El viento sacude el pelo a mi favor, me siento como las chicas adolescentes de las películas, montadas en el descapotable de su novio americano buenorro, pero mi vida es algo diferente, no estoy en un descapotable, solo he bajado un poco la ventana, el que conduce no es mi novio por más que yo quiera, y tampoco es americano, pero sí mi ídolo, algo mucho mejor que cualquier película. Suena treat people with kindness de Harry Styles, tarareo la canción y hago un mini baile, veo por el rabillo del ojo como Tom sonríe, parece divertirle la situación, mientras yo "bailo y canto" Harry y Hazz tienen sus piernas como tambores y Sam intenta cantar algo de la canción que se sabe, ojalá este viaje durara para siempre.
Ojalá pudiera sacar una foto con los chicos desprevenidos y guardarla de por vida, pero corro el riesgo de que se den cuenta, por lo que prefiero no arriesgarme.
-Bueno Judi, ¿y cuáles son tus planes para cuando vuelvas a España?- pregunta Hazz haciendo énfasis en la última palabra. -Pues... llegaré, me echaré una siesta muy larga, iré a ver a mis amigas que querrán saber que tal... veré algo en la tele, dormiré después de cenar y al día siguiente irá dedicado para cuando vuelva con mi primo, es decir, al día siguiente- hablo alargando muchos las palabras pues estoy pensando mientras hablo, no lo había pensando antes, sinceramente.
-¿Dónde te quedarás a dormir?- esta vez es Tom quien interrumpe mis pensamientos, pero no me molesta en absoluto, es más, si me pisa la cara se lo agradecería. -Mi primo se supone que ha estado buscando otro hotel, teníamos uno en mente pero no era bueno, así que le dejé eso a su cargo- juego con mi pulsera mientras le contesto, sí, he estado duchándome en la misma habitación que él, sí, me ha abrazado o casi, pero sigue siendo mi ídolo, mi Dios inalcanzable, por lo que aún siento vergüenza cuando estoy junto a él.
-Si quieres te puedo pasar una página donde hay unos descuentos fantásticos, después mi hermano me pasará tu número y te la mando- me giro para escuchar a Harry mientras habla entusiasmado. -Sí, y hay mucho hoteles por donde vivimos, que son muy buenos- Sam me sonríe y yo me sonrojo.
-Joder, se me había olvidado, ¿dónde está Paddy?- dice Harrison preocupado, veo a Tom abrir los ojos como platos y ponerse pálido. -Está aún dormido, se me olvidó deciros que lo despertarais, quería despedirse. -Tom se da una palmada en la frente. -No pasa nada, le decís que no se despertaba- me siento cruel, pero prefiero que pienso eso a que sepa que su hermano mayor olvidó decirle a los gemelos que lo despertaran, sería un caos.
-Esperemos que no nos mate, cuando volvamos a casa le compraré un kilo de helado a escondidas de mamá- Tom parece aliviado tras su idea.
Queda poco para que lleguemos al aeropuerto, así que los siguientes quince minutos nos lo pasamos en silencio escuchando música, aunque le he pedido disculpas por mensajes y me ha perdonado, me siento fatal por no haberme despedido en persona de Leo, a saber cuando la volveré a ver.
Bueno, ya hemos llegado, Tom aparca el coche en frente del aeropuerto y salimos todos, me acompañan a facturar mi maleta y después a que salga mi vuelo, mientras tanto, estamos sentados en una de esas sillas muy incómodas.
-Se supone que sale en cinco minutos- digo con la voz temblorosa, me da mucho miedo volver a montarme sola esta vez en un avión, encima me aburriré si no muero antes. Los gemelos y Hazz han visto una tienda con golosinas, tienen mucha hambre así que han decidio a ir a atacar la tienda dejándonos a Tom y a mí a solas, estoy al borde de un ataque.
