Enséñame, sensei.

Capítulo 11

Me encuentro acostada boca arriba en la cama con la mirada perdida en el techo de mi habitación. Desde que volví a casa mi cabeza no he hecho otra cosa que pensar sobre el asunto de Yugi-sensei. Luego de escuchar su conversación con Tsuchigomori y enterarme de que se irá al extranjero por tiempo indefinido, he estado tan desanimada... ¿Por qué no me había dicho nada al respecto?

Pensé que nos teníamos la suficiente confianza como para contarnos ese tipo de cosas, es decir, yo le confesé desde un inicio mis preocupaciones. Además, ¡¿Por qué me tiene que pasar justamente esto ahora?! Cuando finalmente me encuentro tan cómoda, enamorada y segura de mis sentimientos por un hombre que aparentemente sabe valorar mi compañía y que no parece importarle la deformidad de mis tobillos, sino que los encuentra interesantes, ¿Por qué debe irse a cientos de kilómetros de mí? ¿Acaso el destino quiere que me quede sola el resto de mi existencia? ¡¿Qué errores cometí en mi vida pasada para sufrir estas desgracias?!

Bufé, ahogando un chillido con la almohada en mi cara.

—Pero lo más triste de todo fue su repentina indiferencia conmigo...

._._._.

Con una expresión perpleja en mi rostro, la puerta se abrió de pronto dejando ver a Yugi-sensei, su ropa y cara seguían estando igual de sucias por el glaseado de chocolate. Nuestras miradas chocaron por una fracción de segundo, pero con un movimiento brusco y rápido rompió el contacto visual apresurándose a salir del aula.

—Lo siento, la clase de ahora se terminó, vuelve a casa con cuidado— dijo de forma fría y hostil, dándome la espalda— Iré a limpiarme.

Permanecí sumida en un mar de dudas sin comprender absolutamente nada. Solo pude apreciar su varonil figura alejarse por el pasillo en dirección a los sanitarios.

Después viré mi vista a Tsuchigomori-sensei y realicé una reverencia.

—Por favor, no castigue a Yugi-sensei por mis errores, él es un excelente profesor. Se esfuerza por enseñarme bien, es paciente conmigo y siempre ha sido muy respetuoso... Yo... ¡Yo también asumiré parte de la responsabilidad por lo que pasó este día! Así que, por favor, no sea duro con él...

Cerré los ojos con fuerza, rezando en mi interior porque Tsuchigomori fuese lo suficientemente comprensivo para no destituirlo de su cargo o algo parecido. ¡Ah, no quiero ni imaginarlo!

—Levanta la cabeza, Yashiro-san —obedecí. Él suspiro pasándose la mano por sus cabellos, se veía agotado— Dime solo una cosa, ¿Yugi realmente te explica bien? Porque veo que tus calificaciones no han mejorado como esperaba... en especial con las materias de química y álgebra, pensé que al ponerlo como tu tutor tendrías algún progreso ya que él es de los mejores en esos campos, pero... al parecer me equivoqué...

Como un balde de agua fría, la culpa me cayó encima sacudiendo mi cuerpo.

— ¡El problema soy yo! —vociferé con el remordimiento sobre mis hombros, mi semblante se descompuso y el pánico invadió cada célula de mi organismo— ¡Como se lo he expresado ya, él se esfuerza por enseñarme correctamente, pero simplemente yo no le he dado la atención debida a mis estudios! Yugi-sensei no es responsable por mi falta de compromiso...

—Si él no sabe darte una buena motivación—me interrumpió.

—¡Lo ha hecho! —sin embargo, me aferré a permanecer yo con la palabra, aunque eso representará una grosería para mi superior—No estoy tratando de defenderlo o mintiendo de alguna forma solo para que usted no le llame la atención, le juro que estoy siendo honesta cuando le digo que sencillamente yo, y únicamente yo, no he sido lo suficientemente seria por mejorar mis notas académicas. ¡Por favor, Tsuchigomori-sensei, créame! Él es muy bueno explicando, le prometo que seré más responsable de ahora en adelante, así que no lo despida por mi culpa.