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By ChicadeOtroRollo

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Kara y Lena se conocen desde el instituto y han logrado ser amigas inseparables después de arreglar sus difer... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17

Epílogo

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By ChicadeOtroRollo

Disfrutad de este Epílogo porque es básicamente un OneShot AU ya que es bastante largo. Por eso he tardado tanto en subirlo porque ha sido una mezcla de muchas cosas que me han ido pidiendo y lo he juntado todo en esto, siendo como un auténtico universo paralelo de la serie (obviamente diferente). Perdón por los errores, como siempre <3




Unos meses después, Lena estaba sentada en las gradas junto a Alex, Kelly, Nia, Brainy y Winn. Estaban ahí para animar a Kara junto con un coro de personas como si disputara los juegos olímpicos, aunque la rubia sabía perfectamente que podría alcanzar el primer puesto sin esfuerzo alguno. Lena estaba maravillada mirando como su novia se estiraba que no podía apartar la vista de ella. Kara simplemente se giró al notar sus ojos verdosos en su nuca y le dedicó un guiño juguetón con una sonrisa tierna que Lena respondió del mismo modo.

Después de la confesión tuvieron muchas citas y cada día se sentía más y más feliz al igual que la rubia. Era igual que siempre, pero con todo tipo de besos, especialmente en la nariz; abrazos dulces que duraban una eternidad, que se sentían como en casa; elogios amorosos con apodos cariñosos; y, por supuesto, piropos atrevidos y coquetos que tenían un fin final feliz (como los masajes).

Al principio ambas tenían temor. Andrea estaba tan furiosa que vino a delatar todo, aunque Kara ya lo supiera de antemano, pero el caso no era ese. Había metido el dedo en la llaga hasta el fondo al recordarle a Lena a quien prefirió antes para quedar, con quien compartió besos antes y quien casi la tuvo antes sino fuera porque la rubia había tenido el mismo pensamiento y sentimiento que Lena.

Poco día después comenzó con Kara al ver que no resultaba efecto recordándole a ésta con cuantas chicas o chicos se había acostado Lena, con cuantos había salido y había tenido citas donde ahora llevaba a la rubia.

Pero el karma actuó rápido que fue la misma Lucy quien le frenó los pies diciendo que así no se hacían las cosas. Ella juró que no tuvo nada que ver con los planes de Andrea, demostrándolo al final cuando la latina se quedó sola y apartada. Fue la misma Lucy quien le aseguró y habló con Lena y Kara que entre ellas había algo fuerte, más que un simple amor; era extraordinario. Y sin duda tomaron su consejo, haciendo crecer su amor más y más.

—¡Vamos, Kara! —gritó Alex con potencia junto con los demás, viendo como corría sin parar—. Pero ¿qué está haciendo? —frunció el ceño al segundo donde sus acompañantes también se preguntaron lo mismo cuando Kara comenzó a aflojar y finalmente quedó en el segundo puesto.

Todos se quedaron atontados sin tener ni idea de lo que había sucedido. Esperaron a que todo terminara y finalmente la rubia saludó con una sonrisa entre dientes, mirando sus rostros curiosos. Ella simplemente avanzó y cogió a Lena para darle un profundo beso, aunque nada más separarse, se encontró con su frente arrugada.

—¿Por qué? —preguntó Alex arqueando la ceja en su lugar.

—Yo tampoco lo entiendo. No quiero decir que nunca hay una primera vez porque no eres la más rápida de todas, pero si siempre que te he visto, acababas la primera. Hasta batiste el récord de tiempo por solo un segundo el año pasado —habló Winn extrañado y Kara se echó a reír.

—Estaba en la línea de meta al lado de mi adversaria —comenzó la rubia cogiendo a Lena del cuello para apoyarse en ella—. Dijo que iba a dar el cien por cien para superarme, pero no por prepotencia ni me lo dijo con arrogancia, sino porque realmente lo necesitaba. Yo no tengo notas tan bajas y ella había perdido muchos créditos. Y yo... pues aflojé el ritmo para que tuviera ese empujoncito —explicó con simpleza haciendo que los demás asintieran, soltando un 'oh' con una sonrisa.

—Que buena eres —elogió Lena dándole un beso en la mejilla.

—Duh, demasiado quizá —le dio un codazo Alex cuando pasó por su lado, pero igualmente lo celebraron como si hubiera sido la primera.

.

Pasaron los días después de recoger el título de grado y, con ello, la llegada del verano. Kara, en secreto, practicó sus poderes junto a Lena que la observaba y evaluaba. La kryptoniana pensó en que no debería hacerlo después de prometerle a los Danvers que jamás los usaría, pero la pelinegra sabía que estaba ansiosa: había nacido con ellos y le daba pena que Kara se escondiera, que le hablase de la gran diferencia que sentía entre Krypton y la Tierra. Así que la convenció para que solo fuera un "por si acaso, por si ocurre algo malo".

No lo estaba llevando nada mal, pero le faltaba pulirlo para llegar a la perfección. El vuelo cada vez lo controlaba mejor, yendo a ras del suelo y batiendo cada vez el cronómetro. La fuerza y resistencia aumentaba de coger rocas grandes a pedruscos enormes hasta levantar coches del desguace con un solo dedo y combinaba bien su visión de calor con su super aliento, controlando el quemado y extinción del fuego.

Se sintió genial y pensó en que quizá nunca los llegaría a usar, pero algo es algo. Aunque menos pensó en eso cuando a mitad de verano tuvieron que parar porque sus planes se torcieron.

—¿Os mudáis a National City? ¿Tan pronto? ¿Y por qué estás usando gafas si ya hemos acabado la universidad? —preguntó la pelirroja con burla, aunque con el ceño fruncido, viendo como su hermana hacía la maleta.

—Su hermano Lex ha hecho unas cuantas locuras —comenzó Kara por el principio en un suspiro—. Estuvo a punto de matar a mi primo, pero lo frenaron a tiempo y ahora él y Lillian, que fue su cómplice, están en la cárcel. El padre de Lena falleció hace meses y la empresa se ha quedado sin dueño, así que va a tomarlo por derecho. Quiere ir en cuanto antes para así organizarse; limpiar los trapos sucios, que esté todo en orden y todo lo demás —volvió a suspirar Kara solo con imaginárselo.

—Va a ser muy difícil, lo sabes, ¿no? —advirtió Alex con una mueca.

—Sí, pero es lo que más me gusta de Lena; nunca se rinde y siempre toma las riendas a pesar de todo. Ella es muy dura y tendrá la oportunidad de limpiar el nombre de su familia.

—Ella no tiene que limpiar nada. Ni siquiera es como los Luthor's. Debería tener otro apellido —gruñó Alex incrédula haciendo que Kara la mirase y sonriese tiernamente—. ¿Qué?

—Nada... Aún me acuerdo cuando me querías cuidar, de que me alejara de ella, y ahora parece que harías cualquier cosa por ella —se echó a reír y su hermana puso los ojos en blanco.

—Sí, sé que me equivoqué. Ella lo sabe y con el tiempo te das cuenta de que no debes juzgar a nadie por su pasado —razonó la pelirroja—. Y claro que haría cualquier cosa por ella, forma parte de la familia —sentenció cruzándose de brazos e intentando mostrarse seria, pero sonrió al final al ver la sonrisa adorable de su hermana—. Y si Lena se encarga de la empresa, ¿tú qué vas a hacer? —preguntó minutos después cuando Kara terminó de hacer la maleta.

—Hum... Resulta que el otro día hablé con mi primo —prosiguió Kara llamando la atención de su hermana que arqueó la ceja con curiosidad—. Por lo visto Clark Kent está saliendo con Lois Lane, la hermana de Lucy, y ésta le habló de mí. Kal inmediatamente contactó conmigo y me felicitó por mi título de periodismo. Después de conversar un poco, me dijo que le habló muy bien de mí a Cat Grant de CatCo Worldwide Media. Ya sabes, aquella compañía donde trabajan Nia, James y Winn. Aunque yo sería como su asistente personal y aun cuando tendría que esperar a que la becaria terminase sus prácticas.

—Si hubieras quedado primera en aquella competición, te habrían reconocido y serías aprendiz de reportera como Nia, fotógrafo como James o programador como Winn —le recordó Alex entrecerrando los ojos y Kara puso los suyos en blanco—. Entonces... —volvió al tema cuando la rubia le ignoró e instó a que terminase cuando señaló sus lentes.

—Oh, sí... Las gafas. Sé que solo las utilizaba para clases, que Eliza insistió en que me las pusiera, pero ahora Kal me aconsejó ponérmelas para acostumbrarme porque así me vería más profesional. Como Clark Kent, ¿sabes? Así Cat me vería como Kara Danvers. Después de eso y de hablarlo todo con Lena, básicamente me ha pedido que me vaya con ella, que le parece una tontería que me quedase aquí; así me familiarizaré con la zona, conviviré con el amor de mi vida en un acogedor apartamento y le ayudaré mientras estoy en espera para CatCo.

—Me alegro de todo eso, pero no por la parte de tu primo. ¿Superman ha estado desaparecido todo este tiempo y ahora te quiere ayudar como si nada? Es increíble... —se quejó Alex volteando los ojos.

—No le culpo. Ha estado muy ocupado.

—Es tu primo, Kara.

—Y también es Superman, Alex. Yo aparecí para cuidarle, pero al final no resultó como esperaba. Hizo lo más sensato.

—No puedo creer que lo defiendas.

—Mira, entiendo que estés enfadada. Yo también lo estuve, pero me di cuenta de que era una pérdida de tiempo. Él había hecho su vida y yo aparecí de la nada. No es un canguro.

—Pero... —intentó su hermana, pero Kara continuó.

—Además, tenía deberes que hacer y yo sería una distracción. Si os confió a vosotros, fue por algo. Tus padres ayudaron a Kal a que entendiera sus poderes y a llevar una doble identidad con total normalidad. Seguramente pensó que también me ayudarían a mí, aunque fui más desastre hasta llegar a controlarlo. Sin embargo, visto lo visto, creo que nunca usaré mis poderes porque nadie necesita otro héroe y quizá, al darme esta oportunidad en Catco, me lo quiere compensar o algo así. Piensa que gracias a eso estamos donde estamos —se encogió de hombros con simpleza, mirando el lado positivo de las cosas.

—Sigues siendo demasiado buena —terminó la discusión, pero no le replicó porque tenía un poco de razón—. Supongo que él sabrá lo de Lena —añadió arqueando las cejas instintivamente hacia Kara.

