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Por rachel_santiago

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Por rachel_santiago

N/A: Gracias por el apoyo que está recibiendo el Fic, pequeñas sombras.🖤 ¡No olviden compartirla para que llegue a más personas! 

P.D Perdón por los guiones cortos, ya saben que Wattpad los cambia :( lo solucionaré en cuanto pueda. ¡Nos leemos pronto!🖤

Las primeras lagrimas salieron y no hubo nada que pudiera detener el resto. Lloré a mi hermano hasta cansarme. Dormité un rato, pero no pude descansar; me daba miedo quedarme dormida y ser atacada por esa pesadilla recurrente.

En algún momento de la noche me planteé la idea de pedirle ayuda a Fedyor, pero eso implicaría confiar demasiado en los guardias apostados en la entrada de mi tienda-celda. Supongo que ser invitada-prisionera y ser amigos no eran sinónimos.

Finalmente, me rendí. Simplemente me tumbé sobre el catre, con la mirada perdida en lo alto de la tienda. Fui consciente del paso del tiempo. Poco a poco las sombras desaparecieron de la tienda al ser iluminada por el sol desde afuera. El movimiento de soldados se intensifico a medida que el día avanzaba.

Podía escucharlos entrenando y gritándose órdenes. Unos cuantos caballos partieron.

━¿No planeas ir a desayunar? ━cuestionó una melodiosa voz.

Mi cansancio se disipó rápidamente, reemplazado por la adrenalina. Me senté en un solo movimiento y observé a la grisha sentada a un metro de mí sobre una de las pocas sillas que quedaban en la tienda.

Quizá lo más idiota era reparar en que era guapísima, pero lo era. Con esa piel radiante y perfecta. Su cabello rojo atado en un elegante moño y los labios teñidos de un rosa pálido. Una punzada de celos me acribilló el pecho. Yo nunca en mi vida había conseguido lucir tan... bonita.

Su kefta era roja, como la de Fedyor y, al mismo tiempo, diferente. El bordado en su uniforme era de un color azul. No era sanadora, pero tampoco una mortificadora. O quizá sí, me dijo una vocecilla dentro de mi cabeza, ¿Cómo sabes que ese bordado no es una advertencia de lo peligrosa que es?

━¿Qué eres? ━le pregunté con recelo finalmente, cortado de un tajo el silencio.

Supongo que lo más cortés habría sido empezar por preguntar su nombre, sin embargo, nunca me preocupaba por ello. Eso quedó claro cuando me monté en un coche a petición de un mortificador y solo supe su nombre una semana después, justo al terminar en este lugar. ¡Ja!

Otro mal hábito, desarrollado al estar de servicio con una adinerada familia. No necesitaba conocer a los invitados, solo servirlos.

━Soy grisha, evidentemente.

━Sé que eres grisha ━resoplé al tiempo que blanqueaba los ojos━. Me refería, ¿A qué orden perteneces?

━No te pareces mucho a tu hermano ━comentó en lugar de responder a mi pregunta, entrecerrando los ojos━. Quizá sea porque lo vi golpeado y lleno de sangre antes de que se esfumara.

Resollé con pesadez. Después de la horrible noche en vela pensando en Mal, lo último en mis planes era conversar sobre mi amoroso hermano con los lacayos del Oscuro. Por muy guapos y amigables que resultasen.

━Soy una confeccionadora ━aclaró finalmente━. ¿Acaso no tienes hambre?

━¿Los prisioneros tenemos acceso al desayuno del segundo ejército? ━aventuré con sorna━. ¡Qué gran honor! Mi sueño siempre ha sido compartir la mesa con personas que podrían matarme con mi propio vaso de agua. ¿Debería ponerme mi mejor vestido?

Ella soltó una larga carcajada. Del exterior llegó el eco de una segunda; podría apostar que se trataba de Fedyor.

Era un gran consuelo saber que mi estadía aquí al menos serviría para mantener entretenido al segundo ejército. Pasé de servir a una familia en Os Alta a ganar el título de bufón para los grisha. Excelente ascenso.

━Me gusta. Tienes un carácter muy ácido y tus insultos al menos son creativos.

Puse los ojos en blanco por segunda vez en lo que iba de la mañana. Ciertamente, mi orgullo no duraría lo suficiente y si el Oscuro iba a matarme en cualquier instante, prefería tener al menos un trozo de pan en el estómago.

