We could be happy | Supercorp...

By ChicadeOtroRollo

109K 10K 4.8K

Kara y Lena se conocen desde el instituto y han logrado ser amigas inseparables después de arreglar sus difer... More

Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Epílogo

Capítulo 1

11.9K 683 144
By ChicadeOtroRollo

Los pasos de Kara aumentaron de ritmo nada más recibir un mensaje de Lena. Había extrañado a su mejor amiga ya que no tuvieron tiempo de ponerse al día con tantos exámenes y agitó alegremente los libros, a pesar de que odiaba estudiar. Entre los caminos y hierbajos del campus, la rubia miró de un lado a otro, recordando los viejos tiempos que había vivido hasta llegar aquí, alegrándose de cómo había seguido su amistad con Lena a pie de cañón después de todo.

.

El resumen es sencillo si hablamos del pasado. Al principio Kara, cuando ingresó en el instituto a mediados del primer semestre de primero, no pasó desapercibida y rápidamente se convirtió en una de aquellas chicas populares, ganándose el respeto de sus compañeros sin esfuerzo alguno. Todo el mundo le adoraba y les encantaba estar alrededor suya. Incluso Alex, su hermana, sentía un poco de envidia por aquel entonces.

Claro, ambas no se llevaban bien al principio, pero era algo normal. Todavía no se adaptó a la nueva situación familiar. Le costaba un poco porque le quitó el papel de ser la favorita. Le irritaba que fuese incluso la preferida de la casa, aunque Eliza o Jeremiah insistían que no era lo que su hija estaba pensando.

Simplemente estaban más encima de ella después de que su primo Kal-El entregase a Kara a los Danvers como si fuera un cachorro lastimado. Es decir, que al principio sus padres se preocuparon por la rubia al verla tan perdida, enseñando las costumbres de la Tierra y, después de que entrase en tercero, querían cuidar más de Kara cuando ella misma estaba descubriendo sus nuevos poderes.

Desde entonces, después de varios incidentes donde Kara no pudo manejarlos porque nadie le dijo nada, ni siquiera su primo tuvo la molestia de ocuparse y sus padres ya no sabían qué hacer, entendiendo por aquel entonces el papel de su protagonismo, Alex se quitó ese carácter de orgullo herido y de egoísta envidiosa que miró hacia delante y se detuvo ayudando a Kara en todo lo que pudo y su relación mejoró.

Antes la rubia se tensaba con su presencia y ahora lloraba de alegría cuando controló a la perfección su primer vuelo a su lado, donde surgió el primer abrazo sincero y con cariño. Donde fue la primera vez en que la pelirroja estaba orgullosa de llamarla hermana.

Pero, por supuesto, esos incidentes seguían siendo incontrolables como doblar la bandeja de comida por un lado cuando su hermana le robaba el postre de broma, quedarse con la manija de la puerta cada vez que cerraba el despacho del director o después de cualquier reunión con algún profesor (eso le pasaba siempre que estaba nerviosa, como casi con todo), abollar alguna taquilla que otra con sus manos cuando no controlaba su enfado, partir las tizas cuando salían a la pizarra cuando pensaba en la posible respuesta una y otra vez...

Hasta que, en cuarto, llegó ella. La mismísima Lena Luthor.

Ella era todo lo contrario a Kara. Nada más Lena llegó al instituto, quiso pasar desapercibida, ser una chica invisible para que ninguno la mirase y que nadie la juzgase con la mirada. Aunque eso ya lo hacían todos nada más entrar por la puerta el primer día de clase al escuchar su apellido, sabiendo como era el psicópata de su hermano Lex.

Por supuesto, Alex le aconsejó que estuviera atenta y no bajase la guardia por ser un Luthor, pero, en cuanto los días fueron pasando, sintió que esa ignorancia estaba mal. Estaba siendo injusta por llevarse por la razón y guiarse por las palabras de los demás. Fue entonces cuando se dio cuenta de que estaba equivocada y fue la primera vez que sintió que podía controlar sus poderes cuando se enfrentaron.

Un día, nada más cruzar la esquina, se paró y observó a la pequeña Luthor con esos ojos tristes y su cuerpo temblando cuando tres chicos la arrinconaron en las taquillas. En ese momento supo que ella no era como su familia, sino una chica más que quería vivir una vida normal y más cuando escuchó al aguzar su super oído:

—Por favor, dejadme en paz... —deseó con voz quebrada, en un susurro apenas inaudible, pero solo consiguió las risas de los chicos—. No soy como mi hermano, no os hecho nada...

—Venga, Luthor —enfatizó uno de ellos que la estaba molestando desde que entró en el instituto—. Seguro que estás en este sitio por algún motivo. Teniendo el dinero que tienen los Luthors y un hermano tan loco...

—No soy como mi hermano —repitió como pudo, tensándose mientras agarraba fuertemente los libros.