—Sí, él lo sabe. Es más, me confesó que lo sabe desde hace mucho y sorprendentemente no me dijo nada. Igualmente, no le haría caso si lo hiciera —se burló haciendo que Alex asintiera—. ¿Y tú qué piensas hacer? —preguntó Kara arrastrando la maleta hacia fuera de la habitación y su hermana la siguió.

—Me iré con Kelly de viaje por dos semanas dentro de cinco días. Vamos a disfrutar un poco de lo que hemos ahorrado y luego ya veremos cómo va la cosa. Tenemos pensado en alquilar un apartamento en National City. Ella quiere montar su propia consulta y yo tengo pensado en ir a una academia policía o algo así.

—Siguiendo los pasos de Jeremiah, ¿eh?

—Papá es detective privado. No creo que llegue a ser como él —se echó a reír y Kara asintió. Poco después su móvil sonó; Lena ya estaba lista para marchar—. Venga, vamos a despedirnos.

.

Después de aquella despedida junto a los Danvers, Kara y Lena llegaron a National City como si fuera la primera vez. Estaban ansiosas y con miedo de hacer una nueva vida juntas, plantándoles cara al mundo exterior. Por supuesto, para Lena no fue nada fácil, pero Kara fue su gran punto de apoyo. Así día tras día.

Claro que hemos de añadir que la relación entre Kara Danvers y Lena Luthor tampoco es que fuese estrictamente secreta, pero evitaban los gestos amorosos y lo mantuvieron en privado por cualquier cosa. No sabían lo que se iban a encontrar a partir de ahora y querían cuidar sus espaldas, solo viéndose como simples conocidas o, como mucho, amigas. A ellas no les importaba en absoluto; tampoco tenían que demostrar a nadie lo mucho que se amaban cada día.

—Hola, bonita —saludó Kara con un beso rápido en la mejilla a su novia nada más cruzar la acera—. ¿Cómo te ha ido en tu primer día oficial?

—Horrible... hasta que te he visto —hizo un puchero haciendo sonreír a la rubia y caminaron juntas para tomar su merienda—. He estado casi tres semanas organizando el papeleo que por fin está todo en orden para que en mi primer día de CEO me sigan poniendo pegas. Tengo miradas clavadas en mi nuca, personas que me tienen miedo hasta para saludar y otras que me tratan como si fuera una idiota. Se creen que por ser mujer y por ser una Luthor no me vean capaz de tomar el mando de directora ejecutiva. He tenido que rechazar entrevistas para pasar un poco desapercibida. Lo único que me consuela de todo esto es que me voy a forrar y gastar todo mi dinero en tus caprichos —vaciló abriendo la puerta de la cafetería para Kara.

—Verás que con el tiempo todo irá a mejor —animó la rubia con una sonrisa ignorando su comentario, yendo al punto importante porque sabía que, aunque bromeaba, le costaba, y Lena asintió, aunque no muy segura—. Venga, sabes que lo harás genial. Todo el mundo se arrepentirá cuando veas que eres increíble.

—Eso espero —suspiró la pelinegra tomando asiento al igual que su novia—. ¿Y tú qué tal? ¿Sabes que aún me cuesta verte con gafas las veinticuatro horas del día? Antes vale... Tenías que aparentar ser una friki normal y te las quitabas solo para entrenar o en verano cuando estábamos en Midvale. Ahora no te las quitas ni para dormir. Solo para cuando... ya sabes —le guiñó un ojo coquetamente y se echó a reír cuando notó el rubor en las mejillas de Kara—. Aunque no quiere decir que no me guste, te quedan muy bien. Uh, eso me recuerda... —se adelantó la pelinegra cuando la rubia iba a hablar—. ¿Cómo te ha ido la entrevista? Perdón, no paro de hablar. Aunque supongo que te ha ido bien después de lo que me contaste de tu primo y te veo con una gran sonrisa. Dios, perdón... Habla tú —hizo una mueca cuando su novia la miró con las cejas alzadas y finalmente rieron.

—A decir verdad, me lo han atrasado para pasado mañana a primera hora. Cat no se encuentra disponible porque está en no sé dónde. Ni siquiera presté atención de la rabia que me dio. Será la CEO más increíble del mundo, que habrá montado un imperio desde cero, pero no veo que sea muy responsable —se encogió de hombros en un suspiro antes de pedir su café al igual que lo hacía Lena—. La verdad es que me alegro de que haya sucedido así. Imagínate que me pone a trabajar de primeras. No hubiera podido ver a Alex ni a Kelly que ya mismo están aquí de su gran viaje —miró el reloj de su muñeca y Lena asintió en confirmación—. Rao, tengo ganas de verlas y que me lo cuenten todo.

—Las has echado de menos, ¿eh? —vaciló con una sonrisa y Kara asintió sin titubear—. Pues míralas para que se te quite un poco el gusanillo —sacó su móvil y enseñó una foto de las dos antes de subirse al avión—. Gracias —susurró por las dos al camarero cuando trajo su pedido.

—¿Por qué Alex siempre te envía todas las fotos y a mí ni una? —preguntó entrecerrando los ojos y Lena se encogió de hombros, expresando que no tenía ni idea mientras guardaba su móvil—. Me voy a poner celosa —se quejó inflando sus mejillas y Lena sonrió de lo adorable que se veía su novia.

—Kara, no puedes evitar que quiera a tu hermana con todo mi corazón —la molestó con gracia y Kara achinó los ojos con falsa indignación.

—¿Y yo qué? —preguntó cogiendo su taza de café al igual que lo hacía Lena.

—A ti te quiero que me pongas contra la pared, por ejemplo —susurró apenas inaudible antes de tomar un sorbo, pero supo que Kara lo escuchó a la perfección cuando ella casi escupió todo el líquido.

—Eh... eh... —miró a Lena que tenía una ceja arqueada, insinuándose y relamiéndose los labios de la cafeína. La perdición de Lena eran sus ojos de cachorro, pero la de Kara era su mirada pícara y sensual—. Me vale —respondió finalmente derrotada.

La cabeza de Lena se echó hacia atrás, arrancando una risa sin poder evitarlo. Kara sentía como las mejillas ardían en el acto, sabiendo perfectamente que se había dejado vencer por nada. Le tiró la servilleta a la cara con molestia y Lena paró de reírse, pero sin poder dejar de sonreír.

Luego puso la mano sobre la mesa buscando la de la rubia, agitándolo un par de veces cuando Kara la miró indignada. Finalmente puso también la suya encima de la mesa. Pero antes de entrelazarlas, se detuvieron y fruncieron el ceño. No por ellas, sino nada más ver que todo el mundo se estaba levantando. Ambas dirigieron sus ojos a donde apuntaban sus miradas: la televisión de la esquina.

"Última hora. El vuelo 237 tiene problemas para aterrizar. Parece que el piloto vuela en círculos tras una posible avería en el motor".

—¿Ha dicho vuelo 237?

—Es el de Alex y Kelly... —contestó Lena mirando como su novia estaba entrando en pánico—. Kara, tranquila, Superman...

—No llegará. Antes de visualizarte estuve viendo las noticias de cómo él estaba luchando contra un reptiliano. No va a llegar, Lena... —miró a su novia casi sin aire y la pelinegra se acercó.

—Entonces ocupa su lugar... —susurró la pelinegra agarrando su cabeza y pegando su frente con la suya y Kara abrió los ojos de par en par.

—Pero yo... No estoy segura y...

—Puedes hacerlo y nadie debería impedírtelo, ni siquiera una promesa tonta —se adelantó sabiendo lo que le rodaba por su cabeza y abrió los ojos para encontrarse con su iris azul—. Llevas tiempo queriendo lucir tus poderes. Lo sé porque no has parado de ordenar y desordenar para luego volver ordenar los muebles cuando llegamos. Sé que estás harta de volar para solo coger un libro de una estantería alta o de cocinar con tus rayos o congelar la comida con tu aliento para guardarlo en el frigorífico. Incluso no me has parado de hablar de lo que practicamos en verano —explicó en un murmullo mientras cogía las gafas de su novia y las extrajo de su rostro—. Además, dijeron para cosas importantes, ¿no? Pues esto lo es; son tu hermana y cuñada que están en peligro y Superman no puede hacer nada. Tú sí que puedes —terminó haciendo que Kara tragase saliva para luego asentir lentamente.

La rubia solo avanzó para robarle un beso rápido y Lena, nada más abrir los ojos, solo sintió su pelo ondear por una ráfaga de aire mientras sujetaba las gafas de Kara Danvers. Ella exhaló mientras se volvía hacia el televisor nada más escuchar "esperen un momento. No es Superman, ¿quién...?".

Por supuesto, Kara lo consiguió y llegaron a casa sanas y salvas. A pesar de los gritos de Alex de haber desobedecido las órdenes y promesas, abrazó a su hermana dándole las gracias después de que Kelly la regañase, ignorando su sorpresa por saber que Kara era una kryptoniana; si no fuera por ella, otro gallo cantaría. La rubia prometió no volver hacerlo, pero eso solo duró horas.

.

Al día siguiente Kara guardó su móvil y salió del Noonan's después de terminar su desayuno, despidiéndose de su novia. Acababa de verla y tenía ganas de que llegase la noche para ver a Lena, sintiendo que las horas se le hacían eternos por no trabajar. Por otra parte, necesitaba que algo sucediera como lo de ayer, aunque menos grave para que así se entretuviera con algo. Y justo cuando cruzó la acera para ir al apartamento, se encontró con una inesperada visita.

—¿Clark?

—Hola, Kara. ¿Tienes un momento? Me gustaría hablar contigo.

—Uh, claro...

Ambos se marcharon del lugar. Kara siguió los pasos de su primo, avanzando y avanzando sin dirigirse una palabra más. Kara tenía millones de preguntas en mente, pero ninguna salió de su boca por muy curiosa que fuese. Su primo siempre le imponía y además todo esto era muy extraño; se conocían y a la vez no.

—Vale, aquí —frenó Clark para darse la vuelta y encontrarse el rostro confundido de su prima al verse en un callejón—. ¿Te acuerdas de él? —se echó a un lado y la rubia frunció el ceño.

—¿Entrenador?

—Sí, Kara. Él es mi gran amigo J'onn J'onzz —respondió Clark en su lugar.

—No, él es...

—Hank Henshaw es su doble identidad como la mía de Clark Kent. Él realmente es marciano y trabaja para el DEO con Jeremiah —señaló a J'onn que cambió su forma marciana para que Kara lo viese.