━Bien, me convenciste. ¿Dónde, por todos los santos, está el desayuno?

━Por aquí, señorita mal humor.

Seguí a la chica por el mismo camino que la noche anterior. Tardé más de lo necesario en percatarme de la dirección en la que íbamos y eso me costó mi escape. La entrada de la tienda del Oscuro me recibió sin darme oportunidad de correr por donde había llegado.

Comenzaba a preocuparme mi poco instinto de supervivencia. ¿Sería probable que Fjedor hubiera sobrepasado los límites y me hubiese dejado tarada? No, por supuesto que no, me recordé, ya era así desde siempre. Además, caí en lo que parecía un bucle destinado a repetirse: seguir felizmente ordenes de un grisha desconocido y terminar en la tienda del Oscuro.

Al menos me diría el nombre de la confeccionadora cuando me mandase de vuelta a mi habitación de lujo.

━Dudo mucho que duermas en el comedor ━solté, apenas verlo━. Tampoco veo a nadie más degustando una buena porción de higos, así que supongo que este no es el comedor. ¿Qué hago aquí?

━Buen día para ti también, Iryna ━se mofó el Oscuro━. Estoy muy bien, gracias por preguntar.

━Escuché un par de cosas que no me importaban cuando desperté, ni me importan ahora. Volveré a intentarlo, ¿Qué hago aquí?

Sus ojos formaron un par de rendijas por las que apenas se alcanzaban a vislumbrar ese par de canicas plateadas y penetrantes. Frunció los labios como si acabase de tragar algo amargo y las aletas de su nariz se movieron al exhalar con fuerza.

Las sombras se movieron a mi alrededor, pero se calmaron rápidamente. Al menos el hombre poseía un autocontrol admirable.

Si yo fuera él, me habría matado ahí mismo.

━No soy tan malvado como para privar de alimento a alguien ━comentó con un tono suave y peligroso━. ¡Mucho menos a quien podría devolverme a mi invocadora del sol! Así que, cada mañana, de ahora en adelante y hasta que esto termine, vendrás a tomar los alimentos a esta tienda. ¿Quedó claro?

No sé de dónde salió el impulso, pero me acerqué dando fuertes pisotones.

━O podría volver a mi celda y clavarme un abrecartas. Salir de este juego cuanto antes.

Una media sonrisa adornó su rostro. ━Tengo sanadores, Iryna. Puedes intentarlo si quieres.

━Y yo tengo ganas de salir corriendo hacia Novokribirsk, ¿Tus sanadores son tan buenos como para sacarme ilesa de la Sombra?

Su rostro se endureció.

Me sorprendí de lo mejor que me sentía, aunque pronto se desvaneció el sentimiento de victoria. Arrasado por la vergüenza. Ni siquiera sabía por qué estaba peleando, es decir, estaba soltando una retahíla de cosas sin sentido y, pese a que podría parecer algo digno de Iryna Oretsev, solamente conseguiría dejarme en ridículo frente a la amenaza número uno de un país entero.

Mi libertad se alejaba gracias a mi lengua.

━¿Debo pedir que retiren los cubiertos de la mesa? ━preguntó entonces━, ¿O prefieres desayunar de manera civilizada?

Me mordí el interior de la mejilla con fuerza. ━¿No tienes un sanador a la mano?

Pasé por su lado intentando mantener la poca dignidad que me quedaba. Me senté lo más lejos del puesto principal y llené mi plato. También me quemé la boca con el té, sin embargo, eso me ayudó a poner los pies en la tierra nuevamente.

No lo vi acercarse.

━Tengo un par de accesorios que podrían mantenerte atada al poste de tu tienda por el resto del día ━murmuró.

La calidez de su aliento sobre mi oreja, aunada al golpe seco de los grilletes sobre la mesa, me hizo saltar del asiento. Retrocedí varios pasos hasta verme impedida por un mueble. Su rostro carecía de expresión, lo que resultaba infinitamente más aterrador que verlo con una mueca en los labios.

Podía escuchar mi corazón y mi respiración irregular. ━Sólo quiero volver a casa.

━¿Servir al Duque Lazarev es tan emocionante? ━espoleó━. Los rumores dicen que el Duque es generoso con su servidumbre femenina, ¿Por eso quieres volver?

