Shadows of the Night. Hogwarts.

Draquito chiquito.

Estábamos en mi cama acostados, él me estaba abrazando por la espalda y yo estaba en su pecho recostada.

- Oww, que bonita estás. - Dijo y lo miré confundida y feliz. Él solo sonrió.

- ¿Te puedo peinar? - Le pregunté.

- Nop. - Dijo.

- Ánda, sí, sí, ¿Sí?

- Se me enrreda.

- No, te lo prometo que no. Draco por favor.

- Bien, ¿que harás?

- Un peinado lindo.

- Tiene que quedar lindo por qué yo soy lindo.

- Sí, sí Malfoy. Levántate.

Se levantó y se acomodó entre mis piernas para que lo pudiera peinar. Le hice unas trencitas y lo peiné para atrás.

Le acomodé el cabello de todas las formas posibles.
Le gustaban las trenzas.

Es q awww

Cada que podía lo miraba, tenía cara de aburrimiento, cansancio y sueño.

Seguía en mis piernas y se movía cada que podía.

Tarareaba una canción de música clásica y movía sus dedos como su estuviera en un piano.

Beautiful boy.

Sonreí pues se veía muy tierno.

- Tengo frío. - Dijo tomando mi frazada de la cama, la extendió

- Listo. - Dije y me miró feliz. Tocó su cabello y sonrió.

Se levantó de repente y se colocó en frente de mí, lo abracé y me correspondió.

Nos quedamos abrazados un rato hasta que me separé de él y lo besé.

Un beso tierno y apasionado.

Lo tomé desprevenido.

🥰

- Salgamos, vamos a dar un paseo.
- Dijo levantándose.

- Tu cabello. - Dije y rió tiernamente.

- Carajo, péiname de nuevo. - Dijo y me acerqué a él. Lo peiné nuevamente.
- Vamos, corre.

Tomó mi mano y salimos rápidamente.

Lo miré reír y sonreír.

El corazón se me aceleraba cada vez más.

Bajamos las escaleras rápidamente, miré a los lados y solo estaba Theo con Alexander Moreau, un chico de sangre mestiza, (no es mencionado en los libros) amigo de Theo.

Alexander es taaaaan guapo, no exagero, es muy guapo, pero muy burlón.

Theo me miró confundido y solo pude sonreír pues Draco avanzó más rápido.

Estaba el poco "sol" bajando en el patio, así que se detuvo ahí.

La nieve cubriría gran parte del piso. Extendí mi mano para tocar la nieve.

Miró a los lados y tomó mis manos, las empezó a medir con las de él y luego las entrelazó con las mías.

Me miró sonriendo y alzó las cejas. Luego me abrazó por los hombros y empezamos a caminar más lento.

Todo se estaba volviendo más romántico.

No me empalagaba.

Soy muy picky en ese aspecto.