Capítulo 21

792 84 96
                                    

Mis sentidos de alerta se activaron al sentir su agarre sobre mi brazo.

Él no era Amane... era su hermano gemelo.

Y, a decir verdad, jamás imaginé que llegaría a conocerlo de este modo, ni mucho menos que me fuera a confundirlos debido a su apariencia.

Así que tú eres el juguete favorito de Amanedijo, mirándome fijamente con un brillo inquietante en sus dilatadas pupilas. Nunca esperé que tú vinieras a mí, pero eso me facilitó las cosas, gracias por ahorrarme las molestias. Supongo que fue una pérdida de tiempo haber robado el teléfono de Mei... ni siquiera atendías a sus mensajes o llamadas, ¿por qué? ¿no son amigas cercanas, uh? ¿acaso te desagrada?

A cada pregunta que hacía, acortaba la distancia entre nosotros, poniéndome más nerviosa. No entiendo nada de lo que está hablando y, ¿qué tenía que ver Mei en todo esto?

—¿Qué pasa? ¿Por qué no dices nada? —afiló la mirada, yo solo me encogí de hombros y volteé el rostro. De pronto, su semblante y tono hostil cambió radicalmente a uno amigable y juguetón— Oh~ ¿podría ser que estás decepcionada? Ja, ja. A quien tu esperabas encontrar era a otra persona, ¿no?

Tragué silenciosamente bajando la cabeza.

Ahora comprendo porque Amane se disgustaba al hablarme de su hermano. ¡Está loco!

Sigilosa, lo observé carcajearse y murmurar cosas entre dientes que opté por ignorar. Lo importante ahora era pensar en una vía de escapatoria. No obstante, volví de golpe a la realidad al sentir una fuerte presión en el brazo que mi oponente tenía afianzado.

—Oye niña, no te creas tan especial solo porque Amane así te hace sentir —masculló con palpable desdén dejándome boquiabierta-. Como su hermano yo sé las cosas que le convienen y justo ahora no está en condición de distraerse con seres insignificantes como tú. Aléjate de él.

Y tras aquel sermón amenazador, me liberó. Se alejó tranquilamente con una sonrisa petulante en los labios, dejándome completamente petrificada y desconcertada... parpadeé atónita mientras procesaba lo ocurrido...

¿Me estaba exigiendo que cortará el contacto con Amane?

—No.

Las palabras escaparon de mi boca con total naturalidad.

E incluso, aunque el gemelo se hallaba a varios metros de distancia, paró en seco al escucharme. Se giró lentamente, como esa clase de espectro escalofriante que aparece en las películas de terror y, me observó con los ojos bien abiertos.

—¿Qué dijiste? —su voz sonaba calmada, pero tenía una extraña forma de hacerte sentir intimidado.

—Dije que no—murmuré, y a pesar de que lo vi aproximarse nuevamente hacia mí, no me acobarde y defendí mi postura-. No voy a alejarme de él.

Se detuvo frente a mí, su expresión estaba estoica, pero sus ojos se habían oscurecido peligrosamente. Casi se me sale el corazón del susto al sentir su mano sobre mi cabeza.

—Supongo que no eres tan lista como pensé, —susurró a mi oído dándome suaves palmaditas— pobrecita. Al final, serás tú la que acabará sufriendo... de mí te acordarás— y se marchó.

Pero esta vez, en definitiva, lo hizo.

._._._.

Bajé del bus soltando un pesado suspiro. Me sentía agotada, habían ocurrido demasiadas cosas en este día que habían drenado mis energías. Además, por si fuera poco, el autobús suele dejarme bastante retirado de mi casa, por eso normalmente utilizo el metro, pero como me había desviado del camino tuve que cambiar de transporte...

Enséñame, sensei.Where stories live. Discover now