Smut.., Frerard

By PaoLaHeerrera

87.6K 5.1K 9.6K

OS de Frerard que siempre acabarán en un destroya sabrosón o al menos el intento. Roles según se me ocurran... More

Tattoo Craft.
Dreamer.
Casual Lunch.
Little candy.
Pregnant.
Happy Ieroween.
My sister's boyfriend.
Set Free.
Princess.
Nevermind.
Alpha.
Only you.
Birth-Gee.
Wanted.
Memories in Halloween.
Say my name.
Kitty.
Gee in a top of the world.
The King.
Spicy Strawberry.
Dinner (sex) time.
#SuchALois.
Gift.
Life in a day.
The boy.
Caught.
April, 9th. 1968. Dear Gee
Wedding day.

Ho, Ho, Ho.

1K 89 150
By PaoLaHeerrera


EN UN MUNDO PARALELO EN DONDE FRANK Y GERARD SE CASARON, CONTINUARON CON LA BANDA, TUVIERON HIJOS Y, YA TIENEN CANAS... (BUENO, MASOMENOS, FRANK SE PINTÓ EL PELO):



La radio de la cocina reproducía "Candy Cane Lane" de Sia a todo volumen, o más bien a todo lo que podía dar. Sus manos desesperadas envolvían capa a capa de papa esa lasagna con más y más queso, como les gustaba a las gemelas, y capas enteras de jamón ahumado, como disfrutaba Bandit, ah, la porción extra de crema, esa era para Miles.

El horno sonó con un agudo timbre que anunciaba que estaba listo, abriendo sus compuertas que dejaban escapar el humo y el olor ligeramente delicioso de aquel lomo de cerdo, claro, no era para él, Gerard se lo habia pedido específicamente para ese día, la tradición del pavo estaba muriendo en esa casa. A él le daba igual siempre y cuando su familia le avisara con tiempo sus ideas para la cena de navidad, él podría hacer las compras antes de que el supermercado fuera un colapso. 

Metió la lasagna de papa, mirando entonces el desastre de trastes sucios, había desmoldado las galletas en forma de reno, bastones de dulce y santa, además de todos los utencilios que había usado para las demás comidas, yendo rapidamente a meterlo en el lavavajillas. 

—¡Papá!, Miles no quiere darme mis calcetas—Lily salió de repente con las manos sobre las caderas enfurruñada. Suspiró viéndola mientras se quitaba el delantal de galleta de jengibre que sus hijos le habían regalado el año pasado. Así como el anterior, el de duende, y el anterior a ese, de santa, o a ese, de reno, o a ese, de árbol de navidad. Bueno, eran bastante útiles. 

—¡Miles!—alzó la voz caminando hasta ella, siguiendo los pasos hasta los pasillos de la casa, donde la habitación de ropa estaba. Los tres restantes de sus hijos se acomodaban las ropas, siempre tan coloridas y desproporcionadas como siempre—. Dale sus calcetas a tu hermana. 

—¡Pero son de Yoda!

—Exacto. Esas son las que ella pidió. Tu pediste las de Chewbacca. 

—¡Pero ahora quiero estas!

—Qué tonto, por eso debiste pensarlo mejor—burló Cherry

—Cállate, Vader—gruñó. 

—¡Miles!, discúlpate con tu hermana y devuélvele sus calcetas a tu otra hermana, ahora. 

—¡Papá!

—Ahora, o llamaré a tu padre—le miró en advertencia, sabiendo que no mentía. Miles resopló quitándose las calcetas y entregándoselas a Lily. Ella saltó feliz en su sitio. 

—Lo siento—murmurando por lo bajo hacia Cherry. Sonrió satisfecho viendo a Bandit terminando de colocarse su sueter de pingüino navideño. 

—Se te ve estupendo, cielo—ella sonríe—. Ahora, ya que están listos, ayudenme a colocar la mesa. El tio Mikey llegará pronto. 

Como los niños que eran, olvidando que hacía un minuto habían tenido una pequeña pelea, sonrieron apurándose a terminar de colocarse los zapatos, los gorros y bufandas, saliendo de la habitación y corriendo hacia la sala, dejándole solo en un santiamén. Suspiró al ver el desastre que habían dejado, yendo rápidamente a recoger los zapatos fuera de lugar, algunas prendas tiradas, terminando y mirándose al espejo de la habitación, observando su tinte rubio fuera de lugar. Su pelo hasta los hombros, amarrado en un pequeño chongo para evitar que le estorbase al momento de preparar la cena. Sus pantalones negros, sus botas militares, su sueter azul con colores que hacían focos de luces navideñas. 

Salió de nuevo hacia la cocina, volviendo a colocarse su delantal, terminando de preparar los pendientes que tenía, escuchando un pitido al poco tiempo, seguido de muchas voces que se introducían a su casa y un saludo lleno de entusiasmo que se asomaba a donde estaba. 

—Feliz noche buena—la voz de Kristin resonó en el lugar, haciéndole sonreír. 

