Seduciendo al chef

By Bermardita

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Margo es una crítica gastronómica con un paladar difícil de conquistar. Solo Thomas puede satisfacerla en tod... More

SINOPSIS
1. Jugar a enredarse (+18)
2. No eres ella
3. Señorita Moir
4. Enorme culpa
5. Sentimiento familiar
5.5. Platillo favorito
6. Ella es mi ángel
7. Chef royal
8. Increíblemente hermosa
9. Llévame a casa
10. No seas codicioso
10.5. Yo lo seduciré
11. Rendido ante ella
12. Una mujer poderosa y astuta
12.5. Sin puntos grises
13. Ella era el ojo del huracán.
14. Amor a medias
15. Juego de seducción
15.5. Autenticidad del chef
16. ¿Amor a primera vista?
17. Besos húmedos

7.5. Escenario incierto

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By Bermardita

Margo Torresselli

Domingo por la mañana. Desayunaba con mi abuelo y mis hermanos cuando mi teléfono vibró sobre la mesa, anunciando que un mensaje había entrado. Fruncí el entrecejo, disgustada. ¿Ahora quién podría ser?

Creí tener un día domingo tranquilo, pero este mensaje era una clara indicación que las cosas podrían ponerse feas.

Sentí la mirada curiosa de mis hermanos y de mi abuelo. Indiferente y para evitar dar explicaciones innecesarias, silencié por completo el teléfono antes de bajarlo de la mesa y colocarlo sobre mis piernas.

―¿Qué es? ―preguntó el abuelo.

―Ni idea, no creo que sea importante ―respondí. Me metí un bocado del bistec a la boca.

En realidad, podía intuir de quién se trataba. No era difícil adivinar, los últimos días habían sido agotadores por las constantes llamadas y mensajes que recibía sin descanso.

Ante mi renuencia de hablar sobre el tema, mi abuelo dejó zanjada este tema, volviendo su atención hacia mis dos hermanos presentes.

―¿Cuándo empiezan en la academia?

Dustin se mantenía quieto, su postura rígida lo hacía parecer elegante; y esa actitud apática y fría como un chico inaccesible. Era solo externo, porque Dustin era muy lindo y curioso.

―Mañana será el primer día ―comentó con desinterés.

―¿Es bueno el estudio?

―Bueno ―respondió.

―Eso no fue lo que dijiste antes ―intervino Mark con ánimo de molestarlo―. Siempre llegas a casa como si no hubiera valido la pena asistir.

Dustin no habló, pero miró a Mark fríamente.

Reí.

―¿Es tan malo? ―quise saber.

―En absoluto. ―Dustin me miró―, es solo que... aprendí más de ti la última vez.

―¿De verdad?

―Sí.

―Por supuesto, tu hermana mayor es muy competente ―me alabó el abuelo, sonriendo. Dejó caer su cabeza en mi cabello, alborotándolo de modo cariñoso. El abuelo no me trataba como una mujer adulta responsable, me veía más como una niña pequeña que él debía cuidar y complacer.

Me elogiaba por las cosas que hacía bien, raras veces me regañaba y, si me equivocaba en algo, me consolaba diciendo que no me preocupara por nimiedades que podrían solucionarse.

"Todo tiene solución, excepto la muerte" decía siempre.

Un sentimiento cálido me inundó el corazón, sentía el cariño del abuelo y el de mis hermanos. El orgullo arraigado en mi interior no hacía más que crecer ante los comentarios positivos que las personas importantes para mí me brindaban con sinceridad. Si ese diminuto consejo que le dí a Dustin, luego de probar una de sus creaciones, le sirvió más de lo esperado, entonces podría decir que mi esfuerzo de los últimos años valían absolutamente la pena.

―¿Qué? ¿Ya no quieres ir? ―pregunté, entrecerrando los ojos.

―La academia otorga privilegios exclusivos para los estudiantes graduados con honores; si quiero estar en la cima, debo ser el mejor. ―Hizo una breve pausa―. Me gustaría que mi hermana pudiera compartir su conocimiento conmigo.

―Por supuesto, siempre puedes apoyarte en tu hermana. ―Sonreí abiertamente. Dustin era ambicioso, eso me gustaba.

Él también sonrió.

―¿Y tú, hijo? ¿Tienes los mismos objetivos? ―El abuelo se volvió hacia Mark.