—Ya, claro, y yo me lo creo —gruñó otro dándole un manotazo en su mano, haciendo que los libros cayesen en picado.

—Tío, tampoco te pases —el otro se interpuso entre él y Kara, que estaba andando hacia ellos, se detuvo con la esperanza de que éste tuviera por lo menos un tornillo en la cabeza, pero estaba equivocada—. Así no te la llevarás a la cama —soltó entre risas y fue la gota que derramó el vaso.

—Ya ves, me encantaría saber... —susurró su compañero acercándose a ella para jugar con su mechón.

—Apártate de ella —interrumpió Kara con voz intimidante, ganándose la mirada de todos donde los chicos finalmente se miraron entre ellos con el ceño fruncido y una sonrisa—. Te he dicho que te apartes de ella —esta vez exigió más calmada, pero con un rostro desafiante.

—Vaya, Kara —el chico vaciló girándose hacia ella, pero poniendo la mano en la taquilla para que Lena no se escabullera al igual que los otros se pusieron a su alrededor—. ¿Estás defendiendo a esta zorra? ¿No te importa desperdiciar la reputación que te has ganado por defender a un Luthor?

La ira recorrió por cada extremidad de su cuerpo y descruzó los brazos para apretar los puños y, sin pensarlo, se dirigió hacia ellos. Todos se estaban riendo entre que miraban a la pequeña Luthor que permanecía con ojos tristes, pero ella misma luego abrió los ojos de par en par cuando Kara, con sus propias manos, cogió de la camiseta al que acarició su mechón y lo levantó sin esfuerzo alguno. Sintió como su fuerza recorría cada músculo, pero también el control en ellos. Los otros dos se echaron hacia atrás al igual de sorprendidos.

—Ag... —jadeó el chico moviendo sus piernas—. ¿Desde cuando tienes tanta fuerza?

—No quieras saberlo, en serio... —susurró amenazante antes de soltarlo, haciendo que cayera al suelo.

—¿Qué está pasando? —un profesor apareció en el momento justo cuando el chico se levantó.

—Nada, solo estábamos conversando —soltó el muchacho y se giró, humillado—. Vámonos.

Los chicos fruncieron el ceño, pero hicieron caso omiso a lo que había sucedido cuando el profesor seguía ahí de pie esperando. Finalmente desalojaron la zona todos juntos y el adulto echó una última mirada antes de desaparecer cuando la rubia asintió, mostrando que no pasaba nada.

Kara exhaló aliviada porque juró que el chico buscaría guerra y no sabría cómo contenerse; menos mal que el profesor apareció. Se agachó para coger los libros y se los entregó a Lena.

—¿Estás bien? —preguntó segundos después, pero frunció el ceño al verla... enfadada.

—No necesito que nadie me ayude —escupió cogiendo sus libros de mala gana, apartándose de ella.

—Pero...

—En serio, no quiero que me relacionen con la más popular del instituto. Si ya esto me parece un infierno, imagínate a tu lado. Quiero seguir siendo una chica inexistente.

—Bueno, a decir verdad... —Kara miró el pasillo, dando a entender que tan inexistente no era.

—No digas lo que estoy pensando —gruñó pesadamente mientras se apartaba de su lado—. En serio, aléjate de mí.

.

Pero eso no pasó.

A pesar de que su hermana o los Danvers intentaban que se alejara de ella, incluso le dieron la razón a Lena de que no debería relacionarse con ella por si acaso, sobre todo por su familia, no pudo contenerse en meterse en medio en cada barullo y la verdad es que lo agradeció porque cada vez controlaba mejor sus poderes.

Y cuando pasaron más días, cuando todo estaba más tranquilo ahora, se aprovechaba cada oportunidad para acercarse a ella porque quería que saliese de su burbuja.

—Deja de hacer eso, Kara —gruñó Lena de mala gana cruzando los pasillos solitarios.

—¿Dejar de hacer el qué? —preguntó vacilante haciendo que la pelinegra se girase y la enfrentase. Eran tantas veces estas discusiones que se lo tomaba a broma.

—De seguirme como si fuera la chica débil. No necesito tu ayuda. Sé arreglármelas sola como siempre he hecho.

—Si sigues así no saldrás de las sombras y...

Será porque he encontrado tanta belleza en la oscuridad como he encontrado tantos horrores en la luz —escupió volviéndose a girar, pero Kara la agarró del brazo con fuerza—. Suéltame, Kara.

—Eres brillante, Lena, y no te considero un horror, sino todo lo contrario —soltó sin tapujos haciendo que la pelinegra dejase de forcejear—. Por eso me da pena que te escondas. Sé que ahora te dejan más tranquila y sé que sabes arreglártelas sola, pero odio que te escondas cuando tienes un potencial inefable. De verdad, eres increíble y me sentiría orgullosa si te llamase amiga —se sinceró dejando de agarrar su brazo y le dedicó una mirada llena de complicidad.