No recordé su presencia hasta que soltó un suspiró tremendamente alto, comparado al sonido que viene después de un puñetazo en el estómago. La grisha pelirroja. Me distrajo lo suficiente como para no hacer una verdadera tontería. Su rostro se contrajo en algo que reconocí perfectamente, pues yo lo vi en el espejo por mucho tiempo.

Mi mente se quedó en blanco. El rostro me ardía, de furia o vergüenza, no importaba. Solo necesitaba irme.

Me planté frente al Oscuro y arrastré los brillantes grilletes sobre la mesa. Eran sorprendentemente ligeros, pero conociendo la reputación de los hacedores grisha, serían increíblemente efectivos.

━Quiero volver a mi tienda ━medio supliqué.

━Ni siquiera has terminado. Apenas comiste algo.

Le extendí los grilletes en su dirección, ganándome un breve instante de confusión por su parte.

━Ponlos o saldré corriendo directamente a la Sombra ━amenacé.

El Oscuro retrocedió un paso para examinar mi rostro. ━No serías tan estúpida.

━Mi hermano se quedó con todos los buenos atributos ━resongué━. ¿Quieres comprobar que no miento?

Iba a llorar. Otra vez.

Las lágrimas ya escocían en mis ojos. Mientras más tardase el Oscuro en rodear mis muñecas con ese acero inhumanamente brillante, las probabilidades de humillarme ahí mismo se incrementaban.

El peso del metal desapareció de mis manos.

━Llévatela, Genya ━ordenó al fin━. Y que David le ponga esto una vez ahí.

Fijé la ruta hacia la tienda de cartografía en mi mente y me moví automáticamente, sin ver ni escuchar nada a mi alrededor. Era consciente de Genya a mi lado, pero si había dicho algo, cayó en saco roto.

Un grisha con kefta morada entró a la tienda unos minutos después y manipuló el metal. Las pulseras quedaron fijas a mis muñecas, no había llave, así que solo podrían ser retiradas por un grisha. Que novedad.

━Si necesitas algo, Fedyor estará afuera ━anunció Genya━. Vendré a verte más tarde.

No dije nada. No tenía palabras, ni ganas. Así que se marcharon y me dejaron para enfrentarme con mis demonios en compañía familiar de la soledad.

Fedyor tuvo el detalle de mover el catre junto al poste donde yo misma había pedido ser encadenada desde el mediodía. No me moví de ahí el resto del día. No probé ni la comida, ni la cena. En ambas ocasiones despedí a Genya con un par de palabras mordaces, pese a su carencia de culpa.

Mi mortificador favorito, Fedyor, el único que conozco ¡Ja!, intentó un par de veces también, pero no tuvo más éxito que la confeccionadora. Terminó optando por mantener su lugar junto a la puerta, no sin antes mover una silla junto al catre y dejar una bandeja con comida a mi alcance.

No hubo lágrimas. Dormí por ratos, brindándole a mi mente un escape breve y a mi cuerpo un descanso.

Unas horas después de la cena, mi vejiga le pidió al resto de mí que dejase de ser estúpida. Necesitaba ir al baño.

━Fedyor, ¿Podrías...?

El resto de la petición se disolvió en mi cabeza cuando, al girarme, era otro quien se encontraba sentado en el puesto del mortificador. El Oscuro me observaba con aburrimiento y con tal intensidad que hasta me avergoncé por provocarle tan mal rato.

━¿Necesitas algo, Iryna?

La bestia feroz en mi interior abrió un ojo, analizando sus oportunidades. Finalmente, decidió que el golpe recibido por la mañana era suficiente por un día y permaneció quieta.

━Me gustaría ir al baño ━sacudí las muñecas, demostrando el impedimento━, ¿Podrías llamar a David?

Sus cejas se levantaron en evidente sorpresa. Si esperaba una pelea, se había llevado un chasco monumental.

Asintió e hizo llamar al durast. Fedyor me escoltó hasta el lugar y esperó fuera.

━Perdón ━me disculpé mientras volvíamos a la tienda━. Te llevaste un mal trato y no tuviste nada que ver. Lo siento.

Él sonrió. ━Todos explotamos en algún momento, no podemos mantener guardado todo para nosotros mismos. Siempre puedes llamarme, ¿Sabes? ━mi frente arrugada le causó gracia━. Aunque sea solo porque quieres gritarle a alguien, te prometo no pararte el corazón.