-¿Nerviosa?- tiene la mirada perdida pero cuando ve que no respondo me mira ¿preocupado? -Creo que sí, ya has montado en avión ¿por qué ahora te da miedo?- intento mirarle a la cara mientras habla, de verdad que sí, pero está muy guapo y no quiero morirme aquí mismo. -En... verás, esta vez vuelo sola, es mi primera vez- miro mis zapatos limpios.
-No tienes que preocuparte, yo suelo viajar mucho en avión- Tom está casi susurrando, me pasa su brazo por los hombros en modo de consolación, y funciona. -Nunca me ha pasado nada y no vas sola, te tocará con alguien al lado, y quien sabe, ¿y si es tu futuro amor?- ríe ante tal ocurrencia y yo no puedo evitar contagiarme, esa risa que te deja embobada es muy contagiosa si el que la produce está justo a tu derecha medio abrazandote. Dejamos de reír y nos quedamos en silencio, estoy muy cansada por lo que mis ojos no pueden resistirse más y se cierran.
Escucho unas voces muy cerca que han interrumpido mi siesta, abro los ojos y me pongo colorada, estoy abrazada a Tom y eĺ tiene sus manos rodeándome el cuerpo, es demasiado tierno, Hazz y los gemelos están levantados hablando animadamente mientras comen comida basura.
-Mi...mi vuelo- digo demasiado flojo. -An, buenos días Judi...- Harrison me guiña un ojo y sonríe, quiero devolverle la sonrisa pero me empiezo a agobiar mucho ante la idea de haber perdido mi vuelo. -¡¿Y mi vuelo?!- me libero de los brazos de Tom y me siento muy rápido, provocando un pequeño mareo. He sido estúpida al quitarme de Tom pero ha sido algo instantáneo.
-TranquilaJudi, aún no ha salido, solo te has quedado dormida seis minutos, ya estará a punto de tocarte, así que es mejor que no te vuelvas a dormir- Tom me mira como si fuera una niña pequeña y yo me sonrojo.
-Sí, y que no manches de babas la camiseta de Tom también- Harry suelta una carcajada bastante sonora. -No sé ni qué responder así que noto como la cara me arde, me llevo las manos a la boca y miro la camiseta de Tom para localizar mi rastro de babas. -No te lo creas Judi, Harry es muy gracioso- Tom mira a su hermano serio y este se aguanta la risa.
Mientras yo voy al servicio rápidamente, los chicos me sujetan la maleta, la cual casi se me olvida en el club. Me miro en el espejo antes de volver junto a ellos y me arreglo el pelo ya que por el viento se ha descolocado un poco, escucho mi móvil sonar y no tardo cinco segundos en cogerlo aunque no he podido ver quien llama.
-¿Si?-
-JUDI- esa voz es me suena familiar.
-¿Quién es?-
-Soy Diana, por el amor de Dios, ¿dónde estás?- mi amiga suena asustada.
-Diana, ¿qué es lo que ocurre?- estoy seria, preocupada.
-Es... es Rebeca, está muy mal Judith, muy pero que muy mal- Diana rompe a llorar y yo no puedo evitar ponerme muy nerviosa.
-Diana joder, estoy en Londres aún pero ya voy a coger el avión, por favor, ¡dime que ha pasado!-
-... No puedo, tienes que venir, no quiero que te asustes demasiado, tienes un largo viaje- empieza a sollozar y a subir su volumen.
-¡DIANA, YA ME HAS ASUSTADO POR DIOS DIME QUÉ PASA!- Diana tras decirle eso, comienza a gritar. -Oye Diana, vale joder no te preocupes, ¿vale? ya voy para allá- digo llorando, alguien abre la puerta lentamente y yo me sobresalto. Es Sam.
-¿Todo bien? ya han llamado para el vuelo-
-Ahora voy, oye Diana, cielo, ya me tengo que ir, respira por favor. Ella me cuelga tras decir un "lo intentaré" entre lágrimas. Sam me mira preocupado pero prefiere permanecer en silencio, cuando llego junto al resto me miran preocupados, estoy fatal, tengo el poco maquillaje que llevo, bastante corrido.
