Oh no, Yoshua.

Door valimeye

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Él estaba desanimado porque no lograba encontrar a una buena chica. Ella estaba ocupada y cómoda con su vida... Meer

Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23
Aviso.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Capítulo 46.
Capítulo 47.
Capítulo 48.
Capítulo 49.
Capítulo 50.
Capítulo 51.
Capítulo 52.
Epílogo.
Capítulo Extra.

Capítulo 24.

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Door valimeye




Yoshua.

Me sentía tan feliz ahora mismo.

Estaba muy sorprendido de la repentina actitud que adoptó Nadia porque pensaba que me costaría un mundo convencerla a subir conmigo a esa montaña rusa, pero al final terminamos subiéndonos varias veces sin parar de reír, hablar y pasarla bien.

Me gustaba mucho su compañía, pero no paraba de pensar en las expresiones que hizo cuando nos subimos por primera vez porque estaba muy asustada.

Se me hizo bastante tierna y ahora no dejaba de abrazarla o hacer cualquier cosa que me atrajera hacia ella.

Nadia tenía algo especial y yo estaba comenzando a engancharme con la química que había entre los dos.

Era una muy buena amiga, admito que la voy a extrañar cuando se vaya a Londres porque probablemente jamás la volveré a ver.

-Mi estómago ya no puede con más adrenalina.- comentó Nadia entre risas al salir por tercera vez de aquel juego y yo miré mi reloj con una media sonrisa.

Teníamos que irnos ya.

-No vamos a quedarnos toda la noche aquí, es hora de continuar con lo planeado.- dije tomándola de la mano de nuevo para salir del hotel Nueva York

Iban a dar las ocho y media de la noche, no era tarde, pero tenía pensando hacer algo más atrevido que esto.

No sabía cómo iba a reaccionar Nadia ante eso, y por eso no le dije nada mientras caminábamos de nuevo.

Era una estupidez y necesitaba mucho valor para hacer lo que tenía pensado, pero quería que fuera una noche memorable para los dos y era un plan perfecto para mí.

Así que esta vez, solo me dispuse a escuchar todo lo que tenía que decir con emoción acerca de su primera experiencia con montañas rusas mientras se reía con ganas porque habíamos visto de todo, hasta un niño se vomitó unos asientos adelante y a un chico se le salió el celular del bolsillo al girar en la rueda.

Fue genial.

Pero a mí me encantaba verla así de feliz y debía de admitir que era una de las mujeres más valientes que había conocido, me sentía muy orgulloso del progreso que estaba teniendo con mi ayuda.

-¿Y ahora a qué juego del demonio me vas a obligar a subir?-bromeó mientras dejábamos atrás el parque MGM y ahora nos aproximábamos a los hoteles Wardolf Astoria, Elara y Crystals.

-¿No tienes hambre después de dar tantas vueltas?-le pregunté todavía riéndome de sus gritos eufóricos que hacía cada que pasamos por ahí

Nadia sonrió y asintió sin estar preocupada.

-Un poco, ¿iremos a cenar hamburguesas o algo así?-me preguntó alzando una ceja y yo negué tragando saliva mientras observaba cómo íbamos vestidos ahora.

-Algo mucho mejor.- le respondí sin darle más detalles mientras ella obviamente me llenaba de preguntas llenas de curiosidad.

-Entre más preguntes, menos responderé.- le dije riéndome por su intriga hasta que después de unos minutos llegamos al Paris Miracle Mile

-¿Alguna vez has cenado en París?-le pregunté sacando mi celular de mi bolsillo para mandarle mensaje al hombre que supuestamente nos iba a atender.

Enserio esperaba que todo saliera bien porque hoy haría una de las más grandes estupideces de mi vida, pero valdría la pena si Nadia ponía de su parte.

Al menos eso esperaba.

Ahora Nadia me miró con sorpresa y después al espectacular hotel lleno de luces frente a nosotros.

-Una vez, cuando tenía quince.- respondió con una pequeña sonrisa en su bonito rostro, pero su respuesta no me sorprendió.

Sus padres eran millonarios, claro que conocía el mundo.

-Pero nunca en el de Las Vegas.- contesté divertido antes de guiarla hacia el interior del hotel en medio de la gente que se tomaba fotos porque era de los más populares de la ciudad.

Habíamos venido aquí el primer día, pero no planeaba subir al mirador y repetir las actividades.

-Bueno, al menos espero que la comida sepa igual de deliciosa que la original.- habló encogiéndose de hombros y yo me reí

Ella pensaba que cenaríamos en uno de los pequeños puestos baratos que había alrededor del hotel.

