Enséñame, sensei.

By MaakaChaam

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AU. Nene Yashiro es una estudiante como cualquier chica de 15 años, sin embargo, desde que ingreso a la prepa... More

|NOTA IMPORTANTE|
Prólogo
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
//Se vale saltarse esto
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
I. Capítulo Especial 7v7
Capítulo 14
Capítulo 15
🎃Spin-Off Halloween👻
Capítulo 16
Capítulo 17
II. Capítulo Especial 7v7
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22

Capítulo 18

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By MaakaChaam

Amane Yugi POV

Una vez que terminó de acomodar las cosas en la cocina se estiró con pereza, después se encaminó a la sala donde se desplomó bocarriba sobre los cómodos sillones de terciopelo. Haber conducido por más de cinco horas lo había dejado exhausto.

Cerró un momento los ojos y relajó su cuerpo. Entonces, fue cuando pudo escuchar claramente el sonido del agua fluir bulliciosamente desde el baño. Justo ahora, Yashiro se encontraba tomando una ducha dentro de aquel pequeño cuarto.

Cuando menos reparó en darse cuenta, su mente ya se hallaba divagando, proyectando en sus pensamientos otra clase de fantasía erótica con su novia como protagonista.

Las gotas de agua humedeciendo su delicada piel de porcelana, deslizándose impúdicamente por cada una de sus curvas. Imaginarla con su rostro empapado, sus rojizos labios entreabiertos y sus delgadas manos tocando y frotando su desnudez...

Jadeó y se mordió levemente el labio inferior para despabilarse. En otro tipo de circunstancias encontraba inofensivo visualizar ese tipo de imágenes, pero dado que en esos instantes su amada y él estarían una noche entera bajo el mismo techo, sabía que no sería sensato poner a prueba su autocontrol si se dejaba dominar por una actitud tan permisiva e inmadura.

—¡¡¡AAAHH!!! ¡¡ESTO ES DEMASIADO PARA MÍ!!

De pronto, el grito lo hizo saltar alarmado del sillón. Con el corazón descontrolado y la cabeza aturdida debido al susto, se acercó a la puerta sintiendo el fugaz impulso de girar la manija e ingresar para auxiliarla en caso de que fuese necesario, sin embargo, antes se aseguró de cuestionar su condición con un timbre en su voz cargado de preocupación.

—Ya... Yashiro, ¿Está todo en orden?

—S-Sí, estoy bien —respondió ella casi de inmediato.

Suspiró.

¿De verdad está bien? Hmp... tal vez debería entrar para comprobar...

Sin embargo, su mano quedó suspendida a tan solo unos escasos centímetros del pomo, casi rozando la manija de la puerta. Desvió la vista avergonzado y dio la media vuelta.

Su rostro estaba completamente enrojecido.

Lo mejor será que me ocupe por terminar de organizar todo para antes de que anochezca, se dijo así mismo yéndose directamente a bajar el equipaje del auto.

Necesitaba calmar sus hormonas urgentemente, pues hasta él mismo se había sorprendido de la notable erección que palpitaba bajo sus pantalones... no obstante, poco se imaginó él que la batalla contra su fuerza de voluntad apenas iniciaba.

._._._.

Su nívea piel... tan cálida, suave y joven.

||Ba Dum|Ba Dum||

Sus ojos color magenta, brillantes, curiosos e inocentes.

||Ba Dum|Ba Dum||

Su dulce fragancia, sus mejillas sonrojadas, sus tentadores labios sabor cereza que entre más los miraba parecía que lo invitaban a acercarse a ellos con la atractiva oferta de degustarlos hasta saciar su necesidad de besarlos.

Tentador. Tentador. Tentador...

La escena resultaba un exquisito trofeo, era como tener la fruta prohibida entre sus manos.

Pero, si cedía a sus impulsos ahora, ¿Qué pasaría después?

Ya había tenido está lucha interna cientos de veces en el pasado y, hasta entonces, todas ellas no eran más que fantasías o sueños húmedos... ¿Es probable que todo eso solo había significado un ensayo que lo estaba capacitando para este día? ¿De verdad lograría mantenerse sereno en esos momentos de seducción con la única chica que ha ocupado su mente y corazón?

Pestañeó completamente patidifuso sin saber cómo reaccionar, además, tampoco comprendía porque Yashiro estaba tan calmada, ¿es que acaso estaba en shock al igual que él? Y de ser así, ¿Por qué su mirada revela algo? Algo que no sabría describir con precisión, más podía interpretarse como la misma llama de deseo que sentía él por fundirse en ella.