—Hola, feliz noche buena—la saludó con un beso en la mejilla, ayudándola con sus recipientes de comida en las manos. Ensalada de verduras, pasta spaguetti—. Perfecto, algo que si podré comer—. Suspiró de alivio. La risa de la mujer resonó, oyendo al poco la voz de su cuñado.

—Enano—hizo un movimiento corto de cabeza, saludando—. Los niños quieren las galletas—. Abrió la boca con sorpresa, recordando el detalle, asintió y tomó la charola de las galletas de formas y otra con varios bowls de frosting de colores, dándoselo al rubio. 

—En la mesa de la sala, por favor—este asintió vagamente antes de desaparecer. 

—¿Entonces... en que te ayudo?

—Podrías ayudarme con el vino y las copas, está en el congelador. La lasagna no debe tardar, el lomo está en resguardo para que conserve el calor. Hay cocktel de frutas y pastel en el refrigerador como postre—enumeró—, ah y, ponche de frutas con alcohol—. Le sonrió complice y la mujer carcajeó con ganas. 

—Será una buena navidad, eh. 

—Preparé las habitaciones de huespedes—le guiñó el ojo. 

Juntos terminaron de acomodar todo sobre la mesa, mientras "Santa's coming for us" resonaba ahora por la radio. Los niños acomodaron sus galletas en la mesa al lado del árbol y se unieron a ellos listos para comenzar la gran cena. 

—Ya es hora—le dijo Mikey, él solo asintió. 

—¡Santa!—gritó. Empezaron a tomar asiento oyendo unos pasos bajar de las escaleras, viendo como de repente, una cabecilla con un gorro rojo, una barba blanca y ojos verdes salía por el pasillo, causando expresiones de sorpresa en las niñas de Mikey. Sus hijos reían, muy felices, aunque sabían el secreto de santa. 

—¡Ho, ho, ho!—con una bolsa enorme roja cargada sobre su espalda, dando pasos lentos hacia el árbol de navidad—¡Feliz navidad, familia Way-Iero-Colby!—, negó ante el tono exagerado de su voz, dándose una palmada en la frente—. Vine a dejarles sus regalos y llevarme a cambio mis galletas, ¿me hicieron mis galletas?—. Preguntó dirigiendo su mirada hacia la pequeña Kennedy quien asintió energética con una bella sonrisa de felicidad en el rostro—. ¡Perfecto!, iré a dejar tu regalo entonces.

Santa hizo todo el show planeado, tan a la perfección, que solo pudo sonreír como un tonto mientras tomaba de su copa de vino sentado desde el sillón. Mikey tomó las fotos y, Santa se comió seis galletas dejando la mitad de ellas sobre el plato. Sus rostro parecía rojo ante el exceso de azúcar en su cuerpo. 

Cuando llegó la hora de decir adiós, todos pasaron de nuevo a sentarse al gran comedor, escuchando minutos después un par de pasos entre los pasillos, hasta ver a Gerard aparecer ante ellos. 

—¡Buenas noches familia!—algo sudado por el calor, con una risita de por medio—, ¿Me perdí de algo?

—¡Santa vino a traernos regalos, tio Gee!—gritó Rowan. El rostro exageradamente expresivo de su esposo le hizo rodar los ojos. 

—¡Santas habichuelas!, fabuloso, Row. Tendré que llegar más temprano el año siguiente si es que le quiero pedir mi regalo de navidad también— lamentó tomando asiento junto a él. Frank le sirvió su pedazo de lomo y lasagna de papa, junto a una copa de vino. 

—Claro, así también miras como sobre actua el panzón—burló. El castaño le miró con un gesto árido y desdén. 

—Así es Santa, querido—agudizó la voz, dándole una nalgada de forma dismulada. Frank alzó una ceja. 

—Espero que no todos los de Jersey. 

—¡Feliz Navidad!—interrumpió Mikey antes de que iniciaran una pequeña batalla de sarcasmo como cada año. Ambos le miraron sin gracia sonriendo poco después. 

—¡Feliz Navidad!—corearon todos. 




Más tarde, en la comodidad de sus habitaciones, sus hijos ya en sus camas, sus invitados en las suyas, las luces apagadas, la comida en el refrigerador, las galletas decoradas que se habían colado a su propia habitación. 

—Si sigues comiendo eso, no podrás dormir—Gerard le miró salir del baño, se había lavado los dientes, mirándole con una traviesa sonrisa burlona. 

—¿Quién dijo que quería dormir?—anunció de forma juguetona. Frank alzó una ceja caminando hasta él, dejando que le abrazara hasta impulsarle a sentarse encima suyo a horcajadas encima de la cama. 

—¿Acaso Santa quiere robarse a papá?

—No—murmuró por lo bajo, apoyando el rostro en el pecho del castaño, inhalando fuerte, apretando el agarre—, solo es Gerard ahora, que quiere jamás soltar a Frank—. Le sonrió de una forma en la que sus dientes se divisaban de forma tierna y graciosa, derritiendo su corazón. 