━Estoy muy tentada a tomarte la palabra ━amenacé en broma━, no sabes en lo que te estás metiendo.

Volvimos a la tienda más pronto de lo que me habría gustado. Para mi mala suerte, el Oscuro seguía ahí, esperando por mí. ¿Por quién más?

Fedyor me dedicó un guiño antes de desaparecer de mi vista.

Una de las mesas de dibujo de los cartógrafos estaba de vuelta en la tienda y sobre ella estaban desplegados diversos mapas, o eso imaginaba que eran.

━Déjame adivinar. Estas muy solo en tu enorme tienda y no tienes con quien pelear, así que ahora vienes a la prisión a pasar el rato, ¿No es así?

Su atención permaneció fija en los mapas, pero eso no evitó que su mano señalase hacia la bandeja sobre la silla, junto al catre. No había rastro del hacedor, ni de los grilletes. Todos saben que el Oscuro puede controlarte bien, te atarán en cuanto se marche, me consolé.

Empecé a comer el asado y serví el té. Estaba caliente, pese a haber permanecido ahí varias horas.

━Le dijiste a Fedyor que abordaron un barco ━lanzó, girando el rostro en mi dirección━, ¿Hacia dónde?

Tragué la comida lentamente antes de responder.

━No dije que lo hubieran hecho de verdad, solo lo supuse ━aclaré con un tono enérgicamente firme.

Media sonrisa estiró sus labios. ━Tienes mucha fe en ellos como para asegurar que llegaron al puerto.

━No crees que Alina murió, porque entonces yo seguiría en Os Alta y mi hermano estaría muerto también ━puntualicé, dejando a un lado los restos de la cena y acercándome a su posición con la mesa separándonos━. Tampoco crees que mi hermano esté muerto. Alina habría vuelto por su propio pie, aunque fuese solo a matarte y, de nuevo, yo seguiría en Os Alta.

Una sonrisa completa y cargada de malicia le iluminó la cara. Sus ojos brillaban con un rastro de humor, pera era tan improbable que terminé creyendo haberlo imaginado.

━Entonces el puerto ━retomó, señalando un punto en el mapa sobre la costa de Ravka━, ¿Y después?

Levanté los hombros. ━Cualquier parte donde no estuvieras tú, claro está.

━Podrías ser un poco más específica, Iryna ━ordenó, colocando las manos a los costados de la mesa━. ¿A dónde te parece más probable que huyeran?

Lo medité por un momento. ¿Podría dejar a la suerte el lugar por marcar? Ciudades sobraban para ocultarse.

━A Alina le gustan las granjas ━solté de repente━, a Mal no le agradan. Podrían estar incluso en Novokribirsk.

━Lo dudo.

━¿Por qué?

━Porque Novokribirsk ya no existe, la Sombra se extendió ━resolvió con un ademán, espantando insectos invisibles.

Me quedé quieta, procesando las palabras. Mis ojos viajaron por el mapa, examinando la magnitud del daño. La Sombra me arrebató a mis padres cuando era niña, igual que a Mal y a Alina. ¿Cuántos niños huérfanos quedaron ante la nueva expansión? ¿Quedaron niños siquiera?

━Volviendo a lo que estábamos ━reparó, aclarándose la garganta━, Ketterdam está lleno de mercaderes, pero no de granjas. Los granjeros prosperan en Novy Zem.

El Hereje Negro creó la monstruosidad traga hombres y separó a Ravka en dos, ¿Cómo había podido el Oscuro extenderla? Y, más importante aún, si tenía el poder de controlarla, ¿Por qué no eliminarla?

Un mal presentimiento se asentó en mi estómago. De pronto sentía que vomitaría la cena.

━¿Cómo?

━La tierra es...

Negué. ━¿Cómo desapareció Novokribirsk?

━Te lo dije, la Sombra se expandió.

━Pero, ¿Cómo? ━insistí, retrocediendo unos pasos━. La Sombra ha estado ahí durante años y sí, crece cada año, pero no lo suficiente como para tragarse una ciudad entera...

El silencio se instaló a nuestro alrededor. Incluso los sonidos del exterior parecieron quedar sofocados. Nos miramos el uno a la otra, midiéndonos y analizándonos.

━Crees que yo lo hice ━concluyó en tono carente de emoción━, ¿Por qué?

