✨ ¡ Si te gusta la historia no olvides de dar clic en la estrellita para votar!
El resto de los días de la semana, fueron un poco fuera de lo común para los que se encargaban de organizar los juegos del campamento.
Por lo que nos habían dicho, ellos ya tenían planeado todo pero con el tema de la desaparición de esas tres chicas, se paró todo hasta el día de hoy, que comenzaron por primera vez lo cual, no me afectó demasiado porque no tenía pensado hacer ningún juego, al igual que las chicas.
Y Tyler...no hacía falta ni aclarar que tampoco los haría.
Cada uno vino por un propósito específico: Las chicas, a descansar; Tyler, todavía no me lo quiso decir pero pronto lo averiguaré; Y yo, solamente vine para ver si estaba la madre de Madison en el campamento y en caso de estarlo llevarla de vuelta pero ahora que apareció mi supuesta media-hermana, necesitaba saber a qué vino a este campamento porque no me creía que haya venido a solamente a "descansar". Presentía que vino por algo en específico y cuando yo presentía algo, no lo tenía que dejar pasar...
Por la tarde, como estábamos aburridos y no íbamos a ir a hacer ningún juego, decidimos ir a caminar un poco. En el trayecto nos encontramos con una cabaña alejada del resto pero no le dimos importancia, seguimos caminando hasta de que de un momento a otro salió de allí una mujer. Se trataba de la que se encargaba de darnos la bandeja de comida en el galpón.
Caminó por el mismo camino que nosotros hasta que nos encontramos.-Buenas tardes.-le dije con una sonrisa para ser amable.
La mujer me devolvió la sonrisa y me respondió lo mismo pero de pronto una ráfaga de viento provocó que algunos papeles se volaran ya que los tenía arriba de una caja que estaba agarrando con las dos manos.
Con Tyler la ayudamos a recogerlos y se lo dimos.-Gracias.-nos agradeció y a pesar de la leve sonrisa en su rostro, pude percibir que algo andaba mal con ella.
-¿Estás bien?
-Claro que sí, ¿por qué preguntas?
Me encogí de hombros.-No sé, me pareció que andaba algo mal...
Por unos segundos no dijo nada al respecto, solamente hizo una pequeña mueca.-No es conmigo pero creo que anda algo mal.
-¿A qué te refieres?
-Ya hace varias horas que estoy oyendo ruidos. Para mí que vienen de una cabaña que está siguiendo este camino.-nos la señaló.
-¿Por qué piensas que los ruidos son de allí?
-Porque anteriormente fui a hacer una caminata por la zona para despejarme un poco ya que me dolía un poco la cabeza y me encontré con una cabaña abandonada. Inmediatamente al verla y ver que no era una zona agradable, retomé el camino a mi cabaña pero en el trayecto oí un ruido. Lo más probable es que sea de esa cabaña porque no había otras alrededor pero no regresé a comprobarlo. Y al rato, cuando ya estaba en mi cabaña, volví a escuchar ruidos. Aunque esa cabaña no esté muy cerca de la mía, los logré escuchar de nuevo.
-Por si acaso, será mejor que no vuelvas a esa cabaña.-le dijo Tyler.
-Por mí no volvería pero como habían dicho que desaparecieron unas chicas, se me cruzó por la cabeza que a lo mejor se puede tratar de alguna de ellas.-hizo una mueca.
Con Tyler nos miramos unos segundos.
-Nosotros justamente íbamos a ir hacia esa dirección.-comencé a decir.-asique si notamos algo extraño te lo haremos saber.
-De acuerdo, pero tengan cuidado.
Y con esas últimas palabras de su parte, cada uno siguió su camino.
-Iré yo, tú regresa a la cabaña.-dijo Tyler.
-Quiero ir también.
-Freya, si de verdad está pasando algo en esa cabaña, puede ser peligroso.
-Ya han pasado muchas cosas peligrosas en estos últimos meses, ya estoy acostumbrada.
Con un suspiro de su parte, siguió caminando.
Unos cuantos pasos más adelante, nos encontramos con la cabaña abandonada que nos había mencionado.
-¿Qué hacemos?
-Tú te quedas aquí, yo ingresaré.
-¿Y si hay alguien?-lo miré preocupada.