Inhaló. Embelesado con la idea de ceder...

—Uhm, y-yo... —susurró manteniendo la visión absorta en sus labios, podía sentir su respiración pesada, estaban tan cerca y a cada segundo el espacio se reducía peligrosamente entre ellos. Tragó saliva en seco, quería besarla. Lo anhelaba, y sabía que ella también, pero cuando creyó que finalmente algo pasaría; inexplicablemente, su lado racional logró tomar control de su cuerpo y salvarlo de un futuro remordimiento expresando de manera audaz las palabras que por sí mismo no se hubiera atrevido a decir: —entonces, te dejo para que te-termines de cambiarte, ¿sí? Eh... tómate tu tiempo.

Salió de la habitación con aparente calma, sin embargo, al cerrar la puerta tras de sí, se desmoronó por completo. Su pecho subía y baja, producto de su palpitar con fuerza; exhaló profundamente limpiando el sudor de su frente. Seguía extasiado, turbado y desorientado. Pero especialmente, asustado con él mismo. ¡Por poco flaqueaba!

Estaba claro que el autocontrol de Amane iba perdiendo fuerza.

Siseó apresurándose en bajar para coger las llaves del vehículo y ponerlo en marcha. Necesitaba despejar la mente unos instantes de todas esas fantasías indecorosas que alborotaron sus hormonas. Sus emociones eran un caos.

Además, por más que trató en vaciar su mente, parecía que la imagen semi desnuda de Yashiro se rehusaba a desaparecer de sus pensamientos ocasionando que su miembro permaneciera erecto durante bastante tiempo.

Bufó sofocado, aferrándose al volante con el rostro totalmente rojo.

Fue una buena decisión haber salido de allí en cuanto pude, declaró ensimismado, a pesar de que ya he tenido sueños húmedos con Yashiro en ropa íntima anteriormente, siempre sabía que al final de todo era eso, una fantasía lejana. Fuera de mi alcance. No como ahora que la sentí entre mis brazos, cuando la tuve a tan corta distancia y...

Se volvió a excitar.

Ahh...

||...||

Al cabo de un rato, llegó hasta una pequeña tienda de conveniencia abierta las 24 horas donde seleccionó algunos medicamentos para prevenir cualquier posible esguince en el tobillo de Yashiro. Y mientras se hallaba haciendo fila para pagar, ocupó su mente en una preocupación que hasta el momento había ignorado, correspondiente a la respuesta que deberá darle a Tsuchigomori a más tardar el lunes con relación a sus responsabilidades universitarias.

Estaba totalmente ido que simplemente no se percató de lo que pasaba a su alrededor, mucho menos sobre el punto en que había clavado su vista durante ese lapso de meditación hasta que el cajero lo trajo de vuelta a la realidad con su tono de voz chillante.

—Joven, ¿los preservativos también se los incluyo al monto? —preguntó, parpadeando con semblante holgazán.

—¿Eh?

—Desde que se incorporó a la fila no ha despegado los ojos de esa área—explicó, encogiéndose de hombros. Amane se sonrojo y negó sacudiendo los brazos, pero el hombre siguió hablando mientras le mostraba los paquetes— Sinceramente, en mis años de experiencia trabajando aquí, muchos me han abordado con las mismas preguntas... ¿Cuál es de mayor resistencia? ¿Cuál es el más económico? ¿Los de color neón brillan en la oscuridad? Incluso hay algunos que me piden alguna recomendación... Ja, como si fuera un experto, ridículo, ¿no cree?

—No, pe-pero yo no...

—Claro, y también están los tímidos que se cohíben en solicitarlos. Con todo respeto, imagino que ese es su caso —indicó colocando en el mostrador tres cajas de preservativos. El zaino se paralizó—. Y bien, ¿Cuál desea? —jadeó sin saber qué decir, pensó en salir huyendo del lugar, pero descartó la idea puesto que le importaba más pagar por los medicamentos que su chica necesitaba.

Así que, carraspeó y con serenidad volvió a declinar cortésmente, pero el empleado continuó enrollado con el mismo asunto empezando a exasperar la paciencia de Yugi.

