-Wow- digo al entrar en aquel edificio, no sé cuantas plantas tendrá, pero seguro que más de diez, es impresionante. Me dirijo a la recepción, y un hombre (el recepcionista) me atiende.
-Hola, buenos días- me dice el hombre con elegancia y sonriente, lo decía en español, solo al verme sabía que era española, algo que me alucina, pero estoy en Londres, y quiero acostumbrarme al inglés, dios mío, ¡que estoy en Londres ahhhhhh! perdón, continúo...
-Hola, prefiero hablar inglés, si no le importa- le digo amablemente a ese señor que parecía ser cuarentón.
-Oh, claro, disculpa, pensé que era española señorita- dice ya en inglés.
-Sí que lo soy, pero... he venido aquí y necesito practicar mi inglés- le digo con una pronunciación algo torpe, tendré que practicar para no quedar mal.
-Eso está muy bien... bueno, ¿su nombre?-
-Soy Judith Gil, una mujer llamada Elsa Ramirez pidió una habitación para mí durante dos noches- sí, dos noches, porque es esta noche y cuando acabe la entrevista que será tarde, tendré que dormir aquí y ya irme a la mañana.
-¡Es cierto! mi amiga Elsa me lo comunicó, disculpe las molestias señorita Judith, aquí tiene las llaves, habitación 258 planta 4, espero que disfrute de su estancia- dice dándome las llaves y sonriendo.
-Muchas gracias señor...- digo buscando su nombre en la placa de la chaqueta, pero es tan pequeño que no veo absolutamente nada, me tendré que poner las gafas.
-Jones, Ronald Jones- dice asintiendo. -Bueno, gracias señor Jones, adiós- le digo y me dirigo con mis maletas al ascensor.
Cuando entro, le doy al botón con el número cuatro dibujado, solo estoy yo en un ascensor un poco grande. Llego a mi planta y no veo a nadie, por la hora que es, seguramente esté en el comedor. AL fin encuentro la habitación y entro.
-La madre de dios- digo asombrada, es muy bonita, tiene televisión, una pequeña nevera, una cama de matrimonio con sábanas blancas y una alfombra roja que cubre la gran parte del suelo, es la habitación de hotel más bonita que he visto, al entrar encuentro algo encima de la cama, es un papel, al verlo descubro que vienen todas las normas, la hora máxima para llegar al hotel por la noche, a la hora que se puede salir... y más, cojo mi móvil y marco el número de mi tío, mientras lo llamo voy leyendo todo lo que pone en el papel, debo llegar como muy tarde a la una de la noche, y se puede salir a las cinco de la mañana, está todo muy bien, no se debe hacer mucho ruido para no molestar al resto de residentes...
Con el tema de llamar desde otro país, ya que estoy en Reino Unido y ellos en España, está todo arreglado, mi tío sabe de estas cosas así que puedo llamarles tranquila.
-¿Hello?- dice mi tío de broma. -Hello my uncle, ¿how are you? I miss you...- digo pronunciando fatal para seguirle el juego.
-Bueno, déjate de tanto inglés- dice riéndose. -Bueno, como quieras-
-¿Cómo estás, cómo has llegado, está todo hecho, alguien te recogió del aeropuerto, cómo te fue en el avión, hubo algún problema, estás bien, necesitas volver, estás nerviosa? te echamos de menos...- dice mi tío quedándose sin respiración.
-Wow, wow, wow, espera, demasiadas preguntas, en... estoy muy bien, he llegado fenomenal, vine en taxi, mañana me levantaré muy temprano para que Elsa me diga que hacer, sí tío, me recogieron Homer, que también me acompañó en el vuelo por un imprevisto, y Elsa, en el avión estuve genial, conocí a una chica súper maja pero la perdí de vista, no hubo ningún tipo de problema, o al menos no me enteré, me quedé dormida, estoy genial, no necesito volver y... ya no recuerdo la última pregunta, no tengo tanta memoria- digo algo cansada.
-Vaya, me parece genial, olvida el resto, oye, debes descansar, no olvides llamarnos para lo que sea, tu primo está durmiendo, el pobre se encuentra mal, ya te llamará, tu descansa, ¿vale? no querrás que Tom Holland te vea mañana con ojeras... ¿me equivoco?-
-NO, no te equivocas, bueno, iré a descansar, adiós, te quiero- digo y cuelgo, mañana veré a Tom, a mi ídolo, y aún no me lo creo, y es mejor así o mientras espero a mañana no podré hacer nada de los nervios, ahora toca descansar, primero cogo el pijama para dormir mejor, voy a la ducha y me suelto el pelo, me voy quitando la ropa y al quitarme el pantalón un papel pequeño cae al suelo,me agacho y al coger el papel veo algo escrito, el pantalón está recién lavado, y no he metido nada, bueno, mejor lo veo al acabar de ducharme.