—¿Qué? —abrió los ojos sorprendida y su primo se echó a reír sabiendo lo confuso que estaba siendo todo.

—Es una larga historia, pero básicamente Jeremiah y él se conocieron mucho antes en un asunto extraoficial. Se salvaron la vida el uno al otro y se convirtieron en grandes amigos, tomando la identidad de Hank cuando murió y reformando el DEO juntos desde mi llegada. Luego Jeremiah me lo presentó cuando quise perfeccionar mis poderes y fue mi mentor.

—Entonces... ¿Jeremiah no es detective? —preguntó cada vez más atónita y Clark negó con la cabeza—. ¿Y qué es entonces? ¿Trabajador del... DEO como este... marciano? ¿Qué es el DEO?

—Departamento de Operaciones Extra-Normales. Es una organización gubernamental muy secreta y con sus propias leyes. Se encargan de capturar a los criminales extraterrestres. Por eso ni Alex ni Eliza lo saben. Solo los que estuvieron y están al mando —explicó brevemente haciendo que los ojos de Kara se abriesen todavía más.

—Esto es demasiado... —susurró mirando a ambos y luego frunció el ceño—. Pero ¿qué tiene que ver...?

—Kara, aunque nunca he estado ahí, siempre lo he estado de cualquier manera para ti —comenzó su primo sabiendo a lo que se refería—. Tenía tanto deber que no podía descuidarme, pero eso no significaba que no me preocupara por ti. Por supuesto, no lo hice para vigilarte, sino para atenderte... J'onn nos prometió que os cuidaría si pasase algo, pero sobre todo quería que me informara sobre tu evolución. Así que, cuando me enseñó las noticias de ayer supe entonces que había tardado.

—¿Qué habías tardado?

—Sí. Había tardado en darme cuenta de que estabas lista desde hace tiempo.

—¿Lista? ¿Lista para qué?

—En ser Kara Danvers... y también en ser Kara Zor-El —señaló sus lentes con el dedo y la rubia ladeó la cabeza—. Quiero decir que... ¿Te parece bien que te enseñe a manejar tus poderes del todo y convertirte en la próxima heroína de National City? No tienes ni qué preguntar. Jeremiah y Eliza ya saben que estamos teniendo esta conversación y J'onn ahora no será tu cuidador, sino también tu mentor si accedes.

Esa pregunta y explicación hizo que la mandíbula de Kara se desencajase y el marciano y el héroe de Metrópolis se echaron a reír. Por supuesto, Clark lo tenía planeado desde que Kara aterrizó en la Tierra; por eso insistió en que Eliza y Jeremiah la cuidaran y que pareciera una friki con aquellas gafas. Y Kara claramente no dijo que no y gritó de felicidad, sintiendo como su novia tenía razón en todo y acercándose más a sus raíces kryptonianas cuando esa misma tarde no paró de hablar con Clark y conociendo a J'onn, su entrenador oficial.

.

Al principio fue una montaña rusa llena de emociones. Después de un largo entrenamiento, Clark confesó que James también fue uno de los infiltrados para cuidar de ella y él, entre tantos cuidados, no pudo evitar enamorarse, pero eso ya quedó atrás. Además, este verano retomaron su relación y volvió con Lucy. James era su mejor amigo que compartió con total seguridad de que la rubia estaba siendo responsable y Kara por fin lo captó cuando el chico le habló varias veces de Clark y Superman casi a la par.

No solo eso, sino que Brainy y Nia también estaban implicados, cosa que le sorprendió más a Kara porque de ellos dos sí que no se lo esperaba. Un coluan del futuro que servía para Superman cuando llegó al presente después de que el kryptoniano le salvó y una naltoriana-humana que estaba descubriendo sus poderes cuando Kara apareció en un sueño tras otro, practicando la precognición con ella y que se enamoró a primera vista de Brainy cuando Clark se lo presentó. Gracias a eso, ahora en el presente, estaba descubriendo su proyección astral.

Kara preguntó por qué tanto secretismo, por qué no pudo decirlo antes y Clark rápidamente se lo explicó: Brainy, al ser del futuro, le advirtió de que Kara iba a cambiar el futuro puestos que ella tenía que casarse con un daxamita cuando llegase a la Tierra y no tendría que estar saliendo con Lena como ahora. Nia era como una especie de consejera cuando Kara aparecía en sus sueños, que debía hacer o decir conforme pasaba el tiempo. No querían alterar demasiado aquella predicción.

Pero Clark finalmente lo dejó estar cuando su prima terminó la universidad, cuando se enteraba por James o le informaba J'onn de que Kara seguía su instinto, practicando sus poderes y manejándolos a la perfección con su novia cuando Clark lo visualizó con sus propios ojos, cosa que no lo consiguió con nadie más.

Comprendió que, aunque su prima estaba cambiando el futuro, no significaba que fuese a peor y más cuando le demostró todo su poder, superándolo con creces y siendo una increíble persona junto a Lena. Si pasaba algo, sabía que Kara sería capaz de arreglarlo sin ayuda de nadie.

Más tarde, conforme pasaron unos pocos días, Kara se lo confesó a su gran amigo Winn cuando mostró su entusiasmo por las oficinas de CatCo al enterarse de la nueva chica misteriosa que resultó ser su mejor amiga. Además, él también era de la familia de los, ahora, superfriends como lo bautizó el mismo chico. Ahora entendía como Kara alcanzaba el primer puesto sin esfuerzo alguno en atletismo.

Claro que Cat la contrató sin dudar cuando se presentó junto a Clark y si su primo es el gran reportero del Daily Planet, ella también debería mostrar su potencial y más cuando el chico prometió que Kara seguía sus pasos, aunque comenzase solo con traerle el café. Más adelante Cat se encargaría de que sacase las garras mientras corrompería a esa chica atormentada, nerviosa, tímida y dulce que aparentaba ser.

—Me veo ridícula... —se quejó Kara mirándose al espejo.

—Te ves sexy —elogió su novia mirándola de arriba hacia abajo.

—¿A que sí? —apoyó Winn con una sonrisa, aunque se transformó en una mueca cuando Lena le fulminó con la mirada, indicando que no la mirase tanto—. No dije nada...

—Ridícula no es sinónimo de sexy, Lena —se quejó la kryptoniana sin hacerle caso.

—Vale... Te ves ridículamente sexy —se acercó su novia y le palmeó el trasero descaradamente.

—¡Lena! —chilló cogiendo su culo avergonzada, mirando como Winn escondía sus ojos tras sus manos.

—¿Qué? Estás genial —se mordió el labio y la rubia volteó los ojos, no pudiendo aguantar el rubor.

—¿No te preocupa que todo el mundo vea bajo mi falda cuando estoy volando? —preguntó con una mueca, volviéndose a girar en el espejo.

—Como si tuvieran tiempo a verlo. Pero vamos, si no estás conforme, pídele otra cosa —señaló a Winn que todavía estaba escondido, mirando sus diseños en su ordenador.

—Estaría mejor con pantalones. Así podrían decir quién tiene el mejor culo de América —se burló la heroína con una sonrisa y Lena arqueó las cejas.

—Sí... Cuando tengas culo —vaciló su novia palmeando nuevamente su trasero.

—¡Oye! —le empujó suavemente hacia un lado, mirando también con indignación a Winn cuando se sumó a las risas de Lena.

—Era broma... —besó su mejilla al ver su puchero—. Mira, hagamos una cosa... Cuando tenga tiempo, Winn y yo nos encargaremos de hacer un traje mejor. Mientras —se puso a su lado y acarició el emblema de su pecho mientras se miraban en el espejo—, acostúmbrate a llevar este solo para lucir esto con orgullo.

—De acuerdo... —se volvió para besar los labios de su novia.

—Ug, yo creo que me voy antes de que estoy se ponga más intenso y sea vomitivo —Winn se levantó con una mueca de asco y ambas se echaron a reír, pero no protestaron en absoluto.

Y así pasaron los meses hasta pasar llegar a años, cada día avanzando. Tantos sus amigos como Lena Luthor como Kara Danvers como Kara Zor-El. Y por supuesto no tardó en tener sus pantalones; odiaba la falda con toda su alma.

.

Al principio, desde Kara se había convertido en la nueva heroína de National City, había conseguido la confianza de los ciudadanos con gran rapidez. Dejó ser una simple asistente personal y había avanzado escribiendo pequeños artículos sobre la nueva heroína junto a Snapper, un cascarrabias.

Y la pelinegra seguía igual, sintiendo que todo seguía siendo difícil. Algunos ciudadanos de National City la apoyaban, pero siempre ocurría algo que la incriminaba y se echaban hacia atrás. Sin embargo, no se dejaba vencer y menos cuando la rubia le animaba.

Por supuesto, Lena se sentía orgullosísima de su novia, viendo como cada día saltaba desde la ventaba para atender una emergencia después de despedirse con un tierno beso, aunque no pudo evitar sentir miedo de que fuese el último cuando algunas veces la veía por la televisión de como caía en picado o como luchaba sin descanso, casi dejándose su piel impenetrable en ello.

Más tarde, la rubia se implicó más cuando la pelinegra corrió peligro por culpa de su familia, prometiendo que la protegería hasta dar su último aliento. Había luchado contra sicarios, había conocido a grandes malhechores, había sido casi manipulada y había sido afectada por la kryptonita roja, aunque esa última parte nadie resultó herido gracias a la distracción de Lena. Su oficina quedó destrozada, pero el sofá quedó intacto (guiño guiño, codo codo).

Pero cada día le atormentaba la idea de que los Luthor's hiciesen algo. Si algo le pasase, por muy mínimo que fuese, se echaría toda la culpa ya que impulsó a Kara a convertirse en la heroína de la ciudad, aunque fuese decisión de ella en coger el mando. Sin embargo, ambas con el tiempo demostraron que una Luthor y una Super eran más fuerte juntas que cualquier otra cosa. Una relación estrictamente profesional, claro está. En secreto era mucho más que un simple apretón de manos. Todo por seguridad.

En cambio, Alex al principio no sentía felicidad, gruñendo por un lado y por otro porque estaba preocupada por su hermana, pero Kelly hizo que entrase en razón, asegurando de que iba a ocurrir tarde o temprano: Kara no era humana y no se iba a comportar jamás como una humana cuando era prácticamente igual que Superman, teniendo ese instinto y ego de héroe.