—Ah, entiendo. Es de los que prefieren hacerlo al natural —dijo, como si fuera un tema casual. Amane lo fulminó con la mirada, aplanó los labios y consideró la opción de quejarse con el gerente. No obstante, se abstuvo de tal plan únicamente porque el sujeto ya se hallaba escaneando en la caja registradora sus cosas—. En cualquier caso, si no va a querer los condones no lo culpo joven, con estas marcas tan corrientes, yo tampoco me animaría a usarlos... claro, con excepción de los condones japoneses, esa sin duda es la mejor marca de preservativos, pero es muy difícil adquirirla.

Rodó los ojos.

Nota mental: Última vez que vengo a esta tienda.

—Son $40—informó, y a su vez, Amane entregó el dinero impaciente por terminar con aquella pesadilla.

Desafortunadamente, mientras el cajero se hallaba contando las monedas del cambio, otra persona que seguía después de Yugi, preguntó:

—¿Y por qué dice que los condones japoneses son mejores, señor?

El hombre hizo una pausa para dirigirse a la persona.

—Porque "gozaismas" —contestó dándole la feria a Amane con una sonrisa.

—...

Silencio.

—¿Entienden? "Gozas más"

Agh, que mal chiste.

Tomó su bolsa de compra y, finalmente, salió disparado del lugar.

._._._.

Una vez de regreso se sorprendió de encontrarse a Yashiro esperándolo fuera de la cabaña. Al ver su semblante asustado y confundido, se sintió culpable, sabía que había actuado mal por haberse ido sin avisar, pero tampoco tuvo la valentía suficiente en confesar los verdaderos motivos por los cuales se marchó cuando ella le cuestionó la razón de su inesperada salida.

Además, seguía preocupado por su reacción... pues, a pesar de que lo ocurrido había sido un accidente, temía que su enamorada se sintiera incómoda o se distanciara por consecuencia de la vergonzosa experiencia.

Sin embargo, jamás imaginó que quien acabaría disculpándose de toda esa situación sería ella misma. Por sus palabras, comprendió que, más que sentirse cohibida o enfadada, a Yashiro le inquietaba el hecho de que él estuviera resentido con ella debido a su encantadora torpeza.

—¿De verdad? ¿No estás disgustado? —Amane negó con un agradable cosquilleo en el pecho. Le parecía tan adorable verla murmurar con alivio que, solo un poco más y terminaba por abalanzarse sobre ella para estrecharla entre sus brazos—Gracias. Pensé que estarías enfadado o algo así...

Aquel comentario lo desconcertó rotundamente. Parpadeó y ladeó la cabeza con un gesto perplejo.

—Yo no tendría razón para estarlo—de hecho, de solo pensar en lo irónico que representaba el tema lo hizo reír divertido—Más bien, mi temor era que tú te enojarás conmigo, después de todo... te deseo con locura—gesticuló quedamente mientras volteaba el rostro y cubría su boca con la mano para ocultar el sonrojo.

Por fortuna, ella no logró escucharlo, así que aprovechando la ignorancia de su secreto se apresuró por cambiar el tema.

._._._.

—¡Listo! Con esta fórmula especial, la consulta de Amane-sensei ha finalizado con éxito—bromeó.

No quería mostrarlo, pero por dentro estaba totalmente aturdido. Ni siquiera tenía el coraje suficiente para encarar a la fémina... ¿Y cómo hacerlo después de haber besado su tobillo?

Sin embargo, el silencio entre ambos comenzaba a prolongarse terriblemente, por lo que sin tener en claro qué decir, soltó lo primero que se le vino a la mente.

—Uhm, ¿fue demasiado atrevido? Lo siento... creo que me deje llevar un poco.

—Esta... bien, solo me sorprendiste. Pero, gracias.

Nuevamente se quedaron callados, perdidos en los iris del otro.

Había momentos como ese en el que no necesitaban decirse nada, solamente con disfrutar de la compañía del otro resultaba suficiente para atesorarlo en su memoria por siempre. Entonces, en medio de la quietud, Amane recordó su última conversación con Tsuchigomori-sensei...

«Mira, el semestre inicia dentro de aproximadamente tres semanas [...] Por eso si lo deseas, puedes empezar con los tramites de tu mudanza esta próxima semana [...] Avísame a más tardar el lunes, ¿vale?»

Hasta ahora, no había tenido oportunidad en meditar su decisión final y ya debía dar una respuesta concisa el día siguiente a mañana. Por si fuera poco, tampoco le había dicho nada al respecto a Yashiro. Sin embargo, ¿cómo podría expresárselo sin entristecer esos relucientes ojos color magenta que lo observan con adoración?