―No, ―dijo Mark con resolución―. Solo quiero matar el tiempo.

Silencio. Mark era el más desinteresado, pero no sabía que lo sería hasta ese punto. No comenté nada, sabía lo que se sentía no poseer ambición ni saber qué hacer, aunque sí desear tener algo a lo que aferrarse.

―Mmm ―musitó el abuelo, no convencido por las palabras de Mark.

Solté una carcajada fuerte. Conocía muy bien a mis hermanos, los adoraba tal cual eran, y no era mi intención presionar a ninguno. Hasta que Mark supiera lo que quería hacer, sería bueno para él matar el tiempo en una academia culinaria, en vez de quedarse a holgazanear en la casa solo para ser aplastado por la rutina.

Encontré a Mark mirándome a hurtadillas. Noté cierta chispa de vergüenza en sus ojos, como si esperara un regaño de mi parte o manifestara mi desacuerdo por su respuesta.

Tomé el teléfono que tenía sobre las piernas y lo dejé sobre la mesa, luego tomé el recipiente que contenía las verduras y le serví un poco en su plato.

―Come más ―le dije.

Él me miró con asombro, enseguida apartó la mirada.

―Bueno ―respondió, sonrojado.

Sonreí.

―Tú también, Dustin. ¿Quieres más carne? Podemos pedir...

―Es suficiente. Estoy lleno ―me interrumpió.

―Está bien. ―Me volví hacia mi abuelo―. ¿Y tú, abuelo? ¿Te sirvo algo?

―El postre, quiero el postre.

Reí.

―Bien, bien, deberíamos empezar con el postre.

La pantalla de mi teléfono se iluminó, llamando mi atención al instante. Esta vez no vibró ni sonó, pero esta insistencia me inquietaba.

―Mira, puede ser urgente.

Asentí con la cabeza. Desbloqueé la pantalla y entré directamente a los mensajes solo para encontrar un par de fotografías curiosas ahí. Al ver a la pareja, me sentí muy incómoda y le respondí a Alice con un simple signo de interrogación.

Por el traje, el cabello y la forma en que el hombre mantenía las manos en los bolsillos, incluso su actitud tranquila, eran detalles suficientes para advertirme que era Thomas Lozano, pero ¿y esa mujer a su lado?

La mujer tenía un distintivo cabello rubio que caía en ligeras ondas sobre su hombro desnudo. No vi nada más, voltee el teléfono sobre la mesa, disgustada.

De pronto mi humor cayó al suelo. ¿Qué pretendía Alice al enviarme estas imágenes?

Mi estado de ánimo debió advertirles a mis hermanos y a mi abuelo que algo andaba mal, sentí sus miradas llenas de enfado y de interés genuino, como si se estuvieran preparando para una batalla. Podía percibir su sed de aplastar al responsable de mi cambio de humor.

Estos hombres no dudarán en hacer cualquier cosa por mi.

―¿Qué pasó? ―Fue mi abuelo el primero en romper el silencio.

―Nada.

―No parece ser el caso. Describe ―me ordenó, en un tono autoritativo.

―Es como comer el mejor platillo del mundo, pero el postre no está al nivel. ―Suspiré. Teníamos un buen momento con mis dos hermanos y mi abuelo, luego recibí estas desagradables imágenes.

Levanté el teléfono para ver una vez más las fotografías enviadas por Alice. Mi mirada se enfocó en el irreconocible rostro de Thomas, con mis limitaciones, era imposible para mi afirmar ciertas cosas.

Sin embargo, si veía las cosas en otra perspectiva, era clara la intención de la mujer rubia hacia Thomas. No podía ver el rostro de las personas en mi entorno, pero el cuerpo podía reaccionar de una forma. Aunque parecía unilateral, no dejaba de inquietarme. Quería saltar a ese sitio para morderla. ¿Quién se atrevía a tocar a Thomas? ¿Por qué estaban tan cerca?

¿Cómo se atrevía Alice Lozano a traicionarme? Estaba enojada.

―¿Quién te envió semejante postre horrible? ―espetó mi abuelo, malhumorado, a punto de levantarse de su asiento para revisar mi teléfono.

―No importa eso. ―Lo miré con ojos suplicantes e hice una breve pausa―. Nunca te he pedido nada, abuelo. ¿Puedes cumplirme un pequeño capricho? ―supliqué.