Yo solté un suspiro mientras pensaba en cambiar de planes e ir hacia cualquier restaurante que no costase una fortuna porque no quería hacer el ridículo si las cosas salían mal y no sabía cómo demonios explicarle a Nadia lo que íbamos a tener que hacer.

Pero eso no fue lo peor, este plan por fin nos iba a quemar a los dos.

-Justo en este momento, voy a necesitar que confíes en mí como nunca lo has hecho y vayas a ponerte el vestido que empacaste.- le dije quitándome la mochila de mis hombros, a lo que ella frunció el ceño porque ya ni se acordaba de eso.

-¿Qué vamos a hacer esta vez?-me preguntó abrumada cuando saqué mi ropa formal en una pequeña bolsa.

-¿Sabes actuar?-le pregunté ignorando su pregunta con seriedad.

Esa iba a ser la clave para que todo saliera perfecto.

Ella alzó las cejas impresionada por quinta vez en esta noche y yo evité reírme porque enserio que la estaba volviendo loca.

-No lo sé, ¿Qué planeas?-me preguntó mirándome muy confundida y yo me le quedé viendo mientras me debatía en explicarle o no.

Luego miré sus labios pintados de ese color rosa que me había estado volviendo loco casi toda la maldita noche y ahí fue cuando decidí no decirle nada.

No aceptaría ni de broma. Básicamente, la iba a obligar a improvisar y rogaba que su reacción no fuera tan mala cuando llegara el momento.

-No es nada malo, sólo voy a necesitar que hagas absolutamente todo lo que te diga, ¿vale?-le pregunté divertido por su expresión abrumada, sabía que debía de estar pensando en millones de ideas para adivinar mi plan.- Ahora ve y ponte guapa, te estaré esperando.- le dije antes de que pensara algo malo y se negara por completo.

-Yoshua, tienes que decirme porque.....- la escuché decirme, pero me di la vuelta rápidamente y me dirigí hacia el baño de hombres del hotel mientras ella me decía tantas cosas a mis espaldas.

Me metí rápidamente al baño mientras me reía y comencé a vestirme con lo que había elegido para que fuese lo más real posible.

Después, me llegó un mensaje de un tal Curtis, el chico que efectivamente se iba a hacer cargo de nuestra velada.

Leí rápidamente que nuestra mesa ya estaba lista y que podíamos llegar en cualquier momento, pero que iban a necesitar de mi ayuda para la sorpresa.

No mames.

¿Enserio iba a hacer esto por una maldita cena elegante?

No me dio tiempo a pensarlo porque me llegaron más mensajes de su parte hasta que simplemente le respondí que ya íbamos en camino y me apresuré a vestirme por completo.

También vi que tenía un par de mensajes de los chicos, y les respondí que estaba con Nadia antes de mirarme en el espejo y peinar mi cabello hacia un lado.

Solo esperaba que ninguno de ellos estuviese aquí, joder.

Cuando salí, no vi a Nadia por ninguna parte y decidí sentarme en uno de los sofá que había entre las tiendas y la decoración que hacía que el hotel tuviera su toque francés.

Era muy hermoso porque el techo tenía el cielo obscuro lleno de estrellas y toda la infraestructura que había adentro te hacía sentir realmente como estuvieras caminando entre las calles de París.

Me quedé observando todo por un momento en lo que esperaba a la rubia y me di cuenta de que algunas chicas me miraban con curiosidad porque estaba vestido con un pantalón negro de vestir y una camisa de cuadros del mismo color con un pequeño moño en el cuello para darle formalidad.

Me quise reír por esto, pero los minutos pasaron y Nadia seguía sin salir del baño de mujeres.

¿Se habría ido?

La ignoré hace un momento y puede que se haya enojado, pero confiaba que no sea así.

Pasaron cinco minutos más y comencé a ponerme nervioso mientras pensaba en si meterme al baño de mujeres para buscarla porque tampoco me contestaba los mensajes.

Sin embargo, mi pequeño pánico se esfumó cuando la vi salir del baño de mujeres con el vestido plateado puesto junto con sus tacones que la hacían ver más alta, además de que tenía el maquillaje retocado y el cabello perfectamente peinado, aunque seguía suelto.

No me jodas.

Me le quedé viendo como un completo idiota porque se veía preciosa y ese vestido se ajustaba perfectamente a su cuerpo, incluso más que todos los que había estado usando aquí.

Lo mejor fue que el vestido iluminaba su piel y me perdí en sus piernas bien formadas por un momento.