No quería opacarlos, pero tampoco deseaba seguir evadiendo sus obligaciones.

—Yashiro, yo...

|| Woosh ||

—¡Wah, Yugi, las estrellas! Mira, mira... son preciosas.

La miró fijamente.

¿Estrellas? Para qué perder el tiempo mirando esas bolas de energía cósmica si tenía a la más brillante frente a sus ojos. Planetas, galaxias... ¿qué más podría aprender del universo que él siga ignorando todavía? Después de todo, había pasado casi la mitad de su vida estudiando, meditando y aprendiendo de las maravillas astronómicas, creyendo que sería lo único que podría darle luz y esperanza a su alma vacía.

—Uhm, ¿Qué pasa? ¿Por qué me ves así?

Pero, entonces, apareció esa chica... simpática e ingenuamente enamoradiza que lo transportó a donde los cosmos florecen bajo el hechizo eufórico de un beso de amor y, todo a su alrededor, se convirtió en algo hermoso, agradable y memorable.

Podía sentir paz sin necesidad de escapar al espacio sideral.

Podía sonreír sin necesidad de imaginarse en la luna.

Y también podía sentir su mente, alma y cuerpo flotar sin necesidad de abordar una nave en la que la gravedad cero elevara sus pies del suelo.

Amane sonrió dulcemente para Nene.

—Solo pensaba que, de todas las estrellas que puedan existir en el basto universo, tú siempre serás mi favorita... tan brillante y fugaz...

Fugaz como las estrellas que justo ahora pasan por nuestras cabezas. Te iluminan, te atrapan, te ciegan, te llenan de momentos, de sonrisas y se van igual de rápido, dejando una estela de recuerdos, lágrimas y nostalgia, concluyó en sus pensamientos con un gesto lánguido.

||...||

Suspiró.

—No voltees de un lado a otro... —dijo al ver como Yashiro comenzó a tambalearse reflejando en su mirada agotamiento—Ven, es más fácil si las vemos de esta manera— sugirió Yugi mientras palmeaba a su costado.

—¡¿Eh?! ¿Acostada así a tú la-lado?

Aquella reacción bastó para revelarle al zaino los motivos vacilantes por parte de su pareja. Observó su adorable rubor con suma atención despertando en su interior la infantil tentación por molestarla un poco más.

—Tranquila, no haré nada "peligroso" si es lo que te preocupa.

Sonrió para sus adentros mientras adoptaba una posición cautivadora colocando su mentón contra el puño de su mano sin romper el contacto visual con la fémina, quien ante su mirada penetrante y actitud engatusadora terminó por tragar saliva completamente embelesada.

Yashiro exhaló suavemente, esforzándose por permanecer cuerda. No obstante, todos esos intentos por mantenerse cauta no eran más que una incitación para que Amane continuara fastidiándola hasta aflorar en ella una expresión nerviosa que lo hizo estallar inevitablemente en carcajadas, ganándose en consecuencia el desprecio por parte de ella.

—No te burles así de mí que no es para nada divertido.

Adorable. Adorable. Adorable.

Por alguna razón, desde el comienzo siempre encontró cierto gusto por desentonar en la joven ese lado dotado de enfado, berrinche y disgusto. Probablemente porque las expresiones que reflejaba eran de lo más encantador.

—¡En cualquier caso, tú no tendrías las agallas para intentarlo! —refutó repentinamente con total convicción en su argumento que dejó completamente enmudecido al zaino.

Desconcertado, la miró fijamente.

Puede que tal vez, él se haya pasado un poquito con la broma de hacerle algún tipo de travesura. Pero, ¿Acaso ella lo estaba retando con esa acusación?

—¿Te refieres a...? —ni siquiera se atrevió a completar la oración, sus mejillas adoptaron el mismo rubor que hacía unos instantes se percibían en los pómulos de su víctima.

Sin embargo, la situación había dado un giro inesperado en donde ella, incluso en su rol de presa, se mostraba decidida y con la confianza de enfrentar a su cazador.

—Ajá. Siempre te burlas de mi falta de experiencia cuando podría decirse que estamos en el mismo nivel, ¿no crees? —Touché— Hasta ahora, solo bromeas con "ese tipo de cosas" pero dudo que realmente te atrevas a hacerlas siquiera.