Él se sorprendió unos instantes, después se aclaró la garganta y dijo:

―Mi nieta puede tener todo lo que quiera. ―Sorbió el contenido de su taza, luciendo adorable con esa actitud complaciente y a la vez orgullosa.

Esas palabras me tomaron desprevenida. Aunque el abuelo no me negó nada en estos últimos años, no creí que fuera a decir algo genial. Mi corazón saltó de alegría.

¿Quién decía que el señor Torresselli era un mal hombre?

―Sí ―dije.

―¿Qué es? ―preguntó.

―Ser profesora en la academia culinaria más prestigiosa de este país ―comenté, exagerando y adornando mis palabras para darle más peso. El señor Torresselli era un hombre exigente que valoraba mucho los resultados y la reputación en vez de las buenas intenciones o esfuerzos insignificantes.

Silencio.

―Repite ―ordenó mi abuelo, incrédulo.

―Enseñar en la academia culinaria donde mis queridos hermanos están estudiando. ―Cambié el mensaje de manera intencional para que el abuelo se enfocara en eso y no en el hecho de que Thomas Lozano era el director.

―¿Quién te metió eso en la cabeza?

―Nadie ―contesté.

―¿Quién? ¿Quién es el tonto que mencionó que tienes la madurez y capacidad para enseñarle a los niños?

Eso me molestó.

―Creo haber escuchado que soy alguien muy competente, señor Torresselli ―refuté a regañadientes. Lo llamé por su apellido para manifestar mi disgusto―. ¿O solo fue una broma para usted? Además, creí que podía obtener todo lo que quisiera.

―¿Cómo me llamaste?

Miré a otro lado, haciendo un puchero, le dije:

―Señor Torresselli.

Mi abuelo era una persona sensible frente a su familia. Si algo odiaba en este mundo era ser tratado como un extraño por mis hermanos y por mí, era su talón de Aquiles.

Él soltó un suspiro, exasperado.

―Bien, bien ―accedió de mala gana.

―Gracias, abuelo ―dije.

Frente a mi, Dustin preguntó:

―¿Hablas en serio?

―Sí. Hay una cena de apertura esta noche, ¿no es así?

―Sí.

―Entonces, yo participaré. ―Sonreí.

―Pareciera que fueras a ese evento para matar a alguien, hermana. ¿Estás bien? ―Mark soltó un bostezo―. Tú expresión da miedo.

Dustin rio.

―¿Es por el director que vas a aceptar este trabajo? ―Dustin preguntó―. No quería comentarlo, pero parece que hay una historia entre él y su asistente personal. Hay rumores en la academia.

Dustin no parecía darse cuenta, pero sus palabras eran tan ácidas como jugo de limón que se exprimía sobre una herida abierta. Esa secretaría debería conocer su lugar. Thomas Lozano era mi esposo legítimo, ni siquiera un solo mechón de su cabello debería ser tocado por otra mujer.

¿Por qué Thomas permitió que una mujer se le acercara al punto de dejar que se crearan falsos rumores?

―Ah, lo siento ―dijo Dustin al final, apenado―. No debería haber dicho nada.

―Hermana, no te preocupes, aún tienes a Octavio ―habló Mark, riendo.

―¿Pueden callarse? ―espeté.

―Puedo organizar algunas citas a ciegas para ti. Escogeré a candidatos adecuados, por supuesto, yo jamás le entregaría a mi preciosa nieta a un hombre poco competente.

Ahí iba mi abuelo aportando más sal a la herida.

―Hagan lo que quieran ―me rendí―. Iré a hacer una llamada. Por cierto, saldré a comprar en una hora, Dustin y Mark, ¿quieren acompañarme?

―Sin problema ―dijo Dustin.

―Bien. ―Mark también accedió sin rechistar.

Abandoné el comedor para dirigirme a mi habitación. Cerré la puerta a mi espalda y busqué el contacto de Alice en el registro de llamadas. A los pocos segundos la llamada se conectó.

―¿Viste las fotos que te envié, cuñada? Sabía que te interesaría ―fue lo primero que dijo. ¿Acaso solo quería llamar mi atención?

―¿Cuál es el significado de esto?