Hasta parecía que brillaba entre toda la gente y yo no era el único hombre que la observaba con lujo.

-Estaba nervioso porque pensé que te habías ido.- le dije tragando saliva al estar frente a ella e hice lo posible por no seguir mirándola como idiota.

Fingí que no estaba impresionado, y le tendí mi brazo mientras ella sonreía un poco nerviosa por toda la atención masculina que estaba recibiendo.

Por eso no le hice ningún cumplido, no quería incomodarla, aunque podía conseguirle pareja después de la tontería que iba a hacer hoy.

-Pensé en hacerlo, pero quería usar este vestido por primera vez, además de que no quería perderme.- comentó mirándome mal al recordar lo que hice y luego suspiró.- Nunca dejas de sorprenderme, Yoshua. ¿Ya vas a decirme qué vamos a hacer?

-Vamos a cenar en el restaurante de la Torre Eiffel del hotel.- le solté de una vez por todas y la escuché suspirar con sorpresa.

-Pero ahí es bastante caro, ¿no prefieres cenar en algún McDonalds o algo más barato?-me preguntó impresionada, aunque ella estaba muy acostumbrada a comer en cualquier lugar.

Yo también, pero me había interesado mucho en cenar ahí desde que vinimos al mirador.

-¿Y crees que no puedo pagarlo?-le pregunté mirándola con ironía, a lo que ella se quedó callada porque no tenía ni idea.

La verdad es que sí podía pagarlo, pero había encontrado una oferta mucho mejor para cenar gratis y sería muy idiota si no la usara.

-Vale, tú tienes el control.- me dijo rendida y yo sonreí guiándola de nuevo hacia la Torre Eiffel que estaba afuera del hotel.

-Te dije que sería una noche memorable.- respondí justo cuando llegamos al restaurante y fui a registrar nuestra llegada con uno de los meseros que estaban en la entrada.- Espérame aquí.- le dije dejándola en la pequeña sala de espera

-¿Es usted el señor Yoshua Fitz?- escuché una voz masculina preguntarme sin siquiera decirles nada.

Ay wey.

Se trataba de un chico moreno con el cabello negro bien peinado y estaba vestido con un traje elegante de mesero al estilo francés.

-Así es.- me obligué a responder mientras observaba a todas las parejas que cenaban en el lugar porque era uno de los restaurantes más románticos y elegantes de Las Vegas.

El chico me sonrió con alegría y se presentó.

-Mi nombre es Curtis, es un placer conocerlo al fin y ser parte de esta gran experiencia de por vida. Créame que todo va a salir de maravilla, su novia y usted solo tienen que disfrutar la exquisita cena junto con las vistas que les reservamos. - me respondió con emoción y yo empecé a temblar sin poder controlarlo.-

El chico probablemente tenía mi edad y estaba obligado a hablarme como si fuera un verdadero señor millonario.

¡Reacciona, Yoshua!

-¿Señor? ¿Ha traído lo que le pedimos?-me preguntó al ver que me quedé mudo y yo volví a la realidad.

-Claro, perdón, son los nervios.- me disculpé tendiéndole mi mochila para que Nadia no se diera cuenta porque nos observaba con curiosidad.- Sólo asegúrate de que sea verdaderamente una sorpresa, está escondido en la bolsa delantera.

Marcus sonrió y asintió mirando hacia a Nadia.

-Todo va a salir perfecto.- me aseguró creyéndose mi historia y después voltee hacia Nadia para decirle que nuestra mesa estaba lista.

La rubia rápidamente se levantó y le tendí mi brazo de nuevo para que entráramos al restaurante mientras otra persona nos guiaba hacia nuestra mesa.

Hasta yo me quedé sorprendido porque nos habían dado la mejor mesa del lugar justo en frente del espectáculo de las fuentes Bellagio y los tres enormes hoteles y casinos que tenía detrás.

Era una vista panorámica de película.

-Wow- habló Nadia observando todo con sorpresa mientras Marcus le decía quién sabe qué cosas a varias chicas que estaban en la cocina y después se acercó a nosotros con cortesía en lo que nos sentábamos en la mesa.

Ya no había vuelta atrás.

Por favor, Nadia, no me hagas hacer el ridículo de mi vida.

——————————-
Este capítulo lo tenía escrito desde hace un mes, y he estado escribiendo tanto estos últimos días, pero sentí la necesidad de ir publicando aunque sea uno para ustedes en forma de agradecimiento por su lealtad y apoyo.
Gracias, me está encantando el resultado y no puedo esperar para que vean lo que viene :)

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