El Rey. | Jenlisa.

By RivenIvy

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Jennie es la princesa de Corona, después de que su padre se rehúse a pagar sus deudas con Gales estalla la gu... More

001- Orgullo.
002- Oferta.
003- Primera Noche Juntas.
004- Realidad
005- Cuadro.
006- Chocolate.
007- Fuerza.
008- Maquiavelo.
009- Parlamento.
010- Ella.
011- Promesa.
012- Paseo.
013- Servicio.
014- Ilustración.
015- La Lealtad.
016- Mujer.
018- Amanecer.
019- Pureza.
020- Preparativos y pelea.
021- Comienzo de la Celebración.
022- Por verla a ella.
023- Todo por un baile.
024- Al abrir los ojos.
025- El Rey.
La historia nunca deja de escribirse.
ola estoy aburrida

017- Pecado.

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By RivenIvy

Por un momento la mente de Jennie se nubló, no dejándole pensar con claridad. Su manos comenzaron a sudar, y su boca estaba completamente seca, haciendo que el simple hecho de respirar fuera una proeza, podía sentir un interminable cosquilleo que nacía de su vientre bajo y avanzaba por todo su cuerpo, ni siquiera había notado que su mano había abierto la puerta, dejándole ver con entera claridad el cuerpo del rey tendido sobre de la cama.

El rey sonrío viendo como al filo de la puerta estaba Jennie, podía ver como sus ojos recorrían su cuerpo, ella no era una persona penosa, y debía admitir que su corazón latía desbocado solo con la mirada de Jennie sobre de ella, su cuerpo exigía calmar su necesidad aun después de haber logrado su orgasmo, y solo por la presencia de la platinada en su alcoba.

El rey se sentó al filo de su cama, sin despegar la mirada de Jennie. - Cierra la puerta.

La voz del rey sonaba tan apagada, y al mismo tiempo tan sensual que Jennie sintió como sus piernas estaban a punto de colapsar. Haciendo lo que se le pidió Jennie cerro la puerta con ella dentro de la alcoba, y en ningún momento paso por su mente permanecer fuera de ella.

Las manos del rey rápidamente desataron el nudo de su corbata, dejando intencionalmente que la tela jugará en su cuello, antes de dejarla caer a los pies de la cama. Lisa podía sentir como el corazón de Jennie latía cada vez mas fuerte, pero ella no la obligaría a nada, quería que la antigua princesa de Corona se acercara por si misma a ella, claro que podía tentarla para lograrlo.

El único botón que mantenía unida su camisa fue desatado, y la prenda cayo por los brazos del rey hasta descansar en la cama, dejando ver los brazos que aunque ligeramente musculosos no dejaban de ser estéticos.

Las propias manos de Jennie se abrazaron tratando de pensar eran aquellos que veía frente suyo.

Por un momento Lisa pensó en hacer que se acercara anhelando ser tocada por ella, pero en cambio comenzó a quitar las vendas que cubrían su pecho, podía sentir como el roce de la tela en contra de su piel ardía como si por ella corriera fuego, y sin embargo aquella sensación solo hacia que se estremeciera.

La lengua de Jennie corrió por sus labios, viendo como los pechos de Lisa quedaban al aire, sus ojos no podían despegarse de los pequeños botones rosas que se erguían casi dolorosamente, clamando con cada respiro su atención.

Las manos de Lisa recorrieron su vientre, pasando por su cintura, acariciando su propia piel mientras que descendían con una extrema calma, queriendo que cada uno de sus movimientos fueran apreciados por Jennie. Sus manos jugaron mientras acariciaba sus piernas hasta que se toparon con la tela de sus pantalones, y los bajaron mas hasta que sus piernas estuvieron completamente liberadas. Cuando se vio completamente desnuda, Lisa alzo su pierna derecha por encima del suelo, colocando su pie en la cama, dejando su sexo goteante a la vista de Jennie, pero necesitando liberarse de aquel calor que la carcomía, se arrastro por la cama, hasta que su espalda choco contra la cabecera de la misma, sus ojos no dejaban de ver a los de Jennie. Su mano derecha desato el moño que sujetaba su cabello dejando que este cayera sobre de sus hombros, durante unos segundos su mano siguió jugando con su cabello, hasta que no pudiendo resistir mucho mas, guió su mano hasta sus labios, dejando suaves besos sobre de ellos, hasta que dos de ellos se sumergieron dentro de su boca, arrancándole un gemido al rey.