―No hay nada oculto. Lo prometo. ―Sonaba bastante tranquila para la bomba que me había enviado de regalo. Debería saber que Alice era una mujer extraña y caprichosa―. Es solo que tú me agradas como mi cuñada; bueno, Amanda es encantadora y de buen carácter, si termina siendo la esposa de mi hermano, yo no me opondría en absoluto; pero como eres la actual esposa y mi preferida, creí que podrías estar interesada en saber.

Me senté en el borde de la cama, cruzando las piernas sobre la otra, escuchando el parloteo de Alice con atención.

―¿Thomas está de acuerdo?

―Con perseverancia se logran resultados, cuñada.

Esa conversación era como si Alice estuviera tratando de venderme algo. Miré a la nada con incredulidad. ¿Qué significaba eso? ¿Quería decir que si esa tal Amanda siguiera molestando a Thomas, él acabaría enamorado?

Absolutamente no.

―Tonterías.

―Han pasado varios años, ¿realmente pretende hacerlo esperar más tiempo? ¿Eres tonta o qué?

―Él dijo que lo haría, confío en él.

―¿Cuánto tiempo más quieres mantenerlo a la expectativa? Espera por ti cada noche. Ni siquiera acepta quedarse con nosotros por temor a que vuelvas y él no esté ahí para recibirte. Así que dime, ¿volverás o no?

―Cuando esté lista, lo haré.

De hecho, lo haría hoy en la noche, en el banquete de apertura.

―¿Cuándo será eso? ―inquirió.

Me mordí la uña de mi dedo pulgar, disgustada.

―No te importa.

―La cena de apertura es esta noche, escoge un vestido elegante.

Colgué la llamada tan pronto dijo eso. Me tiré en la cama, exhausta. No quería ir a esa cena de apertura con estos sentimientos de disgusto. Quería llamar a Thomas, él seguramente tendría una explicación convincente.

¿Por qué pensaba en unas simples fotografías? Incluso yo tenía fotos con Octavio. Bien, no pasaba nada. El objetivo de Alice era molestarme para forzarme a volver.

¿Thomas seguía esperando por mi? ¿Después de todo este tiempo?

Aunque dijo que lo haría, yo realmente no creí en esas palabras porque los sentimientos podían cambiar. Thomas podría haberse enamorado de otra mujer y querer empezar una nueva vida.

No me atrevía a visitarlo porque temía encontrar la escena que Alice me planteó. Yo seguía enamorada de él, lo amaba más y seguía anhelando estar a su lado. Mis sentimientos y deseos eran incluso más intensos que hacía tres años atrás.

Pero si Thomas de pronto me decía que ya no me amaba, me horrorizaba. El miedo a pensar que los sentimientos de Thomas por mí eran diferentes me obligaba a posponer mi regreso. ¿Y él aún esperaba por mi?

Además, no quería asistir a la fiesta de apertura bajo una amenaza de un escenario incierto creado por Alice. Qué complicado.

¿Qué estaría haciendo Thomas en este momento? ¿Debería llamarlo?

Sonreí, quería verlo. 

Aaah! Margo irá al banquete. 

El encuentro se acerca, ahora sabemos que será en el banquete. ¿Cómo lo imaginan?

Subiré a instagram un suculento spoiler de nuestra parejita favorita 7u7

¿Quieren algo especial entre los dos? ¿Un gustito particular? 

¿Esperaban ese incentivo que envió Alice a Margo? jajaja se pasó. 

¿Les cae bien Alice? 

¿Qué opinan de Alice Lozano?


Por último, les debo un maratón. He estado ocupada las semanas pasadas, pero planeo tomar esta semana para publicarles muchos capítulos de un solo. Dejen un comentario en la opción que prefieran más. 

Opción 1: Un capítulo por día durante 8 días, iniciando hoy. Será constante, haré un espacio para editarles un capítulo y publicárselo de inmediato.

Opción 2: Dos o tres días para publicar 8 capítulos. Será más trabajo para mí, porque revisaré 4 capítulos al día y tendría que ver qué día de la semana lo hago. 

Aunque estén escritos los capítulos, yo acostumbro a volver a leerlos para editar. :') 

Sea cual sea, ¿me prometen dejar comentarios y votos? T.T


GRACIAS POR LEERME <3

PD. Recuerden que los puntos de vistas de Margo no son "capítulos reales", por eso tienen un .5 a la par del número principal jajaja o algo así. En fin, lo aclaro por si se me olvida colocar al principio que Margo narrará algunas partes en específico.



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