Ahora estaba más enfadada porque sus padres ocultaron más de su media vida, pero con el tiempo se le pasó y más cuando su padre le hizo un hueco en el DEO. Comprendió que no debía culparles cuando lo hacían para protegerla como lo hacían con Kara después de ver todo a primera mano.

Después de unos meses más, un día Cat mandó a James a llamar a Kara y le dio la oportunidad de hacer su primera entrevista cuando la rubia se enfrentó a la CEO de CatCo. "Quiero ser reportera", dijo la kryptoniana segura, recordando lo que había ensayado con Lena. "Quiero que todo el mundo se entere de la verdad". Estaba harta de que culpasen a su novia por todo lo que no hacía y quería cambiar eso, quería demostrar que se equivocaban. Esa valentía y seguridad le gustó muchísimo a Cat e iba a impulsarla para hacer su sueño realidad.

—Esto es raro... —se echó a reír Kara.

—Solo tienes que evitar poner "mi amor" o "mi chica" cuando redactes las respuestas y firmes el artículo con tu nombre en vez de pintorrear Lena con un corazón al lado —se burló su novia recostándose en su asiento y la rubia asintió, mordiéndose el labio porque eso era justo lo que estaba haciendo ahora mismo.

—Cat todavía no para de preguntarme como es que he conseguido que le haga una entrevista a la CEO más privada, ocupada y misteriosa de National City. Se cree que cuando le dije que eras mi mejor amiga bromeaba o algo así —levantó su libreta con una mueca al decir "mejor amiga" porque odiaba referirse a ella así, pero Lena sonrió tranquilamente, no molestándose en absoluto y fue al punto cuando agitó la mano en el aire.

—Supongo que Cat no sabe que esta reportera me ha calado muy en el fondo desde que la conocí. Ha hecho que confíe plenamente en ella hasta con los ojos cerrados y haría cualquier cosa por verle sonreír desde que llegamos —se burló la pelinegra dedicándole un guiño juguetón y Kara sonrió tiernamente—. Así que... ¿empezamos?

—Por supuesto, señorita Luthor.

—Dios... —susurró Lena llamando la atención a la rubia que levantó su vista de su bloc y observó como la pelinegra se mordía el labio—. Me pone cachonda que te dirijas así a mi...

—¡Lena! —se echó a reír jugueteando nerviosamente con sus gafas. Cosa que le encantaba a Lena porque últimamente lo hacía mucho y por eso siempre soltaba comentarios tontos. Aunque se sorprendió cuando Kara alzó las cejas burlonamente hacia ella, no dudando en añadir—. Lo tendré en cuenta.

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Por supuesto, llegaron y lograron un primer año redondo, comenzando con buen pie el segundo. La familia de superhéroes creció y poco a poco todos se involucraban más para ayudar a Kara.

James fue guardián durante un tiempo cuando Kara no daba abasto, ocupándose de lo más sencillo. Winn dejó CatCo para ayudar en el DEO después de sufrir problemas técnicos, ayudando a Brainy en el proceso. Nia apoyó a Kara con sus poderes. Y Alex pasó a ser directora cuando J'onn se reencontró con su familia y Jeremiah se retiró para estar junto a Eliza sabiendo que estaban listas para ser libres y tomar sus propias decisiones.

Y todo el futuro que Brainy había presenciado, se esfumó. Ningún daxamita llegó y, por ende, no llegarían a pasar cosas que deberían haber pasado. Nada de traiciones ni mentiras, nada de que Lex ni Lillian que ni siquiera salieron de la cárcel, nada de invasiones, nada de Wolrdkillers, ni un Ben Lockwood, ni de cientos traidores más. Ni siquiera los asuntos de Kaznia, ni problemas del multiverso y un largo etcétera. Parecía todo más... tranquilo y corriente. Hasta se podría decir aburrido.

Al principio, al coluan le preocupó por una parte: de que no fuera tan bueno y que todo se torciera a lo largo del tiempo, que tuviese un gran impacto. Y por otra: de que se hubiesen olvidado de él al cambiar prácticamente todo el futuro por ese daxamita que nunca llegó. Todavía no creía posible de que habían cambiado tanto las cosas.

Pero poco a poco comprendió que Clark tenía razón, de que si esto sucedió así sería así y, si la Legión de Superhéroes o cualquiera del futuro volviese por algún motivo y le dijesen de volver, él lo rechazaría solo para estar con Nia.

Claro que no permanecían tranquilos porque había cosas que hacer, pero se sentía genial trabajar juntos.

Kara Danvers ascendía más hasta lograr su propio espacio para escribir artículos al igual que Lena Luthor pillaba las trampas de su familia, esquivándolas y por fin ignorando los comentarios negativos, solo centrándose en lo positivo como había aconsejado su novia y, gracias a los artículos de la reportera, consiguió el apoyo de algunos ciudadanos.

.

Pero al acabar el año, lo más inesperado fue el reencuentro más esperado.

Lena terminó de dar su discurso y recibió los aplausos de todo National City para ver la estatua plateada en el paseo marítimo (por segunda vez). Supergirl aterrizó segundos después cuando Lena le llamó y aplaudió a la kryptoniana, elogiando su labor sin recibir nada a cambio.

Alex sonrió orgullosa abrazando a Kelly por la cadera, viendo como James fotografiaba un ángulo perfecto mientras Winn se tiraba encima de él para molestarlo, en como Brainy y Nia sonreían sin parar.

—Es increíble que por simples gafas no reconozcan a la pequeña Danvers, ¿eh? —una voz familiar despertó a Alex y abrió los ojos nada más mirar a su otro lado.

—Maggie...

—Hola, Alex —saludó la morena con una pequeña sonrisa.

—¿Maggie? —preguntó Kelly asomándose por su hombro antes de que la pelirroja pudiese formular cualquier pregunta debido a su frase.

—Uh... Sí... Ella... —balbuceó la pelirroja mirando a ambas y su exnovia sacudió la cabeza.

—Fui una vieja amiga. Dejémoslo así —le sonrió genuinamente a Kelly cuando ésta miraba a la pelirroja con preocupación—. Además, yo...

—Mamá, no me llega para comprarme la manzana de caramelo.

Una niña pequeña niña que no tendría más de cinco años apareció a su lado. Alex abrió los ojos de par en par cuando Maggie la tomó en brazos como si nada, susurrándole con cariño, pero lo que más le sorprendió es la otra mujer que le acompañaba.

—¿Sam?

—Uh... Vaya, hola, Alex —saludó casi asfixiada y miró luego a Maggie con preocupación, pero aliviada de ver a la pequeñaja—. Lo siento, cariño. Ruby se ha ido corriendo y...

—Está aquí, no pasa nada —le dedicó una sonrisa amorosa haciendo que Alex abriese los ojos más, alucinada.

—Eh... —Alex susurró sin poder evitarlo, llamando la atención de las dos—. Vosotras dos juntas. Esto... —señaló a la pequeña que tenía entre brazos.

—Sí... Lo siento... Sé que es un poco raro, pero... —hizo Maggie una mueca.

—No, no, para nada —interrumpió la pelirroja despreocupada—. Es decir, me alegro un montón, chicas. De verdad os lo digo. Pero obviamente me ha pillado por sorpresa. No me imaginaba que tú... —miró a Maggie que se encogió de hombros, sabiendo que se refería a tener niños—. Y que tú... —miró a Sam que también odiaba los compromisos, pero encogió de hombros, luciendo el pedrusco de su mano con orgullo cuando cogió a la pequeña entre sus brazos—. Wow, realmente me alegro, de verdad. Oh, uh... Por cierto, ella es Kelly.

Presentó a su chica con una sonrisa tierna y todas estrecharon las manos, notando como la incomodidad se disolvió cuando ambas chicas le dedicaron una sonrisa tranquilizadora, sin intenciones de crear nada malo y más cuando comenzaron a conversar sobre el presente, dejando atrás el pasado.

Fue una casualidad cuando Maggie y Sam se encontraron en un bar. Realmente fue una sorpresa cuando las dos se encontraron besándose sin ninguna explicación, no entendiendo que acababa de pasar, pero sin duda no lo frenaron y con el paso del tiempo su relación creció sin parar donde posteriormente adoptaron a Ruby.

—Oye, por curiosidad, ¿cómo sabes...? —comenzó Alex frunciendo el ceño cuando no pararon de hablar de Kara y Supergirl a la par, dando a entender de que eran la misma persona y más uniendo los hilos con la primera frase que le soltó Maggie.

—Sabemos... —interrumpieron las dos al unísono con una mueca e hicieron que Alex no dejara de sorprenderse.

—¿Cómo sabéis entonces...?

—¿Qué haces tú aquí? —interrumpió Kara vestida de reportera. Ninguna se había dado cuenta después de alucinar tanto entre ellas—. ¿Y tú? —se dirigió a Sam un poco más enfadada.

—Bueno... Yo sé que os debo una explicación y una disculpa, pero... —comenzó Sam con una mueca agarrando a la pequeña y la mano de Maggie como apoyo. La rubia sacudió la cabeza.

—Creo que ya ha pasado tiempo de eso, ¿no crees? —se encogió de hombros restándole importancia.

—Lo sé, pero... Mirad, ¿podemos hablar en otro sitio, que sea más privado y que Lena también venga? Yo... creo que os lo merecéis... Solo...

—Kara... Hazle caso —su hermana le apoyó haciendo que esta frunciera el ceño y se acercó a ella—. Saben que eres Supergirl.

La rubia tensó la mandíbula y asesinó a las dos con la mirada, aunque más a Sam. Quería evitarlo, pero no podía y menos cuando escuchó y miró todo el panorama desde el escenario, intentando ponerse delante de Lena para que no se diese cuenta.

Entendía que Alex no le importase tanto; había pasado tiempo y ella estaba felizmente prometida con Kelly. Y de Maggie no le molestaba tanto; había dejado a Alex y lo había hecho las cosas más o menos bien. Pero Sam... Fue como si la hubiese traicionado; a ella y a los suyos. Sobre todo a Lena.

—Dispara, pero ahórrate cómo surgió vuestra relación porque no nos interesa en absoluto. Lo único que nos interesa saber es el por qué y cómo —habló Lena cruzándose de brazos y mirando a Kara e indicando el tema en cuestión, alzando su barbilla de CEO después hacia ellas y ambas tragaron saliva ante su imponente mirada. La oficina de Lena causaba ese efecto realmente.

—Sé que no lo hice muy bien, pero no tuve otra alternativa —susurró Sam costándole horrores hacerlo y Lena puso los ojos en blanco.