Sin perder más tiempo su mano izquierda tomo uno de sus pechos, al mismo tiempo que un gemido moría en su boca, su mano acaricio su pecho, tratando de que ello le diera un poco de paz de aquel calor sofocante de su interior, pero el gesto solo hizo que este se volviera aun mas insoportable. Haciendo que su mano derecha saliera de su boca y se arrastrara hasta su centro, usando sus dedos para acariciar sus pliegues, y aquel botón rebosante de nervios haciendo que los gemidos no pudieran ser controlados llenando rápidamente el cuarto entero. Su mano izquierda abandono su pech0 apenas alzándose sobre de ella, mientras que su mano derecha seguía bombeando dentro suyo, sentía como el placer comenzaba a nublar su mente, mientras sentía como sus paredes se comprimían alrededor de sus dedos, pero con su dedo índice llamo a Jennie hacia ella.

La antigua princesa, sentía como si en cualquier momento se fuera a desmayar, al sentir a su corazón latir furioso en contra de su pecho, no podía despegar la vista de aquella obra de sensualidad que se reproducía frente suyo, sentía como su propio centro exigía atención, como su propio fuego clamaba por ser apagado. Pero aquel último gesto le hizo perder la poca cordura que le quedaba. Pues en el fondo de su mente, las palabras del arzobispo se repetían sin cesar, "el pecado a de tentarnos, pero como hijos de Dios santísimo, no debemos caer en sus encantos, o estaremos condenados a arder en el infierno" y por primera vez en su vida no estuvo mas de acuerdo de arder en las llamas del infierno, solo si ello le permitía tomar la incitación de la mujer que le llamaba para estar a su lado.

Sus pasos eran cortos, como si aún se debatiera acercarse a la cama en la que el rey estaba tendido, pero con cada uno de ellos sentía como su corazón latía con mayor fuerza, y antes de darse cuenta sus piernas chocaron contra la cama, podía ver como el rey tendía su mano para que ella la tomará.

Sus piernas se arrastraron hasta que su rostro pudo ser tocado por el suave tacto del rey, sus mejillas fueron acariciadas con tal suavidad como si temiera que su tacto pudiera romperla.

El rey sonrió viendo frente a ella a Jennie, guío su rostro hacia ella, dejando que su humanidad quedará entre el espacio de sus piernas, y Jennie solo pudo sostenerse con ayuda de sus manos. Podía sentir la tela de su traje acariciar su piel, hasta que sus narices se tocaron, y sus miradas por fin se enfrentaron frente a frente. Sus labios cepillaron suavemente los contrarios, mientras que cerraban sus ojos ante la espera del tan anhelado contacto.

Ambas podían sentir la respiración de la contraria sobre sus labios. Acercándose cada vez más, hasta que se unieron.

Comenzó con un suave beso, apenas el toque de sus labios sobre los contrarios, pero ninguna tuvo suficiente con ello, Lisa tomo el labio de la platinada entre sus labios recorriendo con su lengua el labio de la contraria, supo que le había gustado al sentir como su respiración quedó atrapada en su pecho, y termino por morder suavemente la carne entre sus labios, sintiendo como un suave gemido escapó de ella, viendo su oportunidad, metió su lengua en la boca de Jennie, dejando que está delineará cada uno de sus dientes, pero al encontrar la propia lengua de la platinada la acaricio con la propia, dejando que jugarán en la boca de ella, sintiendo como los gemidos morían entre ellas, y antes de abandonar su boca acaricio su paladar con tanta calma que era un delirio para la princesa, que sintió como sus brazos perdían la fuerza dejando que cayera sobre el rey, que acunó el rostro de Jennie en su pecho, esperando que el placer se expandiera en todo su ser.

Apenas sintió como Jennie volvía a respirar la hizo verla, el sudor hacia que el cabello se pegará a su frente, sus mejillas estaban completamente rojas, y sus ojos demostraban lo perdida que se sentía.

Las manos del rey acunaron la quijada de Jennie, dejando suaves besos sobre su rostro, queriendo demostrar su necesidad.

- ¿Quieres tocarme?

Las mejillas de Jennie increíblemente se sonrojaron aún más, y parecía había perdido su capacidad de hablar, pues de su boca solo salían sonidos incoherentes, hasta que solo asintió, dejando ver cómo incluso sus orejas se encontraban rojas.

El rey tomo las manos de Jennie, apreciando lo delgadas de ellas, como no tenían ni una marca, sintiendo como estás eran tan suaves que parecían imposibles de creer, Lisa guío la mano derecha hacia su mejilla, mientras que tomaba tomaba su otra mano y la acercaba a su boca, dejando que sus labios recorrieran la suave carne que le era ofrecida.

Por un momento, Jennie dejo que su mano fuera mimada por los suaves labios del rey, pero el calor de su interior no le dejo permanecer con sus manos quietas. Sus dedos recorrieron el pómulo del rey, con sus dedos contó cada pequeña peca que adornaba aquel bello rostro, pero ello no era suficiente para calmar su necesidad de sentirla. Y quitó sus manos del rostro del rey, y se sentó sobre su estómago, no pudiendo siquiera imaginar una mejor vista que la que poseía en ese momento, viendo cómo las pecas no solo cubrían el rostro de ella, sino que se esparcía a lo largo de su pecho, y hombros, como cada respiración hacia que su pecho golpeara en su centro.

