52)
Mírame. (Capítulo 53)
Brindemos. (Capítulo 54)
Avanzar. (Capítulo 55)
Quizá. (Capítulo 56)
Deshojando al corazón. (Capítulo 57)
Ya no más. (Capítulo 58)
He vuelto.

¿Los Ángeles? (Capítulo 27)

3.6K 332 34
By G-Kuin

Los pequeños rayos de luz que entraban por la cortina de la ventana me lastimaban. Apreté los ojos y comencé a moverme tratando de evadir la luz, pero me impedían moverme. Cuando abrí los ojos él seguía ahí.

Estaba profundamente dormido. El cabello demasiado alborotado, y la boca ligeramente abierta.

Por fortuna ya había llegado el fin de semana. Era sábado, y era el día de regresar a casa. 

—Buenos días  —me acerqué a él y le mordí suavemente la oreja.

Jimin dio un pequeño salto y abrió los ojos.

—Buenos días...—me respondió aún adormilado, con una pequeña sonrisa en los labios.

—¿Quieres dormir más tiempo?

—No, ya es hora de que me levante. ¿Qué hora es? —dijo dando un gran bostezo.

—Las 8:36 am.

—Bueno, aún es temprano, ven aquí —me jaló del brazo hacia él y caí suavemente sobre su pecho. 

—Jimin, deberías ponerte la camiseta —dije mirando perdidamente su bien trabajado abdomen.

—¿Por qué?

—Me distraes—me mordí el labio.

—¿Entonces te gusta? —arqueó un ceja y me sonrió.

Más de lo que crees. 

—No, pero si tu mamá llega a entrar y nos ve así, no será bueno.

—Descuida, puse el seguro. 

Nos quedamos en silencio durante varios minutos, simplemente disfrutando del tacto del uno del otro. Yo estaba recargada en su pecho, y él me abrazaba gentilmente.

—¿Sabes algo? —rompió el silencio.

—¿Qué pasa?

—Nunca antes había dormido con alguien que no fuera mamá, o los chicos. 

—¿En serio?

—Sí, de hecho es la primera vez que duermo con una de mis novias.

—Una de tantas... —puse los ojos en blanco.

—¿Eh? ¿Una de tantas?

—¿O me equivoco?—me sentía molesta.

—Pues sí, te equivocas.

—Sí claro...

—Escucha—me apartó de su pecho y me recostó sobre la cama para verme a lo ojos—. Tal vez soy popular entre las chicas, pero no soy un mujeriego.

—¿De verdad?—lo cuestioné.

—De verdad. ¿Tan mal concepto tienes de mí?

—Bueno, tengo mis razones para pensar que lo eres...

—¿Cuáles?

—Hace unas semanas, la primera vez que nos besamos... Te fuiste con la tonta rubia plástica al siguiente día, sólo jugaste conmigo —puse los ojos en blanco. 

—¿Tonta rubia plástica? —Jimin se echó a reír.

—No es gracioso...

—Lo siento, es gracioso por cómo lo dices.

—Eres un mujeriego —estaba molesta.

—Giselle, escúchame. Esa fue una enorme estupidez de mi parte, lo sé. Las razones ya no importan, pero créeme, no soy un mujeriego.

—¿Por qué debería creerte?

Guardó silencio por unos segundos y me miró fijamente.

—Porque... la única mujer que quiero, es a ti —declaró.

Se acercó rápidamente a mí, y me dio un suave beso directo en los labios. Se lo correspondí al instante.

Pasé mis brazos al rededor de su cuello jalándolo hacia mí, mientras que él acariciaba mis piernas.

Nos besábamos tan delicadamente. Tan lentamente. Tan perfectamente.

Era la única para él. 

—Chicos, abran la puerta, ya sé que están ahí —dijo repentinamente Min Jae del otro lado.

Ambos dimos un salto y cortamos el beso. Jimin dio un suspiro.

—Mi madre sí que es oportuna, ¿no crees? —reí.

Jimin se puso de pie y se dirigió a abrir la puerta. Era inevitable no observarlo.

Caminaba con  tanta audacia, a pesar de estar recién levantado. Iba con el torso y los pies desnudos, llevando puesto únicamente un pants negro con una caída tremendamente sexy, dejando al descubierto el resorte de sus boxers.

—¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué no llevas camiseta jovencito? —preguntó Min Jae, a penas y la puerta se abrió.

—Tenía calor —respondió.

—¿Y qué estaban haciendo para que te diera calor? —arqueó la ceja.

—Mamá, sólo dormíamos, lo juro.