—¿Y ahora quieres explicarnos el por qué? —insistió la pelinegra cuando supo que iba a irse por las ramas.

—Ahora puedo hacerlo... porque ha pasado tiempo desde que Lex está en la cárcel.

—¿Qué? —preguntaron las cuatro al unísono, viendo como Maggie y Sam se miraron mientras cogían a Ruby entre ellas.

—Supe que Kara era Supergirl desde hace tiempo. Es decir, no Supergirl, pero sí de que era como Superman. Me lo contó tu hermano, Lena —comenzó en un susurro y todas la miraron atónitas, alucinadas—, y me amenazó de que lo revelaría.

—¿Qué? —preguntó la pelinegra entre incrédula y furiosa y Sam carraspeó para proseguir, mirando a las demás para seguir explicando.

—Odiaba ver a Lena feliz, de que fuese tan ingenua como él decía y decidió atacar a las personas que ella adoraba. Supo que con Kara no podría porque él sabía desde el principio que ella amaba a Lena.

—Genial. El calvo de tu hermano lo sabía antes que nosotras —gruñó haciendo que Lena reprimiese una risa. Lo mejor es que Kara lo decía en serio, enfadada, pero era un comentario gracioso. Lena miró a Sam para que continuase, ignorando su comentario y volvió a carraspear para seguir.

—Sabía que... Kara sería capaz de hacer cualquier cosa por Lena. Así que decidió ir a por mí. Me pidió que me marchase sin ninguna explicación y lo hice —exhaló mirando luego hacia Alex—. Lo hice para protegeros. Sé que a lo mejor había una solución, pero estaba yo sola y me agobié muchísimo. Temía que lo hiciera si iba a vosotros. Así que no dudé en aceptarlo.

—Sam... —la pelirroja comprendió entonces y la morena suspiró.

—Yo... sabía que vendríais a buscarme, que incluso Kara lo haría para exigirme explicaciones. Así que me despedí de la manera más cruel posible. No solo para que no lo hicierais, sino para que tú también rehicieras tu vida y no me esperaras porque no sabía cuánto duraría —terminó de explicar mirando a la pelirroja que ésta asintió lentamente, cogiendo el brazo de Kelly—. Quiero que sepas que estuve muy enamorada de ti, siempre lo estuve, lo sabes. Solo quiero que sepas que nunca fue por ti, pero bueno... Ya es agua pasada y te veo genial. Realmente estoy muy feliz por ti. Por vosotras —corrigió con una sonrisa haciendo que la pareja correspondiera de la misma manera.

—Wow... —susurró la pelinegra un poco enfadada y Sam asintió, sabiendo lo que pensaba—. Pero... ¿por qué ahora?

—Bueno, pasó el tiempo y me encontré a Maggie donde una cosa pasó a otra y simplemente surgió —miró a Alex y a Kelly que asentían cuando les contaron la historia—. Luego, cuando terminé la universidad allí en Metrópolis, me di cuenta de que Lex me engañó, de que ni siquiera tenía tiempo para arruinar tu vida porque estaba centrado en arruinar la de Superman. Pensé en volver a aparecer cuando lo metieron en la cárcel, pero me pareció absurdo después de tanto tiempo y estaba segura de que habían cambiado muchas cosas —miró a todas, viendo cada cual con su pareja y luego a su hija. Todas asintieron, dando por justificada su respuesta—. Poco después me enteré de la nueva heroína Supergirl, de la CEO más caritativa de National City, de la reportera que apuestan de que va a ganar un Pulitzer en menos de dos años, incluso de que Alex Danvers ayudó innumerables veces a la heroína de National City por las noticias... Y Maggie fue la que me impulsó a venir para aclarar las cosas y cerrar la herida. Ya el resto es historia.

—¿Y tú cómo sabes que Kara...? —intentó preguntar Lena mirando a Maggie.

—Yo lo supe incluso antes porque tampoco soy tan idiota y Sam también lo llegaría a saber al igual que seguramente Kelly lo habrá hecho al convertirse en Supergirl —miró a la prometida de la pelirroja que se mordió el labio, sabiendo que Maggie tenía razón—. Hemos estado siempre con Kara en todas las formas posibles y repito que por unas simples gafas pasta no nos engaña —habló de manera divertida haciendo que toda la tensión se disminuyera cuando todas sonrieron.

—No voy a poner excusas sobre eso... —habló Kara más calmada, comprendiendo todo mejor y más cuando vio como Lena curvó sus labios adorablemente viendo a las tres; Sam lo había hecho por ellas y, a pesar del dolor que causó, también las protegió. Seguramente habrían hecho lo mismo en su lugar.

—Deberías haberte cambiado de gafas por lo menos —le aconsejó la pelinegra haciendo que todas riesen y se miraron divertidas para que Sam luego cogiera el mando después de un silencio.

—Sé que ha pasado tiempo y todo esto es muy repentino. Pero espero, de verdad que espero con todo mi corazón, que volvamos a tomar contacto e intentemos ser amigas porque el cariño que tengo por vosotros nunca se desprendió de mí... —miró a todas, especialmente a Lena y que inspiró hondo.

—Eres madre, Sam... —habló Lena segundos después de exhalar, mirando a la pequeña que vacilaba en el regazo de su madre con curiosidad.

—Madre —repitió Alex asintiendo con la cabeza—. Qué... lata, ¿no? No me quiero imaginar cuando tenga hijos con mi futura mujer —se dirigió a su prometida que se echó a reír.

—¿Eso significa...? —preguntaron Sam y Maggie a la vez.

—Siendo madre no podrás salir a tomar unas copas con nosotros —se echó a reír Kara junto a las demás haciendo que Maggie y Sam se mirasen con una sonrisa amplia.

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—No me lo puedo creer —gruñó Lena mirándose al espejo, viendo su mueca en el reflejo—. Os juro que os voy a matar. ¡Hoy es la boda! —se giró para ver a su novia tragar saliva y la CEO exhaló para volverse al espejo—. Alex y Kelly se van a casar y tú en vez de recordárselo, en vez de aconsejar a tu hermana que se vaya preparando... ¡Vas y le dices que vaya contigo! —se quejó elevando más la voz, haciendo que Kara se sintiese más pequeña con una mueca más grande—. ¿J'onn no se pueden encargar como aquella vez a pesar de estar retirado? ¿O solo Nia, Winn y Brainy? ¿O incluso tu primo? ¡Apuesto a que James se encargaría y es su hermana! —chilló cada vez más incrédula, sintiendo rabia de lo inoportuno que estaba siendo todo.

—Lo sé, cielo, pero es una emergencia. Un cambia-formas se está pasando por Alex y no sería gracioso verla ligar con otras y casarse con Kelly a la vez —susurró calmadamente, acercándose a su espalda—. Lo arreglaremos rápido. Ni os daréis cuenta. Brainy y Winn ya están en el DEO para hacer el papeleo lo más rápido posible y Alex y Nia ya está de camino, esperándome.

—¡Y Kelly estará en el altar dentro de dos horas! —gritó intentándose abrochar el vestido que no conseguía, haciendo que su novia se detuviera y apretase los puños cuando Kara hizo el amago de abrazarla.

—¡Y Alex también estará ahí! —intentó hacerle ver donde su novia volteó los ojos—. Además, si solo llegase un minuto tarde, tú.

—No.

—Pero amor...

—No, amor no. Me pides últimamente demasiado. Al principio que me habituase a que hablaras en sueños porque había noches que no podías aguantar. Luego que me acostumbrase a despertarme encima de ti, levitando he de añadir. La primera vez casi me caí en picado del susto. Más tarde a llenar la nevera de potstickers y helado los sábados. En tus heroicidades me pides que arregle tu capa cada dos por tres porque te encanta llegar al extremo y ahora... —se giró para enfrentarla, pero la rubia alzó el dedo a sus labios.

—Espera... —interrumpió haciendo que Lena la mirase incrédula—. Vale, voy para allá, Alex —terminó de hablar por el intercambiador y apretó los labios cuando Lena la miró enfurecida—. Mira, te prometo que estaremos justo a tiempo. Te lo juro, cariño. Ni un minuto más —se acercó con cautela con ojos de cachorro y la pelinegra cerró los ojos. 'Eres una zorra; vas a por mí punto débil', pensó Lena.

—Más te vale, Kara Zor-El, porque te juro que como Alex haga esperar a Kelly un segundo le arranco la cabeza. A todos —sentenció derrotada volviéndose al espejo y Kara sonrió acercándose a ella, besando su hombro desnudo y la pelinegra suspiró—. Anda, antes de irte, ayúdame con esto... —indicó la cremallera de su vestido.

—Lena... —cogió el tirador, deslizando lentamente para arriba con una mueca de disgusto y su novia frunció el ceño—. Esto está en contra de mi religión. Debería estar desvistiéndote y no al revés...

—Eres idiota —se echó a reír más relajada, alegrándose de que su novia supiera como convencerla y cambiar su estado de ánimo en cuestión de segundos y se giró para darle un beso—. Ten cuidado, ¿vale?

—Siempre —susurró para darle un último beso.

Caminó hacia la ventana del salón para despojarse de su ropa, pero se detuvo porque se había olvidado de que esta mañana se levantó ocupada con cierta persona encima y no tenía puesto el traje para la ocasión. Lena salió de la habitación para dirigirse al baño, arrugando la frente en el proceso cuando la rubia pasó por su lado para volver a la habitación y lo entendió todo cuando Kara gritó:

—¿¡Lena!? ¿¡Dónde está mi super traje!?

—¿¡Y yo que sé!? ¡No soy la que me lo pongo!

—¡Pero sí la que me lo quita!

—¿¡Has mirado debajo de la cama!?

—¿¡Y por qué tendría...!? ¡Vale, tienes razón!

—¡Siempre la tengo!

Por supuesto, llegaron a tiempo cuando solucionaron el problema. Justo a tiempo. Kara apareció al lado de Lena junto con Winn, Brainy y Nia, observando que todo estaba listo para empezar mientras Alex corría entre las risas de los invitados hacia pódium de madera junto al juez, ajustándose la corbata antes de inspirar hondo, preparada para empezar.

La pelinegra exhaló de alivio, pero no evitó que echase una mirada fulminante a los cinco que tragaron saliva en el acto. Pero finalmente allí estaban; toda la familia reunida, todos los amigos juntos, todas las parejas viendo como celebraban el encuentro: contemplando como Kelly aparecía a los segundos con un vestido largo y como Alex lloraba de felicidad, ansiando siempre con este momento; que después de tantos estuviera a punto de casarse con el amor de su vida.