—Idiota. 

—También te amo—respondió en cambio, sin dejar que dijera algo más, besándole por suavidad, subiendo poco a poco la intensidad, hasta hallarse uno encima del otro, desvistiéndose, restregándose entre ellos, jadeando. 

Gerard le besó el pecho desnudo, quitándole la ropa interior, besando su entre pierna suavemente, causándole escalofríos. Frank jadeó, sonriendo intranquilo. Odiaba que aquello le dejase tan vulnerable, obligando que su boca regresara a la suya, sintiendo las manos del mayor sujetarle los muslos, repasar sus caderas y alzarle lentamente, colando sus dedos entre sus glúteos, los cuales apretó, hasta colar uno de sus dedos en su entrada, estimulándole poco a poco. 

Frank jadeó, ladeando la cabeza hacia atrás, sonrió enrollando los brazos en el cuello del mayor, besándole de nuevo, gimiendo entre el beso, cada vez más intenso. 

—Hmm, Gee, por favor...

—Dime Santa—su mirada furiosa fue derretida ante la intrusión de otro dedo travieso, gruñendo por lo bajo, apretando los labios, y asintiendo.

—Santa, te necesito—la sonrisa victoriosa del castaño le pudo, haciéndole reír también, sintiendo al poco tiempo la intrusión aún mayor. 

Gimió alarido, enrrollando sus piernas a sus caderas, dejando que las embestidas aumenten de forma secuencial. Gerard le había tomado de los glúteos levantando demás su pelvis, mientras besaba con desespero sus labios, lamía su cuello, olía el olor natural de su piel. 

Gimió de nuevo cuando las embestidas aumentaron, al punto de hacerle correrse entre sus abdomenes, Frank clavaba las uñas en la espalda del mayor, apretando con las piernas su cuerpo, sin dejarle salir de él. Gerard gruñó cuando su vientre cosquilleó, los dulces gemidos de su Frank que le prendían cada vez más. Le tomó de las mejillas, juntando su frente a la suya, sonriéndole divertido mientras se corría.

—¿Ya te corriste?

—Yo también te amo, cariño—Frank rodó los ojos, sonriendo de lado. 

—Te amo. 

—Feliz Navidad, Frank—el mencionado le besó castamente antes de que este se saliera dentro suyo. 

Gerard se acostó a su lado, respirando de forma agitada, mientras el tatuado se ponía de pie tratando de buscar su ropa interior. 

—Necesito poner los demás regalos en el ábol. 

—Oh, es verdad, en el armario está el tuyo—rodó los ojos. 

—¿Conoces el concepto de lo que sorpresa significa?

—Está envuelto, cariño—argumentó el mayor. Frank suspiró negando. 

—¿Es otro delantal?

—Un muñeco de nieve—asintió Gerard—. Cherry lo escogió—. Sonrió pensando en ello y lo realmente feliz que eso le hacía sentir—. El mio llegará con forma de guitarra en un par de días. Acustica, color blanco y esas cosas que te gustan—. Le volteó a ver de forma incrédula, recibiendo un beso robado que le hizo chasquear la lengua y negar. 

—Gracias—suspiró—. Gracias por lo de hoy. Sin duda una increíble presentación. 

—No te gustó. 

—No—admitió—, pero siempre es muy lindo de tu parte intentarlo. Además, tú fuiste a comprar todos los obsequios. 

—Bueno, tu siempre cocinas, a mí se me quemaría todo. Pero, hey, ¿a que hacemos un gran equipo, eh?—Frank le miró con una tenue sonrisa, Gerard lucía cansado, con esa barba desprolija que tanto odiaba, ese pelo castaño, lleno de canas. El bigote le estaba creciendo torcido y había subido más de peso ese año. 

Pero sus ojos... su mirada seguía siendo la misma que conoció cuando ese cuerpo era joven y fuerte, unos veinte años atrás. Y lo más maravilloso de ello es que, seguía amándolo con tanta intensidad como desde el principio...

—Seguro que sí. 



*

Feliz Navidad. 



Continue Reading

You'll Also Like

71.7K 3.8K 51
Juanjo Bona y Martin Urrutia se conocen en el casting de Operación Triunfo, ¿Dónde les llevará la experiencia?// Historia de los agapornis, lo mas fi...
346K 17.2K 52
𝘏𝘢𝘪𝘬𝘺𝘶𝘶! | 𝘖𝘯𝘦 𝘚𝘩𝘰𝘵𝘴 ılı.ıllı
386K 25.5K 97
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.
473K 7.2K 5
𝙃𝙤𝙪𝙨𝙚 𝙊𝙛 𝘽𝙡𝙖𝙘𝙠 || 𝐒𝐚𝐠𝐚 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 "Ser una Black digna de su apellido" Madelyn siempre tuvo esos pensamientos al saber q...