Mientras me ducho, canto Sing Of The Times del dios Harry Styles, el agua está caliente, gracias a dios, ahora son como las cinco de la tarde, salí de españa a las nueve, y al llegar eran las cuatro de la tarde, y mientras venía al hotel... ahora tengo bastante hambre, veré si hay algo en la nevera, que siempre suelen poner algo. Salgo de la ducha y me pongo el pijama, me seco el pelo y me voy a la cama con ese papel en las manos, gracias a dios hay chocolatinas en la nevera, las cojo todas y las engullo, también hay una pequeña botella de agua, yo estoy servida.
Cojo el papel y empiezo a leer. ¡Hola! seguramente que cuando leas esto ya estés en el hotel, ahora estás roncando en mi hombro, me hace mucha gracia porque una pareja se ha reído bastante por tu gran ronquido y ni te has enterado, pronto aterrizaremos, y tengo miedo, pero aunque estés dormida como un tronco, me tranquilizas, seguro no me podré despedir porque tengo mucha prisa, pero espero verte muy pronto, Londres es enorme, pero sabes en qué universidad de arte estoy, así que espero verte allí antes de que te vayas de nuevo a España, gracias a ti ya no me da miedo empezar una nueva vida yo sola, gracias Judi...
Atentamente, la chica del pelo rosa, Leo.
-YUJUUUUUU- digo tirándome en la cama de la emoción. Espera, recuerdo la universidad, Wimbledon College of Arts, tengo dinero, tiempo y ganas... vale, dormir se hace por la noche...
Me vuelvo a vestir con otra ropa, un pantalón baquero una camisa blanca y un chaquetón negro largo. Salgo de la habitación cogiendo el móvil y el dinero. Salgo del hotel y me monto en un taxi, le digo mi destino y se pone en marcha, seguro que Leo está rellenando papeles y tal...
-Aquí es, 120 libras- dice el hombre extendiendo su mano. -¡¿CÓMO?! uff, aquí tiene, al final me voy a quedar sin dinero.
-Es lo que hay señorita- me bajo de mala gana, antes de venir mi tío también se encargó de cambiar los euros por libras, ya sé que no debo montar en taxi. Miro hacia delante y en la otra acera veo un edificio, donde se encuentra mi amiga Leo, al entrar veo a muchos estudiantes de un lado para otro, entre ellos distingo un pelo rosa y de nuevo corro hacia esa persona.
-¿Leo?- digo rezando por no equivocarme. Se gira y me mira, sí, es ella.
-¡Judi!- grita abalanzándose sobre mí. -¿Leíste mi carta? siento no haberme despedido, me sentí fatal, menos mal que antes escribí esa carta, además, no sabía si ibas a venir, si tu hotel estaba muy lejos... ¿cuál es?- dice preocupada.
-No te preocupes, es el Ibis, me costó algo, quizás habría sido mejor darme tu número y quedar en algún sitio concreto...- digo riéndome.
-Dios, es verdad, he sido tan estúpida, lo siento, ¿cuánto te debo?- dice sacando su cartera, estamos en un lado del pasillo, muchos estudiantes se organizan para el año que yo ya he empezado.
-Tranquila, no me debes nada- digo sonriendo.
-Claro que te debo, eso me pasa por no pensar- dice con pena.
-Si te quedas más tranquila... puedes invitarme a comer...- digo riendo.
-¡Sí, me parece genial, y así te ayudo a practicar para la entrevista- dice abrazándome.
Salimos del edificio y nos vamos a un bar de cerca, nos sentamos y se nos pasa la tarde volando, hablamos durante un largo tiempo, sobre su futuro, sobre el mío, recordamos la amenaza de esa mujer y nos volvemos a reír como locas... nos imaginamos como estaría ahora, cada una se inventa algo sin sentido, lo que lo hace más gracioso, nos llevamos horas y horas, nos tomamos café, té, muy importante en Londres... al final decidimos pagar, que yo le ayudé porque era demasiado y nos fuimos, seguíamos hablando mientras caminábamos por la calle, pasamos por una calle algo chunga y fuimos corriendo, no sabíamos la hora que era, pero no teníamos sueño.