—Es todo tan bonito... —susurró Lena sin poder apartar la vista de Kelly y Alex cuando se juntaron. Y a pesar de guardar discreción, no pudo contenerse en agarrar la mano de su novia.

—Eso también lo veo —respondió Kara, pero ella estaba mirando a Lena—. También lo veo —repitió con mucho más amor, sonriendo tiernamente a su novia.

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Y entrando otro año después, todo lo tranquilo se revolvió, pero solo al principio. Llegaron los momentos llenos de altibajos. Lex había escapado de la cárcel y, por ende, tuvieron problemas que resolver. Incluso Clark se había sumado al mando para controlar su locura y aconsejar al equipo, aunque fue irrelevante porque no era lo mismo con Kara como con él; a la rubia le tenía más tirria por robarle su cerebrito.

Lena lo estaba pasando realmente difícil porque por su culpa todo lo que había conseguido se había desvanecido con un soplido. Las personas dejaron de confiar cuando hubo varios ataques sorpresas por culpa de su hermano, incriminándola en cada acto que ella estuvo presente.

Pero Lena no se dejó vencer y seguía luchando. Ella siempre lo haría. Su hermano ni nadie iba a hundirla. Y menos cuando su novia siempre le animaba con cualquier tontería. Le traía el café todas las mañanas por su balcón. Compartían bromas que solo ellas conocían cuando estaban entre una multitud de gente como en galas o quedadas masivas celebrando cualquier cosa. Le acompañaba en cada cosa. Se esperaban en casa mutuamente con la cena hecha y muchas cosas más entre elogios, piropos y cosas buenas: como su amor iba creciendo a pesar de todo.

Por supuesto, ese asunto lo arreglaron con el paso del tiempo. Kara se enfrentó a él gracias al traje antikryptonita que le había diseñado Lena. Además, una familia al completo contra un villano... Brainy se alegró de no regresar ni de que Clark hubiera hecho que Kara cambiase las tornas. En el futuro, Lex fue realmente muy pesado, siendo una mosca cojonera que no paraba de tocar los huevos y aquí, en esta línea temporal, se "rindió" fácilmente (desapareció y huyó realmente) antes de tiempo a Metrópolis.

Todos los ciudadanos de National City se sintieron culpables cuando la misma Kara Danvers redactó lo que realmente sucedió; con pruebas incluidas. Lena no tardó en volver a coger el mando con una sonrisa y, gracias a ese artículo, la pelinegra misma fue quien le otorgó su primer Pulitzer.

Y fue como después de eso Kara Danvers no ocultó su amor por Lena Luthor, besándola sin temor porque sabían que juntas podían contra cualquier cosa. Lo más gracioso de la gala fue presenciar el grito de Cat cuando dijo "lo sabía" en voz alta, haciendo reír a los invitados. Estaba claro de que a la CEO de CatCo no se le escapaba ni una, sabiendo que Kara Danvers también era Supergirl, pero no presionó en que se lo contara. Solo estaba feliz de que ella también lo estuviera cuando siguió todos sus pasos.

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Pero terminando el año, fue la primera vez que se todo se tambaleó.

—Vaya, Supergirl —esbozó Lena una sonrisa al verla aparecer en su balcón y se levantó de su asiento—. ¿A qué le debo el placer? —preguntó alzando la ceja cuando abrió la puerta, pero poco a poco frunció el ceño cuando vio a Kara apretar los labios con la cabeza gacha—. ¿Eh? —intentó llamar su atención, pero solo consiguió que hiciese una mueca—. ¿Qué es lo que tienes detrás de la espalda?

—No te enfades.

—Kara —susurró tensando la mandíbula.

—No te enfades —repitió alzando la mirada con un puchero.

—Kara, si me dices eso me voy a enfadar —se quejó en un murmullo acercándose a ella, pero se detuvo cuando escuchó un ladrido y la heroína hizo una mueca, descubriendo lo que tenía en sus manos. Kara intentó hablar, pero Lena sacudió la cabeza dándose la vuelta—. No —sentenció sin la posibilidad de discutir.

—Por favor, es solo un cachorro... —hizo un puchero, cogiendo al pequeño perro entre sus brazos.

—No, Kara —se volvió para su escritorio.

—Pero pensé... —intentó la kryptoniana siguiéndola por detrás.

—Cariño, es por eso por lo que no podemos quedarnos con él —comenzó Lena nada más sentarse en su silla—. No podemos ocuparnos. Mi mayor tiempo lo paso aquí y tú estás siempre fuera siendo tanto Kara Danvers como Supergirl. Incluso hace poco que tenemos tiempo para nosotras... —se mordió el labio y Kara agachó la cabeza, sujetando fuertemente al cachorro con sus manos.

—Pero está solito y perdido... Me recuerda a mí cuando llegué a la Tierra. Yo pensé...

—Cariño... —exhaló la pelinegra a punto de decir que no de manera tajante, pero fue un grave error cuando conectó sus ojos verdosos con los azulados.

Kara, la muy jodida, levantó la cabeza con ese puchero y ojos de cachorro. Lo peor es que sujetó al pequeño entre sus manos y se lo puso al lado de su cabeza. Lena inmediatamente cerró los ojos y se masajeó las sienes. Si con solo el rostro de Kara se le hacía difícil decirle que no, derritiendo cada extremidad de su cuerpo, no os imagináis como se debía sentir con el pequeño al lado.

—Kara... —susurró Lena ladeando la cabeza de un lado a otro, imposible de que fuera una sacudida de cabeza en su totalidad.

—¿Podrías escuchar mi plan al menos y luego decides? —preguntó con esperanza y la pelinegra asintió derrotada—. Había pensado en que como Sam y tú volvéis a ser grandes amigas, la contratases de directora ejecutiva interina. He hablado con ella y le pareció bien cambiar de aires, de estar más cercas de nosotros. Maggie es gran amigo del sargento de FBI de aquí y Ruby estaba ansiosa de cambiar de instituto, así que tampoco hay problema. Así tendrías tiempo de ocuparte de Krypto.

—¿Krypto? —frunció el ceño y luego soltó un 'oh' cuando alzó nuevamente al cachorro—. Vale... No te digo que es una mala idea, pero tú también...

—Yo también me ocuparé, por supuesto —se adelantó en decir sabiendo lo que querría su novia—. La criminalidad se ha reducido un 70% desde lo de Lex y Kelly también está ayudando desde que James le otorgó su escudo de guardián cuando se mudó a Calvin Town con Lucy. Nuestro equipo tecnológico ha avanzado gracias a Brainy, Winn y a ti y Nia cada vez está siendo más poderosa que incluso nos encargamos de cosas por separado —concluyó con un puchero y Lena viró desde su portátil hasta sus ojos.

—Como muerda algunos de mis tacones te echaré de casa con él —sentenció con una sonrisa derrotada, y Kara abrió la boca mostrando su felicidad y yendo rápidamente hacia ella para inclinarse y robarle un beso.

—Rao, cuanto te quiero... —susurró en sus labios y Lena sacudió la cabeza echándose a reír.

—No me vengas con esas... —le dio un empujoncito juguetón en su hombro—. ¿Puedo? —preguntó alzando las manos hacia el cachorro y Kara asintió, otorgándole el pequeñín.

—En realidad... Te iba a pedir si podías quedarte con él ahora. Tengo que volver al trabajo porque Cat... —hizo una mueca nada más Lena le fulminó con la mirada, recostándose en la silla mientras la heroína se apoyaba en su mesa.

—Kara —interrumpió—, estoy trabajando y todavía no nos hemos organizado. ¿Y si finalmente te hubiera dicho que no? —gruñó sin poder de dejar de acariciar al pequeño.

—Por eso te pedí que no te enfadaras porque sabía que me ibas a decir que sí —se mordió el labio y Lena puso ojos en blanco, pero no replicó porque sabía que tenía razón.

—Está bien... Krypto se quedará conmigo —ladeó la cabeza cogiendo al pequeñín, mirando de soslayo también la sonrisa amorosa de su novia—. ¿Qué?

—Nada fuera de lo normal... —habló en voz baja mientras se cruzaba de brazos y daba un paso para estar a centímetros de su novia que arqueó la ceja, insistiendo en que le diera otra respuesta—. Solo que llevamos tres años juntas, oficialmente hablando, y no paro de pensar en todo lo que hemos progresado, en lo que seguimos construyendo a pesar de todo. Que seguimos en pie día a día y que todo va creciendo. Hemos superado varios obstáculos juntas y la familia crece sin parar. No solo por nosotras, sino también nuestro alrededor. Estoy muy contenta y feliz y... Rao, Lena Luthor, te quiero tanto que mi corazón va a estallar...

—Yo también quiero mucho, Kara Zor-El —asintió Lena en de acuerdo a todo lo que decía su novia mientras se levantaba de la silla y le daba un pequeño beso, aunque Kara no se despegó, sino que siguió besándola con más efusividad mientras también apoyaba su mano para sujetar al cachorro entre los brazos de Lena. Pero la pelinegra se echó hacia atrás con una sonrisa tonta; señaló tanto al perro, como su escritorio como a su balcón: tenían cosas que hacer—. Y ahora vete porque si no... no podré parar de besarte y no quiero que Cat se enfade por mi culpa por tu ausencia. Krypto y yo te esperaremos en casa, ¿de acuerdo? —preguntó en un susurro y Supergirl asintió, dándole un pequeño beso antes de prender vuelo.

A la noche, Lena se encontraba con miles de juguetes, unas cuantas latas de comida y varios accesorios para el cachorro. Había contactado con Sam nada más su novia salió por su balcón, dándole la noticia y donde su mejor amiga había aceptado sin que se dejase explicar, sabiendo todo de antemano por la kryptoniana. Ellas vendrían cuanto antes.

A pesar de su alegría, no quería decir que había pasado un día de locos. Krypto no paraba de ladrar, lloriquear o mearse por toda su oficina. A veces quería tirarse de los pelos cuando no le hacía caso, pero no pudo hacer nada con esa mirada de cachorro. Incluso Jess entró preocupada y Lena le señaló al pequeñín. Su secretaria tuvo tiempo de preguntar cuando la pelinegra la despachó. Y después de eso, terminó incluso antes para dirigirse al veterinario para que todo estuviera en orden y así poder comprar las cosas para el nuevo inquilino.