-Tranquila, tengo mi arma.-me guiño el ojo antes de dejarme allí sola.
Miré a mis costados y la mujer tenía razón. No era un zona agradable asique sin más, fui detrás de Tyler.
Una vez que ingresamos, no oímos nada. Solo había silencio.
Estuve a punto de decirle que regresemos cuando me sobresalté al oír un quejido de dolor.
Con miedo, eché un vistazo entre la poca iluminación hasta que mi mirada impactó en la esquina de la pared del fondo.
Tyler movió el interruptor de la luz y una pequeña luz alumbró al bulto que había percibido anteriormente. Se trataba de una mujer, quizás de mi edad, que al vernos comenzó a gritar a través de la tela que estaba en su boca para que amortiguara cualquier palabra. Sin embargo llegué a distinguir sus palabras: "Váyanse, no me hagan daño".
Mi piel se erizo al ver a nuestro alrededor. La definición perfecta era "tenebroso".
Intenté tranquilizarla, decirle que no le haríamos daño pero sus lágrimas no se detenían.
Desde que ingresamos a esta cabaña abandonada, perdí la noción del tiempo pero no podíamos irnos y dejarla sola. Volví a decirle que no le íbamos a hacer daño, que estábamos para ayudarla. Y cuando pensé que no nos creería, pareció calmarse. Tal vez, se dio cuenta de que realmente estábamos para ayudarla, y no para lastimarla.
Lentamente me acerqué a ella para quitarle la cuerda que sujetaban firmemente sus muñecas. Estaban tan apretadas a su piel, que le dejaron marcas. Seguramente todo este tiempo que estuvo encerrada en esta cabaña, le dolieron como el infierno.
Levanté la mirada hacia ella que tenía la barbilla temblorosa.-Ya estas a salvo, te sacaremos de aquí.-le dije
Con algo de duda, asintió.
-Mi amiga...-susurró con una voz apenas audible.
Fruncí el ceño.- ¿Hay alguien más en la cabaña?-busqué con la mirada pero parecíamos estar solamente los tres.
-No están, pero a ella la arrastró al sótano.-habló mirando un punto fijo.
-¿Dónde queda el sótano?-le preguntó Tyler.
Nos hizo un movimiento con la cabeza en dirección a una alfombra que había allí. Tyler se acercó y la corrió. Al hacerlo, nos encontramos con una especie de puerta de madera.
Con Tyler nos miramos, porque ni en sueños pensamos que la cabaña tenía un sótano.
-¿Estás seguro de bajar solo?-le pregunté con duda.
-Yo quiero bajar a buscarla.-intervino la chica.
-Bien, bajemos los tres.
La escalera que había para bajar parecía que en cualquier momento se rompería. No me gustaba para nada este lugar, estaba todo oscuro, daba miedo. El olor a encierro y a humedad me dio nauseas.
-No encuentro el interruptor.-habló Tyler en la oscuridad hasta que de pronto todo el sótano se hizo visible.-Ya lo encontré.
Sin darnos cuenta, los tres estábamos parados uno al lado del otro mirando hacia una estantería.
Involuntariamente retrocedí al sentir algo revolotear cerca de mi rostro. Era una mariposa pequeña. Al verla, sentí mi respiración atorarse unos segundos.
La última vez que se me apareció una fue en el aeropuerto, que gracias a su aparición y a que me guió encontré a Tyler antes de que se marchara sin mí. Y ahora, santo cielo, esta mariposa no podía ser una simple casualidad.
Con Tyler compartimos miradas cuando revoloteó alrededor de él para luego volar el interior del sótano. Él y la chica voltearon pero yo, no me animaba a darme vuelta. Temía que esa mariposa nos guiara hacia algo que me arrepentiría de ver porque siendo sincera, este sótano daba malas vibras.
Me estremecí al oír a la chica chillar y llevarse la mano a la boca. Rápidamente compartí miradas con Tyler e inmediatamente supe que algo malo había sucedido respecto a la amiga de esta chica.
Mordiéndome el labio, giré lentamente y me acerqué a la chica.
Al hacerlo, me encontré que frente a ella yacía nada más ni nada menos que su amiga, lastimada y ahogada en una pecera enorme.