Maratón.
Me senté en unas bancas que estaban en el patio. Ya no hacia tanto frío. Podías salir con un suéter y problema arreglado.
Miré a cada lado, cada paisaje, cada persona, cada uniforme, cada cabello.
Luego de unos minutos sonó la campana.
Todos se movían rápidamente para llegar a tiempo a sus clases, tomé mi mochila y abancé junto con todo el montón de alumnos.
Podía escuchar a McGonagall regañar a los alumnos que iban desfajados. Me compuse la túnica para abrocharla. Pasó junto a mí y me examinó, mi uniforme planchado e impecable. Ni una sola mancha. Asintió y siguió caminando.
- Señorita Lovegood, debería de aplicarse un sujetador en el cabello que está cerca de su ojo. - Escuché detrás de mí.
Giré rápidamente la cabeza y ví a Luna mirando atenta a la profesora, solo asintió y siguió caminando sin importarle lo que le había dicho.
- Hola Christine. - Dijo pasando junto a mí.
- Hola Luna.
Sonrió y siguió avanzando.
- Que genial que no te importaea lo que te dijo la profesora.
- Sí. Es como una terapia. Ella me regaña, yo digo que sí pero nunca cumplo lo que ella dice. Además mi cabello es lindo.
- Es muy lindo, al igual que tú. Me encanta tu forma de pensar.
- Gracias... Estuvo muy linda la fiesta Christine.
- Oh gracias.
- Sí. No me despedí de tí porque fuí con Ginny a ver a George. Ya sabes.
- Oh está bien. No te preocupes.
- Sí. Me tengo que ir Christine. Por cierto ayer te veías muy linda.
- Gracias Luna, tu también te veías muy linda.
Sonrió y se fue a su clase. Los alumnos iban disminuyendo.
(...)
Entré al salón y faltaban unos cinco alumnos, entre ellos yo.
- Señorita Lombrad, un retraso. Siéntese rápido. Cómo decía...
Tomé asiento junto a Pansy, el único lugar vacío. Miré hacía un lado y ví a Harry mirandome, le sonreí un poco y él asintió.
- ¿Qué tenemos que hacer? - Preguntó Pansy.
- Acaba de dar indicaciones el profesor. - Dijo Theo.
- ¿Que ingredientes se necesitan? - Pregunté.
- Están el la página 89. - Dijo Theo. Asentí.
- Voy por ellos. - Dije.
- Te acompaño. - Dijo Draco.
Llevaba el libro en la mano. Me lo quitó lentamente y lo empezó a hojear.
- Bien, ¿Que ingredientes? - Dije nerviosa.
Me empezó a decir los ingredientes, sabía ue me estaba mirando.
Llegó el punto en la que ya tenía bastantes cosas, así que me ayudó.
Al momento de mis dedos hacer contacto con sus dedos sentí una carga de electricidad recorrer mi cuerpo. Lo miré nerviosa y él lamió su labio inferior.
- ¡No tienen todo el tiempo! - Dijo Pansy. Salimos de nuestros pensamientos y seguí pasándole los ingredientes.
Pinche Pansy.
Ese trabajo era de cuatro personas. Dos hacian la poción y los otros dos escribían.
Me encantaba hacer pociones, siempre me salían bien, me escogieron a mi para hacerlo y Draco se ofreció a ayudarme. Theo y Pansy escribirían él resúmen de la poción.
Estábamos preparando la poción de Elixires Eternos. Para está poción se necesitaba estar muy cerca de la poción, así que Draco y yo estábamos muy cerca. Podía olerlo, oir su respiración, y compartíamos el mismo aire. Mi respiración era pesada, el hecho de estar así de cerca de él me hacía temblar, mis piernas flaqueban y mis dientes tintineaban. La falta de aire entre los dos era muy notoria. Sentía su mirada clavada en mí.
Siendo sincera, quería abrazarlo, tocarlo, besarlo y recargarme en él.
En la madre.
Conforme íbamos avanzando la cercanía entre los dos era más grande.
(...)
- Terminamos profesor. - Dijo Draco.
Le profesor se acercó y probó la poción. Sonrió flojamente, no dijo nada y probó la de los demás.
- Fuimos los primeros. - Dije.
- Lo fuimos. Creo que salió bien. - Dijo Draco.
- ¿El resúmen? - Dije.
- Oh, muy bueno. Pensé que eras más tonta Parkinson. - Dijo Theo y Pansy rió. Lo miré confundida.
- Denme sus pergaminos y llenen las botellas, las revisaré después. - Dijo el profesor Snape.
Todos asentimos y guardamos la poción.
Un chico de Gryffindor tiro la poción y el profesor le quitó 10 puntos a Gryffindor.
Salimos de la clase y la verdad me sentía como Anne de Anne With Ann E cuando bailó con Gilbert.
Ese sentimiento de "incomodidad".
Draco solo estaba callado y caminaba torpemente al igual que yo.
No sabía cómo reaccionar ante los pensamientos impuros que estaba teniendo yo en ese momento. Todos esos pensamientos que me hacían volar y estremecer.
Caminaba pero mi imaginación me llevaba a otro lugar, con Draco. A todo esto me calenté.
~ Ah perra, si sabes. ~ Dije en mi mente al ver esas imágenes.
(...)
Era la última clase, teníamos clase a las 3:00 y la última a las 4:00, osea un descanso de tres horas. Podiamos comer, ir a la biblioteca, al patio, donde quisieras.
Decidí salir con la túnica desabrochada. La mochila en mi hombro y mi caminar.
Decidí ir al patio.
Sola.
Theo y Pansy desaparecieron y Draco se quedó hablando con unos amigos.
Otra vez me volví a topar con ese chico. Pero está vez de frente.
- Oh, yo... lo siento mucho, perdón.
- Está bien. - Dije componiendome la mochila.
- ¿Eres Christine Lombrad?
- Sí. ¿Tú?
- Nícolas Le Roux. - Me tendió su mano y me recordó a mi conversación del día anterior con Theodore.
- Oh sí.
- Chocamos en la fiesta. - Dijo.
~ También le coqueteaste, puta. ~
- Sí, sí te recuerdo. - Dije.
- Bueno. Me alegro conocernos por fin.
- Claro. Te veo... luego. - Dije con un sonrisa y asintió amablemente.
~ No está nada mal. ~
Nick eres taaaaaan guapooooo.
Seguí mi camino. Me sentía toda una diva.
Me jodian todos los que me miraban mal y hablaban mal de mí. Me valía un comino si les caía bien o mal. La niña bonita e inocente se ha ido y en su lugar llegó está Christine. La que puede con todo y todos.
:)