—Escuchen, aunque estén saliendo hay que poner ciertas reglas en la casa, mientras Giselle viva con nosotros porque...

—Mamá, Giselle se va hoy —la interrumpió.

Min Jae volteó a verme sorprendida. Yp aún estaba sobre la cama.

—¿Qué? ¿Ya te vas cariño?

—Sí, para eso llamaron mis padres ayer.

—¡No! Diles que te dejen quedarte por más tiempo, es realmente agradable tener compañía femenina en la casa.

—Lo siento, no quiero seguir siendo una molestia...

—Nada de eso, me encanta tenerte aquí.

—Creo que ya estuve mucho tiempo lejos de casa, además, me gustaría estar con mis padres...—apreté los labios.

—Bueno tienes razón, pero tienes que venir a comer con nosotros cuando puedas.

—Claro, no dejaré de venir —le sonreí.

Min Jae salió de la habitación y Jimin también se marchó después de un rato más. Yo me dispuse a empacar todas mis pertenencias.

Al pasar unas horas, el closet y los cajones ya se encontraban vacíos, el tocador y el escritorio estaban despejados y la habitación completamente limpia. No había nada más que los muebles. No quedaron rastros de mi presencia en la habitación.

Me quedé parada, mirando perdidamente el pequeño espacio donde compartí tristezas y alegrías durante muchas noches, gracias a un estúpido chico, que se había convertido en lo más importante para mí.

Y bueno, había llegado el momento de marcharme.

—Giselle, qué te parece est... —Jimin entró, pero guardó silencio al ver la habitación tan vacía. Me giré a verlo, y sostenía unos papeles en las manos.

—Realmente te vas... —dijo mirando que ya no había quedado nada.

—Sí —apreté los labios.

—Oh...

—Pero descuida, aún vendré a verte cuando pueda. 

—Pero no será lo mismo.

—Jimin, nos seguiremos viendo en clase.

—Sí pero...

—¿Qué es eso? —lo interrumpí, apuntando a los papeles en sus manos. 

—Oh, esto. Es una encuesta la universidad —me acercó las hojas.

—¿La universidad? —tomé los papeles de sus manos.

—Sí, estuve leyendo acerca y es una escuela excelente, tiene todo lo necesario y bueno... me gustaría que tramitáramos juntos. Falta poco para terminar la preparatoria y debemos estar preparados.

—Pero, Jimin, esto es en Los Ángeles —dije sorprendida mientras seguía leyendo los papeles.

—Lo sé, y quiero que vengas conmigo.

Levanté la mirada, y me miraba decidido.

—¿Viajar a Los Ángeles?

—Sí, podríamos tramitar una beca para dos, así se volvería más sencillo. Ya estoy pensando en todo. Podemos rentar un departamento y vivir juntos.

—Jimin... no lo sé, tendría qué pensarlo.

—Por favor, ven conmigo, no me imagino estar tan lejos de ti si llegan a aceptarme —se acercó a mí y me tomó de la cintura.

—Lo pensaré, ¿de acuerdo? 

Suspiró.

—De acuerdo.

*

Pasaron algunas horas, y ya comenzaba a atardecer. Estábamos en la sala viendo la televisión. Yo estaba sentada en el sofá, y Jimin recostaba su cabeza sobre mis piernas. Jugaba con su cabello enredándolo entre mis dedos, mientras mirábamos un programa de comedia.

De pronto, alguien llamó a la puerta. Min Jae salió de la cocina y se dirigió a ver quién era.

—Buenas tardes —escuché la voz del señor Choi, y supe que era hora de irme. 

Jimin se puso de pie al instante y se giró a verme.

—¿Crees que si le hago un berrinche a éste hombre te deje quedarte? —preguntó.

—Jimin, si me amas déjame ir —reí y le di un pequeño golpe en el brazo.

—Es que no quiero que te vayas —se lanzó a mí y me atrapó en un fuerte abrazo.

—Jimin, ya suéltala, no hagas esperar al señor Choi —habló Min Jae.

Se separó de mí, resignado y bajó la mirada.

—¡Choi! te extrañé —me lancé a él y le di un fuerte abrazo.

—Un gusto verla de nuevo pequeña saltamontes —dijo devolviéndome gentilmente el abrazo.

—Jimin, ayuda a Giselle a llevar sus cosas al auto —habló de nuevo Min Jae.

Jimin se acercó a mis cosas y obedeció a su madre sin objeciones.

—Fue un gusto tenerte éste tiempo con nosotros cariño, te voy a extrañar —dijo Min Jae tomándome de los hombros, y los ojos comenzaron a ponérsele vidriosos.