-Son las once de la noche, en España esta es la hora del inicio de la fiesta... yo no digo nada- dice haciendo una mueca.
-Pues... tendremos que ir a alguna...- digo con pena, lo hago de broma y ella me sigue.
-Sí, que le vamos a hacer... en... hay una club, que es muy bueno que se llama Club Aquarium, vale dinero la entrada pero... es obligatorio ir, tienen piscina y jacuzzi... buena música de fiesta y comida... ¿qué le vamos a hacer? además, ha abierto ya y cierra a las cuatro hoy- dice llevándome hacia allí, parece que ya lo tenía todo planeado.
-¡PUES VAMOS!- digo gritando y corriendo, ella también corre y al rato, llegamos, un hombre muy grande nos para y nos pide la entrada, por suerte no hay nadie aún ya que acaba de abrir, vamos corriendo y compramos las entradas, 50 libras, es un capricho nada más...
-Vale, pueden pasar- dice el hombre echándose hacia un lado.
-La leche- dice Leo abriendo la boca de el asombro. Madre mía, y yo mañana tengo una entrevista..., pero... no todos los días se puede venir a Londres a una buena discoteca. La gente empieza a entrar, hay muchas personas y la música empieza a sonar, Leo y yo estamos alucinando, es el mejor día de mi vida.
-¡VAMOS A BAILAR!- me grita Leo, apenas nos escuchamos por la música tan alta, no cambiaría este momento por nada del mundo...
Leo y yo bailamos gritamos, reímos, bebimos... pero todo el mundo.
-JUDI VOY A IR AL BAÑO, NO TARDO- me grita Leo perdiéndose entre la multitud.
Yo voy bailando con chavales británicos y españoles, están bebidos y eso lo hace un poco más gracioso, yo no he bebido tanto como para estar tan borracha, pasa un cuarto de hora desde que Leo se fue y estoy algo preocupada, así que salgo de ahí y me voy hacia el baño, pero antes de llegar me encuentro a cuatro chavales hablando con Leo, ella parece estar muy incómoda, sin dudarlo me acerco.
-Venga nena, no seas aburrida, vente con nosotros a bailar, te prometemos que esta vez no te tocaremos- dice uno sonriente. -¡Os he dicho que no quiero, que no me toquéis por debajo de la cadera y os ha dado igual, dejadme de una vez!- dice enfadada, se da la vuelta para irse pero otro de ellos le agarra el brazo.
-No te dejaremos ir hasta que bailes con cada uno de nosotros, ¿entendido? y no te vuelvas a quejar- dice apretándole el brazo.
-¡NO ES NO!- dice ella casi llorando, no puedo creer lo que veo, así que voy hacia ellos.
-¡Eh, capullos, dejadla!- digo cogiendo a Leo con fuerza, haciendo que al chaval que la aguantaba se le escape.
-¿Quién coño te crees?- dice amenazante. -Eso me pregunto yo- digo acercándome a ellos mientras pongo detrás mía a Leo.
-Como no la dejéis en paz juro que llamaré al guardia-
-Nos da igual... aunque... tu también podrías acompañarnos a nuestro baile...- dice el más callado.
-No, no quiero bailar con vosotros así que adiós-
Me giro y le doy la mano a Leo, ambas nos alejamos, pero dos de ellos nos cogen de la cintura para llevarnos de nuevo allí, yo cojo mi spray de pimienta y sin dudarlo aprieto el pequeño botón y un buen chorro sale disparado hacia sus ojos. Leo y yo corremos hacia el guardia y se lo contamos, este va hacia ellos y les pega un empujón dejándolos en la calle, Leo y yo nos acercamos a la puerta antes de que se cierre, ellos nos miran con furia, y yo, por joderles, cojo de la cabeza a Leo y beso sus finos labios mientras les enseño mi dedo corazón, Leo se da cuenta de mi gesto y hace lo mismo, ellos nos gritan cosas horribles que nos hacen gracia, nos separamos y volvemos a reír, ella se acerca a mí y me abraza.
-Gracias de nuevo Judi- dice susurrándome al oído.
Acabamos agotadas, pedimos un taxi y nos montamos, íbamos a donde ella viviría un tiempo, mi hotel ya había cerrado, fue genial, esa noche jamás la olvidaría, ese beso nunca lo olvidaría...