Amane se quedó boquiabierto unos instantes, después se sentó y miró detenidamente a Yashiro. Buscando en su lenguaje corporal alguna señal o indicio que le revelara las intenciones de sus repentinas proezas, pues no lograba comprender cómo podía tocar un tema así de íntimo con tanta facilidad, ¿Es que acaso era demasiado ingenua o en verdad lo estaba incitando a dar el primer paso?

Simplemente, todo resultaba confuso.

—¿Cómo puedes estar tan segura? —esbozó una sonrisa torcida, en cambio ella, arqueó una ceja en respuesta—. Soy un chico. Y aunque sea vergonzoso de reconocer, incluso yo podría atacarte si bajas la guardia como pasó allá dentro hace unas horas— admitió.

Entonces, ante el silencio prolongado y la mirada embelesada que le dedico ella, Amane pensó que finalmente había logrado zanjar la conversación hasta ese punto, pero en realidad, fue todo lo contrario.

Yashiro sostuvo su ámbar mirada con una expresión embobada, parecía perdida en sus pensamientos, aturdida por la atracción química que desbordaba su cerebro en grandes dosis de dopamina. Sus sentidos estaban cegados, dormidos. Y para cuando menos acordó, su lengua acabó pronunciando una declaración que, por un efímero minuto, creyó que lo había dicho mentalmente en respuesta a las palabras del chico:

—¿Sí? Pues... no me importaría que lo hicieras.

Amane tras oírla abrió los ojos con asombro, percibiendo un notorio rubor en las mejillas de la chica quien ante el pánico se apresuró a evadir la mirada. Su corazón palpitó desenfrenado, pero ¿Aquellos latidos en verdad eran ajenos o provenían de su pecho?

Yashiro se quedó callada y él hizo lo mismo, únicamente con la diferencia de que continuó observándola. Siendo consciente de que su mirada, aguda y vehemente, aumentaban a cada segundo el sonrojo en el níveo rostro de la fémina, sin embargo, adoraba ser el culpable de tales reacciones de cohibimiento por parte de ella, siempre que tenía la oportunidad de presenciarlas su corazón se enternecía.

Exhaló lentamente y, extendió el brazo para acariciar esas rojizas mejillas con el dorso de su mano, la calidez de la piel de su amada le provocaban una sensación placentera. Por otra parte, también ella parecía disfrutar de dicho contacto, pues acabó por cerrar los ojos y recostarse contra las almohadas del futón, quedando totalmente a disposición de cualesquiera que llegasen a ser las intenciones de su acompañante.

Amane la examinó a detalle, sus pestañas rizadas, su boca color cereza, su nariz pequeña y su larga cabellera ceniza esparcida por la sábana. Todo en ella se le hacía demasiado perfecto, casi irreal, pero había algo en todo eso que le preocupaba.

—Yashiro, de verdad... ¿Te entregarías... así de fácil?

Sus palabras no tenían la intención de sonar rudas, pero detrás de ellas se logró percibir un ligero sentimiento de decepción.

Conmocionada, la joven abrió los ojos y sostuvo su mirada.

—Obviamente no con cualquiera... solo contigo. —declaró en un quedo susurro con los latidos tamborileando sobre su pecho.

Por su parte, Amane no reaccionó, su rostro se mantuvo inexpresivo durante unos momentos que no hizo más que incrementar la angustia de la chica; sus dorados ojos permanecieron fijos en los de ella. Tenerla así de cerca no hacía más que complicar sus nervios, ya que podía oír el palpitar de su corazón, sentir su respiración agitada y notar el nerviosismo en cada célula de su cuerpo.

Sin lugar a duda, el maestro nuevamente había quedado cautivado ante la belleza de su alumna, mudo y embelesado, tal como la vez en que se conocieron se sintió tentado a besarla... pero descartó la idea tan pronto recordó que toda está escena no era más que un juego de rol.

El zaino sonrió con amargura y evadió la mirada apartándose un poco de ella.

—Buena broma— murmuró cabizbajo— Supongo que ganas por esta vez.

—¿Ganar? No estoy bromeando, yo... hablo enserio— se apresuró a decir mientras se erguía lo suficiente para alcanzar una de las manos de Yugi, demandando con un apretón su completa atención— Si tú hubieras hecho algo pervertido conmigo cuando me encontraste a medio vestir en la habitación yo... uhm, bueno... no me hubiera negado... —confesó con el rostro en llamas.