- Es injusto.

La mirada del rey, le decía lo perdida que se encontraba con aquella declaración.

- Yo también quiero que me toques.

Apenas aquellas palabras abandonaron su boca, sintió como su rostro ardía, y trato de ocultar su vergüenza detrás de sus manos, pero antes de que siquiera pudiera hacerlo, las manos del rey detuvieron sus movimientos como si hubiera leído sus pensamientos.

- No hay nada de que te puedas avergonzar. - los ojos del rey demostraban la decisión de hacerle ver qué el placer no era malo. - Perdón por no haberlo contemplado, pero ahora arreglaremos eso.

Y antes de que pudiera decir algo, los labios del rey la silenciaron con excelente eficacia.

Por un momento Jennie se dejó perder entre los labios del rey, dejando que sus labios bailarán entre los suyos, sintiendo cada pequeña mordida que recorrían en sus labios. Fue tal la sensación que le hacía sentir, con solo estos, que Jennie no pudo hacer nada cuando sintió como su chaqueta para montar le era quitada, dejando solo su camisa cubriendo su cuerpo.

Lisa bajo de la boca de Jennie, besando su barbilla, dejando que sus dientes marcaran la suave carne de la princesa, pero ya tendría tiempo para poder dejar su marca sobre de ella, ahora necesitaba cumplir con el deseo de la mujer frente suyo. Sus labios dejaron un camino de besos mientras que se hacía su camino hacia el cuello de Jennie, apenas dejando un suave beso sobre su pulso sintió como su piel se erizaba por el placer que le producía, mientras que sus labios besaban la suave carne de su cuello, sus dedos desabotonaron la camisa de Jennie, y antes de darse cuenta, sus manos sintieron la piel de su estómago, sintiendo como este se comprimía con su tacto, como aquella suave piel se erizaba ante ella, ante las nuevas sensaciones que le hacía sentir. Sus manos subieron por el torso de la princesa, hasta que sus manos sujetaron los pequeños pero firmes pechos de Jennie. Su propia respiración se vio rota ante la carne entre sus manos.

Lisa alzó su mirada hacia los ojos de Jennie.

- Eres hermosa.

Su propia hambre le hizo tomar a Jennie de sus caderas y hacer que quedará bajo de ella, sosteniéndose con su mano izquierda para no dejar que todo su peso cayera sobre de ella.

Los ojos de Jennie demostraban la mezcla de emoción y miedo que sentía, pero al ver a los ojos del rey, el miedo se vio casi extinto.

Los labios de Lisa reclamaron a los de Jennie nuevamente, dejando que sus pechos acariciaran a los de ella, mientras que su mano desató el botón que mantenía los pantalones de montar en su lugar, y no pudiendo mantener al margen por más tiempo el calor dentro suyo, metió su mano dentro de los pantalones, debajo de los paños íntimos, sintiendo un fina capa de vello con sus dedos, mientras que se hacía su camino hacia el tan anhelado centro.

Pero antes de poder hacer más, vio a los ojos de ella, pidiendo permiso.

Y Jennie asintió.

Los dedos recorrieron los pliegues de Jennie, sintiendo como el calor la envolvía. Su mano libre tomo los pantalones de Jennie y los bajo hasta que su rostro quedó justo enfrente de ella, pudiendo ver como la humedad la cubría.

Los labios de Lisa se acercaron al sexo de Jennie, su lengua recorrió su entrada, probando aquel elixir que emanaba de ella, su nariz acariciaba el pequeño botón de nervios de Jennie, y sintió como con aquel pequeño tacto, Jennie se acercó más a ella moviendo sus caderas exigiendo más. Y Lisa no se hizo del rogar, tomando al pequeño botón, entre sus labios, mientras que su lengua lo acariciaba, siempre cuidando de no hacer mucha presión para no hacerle daño.

Los gemidos de Jennie se escuchaban cada vez más pesados, mientras que su mente se nublaba del placer, sintió como dos dedos entraban en ella, sus jadeos se hicieron aún más fuertes, y sus manos tomaron la cabellera cobre y le hizo que la volviera a besar. Mientras que su mano, se escondía entre sus piernas, sintiendo el calor del rey, bombeando con fuerza, y los gemidos de ambas morían entre ellas, en aquel beso que se hacía cada vez más furioso. Hasta que la mano de la otra las llevo al orgasmo.

El cuerpo del rey cayó sin fuerzas sobre de Jennie. Dejando que el sueño las venciera.

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