—Rao... —apareció Kara casi derrotada por la ventana, aunque su rostro cambió cuando miró a Lena y a Krypto juntos. Sin embargo, la pelinegra la pilló y no iba a omitir la pregunta.

—¿Qué ocurre? —cuestionó levantándose del suelo, dejando a Krypto en su cama con sus juguetes.

—Hoy ha sido un día de locos —exhaló dirigiéndose a ella para darle un beso, pero Lena le puso la mano en el pecho.

—Hueles fatal —se quejó entre risas y Kara hizo un puchero—. Ve a ducharte mientras sirvo la cena y me cuentas. Tómate el tiempo que quieras —le aconsejó cuando vio a la kryptoniana estirarse.

A pesar de ello, no tomó su consejo y salió de la ducha minutos después. Kara se acercó a ella y le ayudó a poner la mesa mientras Lena terminaba de dar los últimos retoques de la cena. La rubia comenzó con su día de mierda, literalmente hablando.

Un malhechor había causado disparates en un zoológico. Pensó en que sería divertido liberar a todo animal de su jaula y, por supuesto, Kara tuvo que ir uno a uno a recogerlos. Y en el proceso, se había envuelto entre excrementos de elefantes o vómitos de pingüinos (un olor profundamente desagradable y fétido, peor que las mofetas o cloacas).

—Y Cat... Se va de CatCo —susurró la kryptoniana hincando el tenedor en la chuleta sin ganas.

—Oh... —proyectó Lena con una mueca y Kara suspiró—. En realidad... Eso ya lo sabía —confesó la pelinegra llamando su atención—. Pero no quería decírtelo porque quería que disfrutaras al máximo con ella. Por eso insistí en que te marchases de mi oficina —explicó rápidamente e hizo que Kara asintiese, comprendiendo, pero luego frunció el ceño.

—Eso quiere decir que sabes quien es nuestra nueva jefa.

—Hum... —se relamió los labios dejando la copa de vino—. Realmente no. No me lo contó. Simplemente me dijo que se iba.

—Oh... —inspiró hondo dejando el tenedor en la mesa y Lena ladeó la cabeza sin saber muy bien como tomarse aquello—. Es Andrea —soltó sin dar más vueltas después de un largo silencio.

—Andrea —repitió Lena con una sonrisa sin saber a qué se refería.

—Andrea Rojas —aclaró Kara al ver que la pelinegra le estaba costando pillarlo.

—Andrea Rojas... —volvió a decir, pero detuvo sus movimientos al repetir ese nombre en su mente—. Espera, ¿qué? ¿Andrea Rojas? ¿Andrea de...?

—Sí —concluyó la rubia e hizo una mueca cuando sintió como Lena le faltaba el aire.

—No me jodas... —se levantó sin poder evitarlo, dejando media cena en la mesa y Kara, preocupada, hizo lo mismo para seguirla, cogiendo a Krypto por el camino ya que él también se levantó para seguirlas.

Sabía que habían superado cosas juntas, pero Andrea... Estaba bien sin saber nada de ella. Después de lo que pasó, era mejor que se quedara ahí, en el pasado. Para Kara no hubo ningún problema; ella siempre fue buena en ese aspecto y no le dio tanta importancia, pero sabía que Lena no se lo iba a tomar bien porque después de lo que ocurrió, juró de que, si aparecía de nuevo, la mandaría al espacio y ella era la que no tenía superpoderes.

Para la pelinegra, Andrea era la única persona y la última cosa que quería que volviera a su vida. Temía que esa zorra insípida no hubiese cambiado con el tiempo, que recordase tiempos que no viniese a cuento de qué y que crease inseguridades.

Además, iba a estar mitad del tiempo con su novia y no podía no imaginar miles escenarios de ella coqueteando con su novia descaradamente, que la elogiase o que intentase algo. Por supuesto, del temor pasó a celos incontrolables a pesar de que sabía perfectamente de que la rubia jamás la engañaría.

Kara supo que estaba molesta por sus gestos y su mirada, por cómo su voz timbraba el nombre de Andrea con asco, pero frunció el ceño sin comprender cuando Lena se paró, cogiendo y rebuscando en su bolso.

—¿Qué haces?

—Buscar el talonario —respondió Lena sacando la libreta.

—¿Para qué?

—Para firmar el cheque y comprar CatCo.

—Lena... —se acercó a ella para frenarla, pero la pelinegra se volvió—. Venga, no te pongas celosa —la molestó con un tono bromista para relajar su tensión, pero fue grave error cuando ésta la fulminó con sus ojos cuando miró por encima de su hombro. Sin embargo, eso le sorprendió a Kara porque ni siquiera lo desmintió—. ¿Estás celosa?

—No sé de qué hablas —contestó tajantemente, arrancando la hoja y se volvió para darle el cheque a su novia, encontrándose con su sonrisa encantadora. El cheque simplemente cayó al suelo puesto que Kara no pudo cogerlo al tener al perro en brazos.

—¿No de 'no'? ¿O no de 'sí, pero no te lo voy a decir'? —chinchó ignorando el papel, haciendo que Lena resoplara—. Es nuevo este lado Luthor... ¿Por qué estás celosa exactamente? —preguntó tarareando, pero Lena no respondió, apretando los labios porque sabía que Kara la estaba provocando—. Vamos, cariño. No puedes estar celosa cuando solo tengo ojitos para ti. Y para Krypto —añadió cuando el pequeñín soltó un ladrido, dedicándole ojitos adorables.

—Tú sigue burlándote —se echó a reír intentando sonar irónica, pero realmente se sentía avergonzada porque la rubia tenía razón en que jamás había demostrado este lado en toda su relación hasta ahora.

—Es que... te ves muy graciosa —siguió bromeando, haciendo que Lena volteara los ojos.

—Sí, nos estamos hinchando de reír —puso los ojos en blanco, aguantando la sonrisa y Kara no pudo evitar reírse. Realmente le encantaba ese lado posesivo. En realidad, le ponía que reclamase lo que era suyo.

—¿No me va a contestar, señorita Luthor? —ronroneó acercándose a ella y Lena sintió como toda su ira se disipaba. Kara sabía perfectamente como actuar, daba igual cualquier situación —. Estás celosa... —susurró sin esperar una confirmación, dispuesta a atacar sus labios, pero Lena detuvo sus intenciones nada más ver a Krypto todavía en sus brazos.

—Vamos a acabar la cena —contestó en su lugar zanjando el tema y dándose la vuelta en un suspiro.

—Ella me va a dar órdenes, lo sabes, ¿no? —siguió hundiendo el dedo en la llaga, pero esta vez fue un grave error cuando su novia se giró con ojos fulminantes.

—Pues déjale claro quién te tiene gobernada aquí o te irás a dormir al sofá —respondió sin tapujos y Kara finalmente se echó a reír, acariciando a Krypto.

—Oh, ella está celosa —se dirigió al pequeñín.

—No tengo superoído, pero te he escuchado. Así que, ya que lo ves muy gracioso, también te hará gracia un mes.

—¿Un mes qué? —su sonrisa se borró cuando vio a Lena sentarse y la miró.

—Un mes sin sexo.

—¡Lena!

.

Claramente le fue difícil. Odiaba ver a la nueva CEO de CatCo en cada portada. Fue una gran noticia, lleno de elogios y sabiduría. Lo que más le molestaba era la firma de Kara Danvers en todos ellos, pero no la culpaba. Era su trabajo. Redactar la verdad, eso es todo. ¿Era verdad todo lo que decía, todo lo que se merecía después de todo? Lena no estaba tan segura de eso, pero lo dejaba pasar. Eso intentaba hacer.

Pero sus celos aumentaron mientras los días pasaban. Ella claro que siguió negándolo. La gala de presentación se le hizo pesada al igual que las siguientes. Tenía que irse con Brainy o Alex o incluso con Kelly que fue contratada por Andrea para una sección nueva para que hiciera de psicóloga y le calmase en algún rincón. Parecía que lo hacía a propósito cuando se involucraba no solo con su novia, sino con su familia.

Estaba harta de sentir estos celos tontos cuando Andrea llamaba a Kara descaradamente, daba igual en su presencia o llamada telefónica cuando estaba almorzando con ella, aunque lo hacía para rejuntar a los reporteros sin intención a nada, de que cogieran la noticia cuando sucedía algo importante.

Conforme pasó el tiempo, la rubia le había dejado claro en varias ocasiones que era por pura presentación, por trabajo y por hacerle sonreír a su jefa y que no le pusiera pegas. Andrea, por supuesto, le daba la razón a Kara sin tener idea de lo que estaba sucediendo. Sabía de antemano que estaban en una relación y dijo con sinceridad que se alegraba por ello después de tantas circunstancias vividas, que se arrepentía totalmente de lo ocurrido y mantenía simplemente una relación profesional.

Kara había intentado hacerle ver a su novia que Andrea realmente había cambiado desde que se casó con Russell, que se había convertido en una buena persona y que simplemente cumplía con sus funciones como ella, pero Lena seguía sin creerle, manteniendo su postura de que solo hacía su papel.

Entonces las bromas sobre los piques de celos llegaron a ser peleas de verdad. Lena intentaba evitarlo, pero su orgullo era más fuerte que ella. Kara siempre lo dejaba pasar porque no tenía sentido continuar una pelea sin sentido. A decir verdad, la entendía de alguna manera; se ponía en su piel y entendía esa inseguridad, esa desconfianza por Andrea. Si a ella también le hubiera pasado lo mismo, no la estaría culpando de sentir celos.

Sin embargo, Kara supo entonces de que debía frenarlo porque temía que a Lena se le fuese de las manos, de que soltase comentarios hirientes sin pensarlo y que todo se convirtiese en un bucle llegando a ser tóxico. Ella iba a demostrar de que Lena no tenía que preocuparse por nada, aunque su novia no admitiera todavía de que estaba celosa.

.

—Cariño, ya estoy aquí —proclamó Kara cruzando la puerta, saludando a Krypto que correteó a sus pies entre ladridos.

—¿Esto qué demonios es? —apareció Lena mostrando su móvil y Kara hizo una mueca.

—Uh, eso... Andrea estaba en peligro y...

—¿En peligro para hacerse una foto contigo, Supergirl? ¿Hace cuánto que no te haces fotos conmigo? —gruñó incrédula guardando su móvil para enfrentarla y Kara suspiró.

—Lena, ni siquiera salgo posando. Lo hizo por los hashtags —se intentó defender, pero su novia sacudió la cabeza.