"Sí, lo sé" contestó mentalmente, recordando la escena.

Además, recapitulando un poco en su memoria... ¿Justamente no era "eso" una de las cosas que Yashiro escribió en su lista de pendientes que quería realizar con él?

Entonces...

—Entonces todo esto significa... ¿Qué me estás seduciendo? —cuestionó de pronto, lanzándole una mirada intensa, cargada de delirio y euforia. Yashiro apenas pudo asimilar la mezcla de emociones que experimentó al escucharlo, jadeó nerviosa y se estremeció.

Su vista quedó nublada, extasiada por las mariposas que revolotearon en la boca de su estómago. Robándole un suspiro que no consiguió reprimir al sentir las suaves caricias que su enamorado ejerció con movimientos circulares sobre el dorso de su mano.

—Dime, ¿Qué esperas de mí? —inquirió él, inclinándose un poco a la altura de su hombro para susurrarle al oído con una voz aterciopelada que continuó aflorando sus sentidos— ¿Quieres que acepte tu invitación? —ronroneó seductoramente, recorriendo con infinita calma y delicadeza las yemas de sus dedos sobre el brazo de la fémina, pasando por su hombro y ascendiendo por su cuello expuesto, hasta culminar en su quijada donde acunó su rostro y esparció gentiles caricias con el pulgar. Yashiro exhaló suavemente el aire de sus pulmones mientras cerraba los ojos y se dejaba llevar nuevamente por las estimulaciones de su novio, el cual parecía estar en la misma condición que ella, aprehendido por la química natural que guiaban sus instintos —Yashiro... respóndeme, ¿Qué hago? Porque si no me detienes ahora... yo, no creo que pueda contenerme por más tiempo —le confesó con toda la sinceridad del mundo.

Sus miradas se cruzaron, perdiendo la noción del espacio ante las pupilas dilatadas que percibieron en los iris del otro.

Él esperó una señal, o algo que le hiciera saber que ella en verdad estaba segura de sus propias palabras, pero aun cuando Nene entreabrió sus labios no exclamó nada, simplemente permaneció con la vista anclada a la suya.

Finalmente, Amane acabó resoplando derrotado al comprobar sus más profundos temores.

Pues allí, en esos relucientes ojos color magenta que reflejaban adoración, cariño, confianza y quietud... se hallaba la respuesta a todas sus interrogantes.

Yashiro miró el rostro de su amado bajo la luz de las estrellas, sus ojos se posaron en sus labios mientras que el rubor volvía a intensificarse en sus mejillas. Luego, parpadeó y, a cada parpadeó era como si se dibujaran corazones en el aire.

Amane la contempló, absorto por la misma fuerza atrayente que sacudía cada fibra de su cuerpo: deseo.

Ambos sincronizaron sus miradas por enésima vez, confirmando mutuamente la decisión a la que habían llegado en medio del silencio.

Fundieron sus bocas en un beso lento, tímido, que a cada roce de sus labios se fue intensificando hasta volverse tan íntimo y apasionado. Saboreando, explorando y grabando cada parte del otro; incluso podría decirse que solamente la falta de aliento representaba el único obstáculo presente que los obligaba a separarse de forma breve.

Se miraron fijamente unos instantes para después cerrar los ojos y volver a unir sus bocas, tornando sus respiraciones pesadas, amoldando sus cuerpos de tal forma que pudieran conectar y sentirse más cerca.

Ninguno de los dos dijo nada. No, realmente ninguno necesitó decir nada.

Porque, cuando hay amor verdadero, las palabras siempre sobran.

CONTINUARÁ...

._._._.

¡He vuelto! Lamento tanto la demora, pero como ya les dije anteriormente... ¡¡NO SOY DE LAS QUE ABANDONA SUS HISTORIAS!! Tardaré, sí. Pero la continuaré a mi ritmo :'c

En fin... ¡Gracias por todos sus mensajes! Me ayudaron mucho a no darme por vencida cuando en un descuido mío borré el respaldo que tenía de este capítulo, fue horrible escribirlo desde cero por segunda vez ;A; *gritos al recordarlo* Aunque... honestamente creo que quedó mejor que ese primer borrador xdd jsjs

En otras buenas noticias, el siguiente capítulo ya está casi listo, en estos días lo estaré publicando... mientras, ¡Ya saben lo que les toca! Votar y recomendar c:

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