—Muchas gracias por haberme cuidado todo éste tiempo, también te extrañaré —le sonreí. Habíamos formado una gran lazo. Era como otra amiga para mí.

—Dios mío, eres como la hija que siempre quise —me dio un fuerte abrazo —no debo llorar, no debo llorar, el rímel está muy caro —dijo abaniqueandose los ojos con las manos.

Salimos de la casa y el señor Choi ya estaba esperándome. Jimin estaba recargado en el auto con las manos en los bolsillos, muy muy serio. Levantó la mirada, y me acerqué a él.

—Bueno, nos vemos —le extendí la mano, como en un saludo de extraños. Me miró fríamente.

—Es una broma, ¿cierto? —tomó mi mano, pero me jaló hacia él dándome un profundo beso en los labios. Me tomó de la cintura y me giró para pegar mi espalda sobre la cajuela del coche.

Me besó apasionadamente, metiéndome la lengua, sin importarle que su madre estuviera viendo. Casi obligada, me separé de él.

—Jimin... nos están viendo...—dije con las mejillas ruborizadas.

—No me interesa —y me volvió a besar.

El señor Choi aclaró su garganta en señal de que quería que paráramos. Volví a separarme de sus labios, muerta de vergüenza.

—Jimin, basta —lo empujé, sonrojada.

—¡Jimin, contrólate por favor! —Min Jae lo regañó.

—Avísame cuando llegues a casa —me dijo con una sonrisa victoriosa. 

Rodé los ojos, en cierto punto divertida, y entré al auto. El señor Choi cerró mi puerta y subió también. El motor se puso en marcha y comenzamos a avanzar. Bajé el cristal, y me despedí de ambos agitando mi mano mientras nos alejábamos.

Después de unos minutos, Jimin había desaparecido de mi vista en la inmensa y larga calle. 

*

Corrí a abrazar a mis padres en cuanto crucé la puerta. Las lágrimas cayeron por mis mejillas inevitablemente. Realmente los había extrañado. 

Después de una sentimental bienvenida, subí mis cosas a mi habitación y comencé a desempacar. Al pasar una hora, ya estaba todo en su lugar. Saqué mi teléfono y le escribí a Jimin.

Yo: Ya estoy en casa. 8:48 pm.

Jimin: Preferiría que estuvieras aquí. 8:51 pm. 

Yo: También me gustaría estar ahí. 8:53 pm. 

Jimin: ¿Y si te secuestro? 8:54 pm.

Yo: No estaría mal, me agrada la idea. 8:55 pm. 

Me acosté en mi cama esperando a que Jimin me respondiera, pero no lo hizo. Bufé. 

Bajé a cenar con mis padres y charlábamos de cómo les fue en su viaje. Tuve que pasar por la vergonzosa conversación interrogatoria de mi padre, al confesarles a ambos que estaba saliendo con Jimin.

Papá comenzó a decir que fue un error haberme dejado a vivir en casa de los Park, y que Jimin sólo era un maldito delincuente. Típicos celos de padre a su hija. Por otro lado, mamá lo tomó con calma.

Regresé a mi habitación y me deshice de mi ropa para tomar una ducha. Al salir, me puse una blusa blanca y holgada, bastante ancha para mi delgado cuerpo, y unos diminutos shorts grises. Cepillé mi largo cabello y lo dejé suelto para que se secara. 

Tomé mi teléfono y aún no había respuesta de Jimin.

¿Ahora él me ignoraba a mí? 

Lancé decepcionada mi teléfono a la cama, y regresé al baño para secar el suelo después de la ducha. Comencé a escuchar algunos ruidos en mi habitación. Creí que ChimChim estaría mordiendo algo, o que querría salir de la habitación. 

Salí del baño a ver qué pasaba, pero alguien apareció detrás de mí, tapando mi boca y sujetándome fuertemente por detrás. 

Quise zafarme, e intenté gritar, pero no podía, estaba totalmente inmovilizada. 

—He venido a secuestrarla, señorita —me habló con la voz ronca a mi oído. 

Entonces me di cuenta, que Jimin había entrado a mi habitación por la ventana. 


Continue Reading

You'll Also Like

273K 43.2K 36
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
331K 33K 86
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...
44.7K 6.3K 36
Elladora Black es la hija menor de Orion y Walburga criada para ser una sangre pura perfecta, sin embargo no es lo que planearon. Narcisista, egoíst...
205K 32.4K 20
Park Jimin, un padre soltero. Por culpa de una estafa termina viviendo con un completo extraño. Min Yoongi, un hombre solitario que guarda un triste...