—Parece que desde que Andrea tomó CatCo no tienes tiempo para mí.

—¿Estás hablando en serio? —preguntó atónita a lo que estaba escuchando.

—Ni siquiera vienes a buscarme ni para... —exhaló mirando al perro que estaba en sus pies— desde que tenemos a Krypto.

—¡Me castigaste un mes! —gritó exasperada y Lena abrió los ojos de par en par.

—¡Y yo no puedo creer que te lo tomases al pie de la letra!

—Lena... —se mordió el labio ocultando su sonrisa, alzando la mano para cogerla, pero su novia se negó.

—Kara, no te das cuenta. ¡Lo está haciendo adrede y tú no te das cuenta! —repitió Lena en un grito.

Se volvió furiosa, pero se detuvo cuando Kara se echó a reír. Ella se volvió de nuevo con el ceño fruncido, intentando entender que era lo gracioso cuando no tenía ni una pizca de gracia.

—¿De qué te ríes? —quiso saber Lena cruzándose de brazos.

—Cariño... —se acercó a ella estando a un par de pasos—. Andrea ni siquiera sabe que soy Supergirl —expresó con una sonrisa vacilante y Lena abrió los ojos de par en par, avergonzada porque no había pensado en esa parte. Estaba tan metida que no se daba ya ni cuenta de lo que decía.

—Pero también podría pensar como Sam o Maggie, que con unas simples gafas... —se intentó excusar, pero Kara sacudió la cabeza.

—Me preguntó por mi nombre real, cosa que me negué a decirle —aclaró haciendo que Lena cerrase la boca—. Y, además, está casada con Russell —le recordó por segunda vez haciendo que su mandíbula se tensara, viendo el rubor de sus mejillas, más avergonzada que antes porque ahora sí que sí no tenía ninguna escapatoria—. Admite de una vez de que estás celosa.

—Bien. Estoy celosa. ¿Contenta? —confesó finalmente y Kara no pudo evitar sonreír, cosa que le molestaba más a Lena—. Estoy muy celosa, Kara. Me doy asco porque te he visto ciento de mujeres tirarse encima de ti siendo Supergirl, ciento de tías intentando ligar contigo siendo Kara Danvers cuando nadie sabía que estábamos juntas, pero ella... Rao, es demasiado.

—¿Acabas de decir Rao? —se sorprendió la rubia y Lena achinó los ojos.

—Se me ha pegado, pero ese no es el caso. ¿Me estás escuchando? —repitió con énfasis y Kara se limitó a asentir—. Lo siento, no puedo controlarlo. No es que no confíe en ti, es que no confío en ella y... Realmente lo siento. Estoy celosa, ¿de acuerdo?

—¿Y qué hago para quitarte...? —intentó coger su rostro, pero Lena dio un paso hacia atrás.

Ahora mismo no se merecía su cariño y más cuando le gritó de esta manera. No era justo que Kara hubiese aguantado tanto y que siguiese como si nada. Tenía derecho a enfadarse después de soportar sus celos, a pesar de que sabía que la rubia no lo haría de lo buena que es. Pero ser buena no significaba que fuese tonta y ahora estaba con el corazón encogido. No sabía ahora mismo que pensaba y se puso en lo peor.

—Da igual, Kara —susurró la pelinegra agachando la cabeza, derrotada, notando como se ahogaba—. Lo siento por todo, por haber sido tan dramática estos días o... —exhaló, sacudiendo la cabeza—. Mira, estoy muy enamorada de ti y perderte es... —se ahogó con su propia saliva y Kara le dedicó una mirada llena de complicidad con una sonrisa genuina a pesar de que su novia no la estaba mirando—. Solo... intentaré deshacerlo si me dejas tiempo... Y si no... Bueno... Puede que me acostumbre o puede que... sea peor —se sinceró cada vez más abrumada, hundiendo sus ojos cristalinos en el suelo—. Sé que son muchos años juntas, pero no te culparía si te cansas de mí porque no te garantizo nada...

Lena, muerta de vergüenza y aguantando las ganas de llorar, asustada de lo que Kara podría decir o pensar, se giró dándose la vuelta para esconderse porque la kryptoniana tenía razón. Lo habían discutido más de una vez y siempre se negaba.

Ahora que lo había soltado, lo único que temía es que Kara decidiera no aguantar esta tortura si no se le pasase y quiso dejarle sola para que tomara una decisión o que buscara una solución porque ella ahora mismo no tenía fuerzas para hacerlo, pero no llegó a su habitación.

—Lena... Necesito que me respondas a una pregunta con sinceridad.

—¿Qué es...?

Su corazón dejó de latir nada más girarse y fue entonces cuando no pudo contener ninguna lágrima cuando vio a Kara arrodillada en el suelo.

—Si te casas conmigo, ¿dejarás de estar celosa? —preguntó alzando el anillo, casi echándose a reír por su propia broma al igual que Krypto no paraba de poner las patitas encima de su rodilla como si estuviera jugando.

Kara se levantó cuando vio como su novia se derrumbaba, sonriendo tiernamente hacia ella cuando tapó sus lágrimas con sus manos y finalmente la abrazó con cariño. Por supuesto, la kryptoniana soportaría cualquier cosa porque Lena siempre fue el amor de su vida desde que la conoció.

—Te quiero mucho, Lena —susurró Kara con cariño besando su cabello negro—. Te quiero más que nadie en este mundo y mi corazón tiene tatuado tu nombre; late por y para ti. No me voy a cansar, ni me voy a enfadar, ni pienses que quiero tirar todo por la borda. Hemos conseguido solucionar muchas cosas, hemos aprendido de ello y hemos seguido creciendo. Hemos arreglado cosas peores y lo hemos hecho juntas. Siempre...

—Gracias, Kara... —musitó Lena en su pecho y la rubia se echó hacia atrás para que saliese de su escondite, para limpiar sus lágrimas y lanzarle una sonrisa genuina.

—Pero... ¿es un sí?

—Rao, es un sí definitivo —contestó Lena echándose a reír al ver la mueca divertida de su ahora prometida.

Por supuesto se iba a casar con la alienígena más extraordinaria del mundo, con la persona que compartía su felicidad, con la chica que más quería de la faz de la Tierra. Fue tan idiota sentir estos tontos celos que finalmente los dejó de sentir para dejar pasar cosas maravillosas, estas nuevas sensaciones; de enamorarse cada día más de Kara.

.

Un año después; tres de noviazgo y una de prometidas pasaron volando hasta llegar el día más importante de todos.

—Kara Zor-El... Me alegro de que seas tan servicial y te impliques mucho en todo... ¡Pero es el día de nuestra boda! —susurró Lena apenas inaudible para que no la escuchasen, aunque dejando casi sorda a su hermana cuando apretó el pinganillo—. Hasta tu hermana está aquí.

—Dice Kara que está de camino —habló Alex en su lugar con una mueca nada más ver su rostro de enfado—. Que te quiere mucho. Ni un minuto más —añadió conforme le iba diciendo la kryptoniana.

—Más le vale porque si no mataré a mi cuñada —amenazó con burla y Alex sacudió la cabeza, pero luego frunció el ceño para mirarla.

—Espera... ¡Oye! ¡Tu cuñada soy yo! —chilló la pelirroja casi echándose a reír.

—¿Chicas? —Kelly apareció cogiendo su falda de su vestido de dama de honor, apoyándose en la puerta.

—Está todo bien —se apresuró en decir su mujer.

—No, no es eso... Es que me encuentro un poco mal... —se quejó Kelly con un suspiro y Alex y Lena la miraron preocupada, preguntando qué pasaba—. Positivo...

Ambas se quedaron inertes en el sitio, abriendo los ojos de par en par. Lena fue la primera en reaccionar y chilló de alegría dándole un empujón a Alex. Habían intentado tantas veces que al fin lo lograron y la pelirroja corrió a sus brazos para achucharla.

—¡Vamos a ser madres!

—¿Voy a ser tita? —preguntó Kara detrás de Kelly, asustando a las demás en el proceso—. Lo siento, es que he llegado hace un segundo y no he podido evitar escucharlo.

—¿Qué haces aquí? ¡No mires a Lena! —se quejó su hermana empujándola hacia afuera—. ¿¡Y quieres cambiarte!?

—¡Lo haré en segundos! —chilló corriendo hacia el otro extremo para vestirse.

Y finalmente, Kara estaba ahí de pie con su vestido de novia de encaje y corte de sirena, esperando con ansias. Estaba mirando a un lado a otro, pero no se estaba fijando en ningún decorado. Solo en los presentes que hacía que su corazón latiera de felicidad.

Todos sus amigos que siempre estuvieron con ella desde el minuto uno, en aquellas personas que le hicieron crecer, de toda su familia que le había cuidado con todo su cariño y de cómo Kypto correteaba de un lado a otro con su corbatilla: claro que el pequeñín no iba a faltar en este día tan importante.

Ella no hizo trampa, dejó de ser Kara Zor-El para ser solo Kara Danvers. Dejó sus poderes a un lado por mucho que ansiara ver a Lena ya y se alegró en hacerlo cuando la vio aparecer por la puerta junto con Jeremiah.

Le robó el aliento. Si Lena era preciosa en todos los sentidos como ella había descrito anteriormente, no os imagináis en este que estaba viendo Kara con sus propios ojos caminando con el vestido de novia. Aquella mujer con una sonrisa entre dientes, con un vestido de escote corazón acompañado de pedrerías preciosas con una falda de una auténtica princesa como era ella era lo más hermoso que había visto en su vida que envidiaba ahora mismo que sus ojos no fueran cámaras para fotografiar este momento.

Kara se limpió las lágrimas al notar que sus lágrimas salieron sin previo aviso y inspiró felizmente cuando Jeremiah la dejó al lado suya para enfrentarse al juez. Ella no podía parar de mirarla, la tenía hipnotizada que Lena tuvo que darle un codazo al igual que los presentes se reían cuando se dirigía a ella para intercambiar los votos.

Incluso chilló en decir "sí, quiero" que no tuvo la oportunidad de escuchar nada más para abalanzarse a sus brazos y besarla con pasión, recordándole en un pequeño acto todo lo que sentía por ella, todo lo que Lena también sentía a cambio; era mucho más que recíproco y era totalmente maravilloso.

—¿Y ahora qué? —susurró Lena pegando su frente con la suya y Kara sonrió.

Y ahora... podríamos seguir siendo felices.

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