Finalmente, Kara se mordió el labio cuando Lena apretó los suyos y alzaba la ceja entre que apartaba la mirada, claramente ocultando su sonrisa como otras veces había hecho. Se apartó de ella dejando a la rubia con una mirada triste y soltó un suspiro pesado para comenzar a caminar, pero se paró antes de desaparecer por la esquina, dándose por vencida, llamando la atención de la rubia cuando detuvo sus pasos y alegrándose de conocer a una chica tan insistente como Kara.

—Te advierto que también soy aburrida.

.

Después de eso, se convirtieron en amigas, floreciendo una relación bonita entre ellas. A pesar de que Lena al principio tenía un poco de miedo por lo que pudiera pasar, todo se fue disipando cuando Kara le alegraba los días con cualquier cosa y, por primera vez, se sintió feliz de que alguien como ella estuviera a su lado, mirando por encima de su apellido y demostrando de que era una persona que valía la pena.

Desayunaban juntas en los recreos yendo a la cafetería y riéndose de cualquier tontería que compartían, a pesar de las miradas que ya no importaban. Formaban equipo en cada proyecto, hacían trabajos juntas en clase e incluso Kara, aunque no era lo que más le apetecía, le acompañaba a la biblioteca a estudiar. Entre tanto, pasando todos estos días, poco a poco se conocieron una a la otra.

Lillian era tan arpía que, cuando Lena se negó a seguir el linaje Luthor, la mandó lejos de ella para que recapacitara, sola en una casa afueras de Metrópolis para que supiera cómo iba a ser el mundo exterior con estos alienígenas que estaban "invadiendo" la Tierra, que nadie la iba a querer por cómo es y su madre juró que ella volvería a casa para que le diese la razón. Un reto que Lena aceptó sin dudar y se hizo la fuerte que por poco Lillian estuvo a punto de conseguirlo si no fuera por la rubia.

Kara, al escuchar aquello, se horrorizó y fue cuando surgió el primer abrazo reconfortante en aquel lago de Midvale donde unió los pedazos rotos de la pelinegra.

En cambio, la rubia titubeó al contar anécdotas de su vida. Es decir, disfrazó un poco la verdad. Dijo que era adoptada, pero que no supo nada sobre su familia anterior y se excusó que no tenía mucho que contar, que ella venía de una familia normal.

A pesar de que quería contarle sobre sus poderes, prometió a los Danvers y a su primo que jamás se revelaría ante nadie porque podía ser peligroso y más cuando no tenía tanto control como le gustaría. Además, tenía prohibido usarlos a menos que fuesen por causas extremas que nunca ocurrieron porque Midvale era muy tranquilo y ya tenían a Superman.

Fue entonces cuando Kara, por primera vez después de pasar tanto tiempo con su nueva amiga, la convenció de hacer un trabajo en su casa a pesar de sus quejas. Lena estaba asustada porque una cosa era solo Kara y otra cosa era Kara y su familia, sabiendo de primera mano que su hermana no la miraba muy bien.

Al final, la familia Danvers le dieron la razón a Kara cuando Lena se mostró tal y como es. Y Alex, sin poder evitarlo, aunque no se hubiese metido con ella, se disculpó por haber pensado mal sobre ella. Un peso grande que alivió a todos. Con el paso del tiempo, la relación de ambas fue creciendo de una forma fuerte y feliz, sin preocupaciones.

Incluso el primer año de la universidad se pasó volando cuando se ayudaban mutuamente donde las dos compartían piso con Maggie, una chica de la que se hicieron gran amiga con el paso de los días nada más ver su anuncio de su apartamento, y Alex, su hermana y quién también había estrechado también lazos con la pelinegra tratándola como una hermana. Aunque no solo fue Maggie; hicieron nuevas migas con sus compañeros de clase. También regresaban en verano a Midvale para disfrutar las vacaciones juntas ya que Lena tenía su casa allí cuando iba al instituto. 

Pero en verano, nada más acabar segundo año de carrera, se tambalearon las cosas. 

Continue Reading

You'll Also Like

9.3K 679 14
TN una huérfana que vive de lo que roba, después de años encontrara el lugar al que por fin llamara hogar una casa con demasiadas chicas igual de ru...
11.7K 1.4K 24
Estoy editando los primeros capítulos xd
29.3K 2.1K 4
Esta historia solamente contendrá tres capítulos,como pueden ver en el título se basara en el capítulo 3x18 de supergirl y escribiré lo que me hubier...
70.3K 5.3K 17
hold me, my dear (and don't let go) Resumen: "Entonces ... ¿Cómo se hace esto?" Pregunta con seriedad, a lo que responde, simplemente, "Nos subimos a...