-Eh, ¿qué te pasa, estás bien, es por el miedo de volar?- Hazz me pone una mano en el hombro y yo suspiro. -No, no es eso, me ha llamado una amiga, Rebeca de mi grupo, le pasa algo, pero no sé lo que puede ser- un recuerdo pasa por mi mente, lo que me hace caer al suelo de rodillas, lloro sin poder parar, mis manos tapan mi cara.
-¡Judi! ¡¿qué ocurre?!- dice creo que Tom, alguien me toca la espalda y me acaricia el pelo, levanto la vista y sí, es él. -Ella.... ella tiene problemas con el dinero, le dije que le iba a ayudar, que mi tío ayudaría a su familia, pero con todo del viaje ¡joder, se me olvidó decírselo a mi tío, seguro que no ha podido aguantar ver a sus padres pasándolo fatal y... todo por mi culpa, soy una puta mierda de amiga, soy... UNA EGOÍSTA!- rompo a llantos, no puedo respirar, todo me da vueltas, cuando entonces siento unos brazos rodeándome, levanto la cabeza y es Tom, luego Sam, Harry y Harrison. Cuando me relajo, me levanto y me acompañan hacia el control de seguridad, me despido de ellos muy deprimida y me arrepiento pues no se merecen eso, me alejo de ellos rápidamente hacia las puertas de embarque, los miro por última vez hasta dentro de mucho ya que no creo estar bien para poder viajar de nuevo. Les pierdo de vista y por primera vez desde que estoy en Londres, me siento sola, perdida...
El vuelo se me hace corto ya que me quedo dormida durante todo el viaje, si no duermo no pararé de pensar en Rebeca y cuando llegue, no estaré bien, también hablé con mi tío, le conté lo de la llamada y accedió a llevarme al hospital, donde Diana me dijo que estaban a través de un mensaje.
-Cielo...- mi tío al verme me abraza y me da besos en la cabeza, suspiro... No hablo y él lo entiende, cuando esté tranquila, le contaré mi encuentro con mi ídolo, miro dentro del coche y veo que mi primo no está.
-Está con sus padres, tiene... un problema que resolver, pero no te preocupes, no es nada grave. Yo asiento y me meto en el coche. Durante todo el trayecto no hablamos, cuanto más nos acercamos al destino más nerviosa estoy, todo el cuerpo me tiembla. Aparca junto al edificio y me mira. -¿Entro contigo?-
-No, no te preocupes, mejor vete a casa, estoy bien- le muestro una sonrisa apagada y él acepta, salgo del coche y me dice adiós con la mano, entro y pregunto por Rebeca.
-Sí, en la habitación número veinte, piso tres, primer pasillo todo recto- un hombre de mediana edad es quien me atiende, revisa unas fichas y ni se molesta en mirarme. -Gracias- al fin me mira y parece sorprendido. -Anda...¡pero si eres la hija de Pablo Gil!- el hombre de repente se pone muy alegre. -¿Disculpe? se ha confundido, soy su sobrina y... además, no tengo tiempo, debo irme, lo siento- me alejo corriendo y el hombre me llama, pero no puedo atenderle, tengo cosas importantes. Llego al piso indicado, en los asientos veo a los padres de Rebe y a su hermano pequeño.
-JUDI- la Señora Benedict se abalanza sobre mí y me abraza, llora desconsoladamente y me uno a ella. -No se preocupe, estará bien, ustedes descansen, lo necesitan- ambos asienten y dándole otro abrazo al pequeño Samuel me dispongo a entrar a la sala. Tiemblo ante la idea de encontrarme lo peor, abro cuidadosamente y me encuentro a las chicas sentadas alrededor de una camilla, giran la cabeza bruscamente al escuchar la puerta abrirse y suspiran. Me acerco a ellas sin mirar a Rebeca y las abrazo, al fin la veo y me llevo las manos a la cabeza.
-Rebeca...- digo entre lágrimas, el resto del grupo me mira y me pasan sus manos por mis hombros...