Tragué saliva y miré el mapa otra vez. ━Tu antepasado lo puso ahí, es obvio que su descendencia podría controlarlo. Con su poder en tus venas...

━Eres buena para ponerte en la piel de otros, ¿No?

Me quedé callada. Su mirada se quedó firme sobre la mía, leyendo lo que mis ojos podían revelarle.

Era cierto. Desde que Mal comenzó a dejarme a un lado me hice excelente fantaseando ser Alina. Y no me refiero a ser como ella, sino a ser ella. La imité cuanto pude mientras era el perrito faldero hasta el punto en que me era sencillo predecir sus decisiones.

Mal se olvidó de mí igualmente, pero al menos la habilidad se había desarrollado. Podía decirle a Ana Kuya dónde encontrarlos incluso sin haber estado con ellos en todo el día. Desafiaba al resto de los niños del orfanato al estilo de Alina y ellos no me molestaban más. Podía ser tan altanera como Alina, tan inocente como Mal o tan firme como Ana Kuya.

Podía meterme en el papel de otros porque el mío era demasiado difícil. Una niña asustada, ansiosa de sentir el amor de su hermano y con ganas de pertenecer a algún grupo.

━Representas un verdadero enigma, Iryna ━comentó el Oscuro sin dejar de mirarme━. Además, eres buena en lo que haces. Así que dime, ¿Crees que pueda encontrarlos en Novy Zem?

Empujé lejos el sentimiento de abatimiento y asentí.

━Si yo fuera Alina iría lo más lejos posible, a un sitio que representase algo relajante para mí ━señalé en el mapa━. Si yo fuera mi hermano, conseguiría un empleo en la ciudad y, posteriormente, cuando ahorrase lo suficiente, partiríamos hacia un lugar más agreste.

Complacido, asintió mientras enrollaba el mapa. Rodeó el obstáculo entre nosotros y colocó una mano sobre mi hombro. Me obligué a mirarlo, ofuscada ante el contacto.

━Gracias, Iryna.

Partió después de eso. Lo contemplé hasta desaparecer tras la puerta. También esperé que David viniera a recolocar los grilletes, pero no vino. Fedyor entró pocos minutos después y se situó en su silla, junto a la puerta. Hablamos un poco sobre cosas sin importancia.

Me acomodé contra la almohada, repasando la información del día. ¿Era probable que estuvieran en Novy Zem? Si yo fuera Alina, iría justo ahí y disfrutaría del océano auténtico. ¿Estaba traicionando a Mal? Si yo fuera Mal, sí lo percibiría como traición hacia Alina. ¿Valía la pena proteger a un par de personas quienes no se preocupaban por mí siquiera? ¿Sería el Oscuro quien eliminó a Novokribirsk?

No conocía al Oscuro tan bien como para saber lo que haría o no.

Sabía que era poderoso, por algo comandaba al Segundo Ejército. Sabía que era temido, porque nadie comprendía de dónde venía o cómo funcionaba su poder. La gente teme de aquello que desconoce, solía decir Ana Kuya.

Si yo tuviera el poder de controlar la Sombra, ¿La eliminaría? LA sombra representaba un arma poderosa y temible. Si yo fuera el Oscuro, ¿Por qué preferiría mantenerla?

Le di vueltas a la pregunta por un largo rato. Me acomodé sobre mi costado y la respuesta se deslizó perezosamente mientras me quedaba dormida.

Si yo fuera el Oscuro y tuviera en mi poder un arma como la Sombra, la conservaría para demostrarle al resto de Ravka lo fácil que sería doblegarlos a mi voluntad. No solo a Ravka, me susurró mi subconsciente.

Si yo fuera el Oscuro, querría que admirasen y temiesen mi poder. Poder... Si yo fuera el Oscuro, querría una corona en mi cabeza y un reino de sombras al cual gobernar.

Y si fuera yo, por primera vez en mucho tiempo, ¿Debería intentar detenerlo? ¿Debería advertir a los demás? ¿Debería ayudarlo? ¿Debería instarlo a desistir? Era muy fácil tomar decisiones siendo alguien más, pero resultaba imposible hacerlo cuando era yo misma.

Deja que el fuego lo consuma todo, susurró una voz familiar. Intenté reconocerla, pero el sueño fue más fuerte y me venció.

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